Durante los siglos XVIII, XIX y primeras décadas del XX, en los libros parroquiales de cualquier aldea del entorno encontraremos abundantes casos de parejas que trajeron al mundo a más de ocho hijos; tampoco nos resultarán extraños los casos de diez o doce hijos por pareja. A partir de esta cifra ya nos encontramos con casos que pueden considerarse algo más excepcionales.
Por lo tanto, al encontrarme entre 1901 y 1923 con diecisiete nacidos que portaban idénticos apellidos, pensé que los padres serían dos o tres parejas diferentes pero con apellidos paternos coincidentes y edades relativamente próximas, nada excepcional en aquellos tiempos de escasa movilidad a la hora de encontrar pareja en otros pueblos alejados, por lo que solía darse la coincidencia de apellidos y una relativamente alta consanguinidad.
Pero no era este el caso. Los diecisiete nacidos procedían de la misma pareja: Hermenegilda Arce Arce y Ángel Hidalgo Girón.
HERMENEGILDA
Hermenegilda nació el 27 de septiembre de 1882 en el vecino pueblo de San Martín de Ubierna. Era la cuarta de los diez hijos (dos varones y ocho mujeres) que trajo al mundo la pareja formada por Valentín Arce Díez y Celedonia Arce Cuezva.
El apellido Arce tiene profundas raíces en Ubierna y su barrio de San Martín; los primeros Arce llegaron a la Merindad en las primeras décadas del siglo XVI, cuando Juan de Arce Cabeza de Vaca, natural de Sedano, se estableció en Ubierna al contraer matrimonio con Catalina González.
Tanto Eulogio Arce Alonso, el abuelo paterno de Hermenegilda, como Félix Arce Martínez, el abuelo materno, eran naturales de Ubierna. Las abuelas, Valentina Díez Cerro y María Cueva Cantón-Salazar, eran nacidas en el barrio de San Martín. Hermenegilda era, pues, ubiernista hasta la médula (no conozco el gentilicio utilizado para los nacidos en Ubierna).
ÁNGEL
Ángel había nacido en Huérmeces el 28 de febrero de 1873, y era el segundo de los cuatro hijos (tres varones y una mujer) que trajo al mundo la pareja formada por Mariano Hidalgo Montero y María Cruz Girón Arribas, ambos naturales de Huérmeces. También eran naturales del pueblo los cuatro abuelos de Ángel: Manuel Hidalgo Espinosa y Petra Montero Díaz-Tudanca; Primo Girón Valderrama y Gregoria Arribas Díaz-Tudanca. Ángel era, pues, poseedor de ocho apellidos faroles por los ocho que portaban sus dos generaciones anteriores.
Ángel pertenecía al reemplazo de 1892 y fue declarado soldado sorteable, quedando a la espera de conocer su destino, en unos años complicados para servir a la patria, que tenía frentes abiertos en casi todos los restos del Imperio. Embarcó con destino a Cuba en agosto de 1895, isla en la que se había desatado meses antes la lucha por su independencia en su tercer y definitivo intento (1895-1898). Allí se pasó los tres años de conflicto, llegando de vuelta al puerto de Santander -sano y salvo- en septiembre de 1898.
Ángel volvió del Caribe doblemente condecorado y, sobre todo, con vida, lo que no era poco en un conflicto que se llevó por delante al 22% de los soldados españoles enviados a la Isla (murieron 44.000 soldados del total de 400.000 movilizados). Casi todos los fallecidos lo fueron a consecuencia de enfermedades tropicales.
Pocos años después del regreso, en mayo de 1903, ya casado, Ángel obtuvo la licencia absoluta del servicio militar. Al licenciarse del ejército (como cabo) le quedaron tres pequeñas pensiones mensuales de 7 pesetas y 50 céntimos cada una (dos de ellas, con carácter vitalicio).
