sábado, 29 de abril de 2023

Cinco mil faroles (1611-1960)


Tras pasar muchas horas consultando libros de bautizados, casados y finados en el Archivo Diocesano, resulta inevitable la idea de realizar un conteo de todas las personas nacidas en Huérmeces.

Desde que, en 1611, se inició la cumplimentación de los libros parroquiales de la iglesia de San Juan Bautista de Huérmeces, muchos son los curas que han ido dejando en ellos variadas muestras de su peculiar caligrafía, en aras de dejar constancia escrita de tres de los momentos clave en la vida de todo cristiano: bautismo, casamiento y defunción, los equivalentes al ciclo biológico de nacimiento, reproducción y muerte.

Lógicamente, es el libro de bautizados el elegido a la hora de realizar un conteo de faroles. En cada apunte bautismal de este libro se consigna el nombre del nacido, la fecha y hora del nacimiento, el nombre de los padres y abuelos, en ocasiones también la profesión de los padres, el nombre de los padrinos humanos y celestiales, de los testigos del evento, del cura escribano ... en fin, todo un compendio de información interesante para el futuro investigador, genealogista o familiar en busca de ancestros.

Además, para el objetivo marcado, nos facilita enormemente la labor la existencia de unos índices de bautizados para cada uno de los ocho libros existentes. En los índices se consigna nombre y apellidos del bautizado y año de nacimiento, información más que suficiente para nosotros.

Y dedicado al conteo de faroles he estado durante un tiempo. En total, han resultado ser unas cinco mil personas las bautizados en la iglesia parroquial durante los últimos tres siglos y medio (1611-1960); años en los que, de manera más o menos regular, nacía gente en Huérmeces.

No se ha incluido en el conteo al numeroso grupo de niños neonatos consignados en los libros de bautizados (Libros parroquiales) o libros de nacimientos (Libros del Registro Civil) como "innominados", ya que fallecieron al nacer sin que fuera posible asignarles nombre alguno. Resulta difícil realizar una estimación del número total de estos niños fallecidos "innominados", ya que no se incluyen en los índices parroquiales correspondientes, pero la cifra no andará muy alejada de los 150-200 para el periodo considerado.  




ESTADÍSTICA DE LA NATALIDAD EN HUÉRMECES

Para abrir boca, presentamos una primera tabla en la que aparecen los bautizos anuales realizados en la parroquia de San Juan Bautista de Huérmeces entre los referidos años 1611 y 1960:





En la siguiente tabla se resume la información anterior, ahora organizada en periodos de 30, 40 o 50 años, con valores medios, máximos y mínimos, y la tasa de natalidad expresada en nacimientos por cada 100 habitantes; también se añaden los bautizos celebrados durante la década de los años sesenta del pasado siglo:




Dentro de las lógicas oscilaciones en las cifras de nacimientos anuales, fruto tanto de la casualidad como de las circunstancias sociales, económicas, políticas o, incluso, climatológicas, se observan dos periodos de tiempo durante los cuales se mantiene una natalidad relativamente elevada y sostenida:


  • 1673-1680: durante estos ocho años, la media anual de nacimientos alcanza la cifra de 16, superando claramente la media de la segunda mitad del siglo XVII (12 nacimientos anuales). Nos encontramos en los primeros años del reinado de Carlos II (1665-1700) y los últimos de la Regencia de Mariana de Austria (1665-1675); fueron años que alguien ha definido, desde el punto de vista económico, como un "remanso de paz", dentro del casi siempre agitado estado financiero de la España de los Austrias.
  • 1825-1834: durante estos diez años, se alcanzó una elevada media anual de nacimientos (23), comparada con la media de la primera mitad del siglo XIX (16). Los últimos años del reinado de Fernando VII se caracterizaron por un rebrote absolutista (Década Ominosa, 1823-1833), que hizo retroceder a la sociedad española varias décadas, sobre todo en lo social y en lo político; la llegada de Isabel II no hizo sino complicar aún más la situación del país, con el inicio de la Primera Guerra Carlista (1833-1840); sin estabilidad político-social difícilmente podría alcanzarse una buena situación económica. Por ello, sorprende este repunte natalicio en el Huérmeces de aquellos años.

Durante el primer tercio del siglo XX, la natalidad se estabiliza notablemente, con una media anual de 17 nacimientos, oscilando entre un mínimo de 10 (1926, 1928) y un máximo de 24 (1914).

