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miércoles, 23 de mayo de 2018

Castrosiero, San Martín de Escalada y Huérmeces


El denominado "Acta fundacional de San Martín de Escalada", supuestamente datado hacia los años 866-873, constituye la primera referencia documental de Huérmeces. No obstante, la autenticidad de este documento, sacado a la luz en los años cuarenta por el entonces insigne historiador fray Justo Pérez de Úrbel, (1) está hoy más que puesta en duda por algunos medievalistas. No se conserva el supuesto original latino, sino una copia romanceada realizada en el siglo XIV, y conservada en la Biblioteca de Silos, que es a la que tuvo acceso fray Justo cuando fue abad del monasterio.



"FREDENANDUS ET GUTINA, ERA DCCCXX" (782 AD)

Martín Viso, por ejemplo, lo considera directamente falso (2) y supone que el documento sería probablemente generado en el siglo XI, cuando los condes de Bureba crean como tal la abadía de San Martín de Escalada; el objetivo de la falsificación, por parte de los monjes de San Martín, sería el "defender, frente a la posible actuación de la aristocracia, sus propiedades en Ayoluengo y Escalada, a través de un justificación histórica cuya base era la donación de un poder local prestigiado por el tiempo (la supuesta donación realizada por el Fredelandus de Castrosiero)"; Fernando Níger no sería, pues, un pionero repoblador, sino un mero heredero de algún castillero de la frontera interior del reino visigodo, cuya desaparición convirtió a Fredelandus en un simple poder local.




Castrosiero, cerca de la confluencia del Rudrón y el Ebro, en Valdelateja


En el nido de águilas de Castrosiero, justo por encima del bonito pueblo de Valdelateja, puede admirarse hoy en día -aparte de la espléndida panorámica- la ermita de las santas Centola y Elena, en cuya estrecha ventana absidial puede leerse aún "Fredelandus et Gutina" y una fecha, 782 o 792, según percibamos o no una X de más.

Puede realizarse una espectacular excursión alrededor de este lugar, descrita detalladamente en el blog "Sendas de Burgos" De Valdelateja a Pesquera de Ebro; la ascensión a Castrosiero desde Valdelateja también es muy recomendable, con parada obligatoria en las escasas ruinas de Siero, con su iglesia reconvertida en cementerio.

La desaparecida abadía de San Martín de Escalada se encontraba en las proximidades de la estación receptora de petróleo (hoy también desaparecida, situada a la derecha de la N-623 en dirección a Burgos, a unos 500 m de Quintanilla-Escalada), levantada a mediados de los años 60 del siglo XX a consecuencia del descubrimiento de petróleo en La Lora.

Parece ser que, al acometer los desmontes necesarios para crear la explanada sobre la que se situaría la estación, salieron a flote diversas piedras labradas que acabaron en el zurrón del ingeniero americano de turno. Nunca sabremos qué de cierto y qué de leyenda tienen las reiteradas historietas de americanos recolectores de capiteles románicos, que se repiten por todo el territorio nacional.

En el pueblo de Quintanilla-Escalada resultan visibles diversos canecillos decorados, resituados en la denominada Casa del médico, y supuestamente procedentes de la abadía de San Martín; en el interior de la ermita de San Roque también se conservan dos relieves; en el Museo de la catedral de Burgos se conserva una cruz bizantina también supuestamente procedente de la extinta abadía.

A continuación, añadimos la transcripción íntegra del documento, a partir de la copia conservada en la Biblioteca de Silos, que mantiene algunas diferencias con respecto a la conservada en la Biblioteca Nacional (3):


Alfonso III, Jimena y el obispo Gomelo II


En el nomine del Padre, e Fixo e Espiritu Santo, e creyendo verdaderamente esta fe de nuestro Señor Jesucristo, e predicandola claramente. Yo Don Fernando Negro en uno con mi mujer doña Godina, temiendo el postrimero dia del juicio e el infierno, e queriendo ganar el Parayso, ofrecemos e otorgamos a Dios poderoso, en todas cosas de aquellos que nos el dio e otorgo, de las cosas temporales de lo que tenemos a mano, e damoslo por nuestras almas para el tesoro de la iglesia de San Martín en nombre de nuestro señor Jesucristo. Yo abad don Roldan, en uno con nuestros compañeros Don Guntado preste e don Centronio comfessor e con los otros monjes, e con los otros confesores, e la voz del Señor e por la salud de las almas de todos los fieles... Don Fernando, cuyo es Castrosiero, tomamos los lugares a do sea sentada la yglesia de San Martin, so los terminos de Escalada, desde la yglesia de Sant Yllam fasta en Pontil de Gascones, por el sendero que se sigue e va por Campo de Cisneros fasta el campo de Rio Liuro, e dende el mojon fasta Mata marfoso, e dende a Sima fuesa, e dende a tierra de cosello e al forno e al texudo e a la viña de doña Justa e a la fuente Tobara e al pliego de Nami e faz de Montenegro; asi como para la otra parte, en este rio e terminos fasta el cuerno de Castro, todo quanto entre estos terminos yace en eredades, como en su termino como en berterias de pastos e empojulares e en montes, en todos sus pastos enteramente, o aquella tierra de cerca Ebro, de parte Escalada a fuente Judia, que el del Arroyo fasta la Revilla e del rio fasta de la linde mediana enteramente.


Biblioteca Nacional: manuscrito MSS/841, folio 421 (parcial)