UNA BODA EN SAN MARTÍN DE UBIERNA
Hermenegilda y Ángel contrajeron matrimonio en la parroquia de San Martín de Ubierna el día 26 de noviembre de 1900. La novia tenía, pues, dieciocho años recién cumplidos. El novio era ocho años y medio mayor que ella. Los padres de ambos habían manifestado su preceptivo consentimiento aunque Celedonia, la madre de la novia, ya había fallecido.
El novio adjuntó licencia del vicario general del Arzobispado, con motivo de estar sirviendo en el ejército, por lo que previamente debió aportar el preceptivo Certificado de Soltería, emitido en su caso con fecha 10 de noviembre de 1900 por la unidad militar en la que se encontraba destinado (Regimiento de Infantería de la Constitución nº 29).
Tal y como establecía el Concilio de Trento, se leyeron las tres canónicas moniciones, en la misa dominical de los días 11, 18 y 25 del mismo mes de noviembre, tanto en la parroquia de San Martín como en la de San Juan Bautista de Huérmeces, según certificado expedido por el cura ecónomo de esta última, Juan Espinosa Lomas [el histórico cura de Huérmeces, Florentín Díaz Ubierna Vivanco, había fallecido el año anterior]. Nadie manifestó la existencia de impedimento alguno para la celebración de la boda.
Ofició la ceremonia Francisco Rodríguez Fernández, cura propio de las parroquias unidas de San Juan Bautista de Ubierna y San Martín Obispo de San Martín de Ubierna. Actuaron como testigos Félix Arce Martínez, viudo, propietario, natural y vecino de San Martín [abuelo materno de la novia] y Ángel Arce Díez, casado, labrador, natural de San Martín y vecino de Ubierna [tío paterno de la novia]
La pareja se estableció en Huérmeces, residiendo primeramente en una casa sita en la calle de la Plaza y, años más tarde, en la casa de la calle Ondovilla en la que residieron los padres de Ángel, Mariano y María Cruz, y que hoy continúa perteneciendo a sus descendientes.
LOS DIECISIETE HIJOS DE HERMENEGILDA Y ÁNGEL
Ya he comentado lo excepcional del número de hijos traídos al mundo por la pareja Hidalgo Arce, pero lo que hace aún más excepcional -y triste- esta historia es el altísimo índice de mortalidad infantil sufrido por los hijos de Hermenegilda y Ángel.
De los diecisiete niños únicamente seis llegaron a ir a la escuela, ya que los once restantes fallecieron antes de cumplir el año de edad. Un 65% de mortalidad infantil, muy por encima del 25-30% habitual en aquellos tiempos de principios del siglo XX.
En noviembre de 1901 nació Jesús, el primer hijo de Ángel y Hermenegilda, aunque una bronquitis acabó con su vida apenas dos meses después. Mejor fortuna tuvieron los tres hijos siguientes, María Asunción (1903), Alfredo (1904) y Jesús (1906). Quizás convenga aclarar que, en aquellos tiempos, era habitual poner a un hijo el mismo nombre de un hermano fallecido con pocos meses o años de edad.
Desde aquel primer alumbramiento, Hermenegilda tuvo un parto con una cadencia media de año y cuatro meses, y así durante los veintidós años que van desde 1901 a 1923, entre los 19 y los 41 años de edad. Años duros para una mujer que, además, debía de realizar las tareas de la casa, el cuidado de los niños y ayudar a su esposo en las tareas propias de la labranza. Lo habitual en aquellos tiempos.
Los diecisiete hijos de Hermenegilda y Ángel nacieron en los años que detallo a continuación (he señalado en rojo los once hijos que no sobrevivieron al año de vida):
- Jesús (1901)
- María Asunción (1903)
- Alfredo (1904)
- Jesús (1906)
- David (1907)
- Julia (1909)
- Santiago (1910)
- María Concepción (1911)
- Lidia (1913)
- María Carmen (1914)
- Francisco (1915)
- Emilio (1917)
- Benito (1918)
- María Ángeles (1919)
- María Milagros (1921)
- Juana (1922)
- Ángel (1923)
Ángel Hidalgo Girón fue alcalde Huérmeces entre 1918 y 1920, en una época en que los alcaldes apenas duraban dos años, por lo que ocuparon la alcaldía numerosos vecinos a lo largo de las últimas décadas del siglo XIX y primeras del XX; también fue concejal entre 1916 y 1917.
