sábado, 9 de julio de 2022

Valdevacas, el roturo delta de Huérmeces


No es el roturo más extenso de Huérmeces, ni el que contiene tierras de mayor calidad agronómica, ni siquiera es el más sencillo de trabajar, pero posee el encanto -al menos para alguien ajeno a la actividad agraria- de su peculiar perfil, de su carácter semi salvaje, fronterizo con Castrillo y San Martín...




El roturo de Valdevacas, con sus 20 hectáreas de extensión, ocupa la totalidad del vallejo homónimo; dicho vallejo se despliega en una suave pendiente oeste-este, y sus arcillosas tierras originan que su espina dorsal siempre conserve algo de humedad.




Si accedemos a Valdevacas por su extremo superior, tardaremos un rato en darnos cuenta del enorme tamaño del roturo, ya que un estrechamiento producido por las matas de encina de Monte las Eras nos impide observar la totalidad del vallejo.




Agronómicamente hablando, Valdevacas es un roturo de carácter azaroso. Sus arcillosas tierras originan que, en otoños muy húmedos, sean complicadas -incluso imposibles- las labores de preparación y siembra. E impredecible el rendimiento del grano cultivado. Hoy en día, en el roturo se cultiva, sobre todo, cereal.

Geológicamente, sus terrenos están formados por arcillas rojas de la denominada Facies Bureba (Paleoceno), típicas de las zonas marginales de dicha comarca, entrando en contacto con las calizas blancas del Cretácico, que se despliegan por Monte las Eras, Los Casares y Monte de San Martín. En el fondo del vallejo, abundan las gravas, arenas y arcillas, propias del Holoceno.

 



En el mapa geológico nacional (MAGNA) correspondiente a la zona (Hoja 167) observamos la distribución de las arcillas rojas de la F. Bureba (26, sepia), de las calizas blancas del Cretácido (11, amarillo) y de las arcillas, arenas y cantos rodados cuaternarios (34, gris punteado) propios del fondo de los valles.




En el fondo del vallejo y en la zona baja del mismo, incluso en años secos como el actual, se observa la abundancia de vegetación pratense propia de ambientes más húmedos (como la gramínea Phleum pratense, fleo de los prados), con predominio de tonos verdes a principios de julio, aunque con el trigo ya maduro este año.





El arroyo estacional homónimo, que drena las aguas del vallejo en un sentido oeste-este, es tributario del arroyo de Rucios, que desemboca en el río Ubierna a la altura de San Martín.

Valdevacas, Navas y Valdecofrades constituyen los tres únicos vallejos de Huérmeces pertenecientes a la subcuenca del Ubierna.



 

Las dimensiones del roturo son considerables: 3 km de perímetro; 700 metros de eje este-oeste; 880 metros de eje norte-sur; 990 m de altitud máxima (extremo occidental); 965 m de altitud mínima (extremo oriental).




La totalidad del perímetro oriental del roturo está recorrida por el camino (antigua cañada de merinas) que discurre justo por el límite entre los términos de Huérmeces, Castrillo de Rucios y Ubierna. Dicho camino, en el tramo de Valdevacas, no resulta de tránsito recomendable en época de lluvias ya que, al carácter arcilloso de su firme, se une su condición de zona de desagüe del vallejo.



 

Visto en fotografía aérea, Valdevacas destaca por su peculiar contorno triangular, en forma de delta de secano, con su arroyo estacional recorriendo el fondo del vallejo, ligeramente escorado al norte.




En las fotos del vuelo americano, observamos que únicamente se encontraba cultivada -aparentemente- la porción central del roturo, en la que se aprecian varias parcelas cuadrangulares; el resto del vallejo se dedicaba a pastizal, para aprovechamiento de la entonces numerosa cabaña ganadera de Huérmeces. Puede que, en aquellos años, las parcelas centrales se cultivaran de yeros, leguminosa muy apreciada para la alimentación animal, y que necesita unas condiciones de suelo algo más húmedas que el cereal.


