sábado, 27 de enero de 2018

Los últimos molineros de Huérmeces: Aquileo, Filiberto y Donato


Ya comentamos en una entrada anterior (Un pueblo con mucha molienda) la gran importancia que alcanzó en Huérmeces la industria molinera en tiempos pasados.

En las últimas décadas del siglo XIX y primeras del XX, aún se encontraban activos entre 5 y 7 molinos (1). A finales de los años 20 del pasado siglo, quedan operativos únicamente cuatro: los tres que han llegado a nuestros días y el molino de Las Huertas. Este molino, ya por entonces denominado Molino Caído, fue totalmente derribado por un vecino del pueblo (Jaime García Ubierna), al objeto de utilizar su piedra en la construcción de su nueva vivienda. El último molinero de Las Huertas fue Simeón Alonso.

Molino de Berlanga (Fuente la Hoz) hacia 1930
Años antes habían dejado de trabajar los molinos denominados de Los Nogales, Berlanga y El Rinconcillo. Suponemos que los de Navatillo y Mulimayor pasaron a la historia aún mucho antes. No hemos localizado el décimo molino al que hace referencia el Diccionario de Madoz.


En Huérmeces y en la mayor parte de los pueblos del entorno, los pocos molinos supervivientes han pasado a la historia con el nombre del último molinero que trabajó en ellos, que ha acabado por imponerse a la denominación histórica del paraje en el que se enclavaban aquellos.

Así, los tres molinos que han llegado a nuestros días han quedado grabados en la memoria popular con los nombres de Aquileo, Filiberto y Donato, pasando por encima de los tres parajes que los contemplan: Alba, Cigatón y Retuerta.


Molino de Cigatón, desde el Palacio de Arriba
En realidad, los molineros cuyos nombres han perdurado en la memoria popular no fueron los últimos que trabajaron en cada unos de ellos; los molineros que cerraron Alba, Cigatón y Retuerta fueron Rafael, Agapito y Joaquín, aunque estuvieron en activo mucho menos tiempo que sus predecesores, y en unos años en los que la industria molinera estaba ya en su recta final.

En poco tiempo, estos pequeños molinos fueron cerrando uno a uno, al compás de la proliferación de modernas fábricas de harinas en la periferia de las ciudades. El labrador vendía su cosecha de grano a la administración (Servicio Nacional del Trigo) y compraba al honrado comercio la harina que necesitaba.

Tras el cierre del negocio molinar, dejaron de realizarse las labores de limpieza de los cauces, se fueron pudriendo los tablones de los pontones, llegaron los consabidos saqueos y robos, pero los edificios de estos tres molinos no llegaron a arruinarse. A lo largo de las décadas de los sesenta y setenta, fueron adquiridos por manos que los mantuvieron en pie, acabando algunos por convertirse en bucólicas residencias de vacaciones y fines de semana.



Molino de Filiberto, Agapito o Cigatón



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1. Molino de Aquileo (Alba, Rallastra o La Bagoya): situado 4 km al norte del pueblo, en la orilla derecha del Úrbel, bajo los riscos de Peña Rallastra. Era el molino más cercano para los pueblos de Quintanilla Pedro Abarca, San Pantaleón y Ruyales del Páramo.


Los molineros que le dieron el nombre que ha permanecido hasta nuestros días fueron:

Aquileo García Celis (Coculina, 1896 - Burgos, 1976)
Esperanza Alonso González (La Nuez de Arriba, 1901)


Pequeña presa que daba servicio al molino de Aquileo

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Aquileo y Esperanza se hicieron cargo del molino en 1936, y llegaron a Huérmeces procedentes de Úrbel del Castillo y La Nuez de Arriba, en dónde también ejercieron de molineros.

Diario de Burgos, 20 de enero de 1932
Diario de Burgos, 12 de octubre de 1958

Diario de Burgos, 26 de septiembre de 1962
El molinero disponía de varios mulos con los que realizaba el trasiego de grano y harina entre el molino y los graneros de los diferentes vecinos que utilizaban sus servicios, incluidos pueblos cercanos como Montorio, o más alejados como Castrillo de Rucios y La Nuez de Arriba.