Ángel falleció hacia el año 1933, a los sesenta años de edad, dejando viuda a Hermenegilda cuando aún residían en la casa familiar cuatro hijos: Jesús (27 años), Santiago (23), Carmen (19) y Juana (11). Los dos hijos mayores, Asunción y Alfredo, ya habían abandonado el pueblo a finales de la década de 1920.
Hermenegilda falleció hacia el año 1958, a los 75 años de edad.
Tres de los hijos de Hermenegilda y Ángel (María Asunción, Jesús y Juana), se establecieron en Madrid. María Asunción tuvo tres hijos; Juana, uno; Jesús no tuvo descendencia.
Otros dos hijos (Santiago y Carmen), residieron en Huérmeces durante buena parte de sus respectivas vidas. Carmen tuvo dos hijas. Santiago no tuvo descendencia.
Santiago participó en la Guerra Civil, como miembro de la milicia falangista, obteniendo varias condecoraciones por su actuación en diversas acciones bélicas.
Por su parte, otro de los hijos de la pareja, Alfredo, partió hacia Cuba un buen día y nunca más se supo de él.
Por último, cabe citar que Cipriano, uno de los seis nietos de Ángel y Hermenegilda, intentó partir hacia América en busca de su tío Alfredo, pero no tuvo excesiva fortuna en el intento. En julio de 1948 se cobijó, como polizón, en el hueco del tren de aterrizaje de un avión Douglas DC-4 que hacía la entonces casi recién estrenada ruta Madrid-Buenos Aires. Desgraciadamente, no sobrevivió al intento, al resultar aplastado por las ruedas del avión poco después de la maniobra de despegue.
No deja de sorprender el oscuro influjo que algunos lugares parecen ejercen sobre personas pertenecientes al mismo grupo familiar. En el caso de la familia Hidalgo Arce, parece ser que Cuba ostentó esa condición, al menos para tres de sus miembros: Ángel, el padre; Alfredo, uno de sus hijos; y Cipriano, uno de sus nietos. Y resulta especialmente triste que únicamente Ángel sobreviviera al intento aunque, quizás inconscientemente, fuera él mismo quien inoculara en alguno de sus descendientes la atracción por la Isla caribeña.
La mayor parte de los descendientes de Hermenegilda y Ángel viven en la actualidad en la Comunidad de Madrid. Por su parte, los descendientes de Carmen mantienen casa abierta en Huérmeces, la vieja casa familiar de la calle Ondovilla, la casa de Hermenegilda y Ángel.
ÁNGEL HIDALGO GIRÓN: EL HÉROE FAROL EN LA GUERRA DE CUBA
Si bien Madrid tiene a Eloy Gonzalo, "el héroe de Cascorro", también podríamos considerar que Huérmeces tiene a Ángel Hidalgo, uno de los "héroes del Zarzal".
Ambas acciones sucedieron muy próximas, tanto en el espacio como en el tiempo. El Zarzal se encuentra en Río Cauto, localidad entonces perteneciente a la provincia cubana de Santiago de Cuba, que ocupaba casi todo el tercio oriental de la isla. Cascorro, por su parte, se encuentra en la entonces provincia de Puerto Príncipe, que ocupaba la porción central de Cuba. Unos 120 km separan ambas localidades.
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Mapa de Cuba (1898): en rojo, Cascorro y El Zarzal |
La acción del Zarzal aconteció el 2 de febrero de 1896, la de Cascorro, ocho meses más tarde, el 30 de septiembre del mismo año. Ambas acciones resultaron victoriosas para las tropas españolas. Ambas contemplaron actuaciones heroicas por parte de las tropas coloniales, casi siempre luchando contra un enemigo muy superior en número.
