El día primero de marzo de 1914, a poco más de cinco meses vista del comienzo de la Primera Guerra Mundial, tuvo lugar en los locales del ayuntamiento de Huérmeces un peculiar acto, culminación de un sorteo efectuado apenas quince días antes.
La Ley de Reclutamiento de 1912 (que sustituía a la de 1896) establecía que, durante los diez primeros días del mes de enero del año en que cumplían los 21 años (en la ley anterior: 19 años), los mozos debían alistarse en el Ayuntamiento de residencia de sus padres. El denominado sorteo de quintos se efectuaba el tercer domingo de febrero, asignando a cada mozo un número.
A continuación se procedía, el primer domingo de marzo, al tallado, medición del perímetro torácico, pesaje y clasificación de los mozos (excluidos totales, excluidos temporalmente, soldados y exceptuados). A los mozos que no acudían al acto de clasificación y revisión médica se les consideraba prófugos.
A continuación se procedía, el primer domingo de marzo, al tallado, medición del perímetro torácico, pesaje y clasificación de los mozos (excluidos totales, excluidos temporalmente, soldados y exceptuados). A los mozos que no acudían al acto de clasificación y revisión médica se les consideraba prófugos.
En aquellos años, los números más bajos asignados en el sorteo de quintos significaban un destino casi seguro en África del Norte, en el Protectorado de Marruecos o en África Occidental Española (Ifni y Sahara). Por eso se decía que los mozos con números bajos "olían a africanistas".
En el sorteo de febrero de 1914, el mozo Bernardo [Díaz-] Villalvilla Alonso había sido agraciado con el número uno. Sin embargo, Bernardo no acudió al consiguiente acto de clasificación, ni nadie alegó causa de fuerza mayor alguna que justificase su ausencia.
En el sorteo de febrero de 1914, el mozo Bernardo [Díaz-] Villalvilla Alonso había sido agraciado con el número uno. Sin embargo, Bernardo no acudió al consiguiente acto de clasificación, ni nadie alegó causa de fuerza mayor alguna que justificase su ausencia.
Soldado de infantería en África (1910) |
En aquellos belicosos tiempos, no presentarse al acto de llamamiento y clasificación de soldados constituía una falta muy grave. Conviene recordar que, desde 1911, España estaba inmersa en la impopular Guerra del Rif, y que esta no finalizaría hasta 1927, con miles de muertos y los desastres de Annual y Monte Arruit (1921) de por medio. Y todo por el estúpido orgullo militarista que imperaba durante el nefando reinado de Alfonso XIII, que se obcecó en luchar por la posesión a ultranza de una tierra pobre y sin ningún interés estratégico.
El caso es que, en base a lo establecido en la citada Ley de Reclutamiento de 1912, el ayuntamiento de Huérmeces se vio obligado a instruir el oportuno expediente de prófugo contra Bernardo Villalvilla.
El caso es que, en base a lo establecido en la citada Ley de Reclutamiento de 1912, el ayuntamiento de Huérmeces se vio obligado a instruir el oportuno expediente de prófugo contra Bernardo Villalvilla.
Una vez abierto el expediente, el primer acto administrativo consistió en la inmediata citación de los padres del mozo, para que declarasen acerca de su paradero y de las posibles causas que hubieran impedido su comparecencia. El alcalde, Hipólito Ortega, firma una providencia citando a los padres de Bernardo. El escrito es entregado por el alguacil, Julián Ortega, en el domicilio de la familia Villalvilla Alonso, sito en el número 4 de la calle de la Plaza.
Dado que Natalio, el padre de Bernardo, se encontraba temporalmente ausente, le correspondió prestar declaración a la madre, María Alonso. La señora Alonso contó que su hijo Bernardo se había ido a trabajar de peón en Bilbao, y que haría unos cuatro años recibieron una carta suya en la que manifestaba su deseo de marcharse a América; tres meses después recibieron una nueva carta del hijo, esta vez remitida desde Veracruz (Méjico); posteriormente recibieron otras dos cartas más desde esa localidad, la última en las navidades de hace tres años; María añadía que desde entonces no habían vuelto a tener noticias de su hijo.
