sábado, 27 de diciembre de 2025

Un anticuento de Navidad: Santos García Fontúrbel y la quinta de 1903


Éranse una vez diez jóvenes cuyos variados nombres y circunstancias no eran más que el producto del tiempo que les tocó vivir. Los diez jóvenes se llamaban: Aniano, Aureliano, Benito, Eleuterio, Francisco, José, Juan, Julián, Santos y Simón. A los diez les unían -al menos- dos cosas: una simple cifra numérica, 1883, el año de su nacimiento; y un lugar, una pequeña aldea denominada Huérmeces, sita allá, en las tierras del Úrbel.


Nada más alejado del canon del "cuento de Navidad" que la historia de una quinta farola a la que el futuro no prometía grandes esperanzas, solo pequeñas alegrías. Y precisamente por ello, estas fechas no me parecen inapropiadas para contar (y espero que también para leer) la historia de aquellos diez mozos enlistados. Leer entre trago de champán y embute de polvorón, al calor de la chimenea, mientras en la calle se abre paso un tímido frío y ya se escucha el estruendo de los petardos, calentando para la noche de fin de año.

Ya sabemos que, en algunas ocasiones, el futuro de una persona puede depender del puro azar. En tiempos pasados, existía un momento vital concreto en el que el devenir de un joven podría estar condicionado por una simple bolita numérica. Y no estamos hablando de la lotería nacional, sino del resultado del sorteo de quintos, del reemplazo militar, especialmente importante en las turbulentas décadas finales del siglo XIX y primeras del XX.

Una simple bolita con un número inscrito en su superficie podía determinar si tenías que cumplir o no con el servicio a la patria, o si tu destino militar se encontraba en la Península, en las Islas Chafarinas, en el Peñón de Alhucemas o en el melillense Barranco del Lobo; o lo que es lo mismo, si tenías muchas o pocas posibilidades de volver indemne de tu paso por el ejército.

En Huérmeces, el reemplazo de 1903, conformado por los mozos que en ese año cumplían los veinte años de edad, incluyó -inicialmente- a un total de diez jóvenes nacidos en 1883. Aquella fue una de las quintas más numerosas del siglo.

[en nuestro pueblo, en aquellos tiempos, el número de quintos solía oscilar entre 3 y 6 mozos; dicha cifra dependía no solo del número de nacimientos anuales, ya que estaba sobre todo definida por el número de varones nacidos, la tasa de mortalidad infantil y los posibles movimientos migratorios; en 1883 nacieron en Huérmeces 21 criaturas, 10 varones y 11 mujeres]

Ocho de aquellos diez mozos eran naturales del pueblo; uno, lo era de Ubierna; otro, de Mata. En orden de llegada al mundo, estos eran sus nombres, apellidos, fechas de nacimiento y filiaciones:

  1. Benito Varona Fuente: Hces, 10 de enero de 1883; hijo de Bonifacio y María
  2. Julián Blanco Fernández: Mata, 20 de febrero de 1883; hijo de Benito y Eusebia
  3. José Díez Martínez: Hces, 19 de marzo de 1883; hijo de Valentín y María
  4. Juan Alonso Amo: Ubierna, 31 de marzo de 1883; hijo de Estanislao y Práxedes
  5. Aniano Ortega Pérez: Hces, 26 de abril de 1883; hijo de Primitivo y Dominica
  6. Simón Ubierna Fontúrbel: Hces, 5 de agosto de 1883; hijo de Mariano y Luisa
  7. Aureliano Hidalgo Fernández: Hces, 20 de agosto de 1883; hijo de Quiterio y Florentina
  8. Eleuterio Villanueva Varona: Hces, 30 de agosto de 1883; hijo de Julián y Lucía
  9. Francisco Ubierna Ibáñez: Hces, 9 de octubre de 1883; hijo de Florentín y Natalia
  10. Santos García Fontúrbel: 30 de noviembre de 1883; hijo de Julián y Teodora  

Nueve de estos jóvenes vieron cómo sus nombres aparecían publicados en la biblia de la literatura oficial de aquellos tiempos. Fue el Boletín Oficial de la Provincia de Burgos, de fecha 2 de junio de 1903, el encargado de pregonar a los cuatro vientos la dispar suerte de muchos jóvenes de la provincia, justo el año en que cumplían los veinte de edad.