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Mapa de Cuba (1898): en rojo, Cascorro (Puerto Príncipe) y El Zarzal (Santiago de Cuba) |
Ambas acciones originaron ascensos y condecoraciones para sus protagonistas, aunque en la prensa nacional de la época tuvieron muchísima mayor repercusión los sucesos de Cascorro, y a su principal protagonista se le concedió una estatua, una plaza y una calle en Madrid. Por contra, los sucesos del Zarzal apenas merecieron alguna pequeña reseña en la prensa general y militar de aquellos años.
Eloy Gonzalo, el héroe de Cascorro, se quedó en Cuba para siempre, ya que falleció al año siguiente, el 17 de junio de 1897, en el hospital militar de Matanzas, víctima -como tantos otros compatriotas- de una enfermedad tropical.
Sin embargo, Ángel Hidalgo Girón, uno de los héroes del Zarzal de Río Cauto, pudo regresar con vida a España, con dos medallas de plata al cuello, con una pequeña pensión bajo el brazo, y con una gran cantidad de vivencias que contar a sus familiares y conocidos. Sus descendientes han guardado cuidadosamente los "papeles militares" de Ángel y, gracias a ellos, hemos podido reconstruir su peripecia cubana. Esta es su historia.
Ya comenté con anterioridad que Ángel pertenecía al reemplazo de 1892 (en aquellos años se entraba en quintas en enero del año en el que se cumplían los diecinueve), junto con otros tres históricos vecinos del pueblo: Eugenio Alonso Fernández, Ezequiel Martínez Alonso y Lorenzo Girón del Cerro; para su desgracia, los cuatro fueron declarados soldados sorteables.
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Ayuntamiento de Huérmeces: relación de soldados sorteables reemplazo de 1892 (24 enero 1892) |
El quinto Ángel Hidalgo, una vez tallado (1,65 metros de altura, ligeramente por encima de la media) y declarado soldado sorteable, quedó a la espera de conocer un destino que, en aquellos años, olía a Ultramar.
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Ayuntamiento de Huérmeces: tallado de los mozos del reemplazo de 1892 (7 febrero 1892) |
Conviene recordar el triste destino que sufrieron en Ultramar otros dos paisanos de Ángel, pertenecientes al reemplazo anterior (1891): Bartolomé Girón Alonso e Inocencio Díez Díaz-Villalvilla, que dejaron su vida en la isla caribeña. Tratamos de ellos en un post anterior Dos faroles apagados en La Habana (1897-1898)
En marzo de 1893 Ángel fue destinado al Regimiento de Infantería de la Constitución nº 29, con plaza en Pamplona. En aquella guarnición permanecería durante ocho meses, recibiendo la oportuna instrucción, englobado en el Primer Batallón de la Tercera Compañía.
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Tropas en el Cuartel de la Merced (Pamplona) c.1890 |
En noviembre de 1893 su batallón es destinado a Córdoba, pasando posteriormente al Puerto de Santa María y a Cádiz, dónde embarcó en el vapor "San Agustín" con rumbo a Melilla.
A la llegada a la plaza norteafricana, su batallón fue destinado al campamento "Ataque Seco", agregado a la brigada del general Arsenio Linares Pombo hasta principios de diciembre de 1893. En esta fecha fue trasladado al campamento del "Polígono", también en la ciudad melillense, dónde permaneció destinado durante los nueve meses siguientes.
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Campamento "Ataque Seco" (Melilla) |
En septiembre de 1894, su batallón regresó a Pamplona, dónde permaneció acuartelado durante casi un año. Entre medias se produjo el hecho trascendental que determinaría el futuro del batallón y de miles de soldados españoles de la época. El 24 de febrero de 1895 se registró el denominado "Grito de Baire", por el que daba comienzo la Guerra de Independencia Cubana. El traslado masivo de tropas a la Isla comenzó rápidamente.
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Grito de Baire, 24 de febrero de 1895 |
El 23 de agosto de 1895, su batallón partió en un tren especial desde Pamplona hasta Santander y su puerto. Seis días más tarde, el 29 de agosto de 1895, embarcó en el vapor "Alfonso XIII" rumbo a Cuba. El viaje duró diez días.