En enero de 1955, Paulino, un trabajador ambulante que por entonces residía en Ruyales del Páramo, se arrojó al vacío desde la Peña Rallastra, situada justo a la espalda oeste del molino. Quizás fueron los molineros de Alba los primeros en enterarse del triste suceso, avisando del mismo a las autoridades de Huérmeces. 

El último molinero que trabajó en Alba fue Rafael, hijo de Aquileo, durante los primeros años de la década de los sesenta del pasado siglo. Aquileo y Esperanza, ya jubilados, residieron aún unos años más en el viejo molino.


2. Molino de Filiberto  (Cigatón): situado a unos escasos 200 metros del casco urbano del pueblo, en la margen izquierda del río. Su largo cauce, que arranca aguas abajo del puente Miguel, también daba servicio a los desaparecidos molinos del Rinconcillo y Las Huertas.


Diario de Burgos, 29 de noviembre de 1930


Diario de Burgos, 24 de septiembre de 1952


Diario de Burgos, 21 de enero de 1954

Los molineros que le prestaron el nombre definitivo fueron:

Filiberto Ruiz Ruiz (Campolara, 1894)
Rita Mazagatos Vega (Campolara, 1887)

Se hicieron cargo del molino en 1926 y trabajaron en el mismo durante más de tres décadas (hasta 1957).


Los últimos molineros de Cigatón fueron, sin embargo, Agapito Barrio Sáez (Polientes, 1908 - Huérmeces, 1963) y Luisa Robles Fernández (Pedrosa de Valdelucio, 1904), que molieron allí entre 1957 y 1963. Con anterioridad, habían sido molineros en Santibáñez Zarzaguda, Hoyos del Tozo y Castrillo del Val.

Una vez finalizada su vida molinar, el edificio fue adquirido por Julián Pérez García -vecino que ejercía de sastre en Huérmeces- pocos años antes de partir hacia Gerona, ciudad en la que se estableció definitivamente.


3. Molino de Donato  (Retuerta): situado kilómetro y medio al sur del pueblo, en la antigua pradera, en la orilla derecha del Úrbel. El acceso al mismo solía realizarse por medio de un pontón que cruzaba desde la orilla izquierda del río.

Molino de Donato, años 50 (Fotografía cortesía de Petra García Villalvilla)
Donato García (foto cortesía de Petra García)
Los molineros que le dejaron el nombre que ha llegado a nuestros días fueron:

Donato García Fontúrbel (Huérmeces, 1894-1953)
Ludivina Díaz-Villalvilla Alonso (Huérmeces, 1895-1988)

Tras el temprano fallecimiento de Donato (1953) se hicieron cargo del molino su hijo, Joaquín (Huérmeces, 1931) y su mujer, Amalia (Lodoso, 1933).

El de Retuerta fue el último molino en funcionamiento en Huérmeces; molió hasta el año 1965, cuando Joaquín y su familia partieron hacia la ciudad de Burgos.

También este molino fue testigo de un trágico suceso. En julio de 1917, David, un niño de once años de edad, hijo de Francisco y Dorotea, vecinos de Huérmeces, pereció ahogado en sus inmediaciones, mientras su madre lavaba la ropa en el río, en compañía de otras mujeres. Parece ser que el niño se aventuró imprudentemente en aguas algo más profundas de lo aconsejable, siendo engullido por una especie de remolino, bajo la aterrada mirada de otros chavales que le acompañaban en sus juegos.

De los tres molinos que han llegado a nuestros días, este de Retuerta ha sido el único que ha pertenecido a la misma familia durante gran parte de los últimos cien años de funcionamiento. Desde que, hacia 1875, lo adquirió Julián, padre de Donato, hasta 1965, cuando el nieto de aquel, Joaquín, lo clausuró como tal.

Padres de Donato: Julián García Girón (Huérmeces, 1850) y Teodora Fontúrbel Marcos (Quintanilla Sobresierra, 1850).

Molino de Filiberto o Agapito (Cigatón)
(1) NOTA:
Propietarios de molinos activos en Huérmeces durante los últimos años del siglo XIX y primeras décadas del XX:

Anuario de Burgos (1894): 7 molinos: Marcial Alonso Bárcena, Julián García, Nicolás Medrano, Ezequiel Pérez Díez, Juan Tudanca Gómez, José Ubierna García y Narciso Varona Ubierna.

