sábado, 23 de diciembre de 2023

La conexión farola de Celada de la Torre: Huérmeces (1919)


El 9 de enero de 1919 se celebró, en la iglesia de San Juan Bautista de Huérmeces, el enlace matrimonial entre Lázaro Díez Bernal, natural de Celada de la Torre, y Florencia Villalvilla Alonso, natural de Huérmeces. La pareja de labradores se estableció en Huérmeces, dando origen a una numerosa familia de Díez Villalvillas, alguno de cuyos miembros acabó por establecerse definitivamente en el pueblo. Fueron los Díez "de Celada".

La historia que queremos contar comienza en Celada de la Torre unos cuantos años antes, concretamente en 1884, cuando se celebra otra boda: la de Nicolás Díez Ubierna y Benita Bernal González, ambos labradores, naturales de Celada.

Entre 1885 y 1905, Nicolás y Benita trajeron al mundo a doce hijos, de los que diez salieron adelante: Matea, Ángel, Benito, Lázaro, Macario, María, Valentín, Victoria, Florencio y Ricardo. Isidro (1888) y Lucía (1890) fallecieron al poco de llegar al mundo.

Un hermano de Nicolás, Pedro Díez Ubierna (Celada, 1869), fue un agustino que ejerció de misionero en Filipinas durante los años previos a la pérdida de la colonia. En 1899 fue secuestrado por guerrilleros tagalos; su duro cautiverio (junto con otros muchos misioneros españoles) duró un largo año. Tras la independencia filipina, Pedro no abandonó la isla, estableciéndose definitivamente en el nuevo país. También fue un prolífico articulista en la prensa local filipina de aquellos tiempos. Falleció en Manila en noviembre de 1944, en plena ocupación japonesa de las islas.

Nicolás enviudó relativamente joven, y tuvo que ser su hija mayor (Matea) la que se hiciera cargo de la crianza de los hermanos más pequeños (Vitoria, Florencio y Valentín).

Como era habitual en aquellos años, casi todos los hijos de Nicolás y Benita tuvieron que abandonar el pueblo para buscarse la vida en otros destinos, más o menos cercanos. Algunos acabaron por establecerse en la capital provincial (Valentín; Ricardo, tras unos años en Madrid); otros lo hicieron en pueblos del entorno (Florencio, en Villaverde Peñahorada; Ángel, en Rioseras), continuando ejerciendo como labradores; únicamente dos permanecieron prácticamente toda su vida en Celada (Matea, Victoria). Y uno de ellos, el referido Lázaro, acabó por establecerse en Huérmeces, un pueblo algo más alejado de Celada, a unos 28 km por carretera, ya en tierras del Úrbel.

Matea, la hija mayor de Nicolás y Benita, pasó toda su existencia en Celada, y tiene tras de sí una curiosa historia de juventud. En 1910, cuando contaba con una edad de 25 años, su nombre apareció -de forma completamente involuntaria- en la prensa local. He aquí la reseña del Diario de Burgos, incluida en su edición del 13 de abril de 1910


"La guardia civil del puesto de Villaverde ha puesto a disposición del juzgado de Rioseras a Luis Ariño Domingo, natural de Celada de la Torre, cuyo sujeto, según manifestación del alcalde de barrio, había hecho dos disparos de arma de fuego por una de las ventanas de la casa de Nicolás Díez Ubierna, en la noche del 10 del actual. Interrogado el detenido se confesó autor del hecho, agregando que los disparos los hizo con intención de matar a la hija de Nicolás, Matea Díez Bernal, por haberla despreciado al ser requerida de amores." 


Así se dirimían algunas calabazas en aquellos tiempos. Bueno, en los actuales tampoco es que algunos hayan evolucionado gran cosa al respecto. De todas formas, nadie resultó herido a consecuencia del violento proceder del despechado y Matea contrajo matrimonio pocos años después, con un candidato más civilizado y del gusto de la novia. Matea tuvo seis hijos (dos varones y cuatro mujeres, de las que dos se hicieron religiosas), y falleció en Celada, a los 75 años de edad.

Lázaro, por azares que desconocemos, conoció a una joven farola, Florencia Villalvilla, con la que acabó por contraer matrimonio, estableciéndose como labrador en nuestro pueblo. Florencia ("Flores") era la mayor de las dos hijas que tuvieron Dionisio y Filomena, pareja de labradores faroles.


Lázaro, c. 1945

Lázaro y Florencia ("Flores") tuvieron nueve hijos, siete de los cuales salieron adelante. Únicamente uno de ellos (Saturnina, la mayor) se estableció en el pueblo. El resto partieron hacia los habituales destinos migratorios de la España de entonces: Barcelona (3), Madrid (2) y Burgos (1).

La casa de Lázaro y Flores estaba situada en la calle de la Plaza, justo enfrente de la cantina de Joaquín y Matilde, y a su vera se encontraba la parada del coche de línea que se dirigía a Burgos, procedente de Aguilar de Campoo. Durante muchos años, el portal de su casa supuso un lugar en el que los viajeros en espera podían guarecerse de las inclemencias meteorológicas, casi siempre presentes por estos lares a primeras horas del día (el coche de línea paraba a las ocho y pico de la mañana).

Florencia, por su parte, fue una mujer muy religiosa, siempre pendiente de las necesidades y servidumbres de la parroquia y del párroco de turno. Para alegría suya, una de sus hijas (Filomena) ingresó en las Hijas de la Caridad.    

