sábado, 29 de octubre de 2022

La desaparecida iglesia de Santa Marina, en Llanillo de Valdelucio

Hace dos años, dediqué un post a la peculiar iglesia redonda de Llanillo (inaugurada en 1961), moderna construcción que se levantó debido a la ruina de la vieja iglesia, también dedicada a Santa Marina, y situada al norte del pueblo, algo separada del caserío.

En aquel post comenté que se había realizado un último intento por evitar la ruina completa de la vieja iglesia, llegándose a plantear un proyecto de reconstrucción y consolidación del edificio.

En el Archivo de la Diputación Provincial de Burgos guardan un curioso expediente al respecto, que contiene la documentación básica del proyecto, realizado por el arquitecto de la Diputación, Luis Martínez Martínez, y datado en octubre de 1957.


UNA MODESTA IGLESIA, SITUADA EN UN EMPLAZAMIENTO EQUIVOCADO

Gracias a uno de los documentos, unos planos en los que aparecen dibujados el alzado y la planta de la iglesia de Santa Marina, nos podemos hacer una idea aproximada del aspecto del desaparecido templo, justo en el momento en el que ya se había derruido parte de su nave y de su torre.






Se trataba de un templo de modesto tamaño, cuya nave única tenía unas dimensiones aproximadas de 8 x 20 metros; orientado canónicamente, con el ábside al este, la torre al oeste y la puerta de acceso al sur, protegida por un pórtico cubierto.

Al exterior, destaca su ábside recto, con un contrafuerte en su esquina meridional. La portada, protegida por un pórtico cubierto, se disponía en arco de medio punto, con tres arquivoltas. Podría tratarse de una portada románica o renacentista.

Al norte del edificio, junto a la torre, se encontraba adosado un cuerpo en cuya planta baja podría situarse el baptisterio, ya que aparece representada la pila bautismal. Desconocemos si este cuerpo disponía, en su parte superior, de la escalera de acceso a la torre, o bien si se accedía a esta por las escaleras del coro.

También adosado al muro norte del edificio, en el extremo opuesto, a la altura de la cabecera, se disponía la sacristía, con contrafuertes en sus dos esquinas.

La torre alcanzaba una altura de 16 metros, suponemos que con varios vanos para las campanas, aunque solo resulta visible el existente en la cara sur.

Aparentemente, existían canecillos, tanto en el alero del tejado de la nave como en la zona de la portada, parcialmente cubiertos por el pórtico. Desconocemos su labra y la calidad de la misma.

En el interior, aparecen un retablo mayor y dos colaterales, uno adosado al muro de la epístola y otro al del evangelio; adosado al primero de los muros, también aparece un púlpito. A los pies del edificio, bajo el cuerpo de la torre, se disponía el coro, tal y como era habitual en las iglesias de la zona. 

En el plano aparecen dos bóvedas de crucería, aunque sabemos que el coro también disponía de la suya.

Los vanos se concentraban en los muros meridionales, con una ventana alargada, que podría ser renacentista, a la altura de la cabecera; otra, adintelada, justo a la derecha del pórtico cubierto; y una última en los pies del edificio, quizás la encargada de iluminar la zona inferior del coro. También poseían vanos la sacristía, el baptisterio y el coro, este último de diseño desconocido.





También disponemos de una fotografía, datada en 1960, durante los trabajos de demolición del edificio, en la que se observa la esquina meridional de la cabecera, con su contrafuerte y ventana alargada, en arco de medio punto (quizás renacentista). También se aprecian los buenos sillares areniscos de la iglesia. La fotografía aparece en la publicación "Valle de Valdelucio. Apuntes históricos" de Joaquín Cidad Pérez (editada por Monte Carmelo, Burgos, 1986). En la misma publicación se afirma que la iglesia disponía de varios elementos de aparente origen románico.

Un aspecto destacado de esta vieja iglesia de Santa Marina es el de su anómala ubicación. Lejos de situarse en una zona elevada sobre el caserío del pueblo, como solía ser habitual en las iglesias de origen románico, esta de Llanillo se sitúa en una zona baja, muy cerca del arroyo de la Llana, de escaso caudal aunque sometido a periódicas crecidas. Al norte de la iglesia existía, además, una fuente, de la que se abastecía el pueblo antes de "la traída".
 

Planimetría de Llanillo (1923): la vieja iglesia, al otro lado del arroyo de la Llana



No debía de resultar sencillo ni barato el mantenimiento de una iglesia situada en una ubicación baja con respecto al entorno, con problemas de drenaje del agua de lluvia y sometida a un constante exceso de humedad en su muros y fundamentos. Más pronto que tarde, estos problemas de humedad acaban por afectar a la estabilidad de muros y cubiertas.

