En el mundo rural, hasta bien avanzado el siglo XX, no era nada habitual la posesión de un reloj individual, bien de bolsillo, bien de pulsera.
Y no es porque el conocimiento exacto de la hora careciera de importancia para el agricultor o el ganadero, sino porque la economía rural tenía sus limitaciones y sus prioridades. Y el precio de un reloj de bolsillo o de pulsera sobrepasaba el alcance de la mayor parte de las familias.
Con la experiencia acumulada durante siglos, el labrador sabía de sobra realizar un cálculo aproximado de la hora: a partir de la altura del sol, o de la sombra proyectada por un alargado chopo o una prominente peña.
Y si tenía la suerte de que la iglesia de su pueblo gozara del complemento de un reloj de campanario, le bastaba con aguzar la vista o escuchar atentamente los toques del campanil o campana de turno.
De las 70 iglesias con que cuenta La Comarca, son aproximadamente la mitad (34) las que poseen reloj en su torre-campanario.
Excepto los 12 relojes de nueva implantación, pocos son los que funcionan correctamente. Algunos estropeados, otros de difícil recuperación, otros sencillamente abandonados a su suerte. En muchos casos, funciona únicamente el dispositivo electrónico que interviene en el toque de campanil, permaneciendo las manillas inmóviles desde hace tiempo.
Sorprendentemente, el resucitado toque de campana o campanil, de horas y medias horas, ha resultado ser un asunto conflictivo en algunos pueblos, por las supuestas molestias que el sonido de campana pudiera ocasionar a los vecinos cercanos a la torre. Tal es así que, en varios lugares, ha habido que desconectar el sistema sonoro o, por lo menos, limitarlo a las horas diurnas. Un asunto un tanto incomprensible, pero sensibilidades variadas y variables hay por doquier.
Aunque muchos relojes ya no cumplan con su cometido principal, es indudable su valor ornamental e, incluso, sentimental, por lo que merecería la pena realizar al menos un intento de clasificación, basado tanto en las características de la esfera como en las peculiaridades de su ubicación en la torre correspondiente.
En primer lugar, conviene destacar que varios relojes de La Comarca poseen el sistema de manilla única, que atraviesa casi completamente el diámetro de la esfera, y posee unos ornamentos muy característicos. Hasta el siglo XVIII, este sistema de una sola manilla o aguja era lo habitual en los relojes de campanario, por lo que su presencia da fe de la antigüedad del reloj. Eran tiempos en los que el conteo de minutos carecía de importancia, y era la hora la reina absoluta del tiempo.
Aún quedan en Europa muchos relojes de una sola manilla, tanto en edificios religiosos como civiles. En España, por citar dos ejemplos, uno de cada tipo: puerta del Reloj de la Catedral de Toledo y Torre del Reloj de Lastres (Asturias), ambos de mediados del siglo XVIII.
Reloj neoclásico de la iglesia de Santibáñez: junto con el de Ros, uno de los más espectaculares de la Comarca; acompañado por unos interesantes relieves románicos |
Con la experiencia acumulada durante siglos, el labrador sabía de sobra realizar un cálculo aproximado de la hora: a partir de la altura del sol, o de la sombra proyectada por un alargado chopo o una prominente peña.
Y si tenía la suerte de que la iglesia de su pueblo gozara del complemento de un reloj de campanario, le bastaba con aguzar la vista o escuchar atentamente los toques del campanil o campana de turno.
La Nuez de Arriba: uno de los dos relojes con que cuenta su iglesia, el orientado al este |
De las 70 iglesias con que cuenta La Comarca, son aproximadamente la mitad (34) las que poseen reloj en su torre-campanario.
Excepto los 12 relojes de nueva implantación, pocos son los que funcionan correctamente. Algunos estropeados, otros de difícil recuperación, otros sencillamente abandonados a su suerte. En muchos casos, funciona únicamente el dispositivo electrónico que interviene en el toque de campanil, permaneciendo las manillas inmóviles desde hace tiempo.
