sábado, 11 de septiembre de 2021

Anacleto Girón y la araña de la iglesia de Huérmeces


En el Huérmeces de mediados del siglo XIX, Felipe Girón Varona y Baltasara Alonso Fernández, una pareja de labradores faroles, formaron una familia, sacando adelante a tres hijos: Anacleto (1866), Ricarda (1868) y Bartolomé Girón Alonso (1872).

  • Bartolomé, el pequeño, murió muy joven (26 años) en la guerra de Cuba (1898), tal y como contamos en una reciente entrada de este mismo blog: Dos faroles apagados en La Habana (1897-1898)
  • Ricarda, la mediana, fue la única de los tres hermanos que logró formar una familia, al casarse con José González Villalvilla; vivieron toda su vida en Huérmeces y tuvieron tres hijos: Rosenda, Carolina y Alejo.
  • Anacleto, el mayor, se encaminó o le encaminaron, como a otros muchos jóvenes en aquellos tiempos, hacia la vocación religiosa. En la presente entrada comentaremos varios aspectos curiosos de su biografía, quizás no conocidos por muchos.


ANACLETO GIRÓN ALONSO: UN FAROL EN TIERRAS DE LERMA

Desconocemos los motivos por los que Anacleto inició sus estudios religiosos a una edad claramente más avanzada de lo que era usual entonces, ya que obtuvo la tonsura y órdenes menores en abril de 1897, el subdiaconado en septiembre del mismo año, el diaconado en diciembre y el presbiterado el día 5 de marzo de 1898, pocos días antes de que su hermano Bartolomé falleciera en un hospital de La Habana (18 de marzo de 1898).

De tal manera que Anacleto se ordenó sacerdote a la avanzada edad de 32 años, cuando lo normal era hacerlo a los 24-25 años. ¿Un cura tardío? Eso parece. 




Sabemos que, apenas un año después, en mayo de 1899, Anacleto ejercía de cura ecónomo (sustituto) en Salazar de Amaya, por lo que suponemos que ese fue el primer destino de su carrera sacerdotal. En esa fecha, su nombre y parroquia de destino aparecen entre los inscritos al Quinto Congreso Católico Nacional de España, que habría de celebrarse en Burgos a partir del 30 de agosto de aquel finisecular año.

En abril de 1901, Anacleto aparece en el listado de opositores aprobados en el "Concurso de curatos" de la Diócesis de Burgos, en concreto en los denominados "ejercicios literarios". El concurso se resuelve en agosto de 1902, siendo destinado a la parroquia de San Adrián, en Quintanilla de la Mata. Allí, en aquel pueblo situado a unos 4 km al sur de Lerma, en plena ruta Madrid-Francia, Anacleto ejercería su labor pastoral durante diez años.

Ya al poco de su llegada a Quintanilla de la Mata, una reseña del Diario de Burgos loaba la excelencia de las funciones religiosas de Semana Santa y Pascua, organizadas por el recién llegado párroco Anacleto Girón. Parece ser que nuestro paisano era un gran orador.



Tras la década de estancia en Quintanilla de la Mata, Anacleto participó en el "concurso de curatos" del año 1912. Consiguió un nuevo destino y así, en julio de 1912 era recibido -en cálida acogida- por el pueblo de Renuncio, cerca ya de la capital provincial, como nuevo párroco de la iglesia de Santa Catalina.

Puede sorprendernos el hecho de que Anacleto, tras los diez años en Quintanilla de la Mata, optara a un curato de menor relevancia. Renuncio era por entonces (Censo de 1910) una población más pequeña (280 hab) que Quintanilla (440 hab) y su parroquia de Santa Catalina (de 5ª categoría) también era más modesta que la de San Adrián (de 3ª categoría). Quizás Anacleto lo que perseguía, simplemente, era acercarse a la capital provincial, y ahí sí que Renuncio (1 legua) ganaba claramente la partida a Quintanilla de la Mata (8 leguas). 

La capacidad oratoria de Anacleto ya estaría por entonces más que acreditada en las grandes parroquias de la ciudad de Burgos, por lo que sería frecuentemente invitado a participar en los sermones de las festividades más importantes. Y en aquellos tiempos, un desplazamiento desde una localidad situada a más de 40 km de Burgos supondría un esfuerzo considerable para un cura que frisaba ya la cincuentena.

 


Y después de aquella reseña de julio de 1912, el nombre de Anacleto no vuelve a aparecer en ninguna otra del Diario, ni siquiera en forma de esquela, por lo que parecería que nada más podríamos añadir acerca de la vida y obra de este cura nacido en Huérmeces. 

Afortunadamente, esta pequeña y truncada historia del cura Anacleto se ve parcialmente completada gracias a la memoria familiar, que añade dos importantes datos, uno de los cuales ha sido el origen del presente post: 

  • que el cura habría sido el autor de la donación, a la iglesia de la parroquia de San Juan Bautista de Huérmeces, su pueblo natal, de la gran araña que pende del centro de la cúpula neoclásica desde hace ya más de cien años.
  • que Anacleto habría fallecido a consecuencia de una peste o grave enfermedad infecto-contagiosa, siendo enterrado en el viejo cementerio anejo a la parroquia de San Adrián, en Quintanilla de la Mata.

Añade la memoria familiar que, cuando los parientes de Anacleto se personaron en Quintanilla de la Mata para solicitar el traslado del difunto al cementerio de su pueblo natal, las autoridades locales les negaron el permiso, aduciendo razones de salud pública, ya que Anacleto había fallecido a consecuencia de una grave enfermedad contagiosa.





ANACLETO GIRÓN ALONSO, VÍCTIMA DE LA GRIPE DE 1918

El cura Anacleto falleció víctima de la famosa pandemia denominada "gripe española de 1918", que asoló a la humanidad entera entre las primaveras de 1918 y 1919. En España, fue la segunda oleada (otoño de 1918) la que más afectó a las pequeñas poblaciones del mundo rural.

La provincia de Burgos experimentó una de las tasas de mortalidad más altas de España, con 168 fallecidos por cada 10.000 hab. Especialmente trágico resultó el mes de octubre de 1918, con multitud de pueblos afectados, especialmente en el partido de Castrojeriz y en los alrededores de la capital burgalesa.

En un recorte del Diario de Burgos de fecha 3 de octubre de 1918, se habla del fallecimiento de los curas párrocos de Los Balbases y Renuncio, contagiados como consecuencia de su labor auxiliadora de los enfermos afectados por la pandemia.

Aunque en la reseña no se citara el nombre de ninguno de los dos párrocos fallecidos, damos por sentado que Anacleto Girón continuaba prestando sus servicios en Renuncio, ya que la última referencia escrita aparecida en el Diario de Burgos nos decía que había llegado a aquel pueblo en julio de 1912, y ninguna noticia posterior, relativa a los entonces muy publicitados "concursos de curatos", hablaba de cambio alguno al respecto.




En una reciente publicación relativa a la gripe de 1918 en la provincia de Burgos, hemos encontrado que Anacleto, el párroco de Renuncio, falleció el 7 de septiembre de 1918, sin especificar el lugar del deceso, aunque se sobreentiende que fue en el propio Renuncio.

Anacleto murió relativamente joven (a los 52 años de edad) y fue el primer párroco fallecido en la provincia a consecuencia de la gripe de 1918. Del total de 24 párrocos fallecidos en la provincia a consecuencia de la pandemia, 17 lo hicieron en el mes de octubre, cuando se alcanzó el pico de la segunda oleada, 5 en el mes de septiembre y 2 en el de diciembre.

Un aspecto contradictorio que contempla la memoria familiar es el relativo al lugar de inhumación de Anacleto Girón Alonso. No deja de ser extraño que su cuerpo fuera enterrado en Quintanilla de la Mata, su destino anterior, cuando el cura se encontraba prestando sus servicios en Renuncio desde hacía ya seis años. 

Por otra parte, Quintanilla de la Mata no aparece en la relación de pueblos más afectados por la pandemia. Aun así, pudiera ser que Anacleto enfermara gravemente cuando se encontrara auxiliando a alguno de sus antiguos feligreses, entre los que habría conservado alguna buena amistad, fruto de sus diez años de ejercicio pastoral.




Sin embargo, todo parece indicar que la memoria familiar ha sufrido una pequeña (y entendible) mutación en la cadena de transmisión de la noticia: dado que Quintanilla fue el destino en el que más tiempo pasó el cura Anacleto (10 años), mientras que en Renuncio estuvo menos tiempo (6 años), es lógico que en la familia se considerara a Anacleto como el "cura que estuvo en Quintanilla de la Mata" y que, por lo tanto, allí falleciera. 

Además, el nuevo cementerio de Quintanilla de la Mata ya existía en los años en los que Anacleto estuvo allí destinado, por lo que carece de sentido que se le enterrara en el "cementerio anejo a la iglesia", por la sencilla razón de que aquel ya no existía.

Renuncio, por el contrario, conserva en uso el viejo y pequeño cementerio anejo a la iglesia parroquial, no habiendo resultado necesaria la construcción de uno nuevo en el tiempo transcurrido desde la estancia de Anacleto en el pueblo.

Una vez visitado el Archivo Diocesano, encontramos que el Libro de Finados de la parroquia de Renuncio solo llega al año 1915, por lo que no hemos podido constatar el fallecimiento de Anacleto en ese pueblo. Lo que sí hemos encontrado en el citado Libro es la firma del cura farol, plasmada en cada uno de los varios apuntes de fallecimientos acaecidos desde el año de su llegada (1912). 

Por otra parte, también hemos consultado en el Archivo Diocesano el Libro de Finados de la parroquia de Quintanilla de la Mata, y hemos podido comprobar que, tal y como suponíamos, Anacleto no falleció en aquel pueblo.

 


ANACLETO GIRÓN Y LA DONACIÓN DE LA ARAÑA

En cuanto a la donación que Anacleto hiciera a la iglesia de su pueblo natal, la gran araña que pende del centro de la cúpula, escasos son los datos conocidos. Suponemos que la donación se produjo durante la segunda década del siglo XX, en una época en la que la iluminación de las iglesias (la iluminación, en general) era muy precaria, por lo que una lámpara de tales dimensiones resultaría un regalo muy apreciado por los clérigos y parroquianos de la iglesia de San Juan Bautista de Huérmeces.

En el Libro de Cuentas (o de Fábrica) de la iglesia parroquial de San Juan Bautista de Huérmeces, no hemos encontrado alusión alguna a la donación de la araña. Hemos consultado todos los apuntes existentes entre los años 1865 y 1920 y no hemos encontrado nada al respecto.





Nada podemos contar, pues, acerca de la fecha de donación ni acerca del origen de la lámpara donada. Quizás pendiera de otra iglesia antes de llegar a la de Huérmeces, quizás lo hiciera del altísimo techo del salón de alguna residencia señorial de la capital provincial y sus píos propietarios se la regalaran al cura Anacleto en agradecimiento a sus servicios (un acertado sermón, declamado con ocasión de una boda de un hijo de los señores, por ejemplo). Por elucubrar que no quede.

Por lo que cuentan vecinos del pueblo de ya cierta edad, la araña era, en su origen, una lámpara de velas, por lo que estaba provista de un mecanismo que facilitara el continuo izado y arriado de la misma, para reponer las velas consumidas. Así funcionó durante las primeras décadas del siglo XX, hasta la generalización del uso de la energía eléctrica en el mundo rural.
 



Así que, asiduo o esporádico parroquiano de la iglesia de San Juan Bautista de Huérmeces, cuando alces tu mirada hacia la grandiosa cúpula que corona el centro del edificio, recuerda que la grácil araña, que pende de un hilo sobre el pasillo central de la nave principal, fue un regalo de un cura farol, que anduvo por tierras de Lerma a principios del pasado siglo, y que tuvo a bien donar una lámpara de buenas dimensiones a la iglesia de su pueblo natal, para que iluminara por igual al interior del edificio y a sus devotos practicantes.

Y lo que no podrás alegar -de ninguna manera- es que el nombre de pila del donante te resulte complicado de recordar.



Iglesia de Renuncio y su pequeño cementerio (foto descargada de la página web renuncio.com)



EPÍLOGO [ENERO 2022]

Meses después de publicado este post encontramos -por fin- un apunte relativo a la donación de la araña a la iglesia de Huérmeces. En el libro de fábrica aparece un asiento del año 1927 (sorprendente, ya que Anacleto había fallecido en 1918) en el que se consigna un gasto de 23 pesetas relativo a la compra de dos poleas y una soga, necesarias para la colocación de una "araña regalada a la iglesia por don José González"

Es curioso constatar como la Iglesia, en ocasiones, es injusta hasta con los suyos. José González era el cuñado del cura Anacleto, al haber contraído matrimonio con Ricarda, hermana del religioso. Al fallecer Anacleto en 1918, Ricarda era su familiar más cercano, por lo que se supone que heredaría sus bienes personales, entre los que se encontraría la famosa araña. Sin embargo, para la Iglesia de su pueblo, el cura Anacleto no merece ni siquiera una pequeña anotación en su libro de cuentas; quizás convenga aclarar que, en aquel año de 1927, el párroco de Huérmeces era Félix López Hidalgo, que había llegado al pueblo en abril del año anterior.



APUNTES FAMILIARES

Anacleto Girón Alonso (Huérmeces, 17 de julio de 1866 - Renuncio, 7 de septiembre de 1918)

Padres: Felipe Girón Varona (Hces, 1837 - c. 1890) y Baltasara Alonso Fernández (Villalvilla Sobresierra, 1837 - Hces, c. 1898)

Hermanos: Ricarda (Hces, 1868 - 1940) y Bartolomé Girón Alonso (Hces, 1872 - La Habana, 1898)

Hermanos políticos: José González Villalvilla (Hces, 1864 - c. 1947)

Sobrinos: Rosenda (Hces, 1891 - Barcelona, 1982), Carolina (Hces, 1895-1956) y Alejo González Girón (Hces, 1902-1990)

Sobrinos políticos: Eleuterio Villanueva Varona (Hces, 1883-1939), Antonino Ubierna Ibáñez (Hces, 1896-1992) y Pilar Girón Montero (Hces, 1904-1990)

