Rara es la visita al Archivo Diocesano que no acaba por originar un nuevo post, en un claro ejemplo de reiterada serendipia. En muchas ocasiones, te pasas toda una mañana buscando un antepasado o una información que se te resiste y, de repente, aparece algo que nunca habías buscado porque, simplemente, no tenías noción alguna de su existencia.
En mi última visita, al consultar el Libro IV de Bautizados de Huérmeces (1781-1825), buscando ancestros más allá del estrato tatarabuelense, tuve la fortuna de encontrarme con un apunte bautismal que, aparentemente, no destacaba en absoluto sobre el resto de los 674 registros que componen el citado libro. La caligrafía del cura de turno, José de Espinosa, era similar a la del resto de los apuntes; tampoco sobresalía por su extensión (los 15-20 renglones de rigor), ni por la presencia de mancha alguna de tinta o borrón que te hiciera poner los ojos sobre él.
Así pues, he de confesar el motivo por el cual fui capaz de encontrar aquel peculiar apunte: la existencia de unos espléndidos índices mecanografiados, realizados en tiempos recientes por Carmelo Vega Ortega, el cura que fuera párroco de Huérmeces a finales de los años cincuenta del pasado siglo.
Es cierto que cada libro posee su propio índice manuscrito, elaborado por el cura que cumplimentara el último apunte en cada libro, pero presenta la dificultad de que, aunque ordenado alfabéticamente, lo hace por el nombre de pila del bautizado, en lugar de por apellidos. Además, con cierta y comprensible frecuencia, presenta errores en la consignación de los folios en los que aparece cada apunte.
Sin embargo, los índices de Don Carmelo, perfectamente mecanografiados, sin tacha ni enmienda alguna, contienen la información básica para la rápida búsqueda de partidas de bautismo; en cuatro columnas, aparecen: apellidos, nombre, año de bautismo y folio del libro. Además, Don Carmelo realizó dos tipos de índice, uno ordenado cronológicamente y otro alfabéticamente (por primer apellido). Ya he comentado en ocasiones anteriores que dichos índices constituyen un auténtico lujo para todo aquel que busque ancestros en los libros de bautizados de Huérmeces.
Pues bien, en uno de los apuntes del índice de Don Carmelo, al lado de los apellidos del bautizado, en letra más pequeña y entre paréntesis, aparece el nombre de un lugar que no puede dejar indiferente a farol alguno:
González Ortega (Monasteruelo) Andrés 1799 184
Sin tener del todo claro qué podría significar dicha anotación, busqué rápidamente el folio 184 y allí, en el segundo apunte del mismo, aparecía el nombre y circunstancias del último ser humano que nació en el mítico despoblado, objeto de deseo entre los pueblos vecinos de Huérmeces y Ros.
Hete aquí la transcripción literal del mismo, con los consabidos añadidos de tildes, así como signos de puntuación y pausa, y eliminación de las numerosas abreviaturas que aparecen en este tipo de textos; en negrita, algunos nombres y lugares:
En el lugar de Huérmeces y en su iglesia de San Juan Bautista, a siete de Diciembre de 1799 yo, Don José de Espinosa, cura beneficiado en dicha iglesia y su anexa, con el mismo título, del Despoblado de Monasteruelo, bauticé solemnemente a un niño que nació, a cosa de la una de la tarde del día treinta de Noviembre del dicho año; a quien di por nombre Andrés y por su abogado a San Ambrosio Obispo; hijo legítimo de Manuel González, natural y vecino del lugar de Ros, y María Ortega, vecina de él y natural de Robredo Temiño, y residentes en dicho Despoblado de Monasteruelo; abuelos paternos, Carlos González y María González, ya difuntos, y él natural y vecino del expresado Ros, y ella vecina que asimismo fue de él, y natural de el de Las Celadas; [abuelos] maternos, Juan Ortega, ya difunto, e Isabel Conde, vecina que es y él lo fue de dicho Robredo; fue su madrina María de Güemes, vecina del referido Huérmeces, a quién advertí el parentesco espiritual y más obligaciones; testigos, dicho Manuel y Feliciano Lomillo, vecino de él, en dónde por verdad lo firmo con el que [...] ut supra; nota: no puse la naturaleza de los abuelos maternos por no haber dado razón de ella dicha María Ortega.
Varias son los aspectos a destacar en este apunte bautismal, a pesar de su estandarizado y archiconocido contenido.
