sábado, 17 de mayo de 2025

Peonías del sudoeste: rosas de Alejandría en las tierras de Olivenza


Ya hemos comentado en otras ocasiones que en España crecen nada menos que cinco especies diferentes de peonía, esa planta de espectacular floración que raro es el año que no aparece -mediada la primavera- en este blog.


  1. Paeonia officinalis subsp. microcarpa (P. microcarpa): habitual en las montañas de la mitad norte de la península
  2. Paeonia mascula subsp. mascula: muy poco común en España, sólo crece en cuatro localidades cántabras y otras tres en Soria, Zaragoza y León
  3. Paeonia broteri (P. lusitanica): abunda en las montañas y orlas del centro y suroeste de la península
  4. Paeonia cambessedesii: peonía mediterránea que sólo crece en las Islas Baleares
  5. Paeonia coriacea: la peonía sureña por excelencia, que sólo crece en parte de Andalucía (Almería, Cádiz, Granada, Jaén, Málaga) y en una localidad de Ciudad Real; fuera de España, aparece en el Rif y Atlas marroquí y en la Cabilia argelina

La primera, la peonía norteña (P. microcarpa) es la que crece en páramos y vallejos de Huérmeces y comarca, resultando muy frecuente en toda la provincia de Burgos.

La tercera, la peonía centro-occidental (P. broteri) crece en alguna localidad aislada del sur de la provincia de Burgos, aunque resulta muy habitual en los macizos montañosos del Sistema Central, así como en las pequeñas sierras montañosas de todo el occidente peninsular, Portugal incluido. 





SI bien cada especie de peonía peninsular tiene una distribución geográfica bien diferenciada, aquí tambien encontramos excepciones. En el pinar de Hoyocasero, en las estribaciones septentrionales de Gredos, crecen ambas especies (Paeonia microcarpa y Paeonia broteri) en completa armonía, compartiendo el mismo hábitat, mata con mata, floreciendo hacia mediados de mayo.


LA SIERRA DE ALOR, UN PARAÍSO BOTÁNICO EN LA RAYA PORTUGUESA 

Al suroeste de la provincia de Badajoz, existe una humilde sierra, muy cercana a la frontera portuguesa, que apenas alcanza los 600 metros de altitud máxima, destacando unos 300 metros sobre las planicies colindantes. La Sierra de Alor, que ese es su sugerente nombre, pertenece al municipio de Olivenza, villa perteneciente a Portugal hasta el año 1801.





Hacia el 20 de abril de cada año se produce en sus laderas orientales un despliegue botánico que merece una visita, aunque haya que recorrer 600 km por carretera para llegar allí.

La indiscutible estrella de ese despliegue botánico de mediados de abril es la peonía (Paeonia broteri), aquí denominada rosa de Alejandría.






Esta peonía, en la Sierra de Alor, crece a la vera de olivos centenarios y es escrupulosamente respetada por el abundante ganado caprino que pasta en sus laderas. Parece ser que hojas y tallos no resultan apetecibles para los rumiantes y, probablemente, resultan tóxicas o al menos indigestas. Y gracias a ello podemos apreciar su despliegue florístico año tras año, sin aparente disminución en el número de plantas.
 




Como su propio nombre indica, Olivenza es tierra de olivos. Así queda patente en el propio escudo de la villa, en el que aparece un olivo superpuesto a una torre y posado sobre una muralla.




La Sierra de Alor es, en una buena parte de su extensión, un espléndido olivar.
 Un olivar cultivado que convive con coscojas (Quercus coccifera), alcornoques (Quercus suber), acebuches (Olea oleaster), lentiscos (Pistacia lentiscus), torviscos (Daphne gnidium), jaras de flor rosada (Cistus albidus), cantuesos (Lavandula stoechas), orquídeas (Serapias, Orchis, Ophrys), y otras muchas especies. Un espectáculo único, sin duda. Un alarde botánico en el corazón de Iberia.