Anuario de España (1897-1901): 5 molinos: Marcial Alonso, Mauricio Díaz, Julián García, Florentín Ubierna y Ezequiel Pérez)

Anuario de España (1902-1905): 6 molinos: Marcial Alonso, Mauricio Díaz, Julián García, Primitivo López, Manuel Pérez y Pablo Ubierna.

Anuario de España (1908-1911): 7 molinos: Eustasio Alonso, Simeón Alonso, Mauricio Díaz, Julián García, Florentín Ibáñez, Manuel Marcos y Manuel Pérez. 

Anuario de España (1928): 4 molinos: Simeón Alonso, Viuda de Eustasio Alonso, Esteban García y Donato García.


miércoles, 17 de enero de 2018

¿La virgen románica de Huérmeces?



Hace unas pocas semanas, en una de las habituales búsquedas de documentación que suelo realizar en la red, encontré una imagen con una etiqueta que no pudo pasar desapercibida: 


Virgen románica de Huérmeces 
(libreriasantuario.com)



Una bonita talla, de estilo románico, en madera policromada, representando la típica imagen de una virgen sedente, con su niño-dios en el regazo.

No tenía noticia alguna relativa a la existencia de una talla románica de estas características, relacionada con Huérmeces; en la iglesia parroquial del pueblo se conserva una talla de virgen con niño, pero claramente datada como post-románica y, probablemente, también post-gótica.  

Aún así, cabe recordar que durante el pasado siglo XX, muchos párrocos adquirieron la costumbre de vender parte del patrimonio religioso de la parroquia, en aras de una recurrente necesidad de liquidez con la que poder afrontar reformas u obras de carácter siempre urgente.

Podríamos encontrarnos ante este caso: un cura que prestara su servicio en el pueblo hace muchas décadas y vendiera una poco conocida talla románica, procedente de alguna de las varias ermitas con que contó el pueblo en tiempos remotos (La Blanca, San Vicente, Santorcaz, San Pedrillo...), y guardada hasta entonces en un olvidado rincón de la sacristía o incluso en una vieja alacena de la casa rectoral.

Pinché rápidamente en la página web en la que se hospedaba la imagen: se trataba de una librería y tienda de objetos religiosos radicada en Valladolid. Aparte del precio, el artículo en cuestión estaba acompañado de una escasa información complementaria: referencia (V 220 VV), altura (27,5 cm) y acacabo ("Policromía Viejo Valladolid").

Llamé por teléfono a la tienda, con la esperanza de que pudieran proporcionarme algo más de información relativa a la "Virgen románica de Huérmeces": el nombre del taller que realizaba la réplica comercializada ... quizás la ubicación concreta de la talla original, si es que existía ... en qué museo o colección particular se guardaba ... o quizás en qué viejo libro de arte románico encontró el artista la fotografía en la que basó su trabajo ...

La única información de que disponía la tienda era que la réplica se realizaba en un veterano y afamado taller radicado en Horche (Guadalajara), y que quizás allí pudieran proporcionarme más detalles al respecto. Esta escueta información ya supuso un pequeño jarro de agua fría: ya sabemos que en Guadalajara existe otro pueblo con el mismo nombre de pila que el nuestro: Huérmeces ...  del Cerro, por lo que muy probablemente la talla original procediera de allí y se encontrara en algún museo provincial o incluso en la propia iglesia parroquial del lugar.

No obstante el bajonazo, al día siguiente llamé al taller (Arte Martínez). Me atendieron amablemente, aunque no pudieron concretarme el origen exacto de la talla; únicamente recordaban que venían realizando la réplica desde hacía muchos años, y que intentarían obtener una información más exacta en los días siguientes. Les proporcioné mi dirección de correo y quedé a la espera.


Mientras tanto, entre llamada y llamada, había comenzado a buscar información relativa a imaginería románica, en un intento por saber algo más de "nuestra" talla en concreto, y de tallas románicas en general.



















Si observamos "nuestra" talla con un poco de atención, podría aventurarse que posee elementos típicos tanto de un románico pleno (siglos XI-XII) como de otro mas tardío (siglo XIII). Tiremos, pues, de manual de arte románico:


Virgen Zolina (Pamplona) Siglo XII
Estas esculturas de cuerpo entero, exentas o de bulto redondo, representan a la Virgen María con el Niño-Dios sentado en su regazo. La virgen sirve de mero trono al niño-dios (por eso este tipo de tallas románicas recibe el nombre de Theotronos o Theotokos) y su imagen no resulta apenas femenina ni maternal.

