sábado, 28 de marzo de 2020

Bienvenido: un bala perdida en el Burgos de hace noventa años


Érase una vez un muchacho algo rebelde, que había venido al mundo en el año de nuestro señor de 1903, en un pequeño pueblo de la comarca de Los Páramos llamado Huérmeces, en el seno de una humilde familia de pastores.

Sus padres, Genaro y Justa, eran naturales de Las Hormazas y Celadilla Sotobrín, respectivamente, y se habían establecido en Huérmeces en 1887. Allí trabajaron, cuidando de uno de los varios rebaños con que contaba entonces el pueblo, durante unos dieciséis años; casi un cuarto de vida.

Por lo que nos cuenta un viejo Padrón sabemos que, en 1899, la familia estaba compuesta por el matrimonio y dos hijos, Gregoria y Eustaquio, de ocho y seis años de edad; también nos cuenta que la familia residía en el número 12 de la calle de La Plaza.

Bienvenido, que así fue bautizado nuestro paisano, resultó ser un muchacho muy dado a meterse en problemas, o con muy mala fortuna, o con cierta querencia por las malas compañías. Quién sabe. Pero el caso es que de sus llamativas correrías dan fe numerosas reseñas del Diario de Burgos de la época.

Todo parece indicar que Bienvenido, a mediados de los años veinte, residía en la capital provincial, o por lo menos en ella desarrollaba gran parte de sus -digamos que conflictivas- actividades.

Su debut en la prensa provincial data de diciembre de 1926. Por motivos que se desconocen, Bienvenido se vio inmerso en una reyerta, cuando se encontraba tomando unos vinos en la taberna de Doroteo, en el barrio del Hospital del Rey. De resultas de la misma, un tal Antonio Pérez, natural de la localidad orensana de Santa Tecla, agredió con su navaja al tabernero, cuando este intentó mediar en el conflicto. Tanto Bienvenido como Antonio fueron puestos a disposición judicial. Desconocemos las consecuencias penales del hecho, si es que existieron.

Burgos: Barrio del Hospital del Rey (Archivo Municipal de Burgos)


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La siguiente aparición de Bienvenido en la sección de sucesos del Diario acontece en septiembre de 1927. Cuando se encontraba entregando gaseosas, en su condición de repartidor, en la taberna de Sotragero, Bienvenido fue insultado y agredido -sin motivo aparente- por Julio García, vecino del pueblo. Por la entidad de las heridas sufridas, Bienvenido tuvo que ser asistido en la Casa de Socorro de la capital.

Dadas sus negativas experiencias tabernarias, quizás Bienvenido, mientras era atendido de sus heridas, exclamara -dolorido- algo así como ¡Bares, qué lugares!, tal y como décadas más tarde confirmaría un grupo rockero español con nombre de película de terror alemana.

Un par de meses después, en noviembre de 1927, protagoniza un desgraciado accidente. Un sábado por la tarde, cuando cabalgaba -probablemente, más rápido de la cuenta- por la carretera de Valladolid, a la altura del fielato, atropelló a Valentín, labrador y vecino de Tardajos, causándole heridas de gravedad, por las que hubo de ser trasladado al Hospital Provincial. Bienvenido fue detenido y puesto a disposición judicial.

A consecuencia del atropello equino, medio año después, en junio de 1928, Bienvenido es juzgado en la Audiencia Provincial, acusado de lesiones por imprudencia. Desconocemos el contenido de la sentencia.

No parece que ninguna de las experiencias anteriores le sirviera de escarmiento a Bienvenido, ya que en octubre de 1928 se ve envuelto en otro desgraciado suceso, esta vez nada accidental, esta vez ya claramente delictivo.

Una noche de ese mes, el sereno de la Plaza Vega de la capital burgalesa, sorprendió a Bienvenido abandonando la Posada de Marijuán cargado con dos voluminosos sacos. Dio aviso a los guardias municipales, que procedieron a su detención, llevándolo a la Comisaría. Allí declaró su filiación, así como su condición de vecino de Huérmeces. Los dos sacos contenían doce pieles de oveja, que resultaron ser propiedad de un vecino de Paredes de Nava. Todo parece indicar que Bienvenido había ingresado, con pleno derecho, en el mundo de la delincuencia. Desconocemos las consecuencias penales de este supuesto hurto de pieles de oveja.

Pasarán más de cuatro años antes de que Bienvenido aparezca de nuevo en la prensa local. Para entonces, diciembre de 1932, parece ser que era  vecino de Villalvilla Sobresierra (una de las poblaciones que conformaban Las Billetas), desconocemos si por motivo de haber contraído matrimonio con una mujer natural de dicho pueblo, o por haber encontrado trabajo estable en el mismo, o simplemente por poner tierra de por medio con la ciudad de Burgos.

En esta ocasión, Bienvenido volvía a visitar los locales de la Audiencia Provincial, en su calidad de acusado de estafa, por unos hechos acaecidos año y medio antes (abril de 1931). Parece ser que Bienvenido había ejercido de intermediario entre el comprador y el vendedor de una partida de cebada. El problema es que su condición de intermediario se limitó a la fase de recepción del dinero (347 pesetas de la época), aplazando indefinidamente la de reintegro al vendedor, añadiéndose el hecho agravante de la repentina desaparición de Bienvenido de su domicilio habitual en Villalvilla Sobresierra.

