Nada mejor que un año seco para reivindicar la importancia de esos puntos focales que, aparte de lugares de encuentro, sirvieron durante décadas como principal lugar de suministro de agua para consumo humano.
Cuando animales y personas compartían el uso de
manantiales, era habitual la propagación de enfermedades, por lo que se hizo
necesaria la diferenciación de los espacios de abreve para humanos y bestias. Ya
en el siglo XVIII comenzaron a
construirse fuentes, abrevaderos y lavaderos en casi todos los pueblos. La
práctica se generalizó a lo largo del siglo
XIX.
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Quintanilla Pedro Abarca (1920) |
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La Nuez de Arriba (1906) |
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Las Celadas |
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Rioseras |
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Los Tremellos |
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Ubierna |
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San Miguel (Los Valcárceres) |
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Villalvilla de Villadiego |
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El Almiñé |
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Humada |
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Ros |
Si el manantial más cercano no se encontraba dentro
del pueblo ni siquiera en sus inmediaciones, se condujo el agua por medio de
canales o tuberías enterradas hasta un lugar más o menos céntrico: usualmente
la plaza principal del pueblo.
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Hontomín (1924), una de las pocas que carece de tejadillo |
Si el manantial se encontraba dentro o muy cerca del casco
urbano, solía cubrirse con un tejadillo a base de losas de piedra, generalmente
bien trabajada, y con algún elemento de adorno. A este tipo de fuentes casi siempre
se les atribuye un posible origen romano.
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La Piedra, cuyas aguas no son aconsejables para gargantas sensibles |
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Ruyales del Páramo; la fuente, también el nacimiento oficial del río homónimo |
En muchas ocasiones,
presentan añadidos o rehabilitaciones contemporáneas. Casi todas se han dotado
de enrejados, tanto por motivos de sanitarios (impedir que los animales abreven) como de seguridad (posibles caídas).
Generalmente, las fuentes y abrevaderos se
establecían dentro del caso urbano del pueblo; los lavaderos, sin embargo, al no precisar de
agua potable, solían construirse en las afueras.
En nuestra comarca no es habitual encontrar agrupados en el
mismo espacio los tres elementos (fuente-abrevadero-lavadero), dispuestos en
batería. Pero aún así encontraremos algún ejemplo de conjunto hidraúlico, como sucede en Acedillo, cuya fuente está bastante apartada del pueblo, a un nivel muy inferior. Los tres elementos han sido rehabilitados recientemente.
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Acedillo: fuente |
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Acedillo: abrevaderos |
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Acedillo: lavaderos |
Lo habitual es que la fuente disponga de un abrevadero anejo, en forma
alargada, que recibe el nombre de pilón. En
los últimos años, han desaparecido varios de estos pilones anexos, para
desesperación de la chiquellería veraneante, ya que constituian un
espacio lúdico-acuático de primer orden.
En poblaciones con barrios separados o situados a
distinto nivel, el rebosadero del pilón del barrio
de arriba está conectado con el pilón del barrio de abajo, en un intento de organizar lo mejor posible el aprovechamiento
del siempre escaso recurso. Así sucedía, sin ir más lejos, en Huérmeces, hasta
que la reforma de la plaza se llevó por delante el pilón allí situado.
La arquitectura de estas fuentes urbanas es
generalmente austera, en piedra, otorgando mayor importancia a su
funcionalidad que a la decoración. Si existe ornamentación, suele limitarse a
remates en bolas, jarrones o pináculos, inspiradas en referencias clásicas.
No solían faltar las inscripciones, haciendo
referencia a la fecha de construcción, la calidad de las aguas o sus
prescripciones de uso.
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Moradillo del Castillo, la fuente más bella |
Aún así, es posible encontrar bellos ejemplos de
este tipo de arquitectura hidraúlica. En Moradillo del Castillo, por ejemplo, existe
una de las fuentes más bonitas de la provincia, situada en la amplia terraza que hace las funciones de plaza.
La fuente de Masa tampoco le queda a la
zaga. Situada en una plazoleta cercana a la iglesia, constituye un claro ejemplo de la importancia del entorno. Suelen casar muy bien con las fuentes: algún que otro árbol de sombra, bancos
de piedra, detalles jardineros y ornamentales e, incluso, alguña tapia de piedra que sirva de abrigaño. El conjunto logrado en Masa es uno de los más bellos de La Comarca.
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Masa |
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Masa: fuente con abrevadero, árboles, tapia de huertas e iglesia; fuera de imagen: detalles jardineros y ornamentales |
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Santibáñez |
En ocasiones, cuando se han realizado contundentes reformas e intervenciones en la arquitectura original de alguna plaza, se ha tenido el detalle de trasladar a otro lugar aquellas fuentes situadas en el centro de las mismas, situándolas en el entorno inmediato, generalmente aprovechando muros existentes.