La escultura presenta un aspecto duro, de rostros serios y de línea marcadamente simétrica y vertical, con el niño situado en el mismo eje de la virgen madre. Esta simetría vertical es característica de las vírgenes románicas más antiguas, ya que en épocas posteriores el niño irá desplazándose paulatinamente hacia la rodilla izquierda de la madre, hasta llegar a las tallas típicamente góticas. 


No existe ningún contacto visual entre madre e hijo, aunque si un leve detalle protector: la Madre apoya su mano izquierda sobre el mismo hombro del Hijo, detalle que podría significar una cierta evolución en la simbología de la talla: no solo se trata de una madre-trono, que también de una madre-protectora, más propia de una fase ya avanzada del románico, camino del gótico, con tendencia a introducir en las imágenes actitudes más naturalistas, menos hieráticas.

En la mano derecha del Hijo, se aprecia la señal de la bendición: tres dedos levantados, en referencia a la naturaleza trina de Dios, de la que Él mismo forma parte.


Virgen de la Malena (Catedral Huesca) XII
También son características las esferas que portan tanto la Madre como el Hijo: la primera, sostenida por la mano derecha derecha de la virgen, hace referencia a su atribución como redentora del pecado, como una segunda Eva (sujetando una poma o manzana del Paraíso); el Hijo, por su parte, sostiene una esfera más pequeña en su mano izquierda, indicadora de la totalidad, de la perfección.


Virgen Catalaín (Catedral Pamplona) XIII
La rica policromía de las tallas románicas tenía por objetivo acentuar la expresividad del conjunto, dada la relativa oscuridad del espacio en el que solían situarse estas imágenes: en el ábside, iluminadas tan solo por las estrechas ventanas que solían disponerse en los laterales de la típica cabecera de toda iglesia románica.

En aquellos tiempos medievales, quizás en las iglesias de las ciudades se realizaran encargos puntuales a imagineros de prestigio, pero en el medio rural nos encontraríamos con un artesano ambulante, siempre con sus tallas a cuestas, traginando de pueblo en pueblo ofreciendo sus obras. El elevado número de iglesias y ermitas que proliferarían por aquellas tierras de repoblación, ocasionarían una fuerte demanda de este tipo de tallas, pequeñas, manejables y, seguramente, también baratas. 



Virgen León (Museo Marés) XIII-XIV
Con el paso de los años, y a base de hilvanar la continuidad histórica de generaciones, muchas de aquellas tallas se convertirían en vírgenes milagreras, aparecidas a pastores y niños del pueblo, o descubiertas por el lugareño anónimo, al remover la tierra de su huerta; nacen así las recurrentes leyendas de imágenes escondidas tras la invasión árabe, y reencontradas después en fuentes, pozos, cuevas, troncos huecos o desolados páramos. 

Cuando una ermita o pequeña iglesia quedaba convertida en pura ruina, al compás de los movimientos migratorios de los años del avance cristiano hacia el sur, estas tallas pasarían a la iglesia más cercana, conservando el nombre original de la virgen, y sufriendo -a veces- rehabilitaciones y añadidos acordes con el discurrir de los tiempos y de los gustos artísticos.  

Hasta aquí la fase de recogida de información relativa a tallas marianas románicas en madera policromada. Ahora a esperar.


Cuando -al poco- llegó a mi correo la contestación del taller alcarreño, aún mantenía cierta esperanza acerca de la posible relación entre la talla y el Huérmeces burgalés. 

Pero no. La respuesta era en todo caso sorprendente: el taller desconocía completamente el origen de la talla que sirviera en su día de modelo para la réplica por ellos realizada, y la denominación comercial de ésta ("Virgen románica de Huérmeces") respondía exclusivamente al hecho de que una de las personas que trabajaba por entonces en el taller era natural del mencionado Huérmeces del Cerro.

Quizás un desenlace decepcionante. Bueno ... aunque estuviera prácticamente descartada cualquier relación de la talla con nuestro Huérmeces, seguía sin conocer el origen exacto de aquélla y -ya puestos- decidí amortizar el tiempo hasta entonces dedicado al asunto intentando averiguar algo más, que por algo estamos en la era Google.

