En entradas anteriores se ha tratado tanto de los aspectos arquitectónicos del edificio de la iglesia de Huérmeces como de su principal bien mobiliario, el retablo mayor. Además de este espléndido retablo clasicista, en la iglesia de San Juan Bautista de Huérmeces existen otros dos importantes retablos laterales: el retablo de Ánimas (situado en la nave de la Epístola), y el retablo del Cristo (situado en la nave del Evangelio), ambos diseñados -fundamentalmente- con el fin de servir como soporte de un lienzo de gran tamaño.
En la presente entrada hablaremos del retablo del Cristo que, además, es el más antiguo de los dos, ya que pertenece al período Pre-churrigueresco (hacia 1680), en contra del retablo de Ánimas, que lo hace al Churrigueresco (hacia 1740).
HISTORIA DEL RETABLO:
Parece ser que, a comienzos del siglo XVII, existía en la antigua iglesia tardogótica un altar dedicado a Santa Brígida. Desconocemos la ubicación exacta de aquel altar, pero el caso es que, en un momento dado (1605), se encarga la realización de unas tallas para el mismo; probablemente, se trate de las dos figuras que aparecen en las calles laterales del retablo actual: Santa Brígida y San Juan Bautista. Décadas más tarde (hacia 1680) se decide realizar un nuevo retablo, en el que se conjuguen las devociones a Santa Brígida y al Santo Cristo.
Desconocemos el nombre de los maestros que lo realizaron. También desconocemos si ya en su origen presentaba el recorte que se observa en la zona izquierda del basamento, realizado para practicar la puerta de acceso a la hoy denominada Capilla. En 1783, cuando se levantó la nueva iglesia neoclásica, precisamente esa "Capilla" fue la única estancia de la vieja iglesia tardogótica que se respetó íntegramente, quedando adosada a la nave del Evangelio. Durante gran parte de los siglos XVII y XVIIII, dicha estancia hizo las funciones de sala de juntas de las diferentes cofradías con que contaba la iglesia parroquial.
ARQUITECTURA DEL RETABLO:
Parece ser que, al construirse este retablo, lo que se pretendía era reunir en un único altar las devociones a Santa Brígida y al Santo Cristo. Por lo tanto, en la zona central se reservó un amplio espacio para un lienzo del crucificado, y en el ático se hizo lo mismo para disponer un relieve que narrase la escena del martirio de la santa.
El nuevo retablo, datado hacia 1680, descansa sobre un alto banco, y consta de un cuerpo de una calle, con dos entrecalles laterales, rematado con un pequeño ático de una calle y aletones.
Este diseño con entrecalles laterales no es frecuente en la zona. La proximidad entre cada pareja de columnas laterales es tal que la cornisa adopta un solo quiebro para abarcar a aquellas. En la predela, sin embargo, cada columna posee su propia ménsula acartelada. Las citadas columnas son del tipo salomónico, de seis espiras decoradas por los habituales sarmientos y racimos, guardando relación son los misterios eucarísticos.
El basamento presenta un espacio para el sagrario y, a ambos lados de este, unos grandes relicarios defendidos por balaustres, con marcos de orejeras infrecuentes en la zona.
El cuerpo del retablo se cierra con un entablamento guarnecido con denticulados y ovas. El friso lleva los tradicionales roleos, mientras que el arquitrabe se presenta a dos niveles.
El retablo fue sometido a los habituales trabajos de dorado y estofado, manteniendo los fondos de paramento en oro y coloreando casi todas las labores ornamentales en tonos azules y rojos. También se estofaron y encarnaron las esculturas, excepto la de San Juan. La escultura de Santa Brígida lleva un manto con cenefa estofada, alternando oro y pintura según trazados vegetales. Las labores de dorado fueron realizadas por Lucas de la Concha, Domingo Mansilla y Toribio García Pérez, en 1694.
Desconocemos el nombre de los maestros que lo realizaron. También desconocemos si ya en su origen presentaba el recorte que se observa en la zona izquierda del basamento, realizado para practicar la puerta de acceso a la hoy denominada Capilla. En 1783, cuando se levantó la nueva iglesia neoclásica, precisamente esa "Capilla" fue la única estancia de la vieja iglesia tardogótica que se respetó íntegramente, quedando adosada a la nave del Evangelio. Durante gran parte de los siglos XVII y XVIIII, dicha estancia hizo las funciones de sala de juntas de las diferentes cofradías con que contaba la iglesia parroquial.
