Es digno de análisis el hecho de que unas comarcas
prácticamente despobladas, olvidadas cuando no maltratadas por diversas administraciones
públicas, se encuentren en el ojo del huracán de la impropiamente denominada
“revolución energética”.
Primero, con la proliferación de parques eólicos. Ahora
con el “fracking” o, en cristiano, fracturación hidraúlica.
La energía hay que sacarla de algún sitio, de acuerdo. Las
arcas municipales necesitan fondos y por estos lares no se han podido abastecer
de la burbuja inmobiliaria, vaaale. Pero no a cualquier precio.
El peaje, fundamentalmente paisajístico, pagado por los
parques eólicos, puede asumirse, pero el que habría que pagar por la
fracturación hidraúlica resultaría inadmisible a largo plazo. Aparte del
sinsentido que supone el seguir apostando fuerte por energías fósiles a estas
alturas de la película.
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Las perforaciones atraviesan los acuíferos, fracturan la roca, extraen el gas y, después de unos años, se van. Ahí abajo quedan agentes contaminantes, grietas y galerías "selladas". Y arriba, dudas, muchas dudas |
¿En qué consiste el “fracking”? Básicamente, en extraer el
denominado shale gas o gas pizarra,
que no es más que gas natural almacenado en rocas de grano fino y casi impermeables
(pizarras, esquistos, lutitas, etc). Estas acumulaciones de gas se extienden,
generalmente, a lo largo de grandes superficies, no localizadas en bolsas más o
menos grandes, como en el caso de los yacimientos “normales” de gas.
La técnica de extracción consiste en crear y expandir las
fracturas naturales de la roca almacenadora de gas, mediante la introducción de agua,
arena y aditivos químicos a alta presión (de ahí la denominación de
fracturación hidraúlica). Primero se realiza una perforación vertical hasta
alcanzar la profundidad deseada (normalmente más de 2500 m), a partir de la cual
la perforación avanza en sentido horizontal (entre 1000 y 3000 m de longitud) a través
de la roca en la que se encuentra el gas.
El inicio de esta técnica de extracción se produce en
Estados Unidos, a finales de los años 90 del siglo pasado, en un contexto de
incrementos considerables y sostenidos del precio del petróleo, lo que
convierte en rentables técnicas y yacimientos antes considerados
antieconómicos.
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¿Futuro aspecto del Páramo de Masa? |
Hoy en día, esta técnica se encuentra en clara expansión,
y países como Canadá, Gran Bretaña y Polonia ya hace tiempo que la aplican.
Los principales efectos
medioambientales negativos que puede ocasionar esta técnica de extracción
de gas son, resumiendo un poco, los siguientes:
- Elevadísimo y persistente consumo
de agua: la
propia técnica de extracción requiere del consumo de grandes cantidades de
agua, a cubrir con los recursos disponibles en el propio lugar de extracción,
lo que llevará, sin remedio, a la sobreexplotación de los acuíferos,
limitando –cuando no poniendo en riesgo- su uso habitual para
abastecimiento de la población. Y mejor ni pensar en el riesgo de
modificación del régimen de circulación de las aguas subterráneas.
- Posible contaminación de los
acuíferos y cursos de agua: los compuestos químicos utilizados como “aditivos”,
junto con arena y agua, sirven para mantener abiertas las fracturas de la
roca y favorecer el ascenso del gas a la superficie; una vez introducidos
en la perforación, no se recuperan en su totalidad, existiendo el riesgo
de que acaben alcanzando los acuíferos atravesados por la perforación.
- Efectos secundarios puntuales: en Inglaterra y Arkansas se
han documentado casos de sismos
(temblores de tierra) en zonas en las que el fracking se encuentra muy
extendido; también se han documentado episodios de contaminación por gas metano de las conducciones de
agua potable.
En España, ya se han concedido algunos permisos para
prospectar, que no para extraer ni producir, pero todo llegará. En nuestra
zona, la Junta
de Castilla y León ha concedido ya dos permisos, uno de los cuales (“Sedano”)
nos afecta de lleno: una superficie total de 350 km2, que incluye los términos
municipales –entre otros- de Merindad de Río Ubierna, Montorio, Urbel del
Castillo y Villadiego.
Las reservas de gas que se buscan en nuestra zona se
encuentran en las pizarras negras del
Jurásico Inferior (180 millones de años). Está previsto que la “exploración”
se desarrolle durante 4 años, sin ningún estudio de evaluación de impacto
ambiental (ya que solo se trata de un “estudio prospector”), por lo que las
operaciones de perforación de los 9 pozos autorizados se podrán ejecutar sin
conocer previamente si se podrían ver afectados o no los acuíferos atravesados.
El coste total de estas perforaciones ronda los 60
millones de euros. La empresa adjudicataria del permiso ha sido “TROFAGAS
HIDROCARBUROS, S.L.”, filial de la multinacional BNK Petroleum.
Creo que está más que justificado el creciente rechazo
social que se ha venido constatando en la comarca afectada por estos planes de
prospección. No solamente por parte de asociaciones ecologistas o movimientos
ciudadanos, sino también de la mayor parte de los municipios afectados e,
incluso, de la propia Diputación Provincial.
Puede parecer un brindis al sol el hecho de que algunas
corporaciones municipales o instituciones provinciales (en fechas cercanas a procesos
electorales) se declaren “libres de fracking”. La competencia no es suya, sino de
la Comunidad Autónoma
de turno o incluso del Estado, cuando las zonas a prospectar abarcan varias
CC.AA. El problema se presentará cuando los alcaldes de los municipios
afectados tengan que conceder licencias con el rechazo abierto de parte de la
vecindad …
Seguro que a alguna corporación municipal o a algún
particular podría parecerle apetitosa la oferta que, sin duda, algún día
acabarán por realizar las empresas -ya extractoras- bajo amenaza de expropiación
a más bajo precio. El dinero lo puede todo. Seguro que hay algunas personas
–esperemos que no muchas- a las que les da lo mismo que sus tierras produzcan
trigo, cebada, colza o gas mostaza. Con tal de que les paguen, pronto y bien… Y
las generaciones futuras, que arreen.
NOTAS:
Para la confección
de la parte descriptiva del texto de esta entrada me ha sido de gran utilidad la consulta de
la espléndida tesis doctoral “Loras y Paramera de La Lora
en Burgos. El incierto horizonte del desarrollo rural en un espacio de montaña media
en recesión demográfica”, de Marta Martínez Arnáiz (Departamento de Geografía, Universidad de Valladolid, 2013)
Las fotografías de los logos y pintadas “Anti Fracking” han sido
realizadas en diversos lugares de la comarca afectada por el permiso "Sedano" (Huérmeces, Montorio, Poza de la Sal) y un poco más allá (Rabé
de las Calzadas).