sábado, 2 de abril de 2022

El expolio total de la iglesia de Monasteruelo (1828-1838)

 

Desde el mismo nacimiento de este blog, el lugar de Monasteruelo ocupó un lugar preferente en sus contenidos; quizás al calor de recordadas excursiones familiares y de viejas historias contadas por nuestros mayores. Así, en una de las primeras entradas publicadas (marzo de 2014) ya se trató del despoblado, en aquella ocasión en cuanto a paraje provisto de un encanto particular: El despoblado de Monasteruelo.


Monasteruelo, a la vera del arroyo homónimo, es hoy un paraje completamente cubierto de vegetación

Dos años después (febrero de 2016), una nueva entrada se centró en el famoso litigio que durante mucho tiempo mantuvieron los pueblos de Huérmeces y Ros por hacerse con las tierras del despoblado: El Pleito de Monasteruelo,



Muchas otras son las ocasiones en las que Monasteruelo ha salido a colación en diversas entradas: las campanas de la iglesia de Huérmeces, el destino final de las piedras de la espadaña de la iglesia, la persona que transcribió el espeso texto del pleito, viejas fotografías de principios del siglo XX, etc. 


En primer plano, en el centro, antigua ubicación de la iglesia de Monasteruelo


En esta ocasión, trataremos de desmentir viejas suposiciones que manteníamos acerca de diversas fechas y eventos relacionados con el despoblado. Fue en la última visita que realizamos al Archivo Diocesano, al consultar el "Libro de fábrica de la iglesia de San Juan de Huérmeces y las unidas de Santa María de barrio La Parte y Monasteruelo", cuando encontramos diversos apuntes que aclararon muchas inexactitudes ampliamente extendidas.


Planimetría del término municipal de Ros (1911): "ruinas de la torre de Monasteruelo"


Por lo descrito en el famoso "Pleito", parece ser que en 1598 el lugar de Monasteruelo ya se encontraba despoblado, y que fue en ese momento cuando los curas de Huérmeces proclamaron la unión de las iglesias de Monasteruelo y Huérmeces.

Veamos lo que dicen los diferentes volúmenes de que consta el citado Libro de Fábrica de las iglesias unidas de Monasteruelo, La Blanca y Huérmeces:



Libro I de Fábrica (1592-1619)

En este libro no encontramos ningún apunte importante en relación a Monasteruelo, a pesar de que "el Pleito" apunte el hecho de que ya se habría producido la unión de las dos iglesias.

 

Libro II de Fábrica (1620-1649)

Precisamente en los tiempos de la resolución definitiva del citado "Pleito" (1636-1670) es cuando encontramos uno de los primeros apuntes relativos a  Monasteruelo:

En el año 1645 aparece un apunte referente a los "apeos" (deslindes) de la iglesia de Monasteruelo, realizados en 1570 y 1601.


Libro III de Fábrica (1650-1680)

Pocos años después, en la visita diocesana del año 1650, el visitador deja escrito que la iglesia de Monasteruelo se encontraba "desatendida" por el cura encargado de la misma, Gonzalo López Díez. Afirma el visitador que:

"sin que se cuide la luminaria del Santísimo ni haya quien abra las puertas, por lo que los pastores y otras personas y Simón Alonso, que vive allí, puedan encomendar a Dios y hacer oración"


Libro IV de Fábrica (1680-1764) 

Desgraciadamente, este libro se encuentra desaparecido, lo que origina una laguna importante para el conocimiento de la iglesia de Huérmeces y las anejas de La Blanca y Monasteruelo. Un grave vacío contable para una época culturalmente muy importante: la segunda mitad del Barroco español.

 

Libro V de Fábrica (1764-1831) 

En 1791, el visitador diocesano, Matías de Bocanegra (cura de San Miguel de Tubilla del Agua y "arcipreste de Santibáñez de Río Úrbel y sus páramos") dice haber visitado "la iglesia y el libro de cuentas de fábrica de Monasteruelo, aneja a la de Huérmeces." No se apunta recomendación o censura alguna. Era por entonces cura beneficiado de Huérmeces, Manuel Martín Varona.

En 1801 aparece un apunte de 6 reales en concepto de ingreso por "ripia [tablas de madera] que se vendió a la iglesia de Monasteruelo".

En 1802, otro que habla de un gasto de 30 reales por el "arreglo de la cruz de bronce para la iglesia de Monasteruelo."

En 1824 aparece un apunte de 15,22 reales, correspondiente a la "deuda de la fábrica de Monasteruelo".