Otrosi tenemos por mandado al sobredicho e muy glorioso señor, en los lugares por ensanchamiento e hayan donde vivan los que sirvieren a Dios e Sant Martin, esto es, en la villa que dice Ayluengo, la tierra de la fuente de peña enteramente. E otra tierra e la yglesia fasta Nava, de carrera a carrera, de la villa fasta Bustiello, e de valde Posudo fasta Portillo de fuera Dios; e de la otra parte en fuente del monte del Ahedo e otros herencias en la villa que llaman Guermecis, que son de Sant Martin, e una serna en Sotiello de faraye, cerca el arroyo, e toda la heredad de Sant Pedro en Sanmuel, que es sembradura de diez y ocho modios sembradura; e otra serna en la villa de Oso de treinte modios sembradura a la yglesia de Sant Martin. Ende nos don Román abad e con don Gundaco preste e don Centronio confesor e los otros fraires, cuyos nombres seria luengo de contar, los tomamos estos lugares sobredichos so la opera e so el mando de Nuestro Señor don Fernando, e confirmamos todas estas cosas a esa casa e a la claustra de Sant Martin obispo, e de los santos en cuya honra esa yglesia es alli consagrada. E otrosi de las cosas temporales que pudimos ganar y acrescer nos sobredichos abad don Roldán y don Gutrico preste e don Centronio confesor e los otros fraires ponemos estos santos e cobdiciamos perseverar e damos nuestra cabeza a la claustra de Sant Martin con todas nuestras cosas; conbiene a saber: Vacas, bueyes, caballos, yeguas, ganados menudos, ropa de lechos, entradas de casas, ornos, lagares, pumares, que fundamos de nuestras manos propias, molinos que dispusimos de nuevo e fecimos, en el so Ebro y en otros lugares; tesoro de la yglesia, libros, casullas, calices, coronas e otros ornamentos de yglesia, que de todo en todo sean confirmados a la claustra de Sant Martin obispo en verdat e igualdat por siempre jamas. E la escritura de esta regla e el testamento de la yglesia haya firmedumbre. Fecha la escritura de esta regla en dia conocido lunes segunda feria de las calendas del mes de agosto, era setecientos sesenta y tres años sennoreante el pincipe don Alfonso en Oviedo e el conde don Rodrigo en Castilla. Yo don Roldan, abad de el Monzon en uno con nuestros compañeros don Gumaco preste e don Centronio confesor, en este pleito de esta regla, que fecimos, oimos leer, con nuestras manos propias la robramos, e dimos testimonio para robrarlo. 

Don Fuerres, Don Vicente, Don Gupranno, Don Viatero de Noceda, Don Egila, Don Audas de Escalada, Don Albaro de Escalada, Don Opilano abad, Don Arcadio abad, Don Lucacio abad de Siero, Don Nuño abad, Don Cot fraire escribano lo escribio. 



NOMBRES Y LUGARES

Don Fernando Negro: según Pérez de Úrbel, pudiera tratarse de una mala traducción del patronímico Nunniz, por lo que debiera haberse traducido como Fernando Núñez; ya puesto, fray Justo también identifica a este supuesto Fernando Núñez como hijo del conde Nuño Núñez y su mujer Argilo, los firmantes del fuero de Brañosera (824), y aún más, también lo identifica con el Fernando cuyo nombre aparece en la inscripción exterior del ábside de la ermita de Castrosiero (Frelenandus et Gutina, 782 o 792); muy longevo tuvo que resultar este Fernando, pues. Por lo tanto, fray Justo, saltándose a la torera la epigrafía del ábside de Castrosiero, considera a este Fernando ... padre del conde Gonzalo Fernández y, por tanto, abuelo de Fernán González, conde de Castilla. Queda muy bien, pero resulta un poco forzado

Doña Godina: esposa del anterior; identificada por Pérez de Úrbel con la Gutina que aparece en el ábside de Castrosiero.

Abad don Roldan: siguiendo con las interpretaciones de fray Justo, este se trataría del abad Rodanio que había reunido en torno suyo a un grupo de clérigos que le profesaban obediencia en el pacto fundacional del monasterio de San Pedro de Tejada (860); ahora, unos años más tarde, Rodanio recibe de manos de Fernando Negro-Núñez, una serie de lugares que debieran repoblarse, articulados en torno a la iglesia de San Martín de Escalada

Castrosiero: auténtico nido de águilas, ubicado en un intrincado cañón, muy cerca de la confluencia de los ríos Ebro y Rudrón. Supuestamente, uno de los bastiones desde los que partieron las iniciativas repobladoras en dirección sur

Yglesia de San Martin, so los terminos de Escalada: iglesia de San Martín de Escalada, la protagonista de este documento

Ayluengo: Ayoluengo

Guermecis [aunque yo más bien leo Guermeces]: Huérmeces

Sotiello de faraye: quizás se refiera al actual Sutildarache, paraje hoy totalmente roturado, perteneciente al término de Huérmeces

Sant Pedro de Sanmuel: San Pedro Samuel

Setecientos sesenta y tres años: debe de tratarse de un clamoroso error de fecha, ya que en el 763 no reinaba ningún Alfonso en Oviedo, ni siquiera cien años más tarde; en las sucesivas copias realizadas, se debieron extraviar una C y una X en el camino; la fecha más probable: 873

Sennoreante el principe don Alfonso en Oviedo: Alfonso III de Asturias, llamado El Magno (866 y 910); último rey de la monarquía asturiana, o primero de la leonesa, ya que en León residía largas temporadas, y allí radicaban tanto el Consejo de Gobierno como el Tribunal de Justicia

Conde don Rodrigo en Castilla: Rodrigo, primer conde de Castilla (860-873), cuando el rey Ordoño I (850-866) le encomendó el gobierno de la marca oriental del reino de Asturias, aquel territorio al que los árabes denominaban Al-Qila (Los Castillos)


En el caso de que algún día llegara a existir consenso suficiente acerca del carácter falso de este documento, y se le adjudicara una nueva data, inmersa ya en el siglo XI, la primera referencia documental de Huérmeces pasaría a ser el diploma perteneciente al Cartulario de Santo Toribio de Liébana y titulado "Bermudo Fáñez dona a San Martín de Turieno varias propiedades", datado en el año 946, que tampoco está nada mal.


LA HAZA DE SIERO

Muy probablemente, el origen e la denominación de esta jurisdicción o entidad administrativo-jurídica, vigente desde mediados del siglo XV hasta el primer tercio del siglo XIX, tenga su origen en estas tierras de Castrosiero.

El término "haza" o "aza" significa terreno cultivado, por lo que Haza de Siero podría hacer referencia a determinadas zonas con buenas aptitudes agrícolas ligadas de alguna manera al extinto Castrosiero, bien por antigua pertenencia, bien por la procedencia de sus repobladores.

En ese sentido, Huérmeces, como cabeza de la jurisdicción, y la mayor parte de los 22 lugares y aldeas a ella pertenecientes, no eran sino una serie de valles con abundancia de tierras arables, con buenas aptitudes agronómicas, y que en su día pertenecieron al monasterio de San Martín de Escalada o a los nobles originarios de Castrosiero. 



