Nos encontramos en 1861, reinaba en España la oronda figura de Isabel II, y gobernaban el país los miembros de un partido político denominado Unión Liberal, bajo la presidencia del general O'Donell. Los militares jugando a políticos, algo habitual durante gran parte del siglo XIX y en tiempos mucho más cercanos.
Aquel de 1861 resultó ser un año revuelto. En Andalucía, los campesinos andaban soliviantados y, el 28 de junio, protagonizaron la denominada Sublevación de Loja. Un numeroso grupo de jornaleros, encabezados por el veterinario Rafael Pérez del Álamo y al grito de "Viva la República y muera la Reina", asaltaron el cuartel de la Guardia Civil de Iznájar. La revuelta se extendió por diversas localidades granadinas y finalizó el 4 de julio. La represión sobre los cabecillas de la revuelta se materializó en el fusilamiento de 116 personas.
La comida de los segadores (Millet, 1853). Museum of Fine Arts, Boston |
El día 14 de julio de 1861, el Boletín Oficial de la provincia de Burgos publicó una circular (la nº 203) que no hace sino transcribir al pie de la letra la Orden emitida por el Ministro de la Gobernación del Reino (José Posada Herrera) con fecha de 10 de julio, haciendo referencia a los sucesos de Loja, y dictando una serie de instrucciones para evitar que se repitieran en el país sucesos de similar gravedad. La Orden ocupaba casi dos páginas completas de las cuatro de que constaba cada ejemplar del boletín provincial.
De todas formas, lo que ha llamado nuestra atención sobre ese ejemplar en concreto del boletín provincial ha sido otra circular (la nº 206) de mucha menor extensión (apenas 17 líneas) y nula relevancia a nivel nacional:
Desconocemos cómo finalizó el asunto, si Julián fue finalmente detenido y no tuvo más remedio que volver a casa del amo, o si retornó a Huérmeces, a la casa familiar, y el asunto de la fuga pudo arreglarse de alguna manera.
Lo que sí sabemos es que Julián, apenas tres años y medio después (febrero de 1865), se casó en Huérmeces con Gregoria Fernández Crespo (Hces, 1840).
También sabemos que en aquellos años se dedicaba al oficio de carretero-carpintero, prestando sus servicios en el cercano pueblo de Los Tremellos. Allí nacieron sus dos primeros hijos: María (1866) y Ceferino (1868). Poco tiempo después, se estableció en Huérmeces, dónde nacieron otros dos hijos: Eugenio (1873) y Mariano (1878).
En los padrones de población de Huérmeces correspondientes a los años 1896 y 1899 Julián (que ya tendría 59 y 62 años de edad) figura como labrador, por lo que suponemos que o bien había abandonado el oficio de carretero o bien lo ejercía a tiempo parcial. En aquellos años, el carretero "oficial" del pueblo era Domingo Arribas Serna (Hces, 1872), y así consta en los citados padrones.
Julián Alonso enviudó hacia el año 1910 y falleció en 1915, a la entonces avanzada edad de 78 años. Casi toda su vida (excepto los años pasados en Las Celadas y en Los Tremellos) residió en la casa número 20 de la calle de la Plaza, luego conocida como "casa de José y Mónica". José era su nieto. Hoy en día, la casa sigue en manos de la familia Alonso Fernández.
Julián Alonso, el criado que se fugó de la casa de su amo, era mi tatarabuelo por línea materna.