En 1828 aparece un más que sorprendente apunte:

"porte: 17 reales y 10 maravedíes que costó traer una puerta y dos esquilones de la iglesia de Monasteruelo"


Torre de Monasteruelo; foto: Demetrio Ortega (1920)


En la fase final del "Pleito de Monasteruelo" (1636-1670) parecía indicarse que precisamente las campanas del despoblado habían constituido el primer expolio realizado por los curas de Huérmeces, al haber sido inmediatamente trasladadas a la iglesia de su pueblo. 

También se dice en el "Pleito" que, hacia 1638, se ordenó a Huérmeces devolver a la iglesia del despoblado "el Santísimo y las campanas" previamente trasladas a aquel pueblo.

Ahora, este apunte de 1828 parece indicar que, efectivamente, dicha devolución llegó a producirse en algún momento más o menos posterior a la emisión de aquella orden del año de 1638.

Una vez más se constata que, en todo lo relacionado con Monasteruelo, hay una parte de leyenda y otra de historia documentada: las campanas (esquilones) estuvieron en la torre de la iglesia de Monasteruelo hasta 1828. Hasta hace cuatro días, como quien dice.


Los dos esquilones de la torre de la iglesia de Huérmeces: el de la izquierda (San Juan, 1926) podría ser la refundición de uno de los dos que llegaron de Monasteruelo en 1828


Probablemente, los dos esquilones de la torre de Monasteruelo fueron refundidos al poco de su llegada definitiva a Huérmeces, ya que diversos apuntes contables del mismo año 1828 están relacionados con la fundición de dos o tres campanas, junto con los gastos consiguientes en materia de pagos a los campaneros que fundieron las campanas ("in situ"), pagos a los peones que ayudaron a bajar y subir las campanas a la torre, pagos al herrero y a los canteros, convites para todos, etc.

Es muy posible que uno de los dos esquilones (quizás el fechado en 1926, ya que el otro tiene una data anterior, 1806) o alguna de las dos campanas romanas (fundidas en 1832 y 1842) que ocupan hoy los vanos orientales y meridionales del campanario de la iglesia de Huérmeces, sean la mera refundición de aquellos dos esquilones que llegaron de Monasteruelo.

Puede sorprender el hecho de que, apenas 22 años antes (en 1806) se hubieran refundido en Huérmeces una campana y dos esquilones grandes, con el considerable coste de 4400 reales. Hay que aclarar que, en aquellos tiempos, la duración de unas campanas a pleno uso no solía pasar de los 50 años y que, además, muchas de ellas se quebraban antes de lo previsto. Casi todos los años tenían que realizarse reparaciones en badajos, ejes, coyundas, galápagos y yugos, así como "reaprietes" y "composturas", de tal forma que las campanas constituían una de las partidas de gastos más importantes para el Libro de Fábrica de una iglesia.

[En el libro de fábrica de la iglesia de Huérmeces hemos encontrado apuntes relativos a fundiciones de campanas en los años 1592, 1623, 1670, 1673, 1677, 1778, 1806 y 1828; y eso teniendo en cuenta que falta el libro correspondiente a los años 1680-1764; por las propias inscripciones de las campanas, sabemos que también se realizaron fundiciones en los años 1832, 1842 y 1926] 

Campanas aparte, todo apunta que fue 1831 el año que resultó definitivo para la suerte de la iglesia de Monasteruelo; en un apunte de ese año se dice que se realizó un gasto adelantado de 122 reales (cargado a la fábrica de Monasteruelo) "por componer la puerta y tapiarla en parte, y por un quicio". Dicho en otras palabras: la iglesia del despoblado se cierra al culto definitivamente; descampanada, tapiada y quizás ya sin tan siquiera esporádicos feligreses (pastores, principalmente) que requirieran sus servicios, el edificio quedó abandonado a su suerte.

El abandono ocasionaría los consiguientes saqueos de cualquier elemento mínimamente aprovechable y la ruina del edificio avanzaría implacablemente. Lo primero en colapsar sería la nave, como suele suceder en este tipo de construcciones románicas. Aguantaría algo más el ábside, sobre todo si estaba realizado en bóveda de horno, como era habitual en las cabeceras semicirculares románicas. Y, por supuesto, aguantaría la torre o espadaña, construida en excelentes sillares calizos.


Libro VI de Fábrica (1832-1850)

En 1832 aparece un cargo de trigo por importe de 5 celemines en concepto del "noveno diezmo del despoblado de Monasteruelo", así como una data de trigo por importe de tres fanegas y media, correspondientes a la "prevenda del señor arcipreste, del año pasado y del presente, de la parroquial de Monasteruelo despoblado, no sacadas a la suma por no estar satisfechas. También aparecen un cargo de cebada de dos celemines, y una data de cebada de tres fanegas y media que se deben satisfacer al citado arcipreste.