La presencia del cementerio, adosado al muro septentrional de la iglesia, tampoco ayudaría a la evacuación de aguas pluviales. Por si todo lo anterior no resultara suficiente, una colada ganadera, la denominada "Cañada de Llanillo" pasaba junto al lado occidental de la iglesia.

Quizás, el emplazamiento original de Llanillo se situara alrededor de la iglesia y la fuente; cuando la ruta de Burgos a Aguilar comenzó a adquirir importancia, el caserío se desplazó hacia el sur, a la vera de la futura carretera de Aguilar, dejando sola a la iglesia, tal y como sucedió en otros pueblos (Mata de Sobresierra, por ejemplo).

El caso es que la iglesia de Llanillo se situaba en una zona muy castigada por la humedad, lo que comprometía su supervivencia desde el mismo momento de su construcción.


MTN50, H 134 (1936): la iglesia, la fuente, el arroyo y la colada


En los viejos tiempos, Llanillo, situado a unos 950 metros de altitud, presentaba unos registros pluviométricos importantes, concentrados en otoño e invierno, y con copiosas nevadas y heladas extremas. Otro motivo más para elegir con cuidado la ubicación de un edificio.

Por último, considerando que Llanillo siempre fue un pueblo de reducido tamaño, por lo que sus arcas pedáneas nunca resultarían suficientes como para acometer periódicas obras de mantenimiento en la iglesia.



UN PRIMER PROYECTO DE CONSOLIDACIÓN

En el expediente encontramos un presupuesto de "consolidación" de fecha 7 de diciembre de 1955, que parece indicar que ya para entonces habían comenzado los intentos por salvar al viejo edificio religioso. 

El presupuesto está firmado por Juan Usabiaga, un contratista guipuzcoano afincado en la capital provincial desde los años veinte, y gerente de la empresa "Construcciones Luis Olasagasti". Su importe total alcanza la cifra de 57.852 pesetas, y sus partidas más importantes son las siguientes:


  • sustitución de la viga de madera que existe sobre las bóvedas del coro; sobre dicha viga descansa la torre de la iglesia, en inminente peligro de derrumbamiento; se sustituirá por una viga de hormigón armado muy consistente (8 m de longitud), para coger al aire la torre, colgar las bóvedas y atirantar los muros; también se colocarán otras dos vigas de las mismas dimensiones sobre los arcos y bóvedas para atirantado de muros y coger los tejados al aire. Se haría un zuncho de hormigón armado para el atirantado de la torre. Toda esta partida de obra alcanza el importe de 22.340 pesetas.
  • saneamiento general del edificio: la iglesia se encuentra en una pequeña hondonada y carece de desagüe, provocando el estancamiento de las aguas pluviales, que alcanza una altura de 40-50 cm en el interior de la iglesia; se ha de realizar un pozo séptico con una profundidad de 4-5 metros; se levantará 40 cm el pavimento de la iglesia y el de la entrada, siendo necesario el rasgado del arco de entrada, así como la instalación de una nueva puerta de madera. Alcanza toda esta partida el importe de 21.312 pesetas.
  • saneamiento exterior y remates finales: recogiendo las aguas del pozo séptico, con cuneta y acera para evitar que penetren las aguas de lluvia; gradas de piedra en la entrada; recibir las grietas de paredes y bóvedas y blanqueo de todo el interior. Importe de la partida: 12.200 pesetas.
  • transporte de los materiales desde Burgos: 1.500 pesetas.
  • IMPORTE TOTAL57.852 pesetas.
  • Nota: tanto la grava como la arena necesarias serán puestas por el pueblo al pie de la iglesia.

No se trataba de un presupuesto excesivamente alto aunque, tal y como se encontraba la iglesia, cualquier demora en la realización de las obras podría ocasionar el derrumbe de parte del edificio, lo que dispararía los costes de reconstrucción y consolidación.

DOS ESCRITOS DEL CURA DE LLANILLO

PRIMER ESCRITO: AL VICARIO GENERAL

Por los mismos días de la realización del "presupuesto de consolidación", con fecha 27 de diciembre de 1955, se produce un primer escrito del cura párroco de Llanillo, en esta ocasión dirigido al Vicario General de la Archidiócesis de Burgos.

En el escrito, el cura párroco de Llanillo manifiesta que se han producido desprendimientos en las bóvedas, que la iglesia está cerrada al culto, y que urge la realización de un nuevo edificio, haciendo referencia a la existencia de un proyecto, al amparo de "Regiones Devastadas".