EL NEBULOSO ORIGEN DE LA DENOMINACIÓN ROSA DE ALEJANDRÍA

Estas peonías sudoccidentales (P. broteri) reciben variadas denominaciones en sus muchas localizaciones peninsulares: rosa montesina, rosa de lobo, rosa albardera, rosa de Santa Clara, rosa de Santa María, rosa del diablo, rosa maldita, rosa de lagarto, rosa de rejalgar, rosa perruna, matagallinas, saltaojos, flor de la maldita... Algunas resultarán curiosas, otras cuasi cómicas aunque, sin duda alguna, rosa de Alejandría resultará la más sugerente de todas ellas.





Sugerente no solo porque nos recuerde al título de la canción de Manolo García o de la novela de Vázquez Montalbán, que también por su referencia a un lugar lejano, casi legendario, de rotunda sonoridad: la ciudad fundado por Alejandro Magno, la sede del faro más grandioso que vieron nunca navíos y marineros de los cuatro confines del Mediterráneo.




Cabe comenzar afirmando que, en Alejandría y alrededores, no crecen peonías de manera espontánea. Para añadir confusión al asunto, a un rosal silvestre de origen euroasiático, Rosa gallica, se le denomina rosa de Castilla, rosa de Francia, rosa de Provenza, rosa de Jericó o, también, rosa de Alejandría.





No creo que, en siglos pasados, la denominación popular de la peonía que crece en la Sierra de Alor fuera la de rosa de Alejandría; más bien, soy de la opinión de que se trata de un nombre importado, traído por los aficionados a la botánica que descubrieron la importancia ecológica del lugar en tiempos relativamente recientes. El nombre rosa de Alejandría ya figuraba en algunos tratados botánicos de comienzos del siglo XX (Font Quer), aunque no lo hace en otros mucho más modernos (Flora Ibérica).




Aunque no podemos constatarlo, suponemos que en algún momento histórico se produjo la asunción de la denominación rosa de Alejandría para la Paeonia broteri, quizás inducida por el antiguo uso de aquella para nombrar a un rosal silvestre de amplia distribucion. Misterios de la nomenclatura botánica, tanto de la popular como de la académica.


EL NO MENOS OSCURO ORIGEN DEL TÉRMINO ALOR
 
En un documento portugués datado en 1613 aparece por primera vez la "Serra de Alor", aunque en otros documentos coetáneos aparecen también "Serra de Olor", "Serra da Lor" y "Serra de Lor". Las tras formas, Alor, Olor y Lor coexisten durante los siglos posteriores, contribuyendo de esa manera a complicar el estudio del posible étimo.





Parece ser que "alor" no es palabra castellana, aunque sí existe en otras tres lenguas comunes en la península en diversos períodos históricos:

  • la palabra vasca "alor" significa "campo destinado a siembra", y terrenos cultivados abundan tanto en las laderas de la sierra como en el llano circundante
  • la palabra árabe "al-horr" sirve para nombrar al milano, ave rapaz frecuente en la sierra
  • la poco frecuente palabra portuguesa "alor", con el significado de elevar
 



Por todo ello y tal y como afirma Eduardo Barajas en el estudio por él realizado: "la rareza e infrecuencia de la palabra en las tres lenguas, vasca, árabe y portuguesa, especialmente en las dos últimas, contribuyen a hacer más difícil una correcta interpretación de la misma." 




Cuando decimos que hemos visto la floración de la rosa de Alejandría en la Sierra de Alor estamos pronunciando un frase que, aunque contiene dos expresiones de origen desconocido, tiene un significado evidente: que hemos sido testigos de uno de los despliegues botánicos más espectaculares de la península Ibérica, justo en el lugar dónde la raya con Portugal se desplazó unos kilómetros hacia el este allá por los albores del siglo XIX.


ANEXOS

I. PEONÍAS DEL NORTE, PEONÍAS DEL SUR

La floración de las peonías de los páramos y vallejos de Huérmeces (Paeonia microcarpa) llega un mes más tarde que el despliegue floral de sus primas del sudoeste, consecuencia lógica de la diferente altitud y climatología de cada localidad.