La declaración es firmada por Eugenio Alonso, hermano de María, ya que esta no sabía leer ni escribir, como era entonces relativamente habitual en personas de cierta edad.
Al día siguiente, es citado a declarar Dionisio Varona García, mozo agraciado con el número siete en el sorteo del alistamiento correspondiente al referido reemplazo de 1914. Dionisio confirma lo declarado por María: que le constaba que su compañero de quinta Bernardo se encontraba trabajando en Bilbao desde hacía unos cuatro años, tiempo durante el que mantuvieron alguna comunicación postal, y que escuchó al padre de Bernardo, Natalio, manifestar que su hijo se había ido a América.
Acto seguido, Lorenzo Girón, en su condición de regidor síndico del Ayuntamiento de Huérmeces, y una vez examinadas las declaraciones anteriores, dictaminó que procedía la declaración de prófugo del mozo Bernardo Díaz-Villalvilla Alonso, para su busca, captura y demás efectos legales; también concluyó que no se apreciaba complicidad alguna ni de sus padres ni de ninguna otra persona.
Finalmente, se hizo entrega del expediente a la madre de Bernardo y a Genaro Beato, padre del mozo Eustaquio Beato Moreno, número ocho del sorteo de reemplazo, al fin de oír sus alegaciones como parte afectada. La declaración de Genaro tampoco contradijo lo expresado por María y Dionisio, en cuanto a ausencia de complicidades en la presunta fuga del mozo. Y de esta manera, con las firmas del alcalde y secretario (Mauricio Díaz), se dio por finalizada la instrucción, en el ámbito municipal, del expediente de prófugo del mozo Bernardo Villalvilla Alonso.
Cabe aclarar que el expediente de prófugo tuvo nulos efectos, ya que Bernardo nunca regresó a España.
Bernardo había nacido en Huérmeces un 10 de marzo de 1893, en el seno de una humilde familia de labradores y jornaleros, que vivía -de renta- en el número 4 de la calle de la Plaza (en la misma casa que acabaría siendo propiedad de los descendientes de Miguel Díaz Martínez). El padre, Natalio Villalvilla, y la madre, María Alonso, criaron a nueve hijos, de los que Bernardo fue el tercero.
En aquellos primeros años del siglo XX, tiempos de penurias y estrecheces, no había futuro para todos en Huérmeces; así que estos nueve hijos, a muy temprana edad, tuvieron que buscarse la vida lejos del pueblo: Bilbao, Argentina, Cádiz, Madrid... fueron algunos de los destinos conocidos de los hermanos Villalvilla Alonso.
Bernardo había abandonado Huérmeces en 1909, a los 16 años de edad, para buscar trabajo en el industrioso Bilbao de aquellos tiempos. Al año siguiente, suponemos que una vez ahorrado dinero suficiente para pagarse el pasaje, se había embarcado rumbo a América; tras una breve estancia en Veracruz, Bernardo había llegado a la Argentina en 1911.
Al poco de llegar, había ingresado en la Armada Argentina, sirviendo como mayordomo en el acorazado "Moreno" durante seis años; también sirvió en el buque "Guardia Nacional"; durante la Primera Guerra Mundial, Bernardo navegó, fundamentalmente, por toda Norteamérica aunque, de su época en la Armada, guarda especial recuerdo de su viaje a las Islas Orcadas (1923-1924).
En el año 1933 se acogió a los beneficios de la jubilación militar, estableciéndose ya como civil en la localidad de Punta Alta, una ciudad semi costera, perteneciente a la provincia de Buenos Aires.
Elba Edith y Norberto Julián Villalvilla García (c. 1940) |
En Punta Alta abrió una cantina y, más tarde, una tienda de mercería, perfumería y juguetería, regentada por su esposa, la española Melchora García Díaz, con la que se había casado en 1925. El matrimonio Villalvilla García trajo al mundo a dos hijos: Elba Edith y Norberto Julián.