ARQUITECTURA DEL RETABLO:
Parece ser que, al construirse este retablo, lo que se pretendía era reunir en un único altar las devociones a Santa Brígida y al Santo Cristo. Por lo tanto, en la zona central se reservó un amplio espacio para un lienzo del crucificado, y en el ático se hizo lo mismo para disponer un relieve que narrase la escena del martirio de la santa.
El nuevo retablo, datado hacia 1680, descansa sobre un alto banco, y consta de un cuerpo de una calle, con dos entrecalles laterales, rematado con un pequeño ático de una calle y aletones.
Columna salomónica |
Relicario |
El cuerpo del retablo se cierra con un entablamento guarnecido con denticulados y ovas. El friso lleva los tradicionales roleos, mientras que el arquitrabe se presenta a dos niveles.
En el ático, rodeando al relieve escultórico, encontramos un marco con peculiares codillos y tambanillo escalonado, donde se dispone una tarjeta de follaje. En los netos del sobrecuerpo figura una decoración de bolas.
Ménsula que soporta a cada columna |
ESCULTURA Y PINTURA DEL RETABLO:
Entrecalle izquierda:
Santa Brígida, virgen (cuya onomástica se celebra el 1 de febrero, y es una de los tres patrones del pueblo); la figura porta un libro en la mano izquierda y una palma en la derecha, esta última como símbolo del martirio; la talla, datada a comienzos del XVII, aún presenta valores renacentistas, mostrando una pose equilibrada, algo indolente y ligeramente serpentinata; su cabello, en quedejas, será popularizado posteriormente por Gregorio Fernández en sus "Inmaculadas".
Santa Brígida, virgen (cuya onomástica se celebra el 1 de febrero, y es una de los tres patrones del pueblo); la figura porta un libro en la mano izquierda y una palma en la derecha, esta última como símbolo del martirio; la talla, datada a comienzos del XVII, aún presenta valores renacentistas, mostrando una pose equilibrada, algo indolente y ligeramente serpentinata; su cabello, en quedejas, será popularizado posteriormente por Gregorio Fernández en sus "Inmaculadas".
Entrecalle derecha:
San Juan Bautista (el principal de los tres patrones del pueblo, cuya onomástica se celebra el 24 de junio); figura bien tallada, carente de dinamismo alguno, aunque parece querer establecer un mudo diálogo de miradas con el cordero; siguiendo el modelo iconográfico tradicional, el cordero se halla recostado sobre las Escrituras, y estas se apoyan sobre un tronco de árbol; destaca el realismo de la piel de camello que viste al santo.
San Juan Bautista (el principal de los tres patrones del pueblo, cuya onomástica se celebra el 24 de junio); figura bien tallada, carente de dinamismo alguno, aunque parece querer establecer un mudo diálogo de miradas con el cordero; siguiendo el modelo iconográfico tradicional, el cordero se halla recostado sobre las Escrituras, y estas se apoyan sobre un tronco de árbol; destaca el realismo de la piel de camello que viste al santo.
Cuerpo central:
Pintura del Santo Cristo: el lienzo, de grandes dimensiones, nos presenta a un Cristo caracterizado por su extrema corrección; destacan su equilibrio y serenidad, más propios del renacimiento que de los tintes dramáticos del Barroco; su aparente tenebrismo es más producto de la antigüedad del lienzo que del propio estilo pictórico, si bien tienen cierta importancia los efectos lumínicos.
Pintura del Santo Cristo: el lienzo, de grandes dimensiones, nos presenta a un Cristo caracterizado por su extrema corrección; destacan su equilibrio y serenidad, más propios del renacimiento que de los tintes dramáticos del Barroco; su aparente tenebrismo es más producto de la antigüedad del lienzo que del propio estilo pictórico, si bien tienen cierta importancia los efectos lumínicos.
Ático:
Relieve del martirio de Santa Brígida: aparecen, a ambos lados de la santa, dos rechonchos guerreros toracatos, con armadura y cascos, que oscilan entre la moda romana y renacentista; la santa presenta una clara actitud de padecimiento, ya que uno de los guerreros tira de su cabello, mientras que el otro, intenta desnudarla; por encima de la imagen, revolotean dos pícnicos angelitos, portando la palma del martirio y la corona de flores; entre las nubes, por encima de un paisaje campestre, se observa un alegórico arco de triunfo romano; en general, no puede decirse que nos encontremos ante un relieve de calidad artística destacable, aunque la altura a la que se encuentra origina que se diluya cualquier crítica.