[Benito Varona Fuente no fue finalmente incluido en el reemplazo de 1903 por Huérmeces, ya que su familia (padres y una hermana) se había trasladado a residir a la localidad de Sedano en 1887 y tenía que aclararse si aquel ayuntamiento lo había incluido en su reemplazo]







La mayor parte de los nueve mozos eran hijos de familias modestas (pastores, jornaleros, pequeños labradores, molineros, herreros), por lo que la posibilidad de redención en metálico o sustitución sería muy limitada. Únicamente dos familias podrían haberse permitido ciertas alegrías: la de Aureliano Hidalgo, cuyo padre Quiterio era uno de los mayores propietarios del pueblo; y la de Benito Varona, cuyo padre Bonifacio era abogado y registrador de la propiedad, aunque ya había fallecido mucho antes de que su hijo fuera enlistado en el reemplazo de 1903.

Observamos en el lista que, de los nueve quintos faroles, siete fueron declarados soldados sorteables, uno fue totalmente excluido "por corto" (por no alcanzar la talla mínima exigida en aquellos tiempos), y otro lo fue por "religioso" (por haber ingresado en una orden religiosa).

Para llegar a este listado publicado en el Boletín Oficial de la Provincia, el ayuntamiento de Huérmeces tuvo que confeccionar un laborioso expediente, que se inició seis meses antes.


EL EXPEDIENTE DE REEMPLAZO DE 1903 EN HUÉRMECES

El 3 de enero de 1903 se reunió en la casa consistorial el ayuntamiento de Huérmeces (alcalde y cinco concejales) al objeto de la formación del alistamiento de mozos del año en curso, en base a los datos existentes en el padrón general de vecinos, los libros parroquiales y el registro civil. A dicho acto también acudieron el cura párroco, el encargado del registro civil y el regidor síndico, además del secretario municipal.

La ley de reclutamiento y reemplazo del ejército de 23 de agosto de 1896 era la vigente en aquellos años (se trataba de una mera modificación de la Ley de 11 de junio de 1885). En ella se establecían los actos y fechas que debían cumplir los ayuntamientos en cuanto a la confección de los listados de alistamiento.

En el primer listado de alistamiento, elaborado el día 3 de enero, se incluyeron exclusivamente a los ocho mozos nacidos en Huérmeces, ordenados por fecha de nacimiento, con indicación de su domicilio. En el primero de los mozos (Benito Varona de la Fuente) se observa que no se ha consignado domicilio alguno, ya que el referido mozo no residía en Huérmeces y se tenía que indagar en dónde lo hacía (Sedano).




Para el último domingo de enero (que ese año resultó ser el día 25) se tuvo que realizar el acto de rectificación del listado provisional, fruto del cual desapareció del mismo el mozo Benito Varona de la Fuente, por verificarse que ya no residía en Huérmeces desde hacía muchos años, y se añadieron dos mozos que, aunque no habían nacido en Huérmeces, ellos y sus familias tenían fijada su residencia en el mismo: Julián Blanco Fernández (nacido en Mata) y José Alonso Amo (nacido en Ubierna). También se procedió al tallado de los mozos.

Del referido tallado se excluyó al mozo José Díez Martínez, ya que su padre aportó un certificado emitido por la Compañía de Jesús en el que se afirmaba que aquel se encontraba profesando la "religión de Jesús", esto es, estudiando con los jesuitas y vistiendo sus hábitos.

La talla mínima exigida para servir a la patria en aquellos tiempos estaba fijada en 1,545 metros, motivo por el cual se excluyó totalmente al mozo Julián Blanco Fernández, que alcanzó una talla de 1,485 metros (si hubiera alcanzado 1,500 metros se le habría declarado excluido temporal y obligado a medirse en los cuatro años siguientes, no fuera a ser que le diera por crecer entre los 20 y los 24 años, que casos se habían visto).

El resto de los mozos "dieron la talla", desde los 1,548 m de Juan Alonso Amo hasta los 1,709 m de Eleuterio Villanueva Varona (un auténtico pivot en su época). En las labores de tallado y reconocimiento médico participó el entonces sanitario del pueblo, Rogelio Pérez Domingo.





El segundo domingo de febrero se celebró el sorteo y el primer domingo de marzo se procedió a la clasificación y declaración de soldados. El resultado es el que publicó el Boletín Oficial de la Provincia de Burgos el 2 de junio de 1903.

El alcalde (Julián Díaz-Ubierna) y los concejales (Eugenio Alonso, Antonio García, Esteban Ubierna y Mariano Díaz-Ubierna) tuvieron que firmar diversas actas durante aquellas primeras semanas de 1903, así como el secretario de turno, Quiterio Hidalgo, que tuvo que cumplimentar un buen número de impresos y notificaciones. 