Ubierna: un reloj moderno en uno de los huecos del campanario |
Sorprendentemente, el resucitado toque de campana o campanil, de horas y medias horas, ha resultado ser un asunto conflictivo en algunos pueblos, por las supuestas molestias que el sonido de campana pudiera ocasionar a los vecinos cercanos a la torre. Tal es así que, en varios lugares, ha habido que desconectar el sistema sonoro o, por lo menos, limitarlo a las horas diurnas. Un asunto un tanto incomprensible, pero sensibilidades variadas y variables hay por doquier.
Reloj de la iglesia de Masa, situado en la parte trasera de la torre anexa a la espadaña |
Aunque muchos relojes ya no cumplan con su cometido principal, es indudable su valor ornamental e, incluso, sentimental, por lo que merecería la pena realizar al menos un intento de clasificación, basado tanto en las características de la esfera como en las peculiaridades de su ubicación en la torre correspondiente.
En primer lugar, conviene destacar que varios relojes de La Comarca poseen el sistema de manilla única, que atraviesa casi completamente el diámetro de la esfera, y posee unos ornamentos muy característicos. Hasta el siglo XVIII, este sistema de una sola manilla o aguja era lo habitual en los relojes de campanario, por lo que su presencia da fe de la antigüedad del reloj. Eran tiempos en los que el conteo de minutos carecía de importancia, y era la hora la reina absoluta del tiempo.
Aún quedan en Europa muchos relojes de una sola manilla, tanto en edificios religiosos como civiles. En España, por citar dos ejemplos, uno de cada tipo: puerta del Reloj de la Catedral de Toledo y Torre del Reloj de Lastres (Asturias), ambos de mediados del siglo XVIII.
Diez son los relojes de La Comarca que conservan el sistema de manilla única: Castrillo de Rucios, Celada de la Torre, La Nuez de Arriba, Peñahorada, La Piedra, Ros, Santibáñez Zarzaguda, Susinos del Páramo, Los Tremellos y Villarmentero.
Según las características particulares de la esfera, podemos diferenciar ocho grupos principales de relojes de campanario:
1-Relojes con solera: se trata de ejemplares grabados en piedra, a veces con los números repintados; encontramos relojes de este tipo en las iglesias de Celada de la Torre, Huérmeces, Rioseras (San Saturnino), Ros, Santibáñez Zarzaguda y Tobar.
Los relojes de Ros y Santibáñez guardan un gran parecido, ya que que fueron tallados en años cercanos (1807 y 1796, respectivamente).
El de Huérmeces perdió -desgraciadamente- su maquinaria original. El estado de conservación del reloj de San Saturnino de Rioseras está en consonancia con el estado general del edificio de la iglesia. Alguno de estos relojes grabados en piedra se encuentra, sin duda, entre los más bellos de La Comarca y más allá.
Celada de la Torre (manilla única) |
Huérmeces |
Ros (manilla única) |
Tobar |
Santibáñez Zarzaguda (manilla única) |
Rioseras (San Saturnino): la manilla de las horas se encuentra partida; los números apenas resultan visibles |
2-Relojes mixtos (2): una parte de la esfera está directamente grabada en los sillares de piedra de la torre, mientras que otra parte se encuentra pintada o añadida. En el reloj de Castrillo de Rucios, son los números los que están grabados en la piedra, y pintado el borde de la esfera. Por su parte, en el reloj de Las Quintanillas, es la esfera la que está realizada en piedra, mientras que los números (en un inusual tono dorado) han sido recientemente adheridos a la misma.
Castrillo de Rucios (manilla única) |
Las Quintanillas (primer cuerpo de la torre) |
En Las Quintanillas, además, se da la circunstancia de que, hasta hace muy poco tiempo, era un reloj situado en el último cuerpo de la torre el que funcionaba, encontrándose desmontado (sin manillas ni números dorados) el ubicado en el primer cuerpo, que es el que ahora funciona.
Las Quintanillas (reloj desmontado en el cuerpo tercero de la torre) |
3-Relojes blandos (4): en general, estos dalinianos relojes están fabricados en chapa, que hoy se presenta arrugada, ondulada, cuarteada y partida por la acción de los elementos; relojes de este tipo encontramos en Montorio, La Nuez de Arriba (2) y Peñahorada.