APUNTES GENEALÓGICOS
Julián Alonso Fernández (Hces, 1837-1915)
Padres:
- Mariano Alonso Espinosa (Hces, 1801)
- María Fernández Espinosa (Hces, 1801)
- Facundo Alonso Arce (Ruyales del Páramo, 1780)
- Gertrudis Espinosa Fontúrbel (Hces, 1780)
- Manuel Fernández Tudanca (Hces, 1780)
- Vicenta Espinosa Fontúrbel (Hces, 1778)
- Dominica Alonso Fernández (Hces, 1822)
- Manuel Alonso Fernández (Hces, 1824)
- Aquilina Alonso Fernández (Hces, 1826)
- Ramón Alonso Fernández (Hces, 1828)
- María Alonso Fernández (Hces, 1830)
- Teresa Alonso Fernández (Hces, 1833)
- Luisa Alonso Fernández (Hces, 1835)
- Bonifacia Alonso Fernández (Hces, 1839)
- Gregoria Fernández Crespo (Hces, 1840); boda en 1865, en Huérmeces
- María Alonso Fernández (Los Tremellos, 1866)
- Ceferino Alonso Fernández (Los Tremellos, 1868)
- Eugenio Alonso Fernández (Hces, 1873-1940)
- Mariano Alonso Fernández (Hces, 1878-1889)
APÉNDICES
LAS AUTORIDADES
Francisco de Otazu, gobernador civil de Burgos durante casi cinco años (1858-1863), en una época en la que lo normal era durar apenas medio año en ese cargo; alavés de nacimiento, perteneciente a una noble y acomodada familia, ocupó diversos cargos en los gobiernos civiles de Cuenca (1835), Guipúzcoa (1844), Barcelona, Málaga, Granada y Cádiz; Gobernador civil de Guadalajara (1857-1858) y Vizcaya (1858), antes de recalar en Burgos.
José Posada Herrera, (Llanes, 1814-1885): jurista y político que fue miembro de las más altas instituciones del país durante los años sesenta y setenta del siglo XIX. Fue miembro del Consejo Real, embajador de España ante la Santa Sede (1868), presidente del Congreso de Diputados (1876), presidente del Consejo de Ministros (1883-1884), senador (1884-1885) y, sobre todo, ministro de la gobernación durante varios de los gobiernos de la Unión Liberal del general Leopoldo O'Donell, entre los años 1858 y 1866. Mientras ocupaba este último cargo fue denominado "el gran elector", dadas su falta de escrúpulos y la gran habilidad mostrada para que en las elecciones se mantuviera el tan denostado control gubernamental sobre el resultado de aquellas.
CRIADOS FUGADOS DE CASA DE SUS AMOS: UN HECHO RELATIVAMENTE HABITUAL EN AQUELLOS TIEMPOS
Por lo observado en el Boletín Oficial de la provincia de Burgos de aquellos años (tercer cuarto del siglo XIX), era relativamente común la inserción de "Circulares", emitidas por el Gobierno de la Provincia, en las que se reclamaba la detención y puesta a disposición de los alcaldes de aquellos "criados" que se hubieran "fugado" de casa de sus "amos".
En la mayoría de los casos, se trataba de personas menores de edad (en aquellos años, la mayoría de edad se alcanzaba a los 21 años), aunque también había jóvenes mayores de edad. Estas "circulares" compartían espacio con otras que ya adquirían -en algunos casos- categoría judicial, al ser reclamadas personas fugadas de cárceles y penales, menores de edad fugados de la casa paterna, quintos reclamados por las cajas de recluta, personas con deficiencias físicas o psíquicas, pastores que abandonaron su rebaño...
En algunos casos, al criado fugado se le acusaba de haberlo hecho en compañía de enseres y efectos pertenecientes a su amo, por lo que el caso también adquiría caracteres penales.
A título de ejemplo, incluimos una tabla conteniendo alguno de los numerosos casos de "criados fugados de la casa de sus amos" que figuran en diversas circulares emitidas por el Gobierno de Burgos entre los años 1851 y 1874, y publicadas en el Boletín Oficial de Burgos (a partir de 1857 denominado Boletín Oficial de la Provincia de Burgos).
En cada circular aparece un apartado titulado "señas" en el que se describen los principales caracteres físicos y la vestimenta de la persona buscada. Se pueden leer cosas tales como:
- estatura: corta, regular, alta, medida en pies y pulgadas ...
- cara: redonda, regular ...
- nariz: roma, corta, regular, grande, grande y ancha ...
- color de pelo: moreno, castaño ...
- color y tamaño de los ojos: castaños, rojos, grandes, "garzos" ...
- labios: abultados ...
- color de piel: "bueno", trigueño, moreno, "bazo-enfermizo", ...
- otros detalles: bien parecido, barba nada, ...
- vestimenta: borceguíes blancos, pantalón y chaqueta de paño rojo, paño pardo, chaleco de mahón, gorra de piel, sombrero negro bajo, gorra de pellejo, vestía "al uso del país", calzado de mujer