VIDAS Y DESTINOS DE LOS DIEZ QUINTOS PROVISIONALES DE 1903

Tras cumplir con la patria, o librarse de ello, la vida de estos diez jóvenes nacidos en 1883 tomó rumbos bien diferentes. En algunos casos, no podemos ni siquiera especular sobre su posible andadura vital; en otros, sin embargo, ha resultado sencillo encontrar suficientes rastros como para elaborar una pequeña reseña biográfica. En el mismo orden en el que aparecieron publicados sus nombres en el Boletín provincial de junio de 1903 (con el añadido de Benito Varona):


1. Aureliano Hidalgo Fernández

Aureliano era el segundo de los cuatro hijos supervivientes (de ocho) que trajo al mundo la pareja formada en 1878 por Quiterio Hidalgo Díez (1852) y Florentina Fernández Gómez (Robredo Sobresierra, 1856): Emilio (1881), Aureliano (1883), Amancia (1892) y Francisco (1894).

Tras cumplir con sus obligaciones militares, Aureliano contrajo matrimonio en 1911 con Eulalia Mª González Gutiérrez (Villatoro, 1886), enviudando al año siguiente. La pareja residía en Villatoro. Supongo que no tuvieron descendencia.

Aureliano se casó en segundas nupcias en 1915 con Mª Presentación Sáiz Moral, estableciéndose poco después en la ciudad de Burgos. La pareja tuvo ocho hijos: Rosa, Aurelio (1919), Sara, María Luisa (1922), Silvia (1923), Emilia (1925), Ramón (1929) y Quiterio.

Aureliano regentó varios establecimientos de vinos, comidas y hospedaje en la ciudad de Burgos, entre los que cabe citar a "El Cortesano" (Carnicerías nº 13, frente a Diputación, luego renombrado como "El Colonial"), a otro sito en la calle Progreso, y a un tercero denominado "La Ferroviaria (Santa Dorotea nº 2).

Aureliano falleció en Burgos, tras grave enfermedad, en enero de 1936, medio año antes del inicio de la guerra. Tenía 52 años de edad.

[otro de sus tres hermanos también se estableció en la ciudad de Burgos: Amancia regentó la tienda de antigüedades e instrumentos musicales luego conocida como "Música y Deportes", en el paseo del Espolón]

[Emilio, por su parte, abrió una tienda de comestibles en Huérmeces, negocio que regentó hasta su prematura muerte en 1925, a los 44 años de edad; su viuda e hijos se establecieron en Montorio]

[Francisco, el más pequeño de los hermanos, ejerció de labrador en Huérmeces durante toda su vida profesional]

[a los cuatro hermanos Hidalgo Fernández les dedicaremos un monográfico en las próximas semanas]


2. Juan Alonso Amo 

Juan había nacido en Ubierna, y era hijo de Estanislao Alonso García (Peñahorada, 1839) y Práxedes Amo García (Acedillo, 1846), que prestaron sus servicios como pastores en Huérmeces durante -al menos- quince años (1885-1900), y en nuestro pueblo tuvieron un hijo, Eusebio (1886).

Con anterioridad a nuestro pueblo, Estanislao y Práxedes prestaron sus servicios en Ubierna entre 1877 y 1884, y allí nacieron Teodoro (1877), Justa (1880) y Juan (1883). A Ubierna llegaron con -al menos- un hijo nacido en otro pueblo: Segunda (1876).

La madre, Práxedes, falleció en Huérmeces en 1897, a los 51 años de edad. En aquella fecha le sobrevivían tres hijos: SegundaJusta y Juan. Teodoro había fallecido con un año de edad; Eusebio tampoco sobrevivió a la infancia.

En 1899 Juan aparece domiciliado en una casa del barrio de Mercado, junto a su padre Estanislao (ya viudo) y su hermana Justa. Ni Juan ni su padre aparecen ya en el padrón de 1909. 

En los censos electorales de Vizcaya correspondientes a los años 1915-1917 aparece un Juan Alonso Amo, residente en Sestao, jornalero. Coinciden las edades, por lo que supongo que se trata de nuestro Juan Alonso Amo. No he encontrado posteriores apariciones suyas en los censos vizcaínos.

Solo hemos encontrado referencias posteriores de uno de los hermanos Alonso Amo: la referida Segunda.

[en el censo electoral de la provincia de Burgos de 1936 aparece Segunda Alonso Amo (60 años), domiciliada en Coculina, jornalera; en 1945 aparece en Las Hormazas, con 69 años de edad, casada]


3. Santos García Fontúrbel

Santos era el quinto de los doce hijos que tuvo la pareja formada en Huérmeces en 1877 por Julián García Girón (1851) y Teodora Fontúrbel Marcos (Quintanilla Sobresierra, 1851). Julián y Teodora fueron los molineros de Retuerta durante -al menos- veinte años (1894-1914).

