Hasta
los tiempos de la desamortización
de Madoz (1855), varios eran los curas que residían en el pueblo y que
cobraban de sus vecinos, bajo la fórmula de impuestos religiosos (diezmos y primicias) o de cobros por ejercicio de culto (derechos de estola).
La
abundancia de curas dependía no sólo de la demografía y riqueza del lugar, que
también de la existencia de familias pudientes y pías que fomentaran y
financiaran actividades de culto complementarias (capillas en palacios,
ermitas, hospitales, etc.)
En
los tiempos del Catastro de Ensenada (1752) había seis curas beneficiados en
Huérmeces; un siglo más tarde, en 1850, aún residían en el pueblo un cura
párroco, tres beneficiados enteros y un sacristán.
El
cura párroco es el encargado del
servicio religioso en una parroquia; los curas
beneficiados son todos los perceptores de los derechos comentados
anteriormente, y podían ser varios en cada parroquia; un cura capellán es el coadjutor o ayudante de la parroquia; un cura ecónomo es el sustituto temporal
del párroco; un sacristán es la
persona (laica o religiosa) que asiste al sacerdote en las labores de cuidado y
limpieza de la iglesia, la sacristía y los objetos sagrados, así como en la
preparación de todo lo necesario para la celebración de la misa.
En
la tabla siguiente se han consignado únicamente los nombres de los curas
párrocos o de los curas beneficiados con más apariciones en los libros de bautizos,
matrimonios y difuntos; para calcular el número total de curas que han pasado
por Huérmeces habría que añadir capellanes, ecónomos, fabriqueros, coadjutores,
etc.
Cura párroco o cura beneficiado más destacado
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Años de servicio en Huérmeces
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Gonzalo López Díaz
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1611-1654
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43
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Juan Díaz de Agustín
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1654-1680
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26
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Pedro Díaz de Mata
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1680-1704
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24
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Marcos de Fontúrbel
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1704-1708
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4
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Juan Antonio Sarmiento
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1708-1720
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16
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Pablo Díaz de Villalvilla
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1720-1755
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35
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Manuel Varona
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1756-1773
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17
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Juan Alonso de Güemes
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1773-1776
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3
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José de Espinosa
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1776-1808
|
31
|
Manuel Martín Varona
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1779-1785
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6
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Francisco Díaz de Tudanca
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1808-1824
|
16
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Patricio Díaz de Ubierna
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1831-1844
|
13
|
Pedro Alonso de Güemes
|
1824-1844
|
20
|
Manuel de Mata
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1844-1852
|
8
|
Florentín Díaz Ubierna
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1852-1899
|
47
|
Juan Espinosa Lomas
|
1899-1902
|
3
|
Eusebio Arroyo Dorao
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1902-1926
|
24
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Félix López Hidalgo
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1926-1957
|
31
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Carmelo Vega Ortega
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1957-1960
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2
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Alejandro García González
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1960-1967
|
8
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Celestino Peña González
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1967-1968
|
1
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Santos Cidad Muñoz
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1968-2001
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33
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Martín Revilla Martínez
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2001-2007
|
4
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Alfredo Presencio del Diego
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2007-2008
|
1
|
Pablo Puente Santidrián
|
2008-
|
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Durante
un período tan largo de tiempo, muchos son los curas que han pasado por
Huérmeces. Y estos curas que, aunque tengan hilo directo con lo divino, no dejan
de ser más que humanos, han dejado en el pueblo su impronta y sus recuerdos,
unos buenos y otros malos.
En
1421, Juan Maté, clérigo de
Huérmeces, fue demandado por el fiscal de Burgos, García Fernández, por haber
mordido a su vecino en el dedo hasta hacerle sangrar, siendo testigo de la
agresión el arcipreste de Río Urbel. (1)
|
Alejandro García, párroco de Huérmeces (1959-1966), tras una celebracion en la ermita de Cuesta Castillo (Junio 1962) |
A
Pablo Díaz de Villalvilla, cura
párroco de Huérmeces (1720-1755) durante los años en los que se realizó la
pesquisa para el denominado Catastro de Ensenada (1752), le tocó hacer de
testigo en multitud de declaraciones de vecinos y pleitos del concejo.