Durante el segundo tercio del siglo XX se produce el desplome en la natalidad, fruto del éxodo rural. A principio de la década de 1930 nacen 12-14 niños al año; al final de la década de 1950 únicamente nacen entre 1 y 7 niños al año.

También hay que reseñar que, durante los cuatro años posteriores al fin de la guerra civil se produce, como era previsible, un importante descenso demográfico, al pasar de 12 a 7 la media de nacimientos anuales. A partir de 1943 se produce un pequeño repunte natalicio, que se mantiene hasta mediados de los cincuenta, pero siempre en el entorno de 10 nacimientos al año.

Teniendo en cuenta la población media (aproximada) de cada periodo considerado, tenemos que las tasas anuales de natalidad más elevadas se produjeron durante los siguientes periodos:

  • primera mitad del siglo XVIII, al alcanzarse los 4,8 nacimientos por cada 100 habitantes
  • segunda mitad del siglo XVIII, con 4,7 nacimientos por cada 100 habitantes
  • primera mitad del siglo XIX, con 4,1 nacimientos por cada 100 habitantes.

EVOLUCIÓN DE LOS NOMBRES FAROLES MÁS COMUNES

En dos entradas anteriores, realizamos un pequeño trabajo relacionado con los nombres de pila de los vecinos entonces denominados "cabeza de familia", así como de sus cónyuges o viudas. Los datos fueron extraídos de los padrones municipales de población y abarcaban el periodo 1896-1968.

El realizado para los nombres de varón arrojaba un resultado de 143 nombres diferentes, portados por 260 vecinos empadronados en Huérmeces durante el referido periodo:

Nombres de varón (1896-1968)

El correspondiente a los nombres de mujer presentaba unos resultados parecidos: 140 nombres diferentes para 259 cónyuges o viudas de cabezas de familia durante el mismo periodo:

Nombres de mujer (1896-1968)


Ahora, perseguimos unos objetivos mucho más ambiciosos, al intentar recopilar los nombres de pila de todas aquellas personas que nacieron en Huérmeces durante el periodo 1611-1960. Ello significa recopilar, ordenar y clasificar unos 5000 nombres de faroles venidos al mundo durante los 350 años en los que en Huérmeces nacía gente.

Para presentar los resultados de una manera que se haga lo menos pesada posible, he creído oportuno dividir esos 350 años en periodos de 30, 40 y 50 años. De esta manera, resulta también más sencillo comprobar la evolución en los gustos, modas y tradiciones a la hora de poner nombre a los recién nacidos.


1. Primera mitad del siglo XVII

Se han recogido todos los nombres que aparecen en un mínimo de 4 ocasiones durante los 40 años del periodo registrado (1611-1650). Los nombres de mujer se consignan en rojo, los de varón, en negro.





En nombres femeninos, el predominio de María es absoluto, acaparando más de la tercera parte del total de nombres de mujer (37%). Otros tres nombres comunes: Ana (12%), Francisca (12%) y Catalina (5%). Curiosamente, apenas aparecen nombres compuestos de María, en contra de lo que sucedería en siglos posteriores.

En nombres masculinos, resultan Juan (22%) y Francisco (21%) los más comunes; otros nombres frecuentes: Pedro (10%), Domingo (7%), Diego (6%) y José (5%).

En total, los 18 nombres más comunes del periodo 1611-1650 suponen casi el 80% del total, lo que indica una escasa variabilidad en el uso de nombres del amplio catálogo santoral cristiano. En el caso de los varones, si coincidía nombre y primer apellido en dos personas de la misma generación, solía utilizarse la fórmula "mayor en días" o "menor en días" para distinguir a los dos vecinos. En el caso de las mujeres, se recurría a la fórmula de "la de" haciendo referencia al marido o al padre de las dos o más mujeres con nombre idéntico.


2. Segunda mitad del siglo XVII

Al disponer de datos para la totalidad del periodo, se han seleccionado los nombres con un mínimo de 5 apariciones.