Para consultar otros documentos en los que Huérmeces aparece por vez primera:



FUENTES:

(1) "Historia del Condado de Castilla", Fray Justo Pérez de Úrbel, Escuela de Estudios Medievales, CSIC, Madrid (1945) [páginas 1060-1062]

(2) "Poblamiento y sociedad en la transición al feudalismo en Castilla: castros y aldeas en La Lora burgalesa", Iñaki Martín Viso, Stud. hist., Hª mediev., 13, Universidad de Salamanca (1995) [páginas 23-25]

(2) "Fronteras y fortificaciones en territorio burgalés en la transición de la antigüedad a la Edad Media", Juan José García González, Cuadernos burgaleses de historia medieval, 2, Burgos (1995) [páginas 46-48]




(3) El ejemplar conservado en la Biblioteca Nacional está contenido en un volumen manuscrito titulado "Privilegios de Oviedo y otros documentos", realizado en el siglo XVII, se supone que a partir de la famosa copia del siglo XIV, de la que existe otro ejemplar en la Biblioteca de Silos; puede consultarse en Biblioteca Nacional consignando en el buscador del Catálogo: MSS/841 (lo encontraréis en los folios 420-423).



martes, 1 de mayo de 2018

Una villa romana en Vegas Negras


Esta entrada fue originalmente publicada en este blog con fecha 4 de noviembre de 2017. A los dos días de su publicación, recibí un mensaje en el que se me solicitaba que retirara el post, en aras de la siempre socorrida "protección del patrimonio". Se me argumentó que la divulgación del yacimiento de Vegas Negras -por otra parte archi conocido desde los años setenta del pasado siglo- podría acarrear la consiguiente llegada de furtivos, que no dudarían un instante en arrasar con todo lo que aún quedara tanto en superficie como a unos pocos centímetros bajo tierra. Confieso que me asusté, por lo que retiré la entrada del blog inmediatamente.

La sorprendente aparición de la villa en la última fotografía satelital de Google, me fue comentada por un vecino de Las Hormazas, que rápidamente lo puso en conocimiento del Ayuntamiento de Huérmeces.

La fotografía (realizada el 20 de junio de 2015) llevaba colgada en Google Maps cerca de un año (creo recordar que se volcó a finales de 2016 o principios de 2017). No tiene nada de extraño, pues, que varias personas se hubieran percatado ya de esas curiosas alineaciones que destacaban sobre el trigal de Vegas Negras.

Me consta que, con anterior¡dad a la publicación de esta entrada, varias personas (tanto del ámbito académico como del extra-académico) conocían ya la existencia de la delatora fotografía de Google. Estamos en el siglo XXI, y la afición a la mera observación de fotografía aérea está más que extendida, incentivada por la proliferación de diversas plataformas digitales (Google Maps, Bing Maps y Sigpac, principalmente).

Por otra parte, también se han puesto a disposición del "gran público" fotografías aéreas de diversos vuelos históricos (el "americano" de 1956 y el "interministerial" de 1973-1986, principalmente), consultables y descargables tanto desde páginas oficiales de la administración central (cnig.es) como de las diferentes comunidades autónomas (itacyl.es, en Castilla y León); en algunas comunidades, incluso, se ha diseñado una plataforma desde la que resulta muy rápida y sencilla la superposición de ortofotos de vuelos diferentes (territoriodecantabria.es).

Por lo tanto, esperar que la existencia de la villa pasara desapercibida durante mucho tiempo era poco realista y excesivamente optimista; no se pueden poner vallas al campo ni -menos aún- al campo virtual. Así que, aunque alguien vaya corriendo al Diario de Burgos a contarle su "descubrimiento" o alguien publique una pequeña entrada con ánimo divulgativo en un modesto blog, quizás las personas que tendrían que alarmar algo más a las autoridades y expertos culturales serían aquellas que encuentran esa imagen en Google y no la comparten con nadie, porque quizás sus intenciones no sean ni tan ingenuas ni tan desinteresadas.

Si después de la publicación de la foto en el Diario de Burgos (edición del sábado 16 de diciembre de 2017), por fin alguna administración cultural se ha decidido a hacer algo -algo diferente a la nada absoluta- habrá que dar por bueno todo el revuelo mediático generado. Y una vez que todo el mundo conozca la existencia de la villa romana de Vegas Negras, quizás los furtivos saqueadores de yacimientos tardorromanos se lo piensen dos veces antes de actuar, si es que alguna vez han dejado de hacerlo.

Afortunadamente, el yacimiento se encuentra al lado de la carretera, por lo que resulta visible desde la misma y desde las últimas casas del pueblo. Por otra parte, que nadie espere encontrar nada "de valor comercial" en superficie. Me temo que el yacimiento está más que trillado desde hace décadas.

De momento, y por lo aparecido en los medios durante las últimas semanas, parece ser que el equipo de arqueólogos que ha estado trabajando este último verano en el yacimiento de Páramo Ciudad (La Nuez de Abajo) va a ser el encargado de realizar algún tipo de actuación en Vegas Negras, en un intento por relacionar ambos yacimientos, sobre todo teniendo en cuenta que en el de La Nuez lo que escasea precisamente es el registro romano.

Todo ello en un contexto del estudio del impacto de Roma sobre las comunidades indígenas y de la supervivencia del legado romano hasta los tiempos de la Edad Media.

Más información sobre las excavaciones realizadas en el yacimiento de "Páramo Ciudad" (La Nuez de Abajo): Proyecto Bravum (al final del vídeo -minuto 25- se realiza una pequeña presentación de lo que se piensa hacer en Vegas Negas)
  
Dicho lo cual, y casi medio año después, cubierta otra vez Vegas Negras de verde cereal, paso a colgar de nuevo la entrada en su día descolgada. 


Google Maps (20 de junio de 2015)


¿Qué tipo de construcción, cuyos muros aparecen nítidamente dibujados en esta espectacular imagen satelital, esconde Vegas Negras? 

Todo parece indicar que se trata de una villa romana de considerables dimensiones, esto es, un asentamiento rural romano, el equivalente a una moderna explotación agropecuaria.

Los muros meridionales miden 94 metros de longitud, y los laterales alcanzan dimensiones también importantes (46 metros), con ramificaciones en la zona norte. Nos encontramos, pues, ante una construcción que ocupa casi media hectárea de terreno. Una construcción grande, muy grande, tal y como era habitual en aquellos asentamientos rurales romanos.