Paeonia microcarpa en Ontiniel (Huérmeces)



Los páramos y vallejos de esta parte de Castilla rondan los 900-1000 metros de altitud; la Sierra de Alor apenas alcanza los 600 metros, y sus peonías aparecen a partir de los 400. Por otra parte, los Llanos de Olivenza poseeen un régimen termométrico muy diferente al de los páramos norteños, lo que origina que se alcance la integral térmica de las peonías con un mes de anticipación.


P. microcarpa en El Callejo de los Lobos (Huidobro)



Dentro de nuestra propia comarca, las peonías que ocupan ubicaciones más protegidas y soleadas (vallejos orientados al sur) florecen medio mes antes que las que se desarrollan sobre los elevados páramos de Masa o Los Altos, dónde es posible observar peonías en flor aún a primeros de junio.
 

Paeonia microcarpa en Buzón (Huérmeces)

En Huérmeces y alrededores, la floración de las peonías (aquí llamadas cornavarios) varía sensiblemente de unos años a otros, con una oscilación de unos diez o quince días, en función de la integral térmica antes aludida. Años con marzos y abriles frescos y lluviosos ocasionarán floraciones más tardías. Años con dichos meses secos y soleados traerán consigo floraciones más tempranas.


Paeonia microcarpa en Ontiniel (Huérmeces)

  
En 2022, por ejemplo, la floración presentó su cénit hacia el 15 de mayo. En 2024, por el contrario, la floración en su máximo esplendor se retrasó hasta el 25 de mayo. 


Paeonia microcarpa en Itero (Huérmeces)

Paeonia broteri en la Sierra de Alor


Las diferencias morfológicas entre la peonía norteña (P. microcarpa) y la sudoccidental (P. broteri) se manifiestan, sobre todo, en las hojas; en las flores y frutos también existen pequeñas diferencias, aunque haya que prestar mayor atención para encontrarlas. El tamaño de ambas plantas es similar, dependiendo de la calidad del suelo y los condicionantes climatológicos del lugar para que alcancen mayor o menor desarrollo. La altura media de ambas ronda los 70 cm.

  • las hojas de la P. microcarpa se encuentran mucho más divididas que las de la P. broteri
  • el envés de las hojas de la P. microcarpa es de tonos blaquecinos y piloso, mientras que el envés de las hojas de la P. broteri es de un tono verde claro y sin pelos
  • los tallos de la P. microcarpa tienen tonos verdes, pueden presentar una ligera pubescencia y pueden portar una, dos o tres flores cada uno; los tallos de la P. broteri suelen tener tonos rojizos, nunca pubescentes y portan una sola flor
  • los pétalos de la flor de la P. microcarpa son de color magenta o rojo-purpúreo; los pétalos de la P. broteri son de color rosa purpúreo
  • los filamentos de los estambres son purpúreos en la P. microcarpa, mientras que en la P. broteri son blanco-amarillentos
  • los carpelos de los frutos de la P. microcarpa son poco o nada pilosos, mientras que los de la P. broteri son densamente villosos; el número de carpelos por fruto suele ser mayor en el caso de la P. broteri



II. LAS BLANCAS PEONÍAS DE GRECIA

No todas las peonías mediterráneas ofrecen una floración de tonos rosados. En las montañas y colinas de Grecia y sus islas medran tres especies de Paeonia cuya floración albina ofrece espectáculos dignos de los dioses clásicos que por allí ejercen. En una cuarta especie, la floración es rosada aunque albinos son los enveses de sus foliolos.

