Una vez visitados tres de los roturos más peculiares de La Comarca: uno por su enorme extensión (Las Arroturas, en Los Tremellos), otro por su curiosa ubicación (El Arroturo, en Montorio), y un último por su intrincado dibujo (La Parte, en Ros), pensé que por fin había encontrado el roturo perfecto: El Hoyo de Montorio.
A pesar del nombre del predio, este no se encuentra en el término de Montorio, sino en el vecino de Quintanilla Sobresierra. Y, a pesar de mis suposiciones, no se trata de un roturo, sino de una finca particular.
Situado a poco menos de 2 km al SW de Quintanilla Sobresierra, al lado
del camino de Becerril, este no-roturo llama la atención por varios motivos:
- su casi perfecto diseño rectangular, de 400 x 120 metros de lado
- su tamaño: casi 5 hectáreas
- su disposición en suave pendiente NW-SE
- la diferente coloración de sus suelos, con varias manchas blanquecinas de buen tamaño que destacan sobre un fondo general de color ocre
- la existencia de una solitaria mata de roble (Quercus pyrenaica), incrustada en la zona superior de la finca
- la pervivencia de una pequeña isleta pedregosa sin cultivar, de unos 300 metros cuadrados, también en su parte alta
- por encontrarse completamente rodeada de terreno forestal: monte de roble en su zona superior, modernas plantaciones de pino en la inferior, con alguna mata aislada de encina en el entorno.
- su tamaño: casi 5 hectáreas
- su disposición en suave pendiente NW-SE
- la diferente coloración de sus suelos, con varias manchas blanquecinas de buen tamaño que destacan sobre un fondo general de color ocre
- la existencia de una solitaria mata de roble (Quercus pyrenaica), incrustada en la zona superior de la finca
- la pervivencia de una pequeña isleta pedregosa sin cultivar, de unos 300 metros cuadrados, también en su parte alta
- por encontrarse completamente rodeada de terreno forestal: monte de roble en su zona superior, modernas plantaciones de pino en la inferior, con alguna mata aislada de encina en el entorno.
Al tratarse de una finca de gran tamaño, las características edáficas del terreno son lo suficientemente heterogéneas como para que se aprecien diferentes tonalidades en su superficie, claramente visibles cuando aquella se encuentra en barbecho o recién arada.
Algunas son consecuencia -también- de la herencia recibida por la antigua parcelación minifundista: hasta hace menos de cuarenta años, el paraje se encontraba ocupado por una docena de pequeñas parcelas, con la consiguiente abundancia de linderos, sotos, senderos, arroyos y caminos.
Algunas son consecuencia -también- de la herencia recibida por la antigua parcelación minifundista: hasta hace menos de cuarenta años, el paraje se encontraba ocupado por una docena de pequeñas parcelas, con la consiguiente abundancia de linderos, sotos, senderos, arroyos y caminos.
El Hoyo de Montorio (Vuelo americano, 25 de julio de 1956) |
El Hoyo de Montorio (Vuelo finales de los años 70) |
Ortofoto Sigpac (Julio 2005) |
Como suele ser habitual, la concentración arrasó linderos, matas, pequeños árboles y setos. Aunque, a pesar del tiempo transcurrido, aún pueden apreciarse parte de los antiguos contornos.
Al sur del Hoyo, el paraje de Becerril ofrece una fuente con abrevadero, un majuelo centenario, un
vértice geodésico y una buena colección de túmulos milenarios.
Por sus inmediaciones, también discurre el sendero
balizado PRC-BU-178 “Ruta de las
Ermitas” que, en unos 13
km de trazado circular, y partiendo de Quintanilla
Sobresierra, recorre parajes tan atractivos como el mirador del Nido del
Buitre, Fuentemaján, las ermitas de Las Mercedes (Montorio) y Las Nieves
(Quintanilla), el refugio “Casa de la Cultura” y el anteriormente mencionado Becerril.
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