En nombres femeninos, María sigue dominando claramente (26% del total de nombres de mujer), y más aún si comprobamos que ya aparecen los compuestos de María (Mª de los Santos, Mª de la Cruz, Mª Jacinta, Mª Magdalena y Mª Josefa). Otros nombres frecuentes: Teresa (7%), Francisca (6%), Josefa (6%), Ana, Catalina, Isabel y Juana (5% cada una). Comienza a popularizarse Brígida, en honor a la tercera festividad religiosa de Huérmeces. En general, se aprecia una mayor variabilidad en la elección de nombres femeninos, en contra de lo sucedido en el periodo anterior.

En nombres masculinos, el dominio se encuentra repartido entre Juan (20%), Francisco (17%), José (16%), Manuel (7%) y Pedro (4%). También comienza a popularizarse Lorenzo, en honor de la segunda festividad de Huérmeces.

En total, los 27 nombres más comunes representan casi el 82% del total, lo que continúa indicando una escasa variabilidad en la elección de nombres del calendario cristiano.

Durante el siglo XVII van apareciendo, no obstante, algunos nombres poco comunes: Ambrosio, Anastasia, Ángelo, Casado, Emerenciana, Fabiana, Lorena, Melchora, Pantaleón, Polonia, Prudenciana, Roque, Toribia, Toribio y Ventura.


3. Primera mitad del siglo XVIII

Como en el periodo anterior, se han seleccionado los nombres con un mínimo de cinco apariciones.



Nombres femeninos más comunes: María (18%), Francisca (7%), Manuela (6%) y Josefa (5%). Los compuestos de María siguen ganando popularidad (5%).

Nombres masculinos más comunes: Juan (11%), Francisco (11%), José (10%), Manuel (9%) y Pedro (6%). Aún no han aparecido los compuestos de José. También merece destacarse que nombres como Diego (11 apariciones) y Alonso (5 apariciones) prácticamente desaparecerán en los siglos siguientes.

Los 42 nombres más populares suponen casi el 83% del total de nombres del periodo, incrementándose considerablemente la lista de nombres elegidos.

Aparecen algunos nombres poco comunes: Agustín Pablo, Apolinario, Bárbara, Bernarda Jerónima, Bibiana, Bruna, Cayetano, Ceferino, Estéfana, Feliciano, Froilán, Gertrudis, María Tecla, Olalla, Pascuala, Plácido, Polonia (3), Silverio, Tecla y Úrsula.


4. Segunda mitad del siglo XVIII

En el cuadro, los nombres con un mínimo de cinco apariciones.




Nombres femeninos: continúa el predominio absoluto de María (18%), aunque va disminuyendo poco a poco; también destacan Manuela (6%), Francisca (6%), Juana (4%), Isabel (4%), Teresa (3%) y Brígida (3%).

Nombres masculinos: el catálogo continúa siendo mucho más apretado que en el caso de los nombre de mujer: Manuel (9%), Francisco (7%), Pedro (7%), José (6%) y Juan (5%). Lorenzo gana popularidad.

Los 47 nombres más populares suponen el 70% del total, lo que indica que está aumentando la variabilidad a la hora de seleccionar nombres dentro del calendario cristiano.

Algunos nombres poco frecuentes: Aniceta, Anacleta, Aquilino, Cándida, Crisantos, Cruza, Deogracias, Estanislao, Eustoquia, Ezequiela, Froilana, Francisca Javiera, Fulgencia, Gabina, Ildefonsa, Lesmes, Liborio, Matea, Pío, Policarpo, Primo, Romualdo, Sabina, Sisebuto, Tiburcio y Urbán.


5. Primera mitad del siglo XIX

Tabla que incluye a los nombres que aparecen en un mínimo de cinco ocasiones durante el periodo considerado:




Nombres femeninos: María (10%) va perdiendo popularidad, aunque aumenta considerablemente la aparición de los compuestos de María (7%), sobre todo Mª Concepción, Mª Cruz y Mª Mercedes; otros nombres populares: Petra (4%), Francisca (4%) y Juana (3%). Brígida continúa desaparecida del catálogo de nombres populares.

Nombres masculinos: Manuel (7%), Pedro (6%), Juan (4%), Mariano (4%), Felipe (4%), José (4%), Domingo (4%), Francisco (4%), Tomás (4%) y Vicente (4%). Lorenzo continúa siendo un nombre relativamente popular.

Los 41 nombres más populares suponen el 55% del total, lo que indica que ha aumentado considerablemente la variabilidad de elección, comparada con los dos siglos anteriores.