Al año siguiente, 1833, también aparece un cargo de trigo de 8 celemines y una data de trigo de una fanega y nueve celemines (no satisfecho), recogidos dentro del epígrafe "despoblado".

En 1836 aparece un apunte no menos sorprendente que el relativo a las campanas: se consigna un gasto de 16 reales en concepto de:

"conducción de la pila bautismal de Monasteruelo"

Algunos éramos de la opinión de que la pila bautismal actualmente existente en la iglesia parroquial de San Juan Bautista de Huérmeces procedía de la desaparecida iglesia de Santa María de barrio La Parte (La Blanca); quizás este apunte de Monasteruelo nos obligue a replantearnos esa certeza.

 



La iglesia de La Blanca fue demolida entre 1821 y 1828, aunque ya en 1814 se había cerrado al culto, al procederse a tapiar su puerta para evitar saqueos. De este asunto hablamos en una reciente entrada: La demolición de la ermita de la Blanca

Por lo tanto, cabría suponer que la pila bautismal de la Blanca (si es que aún existía) se trasladara a la iglesia parroquial con anterioridad a 1814. Si la pila de Monasteruelo se trasladó en 1836, esto es, 22 años después de la clausura de la Blanca, bien pudiera ser que el cabildo de la iglesia de San Juan Bautista tuviera en cuenta la valía artística o sentimental de cada una antes de decidir cual ocuparía definitivamente el baptisterio de la ya iglesia única de San Juan.




Por otra parte, tal y como comentamos en un post anterior, la pila y peana de la antigua fuente pública del barrio Arroyuelo (barrio de Arriba) muestran una labra sospechosamente románica. Desconocemos la fecha en la que se inauguró la citada fuente, pero cabría suponer que se hiciera en las últimas décadas del siglo XIX o primeras del XX. La fotografía del cura Moisés data de 1925 y en ella -por lo dañado que aparece el labio de la pila- no da la impresión de que la fuente hubiera sido inaugurada recientemente. 


Pila y peana de la fuente del Barrio Arroyuelo (c. 1925)


Aquella pila de la vieja fuente bien pudiera ser la de Monasteruelo o incluso la de La Blanca. Aparentemente, el tamaño la pila de la fuente es inferior al de la pila románica que se encuentra en la actual iglesia de San Juan, aunque no tengo claro que eso nos sirva mucho para adjudicar la procedencia.

Desconocemos que fue de la antigua pila de la fuente. En fotografías de mediados de los años cincuenta se aprecia claramente que la vieja pila ya ha sido sustituida por una nueva.




A falta de nuevos documentos que pudieran servir para desfacer el entuerto, nada puede afirmarse acerca de la procedencia cierta de la actual pila bautismal de la iglesia de San Juan. Pudo venir de la Blanca, pudo hacerlo de Monasteruelo; o de ninguna de las dos. 

En 1838 encontramos otro llamativo asiento en el libro de fábrica: dice que se traen a Huérmeces, desde Monasteruelo, con un coste de 54 reales por acarreo:

"doce carros de piedra para levantar la pared del arco por el que se va al cementerio y para dos troneras en la torre" 

Todo parece indicar que, siete años después de la clausura de la iglesia, ya se habría producido el hundimiento de la techumbre la nave, y que la misma procedieran aquellos doce carros de piedra.

En el paño interior de la torre de la iglesia de Huérmeces aparecen varias piedras que bien pudieran corresponderse con los restos de Monasteruelo.


Interior de la torre de la iglesia de Huérmeces: en la zona superior, tronera

Interior de la torre de la iglesia de Huérmeces: sillar con restos de labra

Interior de la iglesia de Huérmeces: sillar con restos de labra


Por otra parte, suponemos que tanto el cerramiento y la puerta de acceso al cementerio como el cerramiento y las tres puertas de acceso al recinto de la iglesia serían levantados -en parte- con piedra traída de Monasteruelo (y quizás también de La Blanca). Lo mismo puede decirse de alguna que otra piedra de buen tamaño, utilizada a modo de bancada, adosada a la pared exterior oriental del pórtico.







En 1854 aparece el último apunte, relativo a Monasteruelo, en el Libro de Fábrica de la iglesia de Huérmeces. Hace alusión a los ingresos de trigo y cebada por parte del despoblado.

Para aquella fecha ya hacía tiempo que no existía la iglesia de La Blanca (derruida entre 1821 y 1828), y de la de Monasteruelo solo sobreviviría la torre. La figura denominada "iglesias unidas" de Monasteruelo, La Blanca y San Juan era ya historia.