Vuelo americano "B" (8 de octubre de 1956)


En la ortofoto del vuelo interministerial de 1977 se observa que -aparentemente- el roturo se cultiva ya en su totalidad. Los terrenos de pastizal de Valdevacas fueron "rotos" a mediados de la década de los sesenta, con anterioridad a la concentración parcelaria; en la misma época se rompieron también Navas, Las Cañadas y La Pradera. Las labores de roturado fueron realizadas por los hermanos Cereceda (Andrés y Evencio), de Villariezo. 


Vuelo IRYDA (noviembre de 1977)


En la ortofoto del PNOA 2009 se observa que la zona más húmeda del roturo se dejó en barbecho. Suponemos que las lluvias otoñales del año 2008 fueron excesivas para el arcilloso terreno del roturo, por lo que no pudo realizarse la siembra oportuna de cereal.



PNOA 2009 (24 de junio de 2009)


En la ortofoto del PNOA 2020 se aprecia que el roturo se encuentra perdido, sin cultivo alguno, situación que se mantuvo durante cinco campañas agrícolas (desde la 2015/2016 hasta la 2019/2020). El roturo volvió a cultivarse en el otoño de 2020, realizándose una siembra de veza. Los rendimientos medios rondaron los 4500 kg por hectárea.


PNOA 2020 (23 de agosto de 2020)


El enorme roturo destaca también por las densas matas de encina (montes de Monte las Eras, Valdevacas y San Martín) que delimitan su extremos septentrional y meridional, proporcionando al paraje un entorno aparentemente salvaje.




Valdevacas posee también un cierto carácter fronterizo, al encontrarse justo en los límites con los términos de Castrillo de Rucios y San Martín de Ubierna. El camino que atraviesa el extremo inferior del término hace las veces de divisoria entre los tres términos, que se encuentran en el trifinio homónimo.




Desde Valdevacas se divisa, al fondo, el exiguo caserío de Castrillo, con la peña del Castro dominando sobre el entorno, y la iglesia asentada en su ladera meridional.




En los viejos tiempos, para llegar a Valdevacas había que ascender el camino Castrillo por su empinada cuesta y, al llegar a Monte las Eras, desviarse a la derecha, descendiendo hacia el húmedo vallejo.


Valdevacas, desde el arranque del camino que se interna en el Monte de San Martín


Aunque el recorrido no sobrepasaba los dos kilómetros y medio, era mucho -con la cuesta de por medio- para un carro cargado de mies y tirado por una pareja de bueyes; tanto era así que, algún vecino que tenía tierras en Valdevacas, o en las cercanas Navas, prefería hacer el verano in situ, trillando y beldando en el vallejo, y acarreando a Huérmeces únicamente el grano obtenido.


LA LAGUNA DE VALDEVACAS

Se encuentra ya en terrenos pertenecientes al término de Castrillo de Rucios y, aunque pudiera parecer que lleva allí toda la vida, la laguna surgió a mediados de los años noventa del siglo pasado, a consecuencia de la extracción de materiales realizada en el contexto de las obras del gasoducto Burgos-Villapresente (Cantabria).


La laguna, con Valdevacas al fondo, en dirección W

Se trata de una laguna estacional, que acumula agua durante la temporada de lluvias (noviembre-abril) y que, en un año normal, llega a secarse completamente a primeros de septiembre.


La laguna, con Valdevacas y Monte las Eras al fondo, en dirección N

 
La laguna, con Valdevacas y Monte de San Martín al fondo, en dirección S (se observa el tajo del gasoducto)

Suele ser a mediados de mayo cuando la laguna se muestra en todo su esplendor, con abundancia de flora y fauna lacustre. En sus casi treinta años de vida, la laguna de Valdevacas se ha convertido en un punto de agua fundamental para gran parte de la fauna que habita los montes cercanos, no siendo raro encontrarse corzos y jabalíes en sus inmediaciones.


La laguna de Valdevacas, en su versión primaveral, rebosante de agua y vegetación

 

EL TRIFINIO DE VALDEVACAS: UN MOJÓN ENGULLIDO POR UN ENDRINAL

A pesar de estar levantado a partir de una piedra labrada de considerable tamaño, con su cabeza redondeada, perfectamente vertical aún, el trifinio de Valdevacas es un mojón desafortunado, el más desafortunado de los siete trifinios de Huérmeces.