El yacimiento era conocido -como mínimo- desde principios de los años 70 del siglo XX. Así, José Antonio Abásolo, en su trabajo "La vía aquitania de Astorga a Burdeos a través de la provincia de Burgos" (1972), recoge la existencia de una villa en el paraje de Vegas Negras.

Pocos años después, Carmen García Merino, en su obra "Población y poblamiento en Hispania romana. El Conventus cluniensis" (1975), también consigna la existencia de la villa, citando la referencia de Abásolo:

"Huérmeces, en Vegas Negras, no lejos del poblado hispanorromano"

En la misma obra, dentro de la relación de poblados o "castros" romanizados, también se cita al de San Vicente:

"Huérmeces en el alto de San Vicente" 

Poco más tarde, Abásolo y Ruíz Vélez, en su “Carta arqueológica de la Provincia de Burgos” (1977) concretan algo más:

"En el término denominado “Vegas Negras”, también conocido como “Ermita de San Pedro”, aparecieron ruinas romanas, restos de edificación, parte de un mosaico, cerámica y alguna moneda”.

Suponemos que muchos de estos restos salieron a flote a raíz de los trabajos de concentración parcelaria que se realizaron en la zona de Huérmeces precisamente durante la segunda mitad de los años 70. Aunque, para entonces, los labradores del pueblo llevarían mucho tiempo extrayendo restos de materiales constructivos diversos. Alguna que otra piedra de buena labra acabaría formando parte de nuevas construcciones en Huérmeces y otros pueblos del entorno.

Recreación de la villa romana de Almenara (José Ramón Almeida Olmedo; http://joseramonalmeida.es/)


Se conocía, pues, que allí existían restos romanos, supuestamente de una villa, pero se desconocía completamente la dimensión, disposición y estructura de los mismos. Y ahora, gracias a la fotografía de Google, casi tenemos una perfecta radiografía del asentamiento.

En el Inventario Arqueológico de la Junta de Castilla y León (2001), el yacimiento de Vegas Negras aparece consignado y está doblemente catalogado, como romano y prehistórico.


 tégulas (tejas planas) e imbrex (teja curva); Manteigas (POR)


En la zona de mayor concentración de restos, aparecen gran cantidad de materiales constructivos, muy fragmentados, sobre todo teja (tanto tégula –planas- como ímbrice –curvas-), ladrillo macizo (alguno decorado) y bloques de piedra caliza (incluso algunos sillares).

También abundan diversos tipos de materiales cerámicos: tanto de TSH (terra sigillata hispanica), como de cocina y de almacenamiento.


Típica cerámica TSH (terra sigillata hispánica)


La terra sigillata posee un barniz de buena calidad, en tonos rojizo-anaranjados, realizados con pastas bastante compactas; en cuanto a las formas, destacan restos de vasos abiertos y una tapadera; solo se han documentado dos fragmentos decorados. Dadas las características decorativas de la TSH, podría englobarse a este material dentro del período altoimperial (desde finales del siglo I a.C hasta principios del siglo III d.C.)

La cerámica de cocina está realizada a torno y cocida en ambientes reductores, lo que otorga a las pastas unas tonalidades grisáceas y negruzcas; los desgrasantes son cuarcíticos, de grano fino y medio.

La cerámica de almacenamiento también está realizada a torno, aunque posee una cocción oxidante y mixta, con pastas exteriores de tonos anaranjados y rosáceos; los desgrasantes también son cuarcíticos, de grano medio y grueso; suelen ser recipientes, con paredes gruesas y aspecto rugoso; no se ha documentado ningún fragmento interesante desde el punto de vista morfológico o decorativo.

Los materiales arqueológicos rescatados se hallan depositados en el Museo de Burgos.

Los asentamientos rurales romanos comienzan a establecerse sobre territorio burgalés a lo largo del siglo I d.C., y la pauta de este poblamiento obedece a tres circunstancias principales:

  • proximidad a centros urbanos (en los que vender los productos obtenidos en la explotación agropecuaria)
  • proximidad a vías de comunicación (para facilitar la salida de dichos productos)
  • proximidad a cauces fluviales (para asegurarse la fertilidad de las tierras)



En el caso del asentamiento de Vegas Negras, parece que se cumplen las tres premisas anteriores. Suponemos que la ciudad romana más cercana era Deobrígula (Tardajos), que se encontraba a unos 18 km, río Úrbel abajo. Otro asentamiento romanizado importante –y más cercano- pudiera ser el castro existente en La Nuez de Abajo (Páramo Ciudad), que algunos han identificado con el antiguo Bravum turmogo.

Tan importante como la cercanía a un núcleo urbano resultaba la proximidad a una calzada o vía de comunicación. En este sentido, los expertos sitúan en el entorno la denominada vía del Úrbel que, dentro de la calzada que unía Clunia y Juliobriga, pasaba por Tardajos y continuaba en dirección norte aprovechando el valle del río, desviándose por La Nuez de Abajo y Ros hacia Úrbel del Castillo y El Tozo. Aunque no está claro aún que el viejo camino del Alto la Cruz no tenga un origen romano, lo que situaría a Vegas Negras en plena vía del Úrbel.

Por último, la proximidad a un cauce fluvial resulta más que evidente en el caso de Vegas Negras. Este asentamiento, justo al lado del curso medio del Úrbel, se aprovecha de las mejores tierras del entorno, aunque también tendría que soportar las periódicas crecidas del río. De todas formas, la villa ocupa una pequeña elevación del terreno, que suponemos era más que suficiente para evitar su inundación.

En La Meseta Norte, estos asentamientos rurales se dedicaban, sobre todo, al cultivo de cereal, con puntuales plantaciones de viñas, y sin olvidar la importancia relativa de la cría de ganado lanar, vacuno y equino. En un claro intento de autosuficiencia, en la villa se fabricarían también cerámicas, se fundirían metales y se cultivarían plantas textiles.

La propiedad de la tierra estaría en manos de unos pocos terratenientes, que eran los titulares de estas villas. Se supone que estos latifundistas tenían un origen urbano, y que con el paso del tiempo acabarían por trasladar su residencia al campo, para regentar de una manera más directa su explotación agropecuaria. 




En las villas se aprecia una clara diferenciación entre la domus, la mansión del señor, y la zona dedicada a la actividad propiamente agropecuaria, la pars rustica.