Algunos nombres poco frecuentes: Alejo, Amado, Aniceto, Aquilino, Bernardina, Bibiana, Cástor, Ceferino, Celedonio, Cipriana, Ciriaca, Columba, Cruza, Deogracias, Emeteria, Eufemia, Eustoquia, Ezequiel, Francisca Froilana, Francisca Javiera, Frutos, Gervasio, Jacoba, Juan Clímaco, Lesmes, Liborio, Mamerta, Marcillano, María Egipcíaca, Natalio, Olalla, Primitiva, Tiburcio, Urbán.


6. Segunda mitad del siglo XIX

Tabla con los nombres que aparecen en un mínimo de cinco ocasiones durante el periodo considerado:




Nombres femeninos: por vez primera en dos siglos, María (a secas) ya no es el nombre de mujer más popular, ya que los compuestos de María (15%) se convierten en los predilectos de los padres nombradores; otros nombres populares: Petra (4%), Isabel (4%) y Juliana (4%).

Nombres masculinos: los más populares resultan ser Julián (5%), Mariano (5%), Francisco (4%), José (4%), Juan (3%), Pablo (3%) y Pedro (3%). Van apareciendo los primeros compuestos de José.

Los 38 nombres más populares suponen ya menos de la mitad (45%) del total de nombres considerados en el periodo (809), lo que continúa indicando un aumento de la diversidad a la hora de elegir nombres para los recién nacidos.

Algunos nombres poco comunes durante el periodo: Agapito, Amancia, Anacleto, Andrea Avelino, Aniano, Aquilina, Atanasio, Casiano, Crescencia, Desiderio, Donaciano, Gliceria, Juan Gualberto, Leovigilda, Liborio, Lucila, Nemesia, Quiteria, Quiterio, Restituto, Tecla, Telesfora, Telesforo, Saturia, Saturio, Toribia y Toribio.


7. Primeros sesenta años del siglo XX

Tabla con los nombres que aparecen en un mínimo de cuatro ocasiones durante el periodo considerado (1901-1960:



Nombres femeninos: los compuestos de María (40% de los nombres de mujer) ya se han convertido en los más populares: sobre todo Mª Carmen (17 apariciones), Mª Dolores (10), Mª Pilar (8), Mª Mercedes (7) Mª Ángeles (6), Mª Asunción (6), Mª Teresa (6), Mª Concepción (5) y Mª Natividad (5). María (4), a secas, ya no es un nombre muy popular. Otros nombres de mujer habituales: Casilda (8 apariciones), Josefa (7), Julia (7), Beatriz (6), Petra (6) e Isabel (5). Por el contrario, nombres antaño populares, como Francisca o Catalina, prácticamente desaparecen.

Nombres masculinos: los más populares son José (22 apariciones), Jesús (16) y Ángel (15); los compuestos de José (15) van adquiriendo protagonismo, sobre todo José María (7) y José Luis (5); otros nombres populares: Julián (10), Emilio (8), Antonio (7), Francisco (7), Félix (6), Mariano (6) y Teodoro (6). También son frecuentes Aurelio, Felipe, Lorenzo, Orencio y Teófilo, con 5 apariciones cada uno. 

En la evolución de la popularidad de los nombres masculinos durante los tres siglos y medio considerados, sorprende la caída de nombres como Francisco y Pedro, sustituidos por el ascenso de nombres como Jesús y Ángel. También Juan desaparece de la lista de nombres frecuentes, en parte sustituido por sus compuestos (Juan Manuel, Juan José y Juan Bautista).

Los 42 nombres más populares suponen poco más de la mitad (54%) del total de nombres registrados en el periodo (774 nombres), lo que continúa indicando una considerable diversidad en los nombres utilizados, comparada con la existente en los siglos XVII y XVIII.

Algunos nombres poco frecuentes en este periodo: Abilio, Abdón, Agripina, Apropiano, Avelino, Arsenia, Arsenio, Aurea, Benilde, Blanca Nieves, Bonifacia, Cayetano, Cirilo, Clotilde (2), Crescenciano, Crisanto, Dacio, Dativo, Desiderio, Domitila, Dorotea, Epifanio, Enemesio [Nemesio], Esmeraldo, Eutiquio, Evelio, Evencio, Facunda, Felicitas (4), Fresdinvinda [Fredesvinda], Hermógenes, Josefa Leonisa, Josué, Jovita, Leónides, Leonila, Libia Digna, Lucinio, María Cleofé, María Ema, Monserrat, Nemesia, Nicanor, Obdulia, Obdulio, Odorico, Orencio (5), Ovidia, Quirina, Regina, Regino, Rosina, Secundina, Sigimiro, Silvano, Silvina, Terencio, Teresita del Niño Jesús.