Además de encontrarse completamente cubierto por un denso endrinal, a consecuencia de no realizarse ya labores de amojonamiento desde los años 80 del siglo pasado, la piedra tiene un futuro comprometido, ya que el proyecto de autovía discurre justo por ese punto.





LA AUTOVÍA DE AGUILAR MORDERÁ VALDEVACAS POR SU ESQUINA SURESTE

En noviembre de 2017 se sometió a información pública el proyecto de trazado de la autovía A-73 (Burgos-Aguilar de Campoo) en el tramo Quintanaortuño-Montorio, de 11,7 km de longitud.





La autovía discurrirá al este del gasoducto y paralela a su trazado, por lo que el Monte de San Martín sufrirá un buen tajo en su masa forestal. Una vez atravesado dicho monte, la plataforma morderá la esquina sureste de Valdevacas; justo en este punto, un paso inferior permitirá la continuidad de los caminos que se dirigen al monte (y que sigue aproximadamente el límite entre Huérmeces y Ubierna) y al vallejo de Valdeperal, ya en terrenos de Ubierna.


Valdevacas desde Castrillo: en primer plano, la carretera N-627


Aparentemente, la laguna queda a salvo, aunque no sabemos si se verá afectada por obras complementarias al trazado de la autovía. Más incierto es el futuro del trifinio.
 

Navas, el vallejo situado al norte de Valdevacas, visto desde Castrillo


Nadie puede aventurar cuando se ejecutarán las obras de este tramo de la autovía de Aguilar. La sensación dominante es que el tema va para largo. No obstante, cuando se lleven a cabo las obras, parajes como Navas, Valdevacas, Monte las Eras y Monte de San Martín perderán buena parte de su carácter salvaje; ya habían perdido otra buena parte de aquel cuando se inauguró la nueva carretera de Aguilar (N-627), allá a principios de los años noventa del siglo pasado. 


EL TOPÓNIMO

En esta ocasión, la etimología es sencilla: Valdevacas, el vallejo de las vacas. En el caso del Valdevacas de Huérmeces (Castrillo y Ubierna también denominan con el mismo topónimo a las tierras limítrofes con el vallejo), las características y aprovechamientos originarios del paraje se corresponden claramente con dicha denominación: pastizales húmedos aptos para el pastoreo con ganadería mayor.

En contra de lo que pudiera pensarse, no nos encontramos ante un topónimo abundante en los mapas de España. En toponimia mayor encontramos únicamente dos casos, ambos en la provincia de Segovia: 

  • Valdevacas de Montejo: localidad y municipio de la comarca segoviana de Tierras de Riaza; situado a una elevada altitud (1123 m) y con una bajísima población (28 hab)
  • Valdevacas y Guijar: municipio segoviano, comarca de Segovia y su alfoz, aunque cercano a Pedraza; está formado por las localidades de Valdevacas y El Guijar; situado a 1025 m de altitud; población de 96 hab.

En toponimia menor tampoco hemos encontrado demasiados ejemplos:

  • Val de Vacas: paraje montañoso de la comarca turolense de Gúgar-Javalambre, en las cercanías de Valdelinares
  • Valdevacas: arroyo y vallejo alcarreño, entre Valdegrudas y Aldeanueva de Guadalajara, tributario del Matayeguas
  • Valdevacas: vértice geodésico alcarreño (996 m), situado en la paramera que se despliega entre Valdesaz y Caspueñas. Uno de estos dos Valdevacas alcarreños sería el despoblado que aparece citado en el Libro del Buen Amor, del Arcipreste de Hita, como el "lugar amado" de don Carnal
  • El Soto de Valdevacas: en Barbadillo del Mercado, allí dónde se encuentra la ermita de Villavieja
  • Valdevacas: vallejo de Quintanilla Sobresierra, a la izquierda del camino de Hontomín


OTROS POSTS DEDICADOS A ROTUROS Y PARCELAS AGRÍCOLAS PECULIARES


La Parte, en Ros (julio 2016)

El Arroturo de Montorio (enero 2017)

La Mata, en Icedo (junio 2018)

Las Arroturas, en La Frontera de Los Tremellos (junio 2018)

El Hoyo de Montorio, en Quintanilla Sobresierra (noviembre 2018)


AGRADECIMIENTOS

A Carmelo González Díaz-Ubierna


 

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