El de La Nuez de Arriba tiene la peculiaridad de ser doble, ocupando las orientaciones este y oeste de la caseta del reloj, para que la hora pudiera ser vista desde todo el caserío del pueblo, alineado precisamente en esa dirección.
Montorio |
La Nuez de Arriba, orientación este (manilla única) |
El reloj del antiguo colegio-seminario de Quintanilla Escalada no pertenece a La Comarca, pero la belleza de sus arrugas le hace acreedor a un puesto dentro de la categoría de relojes invitados.
4-Relojes en porciones (1): el único representante de este grupo, el reloj de la iglesia de Masa, ha perdido dos porciones de chapa segmentada: la VI y la VII. ¿A dónde habrán ido a parar esas horas perdidas? Quizás algún vecino las guarde como oro en paño, por si algún día necesita recuperar el tiempo perdido. Quizás yazcan a algún centímetro bajo tierra, cubiertas por décadas de sedimentos antrópicos. Quizás algún turista de paso las guarde como simple souvenir rural.
A pesar de su pésimo estado de conservación, este reloj de Masa es uno de los más bellos de la zona, y merecería mejor suerte, ahora que las finanzas eólicas permiten ciertas alegrías.
5-Relojes tatuados (5): esferas pintadas directamente sobre la piedra o utilizando cemento como lienzo; integran este grupo los relojes de Arroyal, Hontomín, Susinos del Páramo, Los Tremellos y Villorejo.
La pequeña joya de este grupo de relojes la constituye, sin duda, el de Hontomín. Aparte del indudable encanto naif de su esfera pintada sobre la piedra, este tricentenario reloj conserva la maquinaria original de tiempos barrocos; además, cuenta con un pequeño ventanuco, dispuesto justo debajo del XII, que hacía las veces de oteadero y tragaluz.
También conserva la maquinaria original el reloj de Los Tremellos, de manilla única.
No sucede lo mismo con el reloj de Villorejo, que perdió la maquinaria original en la última remodelación realizada; sus manillas no funcionan, únicamente el sonido campanil.
En el reloj de Susinos tampoco funcionan las manillas, por falta de una pieza fundamental y de difícil localización.
6-Relojes de cristal: solo hemos encontrado el ejemplar existente en la iglesia de Santa Cruz del Tozo. Si no es cristal, se le parece bastante. En todo caso, este metafórico reloj parece querer recordarnos que el tiempo es frágil, incluso a sus doce metros y pico de altura. Un reloj único, este del Tozo.
7-Relojes minimalistas: la esfera, realizada en cemento o grabada sobre la piedra, carece de números o rayas, probablemente borrados por la acción del tiempo; disponemos en La Comarca de tres ejemplares de este tipo: La Piedra, Quintanilla Sobresierra y Villarmentero. Los dos primeros, en cemento; el último, en piedra; el primero y el último, con manilla única, el minimalismo llevado a su cota máxima.
8-Relojes nuevos: instalados en las dos o tres últimas décadas, generalmente de esfera metálica, colocados (atornillados) a una zona prominente de la torre; a veces en el mismo lugar que ocupaba el viejo reloj (San Pedro Samuel); encontramos este tipo de relojes "modernos" (con la marca comercial y fecha correspondientes, cuando las hubiere) en las iglesias de:
-Avellanosa del Páramo
-Celadilla Sotobrín (A. Cano Burgos 1997)
-Cernégula
-La Parte (Las Hormazas)
-Lodoso (V. Tajadura Burgos 1979)
-Quintanaortuño (1995)
-Quintanilla Pedro Abarca (Latorre)
-Las Rebolledas (A. Cano Burgos)
-San Pedro Samuel
-Terradillos de Sedano (A. Cano Burgos)
-Ubierna (A. Cano Burgos)
-Villanueva Río Ubierna (A. Cano Burgos)
Terradillos de Sedano |
Los relojes de Lodoso y La Parte tienen la particularidad de estar formados por cuatro y dos piezas de chapa, respectivamente, que se corresponden con los cuatro cuadrantes circulares o los dos semicírculos; ambos están fijados directamente sobre la piedra.
Cinco de estos nuevos relojes (Celadilla, Las Rebolledas, Terradillos, Ubierna y Villanueva Río Ubierna) han sido fabricados e instalados por el conocido relojero canario-burgalés Antonio Cano.