El 8 de septiembre de 1895, el vapor llegó a Caimanera, localidad costera situada en la Bahía de Guantánamo, en el extremo oriental de la Isla caribeña. Allí se produjo el transbordo de las tropas desde el vapor "Alfonso XIII" a otro buque de inferior calado, llegando el mismo día a Santiago de Cuba, ciudad situada a unos 80 km al oeste de la bahía.
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Tren militar en Cuba |
Al día siguiente, el 9 de septiembre de 1895, un tren ordinario trasladó a las recién llegadas tropas al poblado de Alto Songo, situado a unos 20 km al noreste de la ciudad de Santiago. Allí, el batallón de Ángel permaneció prestando servicios de acompañamiento de convoyes y realizando diversas operaciones de salida (especialmente, la acción del Ramón de las Yaguas) al mando del coronel Juan Tejeda Varela, hasta finales del año.
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Carga de caballería, Guerra de Cuba. Augusto Ferrer-Dalmau |
Pocas semanas después se producen los hechos que proporcionaron gloria, reconocimiento y recompensas a Ángel Hidalgo y a otros soldados y oficiales de su regimiento. El 2 de febrero de 1896, aconteció la denominada acción del Zarzal [Zarzal de Cauto o de Río Cauto], que consistió en un duro enfrentamiento entre fuerzas del Regimiento de la Constitución nº 29, mandadas por el coronel Juan Tejada Varela, y una partida de insurgentes al mando de José Maceo ("el León de Oriente", hermano del más famoso Antonio Maceo, "el Titán de Bronce").
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José Maceo Grajales (1849-1896) |
Las crónicas nos cuentan que las fuerzas españolas estaban compuestas por 982 hombres, mientras que las tropas rebeldes alcanzaban los 5000 soldados (hasta 6400, según algunas fuentes). Posibles exageraciones aparte, parece ser que el encuentro finalizó con la huida de las tropas cubanas, dejando atrás a unos 150 hombres, entre muertos y heridos. La victoria española levantó la moral de las tropas coloniales y se condecoró a buena parte de los soldados y oficiales que participaron en la batalla.
El coronel Juan Tejada Varela fue condecorado con la cruz laureada de San Fernando, considerada la mayor distinción militar otorgada en España.
El soldado Ángel Hidalgo Girón, lo fue con la cruz de plata al Mérito Militar con distintivo rojo, pensionada con 7,50 pesetas mensuales, a percibir con carácter vitalicio. Dice su expediente militar que Ángel resultó herido en la acción, por lo que tuvo que permanecer ingresado en el Hospital Militar de Cuba hasta el 21 de marzo, siendo entonces destinado al poblado de Palma Soriano.
El 29 de octubre de 1896, el batallón de Ángel fue trasladado en tren militar a Santiago de Cuba, embarcándose en el vapor "María Herrera" con destino a Nuevitas (en la costa norte de la entonces provincia de Puerto Príncipe), puerto dónde llegaron dos días más tarde.
Durante las semanas siguientes participaron en diversas acciones, siempre formando parte de la columna mandada por el general Adolfo Jiménez Castellanos: Redención, Oriente, Lugones, Delirio, La Conchita, Callejón de San Joaquín, Potrero Durán, Loma de las Trincheras, Alto del Palmarito ... todo un compendio de topografía bélica cubana. Todos los miembros del batallón de Ángel fueron felicitados por el general Castellanos, por su buen comportamiento en el campo de batalla.
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Bruma en Cuba. Augusto Ferrer-Dalmau |
El 15 de noviembre de 1896 embarcaron de nuevo en Nuevitas, ahora con destino a Gíbara, en la costa norte de la entonces provincia de Santiago (actual provincia de Holguín). Ángel participó en diversas operaciones al mando del general Emilio March García: Los Palmitos, Sabana Guillén y construcción del fuerte de La Berrosa.
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Oficial en Cuba. Augusto Ferrer-Dalmau |
El 29 de diciembre de 1896 embarcaron en Puerto Padre (20 km al oeste de Gíbara), desembarcando dos días más tarde en Santiago de Cuba, después de bordear toda la costa oriental de la isla.
En Santiago estuvieron hasta el 2 de enero de 1897, fecha en la que partieron en marcha con dirección a San Luis (25 km al norte de Santiago), permaneciendo allí destinado durante los siguientes seis meses.
El 3 de julio de 1897 Ángel Hidalgo fue ascendido a cabo, siendo destinado a la Segunda Compañía del Batallón, y partiendo hacia el poblado cercano de Dos Caminos, dónde permaneció durante los siguientes seis meses. Durante este tiempo, su batallón participó en un gran número de operaciones, especialmente durante los últimos días del mes de diciembre de 1897: Aguacate, Descanso del Muerto, Literas, Palo Picado, Ratonera, Baire (dónde el Grito) y Blanquizar; en este último lugar se tomó un campamento rebelde en el que se encontraba el cabecilla Pancho Diéguez. Todas estas operaciones fueron realizadas bajo el mando del general Arsenio Linares Pombo.
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Caballería en Cuba. Augusto Ferrer-Dalmau |
A finales de diciembre de 1897 regresó a Palma Soriano, participando durante el mes y medio siguiente en las acciones de Jiguani, Bayamo, Holguín, Descanso del Muerto, Tumba Vareas, Cuabas, Las Minas, Camasan, Doña Juana, Río Nabero, Rancho Nuevo, Guisa, Minas, Tacamar y Cayo del Rey.
El 13 de febrero de 1898, su batallón regresa a San Luis, aunque continuaron participando en varias acciones durante los dos meses siguientes: Dos Palmas, Mayala Solís, Perico, Guisa y Limones.
El 9 de abril de 1898 pasó con su compañía a prestar sus servicios al destacamento de Dos Caminos, permaneciendo en el mismo durante dos meses y medio, siempre al mando del general Arsenio Linares Pombo.
El 21 de junio de 1898 marchó hasta Santiago de Cuba, ciudad a la que llegó dos días más tarde. De Santiago pasó al cercano poblado de El Caney, quedando de trincheras con su compañía.
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Trincheras españolas en El Caney (1898) |
El día 1 de julio de 1898, la compañía de Ángel participó en la heroica Batalla de El Caney, un duro combate contra fuerzas norteamericanas muy superiores en número y equipamiento, recién desembarcadas en la Isla. Cayó en combate el general de Brigada Joaquín Vara de Rey Rubio, así como su hermano, el capitán de Infantería Antonio Vara de Rey, y su sobrino, el segundo teniente Alfredo Vara de Rey. Al mando de las tropas norteamericanas se encontraba el general Rufus Safter, que dispuso que se enterrara con todos los honores al general Vara de Rey.
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General Joaquín Vara de Rey (1841-1898) |
La Batalla de El Caney supuso una pérdida determinante para las tropas españolas en Cuba, aunque contribuyó a fijar la imagen heroica del soldado español ante el público norteamericano de la época.
A Ángel, junto al resto de personal de tropa que participó en la defensa de El Caney, le fue concedida una nueva condecoración militar: la Cruz de Plata del Mérito Militar con distintivo Rojo, que llevaba aparejada una pensión mensual de 7,50 pesetas, aunque esta vez no tenía carácter vitalicio. A diferencia de la concedida por la victoriosa acción del Zarzal (febrero de 1896), esta lo fue por un combate que acabó en derrota definitiva para el Imperio Colonial Español.
Tras la derrota de El Caney, la compañía de Ángel se retiró a Santiago de Cuba, permaneciendo de trincheras hasta el día 17 de junio de 1898. El día 12 de agostó de 1898 se firmó el armisticio con los Estados Unidos. La Isla de Cuba dejó de ser una colonia española. Ángel pasó las últimas semanas en Cuba acuartelado en el campamento de San Juan, esperando el embarque hacia España.