En la primera, el elemento más destacado, alrededor del que se distribuían la mayor parte de las estancias, era el peristilo, una especie de patio columnado, de grandes dimensiones, a veces adornado con jardines, esculturas o estanques. En Vegas Negras se distingue claramente dicho patio (de 24 metros de lado) e, incluso, las bases columnares, sobre todo en el ala este.

Otras estancias importantes eran el triclinio o comedor, así como una especie de sala de recepción denominada oecus o exedra. En Vegas Negras, cualquiera de las dos podría corresponder con la estancia más grande, situada en el ala oeste del peristilo, sobresaliendo ligeramente la pared posterior sobre el alineamiento general. 

También suele ser habitual la presencia de presencia de termas o baños, que quizás se corresponda con las estancias situadas en el ala norte de la domus, algo más alejadas del peristilo. Quizás las manchas blancas que aparecen en la estancia situada en el ángulo NW se correspondan con la existencia de pequeñas piscinas o bañeras. 

Suponemos que las estancias de las termas eran calentadas por medio del hipocausto, sistema de calefacción del suelo antecedente de la gloria moderna.

Las estancias comunes o nobles de la domus (triclinio, oecus, exedra) solían aparecer realzadas con pavimentos de mosaicos. En estas zonas, también existirían esculturas y pinturas murales.

Hipotética distribución de alguna de las estancias típicas de una villa romana


En Vegas Negras, observamos otra alineación de bases columnares en la zona exterior de la domus, lo que podría interpretarse como la posible existencia de otro patio porticado de grandes dimensiones ocupando la mitad este de la villa, quizás rodeado de almacenes, silos y construcciones auxiliares, conformando la denominada pars rustica de la villa, más o menos diferenciada de la domus.

Quizás se eche en falta otro elemento constructivo muy característico de las villas: el atrio, con su impluvium. En caso de existir, pudiera ubicarse en la zona NE de la domus, al lado de las termas, allí donde aparecen más desdibujadas las alineaciones de muros y paredes.



Peristilo de una villa romana


Llama la atención la construcción casi circular que aparece en la zona norte de la villa. Pudiera tratarse de un horno de fundición o de cerámica, ya que los asentamientos rurales tenían unas importantes necesidades en materiales metálicos y cerámicos. Por otra parte, en Vegas Negras aparecen abundantes escorias de fundición, lo que apunta a la primera de las posibilidades.

Por último, al norte de esa construcción circular, aparecen grandes manchas que pudieran corresponder con la necrópolis, un elemento también común en casi todos los asentamientos rurales romanos. En ocasiones, se ha constatado una cronología medieval para estas necrópolis, lo que podría indicar una mera continuidad poblacional en la zona. Por otra parte, la tradición oral afirma que en las cercanías se ubicaba la ermita de San Pedro (o San Pedrillo), que bien pudiera haber aprovechado alguna de las antiguas construcciones romanas.

Durante las labores de concentración parcelaria, ejecutadas en la zona a mediados de los años 70 del siglo XX, salieron a la luz multitud de “tumbas”, que bien pudieran corresponderse con esta zona de la villa. Todo quedó arrasado.


Vegas Negras en Bing Maps (Julio de 2016)
 

Aunque en la fotografía de Google no se aprecia del todo bien, el gran patio auxiliar de la mitad oriental de la villa estaría también cerrado en su ala este por las correspondientes construcciones: almaces, graneros, establos y viviendas para los trabajadores. En la fotografía de Bing Maps quizás se vislumbra algo mejor la continuidad de esta alineación en el muro oriental.



ANEXOS

LOS ROMANOS EN LA COMARCA Y MÁS ALLÁ

Vías romanas más próximas: la por algunos denominada vía del Urbel: Tardajos, Las Quintanillas, Pedrosa, Lodoso, Zumel, La Nuez de Abajo, Ros, Ruyales, San Benito, El Caracol y Úrbel del Castillo; desde aquí continuaría hasta Reinosa y el Cantábrico; formaría parte de la vía entre Clunia y Juliobriga; por Tardajos pasaba la importante Vía Aquitania de Burdeos a Astorga, tramo Sasamón-Monasterio de Rodilla.

Asentamientos urbanos más próximos: Deobrígula (Tardajos), Segisama (Sasamón), Tritium Autrigonum (Monasterio de Rodilla), Salionca (Poza de la Sal).

Castros supuestamente romanizados más próximos: La Polera, en Ubierna; Páramo Ciudad, en La Nuez de Abajo; San Vicente, en Huérmeces.

Restos romanos en el entorno de Huérmeces: Lodoso, La Nuez de Abajo, Tardajos, Vivar del Cid, Ubierna, Palacios de Benaver, Moradillo de Sedano, Sotopalacios, Villadiego, Villanueva de Puerta, Villarmero, Villarmentero

Villas romanas visitables: La Olmeda, cerca de Saldaña; La Almenara, entre Olmedo y Arévalo; Baños de Valdearados.



LAS MARCAS DE CULTIVO Y LA ARQUEOLOGÍA:

Desde el desarrollo de la aviación y la técnica fotográfica, las crop marks (marcas de cultivo) vienen siendo una interesante herramienta, utilizada por los arqueólogos para descubrir estructuras constructivas enterradas, imposibles de contemplar de otra manera.

Los cultivos (a veces también la vegetación espontánea) revelan la existencia de restos arquitectónicos gracias a las variaciones que presentan en su coloración, densidad y desarrollo al encontrarse con estructuras enterradas. Estas variaciones indican –básicamente- respuestas vegetativas ante el diferente grado de penetración de las raíces en el subsuelo.




Si debajo de las plantas cultivadas existe una estructura tipo “zanja”, que ha sido rellenada bien por sedimentos acumulados por el mero transcurrir del tiempo bien por antiguos aportes de origen antrópico, la respuesta de los vegetales será “positiva”, en el sentido de que se desarrollan más que los del entorno, por la mayor profundidad del suelo sobre el que se pueden desarrollar sus raíces, así como por la mayor facilidad para acumular agua y nutrientes.

Si, por el contrario, debajo de las plantas (a una profundidad nunca superior al medio metro, que constituye el horizonte máximo al que suelen penetrar las raíces de los cultivos) existen estructuras tipo “muro” (paredes, cimientos), la respuesta de los vegetales será “negativa”, desarrollándose menos que los del entorno inmediato, ya que sus raíces dispones de menor profundidad de suelo.