Punta Alta (Argentina), 1941 |
VICTORINO [DÍAZ-] VILLALVILLA ALONSO
Victorino, el hermano pequeño de Bernardo, fue una persona muy apreciada en la familia. Residió parte de su vida en Cádiz, regentando una carbonería; allí contrajo matrimonio en 1939 con Fernanda Teresa Villar Llano (Unquera, 1919-Madrid, 1989); años más tarde, se estableció en Madrid, trabajando en una ferretería propiedad de la familia de su mujer. No tuvieron descendencia. A lo largo de toda su vida, y mientras su salud se lo permitió, realizaron periódicas visitas a Huérmeces, manteniendo siempre el contacto con la familia.
Visitas, generalmente estivales, durante las que realizó numerosas fotografías, algunas de las cuales han servido de ilustración a varias entradas de este blog. Una de las más apreciadas data de agosto de 1939, y en ella aparecen varios familiares, entre los que destaca, a la derecha, la figura de Eugenio Alonso Fernández, tío de Victorino (hermano de su madre, María, en cuyo nombre firmó en el expediente de prófugo de Bernardo), y bisabuelo de quien esto escribe. Es la última fotografía de Eugenio, antes de que muriera, alcanzado por un rayo, un año más tarde, en julio de 1940.
Huérmeces, eras de Mercado, agosto 1939 |
Victorino falleció en Madrid, a finales de los años noventa del siglo pasado, no sin antes haber satisfecho uno de los grandes anhelos de su vida: visitar a sus parientes en la Argentina, a los descendientes de su hermano Bernardo.
APUNTES FAMILIARES
Tanto en los padrones de población como en otros documentos municipales o diocesanos, el apellido de Bernardo y sus hermanos aparece consignado tanto en la forma compuesta "Díaz-Villalvilla" como en la más elegante "Díaz de Villalvilla" o como en la más mundana "Villalvilla", a secas. Este hecho origina que, en ocasiones, sea difícil seguir el rastro de algunas personas. Bernardo se deshizo del Díaz al llegar a Argentina, mientras que otros hermanos lo mantuvieron durante toda su vida.
Natalio [Díaz-] Villalvilla Hidalgo (Hces, 1856) y María Alonso Fernández (Los Tremellos, 1866): trajeron al mundo a once hijos, todos ellos nacidos en Huérmeces:
- Emiliano (27 febrero 1890)
- Francisco (16 junio 1891 - Cádiz, 1937)
- Bernardo (10 marzo 1893)
- Fidel (10 noviembre 1894)
- Eustasio (28 marzo 1896)
- Jacinto (15 agosto 1897 - Tetuán, 1958)
- Pablo (24 enero 1900)
- Casilda (10 abril 1902)
- Elisa (1905)
- Dolores (1907)
- Victorino (1912)
DECLARANTES EN EL EXPEDIENTE DE PRÓFUGO
Genaro Beato Crespo (Las Hormazas, 1868), pastor en Huérmeces durante muchos años, junto con su esposa, Justa Moreno (Celadilla Sotobrín, 1865).
Eustaquio Beato Moreno (Hces, 1893), hijo de los anteriores, compañero de quinta de Bernardo, y hermano de Bienvenido (Hces, 1903), un curioso personaje a quien ya dedicamos una entrada en este mismo blog: Bienvenido: un bala perdida en el Burgos de hace noventa años
Dionisio Varona García (Hces, 1893), compañero de quinta de Bernardo; hijo de José Varona Ubierna (Hces, 1855) y Francisca García Güemes (Ruyales del Páramo, 1860)
Eugenio Alonso Fernández (Hces, 1872-1940): firmó y actuó en representación de su hermana María, madre de Bernardo; en aquellos años vivía en la hoy conocida como casa de José Alonso (Pepón) y Mónica Fernández.