EL NOMBRE DEL BAUTIZADO, SU ABOGADO Y EL SANTORAL CRISTIANO
Como no podía ser de otra manera, el día 30 de noviembre, el día de nacimiento del último niño de Monasteruelo, se celebra la festividad de San Andrés, apóstol; hermano de San Pedro, también apóstol, y ambos nacidos en Betsaida (Galilea) y pescadores de ocupación. Parece ser que fue uno de los primeros discípulos de Jesús, junto con San Juan Bautista. Murió martirizado el 30 de noviembre del año 63, en Patrás y, supuestamente, en la cruz en forma de aspa que resultó muy socorrida en la iconografía cristiana, militar y nacionalista: banderas de Escocia y Borgoña, estandarte de la marina rusa, estandarte del arma de aviación del ejército español, estandarte de los tercios españoles, bandera de los Estados Confederados de América, bandera carlista y tradicionalista, etc.
Por otra parte, el día del bautismo de Andrés de Monasteruelo, el 7 de diciembre, el calendario cristiano celebra la onomástica de San Ambrosio, obispo; y así se plasma en el apunte bautismal de Andrés, al otorgarle dicho santo como abogado espiritual. También conocido como San Ambrosio de Milán, ya que en esa ciudad fue obispo durante la parte final del siglo IV.
UNA IGLESIA DESATENDIDA POR LOS CURAS DE HUÉRMECES
Lo primero que sorprende es que el bautismo de la criatura se realizara en la iglesia de San Juan Bautista de Huérmeces en lugar de efectuarse en la iglesia homónima de Monasteruelo.
Teniendo en cuenta que el nacimiento se produjo ya en invierno castellano, el 30 de noviembre, parece incomprensible que fueran los padres y el niño quienes tuvieran que desplazarse, páramo a través, a la iglesia de Huérmeces, en lugar de que fuera el cura encargado el que se desplazara a Monasteruelo. Quizás, al ser los únicos habitantes del despoblado, pensaron que lo más pertinente era acudir con el niño a Huérmeces en lugar de que fuera el padre el que viajara solo para avisar al cura y volver con él a Monasteruelo.
El caso es que, siete días después de su nacimiento, Andrés fue bautizado en la iglesia de Huérmeces, que distaba tres kilómetros y medio de Monasteruelo, lugar en el que residían sus padres, Manuel y María (no sabemos si existían otros hijos); el desplazamiento comprendía una pindia ascensión al páramo por el vallejo de la ermita de San Martín, la travesía de aquel, y el descenso a Huérmeces por el Camino Tremello.
Por el Libro de Cuentas, sabemos que en aquellos tiempos la iglesia de Monasteruelo se encontraba en uso, y que uno de los varios curas de Huérmeces estaba encargado de su mantenimiento y utilización, siempre que alguno de los posibles moradores del lugar necesitara de servicios religiosos. La iglesia aún poseía sus campanas y su pila bautismal, aunque su puerta se encontraba cerrada y la llave se encontraba en poder del cura encargado, en Huérmeces.
Sabemos que, tiempo atrás, en 1650, el visitador eclesiástico ya había dejado constancia de que la iglesia de Monasteruelo se encontraba "desatendida por el cura encargado, Gonzalo López Díez, de manera que los pastores y otras personas que allí viven no pueden realizar sus oraciones en el interior del templo".
También sabemos que en el año del nacimiento de Andrés (1799), aún se encontraba lejano el momento en el que las campanas de Monasteruelo (dos esquilones) salieran camino de Huérmeces (1828) y aún más para que lo hiciera su pila bautismal (1836). Por lo que dice el Libro de Cuentas, la iglesia se cerró completamente (tapiando huecos y arreglando la puerta) hacia 1830, treinta años después del nacimiento de Andrés.
Quizás sobre aclarar que los padres de Andrés ni se plantearían la posibilidad de que su hijo fuera bautizado en la iglesia de Ros ya que, aunque los terrenos de Monasteruelo pertenecían a aquel pueblo desde la resolución del famoso Pleito, no así su iglesia, que era considerada aneja a la de Huérmeces. Por lo tanto, todos los asuntos terrenales que sucedieran en Monasteruelo se dirimirían en Ros, pero los sacramentales ... en Huérmeces.
UNA FAMILIA DE PASTORES
Aunque el apunte no lo especifica, suponemos que los padres de Andrés se dedicaban al pastoreo de ganado, ya que los terrenos de Monasteruelo eran ricos en pastizales y poco cultivados en aquellos tiempos.
Aunque el despoblamiento de Monasteruelo se produjo allá por los últimos años del siglo XVI, en diversos documentos posteriores se afirma que allí residieron eventualmente diversos pastores, que prestaban sus servicios a los vecinos de Ros.
En el Madoz, en el epígrafe relativo a Ros, y haciendo referencia al despoblado de San Juan de Monasteruelo, se afirma que allí "vivió un vecino de Ros hasta la guerra de la Independencia en que la acabaron por destruir los franceses."
Teniendo en cuenta que en el año 1799 se produjo el nacimiento de Adrián, y que en el apunte bautismal se consigna que sus padres, Manuel y María, eran vecinos de Ros y residían en el despoblado, damos por sentado que Manuel González era el vecino al que hace referencia el célebre Diccionario.