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Mansilla |
En tiempos recientes, han proliferado otro tipo de
fuentes, de carácter más ornamental que funcional, levantadas en piedra cortada a sierra
y
-casi siempre- de dudoso gusto. En muchas ocasiones, están conectadas al
sistema de
abastecimiento de agua del pueblo en cuestión, y su grifo suele estar
fuera de
servicio muy a menudo. A veces, incluso, un potente chorro de agua
vertical surge de sus entrañas, a modo de homenage al -supongo- glorioso
pasado ballenero del pueblo. En fin, esas cosas que se hacían en los
setenta.
También han proliferado fuentes de fundición,
adosadas a una pared o de punto focal, e igualmente conectadas a la red de
abastecimiento.
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Celadilla-Sotobrín, moderna |
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Celadilla-Sotobrín, clásica, en la plaza de la iglesia |
En Celadilla-Sotobrín, conviven la fuente con pilón de toda la vida, en la plaza de la iglesia, y otra, moderna, situada al lado de la carretera.
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Hontomín |
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La Nuez de Abajo |
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Montorio |
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Miñón |
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Las Rebolledas |
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Nidáguila |
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Ordejón de Abajo |
En otras ocasiones, se ha realizado una más o menos afortunada combinación entre elementos antiguos y modernos; se han aprovechado viejas piletas o se han labrado otras completamente nuevas.
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Coculina |
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Melgosa |
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Ermita de Villaux |
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Villanueva de Río Ubierna |
En algunos lugares la fuente, sencillamente, ha sido eliminada; únicamente un caño rastrero da fe de su antigua presencia.
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Zumel |
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Barrio-Lucio |
A veces, la labor del artista hidraúlico resulta meritoria, como sucede con la fuente artesanal realizada por Francisco en Barrio-Lucio; fuente que aprovecha las recién nacidas aguas del río homónimo.
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Icedo |
En algún pueblo ya abandonado, manos anónimas han rehabilitado y adecentado la fuente del lugar, en un loable intento de que por lo menos esta memoria -líquida- perdure.
En Lodoso se aprovechó algún que otro elemento patrimonial para reubicarlo al lado de la fuente, como la piedra afiladora procedente de la antigua fragua.
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Lodoso |
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Lodoso |
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Llanillo |
En Llanillo de Valdelucio, recientemente (2013) se ha rehabilitado un espacio público que, situado al lado de la travesía de la carretera de Aguilar (N-627), rodeaba a la vieja fuente con pilón; se han añadido varios elementos: una fuente romana, trasplantada desde su original ubicación (por la que trascurrirá la futura autovía), una antigua losa sepulcral con inscripciones, colocada ahora en modo oblicuo, y una gran pintura mural con motivo campesino, aprovechando la pared de la vieja cantina, ya arruinada.
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Llanillo: losa sepulcral, fuente romana y fuente con pilón |
Es indudable el valor patrimonial que poseen todas estas construcciones hidraúlicas (fuentes, abrevaderos y lavaderos), junto con edificios religiosos (iglesias, ermitas y capillas) y otros elementos comunales (fraguas, potros).
"Su aspecto rústico, junto con el estado de semiabandono en el que se encuentran algunas, refuerza el sentimiento romántico en el visitante. Desde una perspectiva del siglo XXI, fuentes, abrevaderos y lavaderos, no son sino hitos que señalan uno de los focos de atención del paisaje rural". (1)
(1) Arte popular. Arquitectura hidraúlica del norte de Burgos, de la ilustración a fines del siglo XIX. Aarón Blanco Prieto. Universidad de Valladolid (2015)
LA FUENTE DE HUÉRMECES:
El manantial se sitúa a unos 250 metros al noroeste de la fuente, en el paraje denominado El Colmenar.
La fuente, hoy con alargado pilón adosado, se levantó en una plazoleta
situada en el barrio Arroyuelo, al lado de la cantina y tienda de
comestibles que la familia Arnáiz-Valladolid mantuvo abierta durante
décadas.
Supuestamente levantada a principios del siglo XX, en su primera versión disponía de un pilón circular; por otra parte, su pileta ha sufrido ya varias rehabilitaciones y reconstrucciones, originadas por las periódicas arremetidas de botijas, calderos y jarros.
Todos sabemos que en cada familia ha existido por lo menos un miembro dotado de ese peculiar don -generalmente más activo en fase juvenil- consistente en la sorprendente habilidad para romper sistemáticamente cualquier tipo de envase de barro con el que se le encargase el acarreo de agua entre fuente y vivienda. Docenas de botijos perecieron en sus manos.
El hielo de aquellos
inviernos típicos, pre-cambioclimático, también contribuía a ese continuado
desgaste de pileta y caños, pero en mucha menor medida.
Tampoco conviene desdeñar el papel de la fuente como lugar de encuentro, conversación, información y chismorreo; tareas aquellas que hoy forman parte de lo que llamamos socializar.
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