Lázaro y Florencia fueron labradores en Huérmeces hasta alcanzar los 70 años de edad, allá por 1962. 


Diario de Burgos, 3 de agosto de 1962


Los descendientes de Lázaro y Florencia viven en la actualidad en las provincias de Burgos, Cantabria, La Coruña, Madrid y Valladolid.

Tres generaciones de los Díez "de Celada" (Huérmeces, eras del Seto, agosto 1965)

APUNTES GENEALÓGICOS

Lázaro Díez Bernal (Celada de la Torre, 1893-Huérmeces, 1976)

Hermanos Díez Bernal: todos nacidos en Celada de la Torre

  1. Matea (1885)
  2. Ángel (1886)
  3. Isidro (1888), falleció al poco de nacer
  4. Lucía (1890), falleció al poco de nacer
  5. Benito (1892)
  6. Lázaro (1893)
  7. Macario (1895)
  8. María (1897)
  9. Valentín (1898)
  10. Vitoria (1901)
  11. Florencio (1903)
  12. Ricardo (1905)

Bisabuelos:

  • Francisco Díez (Peñahorada)
  • María Martínez (Peñahorada)
  • Juan Ubierna (Sotopalacios)
  • Norberta Díez (Sotopalacios)
  • Martín Bernal (Celada de la Torre)
  • Dorotea Ibeas (Celada de la Torre)
  • Leonardo González (Sotopalacios)
  • María Alonso (Quintanaortuño)
Abuelos:

  • Crisanto Díez Martínez (Peñahorada)
  • Petra Ubierna Díez (Sotopalacios)
  • Miguel Bernal Ibeas (Celada de la Torre)
  • María González Alonso (Sotopalacios)
Padres:
  • Nicolás Díez Ubierna (Celada de la Torre, 1857-1935)
  • Benita Bernal González (Celada de la Torre, 1865)
Esposa:
  • Florencia Villalvilla Alonso (Hces, 1892-1978)
Hijos Díez Villalvilla: todos nacidos en Huérmeces
  1. Saturnina (1919)
  2. Filomena (1921)
  3. Orencio (1923), falleció al poco de nacer
  4. Terencio (1925)
  5. Constancio (1927)
  6. Luis (1930)
  7. Benita (1933), falleció al poco de nacer
  8. Benita (1933)
  9. Felisa Elena (1936)





EL TERRITORIO

El caserío de Celada de la Torre se encuentra situado a una altitud de 920 metros, en medio de un pequeño valle elevado, drenado por el arroyo de Rinconejos (afluente del Rioseras), que nace en el manantial de Valdeferracín, y tiene un recorrido total de 5,5 km, con una orientación inicial sur-norte, que vira al oeste al abandonar el término.


Celada de la Torre, desde el alto de Valdeferracín; al fondo, La Serrezuela


El pequeño valle se encuentra delimitado, en sus laderas occidental y oriental, por una serie de elevaciones cuya altitud oscila entre los 960 y los 990 metros (Miravete, Mulacho, La Cruz).

 
Minuta MTN50, H200 (1959): en amarillo, límite del término de Celada; en azul, arroyo Rinconejos 


El término de Celada de la Torre tiene una extensión aproximada de 7 km2, y está englobado en el municipio de Valle de las Navas, aunque hasta la década de 1970 perteneció al ayuntamiento de Rioseras.


Celada de la Torre, desde el nuevo depósito de agua


APUNTES HISTÓRICOS DE CELADA DE LA TORRE

PRIMERA REFERENCIA DOCUMENTAL

Su nombre aparece escrito por vez primera en el Diplomatario del monasterio de San Cristóbal de Ibeas, en concreto en un documento datado en 1151, por el que la vizcondesa Eloiz dona la villa de Mijaradas y otros lugares al abad Domingo del Monasterio de La Vid:

"...dono domno Domminico abbati Vitensi [...] mean hereditaten que vocatur Migharadas [...] et hec villa est in alfoz de Burgos, e una parte villa que vocatur Turones et ex alia parte Celada et ex alia Riodevena..." 


ALFOZ DE BURGOS

Desde los tiempos alto medievales, Celada de la Torre siempre ha pertenecido al Alfoz de Burgos, constituyendo su término el límite septentrional con el alfoz de Ubierna (los términos colindantes de Sotopalacios, Rioseras y Ríocerezo ya pertenecen al alfoz de Ubierna).


LIBRO BECERRO DE LAS BEHETRÍAS (1352)

Celada aparece englobada en la Merindad de Burgos con Río Ubierna (Meryndat de  Burgos con Rio d'Ouierna). En el Libro Becerro, dentro de dicha Merindad, aparece en tercer lugar, tras Quintanilla Vivar (Quintaniella Munnoçisla) y Celadilla de Rebollar (Çelada de Rebollar, despoblado de Moradillo del Castillo) y antes de Villalonquéjar (Villa Nonquexar). El señor único del lugar de Celada de la Torre es García Fernández Manrique, por entonces heredero de toda la Casa de los Manrique y, además, ejerciendo como Merino Mayor y como Adelantado Mayor de Castilla durante los primeros años del reinado de Pedro I.


Este logar es behetria de Garçi Ferrandez Manrrique. Derechos del Rey: Pagan al Rey seruiçios e monedas. Dan al castiello de Burgos cada anno 18 maravedis. Derechos del sennor: Todo ome que es casado da a su sennor Garçi Ferrandez por infurçion vna quarta de trigo e otra de çeuada, e la muger biuda e el biudo cada vno dos çelemines de trigo e dos de çeuada. Dan cada natural cada anno 6 maravedis.