Los terrenos más proclives a manifestar marcas de cultivo son los que posean mayor tendencia a la compactación: arcillas, yesos y limos (cienos); por el contrario, los menos favorables para que aparezcan estas marcas son los terrenos sueltos: arenas y gravas.

En cuanto a los tipos de cultivo más apropiados para que se manifiesten marcas: todos los que no dispongan de un sistema radicular excesivamente superficial: cereales, trébol, remolacha o girasol.

En cuanto al momento del año más apropiado para que se puedan observar marcas de cultivo, está claro que –una vez nacidas las plantas- son los períodos de máximo crecimiento vegetativo (mayo-junio por estos lares) los mejores, y dentro de estos los episodios de fuerte sequía son los más favorables, ya que es entonces cuando se ponen de manifiesto las diferencias en cuanto a densidad y coloración de las plantas. En verano, una vez desarrollada y seca la parte aérea de las plantas, ya es muy difícil que puedan observarse marcas de cultivo en fotografía aérea.

Así sucedió en la foto de Google Maps que nos ocupa, tomada el 20 de junio de 2015. El invierno y la primavera habían resultado escasos en lluvias, especialmente el mes de mayo, durante el que prácticamente no cayó ni una gota de agua, registrándose –además- episodios de varios días con temperaturas máximas muy elevadas. Por eso, las plantas situadas inmediatamente por encima de muros, paredes y cimientos manifiestan un crecimiento muy inferior a las que lo hacen sobre terrenos más profundos, que tienen más posibilidades de extraer agua del subsuelo. Además, unos días antes de tomar la foto, se registraron en la zona importantes precipitaciones de carácter tormentoso, que hicieron aún más patente la diferencia entre las plantas que disponían de profundidad de suelo suficiente para almacenar agua y las que no.



Vegas Negras desde el Páramo de las Murcianas



BIBLIOGRAFÍA:

- Carta arqueológica de la Provincia de Burgos. Partido Judicial de Burgos. Abásolo, J.A. y Ruíz Vélez, I. Diputación Provincial de Burgos (1977) [pág. 32]
- Población y poblamiento en la Hispania romana. El Conventus Cluniensis. García Merino, M.C. Studia Romana, I. Universidad de Valladolid (1975) [páginas 236 y 241]
- La Romanización de la Meseta Norte. Burgos. Clunia. Pradales Ciprés, D. Burgos (2005) [páginas 113 y 115]
- Inventario Arqueológico de Castilla y León. Consejería de Educación y Cultura (2001). [Yacimiento 09-172-00001-08. Ficha elaborada por José Enrique Santamaría González (1998)]
- La vía aquitania de Astorga a Burdeos a través de la provincia de Burgos: estudios sobre comunicaciones de época romana en los valles de los ríos Arlanzón y Arlanza. José Antonio Abásolo Álvarez. Universidad de Valladolid (1972) [páginas 480, 487-489]
- Comunicaciones de la época romana en la provincia de Burgos. José Antonio Abásolo. Publicaciones de la Diputación Provincial de Burgos (1975) [páginas 227-230]



OTRAS ORTOFOTOS EN LAS QUE APARECE VEGAS NEGRAS:


SIGPAC (Agosto 2014)

SIGPAC (Julio 2009)

SIGPAC (Agosto 2005)


sábado, 21 de abril de 2018

Un viejo mapa de Huérmeces (1911)


En la página web del Centro Nacional de Información Geográfica (CNIG) es posible consultar -y descargar- unos antiguos planos denominados “Planimetrías”, cuyos rótulos y signos convencionales permiten extraer gran cantidad de información complementaria relativa al Huérmeces de hace más de un siglo.

Se trata de mapas manuscritos, elaborados para cada término municipal, a escala 1:25.000, en el contexto de los trabajos previos a la publicación de la primera edición del Mapa Topográfico Nacional a escala 1:50.000. En el caso de Huérmeces, su realización va desde 1911, cuando se efectúan los primeros trabajos, hasta 1927, cuando se  apuntan las últimas labores de actualización; por otra parte, las fechas de otros documentos complementarios (actas y cuadernos de línea) oscilan entre 1910 y 1927.



Mapa de Alberto Martín (Barcelona, 1902)


En 1911, cuando comienzan las labores de campo, aún se encontraba en construcción la carretera de Burgos a Aguilar de Campóo; sabemos (por un viejo mapa del editor barcelonés Alberto Martín) que en 1902 la carretera llegaba únicamente a Huérmeces, sin continuar Úrbel arriba; en 1927, cuando se actualizan los contenidos de las "planimetrías", ya hacía dos o tres años que se había concluido todo su trazado, llegando hasta Aguilar.

La primera edición de la hoja 167 (Montorio) del MTN a escala 1:50.000 (en la que está incluida el término municipal de Huérmeces) tuvo que esperar hasta el año 1934.

Entre la mucha información adicional suministrada por estas viejas “planimetrías”, en la zona de Huérmeces, podemos destacar varias temáticas:

En cuanto a edificaciones aisladas, aparecen únicamente (aparte de ermitas y molinos, claro) las siguientes:






-El Palacio de Arriba figura como “Casa de Rodrigo Arquiaga”, dejando patente la importancia que tenían en la zona, en estos primeros años del siglo XX, ciertos terratenientes como Arquiaga, Arteche, Jalón, etc. Sus dimensiones: 44 x 6 metros.

-La Casa de Miguel o del barrio de La Parte, aparece como “Casa de Teresa Jalón”. Sus dimensiones: 18 x 19 metros.

-La desaparecida caseta de la era de Lorenzo, lo hace como “Casa de José González” (quizás el abuelo del propio Lorenzo). También se rotulan sus dimensiones aproximadas: 8 x 8 metros.

-El torreón (Torre de los Padilla o de los Duques de Abrantes) viene representado únicamente por un cuadrado en negro, y rotuladas exclusivamente sus dimensiones (8 x 8 m), aunque una nota al margen aclara que se trata de una torre.





Capítulo aparte merece la importancia otorgada a los molinos harineros, principal “industria” de las zonas cerealistas en aquellos tiempos:

-En el término de Huérmeces, vienen representados (por el signo convencional correspondiente) un total de 9 molinos harineros, de los que cuatro carecen de rótulo específico alguno (únicamente figura la leyenda “molino harinero”); aun así, estos cuatro molinos se identifican fácilmente: Las Huertas, Rinconcillo, Mulimayor y Berlanga.

