sábado, 2 de febrero de 2019

El padrón de habitantes de Huérmeces ... de 1899

Los padrones de población son un registro administrativo en el que figuran los nombres y apellidos de todos los habitantes de un municipio, junto con su sexo, fecha y lugar de nacimiento, y domicilio habitual (población, calle y número).

En los padrones anteriores a 1996, se incluían otros datos que hoy en día no solo no son obligatorios, sino que serían considerados políticamente incorrectos: nivel de instrucción (¿sabe leer y/o escribir?), estado civil (soltero, casado, viudo, célibe), parentesco o razón de convivencia con el cabeza de familia, profesión, clasificación como habitante (vecino, residente), etc.

Hasta aquel año de 1996, se ejecutaba un padrón nuevo cada cinco años, realizándose los años intermedios una mera actualización del anterior, con sus altas, bajas y cambios de categoría vecinal. A partir de 1996, el padrón municipal se transformó en un padrón continuo, de gestión informatizada y con una revisión cuya fecha de referencia es el 1 de enero de cada año, con el propósito de acordar las cifras oficiales de población, importantes para todo tipo de procesos posteriores (censos de población, censos electorales, etc.)

En el archivo municipal de Huérmeces, el primer padrón de población que se conserva data del año 1897. No obstante, este padrón primigenio adolece de una serie de defectos:

  • faltan todos los vecinos cuyos domicilios se encontraban "en diseminado" (más o menos alejados del casco urbano del pueblo): los cuatro o cinco molinos habitados, el Palacio de Arriba, la Casa de La Parte y la Casa de Castilla, lo que suponía en aquellos tiempos un 10-12% de la población total del pueblo. Aparecen en este padrón únicamente 355 habitantes, y sabemos por el Censo de ese mismo año que la población de Huérmeces alcanzaba los 420 habitantes.
  • muchos vecinos aparecen únicamente con su primer apellido; y unos pocos, únicamente con el nombre de pila.
  • algunos vecinos carecen de datos relativos a fecha y lugar de nacimiento.
  • gran parte de la última página aparece sin ningún tipo de información complementaria (domicilio, tiempo de residencia en el municipio, nivel de instrucción, profesión).
  • el padrón no aparece firmado ni por el alcalde ni por el secretario de turno (aunque sabemos que eran Julián Díaz-Ubierna y Felipe Gallo, respectivamente)
  • a pesar de que en su carátula aparece la fecha de referencia ("a 31 de diciembre de 1897"), en realidad aquella fue la de un año antes (31 de diciembre de 1896), por lo que el padrón debería titularse de 1896 y no de 1897.

Padrón de 1897: la pulcra caligrafía del entonces secretario, Felipe Gallo Espinosa; cogerle el truco al "5" tiene su miga; las mayúsculas "A", "M" y "N" presentan un curioso adorno anexo; la abreviatura de "ídem" está clara


Por todo lo anterior, este padrón de 1897 (1896) no resulta útil para los propósitos de este blog: establecer una completa fotografía demográfica del Huérmeces de finales del siglo XIX.

Años 20-30: Fuente del barrio Arroyuelo y casa de Ismael


Afortunadamente, el siguiente padrón conservado en el archivo es únicamente un par de años posterior: 1899. Acostumbrado ya uno a la pulcra caligrafía del histórico secretario Felipe Gallo Espinosa (Huérmeces, 1833-1899; secretario, como mínimo, desde 1879), se me hace extraña la letra del nuevo, Quiterio Hidalgo Díez (Huérmeces, 1852-1930).


Padrón de 1899: nuevo secretario (Quiterio Hidalgo), nueva caligrafía; me costó familiarizarme con la "F"; obsérvese el curioso adorno (ahora en forma de lazo) que presentan las letras "A", "M" y "N"; y la no menos curiosa abreviatura de "ídem" 


El siguiente padrón conservado en el archivo municipal data ya de 1924, por lo que su contenido no puede ni debe publicarse aún (habrá que esperar al año 2025, si es que este blog y/o su bloggero siguen existiendo para entonces).

Este intervalo 1899-1924 constituye una importante laguna de 25 años sin información demográfica básica, aunque queda el consuelo de la existente en los denominados "Padrones del impuesto de cédulas personales", aunque los escasos datos recogidos en aquellos se limitan a los habitantes mayores de edad.

A la hora de publicar los contenidos del Padrón de 1899 se han seguido una serie de limitaciones:

  • se ha eliminado cualquier información relativa al nivel de instrucción de cada habitante (saber leer y escribir), interesante únicamente a nivel estadístico (cifras totales de población).
  • se han eliminado términos de uso cotidiano en aquellos años ("sus labores", "tareas propias de su sexo", "impedido", "sirviente", "sirvienta", "criado", "criada", etc.); los términos "criado" y "criada" hacían referencia a una amplia gama de trabajos más o menos asalariados (aprendiz, ayudante, dependiente, asistenta, etc), en oficios ajenos a la agricultura (herreros, carpinteros, taberneros, médicos); normalmente, se les proporcionaba alojamiento y manutención; en la práctica totalidad de los casos, eran personas procedentes de los pueblos del entorno cercano (La Piedra, Santa Cruz del Tozo) o no tan cercano (Cidad de Ebro, San Millán de Juarros, Espinosa de Bricia).
  • en cuanto a estado civil, se han mantenido únicamente los términos "viudo" y "viuda", ya que sirven para sopesar la relativa frecuencia de este estado, que afectaba a un 6-8 % de la población, y que era debido a los aún elevados índices de mortalidad existentes. De los 24 viudos existentes en el pueblo, 11 eran hombres y 13 mujeres; un total de 7 viudos tenían una edad inferior a los 60 años. Por eso mismo, eran también muy frecuentes las "segundas nupcias", practicadas por gran parte de las personas que enviudaban a una edad relativamente joven. 
  • se ha mantenido el término "jornalero" y "jornalera" como principal ocupación para aquellas personas que no disponían de terrazgo suficiente como para dejar de trabajar por cuenta ajena.
  • se ha eliminado el término "propietario", que hacía referencia a los labradores que -por edad- ya no eran capaces de trabajar sus propias tierras, aunque carecían de cualquier tipo de subsidio (pensión de jubilación, inexistente en aquellos años), por lo que únicamente vivían o malvivían "de las rentas"
  • por evitar la reiteración, se ha mantenido el término "labrador" para el cabeza de familia, sin añadir el de "labradora" para el cónyuge, cuando todos sabemos que las tareas del campo eran realizadas tanto por hombres como por mujeres.
  • únicamente a efectos prácticos, para su más fácil identificación, se han señalado en negrita las personas con oficios diferentes (al menos como labor principal) al de labrador: herrero, carpintero, molinero, médico, maestro, tabernero, veterinario, sacerdote y pastor. También se han identificado en negrita al alcalde y al secretario. 
  • para las personas no nacidas en Huérmeces, se ha consignado el año de llegada al pueblo.
  • en la columna de la derecha se han consignado información complementaria que ayude a la posible identificación de alguna persona destacable por el desempeño prolongado de su profesión en el pueblo; también se ha intentado relacionar alguna de las viviendas y sus moradores de 1899, con los correspondientes a los años 50 y 60 del siglo XX, aunque no siempre ha resultado sencillo, por los cambios sufridos en la denominación y numeración de las calles.

Años 20-30: Calle Real, Escuelas y Casa del señor Millán




Principales datos estadísticos extraíbles del padrón municipal de 1899:

Procedencia de la población: el 23% de los habitantes (89 personas) había nacido en otros pueblos, la mayor parte de los cuales (el 93%) lo había hecho en lugares del entorno cercano a Huérmeces (Ruyales, Santibáñez, Ubierna, Castrillo, Las Hormazas, Los Tremellos, Montorio, Ros, etc.); una pequeña parte (7%) procedía de pueblos ajenos a la comarca (Sedano, Arcos, Ceniceros, Cidad de Ebro, Espinosa de Bricia, Pradoluengo, etc.); ningún habitante era natural de la ciudad de Burgos.

Calle Real (azul); Calle de la Plaza (verde); Calle de Hondovilla (naranja); Calle de la Solana (rosa); Barrio Mercado (morado)


En cuanto a la distribución de la población por calles y barrios, tenemos:

-calle Real: 121 habitantes (31%)
-calle de la Plaza: 108 hab. (28%)
-calle de la Solana: 41 hab. (11%)
-calle de Hondovilla: 38 hab. (10%)
-barrio de Mercado: 33 hab. (9%)
-en diseminado: 42 hab. (11%)


En cuanto a la población "en diseminado", hay que tener en cuenta que se encontraban habitados cuatro molinos: los de Berlanga (Fuente la Hoz), Rallastra (Alba), Retuerta y Navatillo. Los molinos de Cigatón, Las Huertas y El Rinconcillo, al encontrarse muy cerca del casco urbano, no llegaron nunca a estar habitados, residiendo sus molineros en diversas casas del pueblo.

Algo parecido sucedía con el molino de Los Nogales, regentado por Mauricio Díaz Gallo (padre de Miguel Díaz Mantínez) desde la solitaria casa del barrio de La Parte (luego denominada Casa de Miguel).

También se encontraba habitado el Palacio de Arriba (Palacio de Arroyuelo), en el que residían dos familias: una de labradores (María Paz Villalvilla Hidalgo) y otra de pastores (Francisco Blanco Huidobro); el interior del palacio se encontraba en malas condiciones, pero espacio había de sobra. Creo que, en aquellos años, la propietaria del palacio era María Arquiaga Díaz; cuatro décadas después, en 1941, la familia Arquiaga vendería el palacio a Bernardo Varona Recio, labrador y vecino del pueblo. 

En la casa cercana al puente Vega, ya residía Domingo Arribas Díez y su familia; ya por entonces, seguramente, recibiera el nombre por el que pasó a la pequeña historia del pueblo: la Casa de Castilla.

También se encontraba habitado el Palacio de Abajo (Palacio del Obispo Zorrilla), situado en la dirección entonces consignada como calle de La Solana nº 10; estaba habitado por Marcelino García y su hijo, Íñigo. Hacía pocas décadas que el palacio había sido utilizado como escuela, antes de la habilitación de las nuevas escuelas, sitas en la calle Real. 
  

En un intento de dibujar una especie de pirámide de población, tenemos la siguiente distribución de habitantes por estratos de edad:

-menores de 5 años: 83 habitantes (22%)
-entre 6 y 12 años: 49 hab. (13%)
-entre 13 y 18 años: 36 hab. (9%)
-entre 19 y 30 años: 61 hab. (16%)
-entre 31 y 40 años: 55 hab. (14%)
-entre 41 y 50 años: 39 hab. (10%)
-entre 51 y 60 años: 35 hab. (9%)
-entre 61 y 70 años: 15 hab. (4%)
-entre 71 y 80 años: 10 hab. (3%)

Salta a la vista que el 60% de la población del pueblo tiene menos de 31 años de edad. Casi como hoy en día. En el otro extremo, ninguno de los habitantes de Huérmeces supera los 80 años de edad; y solo uno alcanza esa cifra: Manuel González Villalvilla, veterinario del pueblo durante muchísimo tiempo.

De todas formas, hay que tomar con cierta prevención el asunto de la edad, ya que se observan grandes discrepancias entre las fechas de nacimiento consignadas en padrones cercanos en el tiempo. Entre el padrón de 1897 (datos de 1896, en realidad) y este de 1899, existen diferencias no solo en el día y mes de nacimiento, que también en el año (hasta 3 años de diferencia, en algunos casos).


En cuanto al crecimiento vegetativo de la población: en 1899 se produjeron 13 fallecimientos (Datos extraídos del Archivo Diocesano de Burgos) y 11 nacimientos (datos del padrón).