ESTADÍSTICA PARROQUIAL (1587)

Celada está incluida en el llamamiento de Quintanadueñas, y alcanza una porblación de 15 vecinos (60-75 habitantes)


VECINDARIOS DE LA CORONA DE CASTILLA Y REINOS DE NAVARRA, ARAGÓN Y VALENCIA (1646)

Celada de la Torre: 12 vecinos (48-60 habitantes); en otros pueblos cercanos: Rioseras, 38 vecinos; Vivar, 18 vecinos; Sotopalacios, 10 vecinos; Quintanaortuño, 28 vecinos; Ríocerezo, 28 vecinos.


CATASTRO DE ENSENADA (1753)

Cabe destacar el contenido de alguna de las denominadas respuestas generales de la pesquisa: sorprende que Celada, a pesar de estar situada en una paramera, disponga de un molino, así como que se cultive lino y berza en regadío, y que existan varias plantaciones de chopos, sauces, olmos y frutales. Todo parece indicar que existía una relativa abundancia de agua en el término. A pesar de su escasa población (unos 65 habitantes) poseía taberna.


Un resumen de las respuestas generales de mayor interés:

[fecha] 20 de agosto de 1753
[firmantes] Francisco González Martínez (cura beneficiado), Andrés de Ibeas Ruíz (51 años, alcalde pedáneo), Andrés de Ibeas González (30 años, regidor), Juan Gómez (30 años, fiel de fechos); Tomás de Ibeas (61 años), José Martínez (61 años), Juan de Ibeas (52 años) y Andrés de Ibeas Martínez (42 años) (expertos nombrados por la justicia)
(fiel de fechos: persona habilitada, en pueblos pequeños, para suplir al escribano público, al contable y al alguacil)
[2] jurisdicción: lugar de realengo, jurisdicción de la ciudad de Burgos
[3] límites del término: cierzo (Rioseras), solano (Ríocerezo), ábrego (ciudad de Burgos) y regañón (Vivar de Cid)
[4] tipos de tierra: tierras de secano ...  tierras de regadío que producen berza y linares que producen lino y linaza
[6-8] árboles y plantíos: de chopos, sauces, olmos y frutales, plantados en diferentes tierras labrantías, y en las márgenes de ellas, a excepción de los frutales, que se hallan en el cerrado de cada casa y el nuevo en el Prado...
[11] frutos: trigo, cebada, comuña, avena, yeros, titos, lentejas, lino, linaza, yerba, berza, queso, lana, miel, cera, pollos y corderos
[17] molinos: "un molino harinero sobre el arroyo que llaman Fuente Rodrigo, que una piedra de marco menor, y muele un mes en el año, y es propio del Concejo..." 
[19] colmenas: "hay solo una colmena, propia de María Ríocerezo"
[20] ganados: "bacuno, cavallar, lanar y de zerda"
[21] vecindario: 16 vecinos y una viuda (unos 65 habitantes)
[22] caserío: 18 casas habitables, 2 inhabitables y 3 arruinadas
[23] propiedades del Común: casa ayuntamiento, una tenada (tinada) para recoger el ganado, una fragua, una casa en renta, un molino harinero sobre el arroyo Fuente Rodrigo, 2 fanegas de sembradura de secano de primera, 19 fanegas y media de secano de segunda, 66 fanegas de secano de tercera, 4 fanegas de heras para trillar y una taberna; 24 fanegas y 10 celemines de tierra arable; 20 fanegas de prado comunero entre los ganados de los vecinos de este pueblo y los de la villa de Sotopalacios; 190 reales de vellón produce anualmente el arrendamiento de la taberna
[25] gastos del Común: al cura, por letanías (60 reales), al Salvador (30 reales), al médico que viene de fuera (15 reales en dinero), al cirujano, al boticario, al herrero, al "fiel de fechos", al escribano que viene de fuera, al alcalde de la hermandad por asistir a la junta del repartimiento del servicio real, al alcalde pedáneo por la formación de cuentas, a los contadores, al juez de residencia que viene de Madrid, al alguacil, al guarda del campo de la ciudad de Burgos, al lobero, al veredero, al convento de Fresdelval, al convento de San Juan de Ortega, al que limpia fuentes y arroyos...
[29] establecimientos de comercio: una taberna, que pertenece al Concejo
[30] hospitales: una casa hospital para recoger a los pobres pasajeros; tiene una renta de 54 reales y 8 maravedís y un tercio, que le producen  9 fanegas y media de tierra, suyas propias, que lleva en arrendamiento Andrés de Ibeas Ruíz, vecino de este lugar
[32] otros comercios y profesionales: un tabernero, José de Ibeas, 200 reales al año de ganancias
[36] no hay pobres de solemnidad
[38] clérigos: Francisco González Martínez, cura beneficiado de la parroquial de Santa Cristina


Mapa de Tomás López (1784)


DICCIONARIO DE MIÑANO (1826)
 
Celada de la Torre contaba con una población de 30 vecinos (149 almas); casa de postas de seis caballos; "situado en el páramo que separa la vega de Burgos del valle del Río Hubierna, a la falda de una colina"


DICCIONARIO DE MADOZ (1850)

22 vecinos (71 almas); 20 casas, "una escuela de primeras letras concurrida por 12 niños de ambos sexos sin más dotación que las asignaciones de los mismos "(500 reales); dos fuentes dentro de la población y varias en el término, de cuyas frescas y delgadas aguas se surte el vecindario; el terreno es arenoso y comprende dos pequeños prados y una alameda de chopos y sauces".

