sábado, 3 de julio de 2021

Un pasatiempo veraniego: doce lugares sin etiquetar


Es tiempo de verano. Las altas temperaturas, la siesta, la modorra generalizada, el ambiente vacacional, esta ansia socializadora ... No parecen tiempos muy propicios para publicar extensos posts, con mucho texto y pocos santos.

Quizás resulte más apropiado, por lo menos para este primer post de verano, proponer un inocente pasatiempo, factible de completar encaramado a una tumbona, tanto de playa como de montaña.

Presentamos doce fotografías correspondientes a otros tantos lugares, todos ellos no excesivamente alejados de Huérmeces, aunque con una clara preponderancia de la componente norte. Ordenados de mayor a menor lejanía: desde los 38 km del lugar más remoto a los 3 km del más inmediato.

Para que el acertijo no resulte muy sencillo de resolver, evitamos proporcionar datos demasiado evidentes; basta con un pequeño párrafo descriptivo, la distancia (siempre en línea recta) y la orientación desde Huérmeces, y poco más.

De los doce lugares propuestos, algunos resultarán de clara identificación, sobre todo para las personas que circulen habitualmente por las carreteras de la zona noroccidental de la provincia. Otros, sin embargo, no se prestarán a un fácil etiquetado, fuera de los nativos o visitantes habituales del lugar.

Si eres capaz de identificar más de la mitad de la docena de lugares propuesta, podrás presumir de ser un buen conocedor de La Comarca y Más Allá. Por el contrario, si no reconoces ninguno, quizás sea el momento de plantearse el pasar menos tiempo en el bar y algo más pedaleando o caminando por páramos y valles. 


01. Un rústico merendero en un huerto de verano 




Una vieja mesa de cocina cubierta por un hule con motivos frutales; una silla de ordenador, de talla infantil, apostada frente a otra mesa, ésta cubierta con una tela procedente -quizás- de una vieja colcha; entre ambas, un banco corrido, conformado por una vieja viga, dos tocones y un desechado tablón; y el conjunto, protegido por la sombra que proporcionan varios frutales.

El encantador rincón se encuentra a unos 38 km al noroeste de Huérmeces, formando parte de un casi despoblado, en el que únicamente la iglesia (no ha mucho rehabilitada) y un pequeño número de casas y naves ganaderas permanecen techadas.


02. Un paisaje que ilumina la ventana de una sacristía en ruinas  




La arruinada iglesia se encuentra solitaria, sobre un altozano alejado del pueblo que hasta hace pocas décadas le proporcionaba feligresía suficiente como para mantenerla en uso. Hoy en día, únicamente el cementerio anejo recibe esporádicas visitas. La iglesia, de claro origen románico, responde a la advocación -hoy quizás un tanto irónica- de El Salvador. 

El pueblo de nombre desconocido se sitúa a unos 31 km al nordeste de Huérmeces, en las altas tierras del Butrón, aunque ya cercanas al Ebro.


03. Un espantapájaros de género




Estamos ante un huerto como dios manda: con un alto muro de piedra, impidiendo el paso de ganado, alimañas y humanos cazadores-recolectores; con unas crecidas matas de habas, orgullo de su dueño; con un entramado de cañas esperando ansiosamente a los zarcillos trepadores de las judías plantadas a su vera; con un par de frutales que aunque aún tardarán tiempo en proporcionar cosecha, hoy proporcionan un poco de sombra al hortelano; y sobre todo ... dirigiendo el cotarro, un espantapájaros hembra (aparentemente), con una pose híbrida entre un maniquí y un paciente ahuyentador de saqueadores alados. 

El huerto se enclava en un pueblo situado a unos 29 km al nordeste de Huérmeces. En unas altas tierras delimitadas por profundos cañones y hoyas.


04. La revolución estética de una casa centenaria




La casa, al lado de la carretera, llevaba unos cien años luciendo su impoluta fachada blanca, apenas adornada por las piedras areniscas que remataban esquinas, ventanas y puerta; sobre el tejado, en el centro, una solitaria buhardilla que proporcionaba luz al desván y cierta vistosidad al conjunto. Y un buen día de este verano de 2021, tras varios meses sin pasar por la carretera, pocos conductores habrán dejado de sorprenderse ante el despliegue ornamental de su fachada y aledaños.

La casa está situada a unos 27 km al norte de Huérmeces, al lado de una antaño transitada carretera, junto a un truchero río, en un pequeño barrio de curioso nombre y situado apenas a kilómetro y medio de un pueblo feliz.


05. Campos de esparceta para siempre




Podría tratarse de un paisaje alpino, cercano quizás a alguna de las estaciones de esquí de Francia, Suiza o Italia. Pero no. Este bucólico escenario primaveral, en forma de espléndido campo de esparceta en flor, lo tenemos mucho más cerca. Aquí aparece enmarcado por sendas laderas cubiertas de robles en plena brotación, entre las que se cuelan las primeras nubes de desarrollo vertical de una jornada que acabó, cómo no, en tormenta.

Este bonito paraje está situado a unos 25 km al norte de Huérmeces, en tierras del Valle de Sedano, a las puertas de un enorme menhir caído, partido en cuatro pedazos.