La cifra de nacimientos puede resultar engañosa, ya que seguramente fue mayor, aunque la mortalidad en neonatos era tan elevada que muchos ni se contabilizaban en el padrón, elaborado a finales de año.

En un año normal, la mitad de los fallecidos corresponden a niños menores de un año; y casi dos terceras partes, a personas menores de 30 años. La edad máxima de los fallecidos rara vez superaba los 75 años.

La cifra de la población total del Padrón de 1899 (383 habitantes) nos parece un poco baja, ya que las poblaciones de hecho recogidas en el Censo de 1897  (420 habitantes) y en el Censo de 1900 (398 hab.) contabilizan 37 y 16 habitantes más, respectivamente. Quizás pudiera deberse a que en este Padrón de 1899 se recoja únicamente a la población presente, sin que se hayan contabilizado ni habitantes ausentes ni transeúntes; por lo recogido en los censos inmediatos a este padrón de 1899, la suma de habitantes ausentes y transeúntes osciló entre 18 (1897) y 32 (1900), por lo que ya cuadrarían algo más las cifras.

Por otra parte, las cédulas de inscripción (unidades familiares) recogidas en los censos de 1897 (109) y de 1900 (110) también resultan más altas que las 104 recogidas en el padrón de 1899, lo que también tiene su misterio. Quizás existan diferencias metodológicas entre la elaboración de censos y padrones. O quizás los errores y omisiones en la confección de ambos fueran más habituales de lo que cabría pensar.

En cuanto a los niveles de alfabetización, se consigna que 30 personas no sabían leer ni escribir, y otras 3 sabían leer pero no escribir; por lo tanto, la tasa de analfabetismo (para la población mayor de 6 años) alcanzaba el 10%, aproximadamente; cabe destacar el progreso experimentado en este aspecto durante los 20-25 últimos años, ya que en 1877 dicha tasa rondaba el 23%. Y eso que era una de las más bajas dentro de los pueblos del entorno.

Peculiaridades en la situación de diversos negocios y oficios:

-cura párroco: suponemos que ya existía la casa rectoral en su actual ubicación, pero no hay seguridad de que así sea.
-tabernas: la taberna de Timoteo San Martín se encontraba enclavada en la que décadas después sería cantina de Joaquín y Matilde; unos años antes, en 1883, la taberna de Timoteo estaba situada en la calle Real nº 2 (casa de Mauro); quizás a finales del siglo XIX ya se conocía que la nueva carretera de Aguilar atravesaría el pueblo por la calle de la Plaza, y entonces Timoteo decidió trasladar su negocio a una mejor ubicación; la taberna de Hermenegildo (también tienda de comestibles), suponemos que estaba situada en la casa del señor Diego, en la calle Hondovilla nº 10.
-herreros: Primitivo Ortega y su hijo, Hipólito, mantuvieron durante varias décadas el negocio abierto en la calle de Hondovilla, en la después denominada casa de abajo de Valeriano.
-médico: hasta que en el año 1952 se levantó la nueva casa del médico, este no tuvo un domicilio concreto, alternándose por diversas viviendas, tanto de titularidad privada como municipal. Una de ellas fue la más tarde denominada "casa del secretario", en la calle de La Solana nº 6.
-maestro: suponemos que ya existían tanto las escuelas como la denominada "casa del maestro", en la calle Real.
-sastre: Pablo Crespo y su hijo, Mariano, siempre mantuvieron su taller en la calle de la Solana, junto a la luego denominada "casa de Marín".
-carreteros: Domingo Arribas tenía su taller en la que luego sería carpintería de Benjamín; Hipólito Díez tenía el suyo en la calle Real nº 7.
-pastores: al tratarse de trabajos de gran movilidad geográfica, solían ocupar las viviendas de peor calidad, situadas principalmente en el barrio de Mercado y en calle Hondovilla. A veces, también en el Palacio de Arriba.

Ahí va, 120 años después de cumplimentarse, el primer padrón de habitantes completo del pueblo de Huérmeces. Según la edad del observador, en este padrón encontraremos abuelos, bisabuelos, tatarabuelos e, incluso, más allá.

















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