En
1782, Fermín Montero, cura
beneficiado de Huérmeces, informa sobre la necesidad de agrandar las trojes del
lugar, que ha pasado de 50 a
87 vecinos, por lo que se diezma más grano y ya no cabe. (2)
En
marzo de 1810, Manuel Martín Varona,
cura párroco de Huérmeces entre 1779 y 1785, escribe una carta al Cabildo
Catedralicio en la que da parte de lo que tenía en su poder y de lo que le
robaron las tropas francesas en el saqueo del pueblo, acaecido en noviembre de
1808. (3)
En
marzo de 1817, el Cabildo concede a Manuel Martín Varona, una rebaja de 4000
reales en la deuda que tiene con el mismo, en atención a sus buenos servicios. (4)
Manuel
fallecería en enero de 1828, en su condición de cura jubilado de Huérmeces,
tras muchos años de servicio en el pueblo.
En
enero de 1814, Francisco Díaz de Tudanca,
cura beneficiado y fabriquero de la parroquia de Huérmeces (1808-1924), pide al
Cabildo ornamentos para su iglesia, ya que el saqueo de las tropas francesas la
ha dejado pelada, y han tenido que bajar a celebrar misa en la capilla del
palacio de la marquesa de Fuente Pelayo. (5)
Francisco
fallecería en mayo de 1845, como cura jubilado, tras muchos años en el pueblo;
sus padres eran naturales de Huérmeces (Juan Díaz de Tudanca) y Las Hormazas
(Martina González).
Eusebio Arroyo Dorao (Burgos, 1875 - Villadiego, 1938) párroco de Huérmeces entre 1902 y 1926, fue un
cura con variadas inquietudes culturales, así como destacado miembro del entonces incipiente movimiento esperantista (Huérmeces y el esperanto). Don Eusebio llegó a Huérmeces muy joven, con apenas 26 años, y abandonó el pueblo, camino de su nuevo destino (Villadiego) con 50. Sus padres, Manuel y Agapita, descansan en el cementerio de Huérmeces, dónde aún resultan legibles sus nombres, grabados sobre la cruz correspondiente.
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Santos Cidad, párroco de Huérmeces (1968-2003), durante la procesión de San Juan, a principios de los años setenta |
En la memoria de todos los lugareños, ocupa un
lugar destacado -y no para bien-Félix López Hidalgo (Villanueva de Argaño, 1894 - Burgos, 1973), cura párroco de
este pueblo durante 31 larguísimos años (1926-1957).
Don Félix llegó a Huérmeces, procedente de Cañizar de los Ajos, en plena dictadura de Primo de Rivera (1923-1930). Como otros muchos religiosos, asistiría asustado a la llegada de la Segunda República
(abril 1931) y a las noticias relativas a la quema de conventos (mayo 1931). También le
marcarían los episodios anticlericales –especialmente en Cataluña y
Madrid- acaecidos durante la cruenta Guerra Civil (1936-1939), por lo que contemplaría
aliviado la llegada del nuevo régimen nacional-catolicista.
En
los duros años de la postguerra, algunos curas se auto envistieron -con el apoyo incondicional del nuevo régimen- de
amplios poderes sobre la población, y los años de resentimiento almacenados por
algunos clérigos se desbordaron con facilidad. Don Félix fue uno de ellos.
A don Félix, tras partir hacia su siguiente destino (Tardajos), le siguieron dos curas jóvenes que pronto hicieron olvidar aquellos penosos años:
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Carmelo Vega |
Carmelo Vega Ortega (Burgos, 1934-2013), ordenado sacerdote en 1957, Huérmeces fue su primer destino; aunque estuvo en el pueblo poco más de un par de años (1957-1959), dejó muy buen recuerdo en Huérmeces. Ya desde el principio destacó por sus inquietudes culturales, en especial hacia todo lo relacionado con la música. De Huérmeces partió hacia la capital provincial, en la que fue párroco de varias iglesias. Años más tarde, fue párroco de La Nuez de Abajo, Lodoso, Zumel y Miñón.
Le sustituyó en el cargo Alejandro García González (Los Ausines, 1934 - Burgos, 2020). Ordenado sacerdote en 1959, Huérmeces fue su primer destino, ejerciendo de párroco del pueblo durante ocho años (1960-1967). En 1961 se levantó la nueva casa rectoral, en el mismo solar que ocupaba la vieja, en el número 20 de la calle de La Plaza, entre las casas de Bienvenido y Santos. Don Alejando pasó un tiempo en la misión de Chillán (Chile) y, al volver a España, fue párroco de Valles de Palenzuela, así como delegado de Misiones.
NOTAS
Archivo Histórico de la Catedral de Burgos:
1-RR-7, folio 43 (30/05/1421)
2-RR-117, folios 105-106 (16/12/1782)
3-RR-126, folios 192v-197 (2 de marzo de 1810)
4-RR-128, folio 226 (17 de marzo de 1817)
5-RR-127, folios 135-136 (14 de enero de 1814)
Consulta de documentos del Archivo Histórico de la Catedral de Burgos: