sábado, 27 de enero de 2018

Los últimos molineros de Huérmeces: Aquileo, Filiberto y Donato


Ya comentamos en una entrada anterior (Un pueblo con mucha molienda) la gran importancia que alcanzó en Huérmeces la industria molinera en tiempos pasados.

En las últimas décadas del siglo XIX y primeras del XX, aún se encontraban activos entre 5 y 7 molinos (1). A finales de los años 20 del pasado siglo, quedan operativos únicamente cuatro: los tres que han llegado a nuestros días y el molino de Las Huertas. Este molino, ya por entonces denominado Molino Caído, fue totalmente derribado por un vecino del pueblo (Jaime García Ubierna), al objeto de utilizar su piedra en la construcción de su nueva vivienda. El último molinero de Las Huertas fue Simeón Alonso.

Molino de Berlanga (Fuente la Hoz) hacia 1930
Años antes habían dejado de trabajar los molinos denominados de Los Nogales, Berlanga y El Rinconcillo. Suponemos que los de Navatillo y Mulimayor pasaron a la historia aún mucho antes. No hemos localizado el décimo molino al que hace referencia el Diccionario de Madoz.


En Huérmeces y en la mayor parte de los pueblos del entorno, los pocos molinos supervivientes han pasado a la historia con el nombre del último molinero que trabajó en ellos, que ha acabado por imponerse a la denominación histórica del paraje en el que se enclavaban aquellos.

Así, los tres molinos que han llegado a nuestros días han quedado grabados en la memoria popular con los nombres de Aquileo, Filiberto y Donato, pasando por encima de los tres parajes que los contemplan: Alba, Cigatón y Retuerta.


Molino de Cigatón, desde el Palacio de Arriba
En realidad, los molineros cuyos nombres han perdurado en la memoria popular no fueron los últimos que trabajaron en cada unos de ellos; los molineros que cerraron Alba, Cigatón y Retuerta fueron Rafael, Agapito y Joaquín, aunque estuvieron en activo mucho menos tiempo que sus predecesores, y en unos años en los que la industria molinera estaba ya en su recta final.

En poco tiempo, estos pequeños molinos fueron cerrando uno a uno, al compás de la proliferación de modernas fábricas de harinas en la periferia de las ciudades. El labrador vendía su cosecha de grano a la administración (Servicio Nacional del Trigo) y compraba al honrado comercio la harina que necesitaba.

Tras el cierre del negocio molinar, dejaron de realizarse las labores de limpieza de los cauces, se fueron pudriendo los tablones de los pontones, llegaron los consabidos saqueos y robos, pero los edificios de estos tres molinos no llegaron a arruinarse. A lo largo de las décadas de los sesenta y setenta, fueron adquiridos por manos que los mantuvieron en pie, acabando algunos por convertirse en bucólicas residencias de vacaciones y fines de semana.



Molino de Filiberto, Agapito o Cigatón



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1. Molino de Aquileo (Alba, Rallastra o La Bagoya): situado 4 km al norte del pueblo, en la orilla derecha del Úrbel, bajo los riscos de Peña Rallastra. Era el molino más cercano para los pueblos de Quintanilla Pedro Abarca, San Pantaleón y Ruyales del Páramo.


Los molineros que le dieron el nombre que ha permanecido hasta nuestros días fueron:

Aquileo García Celis (Coculina, 1896 - Burgos, 1976)
Esperanza Alonso González (La Nuez de Arriba, 1901)


Pequeña presa que daba servicio al molino de Aquileo

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Aquileo y Esperanza se hicieron cargo del molino en 1936, y llegaron a Huérmeces procedentes de Úrbel del Castillo y La Nuez de Arriba, en dónde también ejercieron de molineros.

Diario de Burgos, 20 de enero de 1932
Diario de Burgos, 12 de octubre de 1958

Diario de Burgos, 26 de septiembre de 1962
El molinero disponía de varios mulos con los que realizaba el trasiego de grano y harina entre el molino y los graneros de los diferentes vecinos que utilizaban sus servicios, incluidos pueblos cercanos como Montorio, o más alejados como Castrillo de Rucios y La Nuez de Arriba.

En enero de 1955, Paulino, un trabajador ambulante que por entonces residía en Ruyales del Páramo, se arrojó al vacío desde la Peña Rallastra, situada justo a la espalda oeste del molino. Quizás fueron los molineros de Alba los primeros en enterarse del triste suceso, avisando del mismo a las autoridades de Huérmeces. 

El último molinero que trabajó en Alba fue Rafael, hijo de Aquileo, durante los primeros años de la década de los sesenta del pasado siglo. Aquileo y Esperanza, ya jubilados, residieron aún unos años más en el viejo molino.


2. Molino de Filiberto  (Cigatón): situado a unos escasos 200 metros del casco urbano del pueblo, en la margen izquierda del río. Su largo cauce, que arranca aguas abajo del puente Miguel, también daba servicio a los desaparecidos molinos del Rinconcillo y Las Huertas.


Diario de Burgos, 29 de noviembre de 1930


Diario de Burgos, 24 de septiembre de 1952


Diario de Burgos, 21 de enero de 1954

Los molineros que le prestaron el nombre definitivo fueron:

Filiberto Ruiz Ruiz (Campolara, 1894)
Rita Mazagatos Vega (Campolara, 1887)

Se hicieron cargo del molino en 1926 y trabajaron en el mismo durante más de tres décadas (hasta 1957).


Los últimos molineros de Cigatón fueron, sin embargo, Agapito Barrio Sáez (Polientes, 1908 - Huérmeces, 1963) y Luisa Robles Fernández (Pedrosa de Valdelucio, 1904), que molieron allí entre 1957 y 1963. Con anterioridad, habían sido molineros en Santibáñez Zarzaguda, Hoyos del Tozo y Castrillo del Val.

Una vez finalizada su vida molinar, el edificio fue adquirido por Julián Pérez García -vecino que ejercía de sastre en Huérmeces- pocos años antes de partir hacia Gerona, ciudad en la que se estableció definitivamente.


3. Molino de Donato  (Retuerta): situado kilómetro y medio al sur del pueblo, en la antigua pradera, en la orilla derecha del Úrbel. El acceso al mismo solía realizarse por medio de un pontón que cruzaba desde la orilla izquierda del río.

Molino de Donato, años 50 (Fotografía cortesía de Petra García Villalvilla)
Donato García (foto cortesía de Petra García)
Los molineros que le dejaron el nombre que ha llegado a nuestros días fueron:

Donato García Fontúrbel (Huérmeces, 1894-1953)
Ludivina Díaz-Villalvilla Alonso (Huérmeces, 1895-1988)

Tras el temprano fallecimiento de Donato (1953) se hicieron cargo del molino su hijo, Joaquín (Huérmeces, 1931) y su mujer, Amalia (Lodoso, 1933).

El de Retuerta fue el último molino en funcionamiento en Huérmeces; molió hasta el año 1965, cuando Joaquín y su familia partieron hacia la ciudad de Burgos.

También este molino fue testigo de un trágico suceso. En julio de 1917, David, un niño de once años de edad, hijo de Francisco y Dorotea, vecinos de Huérmeces, pereció ahogado en sus inmediaciones, mientras su madre lavaba la ropa en el río, en compañía de otras mujeres. Parece ser que el niño se aventuró imprudentemente en aguas algo más profundas de lo aconsejable, siendo engullido por una especie de remolino, bajo la aterrada mirada de otros chavales que le acompañaban en sus juegos.

De los tres molinos que han llegado a nuestros días, este de Retuerta ha sido el único que ha pertenecido a la misma familia durante gran parte de los últimos cien años de funcionamiento. Desde que, hacia 1875, lo adquirió Julián, padre de Donato, hasta 1965, cuando el nieto de aquel, Joaquín, lo clausuró como tal.

Padres de Donato: Julián García Girón (Huérmeces, 1850) y Teodora Fontúrbel Marcos (Quintanilla Sobresierra, 1850).

Molino de Filiberto o Agapito (Cigatón)
(1) NOTA:
Propietarios de molinos activos en Huérmeces durante los últimos años del siglo XIX y primeras décadas del XX:

Anuario de Burgos (1894): 7 molinos: Marcial Alonso Bárcena, Julián García, Nicolás Medrano, Ezequiel Pérez Díez, Juan Tudanca Gómez, José Ubierna García y Narciso Varona Ubierna.

Anuario de España (1897-1901): 5 molinos: Marcial Alonso, Mauricio Díaz, Julián García, Florentín Ubierna y Ezequiel Pérez)

Anuario de España (1902-1905): 6 molinos: Marcial Alonso, Mauricio Díaz, Julián García, Primitivo López, Manuel Pérez y Pablo Ubierna.

Anuario de España (1908-1911): 7 molinos: Eustasio Alonso, Simeón Alonso, Mauricio Díaz, Julián García, Florentín Ibáñez, Manuel Marcos y Manuel Pérez. 

Anuario de España (1928): 4 molinos: Simeón Alonso, Viuda de Eustasio Alonso, Esteban García y Donato García.


1 comentario:

  1. Y aún se conserva el molino de Retuerta, restaurado y habitado, y aunque ya no pertenece a la familia, se guardan en la memoria la historia de su pasado. Gracias por el reportaje!!

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