  1. Paeonia mascula subsp. hellenica: crece en el Peloponeso sudoriental, Ática y las islas de Eubea, Andros e Icaria (variedad icarica)
  2. Paeonia clusii: especie endémica de las islas de Creta y Kárpatos
  3. Paeonia rhodia: especie endéminca de la isla de Rhodas, dónde crece en el Monte del Profeta Elías, dentro de un bosque de cipreses
  4. Paeonica parnassica: especie endémica de Grecia Central, especialmente en los bosques de abeto del Monte Parnaso 






[Ilustraciones: Peonies of Greece. W.T. Stearn and Peter H. Davies (1984)]


III. LA PEONÍA AMARILLA DEL CAÚCASO

En las montañas caucásicas de Azerbayán, Georgia y Rusia (Dagestán) crece una peculiar peonía cuyas flores presentan pétalos amarillos. Esta peonía responde al imposible nombre científico de Paeonia daurica subsp. mlokosewitschii. En algunos manuales ingleses de botánica, para abreviar, aparece como peonía mlok, aunque nosotros podemos denominarla peonía amarilla del Caúcaso sin temor a equivocarnos.

La peonía mlok es hoy profusamente plantada en jardines de todo el mundo.


Paeonia mlokosewitschii. Linian Snelling (1914)


FUENTES

  • ¿Alor, Olor o Lor? Las consideraciones sobre el significado y las distintas formas de un topónimo. Eduardo Barajas. Revista de Estudios Extremeños (1989) [159-168]
  • Flora Ibérica, volumen III. Real Jardín Botánico. CSIC (1993) [144-150]
  • Peonies of Greece. A taxonomic and Historical Survey of the Genus Paeonia in GreeceW.T. Stearn and Peter H. Davies. The Goulandris Natural History Museum. Kifissia. Greece (1984)



BANDA SONORA

Rosa de Alejandría (Nunca el tiempo es perdido; Manolo García, 2001)

Rosa de Alejandría, rosa amarillaRosa de Alejandría, rosa amarilla
Alejarme quieroAdentrarme en el silencioAlejarme quieroAdentrarme en el silencio
Alejarme quieroDe esta vida que yo vivo sin convencimientoY adentrarme en el tiempo de las lucesBarros vivos encendidos por la manoDel misterioso alfarero
Alejarme quieroAdentrarme en el silencioCaminar serenoAbandonar esta senda
Alejarme quieroAnidar en los atrojesCon las golondrinas de azuladas plumasConvertirme en caja de medir fanegasArrobas, celeminesSer trigo en las erasNunca polvo en las aceras
Rosa de Alejandría, rosa amarillaHoy has de ser mi guíaLa luz que brillaFaro de mediodíaRosa sencillaRosa de Alejandría, rosa amarilla
Con las flores de un campo encendidoComo un San Francisco entre jarales vivosDe lagartos, vivoDe quimeras me alimentoCon simplezas me contento
Mozas de risueño gestoEn calma me encuentranComo a un Góngora perfectoPerviviendo lejos del bullicioCon mi rosa amarillaCon mi rosa de los precipicios
Alejarme quieroAdentrarme en el silencioAlejarme quieroAbandonar esta sendaAlejarme quieroAlejarme quiero
Rosa de Alejandría, rosa amarillaHoy has de ser mi guíaRumbo entre islasFaro de mediodíaRosa sencillaRosa de Alejandría, rosa amarilla
Rosa de Alejandría, rosa amarilla

La letra de la canción parece hacer referencia a ese deseo, cada día más frecuente, de escapar de la vida cotidiana, de distanciarse de una existencia que no nos agrada ni satisface. Un anhelo de escape no solo físico, que también espiritual, buscando refugio en el silencio y en la tranquilidad.

La rosa de Alejandría, amarilla en este caso, simbolizaría una especie de guía espiritual, algo así como un faro de esperanza. García utiliza imágenes poéticas y referencias culturales para ilustrar su deseo de una vida más sencilla y en armonía con la naturaleza. Algo difícil de alcanzar en un mundo cada día más urbano, cada hora más competitivo, cada segundo más inhumano.

Y mientras tanto, vamos tirando: de quimeras me alimento, con simplezas me contento...