Suponemos que el párroco se refiere a la solicitud de aprobación del proyecto por parte de la denominada Dirección General de Regiones Devastadas y Reparaciones, muy activa en aquellos años en la reconstrucción de edificios religiosos dañados por la guerra. Obviamente, era difícil la inclusión de la iglesia de Llanillo en las actuaciones de "Regiones Devastadas".

Por el interés del documento, reproduzco literalmente el escrito del párroco de Llanillo que, en aquellos tiempos, era el sacerdote farol Andrés Crespo Díaz-Ubierna, que ocupó la plaza durante nueve años (1951-1959).


Ilmo. Sr.: Al tanto ya del estado ruinoso de la iglesia parroquial de este pueblo, llegó lo que esperábamos, el desmoronamiento paulatino de las bóvedas, y que ya no es posible atajar. El culto y la permanencia del Santísimo se hace del todo imposible; estos días, por su solemnidad, aunque con peligro, sí, la habilitaremos. Lugar digno para ejercer el culto no creo pueda improvisarse en el pueblo. Iglesia de nueva planta en proyecto, acogiéndonos a "Regiones Devastadas". Espero me diga sobre mi determinación y solucionar mi situación al tener único servicio "Respenda de Aguilar", y este de la Diócesis de Palencia. Suyo afectísimo: Andrés Crespo Díaz-Ubierna.




El destinatario de la carta era el entonces Vicario General de la Archidiócesis de Burgos, Buenaventura Díez Díez, que permaneció 21 años en el cargo (1949-1970), buena parte de ellos a la vera del Arzobispo Luciano Pérez Platero (1944-1963).


SEGUNDO ESCRITO: AL ARZOBISPO

Apenas tres meses más tarde, con fecha 22  de marzo de 1956, se produce un segundo escrito del párroco, en esta ocasión dirigido ya al propio Arzobispo de Burgos, Luciano Pérez Platero, y firmado también por el alcalde pedáneo de Llanillo, Fortunato Poza.

El párroco manifiesta que, a juicio tanto de él como de los veinte vecinos del pueblo, sería preferible que se desechara la idea de reconstruir la arruinada iglesia de su pueblo, optando por levantar una nueva iglesia parroquial; y expone los motivos principales para dicha preferencia:

  • los costes de reparación de la arruinada iglesia serían tan altos como los de construcción de una nueva
  • la situación de la vieja iglesia, alejada del pueblo [200 m al norte del caserío] y con un arroyo por medio, sufriendo periódicas avenidas que imposibilitan la asistencia al culto por parte de los vecinos 
  • los graves problemas de humedad que presenta el edificio, resultando "del todo insano", ya que en muchas ocasiones el interior de la iglesia presenta una lámina de agua de 12 cm de altura, debido a que se encuentra en una hondonada, rodeada de terrenos que la superan claramente en altura


Vuelo americano, 5 de junio de 1957


Finaliza el escrito del párroco afirmando que los veinte vecinos del pueblo estarían dispuestos a prestar ayuda personal y económica para lo que finalmente resultara.

EL PROYECTO DE RECONSTRUCCIÓN Y CONSOLIDACIÓN

El proyecto definitivo tiene fecha de septiembre de 1957, y está firmado por el "arquitecto provincial y diocesano", Luis Martínez Martínez.

En la Memoria se aclara el estado de la iglesia de Llanillo: "en su casi totalidad derruida, por su lamentable estado hasta el extremo de hallarse suspendido el culto, por su peligro a continuados desprendimientos de muros y elementos fundamentales de su estructura, y agravado recientemente por haberse desprendido todas las bóvedas del coro, y parte grande de la coronación"

Todo ello obligó a redactar un proyecto con carácter de urgencia, rectificando notablemente las partidas del presupuesto anterior, que databa de diciembre de 1955, y al que ya hemos hecho referencia.

Las cuatro partidas principales del proyecto serían las siguientes:

  • Apeos de las partes principales de la construcción, por existir el riesgo cierto de derrumbe: torre, bóvedas y muros arruinados
  • Reconstrucción de muros, bóvedas y cubiertas, con la ejecución de varias vigas de hormigón armado
  • Acondicionamiento de la cubierta general, con aprovechamiento de las partes aceptables
  • Saneamiento interior y exterior, para alejar las humedades del terreno y las aguas pluviales
  • Remate de muros aprovechables, con rejunteo exterior y blanqueo interior

Quizás sea el Presupuesto el documento más interesante del proyecto, ya que nos da una idea de la envergadura y coste de las obras propuestas. Si el presupuesto de consolidación del año 1955 alcanzaba el importe de 57.852 pesetas, este de reconstrucción y consolidación de 1957 cuadruplica el importe, al alcanzar un total de 201.078 pesetas. Justifican la diferencia los derrumbes acaecidos entre la elaboración de uno y otro.