El 29 de agosto de 1898, su compañía embarcó en el vapor "Colón", en Santiago de Cuba, llegando al puerto de Santander el 14 de septiembre de 1898.
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Puerto de Santander: atracado, el vapor "Alfonso XIII" |
El 16 de septiembre de 1898 le fue concedida a Ángel Hidalgo Girón una licencia trimestral, bajo la cual marchó hacia Huérmeces, dónde residían sus padres, Mariano y María Cruz, y su hermano Santiago.
A finales de enero de 1899 causó baja en el Regimiento de Infantería de la Constitución nº 29 y pasó al Regimiento de Reserva de Miranda de Ebro nº 67.
Contrajo matrimonio con Hermenegilda Arce el 26 de noviembre de 1900, previa autorización del Ejército.
Ángel Hidalgo Girón causó baja definitiva en el Ejército a finales de mayo de 1903, como cabo, obteniendo la licencia absoluta tras haber cumplido los doce años reglamentarios desde su entrada en Caja, y habiendo observado buena conducta durante su permanencia en el servicio.
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Diario de Burgos, 5 de diciembre de 1903 |
Ángel tuvo la fortuna de sobrevivir al conflicto cubano, a pesar de haber participado en multitud de acciones bélicas y sorteado con éxito el embate de las enfermedades tropicales; pudo formar una familia aunque, también, tuvo la desgracia de ver como fallecían de muy niños once de sus diecisiete hijos.
ANEXOS
CONCESIÓN A ÁNGEL HIDALGO GIRÓN DE LA CRUZ DE PLATA AL MÉRITO MILITAR CON DISTINTIVO ROJO
Diario Oficial del Ministerio de la Guerra, 3 de octubre de 1896
DIPLOMA PARA ACREDITAR LA CONCESIÓN DE LA CRUZ DE PLATA DE LA ORDEN DEL MÉRITO MILITAR
Diploma mandado expedir por el Ministro de la Guerra [Marcelo Azcárraga Palmero] con fecha 13 de septiembre de 1897, y firmado por el general de división Juan Muñoz Vargas, subsecretario del Ministerio de la Guerra, para que el interesado pueda hacer uso de los beneficios generados por la condecoración impuesta (Cruz de plata del Mérito Militar con distintivo rojo). El texto manuscrito reza así:
"atendiendo al comportamiento observado y herida recibida por Ángel Hidalgo Girón, soldado de Infantería de la Constitución, en el combate sostenido contra los insurrectos en Zarzal de Cauto el dos de febrero del año próximo pasado, por Real Orden de primero de Octubre siguiente, le ha sido concedida la expresada condecoración, pensionada con siete pesetas cincuenta céntimos mensuales, vitalicia"
No obstante, en el reverso del diploma aparecen consignadas unas fechas y conceptos que parecen indicar que al soldado condecorado Ángel Hidalgo Girón no le llegaron (total o parcialmente) los importes correspondientes a la pensión vitalicia concedida o, al menos, pasaron muchos años antes de que pudiera percibirlas.
En fecha tan tardía como el 27 de noviembre de 1907 (más de diez años después de la concesión de la medalla) la Sección de Intervención de la Intendencia Militar de la Sexta Región (con sede en Burgos) ordena "tómese razón" por "no haber tenido efecto el anterior decreto" (el decreto de 9 de diciembre de 1868 por el que se creaba la Cruz de plata de la Orden del Mérito Militar), por lo que todo parece indicar que el interesado tuvo que reclamar la percepción de los haberes correspondientes.
Aunque la tinta se encuentra algo desvaída, aun puede leerse que "queda tomada razón" [...] "cuatrocientos sesenta y cuatro" (suponemos que pesetas). Teniendo en cuenta que la pensión vitalicia pareja a la medalla concedida a Ángel ascendía al importe anual de 90 pesetas (7,50 pesetas mensuales), puede intuirse que la cantidad reclamada suponía algo más de cinco años de percepción de la citada pensión.
