Durante la segunda quincena de mayo florece en nuestros montes la
especie vegetal más llamativa y la que más connotaciones de todo tipo nos
ofrece: la peonía o CORNAVARIO.
Planta considerada maldita o venenosa en algunos sitios (Extremadura),
medicinal e incluso milagrosa en otros (Cataluña), no pasa desapercibida en
ninguno. Los extremeños la llaman "matagallinas", "oinlodi"
los vascos, "rosa de la
Mare de Déu" o "pelònia" los
catalanes, "casadillas" los pueblos vecinos de Huérmeces, y "rosa
de Santa Clara", "rosa montesina", "rosa de
lobo" o "erva casta" en otros lugares, ya que escasas
son las montañas que no albergan a una de las cinco especies de peonía que
viven en España; únicamente Galicia y gran parte de la vertiente norte de las
cordilleras cantábrica y pirenaica se ven privadas de la presencia de estas
plantas.
En latitudes más cálidas que la nuestra, la peonía comienza a florecer
a mediados de abril y, según nos cuenta el botánico catalán Píus Font i Quer, "es
posible que la costumbre catalana o barcelonesa de celebrar con profusión de
rosas la fiesta de San Jorge arranque de un cambio de protagonista, porque la
rosa de Sant Jordi es, realmente, la peonía".
Ya los botánicos griegos se fijaron en ella y pronto le atribuyeron multitud de virtudes, entre las que destacan la de ahuyentar al demonio, curar la epilepsia o facilitar la dentición infantil. Puede que las tradicionales ofrendas florales con que las mujeres de la zona adornaban los altares a últimos de mayo, o los collares que a base de semillas de cornavario confeccionaban en verano para colgarlos alrededor del cuello de sus hijos, tengan mucho que ver con éstas virtudes ancestralmente atribuidas a la peonía.
Ya los botánicos griegos se fijaron en ella y pronto le atribuyeron multitud de virtudes, entre las que destacan la de ahuyentar al demonio, curar la epilepsia o facilitar la dentición infantil. Puede que las tradicionales ofrendas florales con que las mujeres de la zona adornaban los altares a últimos de mayo, o los collares que a base de semillas de cornavario confeccionaban en verano para colgarlos alrededor del cuello de sus hijos, tengan mucho que ver con éstas virtudes ancestralmente atribuidas a la peonía.
En España crecen cinco especies diferentes de peonía, con pequeñas
diferencias morfológicas entre ellas, pero con distribuciones geográficas bien
definidas:
- Paeonia officinalis
microcarpa (P. humilis): habitual en las montañas de la mitad norte.
- Paeonia broteroi (P.
lusitanica):
más sureña, vive en las montañas del centro y del suroeste.
- Paeonia mascula mascula: muy poco común en España,
sólo crece en cuatro localidades cántabras y otras tres en Soria, Zaragoza y
León.
- Paeonia coriacea: la peonía sureña por
excelencia, sólo crece en Andalucía
- Paeonia cambessedesii: sólo crece en las Islas Baleares.
En la provincia
de Burgos y zonas limítrofes con ella podemos encontrar tres de las anteriores
especies: Paeonia microcarpa, Paeonia broteroi y Paeonia mascula
mascula.
En Huérmeces y
alrededores únicamente encontraremos la primera, Paeonia microcarpa,
bajo la denominación local de cornavario, que florece a partir de
la segunda o tercera semana de mayo, aunque en las ubicaciones más expuestas y
en primaveras frescas aún podremos encontrar algún espécimen en flor a
principios de junio.
El cornavario
es muy abundante en Huérmeces, aunque en algunos parajes lo es especialmente:
falda norte de Itero, vallejos de Valcavado y Los Avellanos, Alto de Valdegoba,
Buzón, Buen Tudanca. En general, en casi todos los vallejos calizos es muy
probable que las encontremos, siempre cerca o dentro de montes de encina.
En el resto de
la mitad norte de la provincia es muy abundante. Vive en casi todas las altas
parameras de La Lora,
El Tozo y Los Altos. Incluso sobre el túmulo del Dolmen del Moreco (Huidobro)
descubriremos peonías, a pesar de que fue excavado y restaurado a finales de
los años ochenta.
Para observar a
la Paeonia
broteroi, tendremos que viajar al sur de la provincia de Burgos; es una
peonía con más necesidades térmicas. La encontraremos no muy lejos de Aranda de
Duero (entre La Horra
y Villalba de Duero, entre Aranda y Castrillo de la Vega). También vive en la
zona central de la provincia de Palencia (Saldaña) y en el NE de la de
Valladolid (Encinas de Esgueva). Es muy abundante en las montañas del Sistema
Central y Extremadura.
Paeonia Broteroi en Las Hoces del Duraton (Segovia) |
Esta peonía
tiene las hojas más lustrosas y grandes que la Paeonia
microcarpa, y también se caracteriza por los tonos rojizos que adquieren
los raquis de sus hojas.
En el Pinar de
Hoyocasero (Avila), en la ladera norte de Gredos, se da la curiosa
circunstancia de que crecen juntas las dos especies: Paeonia microcarpa
y Paeonia broteroi.
Para encontrar
ejemplares de Paeonia mascula mascula tendremos que viajar unos 50 km hacia el norte, al
Valderredible cántabro, dónde en las proximidades de un par de pequeñas
localidades cercanas al Ebro (Bárcena y Cubillo) crecen pequeños rodales de
esta peonía. Sus poblaciones son muy pequeñas y muy alto el riesgo de que
desaparezcan de la zona.
Peonia mascula mascula en Cubillo de Ebro (Valderredible, Cantabria) |
Paeonia mascula mascula, hojas más anchas y raquis rojizo, a diferencia de la P. microcarpa |
Paeonia mascula mascula, en Cubillo, unos pocos ejemplares en una zona muy limitada |
Esta peonía
también tiene unas hojas más grandes que la Paeonia microcarpa, y los raquis
son ligeramente rojizos; florece medio mes antes que ella, consecuencia
lógica de ocupar hábitats algo más cálidos (a menor altitud y más protegidos).
También crece
en Liébana (Cantabria), Valle del río Tera (Soria), Peña de Armas (Zaragoza) y
Sabero (León). En todas estas localidades son muy pocos los ejemplares
existentes, por lo que se considera especie en riesgo de extinción en España.
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