Durante el siglo XVIII, el entonces denominado altar del Santo Cristo de la Fe fue muy utilizado para la celebración de misas y responsos por el alma de los fieles difuntos, según lo establecido en las Memorias Perpetuas correspondientes.
El retablo fue rehabilitado en su totalidad hace no muchos años (2006). No faltan quienes sostienen que, tras la rehabilitación, el retrato del Cristo ha perdido parte de su antigua expresividad.
Relieve del martirio de Santa Brígida: aparecen, a ambos lados de la santa, dos rechonchos guerreros toracatos, con armadura y cascos, que oscilan entre la moda romana y renacentista; la santa presenta una clara actitud de padecimiento, ya que uno de los guerreros tira de su cabello, mientras que el otro, intenta desnudarla; por encima de la imagen, revolotean dos pícnicos angelitos, portando la palma del martirio y la corona de flores; entre las nubes, por encima de un paisaje campestre, se observa un alegórico arco de triunfo romano; en general, no puede decirse que nos encontremos ante un relieve de calidad artística destacable, aunque la altura a la que se encuentra origina que se diluya cualquier crítica.
Durante el siglo XVIII, el entonces denominado altar del Santo Cristo de la Fe fue muy utilizado para la celebración de misas y responsos por el alma de los fieles difuntos, según lo establecido en las Memorias Perpetuas correspondientes.
El retablo fue rehabilitado en su totalidad hace no muchos años (2006). No faltan quienes sostienen que, tras la rehabilitación, el retrato del Cristo ha perdido parte de su antigua expresividad.
FUENTES:
"Retablos barrocos burgaleses. La Bureba, Los Páramos y comarcas próximas", Fernando Sánchez-Moreno del Moral. Diputación Provincial de Burgos (2006) [página 380]
"El retablo en Burgos y su comarca durante los siglos XVII y XVIII", René Jesús Payo Hernanz. Diputación Provincial de Burgos (1997) [página 498]
GLOSARIO:
-aletón: elemento (en forma de voluta: acaracolado)que une dos pisos de distinta altura y anchura, disimulando el desnivel.
-aletón: elemento (en forma de voluta: acaracolado)que une dos pisos de distinta altura y anchura, disimulando el desnivel.
Pequeños aletones situados a ambos lados del ático |
-Churrigueresco: variante española del estilo Barroco, destacando por su recargada ornamentación, y típica del primer tercio del siglo XVIII; más que un estilo arquitectónico, se trata de un estilo escultórico y decorativo, plasmado sobre todo en la retablística; su denominación hace honor a José de Churriguera (1665-1725), ensamblador de retablos que trabajó para diversas iglesias de Salamanca, Madrid y Valladolid.
-entablamento (cornisamento): conjunto de piezas que gravitan sobre las columnas en la arquitectura arquitrabada; consta de cornisa, friso y arquitrabe.
Entablamento: cornisa, friso y arquitrabe |
-estofado: es una técnica utilizada en madera policromada, que consiste en aplicar láminas de pan de oro sobre la madera, para posteriormente cubrirlas con diferentes pigmentos que contrasten con ese dorado y, finalmente raspar esta última capa formando dibujos que dejen al descubierto ese oro subyacente.
-neto: es la parte central del pedestal de una columna; la inferior se denomina plinto (basa), la superior, cornisa.
-ménsula: cualquier elemento estructural en voladizo.
-predela: banco o banca de un retablo; la plataforma sobre la que se asienta este.
Netos con y sin bola |
-predela: banco o banca de un retablo; la plataforma sobre la que se asienta este.
-roleo: elemento decorativo realizado mediante elementos enrollados; se suele disponer en capiteles y dinteles.
Roleos del friso |
-serpentinata: recurso artístico que persigue dotar de gracia y movimiento a la figura pintada o esculpida, haciendo que las extremidades vayan en una dirección y el torso en otra, generando una posición retorcida, en "S" o serpentina.
-tambanillo: frontón sobrepuesto a una puerta o ventana.
-toracato: figura escultórica típica del arte romano, en la que el atavío se presenta en forma de coraza (thorax, thoracis, en latín).