Durante los días siguientes tecleé reiteradamente las palabras "virgen románica" en el buscador de imágenes, con la esperanza de encontrar alguna talla idéntica o por lo menos similar a la "nuestra". Nada. Ni remotamente parecidas. Probé en otros idiomas y con otras combinaciones de palabras: "romanesque virgin", "vierge romanique", "romanesque madonna and child", "madonna con bambino", ... Nada. Desfilaron cientos de imágenes, en una especie de sesión continua de imaginería mariana románica ... pero nada ... solo aparecían las réplicas ya conocidas, comercializadas por diferentes tiendas virtuales.  

Quizás el supuesto original haya desaparecido hace mucho tiempo y su imagen se encuentre recogida únicamente en algún descatalogado libro de arte, ajeno completamente al mundo digital.

Lo más probable es, sin embargo, que nos encontremos ante una obra neo-románica, una especie de recreación de una talla más o menos conocida, y que fuera realizada hace ya décadas por un habilidoso artesano, buen conocedor de la escultura románica en madera. Recordemos que la imagen, aparentemente, posee rasgos típicos de estéticas románicas tanto puras como más modernas, por lo que la talla que sirviera de modelo tendría que reunir estas características.

Todo parece indicar que "nuestra" virgen posee un más que notable parecido con la Virgen de Montserrat (Mare de Déu de Montserrat), tono epitelial aparte. La talla catalana procede del siglo XII, aunque el rostro y la cabeza del Nen fueron retocados en época posterior, por lo que presentan una estética naturalista ajena completamente al mundo románico; así como las manos de la Verge, que son un añadido del siglo XIX. 

Aunque son diferentes las proporciones entre las cabezas de Madre e Hijo, así como sus expresiones faciales, en todo lo demás destacan las coincidencias: la mano izquierda de la Madre casi apoyada en el hombro del Niño, la mano del Niño bendiciendo, detalles del trono, tocados que cubren las cabezas de la Virgen y el Niño, ubicación y tamaño de las esferas, pliegues de la vestimenta ...



Sea lo que fuere, hay que reconocer que el efecto estético obtenido resulta convincente, por lo menos a ojos de un profano: una talla armoniosa y dotada de un cierto "encanto", algo importante en este tipo de imágenes religiosas.




V-220 Virgen Huérmeces en distintos colores (artemartinez.com)



Como ya he comentado, son varias las tiendas virtuales que comercializan esta imagen en internet, presentada incluso en una pequeña variedad de policromados. En alguna de estas tiendas aparece etiquetada con el mismo nombre que le adjudicó el taller alcarreño: "Virgen románica de Huérmeces"; en otras, aparece referenciada como "Virgen románica pequeña" o simplemente como "Virgen románica"; a veces, con el añadido de "tallada y policromada a mano". 





EPÍLOGO:

Aún contando con esta pequeña decepción, cabe considerar como más que positivo el balance artístico-patrimonial de Huérmeces durante el recién expirado 2017: puede que hayamos perdido la posibilidad de una Virgen Románica, pero hemos ganado toda una Villa Romana, aunque esta esté aún enterrada a varios centímetros bajo tierra y su "descubrimiento" haya originado una considerable polvareda mediática. Cuando las aguas vuelvan a su cauce, recuperaremos una "vieja" entrada de este blog (4 Noviembre de 2017), retirada de la circulación por causa de fuerza mayor.






OBRAS CONSULTADAS:

"El arte románico en territorio burgalés", Emilio José Rodríguez Pajares, María José Bringas López (coord.), Universidad Popular para la Educación y la Cultura, Burgos (2004) ["Imágenes marianas de madera policromada", Clementina Julia Ara Gil, pág. 233-235]

http://www.arquivoltas.com/Presentacion/Presentacion47.htm 

http://blogarteehistoria.blogspot.com.es/2016/01/comentario-virgen-romanica-virgen-de-ger.html

sábado, 6 de enero de 2018

Iglesias en el entorno de Huérmeces (I)




Una selección de 65 iglesias parroquiales de pueblos situados en un radio de 10-15 kilómetros alrededor de Huérmeces, que se corresponde con parte de los valles formados por los ríos Brullés, Hormazuela, Ruyales, Urbel y Ubierna, así como la cabecera del Homino.