Resobrinos
: Teófilo (Hces, 1911), María (Hces, 1912), Epifanio (Hces, 1914), Silvano (Hces, 1916 - Madrid, 1936), Víctor (Hces, 1919-2016), Benedicta (Hces, 1920 - 2001) y Fidela Villanueva González (Hces, 1923); Visitación (Hces, 1921), Orencio (Hces, 1922), Daniel (Hces, 1923-2000) y Ricardo Ubierna González (Hces, 1926); Valentín (Hces, 1925) y Lorenzo González Girón (Hces, 1927-2001)



AGRADECIMIENTOS

A María Dolores Ubierna Varona y Ricardo Ibáñez






FUENTES

  • Diario de Burgos, 6 de abril de 1897: Órdenes sagradas conferidas por el arzobispo de la diócesis de Burgos; Anacleto Girón Alonso se encuentra en el listado correspondiente a "tonsura y órdenes menores"
  • Diario de Burgos, 20 de septiembre de 1897: Órdenes sagradas, Anacleto Girón Alonso aparece en el apartado "subdiaconado"
  • Diario de Burgos, 21 de diciembre de 1897: Órdenes sagradas, Anacleto Girón Alonso aparece en el apartado "diaconado"
  • Diario de Burgos, 8 de marzo de 1898: Órdenes sagradas, Anacleto Girón Alonso aparece en el apartado "presbiterado"
  • Diario de Burgos, 31 de mayo de 1899: Anacleto Girón Alonso aparece en el listado de socios inscritos en el Congreso Católico Nacional de Burgos, en virtud de su cargo como cura ecónomo de Salazar de Amaya.
  • Diario de Burgos, 13 de abril de 1901: Concurso de curatos en la diócesis de Burgos, listado de opositores aprobados en "ejercicios literarios", en el que aparece Anacleto Girón Alonso
  • Diario de Burgos, 23 de agosto de 1902: Concurso de curatos en la diócesis de Burgos, a Anacleto Girón Alonso se le adjudica la parroquia de San Adrián, en Quintanilla de la Mata, dentro de la categoría de "curatos de ascenso"
  • Diario de Burgos, 24 de abril de 1903: Anacleto Girón Alonso, párroco recién llegado a Quintanilla de la Mata y brillante organizador de las funciones religiosas de Semana Santa y Pascua




  • Diario de Burgos, 1 de marzo de 1912: Renuncio figura entre las vacantes para el concurso de curatos, dentro de la categoría "rurales de primera" 
  • Diario de Burgos, 31 de julio de 1912: Anacleto Girón Alonso recibe una cálida bienvenida como nuevo párroco la iglesia de Santa Catalina, en Renuncio



  • Diario de Burgos, 20 de septiembre de 1918: artículo que intenta tranquilizar a los lectores, limitando a la guarnición militar de Burgos los graves efectos de la pandemia, aunque admitiendo la existencia de virulentos brotes de gripe en Villagonzalo y Renuncio, pueblos muy cercanos a la capital



  • Diario de Burgos, 3 de octubre de 1918: noticia que recoge el reciente fallecimiento de los párrocos de Los Balbases y Renuncio, a consecuencia de su labor auxiliadora sobre los enfermos de gripe



  • Diario de Burgos, 5 de octubre de 1918: noticia que habla de graves brotes de gripe en diversos pueblos del partido de Castrojeriz: Villaquirán de los Infantes, Pampliega, Villanueva de las Carretas, Los Balbases, Villaldemiro, Tamarón, Villazopeque e Iglesias; también en Celada del Camino, Estépar, Presencio y Peral de Arlanza. 
  • Archivo Municipal de Huérmeces: padrón de cédulas personales del año 1886
  • Archivo Diocesano de Burgos: Libro de Finados de la iglesia parroquial de la villa de Renuncio, libro III (1852-1915)

Firma de Anacleto Girón Alonso en el libro de finados de la parroquia de Renuncio (año 1915)


  • Archivo Diocesano de Burgos: Libro de Finados de la iglesia parroquial de Quintanilla de la Mata (año 1918)
  • Archivo Diocesano de Burgos: Libro de Cuentas (o de Fábrica) de la iglesia parroquial de San Juan Bautista de Huérmeces
  • "La pandemia de gripe de 1918 en Burgos". Martín de Frutos Herranz. Diputación de Burgos (2020) [página 205: tabla 8.2.-Sacerdotes fallecidos en la Diócesis de Burgos; el primero de la lista es Anacleto Girón, párroco de Renuncio, fallecido el 7 de septiembre de 1918; el autor extrajo la información del Boletín Eclesiástico del Arzobispado de Burgos nº 25, de 19 de diciembre de 1918]


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