Sorprende la relativa popularidad de nombres hoy considerados raros: Clotilde (2), Felicitas (4) y Orencio (5).

 

EVOLUCIÓN DE LOS APELLIDOS FAROLES MÁS COMUNES

En el caso de los apellidos, he considerado únicamente los primeros apellidos (apellidos paternos), aunque siendo consciente de que esta simplificación pudiera falsear sensiblemente los resultados obtenidos. 

Para simplificar aún más, he preferido utilizar siglos completos en lugar de medios siglos, aunque este criterio no va a alterar apenas los resultados finales.


1. Apellidos faroles en el siglo XVII

Durante el periodo de 90 años estudiado (1611-1700), los apellidos paternos que aparecen en los libros de bautizados en un mínimo de seis ocasiones se resumen en la tabla siguiente:




En el Huérmeces del siglo XVII predominan los apellidos compuestos de Díaz, Díez, Alonso y Gómez, combinados con los toponímicos Mata, Ubierna, Villalvilla, Tudanca y Güemes.

Los más comunes son: Díez-Mata [Díez de Mata] (7%), Ubierna (6%), Ornilla (5%) y Calle (5%). Otros apellidos frecuentes: Fernández, López, Güemes, Alonso, Peña, Pesquera, Díaz-Ubierna [Díaz de Ubierna] y Rudiez. El apellido Varona aparece aún en sus formas arcaicas (Barahona/Baraona).

Otros apellidos luego desaparecidos de los padrones de población de Huérmeces: Melgosa, Valderrama, Lomillo, Ontanilla, Miguel, Iglesia, Gallo, Monasterio, Pozas, Torres, Sarmiento, Cuesta, Alonso-Güemes [Alonso de Güemes], Gómez-Mata [Gómez de Mata] y Ordóñez.

Apellidos extraños a Huérmeces y comarca: Aguilar, Alvear, Asenjo, Bruceño, Calderón, Cuesta, Galán, Iglesia-Estrada, Manrique, Llanos, Morón, Olmo, Palomar, Pardo, Porres, Solanas, Turrientes y Vallejo.

Apellidos ilustres:

  • en 1612 aparece el bautismo de Bernabé Fernández Zorrila y Salazar, hijo de Juan Fernández Zorrilla y Ángela de Salazar y Arce, y sobrino de Pedro Fernández Zorrilla, el que fuera colérico obispo de Mondoñedo, Badajoz y Pamplona, e impulsor del Palacio de Abajo (hoy Palacio del Arzobispo). Desconocemos si Bernabé gozó de una vida prolongada o si falleció al poco de nacer, ya que no he sido capaz de encontrar posteriores referencias suyas.
  • entre 1629 y 1633 aparecen los apuntes bautismales de Jacinta, Bernabé y Jerónimo de Salazar Fernández, los tres hijos de Jacinto de Salazar y Francisca Fernández ; Jacinto de Salazar era el alcalde mayor de la Haza de Siero durante los años de la resolución del Pleito de Monasteruelo, que le ocasionaron una condena a la pena de prisión (mayo de 1636).
  • en 1631 aparece el bautismo de José de Arriaga Zorrilla-Arce, hijo de Pedro de Arriaga y Francisca de Zorrilla-Arce.


2. Apellidos faroles en el siglo XVIII

Durante el periodo de 100 años estudiado (1701-1800), los apellidos paternos que aparecen en los libros de bautizados en un mínimo de seis ocasiones se resumen en la tabla siguiente:




En el Huérmeces del siglo XVIII continúan predominando los cuatro apellidos compuestos de Díaz (Mata, Ubierna, Tudanca y Villalvilla), aunque Calle (7%), Crespo (7%), Ornilla (6%) y Fernández (5%) resultan los más frecuentes.

Aparecen por vez primera apellidos que luego serían muy comunes en Huérmeces: Bárcena, SernaMontero y Fontúrbel. También aparecen como simples apellidos que antes solo lo hacían como compuestos: Tudanca y Villalvilla. Estas impredecibles preferencias por las formas simples o compuestas de algunos apellidos originarán en el futuro confusiones y dolores de cabeza a genealogistas y aficionados al estudio de ancestros familiares.