Bienvenido fue condenado a cuatro meses y un día de arresto mayor, así como al pago de costas y a la indemnización al vendedor de la partida de cebada por la cantidad defraudada, las 347 pesetas antes aludidas.

Y de esta manera finaliza la reiterada aparición de Bienvenido en la prensa local de la época. Después de la reseña de la sentencia, no encontramos ni rastro de sus posteriores andanzas, si es que las hubo.

Queremos pensar que la repentina y definitiva desaparición de su nombre en la prensa local obedeció al hecho de que Bienvenido reconsiderara finalmente su trayectoria vital, proponiéndose una enmienda contundente en sus actividades delictivas; puede que sentara la cabeza, decidiera formar una familia y pasara a ganarse honradamente la vida; queremos pensar que Bienvenido falleció ya de muy viejo, rodeado de sus hijos y nietos, a los que sin duda deleitaría con edulcorados relatos de sus sonadas correrías.

Aunque también pudo ser que Bienvenido falleciera joven, a causa directa o indirecta de una nueva tropelía, de un nuevo accidente, de un último y fatídico guiño del destino. Quizás algún día lo sepamos.

De cualquier manera, Bienvenido siempre podrá presumir de haber sido el farol cuyo nombre -y apellidos- más veces apareció en la prensa local de los años veinte y treinta del siglo pasado.

En aquellos tiempos, no se estilaba la norma actual de publicar únicamente las iniciales de los apellidos de las personas inmersas en hechos delictivos (por lo menos hasta que un juez no haya dictado sentencia). 

Si Bienvenido hubiera cometido sus fechorías en nuestros días, habría aparecido en el Diario de Burgos tal que así:

"Bienvenido B. M., de 23 años de edad, natural de una pequeña localidad de los páramos, de profesión desconocida y vida desnortada".



NOTAS:

-La casa situada en la calle de la Plaza nº 12, según el Padrón de 1899, se correspondería con una de las dos entonces existentes entre las hoy casas de Mariano el Juez y Jesús Varona. En ellas vivieron también vecinos históricos de Huérmeces, como Laurentino y Valeriano.

-Las 347 pesetas de 1931-1932 equivaldrían a unos 5.200 euros de hoy en día. Teniendo en cuenta que el precio de la cebada hoy es de unos 170 euros por tonelada, supondremos que la partida de cebada de la que habla la sentencia alcanzaría un peso de unas 30 toneladas y media. Una partida importante para la época, sin duda.

Para calcular la equivalencia entre pesetas de 1931-1932 y euros de hoy he utilizado el nada científico método consistente en comparar el precio de la prensa diaria: 0,10 pesetas entonces y 1,50 euros (250 pesetas) hoy. Por lo tanto, la equivalencia sería de 1 peseta de 1931-1932 por 2.500 pesetas de hoy. Pero insisto en que es un método muy chapucero, ya que también habría que comparar salarios. Aunque nos pueda servir para salir del paso y hacernos una idea aproximada de la importancia relativa de la estafa en la que Bienvenido se vio involucrado.

-A algún vecino de Huérmeces le suena vagamente la historia de Bienvenido; es más, me apunta un posible epílogo: que nuestro paisano se alistara finalmente en la Legión y que -con la guerra civil de por medio- nunca se volvieran a tener noticias suyas en el pueblo. Tengo pendiente una conversación con algún que otro vecino, por lo que próximamente quizás podamos añadir algún dato nuevo.

FUENTES CONSULTADAS EN LA HEMEROTECA DIGITAL:

-Diario de Burgos, 10 de diciembre de 1926 [participación en una reyerta ocurrida en una taberna del barrio del Hospital del Rey]
-Diario de Burgos, 14 de septiembre de 1927 [agredido en la taberna de Sotragero]
-Diario de Burgos, 21 de noviembre de 1927 [atropello con caballo en la carretera de Valladolid]
-Diario de Burgos, 19 de junio de 1928 [juicio en la Audiencia Provincial, acusado de lesiones por imprudencia]
-Diario de Burgos, 6 de octubre de 1928 [presunto hurto de pieles de oveja]
-Diario de Burgos, 16 de diciembre de 1932 [juicio en la Audiencia Provincial, acusado de estafa]
-Diario de Burgos, 23 de diciembre de 1932 [condena por estafa]


BANDA SONORA:


Rolling Stones: Like a Rolling Stone (1995)
Si existe una expresión inglesa equivalente a la castellana "como un bala perdida", esa puede ser "Like a Rolling Stone". Y quiénes mejor que los Rolling Stones para cantar a un bala perdida. Además, supongo que a nuestro paisano Bienvenido le habría agradado más la versión de los Rolling que la original de Dylan. Es probable que, en sus correrías nocturnas por las tabernas de Burgos, hubiera conectado mejor con el enérgico guitarreo de Keith Richards que con la melancólica armónica de Dylan, aunque sobre gustos...


Bob Dylan: Like a Rolling Stone (1965)
La versión de los Rolling Stones se lanzó treinta años después de que Dylan lo hiciera con la original, dándole al tema un toque más cañero. La letra habla de una mujer que lo tuvo todo y que, por su mala cabeza, hoy ni tiene nada ... ni es nadie. Lo que hay que reconocer es que la canción comienza de la mejor manera posible, tal y como lo hacían los cuentos a la vieja usanza:

Once upon a time...

Érase una vez...

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