Como ya se ha señalado en otras ocasiones, los datos demográficos del Madoz se encuentran totalmente falseados, por lo que no pueden tomarse en cuenta.


Mapa de Coello (1868)



ESTADÍSTICA DEL ARZOBISPADO DE BURGOS (1863)

Arciprestazgo de Río Ubierna; parroquia de Santa Cristina, categoría: rural de primera; Manuel Ibeas (60 años), cura beneficiado; dotación de 4500 reales (de las más elevadas de la zona); 42 vecinos, 182 almas. 

ESTADÍSTICA DEL ARZOBISPADO DE BURGOS (1872)

La parroquia tiene casa y huerto rectoral; dos curas: Manuel Ibeas (68 años) cura beneficiado (imposibilitado) y Lesmes Lucio (24 años), coadjutor (ayudante); 44 vecinos, 188 habitantes


Planimetrías (1910)



INDICADOR GENERAL DE LA INDUSTRIA Y EL COMERCIO DE BURGOS (1894)

Celada de la Torre (municipio de Rioseras): 164 habitantes; párroco: Pedro Munguía; maestro; Pascual Sáiz; tabernero: Santiago Espartero.

Pedro Munguía Alonso (Villagonzalo Pedernales, 1852) fue párroco de Celada durante casi 40 años (entre 1890 y 1928).





SIGLO XX

Las nuevas escuelas se inauguraron en octubre de 1923. En 1929 se iniciaron las obras del camino vecinal de Celada a Vivar. En 1949 se tuvo que reparar gran parte del camino. En 1958 se ejecutó el camino vecinal de Celada a Rioseras. En 1960 llegó el servicio telefónico. En 1970 se asfaltó el camino vecinal a Vivar. En 1976 llegó el agua corriente. La concentración parcelaria finalizó a mediados de la década de los años ochenta, junto con la de Rioseras.





SIGLO XXI

La población empadronada en Celada ha oscilado entre un máximo de 42 personas (2011) y un mínimo de 31 personas (2003), aunque ya sabemos que este indicador tiene -en muchos casos- poco que ver con la población que reside realmente todo el año en cada pueblo. De todas formas, la cercanía de Celada a la capital provincial ocasiona que varias personas se desplacen diariamente entre ambas.






LA TRASPLANTADA IGLESIA DE SANTA CRISTINA

La iglesia actual se sitúa en pleno centro del pueblo, allí dónde confluyen las carreteras hacia Rioseras (norte) y Vivar (oeste), y los viejos caminos que se dirigían hacia Hurones (oeste) y Villatoro (sur).





Aunque, hace unos 240 años, la iglesia se situaba en un paraje elevado, a unos 250 metros al noroeste de su actual emplazamiento. En tiempos pasados, por allí ascendía el camino de Vivar. Hoy en día, un pequeño depósito de agua sirve de baliza para indicar la cercanía del paraje denominado "Iglesia Vieja".




Celada de la Torre desde el paraje Iglesia Vieja


Tal y como sucedió en otros muchos pueblos (Brullés, Llanillo de Valdelucio), llegó un momento en que quedó patente la mala ubicación de la vieja iglesia (generalmente en un alto, algo alejada del pueblo), por lo que se dejaron de realizar las necesarias labores de mantenimiento, pensando ya en la futura construcción de una nueva iglesia, en un lugar más adecuado. Ese fue también el caso de la vieja iglesia de Celada de la Torre.





Según indica una cartela situada sobre la portada, la nueva iglesia fue levantada en el año 1786:

ESTA  OBRA SE HIZO A COSTA DE LA FABRICA IUE DE ESTE PUEBLO AÑO DE 1786
    




Si consultamos el libro de fábrica de la iglesia de Santa Cristina, observamos que la cuenta del citado año de 1786 así lo recoge; en la "data" de la cuenta aparecen anotados los conceptos siguientes:

  • coste principal de la nueva iglesia: 20.000 reales
  • solar para fundar la iglesia: 290 reales
  • por conducir la cal: 390 reales
  • por ladrillos: 450 reales por ladrillos
  • por yeso: 595 reales

Era por entonces cura beneficiado de la parroquia de Santa Cristina José Antonio García, y mayordomo de fábrica, Juan de Ibeas Sáiz.

Aunque se dice que se aprovecharon materiales de la vieja iglesia (sillares, principalmente), el coste total de la construcción de la nueva debió de resultar considerable para un pueblo con escasos vecinos. En las cuentas de 1784 se anota que los Hermanos de la Cofradía de Santa Cristina donaron 3.000 reales a la iglesia, y que existía un censo de 11.000 reales a favor del Hospital de Barrantes de la ciudad de Burgos.

Pocos años después, en 1807, se ejecutaron nuevas obras en la iglesia, que alcanzaron un coste de 8560 reales. No se especifica el carácter de las mismas. 





El edificio presenta una poco canónica orientación, en encontrarse su cuadrado ábside mirando hacia el N-NE en lugar de hacerlo hacia el habitual este (con pequeñas derivaciones al noreste o al sureste). Suponemos que fueron el tamaño y orientación del solar elegido para el levantamiento de la nueva iglesia los factores que ocasionaron esta anormal disposición de la cabecera de la nueva iglesia.





La iglesia, levantada en buena sillería, tiene una planta típica de cruz latina, con una sola nave y dos capillas. Bóvedas de crucería. Ábside rectangular. Portada barroca con arco de medio punto. Torre en espadaña, con dos campanas de tipo romano o castellano.