El presupuesto, detallado por partidas, se resume en las cifras siguientes:

  • Apeos: 13.800 pesetas
  • Reconstrucción de muros, bóvedas y cubiertas: 131.518 pesetas
  • Saneamientos exterior e interior: 34.060 pesetas
  • Varios (canalones, bajantes, recibido de grietas, acondicionamiento de fachadas, transporte de materiales): 21.700 pesetas

A título de curiosidad, cabe hacer referencia a un escrito del arquitecto provincial y diocesano, Luis Martínez Martínez, dirigido al párroco del pueblo, fechado el 19 de octubre de 1957, por el que aquel solicita información relativa al estado de la iglesia, por medio de fotografías, croquis o lo que el párroco considere, y que dicha información se la envíe con carácter de urgencia, por medio de alguno de los maestros que prestan sus servicios en Llanillo o pueblos del entorno. 

Desgraciadamente, en el expediente no se guardan las posibles fotografías de la iglesia, enviadas al arquitecto por el cura párroco.

En el escrito, el arquitecto manifiesta que "hace pocos días me encomendaron preparar el expediente para solicitud a Regiones Devastadas", así como que no ha podido desplazarse a Llanillo por "estar desde hace unos días en cama".

Da la impresión de que el proyecto se realizó a marchas forzadas, apurado por los plazos para su inclusión en la convocatoria del año a la Dirección General de Regiones Devastadas y Reparaciones, entidad administrativa que, además, fue suprimida ese mismo año 1957.


NI CONSOLIDACIÓN NI RESTAURACIÓN: IGLESIA DE NUEVA PLANTA ... REDONDA

Para entonces, la suerte de la vieja iglesia de Santa Marina estaba más que echada. El avanzado deterioro del edificio, los elevados costes de reparación, la predilección de párroco y pueblo por el levantamiento de una nueva iglesia en otro lugar más cercano y apropiado, las limitaciones presupuestarias de la época (que ocasionaron el abandono de proyectos tales como la culminación de las obras del ferrocarril Santander-Mediterráneo o de la variante del puerto del Escudo), la desaparición de la D.G. de Regiones Devastadas, el entonces incipiente movimiento religioso-arquitectónico en pro de nuevas construcciones de corte "moderno", junto con escaso aprecio por los pequeños templos rurales que no pertenecieran al románico más evidente...

Cuatro años más tarde, el 24 de octubre de 1961, se inauguraba la la nueva iglesia de Santa Marina, de planta circular, y levantada en muy poco tiempo en una parcela situada al lado de la carretera de Aguilar, en el extremo occidental del caserío, sin arroyo alguno de por medio. Oficialmente, la nueva iglesia costó 330.000 pesetas, y eso que la demolición de la vieja, para aprovechamiento de sus mejores sillares de piedra arenisca, corrió a cargo de los vecinos del pueblo, mediante la figura de prestación personal de trabajo. Los vecinos también colaboraron en las labores de transporte y labrado de las piedras reutilizadas.

En la inauguración de la nueva iglesia estuvieron presentes las autoridades religiosas de la época, encabezadas por el obispo auxiliar, Demetrio Mansilla Reoyo, y el vicario general, Buenaventura Díez Díez; también acudió al acto una representación de los párrocos del arciprestazgo de Los Ordejones (al que pertenecía entonces Llanillo).

El que no pudo asistir a la inauguración fue Andrés Crespo Díaz-Ubierna, el sacerdote farol que fue párroco de Llanillo durante los años anteriores; años de escritos a las autoridades diocesanas, de proyectos de consolidación y contraproyectos de reconstrucción, de solicitudes a regiones devastadas, de desprendimientos de bóvedas y muros, de avenidas y humedades, de un pueblo sin iglesia abierta al culto... Y es que Andrés había partido hacia su nuevo destino, en la diócesis de Huelva, dos años antes de la inauguración de la iglesia redonda de Santa Marina.