Hay que destacar una reciente baja en el catálogo de relojes de La Comarca: el de Sotragero, que se encontraba enclavado en una pequeña construcción en piedra (la caseta del reloj), anexa a la espadaña. El anexo y su reloj, en pésimo estado de conservación, fueron suprimidos en la última rehabilitación de la iglesia. Aparentemente, su esfera estaba confeccionada en chapa.
También es posible realizar una clasificación basada en la situación del reloj en la torre o espadaña correspondiente:
1-Relojes sobre torre: 20 relojes (el 59% del total) se ubican en torres cuadrangulares o rectangulares; según la posición frontal o lateral que ocupan en la torre, tenemos la subdivisión siguiente:
-en posición frontal (15): Avellanosa, Celadilla Sotobrín, Hontomín, Huérmeces, La Parte (Las Hormazas), La Piedra, Quintanilla Pedro Abarca, Las Quintanillas, Quintanaortuño, Ros, Santibáñez, Susinos, Tobar, Ubierna y Villorejo.
-en posición lateral (5): Lodoso, Montorio, Quintanilla Sobresierra, Las Rebolledas y Villanueva Río Ubierna.
2-Relojes sobre espadaña: 6 relojes (18%) se ubican en la fachada frontal de espadañas; según la posición que ocupen en aquellas, tenemos:
-en remate o posición culminante (3): Celada de la Torre, Terradillos de Sedano y Los Tremellos.
-en cuerpo intermedio (3): Peñahorada, San Pedro Samuel y Villarmentero.
3-Relojes sobre espadaña-torre: 3 relojes (9%); Arroyal, Masa y Santa Cruz del Tozo.
4-Relojes en un anexo a la espadaña: 3 relojes (9%); Castrillo de Rucios, La Nuez de Arriba y Sotragero (desaparecido).
5-Relojes en un anexo a la torre: San Saturnino de Rioseras, situado en el cuerpo exterior de la escalera de la torre.
6-Relojes en un anexo civil: tal y como sucede en el edificio anexo a la iglesia de Cernégula.
En cuanto a la posición relativa del reloj con respecto a las campanas principales, encontraremos los siguientes casos:
-relojes situados sobre las campanas: Avellanosa, Celada de la Torre, Lodoso, Masa, Quintanilla Pedro Abarca, Quintanilla Sobresierra, Quintanaortuño, San Pedro Samuel, Santa Cruz del Tozo, Terradillos de Sedano, Villarmentero, Villorejo.
-relojes debajo de las campanas: Hontomín, Huérmeces, La Parte, La Piedra, Las Quintanillas, Peñahorada, Rioseras, Ros, Santibáñez, Susinos, Tobar, Villanueva Río Ubierna.
-relojes a la misma altura que las campanas: Los Tremellos, Montorio y Sotragero.
-relojes que aprovechan el hueco de alguna campana: Celadilla Sotobrín, Las Rebolledas y Ubierna.
-relojes rematados por un campanil: Arroyal, La Nuez de Arriba y Terradillos de Sedano; además, muchas de las torres y espadañas que cuentan con reloj se encuentran rematadas por un campanil, más o menos decorado, al que se supone conectado el mecanismo percutor de aquel.
A modo de resumen final, añado una pequeña tabla con las características generales de los 34 relojes de La Comarca (incluido el extinto de Sotragero), consignando estado de conservación, orientación, tipo de manilla, tipo de esfera y situación de cada reloj en la torre o espadaña de la iglesia correspondiente; en amarillo, los relojes de esfera antigua; en verde, los de esfera nueva:
Como cabría esperar, la orientación más común es la sur (38%), seguida por la oeste (29%) y la este (24%); la más rara, como también cabría suponer, la norte (9%).
Por último, reiterar que la ubicación más común de los relojes es la de los últimos cuerpos de torres y espadañas, allí donde su visibilidad -desde el caserío del pueblo- sea mayor; la situación frontal o lateral del reloj en la torre vendrá determinada por la situación del caserío; a veces, si la iglesia se encuentra en el centro del pueblo, y el caserío de este es alargado, puede ser necesaria la presencia doble de reloj (La Nuez de Arriba).