Adosado a la cabecera, se encuentra el pequeño camposanto, cercado con muro de piedra. Sobre el dintel de la puerta de entrada puede leerse:

COMO TE VES YO ME VI, COMO ME VES TE VERAS

En el cuerpo superior de la espadaña se dispuso un bonito reloj de esfera, de aguja única, en el año 1849. Sobre el remate de la espadaña se dispuso un campanil para el reloj. En el lateral derecho del cuerpo central de la espadaña puede contemplarse un reloj de sol.





ERMITAS DE CELADA

Sabemos que, a principios del siglo XVIII, existía una ermita en el pueblo, consagrada a Santa Marina. Sin embargo, en el mapa de Coello (1868) aparece otra ermita, dedicada a San Mamés, y situada en el viejo camino de Celada a Hurones. Hoy en día existe en el casco urbano una vivienda que presenta decoraciones y estructuras propias de una ermita. Ignoramos si se corresponde con la vieja ermita de Santa Marina, citada en el libro de fábrica, en un apunte correspondiente a la visita diocesana de 1719.
 

CELADA: UN TOPÓNIMO ABUNDANTE EN TOPONIMA MAYOR

Casi siempre con la acepción de "lugar oculto, escondido", son varios los pueblos de España que se denominan Celadas/Celadas/Celadilla:
  • Celada (Asturias): una de las 41 parroquias que conforman el municipio de Villaviciosa; 131 hab.
  • Celada de Cea (León): una de las once localidades que componen el municipio de Sahagún; 26 hab.
  • Celada del Camino (Burgos): localidad y municipio del Alfoz de Burgos, 96 hab.
  • Celada de los Calderones (Cantabria): una de las 25 localidades que componen el municipio de Hermandad de Campoo de Suso, en la comarca de Campoo-Los Valles; 74 hab.
  • Celada Marlantes (Cantabria): una de las 16 localidades que conforman el municipio de Campoo de Enmedio, en la comarca de Campoo-Los Valles; 23 hab.
  • Celada de Roblecedo (Palencia): una de las 23 pedanías que componen el municipio de Cervera de Pisuerga, en la Montaña Palentina; 21 hab.
  • Celada de la Vega (León): una de las cuatro localidades que conforman el municipio de San Justo de la Vega, al lado de Astorga; 104 hab. En tiempos pasados fue denominada Celada de Astorga o Celada de los Alfoces
  • Celadas (Teruel): localidad y municipio de la Comunidad de Teruel, muy cerca de la capital; 362 hab.
  • Las Celadas (Burgos): uno de los diez pueblos que componen el municipio Valle de Santibáñez; 23 hab. En tiempos pasado fue denominada Celada del Páramo
  • Celadilla de Páramo (León): uno de los tres pueblos que conforman el municipio de Villadangos del Páramo, en la comarca del Páramo Leonés; 224 hab.
  • Celadilla del Río (Palencia): una de las dos localidades que conforman el municipio de Pino del Río, en la comarca Vega-Valdavia, al norte de Saldaña; 52 hab
  • Celadilla-Sotobrín (Burgos): uno de los 22 pueblos que conforman el municipio de Merindad de Río Ubierna; 62 hab
  • Celadilla del Rebollar (Burgos): despoblado del término de Moradillo del Castillo, cerca de la raya con Tablada del Rudrón, junto a una fuente; en el Libro Becerro de las Behetrías aparece como Celada del Rebollar
En toponimia menor también resulta ser un topónimo recurrente, nombrando a numerosos despoblados, fuentes, caminos, arroyos, páramos, vallejos, molinos, etc.


DE HUÉRMECES A CELADA DE LA TORRE: 19 KM EN BICI

Huérmeces se encuentra en la vega media del Úrbel; Celada, por su parte, se ubica en una zona elevada limitada por el Ríocerezo y el Ríoseras, afluentes del Ubierna. Por lo tanto, nuestra excursión ciclista no tiene más opción que comenzar superando las alturas que separan las cuencas del Úrbel y del Ubierna.





Como ya he comentado en otras ocasiones, la manera menos esforzada de superar la divisoria Úrbel/Ubierna es pedaleando por el camino que recorre el vallejo de Valdelebrín, de menor pendiente que los que se dirigen a Castrillo y Ubierna, aunque ello suponga hacer un kilómetro de más. 

Por Valdelebrín, llegar a Ubierna nos llevará 9 km. A partir de la raya (km 4,5), una vez superado el continuado ascenso, acometeremos un cómodo descenso que recorre todo el camino de La Rueda (que pronto se verá muy afectado por las obras de la autovía de Aguilar) y que nos llevará a Ubierna tras un par de revueltas finales.

Desde Ubierna, buscaremos la ermita de Montes Claros (km 10) por el camino que corre paralelo a la carretera N-623, pasando junto a tres naves agrícolas.  

Desde la ermita, tomaremos el camino de Villaverde Peñahorada, que se va apartando de la citada carretera N-623 en dirección sureste. Se trata de un moderno camino de concentración, con buen firme y trazado llano y rectilíneo.

En Villaverde-Peñahorada (km 13) atravesamos la carretera de Villarcayo y tomamos el camino de Rioseras, cruzando el río de la Hoz y la vía verde del Santander-Mediterráneo. El camino de Rioseras también se trata de un buen camino de concentración, aunque su tramo final requiera de un pequeño esfuerzo de ascensión. 