En la mayor parte de los pueblos del entorno, la iglesia parroquial constituye el elemento arquitectónico más importante del lugar. Es el edificio más alto, el más visible, también el más valioso artísticamente hablando; para algunos incluso, el de mayor valor sentimental. Salvo llamativas excepciones (quizá alguna ermita románica, algún palacio o castillo), ninguna otra construcción puede hacer sombra a la parroquia del lugar. 

En una comarca repoblada en los primeros tiempos (siglos IX-X), cabe suponer que abunden las iglesias con restos románicos más o menos predominantes, sobre todo en las poblaciones más pequeñas y apartadas de las rutas principales. En los pueblos de mayor tamaño, ante el aumento de población durante los siglos posteriores, fue necesario ampliar la vieja iglesia románica o sustituirla casi completamente por una nueva. En muchos casos, de la vieja iglesia románica solo se salvó la pila bautismal.

Para hacer manejable el tamaño de cada entrada, parece conveniente dividir la lista de 65 iglesias seleccionadas en cuatro entradas diferentes, que irán apareciendo a lo largo de los próximos meses:

I. Cuadrante
Nororiental
II. Cuadrante
 Noroccidental
1
Terradillos de Sedano
1
Los Valcárceres (Santa Cruz)
2
Nidáguila
2
Los Valcárceres (San Miguel)
3
Masa
3
Fuencivil
4
La Piedra
4
Quintanilla de la Presa
5
Úrbel del Castillo
5
Coculina
6
Quintana del Pino
6
Acedillo
7
La Nuez de Arriba
7
Quintanilla Pedro Abarca
8
Montorio
8
San Pantaleón del Páramo
9
Cernégula
9
Brullés
10
Quintanilla Sobresierra
10
Hormazuela
11
Hontomín
11
Bustillo del Páramo
12
Castrillo de Rucios
12
Ruyales del Páramo
13
Quintanarrío
13
Las Hormazas (La Parte)
14
Mata
14
Las Hormazas (Solano)
15
Robredo Sobresierra
15
Las Hormazas (Borcos)
16
Villalvilla Sobresierra
16
Los Tremellos
17
Gredilla la Polera


III. Cuadrante
 Sudoriental

IV.  Cuadrante Sudoccidental
1
Arroyal
1
Avellanosa del Páramo
2
Celada de la Torre
2
La Nuez de Abajo
3
Celadilla-Sotobrín
3
Las Celadas
4
Las Rebolledas
4
Lodoso
5
Peñahorada
5
Manciles
6
Quintanaortuño
6
Mansilla
7
Quintanilla Vivar
7
Marmellar de Abajo
8
Rioseras
8
Marmellar de Arriba
9
San Martín de Ubierna
9
Miñón
10
Sotopalacios (Acorro)
10
Pedrosa de Río Úrbel
11
Sotragero
11
Ros
12
Ubierna
12
San Pedro Samuel
13
Villanueva Río Ubierna
13
Santibáñez Zarzaguda
14
Villaverde Peñahorada
14
Susinos
15
Vivar del Cid
15
Tobar


16
Villorejo


17
Zumel


Iglesias en el cuadrante NE de La Comarca (I)






1.  Terradillos de Sedano

Situada en la ladera oriental del pueblo. La torre está situada –atípicamente- en la cabecera del templo. El atrio, al que se accede por medio de una puerta de arco de medio punto, rematada por una espadaña con frontón y remate de cruz, se encuentra profusamente ajardinado (Tamarix, Cupressus, Pisardii, etc).











2.  Nidáguila

Iglesia con variedad de estilos y abundantes restos románicos. Cementerio adosado a la torre. Atrio con arco de medio punto, ajardinado con coníferas de buen tamaño, lilos y plantas en maceta. En el entorno destacan los cantiles calizos del cañón del río San Antón. 











3.  Masa


Situada a la entrada del pueblo, en el barrio de Yuso, sobre el que destaca su espléndida espadaña, visible desde lejos según se accede desde la carretera del Escudo. Su amplia terraza contempla un espacio bien ajardinado, con cipreses, lilos y aligustres.





Añadir leyenda





4.  La Piedra


La iglesia, en la zona alta del pueblo, destaca por su espléndido ábside románico. En la zona posterior de la torre, medra un curioso ejemplar de saúco (Sambucus nigra).