Apellidos raros en Huérmeces y comarca: Alonso-Viveros, Bollada, Cano, Cañizar, Carrera, Ezquerra, Gallo-Andrade, Hierro, Huertos, Leal, Lechosa, Medina, Palacios, Pérez-Aguilar, Pérez-Boraita, Revilla, Soto, Sáiz-Aguayo y Usarralde. 


3. Apellidos faroles en el siglo XIX

Durante el periodo de 100 años estudiado (1801-1900), los apellidos paternos que aparecen en los libros de bautizados en un mínimo de seis ocasiones se resumen en la tabla siguiente:




Apellidos paternos más abundantes: uno de los históricos cuatro apellidos compuestos de Díaz se cae de la lista (Díaz-Mata), aunque los otros tres continúan disfrutando de buena salud (Díaz-Villalvilla, Díaz-Tudanca y Díaz-Ubierna). No obstante, los apellidos más abundantes resultan ser García (9%), Alonso (8%), Güemes (7%), Pérez (6%), Fernández (5%), Díez (5%) y Varona (5%).

Aparecen por vez primera apellidos comunes en otros lugares de la comarca, tales como Andrés, Angulo, Aparicio, Arnáiz, Arribas, Beato, Blanco, Bueno, Esteban, Icedo, Infante, Luis, Mansilla, Moreno, Ojeda, Puente, Recio, Sáiz, San Martín, Santamaría, Sedano, Terradillos, Villanueva, Vivanco y Zumel.

Apellidos poco comunes en Huérmeces y alrededores: Batista, Cámara, Carabantes, Carcedo, Celada, Costa, Cuella, Galán, Garmilla, Gil, Loza, Marqués, Masana, Medrano, Mier, Noguera, Osma, Páramo, Pereda, Pineda, Pinto, Quintano, Riveras, Rozas y Villalba.


4. Apellidos faroles durante los primeros sesenta años del siglo XX

Durante el periodo de 60 años estudiado (1901-1960), los apellidos paternos que aparecen en los libros de bautizados en un mínimo de seis ocasiones se resumen en la tabla siguiente:



Apellidos más abundantes: García (12%), Alonso (8%), Varona (8%), Ubierna (7%), Pérez (5%), Díez (5%), Hidalgo (5%) y Ortega (4%). Los apellidos compuestos Díaz-Villalvilla y Díaz-Ubierna continúan perdiendo importancia relativa, mientras que Díaz-Tudanca desaparece como apellido paterno.

Desaparecen prácticamente apellidos muy comunes en décadas anteriores: Calle, Espinosa, Fontúrbel, Gallo, Güemes, Montero, Ornilla, Sedano, Valderrama y Zumel,

Apellidos que aparecen por vez primera: Ayala, Bugedo, Calzada, Hernando, Herreros, Juarros, Mansilla, Marín, Marquina, Palacios, Río, Simón, Velasco, Vicario

Apellidos poco comunes en Huérmeces y alrededores: Barrasa, Castaños, Cuende, Echepare, Irisarri, Lastra, Mena, Medina, Roba, Royuela 


EL FIN DE LA ERA DE LOS NACIMIENTOS

Al igual que en el resto de los pueblos del entorno, durante los años sesenta del siglo XX el número de nacimientos/bautizos fue disminuyendo drásticamente hasta desaparecer completamente al final de la década. 

Hay que tener en cuenta el "efecto Burgos", por el que los niños ya nacían en el hospital de la capital provincial; de todas formas, durante la década 1961-1970 se produjeron en Huérmeces diez nacimientos y unos veinte bautizos




La distribución de los diez últimos nacimientos, acaecidos en Huérmeces durante la primera mitad de la década de los años sesenta, fue la siguiente: 1961 (2 nacimientos), 1962 (5), 1963 (1) y 1965 (2). El último apunte en el Libro de Nacimientos del Registro Civil de Huérmeces pertenece a una niña nacida en agosto de 1965.

A partir de aquella fecha, en Huérmeces únicamente se celebraron bautizos, por lo que es el Libro de Bautizados el que continúa con vida hasta el presente.