Antes de llegar a Rioseras (km 16) puede merecer la pena acercarse a las imponentes ruinas de la iglesia gótica de San Saturnino, situada sobre la elevación que domina el valle.





En Rioseras, al lado de la carretera, una fuente nos ofrece la oportunidad de realizar una pequeña parada. Al final del pueblo, en dirección este, arranca la carretera que se dirige a Celada de la Torre. Tras una corta pero exigente ascensión (600 metros) y un tramo de paramera, aparecen al fondo las primeras casas de Celada de la Torre (km 19). Es justo entonces cuando no puedo evitar el pensar: bueno, pues nada, aquí empezó todo.

El camino de vuelta puede realizarse por el mismo recorrido de la ida o por cualquiera de las alternativas que cruzan la divisoria Ubierna/Úrbel. Una de ellas podría ser la siguiente: por Vivar, Villanueva Río Ubierna, Celadilla Sotobrín, ermita de Sotobrín, Parque Eólico, Camino de Burgos, Huérmeces (23 km).

sábado, 9 de diciembre de 2023

El año de las diez bodas: Huérmeces, 1796


Estamos en Huérmeces a finales del siglo XVIII, en unos tiempos en los que la población del lugar rondaba los 350 habitantes.

Unos tiempos en los que se celebraban en nuestro pueblo una media anual de 16 bautismos13 funerales y 3 bodas. Medias anuales de natalidad, mortalidad y nupcialidad en clara consonancia con la demografía del lugar.

Es por ello que sorprende el hecho de que, consultando el libro de casados de la parroquia, aparezca una año durante el cual se celebraron diez bodas: 1796.




Los principales datos relativos a fechas y contrayentes de las diez ceremonias nupciales son los siguientes:


Boda 1 (20 de enero, miércoles)

  • Manuel Güemes Díaz-Villalvilla (Quintanarrío), hijo de Francisco y Micaela
  • Paula Espinosa Fontúrbel (Hces, 1776), hija de Juan y Juana
Boda 2 (23 de enero, sábado)
  • Cayetano González Pérez (Quintanilla Sobresierra), hijo de Miguel y Mª Antonia
  • Dorotea Ubierna Ruíz-Porras (Hces, 1771), hija de Lorenzo y Mª Rosa
Boda 3 (7 de abril, jueves)
  • Fernando López Olea (Hoyos del Tozo), hijo de Francisco y María
  • Catalina Varona Ruíz-Porras (Villadiego), hija de Pedro y Catalina
Boda 4 (25 de mayo, lunes)
  • Simón Serna Leal (Montorio), hijo de Simón y María
  • Andrea Díez-Mata Calle (Hces, 1766), hija de Diego y María
Boda 5 (4 de julio, lunes)
  • Gregorio González López (Burgos), hijo de José y Gerónima
  • Teresa Valderrama Díaz-Ubierna (Hces, 1774), hija de Mateo y Antonia
Boda 6 (3 de agosto, miércoles)
  • Pedro Pérez Díaz-Ubierna (Quintanilla Sobresierra), hijo de José y Olalla
  • María Ubierna Arnáiz (Hces, 1775), hija de Cipriano y Juana
Boda 7 (8 de septiembre, jueves) segundas nupcias para ambos contrayentes
  • Julián Calle Fuentes (Masa), hijo de Pedro y Josefa, viudo de Josefa Güemes
  • María Crespo Valderrama (Hces, 1760), hija de Pedro y Antonia, viuda de Agustín Díaz-Mata
Boda 8 (9 de septiembre, viernes) debido al 4º grado de consanguinidad existente entre los contrayentes, hubo que solicitar la Bula Papal (en este caso, concedida por Pío VI) previo pago de la tasa correspondiente 
  • Manuel Valderrama Díaz-Ubierna (Hces, 1777), hijo de Mateo y Antonia
  • Joaquina Díaz-Ubierna Arce (Hces, 1773), hija de Tomás y Juana 
Boda 9 (20 de noviembre, domingo)
  • Juan Hidalgo Porras (Basconcillos del Tozo), hijo de Juan y Micaela
  • Isabel Ornilla Díez (Hces, 1771), hija de Nicolás y Casilda
Boda 10 (23 de noviembre, miércoles)
  • Nicolás González Peña (Pradoluengo), hijo de Aniceto y Benita
  • Catalina Bárcena Fernández (Hces, 1769), hija de Tomás y María




Conviene recordar que la iglesia de Huérmeces, en su estado actual, se encontraba casi recién inaugurada. La nueva iglesia neoclásica (con su espléndida nave central, rematada por una cúpula en el crucero) fue levantada en apenas tres años (1780-1783).

De los diez novios, únicamente uno era natural de Huérmeces; cinco eran de pueblos del entorno cercano: Quintanilla Sobresierra (2), Quintanarrío (1), Montorio (1) y Masa (1); tres eran de comarcas cercanas: Basconcillos del Tozo (1), Hoyos del Tozo (1) y Burgos (1); y sólo uno era natural de un pueblo muy alejado: Pradoluengo (1).

Por el contrario, y tal y como dicta la tradición, nueve de las diez novias eran nacidas en Huérmeces; únicamente una novia era foránea, nacida en Villadiego (y su novio también era foráneo, de Hoyos del Tozo).

También puede resultar curioso el hecho de que únicamente en una de las bodas los dos contrayentes fueran naturales de Huérmeces.

Una pareja de labradores faroles, la formada por Mateo Valderrama González-Mata (53 años) y Antonia Díaz-Ubierna Arce (52), vio como dos  de sus hijos (Teresa y Manuel) se casaban ese mismo año, una en abril y otro en septiembre.