Google Maps (junio 2019)


PNOA, 23-08-2020: el solar de la vieja iglesia, justo al sur del trazado de la Autovía de Aguilar (A-73)

Solar de la desaparecida iglesia de Santa Marina; al fondo, la autovía de Aguilar


NOTAS

Dirección General de Regiones Devastadas y Reparaciones (1938-1957): nació en plena guerra civil, con el carácter de "Servicio Nacional", con el objetivo de reconstruir edificios públicos y religiosos, infraestructuras y monumentos dañados, en la zona nacional, por el conflicto bélico. En 1939 pasó a ser una Dirección General dentro del Ministerio de la Gobernación. Fue disuelto en 1957, al pasar sus competencias al Ministerio de la Vivienda.


Andrés Crespo Díaz-Ubierna (Huérmeces, 1917 - Huelva, 1983): párroco de Llanillo entre 1951 y 1959. Ordenado sacerdote en 1943, celebró su primera misa, en la iglesia de su pueblo natal, el 30 de junio de aquel año. Llegó a Llanillo, procedente de Fresno de Río Tirón, en julio de 1951. Además de párroco de Llanillo, servía también a los pueblos vecinos de Respenda de Aguilar y Villaescobedo, el primero perteneciente a la diócesis de Palencia. A finales de la década, partió hacia la diócesis de Huelva, dónde prestó sus servicios durante 23 años, primero en Minas de la Concepción y luego, durante 18 años, en Zalamea la Real. Falleció en 1983, a los 66 años de edad, en la Residencia Sacerdotal de Huelva.


Luis Martínez Martínez (Madrid, 1902-Burgos, 1982)

Arquitecto que desempeñó su carrera profesional en Burgos entre los años treinta y sesenta del pasado siglo. Ocupó los cargos de arquitecto provincial y diocesano.

Procedente de Madrid, Luis Martínez llegó a Burgos en abril de 1930, al ser nombrado arquitecto provincial por parte de la Diputación. Durante la década de los años treinta participó en multitud de proyectos auspiciados por la Diputación, tanto en la ciudad como en diversas localidades de la provincia (Cerezo de Río Tirón, Aranda de Duero, Castrillo Mota de Judíos, Briviesca). También realizó encargos particulares de cierto interés.

A partir de los años cincuenta también ocupó el cargo de arquitecto diocesano, participando en diversos proyectos bajo iniciativa del Arzobispado, alguno de ellos de gran entidad.

Entre el abundante catálogo de obras en las que participó como arquitecto principal destacamos las siguientes:


  • "Casa del Barco" (1939), sito en la calle Vitoria nº 57, esquina con la Avenida de Cantabria. Una auténtica curiosidad, y de indudable encanto, levantada en unos años de difíciles coyunturas económica y social.



  • Instituto Provincial de Sanidad (1955), hoy Servicio Territorial de Sanidad, en el Paseo de la Sierra de Atapuerca; se levantó en el solar ocupado por el antiguo mercado de ganados de San Lucas.



  • Seminario Mayor Diocesano de Burgos (1961), de estilo neo-escurialense, tan en boga en aquellos años; situado en la falda del Castillo, el edificio está hoy ocupado por el Hotel Abba Burgos (ala este) y por la sede central de la Universidad Isabel I de Castilla



  • reforma y ampliación de la iglesia de San Pedro y San Felices, en Burgos (1963), levantada en estilo neo-gótico, quedando la nave gótica original como brazo transversal de la nueva planta de cruz latina.



  • Parroquia de Nuestra Señora de las Nieves (1963), en la Barriada Illera. En la construcción del edificio participaron los vecinos de la barriada, bajo la entonces frecuente figura de prestación personal.




FUENTES






Archivo de la Diputación Provincial de Burgos (MOSA): Signatura LMM-2-15. Proyecto de reconstrucción y consolidación de la iglesia parroquial de Llanillo de Valdelucio, del arquitecto Luis Martínez Martínez, fecha inicial 7 de diciembre de 1955, fecha final 19 de octubre de 1957. El expediente consta de los siguientes documentos:

  • presupuesto de consolidación, firmado por Juan Usabiaga, de fecha 7 de diciembre de 1955
  • escrito del cura párroco dirigido al vicario general de la diócesis, de fecha 27 de diciembre de 1957
  • escrito del cura párroco, firmado también por el alcalde pedáneo, dirigido al arzobispo de Burgos, de fecha 23 de marzo de 1956
  • escrito del arquitecto provincial y diocesano dirigido al párroco de Llanillo, de fecha 19 de octubre de 1957
  • Proyecto de consolidación y reconstrucción, firmado por Luis Martínez Martínez: memoria, planos y presupuesto (borradores y escritos finales), fechado en septiembre de 1957



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