5.   Urbel del Castillo

Situada a los pies del cerro del imponente castillo medieval; un nogal de grandes dimensiones preside la entrada. Cementerio adosado, ocupando gran parte de la terraza situada al este de la iglesia.









6.  Quintana del Pino

Humilde iglesia con trazas románicas y góticas, que se sitúa a las  afueras del pueblo, en un pequeño altillo. Con cementerio adosado.



La cubierta fue rehabilitada en 2014, al tiempo que se adecentaba el entorno. Recientemente (Octubre 2016) fue robada una de las dos pequeñas campañas de su espadaña. Sus dos bajorrelieves han sido relacionados con los existentes en la cercana iglesia de Montorio.









7.  La Nuez de Arriba

Pequeña iglesia situada en el mismo centro del pueblo, en terreno llano, totalmente rodeada de casas, sin aditamentos jardineros de ningún tipo.




 


 

 
 
8.  Montorio

Iglesia de buen tamaño y llamativa torre, situada en una terraza aledaña a las peñas que dominan el pueblo; todo el entorno de la iglesia se encuentra profusamente ajardinado y bien cuidado, constituyendo un auténtico parque urbano. Los tres relieves románicos (o prerrománicos) incrustados en su cabecera están supuestamente relacionados con los dos existentes en la iglesia de Quintana del Pino.









9.  Cernégula


Situada en pleno casco urbano; adosada a su cabecera, existe una interesante casa de la villa, con reloj, campanil e imagen encastrada  de la virgen; en el atrio, un espléndido moral ya centenario.










10.  Quintanilla Sobresierra

Situada en la parte alta del caserío, en la ladera del páramo que la rodea por el norte; acceso por una amplia escalinata; cementerio contiguo; reloj de sol en la fachada.












11.  Hontomín

Ubicada en la plaza mayor del pueblo, al lado de la antigua carretera. Un pasadizo subterráneo, que partía de debajo del altar, comunicaba la iglesia con una cueva situada fuera del pueblo. El reloj alojado en la torre, de origen barroco, aún sigue en funcionamiento.











12.  Castrillo de Rucios


Situada en la ladera del resalte calizo de El Castro, que protege por el norte al caserío. El cementerio se encuentra adosado al ábside de la iglesia. La cubierta fue totalmente rehabilitada no hace muchos años. La vista que ofrece el conjunto Iglesia-El Castro, entrando en el pueblo por la carretera, constituye una de las imágenes más bellas de La Comarca.







 

13.  Quintanarrío


Pequeña iglesia, de aires románicos, situada a las afueras del pueblo, en el antiguo camino que se dirigía a Robredo. Posee un cementerio adosado al muro norte de la nave. La iglesia ha sido completamente rehabilitada hace pocos años.
 










14. Mata

Bonita iglesia románica, con una peculiar gibosidad a la altura del ábside que hace inconfundible su perfil desde lejos. Situada a unos 300 metros al SE del pueblo, sobre un leve alomado del terreno, completamente rodeado de campos de labor. Cementerio adosado en su muro septentrional.










15. Robredo Sobresierra

Situada sobre una loma, a unos 200 metros al NE del pueblo, desde la que se ofrecen bellas vistas del entorno. Esta pequeña iglesia rural, robusta y bien construida, posee cierto encanto dentro de la sencillez predominante en sus líneas. Cementerio adosado en su pared norte.












16. Villalbilla Sobresierra

Iglesia de tamaño considerable para una población tan modesta. Estropean su imagen las viviendas casi adosadas que la rodean por el sur y por el este. Dentro del atrio, al que se accede por medio de una puerta con arco de medio punto, crecen dos buenos ejemplares de castaño de indias (Aesculus hippocastanum); un tercer castaño, aún mayor, crece en el cementerio adosado a la pared norte.









17. Gredilla la Polera

Situada en el Barrio de Arriba, ya en la ladera del Cerro, desde ella se contempla una buena panorámica de la mini comarca de Sobresierra-Las Billetas. Cementerio adosado a la torre, lo que originó el tapiado de la antigua portada. Cubierta recientemente rehabilitada.












FUENTES: 

Parte de las descripciones de los diferentes elementos de cada iglesia se ha extraído de la publicación Las mil y una iglesias de la diócesis de Burgos”, de Francisco Javier Gómez Oña. Monte Carmelo. Burgos (2010)