En cuanto a las edades de los contrayentes, únicamente disponemos del dato para uno de los novios y nueve de las novias, todos nacidos en Huérmeces: 19 años (1), 20 años (1), 21 años (1), 22 años (1), 23 años (1), 25 años (2), 27 años (1), 30 años (1) y 36 años (1). En este último caso, se trataba de una boda en segundas nupcias, tanto para la novia como para el novio.

En cuanto a los curas celebrantes, ocho de las bodas fueron oficiadas por José de Espinosa [José Espinosa González-Mata, Hces 1745], que fue cura beneficiado en Huérmeces durante 32 años (1776-1808), y dos por Manuel Martín Varona. que fue cura beneficiado en Huérmeces durante muchos años.

En cuanto a la estacionalidad de las bodas, no se aprecia preferencia clara, al encontrarse repartidas por todo el calendario: invierno (2 bodas), primavera (2), verano (4) y otoño (2).

Algo parecido se aprecia en cuanto al día de la semana elegido para la ceremonia, salvo una clara preferencia por los días de entre semana, quizás para no competir con la misa dominical: miércoles (3 bodas), lunes (2), jueves (2), viernes (1), sábado (1) y domingo (1).




Puede constituir un ejercicio interesante comprobar cuántas de estas diez parejas se establecieron definitivamente en Huérmeces y cuántas lo hicieron en otros lugares del entorno (en el pueblo natal del novio, principalmente). He podido comprobar los siguientes aspectos:

Boda 1

Manuel Güemes y Paula Espinosa tuvieron ocho hijos, todos ellos nacidos en nuestro pueblo: Manuel (1801), Gabino (1804), Florentina (1805), Luisa (1807), Gabina (1810), Félix (1816), Pedro (1817) y María Bernarda (1820). Alguno de los anteriores descendientes de la pareja también se estableció en Huérmeces. Gabina, por ejemplo, trastatarabuela de quien esto escribe.

Boda 2

Por la ausencia de sus apellidos en el libro de bautizados, no parece que Cayetano González y Dorotea Ubierna se establecieran en nuestro pueblo; seguramente lo hicieron en Quintanilla Sobresierra, pueblo natal del novio.

Boda 3

Lo mismo puede decirse de Fernando López y Catalina Varona; el novio era natural de Hoyos del Tozo.

Boda 4

Pudiera ser que Simón Serna y Andrea Díez se establecieran temporalmente en el pueblo, ya que aparece un hijo suyo, nacido dos años después de la boda: María Cruz (1798)

Boda 5

Gregorio González y Teresa Valderrama tuvieron ocho hijos, todos ellos nacidos en Huérmeces: Gerónimo (1798), Mateo (1800), Paula (1803), Basilia (1805), Lorenzo (1806), Bartolomé (1808), Bibiana (1811) y Gregorio (1814). Uno de los hijos (Mateo/Martín) contrajo matrimonio con Ramona Crespo (Hces, 1805) y tuvieron ocho hijos Crespo Güemes entre 1826 y 1848.

Boda 6

Pedro Pérez y María Ubierna no tuvieron descendencia en Huérmeces, por lo que supongo que se establecieron en Quintanilla Sobresierra, pueblo natal de Pedro.

Boda 7

No podemos asegurar que Julián Calle y María Crespo, casados en segundas nupcias, tuvieran descendencia en Huérmeces; aparece un posible hijo suyo, Victoriano (1801).

Boda 8

Manuel Valderrama y Joaquina Díaz-Ubierna, faroles ambos, tuvieron 10 hijos, todos nacidos en Huérmeces: Casimira (1798), Mariano (1799), Petra (1800), Tomás (1802), Tomás (1802), Francisco (1804), María (1807), Deogracias (1809), Mariano (1811), Tiburcio (1814) y Victoria (1816). Varios de estos descendientes se establecieron en el pueblo hasta mediados del siglo XX, sobre todo Tomás Valderrama Díaz-Ubierna, que contrajo matrimonio con Pascuala Espinosa Varona y sacaron adelante a cuatro hijos: Sandalio (1825), Pedro (1826), Lorenzo (1828) y Fabián (1831).

Boda 9

Juan Hidalgo e Isabel Ornilla tuvieron seis hijos, todos nacidos en Huérmeces: María (1798), Francisco (1799), Juana (1802), María (1807), Inés (1810) y María (1811). No aparece ningún descendiente de los Hidalgo Ornilla en los padrones de finales del siglo XIX. Aunque Juan Hidalgo era hermano de Manuel y Antonio, que también emparejaron con mujeres farolas, originando familias que acabaron por establecerse en Huérmeces (Hidalgo Espinosa).

Boda 10

Nicolás González y Catalina Bárcena tuvieron tres hijos nacidos en Huérmeces: Luis (1797), Francisco (1800) y Narcisa (1802). Luis González Bárcena contrajo matrimonio en 1835 con Damiana Girón Valderrama (Hces, 1812) aunque no aparece ningún descendiente suyo en los padrones de población de finales del siglo XIX.


En cuanto a una posible explicación del elevado número de bodas registradas en Huérmeces en aquel lejano año de 1796, no he sido capaz de encontrar contexto histórico alguno que pudiera justificar de alguna manera aquella elevada nupcialidad.