LOS CUATRO PUEBLOS MENTADOS EN EL APUNTE BAUSTISMAL
En aquellos años finales del siglo XVIII y primeros del XIX, el tamaño demográfico de los pequeños pueblos de la Comarca era claramente superior al actual; así tenemos que (considerando los censos de 1752 y 1857):
Huérmeces: su población en el año 1799 rondaría los 350 habitantes; por sus inmediaciones discurría uno de los ramales del Camino Real de Burgos a Reinosa. En Huérmeces residía el cura José de Espinosa, quien procedió a efectuar el bautismo de Andrés. La iglesia de San Juan Bautista de Monasteruelo pertenecía (se consideraba aneja) a la iglesia parroquial de Huérmeces, también dedicada a San Juan.
Ros: su población rondaría los 300 habitantes; por sus inmediaciones transcurría otro de los ramales del Camino Real de Burgos a Reinosa. Ros era el lugar de nacimiento del padre y del abuelo paterno de Andrés. Aunque residieran en Monasteruelo, los padres de Andrés eran considerados vecinos de Ros, ya que a este pueblo pertenecía el lugar de Monasteruelo.
Las Celadas: población aproximada de 200 habitantes, distribuida en dos barrios, con su iglesia respectiva (San Esteban y La Asunción). De Las Celadas era natural la abuela paterna de Andrés.
La población de referencia de las tres localidades anteriores era la cercana villa de Santibáñez Zarzaguda (700 hab), sede de arciprestazgo, dotada de ferias, comercio y artesanos
Robredo Temiño: población de unos 130 habitantes, situada en el valle del Rioseras, tributario del Ubierna; su población de referencia era la cercana Rioseras (360 hab). De Robredo era natural la madre de Andrés, y de allí eran vecinos sus abuelos maternos. La iglesia de Robredo pertenecía al arciprestazgo de Río Ubierna.
Mapa de Coello (1868) |
Mapa de Coello (1868) |
LOS PENÚLTIMOS DE MONASTERUELO
Durante la segunda mitad del siglo XVIII se produjeron otros tres nacimientos en Monasteruelo, anteriores al que protagoniza la presente entrada:
- Manuel Pérez Alonso (1779)
- Manuel Guerra Rodríguez (1767)
- Antonio Alonso Franco (1755)
- Juan Monasterio Ruiz (1621)
- Antonio Monasterio Ruiz (1627)
- Melchora Rodríguez Monasterio (1638)
- María Monasterio García (1664)
- Andrés Monasterio García (1666): fallecido en Huérmeces en 1727, marido de Micaela Vicario; tuvieron seis hijos Monasterio Vicario (ver más abajo)
- Juan Monasterio García (1669)
- José Monasterio García (1673)
- Catalina Monasterio García (1675)
- Teresa Monasterio Arnáiz (1685)
- Francisco Fernández Monasterio (1688)
- Teresa Fernández Monasterio (1692)
- Jacinto Fernández Monasterio (1695)
- María Fernández Monasterio (1698)
- Simón Fernández Monasterio (1702)
- Isabel Monasterio Calle (1695)
- Gaspar Monasterio Calle (1697)
- Francisco Monasterio Calle (1698)
- Casilda Monasterio Vicario (1701)
- Francisco Monasterio Vicario (1702)
- María Monasterio Vicario (1705)
- Andrés Monasterio Vicario (1706)
- Juan Monasterio Vicario (1709)
- Joaquín Monasterio Vicario (1713): fallecido en Huérmeces en 1741, mozo soltero, pobre
DOS CURAS EN HUÉRMECES, SEPARADOS POR CASI DOS SIGLOS
José de Espinosa, cura beneficiado en la iglesia parroquial de San Juan Bautista de Huérmeces durante treinta y dos años (1776-1808); fue el autor del apunte bautismal de Andrés, el último nacido en Monasteruelo.
Carmelo Vega |
Carmelo Vega Ortega (Burgos, 1934-2013): párroco de la iglesia de San Juan Bautista de Huérmeces durante dos años (1957-1959); fue el autor de los índices bautismales completos de la iglesia parroquial de Huérmeces (1611-1914), que comprenden un total de 4000 registros, meticulosamente mecanografiados, ordenados alfabética y cronológicamente.
FUENTES
Archivo Diocesano de Burgos: Libro IV de Bautizados de la iglesia parroquial de San Juan Bautista de Huérmeces (1781-1825) [folio 184]
Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus Posesiones de Ultramar. Pascual Madoz. Madrid (1845-1850). Edición facsímil de Ámbito Ediciones, Valladolid (1984). Tomo 2, provincia de Burgos [páginas 443-444]
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como siempre, un gran trabajo el que realizas rescatando la historia
ResponderEliminaranimo