-Los otros cinco molinos vienen rotulados con el nombre del propietario: así tenemos los molinos de Navatillo (“de Fernando Martínez”), Alba (“de Juliana Ubierna”), Los Nogales (“de Don Julián Jalón”), Cigatón (“de Francisco Iglesias”) y Retuerta (“de María Casado”).

-En la mayor parte de los casos, también vienen rotuladas las dimensiones de los molinos, destacando el de Alba (30 x 10 m) por lo grande, y el de Mulimayor (5 x 10 m) por lo pequeño.

-También vienen dibujados casi todos los cauces molinares, y rotulados los dos principales: el cauce del Molino de Retuerta (“cauce de las Cañadas”), y el cauce que discurre entre las cercanías del Puente de Miguel y el Puente de la Pradera (“cauce de los Abares”), y que da servicio a un total de tres molinos: Cigatón, Rinconcillo y Las Huertas.





En cuanto a simples erratas en la rotulación de parajes, destacan los siguientes:

-El barrio de Mercado viene rotulado como “casas del barrio Marcos”.

-El paraje de Valdegoba viene rotulado como “Valdegoda”.

-Lo mismo sucede con el término Quintana, rotulado como “Quitana”.

El listado de parajes consignados no es excesivo; de norte a sur y de oeste a este, aparecen los siguientes: Huerto Monte, Novilla, Salgüerón, Ontoñel (Ontiniel), Requejos, Valcavado, La Cabañuela, Los Cotorros, La Veguilla, La Hoya, La Serrana, Los Navatillos, San Vicente, Carromaribáñez, La Pedraja, Valdegoba, Casares, La Cruz, Cotillos, Lastra, Mojón Alto, Hontalva, Cornaval, Val, Quintana, Monte las Eras, San Miguel, Cotejón, El Prado, Monesteruelo, Campillo, El Canalón, La Gurriata, San Torcaz, Carroubierna, Valdevacas, Nogalejo, La Cavarrosa, Valdetiondo, Collado, Mojón Blanco, El Mazo, Paramillo, Guardalobón, Páramo Burgos, Vegas Negras, Arenales, La Cotorra, Paramillo y La Frontana.

En hidrología, únicamente aparecen representados y rotulados dos manantiales (Fuente la Hoz y Escaladilla), el río Úrbel y el único arroyo de caudal permanente (el arroyo o río de San Pantaleón); así como los referidos cauces molinares de Los Abares y Retuerta; no aparecen, sin embargo, los cauces de los molinos de Alba y Navatillo, quizás por su escaso recorrido.

En cuanto a las principales vías de comunicación (carreteras), tenemos las curiosidades siguientes:

-Aparece dibujada la casi recién concluida “carretera de Burgos a Aguilar de Campóo”

-No existe aún la carretera de Ruyales, que tendrá que esperar hasta mediados de los años cincuenta (cuando ya aparezca en la segunda edición del MTN a escala 1:50.000); en este mapa, el camino a Ruyales discurre por Val.

-Tampoco existe la carretera a Pantaleón y Quintanilla Pedro Abarca, únicamente un camino que se denomina “de la Veguilla”, y que también atraviesa el Úrbel por un puente situado a la altura de La Bagoya.





Aparte de los caminos tradicionales que unían –y siguen uniendo- Huérmeces con el resto de los pueblos del entorno (caminos de Ros, de La Nuez de Abajo, de Castrillo, de Ubierna, de San Martín…), en el mapa aparecen una serie de caminos ya casi desaparecidos, olvidados o en franco desuso, alguno de ellos reducido a la categoría de senda. Así, tenemos:

-el “camino de Isilla”, hoy reducido a senda, formando parte del recorrido excursionista denominado “Senda de las cuevas de Valdegoba”, pero que antiguamente tuvo su importancia, tanto por su condición de camino de saca de leña como por comunicar el pueblo con el corral existente en el paraje.

-el viejo “camino de Huérmeces a Montorio”, que ascendía a La Lastra por San Miguel -hoy completamente desaparecido en su tramo final, pero que antaño tenía su público- cuando aún no existía la carretera que discurre por el desfiladero de Fuente la Hoz.

-la rotulada como “senda de la Vega”, que unía el puente Vega con el Camino Tremello, hoy completamente desaparecida en su tramo final.

-el viejo “camino de Huérmeces a Santibáñez”, que discurre paralelo y cercano a la nueva carretera, y que hoy ha desaparecido completamente.

-el viejo “camino de Huérmeces a Quintanilla Sobresierra”, por el Nido del Buitre y Becerril, desaparecido desde que se construyó la nueva carretera N-627 (Burgos-Aguilar) a principios de los años noventa.

-El camino del Alto la Cruz (antiguo Camino Real a Aguilar y Reinosa) aparece rotulado como “camino de Quintanilla Pedro Abarca a Huérmeces”.

-El camino de Valdefrailes por Escaladilla y Cotillos, aparece como “camino de San Vicente”, importante como vía de saca de leña de los montes Rallastra y San Vicente.

-El camino que recorre longitudinalmente todo El Páramo, aparece como “camino de Ruyales del Páramo a Ros”.

Suele consignarse, también, la anchura de cada camino, así como una serie de “itinerarios” posibles, que incluyen caminos y sendas fluviales.

Se echan en falta caminos hoy en día muy populares, como el de La Blanca, el que une los puentes Vega y de la Pradera por la margen derecha del río, el de Burgos o de La Varga (sorprendente su ausencia, por tratarse del antiguo camino real) y el del Páramo (por los pinos); tampoco aparecen los caminos que hoy recorren los vallejos de ValdelebrínValdetope, Valcavado, ValdegobaBuzón y Valdeporros; lo mismo sucede con el camino que une Cotillos y Novilla.






Los edificios religiosos más o menos aislados (ermitas) y, sobre todo, las altas torres y campanarios de las iglesias, siempre han constituido una referencia imprescindible para el topógrafo:


-Aparecen dibujadas, por el clásico circulo punteado en su centro y rematado por una cruz, las torres de todas las iglesias de los pueblos del entorno.