Y aquí termina el conteo de los cinco mil faroles nacidos y/o bautizados en Huérmeces durante sus últimos 350 años de vida demográfica natalicia. Durante este tiempo, se ha pasado de una mayoría de bautizados portadores de apellidos compuestos a una mayoría de bautizados con nombres compuestos.

Cinco mil faroles nacidos en un pequeño pueblo originado hace unos once siglos a la orilla del Úrbel y a la falda de Cuesta Castillo.


FUENTES

Archivo Diocesano de Burgos: Parroquia de San Juan Bautista de Huérmeces, Libros de Bautizados I (1611-1680), II (1680-1734), III (1734-1781), IV (1781-1825), V (1825-1851), VI (1852-1876), VII (1877-1902) y VIII (1903-1914).

Registro Civil de Huérmeces: Libros de Nacimientos VI (1908-1914), VII (1914-1920), VIII (1920-1930), IX (1930-1945) y X (1945-1965).


sábado, 15 de abril de 2023

Julián García Jiménez, un maestro abulense desterrado en Huérmeces (1943-1947)

En plena posguerra, durante cuatro años, la hoy conocida como "casa de Benjamín" tuvo un inquilino particular: un maestro de cuarenta años de edad, casado, natural del pueblo abulense de Crespos, enclavado en la comarca de La Moraña, esto es, en tierras de Arévalo.

Julián García Jiménez, que ese era su nombre, había nacido en Crespos en 1902, y había estudiado para maestro en la Escuela Normal de Ávila. Sus primeras interinidades como maestro le fueron concedidas ya en tiempos de la Segunda República.


Gaceta de Madrid, 27 julio 1934 [maestros convocatoria 1933]


Sabemos que, en 1935, se encontraba destinado en la localidad palentina de Membrillar, hoy una pedanía de Saldaña. En mayo de aquel año había solicitado -y le había sido concedida- una permuta de plaza con el maestro de Cabezas del Pozo, localidad abulense muy cercana a su pueblo de nacimiento. Suponemos que allí le sorprendió el inicio de la guerra civil.



Gaceta de Madrid, 17 de mayo de 1935 [permutas magisterio]


En aquellos tiempos, a su condición de maestro, Julián unía la del compromiso político con las izquierdas. Y esa doble condición resultaría muy peligrosa, letal en algunos casos, a partir del 18 de julio de 1936. En los listados de maestros represaliados, Julián aparece consignado como "socialista", haciendo referencia a su supuesta militancia política.

Las autoridades de Burgos iniciaron con premura el proceso depurativo de  maestros y, ya en 1937 aparece el nombre de Julián en una de las múltiples  relaciones de maestros separados definitivamente del servicio. La relación que nos ocupa se publicó tanto en el Boletín Oficial del Estado (17-05-1937) como en el Boletín Oficial de la Provincia de Ávila (09-08-1937,) para que no cupiera lugar a dudas.


Boletín Oficial del Estado, 22 de abril de 1937

De todas formas, Julián debió de ser uno de los maestros represaliados que tuvo la fortuna de resultar rehabilitado, pudiendo reintegrarse al magisterio años después, al ser sobreseído su expediente de responsabilidades políticas. Suponemos que pudo contar con suficientes testimonios a su favor por parte de personas adeptas al régimen, tal y como sucedió en muchos casos.

El que pudiera reintegrarse al magisterio nacional no significaba que se hiciera borrón y cuenta nueva con su carrera; en lo sucesivo, y durante un tiempo prudencial, se le asignarían destinos alejados al que ocupara en julio de 1936.

De esta forma, en 1943, Julián aparece como maestro en las escuelas de Huérmeces, a unos 260 km de su tierra natal; en aquellos tiempos, los 260 km que separaban Huérmeces de La Moraña constituían una distancia considerable, que requería un dilatado viaje por diversas carreteras y líneas férreas, con varias escalas de por medio: Huérmeces, Burgos, Valladolid, Medina del Campo, Arévalo y Cabezas del Pozo. 

Julián estuvo destinado en Huérmeces durante unos cuatro años (1943-1947). Desconocemos si nuestro pueblo constituyó su primer destino tras su rehabilitación como maestro, ya que no hemos sido capaces de encontrar testimonio documental alguno. 

