domingo, 5 de febrero de 2017

Demotanasia en la Comarca


     Demotanasia: proceso de acciones y omisiones políticas que han conducido a la desaparición lenta y silenciosa de la población de un territorio.

(del griego demos, población, y tánatos, dios de la muerte pacífica)



En octubre de 2015, en un intento por definir las causas determinantes de la despoblación de un territorio, María Pilar Burillo presentó en sociedad el término demotanasia, en el contexto de los trabajos y estudios relacionados con la creación de la Asociación para el Desarrollo de la Serranía Celtibérica.

La denominada Serranía Celtibérica es un territorio que abarca determinadas comarcas de las provincias de Burgos, Soria, Segovia, La Rioja, Guadalajara, Cuenca, Teruel, Zaragoza, Castellón y Valencia. Con una extensión de 63.000 km2 (el doble de la de Cataluña), y una población de 490.000 habitantes, presenta una densidad de población de 7,3 hab/km2; casi la mitad de sus municipios presentan una población inferior a 100 habitantes; tiene la mayor tasa de envejecimiento de la UE y la menor de natalidad; es un territorio demográficamente condenado a la desaparición; por eso se le denomina la Laponia del Sur

La zona NW de la provincia de Burgos no está incluida en el territorio de la Serranía Celtibérica, pero sus indicadores poblacionales son aún más deprimentes que los de aquella. Por ejemplo, la comarca de Los Páramos, formada por 8 municipios (Sargentes de la Lora, Basconcillos del Tozo, Valle de Sedano, Tubilla del Agua, Rebolledo de la Torre, Valle de Valdelucio, Humada y Urbel del Castillo) presenta una densidad de población de 2,1 hab/km2 (1686 hab en 813 km2).


San Pantaleón del Páramo, el más pequeño de los cuatro pueblos que conforman el municipio de Huérmeces


En el entorno de Huérmeces, si tomamos en consideración las densidades de población por municipio, nos encontramos con cifras dispares, pero muy bajas todas, como puede comprobarse en el siguiente cuadro:


Municipio
Padrón: Población
2016 (hab)
Extensión
(km2)
Densidad (hab/km2)
Huérmeces
135
49
2,59
Urbel del Castillo
77
31
2,69
Las Hormazas
103
37
2,93
Montorio
156
24
6,50
Valle de Sedano
453
264
1,72
Basconcillos del Tozo
296
121
2,51
Valle de Valdelucio
306
97
3,31
Humada
128
85
1,54
Tobar
27
12
2,43
Manciles
19
7
3,19
Villadiego
1577
328
4,94
Valle de Santibáñez
1461
274
5,37
 














.

Excepto Montorio (6,5 hab/km2) y Valle de Santibáñez (5,37 hab/km2), en el resto de los casos la densidad poblacional es inferior a los 5 habitantes por kilómetro cuadrado. Densidades más propias de Laponia que del sur de Europa. Y lo peor de todo, sus pirámides poblacionales no hacen sino engrosar por la cima año tras año. Población escasa y muy envejecida.

Huérmeces y su entorno inmediato tienen a favor la relativa cercanía a la capital provincial, lo que permite un fácil tránsito diario con ella. Lo mismo sucede, aunque a menor escala, con los pueblos cercanos a Villadiego y Aguilar, los dos únicos mini-centros de atracción demográfica aparte de la capital provincial.

Huérmeces cuenta, además de la agricultura tradicional, con varios negocios funcionando en el pueblo: dos palacios para eventos, un productor de tomates de invernadero, una ganadería de ovino, un bar y tres huertos solares; y cuatro parques eólicos que representan la estabilidad presupuestaria del municipio; por todo ello cabría pensar que aquí si existe cierto futuro.

No puede decirse lo mismo del resto de los pueblos del entorno. En una o dos décadas la  situación de muchos de ellos estará muy cerca de la despoblación real (empadronamientos aparte). Nadie vivirá todo el año en muchos de ellos, únicamente en el buen tiempo y vacaciones.



Ruyales del Páramo, otro de los pequeños pueblos del municipio de Huérmeces



En un futuro muy cercano, los pequeños pueblos se quedarán sin población no ya por la existencia de corriente migratoria alguna, sino por la simple desaparición de sus últimos habitantes, casi siempre personas de avanzada edad.

Quizás no fuera una mala idea la creación de residencias geriátricas en alguno de los pueblos de la comarca. Quizás. Puede que fueran viables económicamente, al menos mientras el maná eólico continúe fluyendo.

Hasta el momento, sin embargo, se han demostrado ineficaces casi todas las medidas encaminadas a la fijación de población al medio rural. Se han mejorado infraestructuras, se han rehabilitado edificios y construcciones civiles y religiosas (escuelas, ermitas, fuentes...), se han diseñado espacios para niños y ancianos, mejorado consultorios médicos, se proyectan polideportivos ... pero la población ha continuado descendiendo.  

Algunas ayudas al desarrollo rural se han canalizado a través de los denominados Grupos de Acción Local (GAL), que han manejado fondos procedentes de la Unión Europea (FEADER, Fondo Europeo de Desarrollo Rural).

En nuestra comarca, durante el período 2007-2013, ha sido Adeco-Camino (Amaya y Camino de Santiago) la entidad gestora de estos fondos. En Huérmeces y alrededores se han financiado actuaciones tales como: restauración de retablos mayores en las iglesias de Ruyales, Pantaleón y Quintanilla Pedro Abarca; centro de restauración y formación en el Palacio de Huérmeces; casas rurales en Ros y Las Hormazas; rehabilitación de molinos en Santibáñez-Zarzaguda...

Otras ayudas cofinanciadas por el FEADER, enmarcadas en el Programa de Desarrollo Rural de Castilla y León 2007-2013, y dirigidas principalmente a agricultores y ganaderos, se materializaron en ayudas para la incorporación de nuevos agricultores, mejora de las explotaciones, jubilación anticipada, creación y desarrollo de microempresas, conservación y mejora del patrimonio rural, ayudas agroambientales, infraestructuras agrícolas y forestales, etc...

En el nuevo período de programación 2014-2020 cambian objetivos, prioridades y dotaciones presupuestarias, pero nada hace pensar que vayan a ser más eficaces en el aspecto concreto de fijar población al medio rural.

Puede que el agricultor perciba nuevas ayudas, o viejas ayudas maquilladas, pero nada le va a convencer de que resida todo el año en el pueblo en lugar de en la capital provincial o comarcal; sus hijos, sus cónyuges, el futuro, la seguridad, ... todo parece encaminarse hacia esos centros urbanos.

Quizás exista algún futuro para el medio rural cuando comience a cuestionarse seriamente la realidad del medio urbano. Puede que previsibles crisis económicas, sociales, sanitarias o medioambientales empujen algún día a parte de la población urbana a instalarse en el campo. 



Lecturas recomendadas:


La España vacía. Sergio del Molino. Turner (2016)


Los últimos. Voces de la Laponia española. Paco Cerdà. Pepitas de calabaza (2017)










Asociación para el Desarrollo de la Serranía Celtibérica

Asociación Serranía Celtibérica







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