Todo parece indicar que las autoridades militares españolas concedían prontamente las merecidas condecoraciones y pensiones a los valerosos soldados para que, posteriormente, las autoridades económicas ordenaran tarde y mal los pagos correspondientes, en consonancia con el lamentable estado de las arcas nacionales. El Desastre de 1898 tardó muchos años en ser superado por unos y por otros.
APUNTES GENEALÓGICOS
HERMEGILDA
- Hermenegilda Arce y Arce (San Martín de Ubierna, 27 sept. 1882)
Hermanos Arce Arce (todos nacidos en San Martín de Ubierna):
- Victorina (1878)
- Niño innominado (1880)
- Celestina (1881)
- Hermenegilda (1882)
- Victoriano (1884)
- María Pilar (1886)
- Albina (1887)
- Carlos (1891)
- Francisca (1892)
- María Encarnación (1895)
Padres:
- Valentín Arce Díez (San Martín de Ubierna, 1853)
- Celedonia Arce Cuezva (San Martín de Ubierna, 1854)
Abuelos paternos:
- Eulogio Arce Alonso (Ubierna, 1829)
- Valentina Díez Cerro (San Martín de Ubierna, 1829)
Abuelos maternos:
- Félix Arce Martínez (Ubierna, 1825)
- María Cuezva Cantón-Salazar (San Martín de Ubierna, 1828)
ÁNGEL
- Ángel Hidalgo Girón (Huérmeces, 28 febrero 1873)
Hermanos Hidalgo Girón (todos nacidos en Huérmeces):
- Santiago (1870)
- Ángel (1873)
- Marcelino (1875-1876)
- Niña innominada (1879) ver post La niña sin nombre
Padres:
- Mariano Hidalgo Montero (Hces, 1845)
- María Cruz Girón Arribas (Hces, 1839)
Abuelos paternos:
- Manuel Hidalgo Espinosa (Hces, 1816)
- Petra Montero Díaz-Tudanca (Hces, 1816)
Abuelos maternos:
- Primo Girón Valderrama (Hces, 1807-1855)
- Gregoria Arribas Díaz-Tudanca (Hces, 1814-1866)
FUENTES
Archivo Diocesano de Burgos:
- Parroquia de San Juan Bautista de Huérmeces: Libro de Bautizados VII (1877-1903), Libro de Bautizados VIII (1903-1914); Libro de Finados VII (1881-1915)
Archivo Municipal de Huérmeces:
- Padrones de Población de los años 1896, 1899, 1924, 1930 y 1935
- Padrones de Cédulas Personales de los años 1886, 1905 y 1915.
- Expediente de reemplazo del año 1892
Boletín Oficial de la Provincia de Burgos, de 27 de abril de 1892: relación de mozos sorteables pertenecientes al reemplazo de 1892; en la misma, aparece Ángel Hidalgo Girón, de Huérmeces
Boletín Oficial de la Provincia de Burgos, de 2 de diciembre de 1910: nombramiento de adjuntos a los jueces municipales; en la relación de cuatro vecinos de Huérmeces aparece Ángel Hidalgo Girón
Diario de Burgos, de 5 de diciembre de 1903: concesión de una pensión anual a personal de tropa licenciado; en la relación aparece Ángel Hidalgo Girón
AGRADECIMIENTOS
Para encontrar a los ancestros de Hermenegilda Arce y Arce he consultado el espléndido blog de Héctor Hernando Arce Genealogía Río Ubierna y, en concreto, las seis entradas dedicadas el apellido Arce en la Merindad. Por otra parte, Héctor ha tenido la amabilidad de proporcionarme datos genealógicos complementarios a los publicados en su blog. De esta manera, me he evitado dedicar una mañana entera a la consulta de los libros parroquiales de Ubierna, guardados en el Archivo Diocesano de Burgos.
A Andrés Silva y Adoración Ortega, descendientes de Hermenegilda y Ángel, por proporcionarme el denso expediente militar de Ángel Hidalgo Girón.
Es un placer aportar un granito de arena a tu fabuloso trabajo.
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