06. Una caseta en ruinas, en un solitario paraje




El paisaje de la comarca está salpicado por rústicas construcciones -hoy arruinadas- que hasta no hace mucho sirvieron bien para alojar al ganado y sus pastores, bien para guardar aperos de labranza o almacenar granos y patatas. Generalmente levantadas en las décadas de los años cincuenta o sesenta del pasado siglo, en sus paredes aún abunda la mampostería de piedra e, incluso, los buenos sillares en esquinas y jambas. Esta construcción, en concreto, tiene unas dimensiones respetables de 18 por 9 metros y, por su situación (en medio de una zona de pastizales, a unos 1050 m de altitud), podría haber tenido su origen en unos usos preferentemente ganaderos.

Encontraremos la caseta a unos 24 km al nordeste de Huérmeces, a la vera del camino que antaño comunicaba Poza de la Sal con las tierras de Sedano.


07. La espartana fachada de una humilde iglesia rural




Otra iglesia cuyo titular también es El Salvador, aunque aquí hubo más suerte, ya que el edificio sí que logró salvarse de la ruina, al ser completamente rehabilitado no hace muchos años. En su fachada meridional destaca la portada renacentista, en arco de medio punto, coronada por una hornacina -hoy vacía- y enmarcada por dos robustos contrafuertes. Merecen mencionarse el amplio espacio pavimentado con enormes losas de piedra caliza y los detalles jardineros del entorno, con cuatro jardineras de piedra de buen tamaño.

El pueblo en el que se encuentra esta iglesia está situado a unos 18 Km al norte de Huérmeces. Fue uno más entre los lugares de la comarca que se despoblaron completamente a finales de la década de los sesenta, aunque poco después logró renacer de sus cenizas gracias, en parte, a ciertos campos de trabajo estival. Hoy en día, varias casas se encuentran en uso, completamente remozadas.


08. Un viejo puente de piedra, olvidado y abandonado a su suerte




Tan olvidado se encuentra este bonito puente, que no aparece siquiera en el catálogo de la reciente publicación titulada "Puentes singulares de Burgos" (2018). Su origen pudiera datarse en el siglo XVII, y está levantado en piedra caliza, gracias a una excelente labor de cantería; es muy estrecho (apenas 3 m) y carece de pretiles, aunque probablemente los tuviera en origen; el puente consta de dos arcos rebajados, de 6 metros de luz cada uno, con un tajamar central de sección semicircular. 

Situado a unos 17 km al oeste de Huérmeces, sobre un río de corto recorrido y escaso caudal estival, aunque con importantes villas en sus márgenes.


09. Un cementerio en las afueras




Tapia oriental del cementerio "nuevo", inaugurado en el año 1915 y situado a unos 300 metros al sur del pueblo en cuestión. El cementerio "viejo" se encontraba junto a las eras, detrás de la desaparecida ermita de Santiago. Estos camposantos "nuevos", ubicados en las afueras de las poblaciones, son los únicos que conservan la titularidad concejil o municipal, a salvo de la voracidad inmatriculadora de la Iglesia española. Al fondo, los cantiles calizos correspondientes a uno de los sinclinales colgados más meridionales del territorio Geoparque de Las Loras. 

El pueblo buscado se encuentra a unos 15 km al noroeste de Huérmeces, en tierras del Tozo, rodeado de peñas y de historia.


10. Una fuente de agua fresca y un puente trasplantado




Érase una vez una ermita cuya titular era muy apreciada y conocida en la comarca. La ermita poseía todo lo que una pequeña construcción religiosa podría desear: una amplia y cuidada campa, en la que se celebraba una romería anual; la campa se encontraba completada con castaños de indias y otros muchos árboles de sombra, una fuente de agua con varios caños, barbacoas de piedra, bancos de madera y un arroyo homónimo. 

Aun así, los vecinos querían dotar a la campa de un elemento singular: un viejo puente de piedra, de dos ojos, semienterrado en su ubicación original, cuando salvaba el cauce del arroyo en su tramo final, dando servicio a un molino. No fue hasta 2012 cuando los deseos de los vecinos se hicieron realidad: y allí luce el viejo puente, desmontado piedra a piedra y trasplantado en la campa de la ermita, sobre el mismo arroyo, aunque cuatro kilómetros aguas arriba de su implantación original.

La ermita y su campa se encuentran situadas a unos 11 km al suroeste de Huérmeces.


11. Una casa con encanto en el alto Úrbel 




La puerta en sencillo arco de medio punto; dos ventanas adinteladas en la planta baja y otras dos -de variado tamaño- en la primera; un anejo con tejado a un agua, dotado de una amplia puerta de madera, apta para carros; profusión de macetas en el alfeizar de una ventana y sobre viejos tocones de madera; una jardinera de piedra en la esquina del anejo (dando cobijo a un rusco, arbusto jardinero poco común en la zona); un lilo y un cedro, ocultando parte de la fachada; y una chapa protectora apoyada en la pared, junto a la puerta, lista para su inmediato uso en días de lluvia, nieve, granizo o pandemia.

Esta bonita casa se encuentra cerca de Huérmeces, apenas a unos 9 km al noroeste, en un tranquilo pueblo con resonancias nupciales cidianas.


12. Un vallejo de postal




Situado a poco más de 3 km al norte de Huérmeces, puede que este vallejo no sea el más llamativo del término, aunque la presencia de una exuberante chopera, junto con el trazado de un relativamente cómodo camino (recientemente rehabilitado), le han convertido en un destino habitual para excursiones pedestres y ciclistas, que remontan el valle del Úrbel hacia los páramos y lastras circundantes.


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