 

Torre de Monasteruelo; foto: Moisés Díez Martínez (c. 1925)

Minuta MTN50, hoja 167 (1928)


Para finalizar con la historia del expolio de la iglesia de Monasteruelo, cabe añadir que el último acto de dicho expolio no fue perpetrado por los curas de Huérmeces, sino por parte del Ayuntamiento de Ros, al derribar en 1952 los restos de la torre del despoblado para levantar las nuevas escuelas del pueblo (inauguradas en octubre de 1955). Suponemos que, en 1952, ya habrían colapsado los dos vanos campaneros de la torre (en 1925 lo había hecho únicamente uno de ellos), pero aún así resultarían claramente visibles los buenos sillares de la espadaña.


Vuelo americano, 5 de octubre de 1956: ubicación de la iglesia de Monasteruelo (la torre ya no existía)


Fue entonces cuando Monasteruelo, desprovisto de su faro de piedra, desapareció -literalmente- del mapa. Las tapias de las huertas y los restos de paredes de las casas hacía ya tiempo que habían resultado engullidas por la vegetación, aunque hasta 1952 la presencia de la espadaña descampanada indicara bien a las claras que allí hubo un pueblo.


MTN25-Hoja 167-III (2020): Monasteruelo como paraje, con fuente y arroyo homónimos

MTN50-Hoja 167 (2007): Monasteruelo no aparece como paraje, únicamente como arroyo 


Después de 1952, Monasteruelo pasó de ser un despoblado a un paraje más, provisto en su zona alta de un manantial de cristalinas aguas, y acompañado por un arroyo y por un moderno camino de concentración.

En la hoja nº 167 de la última edición del MTN a escala 1:50.000, publicada en 2007, el rótulo "Monasteruelo" no aparece, sustituido por un sorprendente "Hoyo de la Venta". Un humillante error cartográfico para un paraje que no tuvo suerte.


Manantial de Monasteruelo, activo incluso en los veranos más secos


Monasteruelo ya no existe, aunque sus piedras sustentan tapias y arcos de la iglesia y el cementerio de Huérmeces, y también tapizan el interior de su torre, y lucen en el edificio de las nuevas escuelas de Ros, y vaya usted a saber en qué otras construcciones de Huérmeces, Ros y otros pueblos del entorno.

Una de las campanas de su espadaña, refundida en 1926, suena cada media hora en la torre de la iglesia de Huérmeces; mientras que la otra, reencarnada en una enorme campana romana, solo lo hace en domingos y festivos.


Un sillar procedente de Monasteruelo, mostrando sus estrías paralelas, características de labra medieval 

Torre de la iglesia de Huérmeces: el esquilón "San Juan" (1926) es el encargado de dar las horas y las medias



El destino final de la iglesia de Monasteruelo no habría sido muy diferente si hubiera quedado en manos de la iglesia de Ros o de cualquier otro pueblo del entorno (Los Tremellos, a similar distancia que Huérmeces). Al menos, la iglesia de Huérmeces y sus curas se preocuparon durante unos siglos de mantener cierto uso y realizar alguna labor de conservación en la iglesia del despoblado. Si no hubiera existido ese "amparo", no dudamos de que el saqueo de la iglesia se habría producido mucho antes y con mayor impunidad.


2 comentarios:

  1. Interesante articulo, es curioso como en lo referente a Monasteruelo los de Ros y Huermeces tenemos diferentes historias del boca a boca,
    ¿Que quedaron de la imaginería santoral que cuenta el pleito que se llevo a la iglesia de Huermeces? ¿Se destruyó en la ocupación francesa?

    Es triste ver como generaciones han expoliad su propio patrimonio, y en este caso como la concentración parcelaria de Ros acabó con los pocos restos que quedaban del pueblo, quedando la ruínas de la iglesia dentro de la propiedad de un particular

    Un saludo y gracias por la labor que compartes

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    1. Efectivamente, los franceses saquearon la iglesia de Huérmeces en noviembre de 1808 y se llevaron todo lo que resultara "fácilmente portable": cálices de plata, ropa litúrgica, imágenes de pequeño tamaño, etc. En el retablo mayor, por ejemplo, faltan pequeñas figuras en bajo relieve correspondientes a los relicarios dispuestos sobre el banco.
      Por otra parte, en el Libro de Fábrica aparecen a menudo apuntes contables en los que se registran gastos relativos a "quitar y enterrar unos santos"; cuando las imágenes se encontraban muy deterioradas, o no eran del gusto del cura de turno o estaban "pasadas de moda" se procedía a su entierro, tal cual, siguiendo los rituales oportunos. Aunque fueran "feas", eran imágenes sagradas y no se podían quemar ni desprenderse de ellas sin más. Puede que muchas de las imágenes de Monasteruelo tuvieran ese final, o que se vendieran o otra parroquia, o que el cura hiciera un buen negocio con un anticuario campurriano o catalán...

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