Durante su estancia en Huérmeces, Julián aparece empadronado en la hoy denominada "casa de Benjamín", en la que por entonces residía Petronila García Girón (Hces, 1863), viuda de Ruperto Pérez Infante (Acedillo, 1855), que fuera carretero-carpintero de Huérmeces durante muchos años. Hasta la llegada de Julián, en la misma casa habían residido durante un tiempo la maestra Jesusa Valcavado y sus cinco hijos.

Sabemos que Julián estaba casado aunque, durante los años de "destierro" en Huérmeces, residió él solo en nuestro pueblo; quizás ese fue el motivo por el que no se le asignó la casa del maestro como lugar de residencia.

En 1963, encontramos a Julián destinado en la escuela de Chaherrero, localidad vecina de su Crespos natal, y que hoy forma parte del mismo municipio. Todo parece indicar que Julián, próxima ya su edad de jubilación, consiguió finalmente un destino en su Moraña natal, de la que había sido desterrado más de veinte años antes.

En 1947 llegó a Huérmeces un nuevo maestro, Roberto Aréchaga Veloso (Monforte de Lemos, 1909), que ejercería su labor en el pueblo durante nueve años (1947-1956).


FUENTES

"Muerte y represión en el Magisterio de Castilla y León", Enrique Berzal de la Rosa y Javier Rodríguez González. Fundación 27 de marzo. León (2010). [Capítulo 1: "La cruel represión de maestros en Ávila". M. Rafael Sánchez; Julián García Jiménez aparece en la página 28, en el listado de maestros destituidos]

Los datos biográficos y profesionales de Julián García Jiménez han sido extraídos de las siguientes publicaciones oficiales y de prensa escrita: El Magisterio Español, Escuela Española, Gaceta de Madrid, Boletín Oficial del Estado y Boletín Oficial de la provincia de Ávila.


ANEXOS

LA MORAÑA 

Esta comarca natural abulense consiste en una extensa llanura cerealista, situada al norte de la provincia, como un apéndice rodeado de las provincias de Salamanca, Valladolid y Segovia. 




La etimología del término Moraña podría explicarse por los términos Morania (tierra de moros) o Maraña (maraña de pueblos). Consta de 87 pueblos, agrupados en 63 municipios, con una población total de 21.800 habitantes; su capital oficiosa es Arévalo (7900 hab), siendo Madrigal de las Altas Torres (1400 hab) la segunda población de la comarca.

Debido a la escasez de canteras de piedra, en la comarca se extendió pronto la construcción de notables edificios religiosos en el denominado estilo románico-mozárabe, realizado a base de ladrillos cerámicos. 


CRESPOS



Municipio de la comarca abulense de La Moraña, con una población de 480 habitantes y una extensión de 32 km2, y que incluye a otras dos localidades: Chaherrero (80 hab) y Pascualgrande (35 hab).


Foto: Jaime Tello García (fotourbana.com)


Situado en medio de la línea de ferrocarril Ávila-Salamanca, que parte en dos al pueblo, cuenta con colegio público de infantil y primaria (C.R.A. Santa Teresa), estación de ferrocarril y puesto de la guardia civil. Crespos se encuentra a 40 km de Ávila y a 30 km de Arévalo, aunque su localidad de referencia es Fontiveros (700 hab) situada a solo 5 km.


Foto: Jaime Tello García (fotourbana.com)


Entre su patrimonio destaca la iglesia de San Juan Bautista y la arruinada Torre de Santa Inés (situada en el despoblado de Mariviuda). Aunque sobre el pueblo lo que destaca es la enorme mole del Silo, en medio de una llanura prácticamente deforestada.


Foto: Jaime Tello García (fotourbana.com)


CABEZAS DEL POZO


Esta pequeña localidad y municipio de La Moraña, con una población de 79 hab y una extensión de 18 km2, se encuentra situada a unos 15 km al norte de Crespos y a 21 km al oeste de Arévalo, aunque su localidad de referencia también resulta ser Fontiveros.


Iglesia de la Asunción. Foto: Hovallef (wikipedia)


Santuario de la Vera Cruz. Foto: Hovallef (wikipedia)

Su patrimonio se resumía en la iglesia barroca (con restos mudéjares) de Nuestra Señora de la Asunción, la ermita de la Vera Cruz y el denominado Pozo Bueno (de origen mudéjar, aunque desafortunadamente cubierto en 1982).


Pozo Bueno en Cabezas del Pozo


En Cabezas del Pozo se encontraba destinado el maestro Julián García Jiménez cuando estalló la guerra civil.