CARGOS MUNICIPALES QUE INTERVINIERON EN EL EXPEDIENTE DE PRÓFUGO
Epifanio Ontillera Pérez (Las Hormazas, 1883): herrero de Huérmeces durante mucho tiempo (1915-1935); alcalde de Huérmeces entre 1914 y 1915; también fue secretario.
Mauricio Díaz Gallo (Hces, 1852): molinero en los Nogales, vivió en la hoy denominada "casa de Miguel", en el desaparecido barrio de La Parte; secretario municipal durante parte de la segunda década del siglo XX.
Julián Ortega Pérez (Santibáñez Zarzaguda, 1880), labrador y alguacil; vivió en la hoy conocida como "casa de Rodrigo".
Lorenzo Girón del Cerro (Hces, 1874-1970): labrador; actuó de síndico municipal en el expediente de prófugo; vivió en la hoy conocida como "casa de Fonsete".
PUNTA ALTA, PROVINCIA DE BUENOS AIRES, PARTIDO DE CORONEL ROSALES (ARGENTINA)
Situada a unos 580 km al SW de la ciudad de Buenos Aires, en la provincia homónima, Punta Alta es hoy una ciudad de unos 58.000 habitantes, capital del partido de Coronel Rosales. Su población está compuesta, principalmente, por emigrantes italianos y españoles; también abundan familias procedentes de Alemania, Francia, Holanda y países de la Europa del este.
La ciudad fue fundada en 1898, al calor de la construcción de un puerto militar. Posteriormente, contribuyó a su desarrollo la llegada del ferrocarril que la comunicaba con Rosario y con la cercana Bahía Blanca. Su diseño es típico en damero. En sus inmediaciones se encuentra la base naval Puerto Belgrano.
Más de cien años nos separan de la apertura del expediente de prófugo a un farol que acabó sus días en una pequeña ciudad al otro lado del charco. Por ironías del destino, casi al mismo tiempo en que Bernardo era declarado prófugo en España, ingresaba en la Armada del país que lo acogió, sirviendo en la misma durante casi veinte años.
Unos 11.000 km, en línea recta, separan Huérmeces de Punta Alta. Casi 14 horas de vuelo directo, si existiera, entre Madrid y Bahía Blanca, los dos aeropuertos internacionales más cercanos.
BANDA SONORA:
Sobra añadir que Bernardo, a pesar de que su nombre figure en un expediente de prófugo, no fue tal en absoluto, ya que el muchacho se limitó -como muchos otros- a emigrar a América en busca de un trabajo y un porvenir menos gris que el que le esperaba en su tierra y, de paso, de un porvenir menos breve que el que le esperaba en las descarnadas montañas del Rif, en el norte de África.
Por eso, una vieja canción de Víctor Manuel, El cobarde, nos puede servir para ilustrar el sentimiento anti militarista que existía en gran parte de la sociedad española durante las tres primeras décadas del siglo XX: a la guerra solo iban -y morían- los pobres; los hijos de los ricos se libraban, bien a cambio de dinero, bien utilizando todas las influencias familiares posibles.
El cantautor asturiano (Mieres, 1947) presentó la canción en el icónico año 1968, en el Segundo Festival de la Canción del Atlántico, celebrado en Santa Cruz de Tenerife. Ni que decir tiene que su contenido anti militarista no agradó a muchos, sobre todo dentro de la gama alta y uniformada de la sociedad de la época. Aunque la canción resultó ganadora, el entorno socio-político del festival obligó a repetir la votación y … "El cobarde" quedó en segundo lugar; cuentan que su autor se libró por los pelos de ser detenido, acusado de subvertir a los jóvenes. Qué tiempos … qué tiempos.
FUENTES:
FUENTES:
-Archivo municipal del Ayuntamiento de Huérmeces: padrones de población de los años 1896, 1899 y 1924; expediente de prófugo de Bernardo Villalvilla (marzo de 1914).
-Página web "El gran álbum de Punta Alta (1898-1941)":