-Aparece representada y rotulada la “ermita de San Andrés”, en Ruyales del Páramo, que desaparecería completamente a principios de los años setenta, al reutilizar sus piedras para la construcción de una escalera exterior en el Palacio de Arriba, recién adquirido entonces por una procuradora en las cortes de Franco.

-Aparecen representadas y rotuladas las “ruinas de la torre de Monasteruelo”, en referencia a la espadaña de su iglesia, que desaparecería completamente en el año 1952, al ser utilizada su buena piedra en la construcción de las nuevas escuelas de Ros.

-Justo en el límite entre los términos de Pantaleón y Quintanila Pedro Abarca aparece representada una construcción que –por el signo gráfico utilizado- pudiera referirse a la desaparecida "ermita de Los Dolores", aunque carece de rotulación alguna.

-También aparece la superviviente "ermita de Cuesta Castillo", representada por el clásico cuadrado negro con cruz superpuesta; aquí, incluso, se rotulan sus dimensiones aproximadas (13x26 m), suponemos que medida su anchura incluyendo la sacristía.





Aparecen dibujados y rotulados los siete mojones triples, tripuntos o trifinios que atañen al término de Huérmeces:


-Valcavado: entre Pantaleón, Montorio y Huérmeces; hoy también denominado El Roble.

-Casares: entre Montorio, Huérmeces y Castrillo; hoy también denominado Alto de Buzón.

-Valdevacas: entre Castrillo, Ubierna y Huérmeces.

-Páramo de Burgos: entre Ubierna, Santibáñez y Huérmeces.

-Mojón Blanco: entre Huérmeces, Santibáñez y Ros; también denominado Páramo.

-Mojón Alto: entre Ros, Ruyales y Huérmeces.

-La Lastra: entre Pantaleón, Huérmeces y Ros.

En cuanto al aprovechamiento agropecuario de suelos, en el término de Huérmeces únicamente aparecen las tipologías S-TCC (Secano:Trigo, Cebada o Centeno, Sin Estercolar) y S-Mb (Secano: Monte bajo).




Por último, cabe incluir un plano del casco urbano de Huérmeces, elaborado en 1928, también en el contexto de los trabajos previos a la publicación de la primera edición de la hoja 167 del MTN.

En el mismo, destaca la ausencia de una serie de edificaciones que se levantaron con posterioridad a ese año 1928 y con anterioridad a mediados de los años 60, al inicio del éxodo rural; destacan, de norte a sur, las siguientes:

-la denominada "casa de Gil", en la que aquel vecino guardaba ganado, especialmente yeguas; hoy segunda residencia.

-la denominada "caseta de Gil", levantada en la pequeña plazoleta que se abre casi enfrente de la iglesia, al otro lado de la carretera; hoy en ruinas.

-la "cochera de Valeriano", construcción en ladrillo levantada en 1952, tras adquisición de un solar municipal, por enajenación de parcela sobrante de vía pública; hoy vivienda.

-la casa de Fidel y Petra, enfrente del Palacio de Abajo, al otro lado de la carretera; levantada hacia 1946 por Donato, el propietario del molino de Retuerta, y padre de Petra.

-la "casa del médico", levantada en 1956, en una parcela municipal situada a continuación del Palacio de Abajo y la Capilla, y cuyo primer ocupante fue el recordado Luis Salinas Mendizábal, médico en Huérmeces durante cuarenta años (1929-1969); hoy en rehabilitación y reconversión en local municipal de ocio.

-la denominada "casa de los de Madrid", levantada por sobrinos de Jaime a mediados de los años 50, justo enfrente de la anterior; fue la primera de la serie de segundas residencias que se edificaron en Huérmeces en décadas posteriores.


Fuente del barrio Arroyuelo (c. 1925)


En general, este plano del casco urbano de Huérmeces adolece de falta de detalle, comparado con los realizados en otras poblaciones del entorno. No figura representada la principal fuente urbana del pueblo, en el barrio Arroyuelo, aunque si que aparece, curiosamente, la fuente de San Román; suponemos que -tal y como demuestra alguna vieja fotografía- la fuente del barrio Arroyuelo ya existía en aquellos años.

Tampoco figura el pilón de la plaza mayor, ni ninguna de las casetas de era que se distribuían entre El Seto y el barrio de Mercado.

Lógicamente, tampoco aparecen las casas que se radicaban en diseminado: la "casa de Castilla", el Palacio de Arriba y la "casa de Miguel".

También merece mencionarse la leyenda "huertos" que rotula la zona inmediata al suroeste del casco urbano. Suponemos que en la zona en cuestión, contigua al barrio de Vega y al Palacio de Abajo, abundaban las parcelas dedicadas a huerta, favorecido su desarrollo por la abundancia de agua, al estar cerca tanto el Úrbel como el cauce de Los Abares, que daba servicio a varios molinos (Cigatón, Rinconcillo y Las Huertas). El nombre de este último molino reafirma la vocación del terreno.


Calle Real, con las escuelas al fondo, a la derecha (c. 1925)


Por último, en cuanto a la estructura del casco urbano, cabe destacar el cambio importante que debió suponer la sustitución del antiguo camino real por la moderna carretera de Burgos a Aguilar, a comienzos de la segunda década del siglo XX. El pueblo pasó de ser atravesado por un eje principal de dirección NW-SE a serlo por otro de dirección predominante N-S. La Calle Real se vio relegada por la Calle Mayor.





El Camino Real, que bajaba por La Varga y entraba en el casco urbano por la era de Lorenzo, continuaba por la "Calle Real", atravesando la plaza de la fuente del barrio Arroyuelo, y saliendo del pueblo en dirección al Palacio de Arriba y al puente del barrio La Parte, para acometer a continuación la subida del camino del Alto la Cruz.

Con la construcción de la carretera de Aguilar, el eje principal pasó a ser la denominada "Calle Mayor", que comienza en el Palacio de Abajo, pasando por la "plaza del pilón" y saliendo del casco urbano por el estrechamiento que ocasionan la cabecera de la iglesia y la  última manzana de casas. En este nuevo eje se establecieron años después dos de las tres cantinas del pueblo, en una de las cuales paraba el "coche de línea" de Burgos a Aguilar y Cervera. La tercera cantina se situaba en la "Calle Real", a la vera del antiguo paso principal del pueblo.

Esos dos ejes, el antiguo y el moderno, sirvieron también para delimitar en su día los tres barrios del pueblo: Vega, Arroyuelo y Mercado.