En el referido año de 1796 reinaba en España Carlos IV y gobernaba su valido Manuel Godoy. Acababa de firmarse con la Francia revolucionaria la denominada Paz de Basilea (1795) que ponía fin a la desastrosa Guerra del Rosellón (1793-1795). Poco después, gracias al Tratado de San Ildefonso (1796), España se aliaba con Francia en un intento de frenar a Gran Bretaña, que amenazaba gravemente al comercio español con sus colonias americanas. 

Dos años antes, en 1794, se había producido una elevada mortalidad en el país, a consecuencia de una epidemia de tifus, difundida durante los bélicos años de la Guerra del Rosellón. En Huérmeces habían fallecido 34 personas. Los dos años siguientes (1795-1796) resultaron ya años normales en mortalidad.

Por todo lo anterior cabe suponer que fueron motivaciones puramente azarosas las que originaron aquella elevada nupcialidad de 1796. Ya hemos comentado que nueve de las diez novias eran naturales de Huérmeces, siguiendo la tradición de que las bodas se celebraran en el pueblo de ellas. Aquí radica la simple explicación del elevado número de bodas de aquel 1786: se dio la circunstancia casual de que nueve mujeres nacidas en Huérmeces decidieran casarse durante el mismo año.


ANEXO: OTRO AÑO CON MUCHAS BODAS (1819)

Durante los noventa años, hasta ahora recopilados, del Libro de Casados de la parroquia de San Juan Bautista de Huérmeces (1785-1874), se registraron varios episodios de elevada nupcialidad, alguno incluso con mayor número de bodas que este de 1796; ya hemos dicho que, durante aquellos años, la nupcialidad media anual en nuestro pueblo rondaba la cifra de 3 bodas al año.




Podemos observar qué años registraron una nupcialidad muy superior a la media: 1819 (14), 1796 (10), 1824 (10), 1798 (9), 1810 (8) y 1855 (8). Quizás este registro de años de alta nupcialidad varíe ligeramente según se vaya avanzando en la recopilación de datos correspondientes a los siglos XVIII, XIX y XX (hasta 1922). Dentro del periodo estudiado, un año destaca sobre los demás: 1819.

Para el citado año de 1819, resumimos en la tabla siguiente los datos principales de las 14 bodas entonces celebradas (fecha/apellidos/nombre/año y lugar de nacimiento/edad/nombre del padre/nombre de la madre/nombre del cónyuge anterior o grado de consanguinidad-afinidad) [cuando se consigna únicamente el año de nacimiento se sobreentiende que el lugar natal fue Huérmeces]:




Aspectos más destacables de las catorce bodas celebradas en 1819, en contraste con los señalados para las diez bodas del año 1796:

  • mayoría de bodas estivales: julio (5), junio (2), octubre (2), noviembre (2), febrero (1), marzo (1) y mayo (1); el día 5 de julio se celebraron dos bodas
  • mayoría de bodas celebradas en sábado (7); el resto, lunes (3), miércoles (3) y jueves (1); ninguna en domingo, martes ni viernes
  • mayoría de novios y novias nacidos en Huérmeces: únicamente cuatro novios eran naturales de otros pueblos (Quintanilla Sobresierra, Ruyales, Castrillo y San Pedro Sammuel); lo mismo sucedía con una de las novias (Quintanarrío); para uno de los contrayentes, León Santamaría Cuesta, no se conoce su lugar de nacimiento, aunque no aparece en el libro de bautizados de Huérmeces
  • amplia gama de edades de los novios: desde los 15 hasta los 36 años, con abundancia de edades muy jóvenes: 15 (1), 17 (1), 18 (2), 19 (3), 20 (3), 21 (3), 22 (3), 23 (3), 26 (1), 28 (1) y 36 (1)
  • una sola boda con carácter de segundas nupcias, y solo para uno de los contrayentes: Vicenta Espinosa, de 36 años de edad, viuda de Antonio Hidalgo (cuya boda se había celebrado doce años antes, en 1807); su nuevo cónyuge (Domingo Alonso) era diez años más joven que ella
  • dispensas de consanguinidad para dos bodas: una de tercer grado doblado (Mariano Alonso Espinosa y María Fernández Espinosa) y otra de cuarto grado (Francisco Girón Díaz-Mata y María Varona Valderrama)
  • dos hermanos que se casan durante el mismo año: Florencia y Domingo Alonso Fernández, de 23 y 26 años de edad, hijos de Pedro y Gregoria
  • la mayor parte de las ceremonias fueron oficiadas por Francisco Díaz de Tudanca, principal cura beneficiado de Huérmeces entre 1808 y 1824; nació en Huérmeces en 1769 y falleció en 1845; sus padres, Juan Díaz de Tudanca y Martina González, eran naturales de Huérmeces y Las Hormazas, respectivamente
  • contexto histórico de 1819: desde 1814, volvía a reinar efectivamente en España el rey Fernando VII, antes "El Deseado", luego "El Felón"; máximo representante del absolutismo, abolió las Cortes de Cádiz y su Constitución. Las arcas de la nación se encontraban vacías, y las penurias económicas de gran parte de la población marcaban su devenir cotidiano. Se produjo un auge del contrabando. El poder de la iglesia, tras el paréntesis de la guerra, volvía por sus fueros. Al año siguiente, 1820, llegaría el pronunciamiento de Riego y el Trienio Liberal (1820-1823), breve paréntesis en el despótico reinado del quizás más impresentable de los reyes borbones


FUENTES

Archivo Diocesano de Burgos: Libro de Casados IV (1785-1826) de la parroquia de San Juan Bautista de Huérmeces