En 1906, A los dos años y medio de iniciar su servicio militar, mientras se encontraba destinado en un cuartel de Pamplona, Santos huyó y fue declarado desertor, emitiéndose la correspondiente orden de busca y captura. 

Tras la requisitoria judicial de 1906, no he encontrado posteriores referencias de Santos. Se ignora si fue entregado a las autoridades militares o si consiguió abandonar el país, quizás vía Francia.

De los doce hijos de Julián y Teodora, únicamente hemos encontrado referencias relativas a seis de ellos (además de Santos). 

[Manuel (1879) aparece en el listado de mozos del reemplazo de 1898; fue declarado soldado sorteable; entre los años 1909-1920 aparece domiciliado en Bilbao, primero como empleado, luego como guardia municipal]

[Luisa (1885) falleció en Burgos en 1940, a la edad de 55 años; no se emparejó ni tuvo descendencia]

[Modesto (1888) ingresó en el cuerpo de carabineros, alcanzando el grado de cabo de infantería; en 1923 aparece destinado en Gerona; en 1927, en Guipúzcoa]

[Esteban (1889) ejerció de molinero en Huérmeces (molino de Las Huertas) durante unos veintitantos años (1914-1935); en 1945 aparece domiciliado en Burgos, trabajando como jornalero y obrero fabril; falleció en Burgos en 1972, a los 82 años]

[Donato (1894) fue el molinero de Retuerta durante 35 años (1920-1953); a su fallecimiento, le sucedió su hijo Joaquín, hasta 1965, año de clausura del molino]

[Jacinta (1897) se casó en 1919 con Saturio Pérez Alonso (1894) y se establecieron en Huérmeces como labradores; tuvieron siete hijos: Gonzalo, Teodora, Mercedes, Domingo, Julián, Luis y Margarita]


4. Eleuterio Villanueva Varona

Eleuterio era el tercero de los cinco hijos que trajo al mundo la pareja formada en 1877 por Julián Villanueva Varona (1850) y Lucía Varona Ubierna (1852): Prudencio (1878), Cecilia (1879), Eleuterio (1883), Benita (1885) y María (1887).

Tras cumplir con la patria, Eleuterio se casó en 1910 con Rosenda González Girón (1890). La boda se celebró en Quintanilla de la Mata, pues allí ejercía como párroco Anacleto Girón Alonso, tío de Rosenda.

Eleuterio y Rosenda tuvieron nueve hijos, de los que siete sobrevivieron a la infancia: Teófilo (1911), María (1912), Epifanio (1914), Silvano (1916), Víctor (1919), Benedicta (1920) y Fidela (1923). 

Prudencio fue labrador relativamente próspero y también regentó una parada de sementales durante la segunda mitad de la década de los años veinte.

Eleuterio falleció en Huérmeces en 1939, a los 56 años de edad, dejando viuda a Rosenda (49 años) y dos hijos aún solteros: Fidela (17 años) y Víctor (20 años).

[De los siete hijos de Eleuterio y Rosenda, únicamente Víctor se estableció como labrador en Huérmeces; María se estableció como labradora en el vecino pueblo de Castrillo de Rucios; Benedicta y Silvano ingresaron en institutos religiosos; los tres restantes acabaron por establecerse en lugares más o menos alejados del pueblo: Barcelona (Fidela), Madrid (Teófilo) y Burgos (Epifanio)]  


5. Simón Ubierna Fontúrbel

Simón era el segundo de los seis hijos habidos en el matrimonio formado en 1881 por Mariano Ubierna Arribas (1852) y Luisa Fontúrbel Alonso (La Nuez de Arriba, 1848): Juliana (1882), Simón (1883), Juan (1885), Gregorio (1887), Bernardo y Zacarías (1891). Juan y Gregorio fallecieron de niños.

Tras cumplir con la patria, Simón se casó hacia 1909 con Primitiva Crespo Crespo (Castrillo de Rucios, 1891). Únicamente tuvieron una hija, Luisa (Hces, 1910), ya que Primitiva falleció al poco de casarse. En aquellos años Simón fue concejal del Ayuntamiento de Huérmeces, cargo al que renunció al trasladarse a Burgos en 1912.

Simón se casó en 1912, en segundas nupcias, en Burgos, con María Encarnación Sedano Vivar. No sabemos si tuvieron descendencia. La pareja residía en el Barrio de Huelgas. 

Entre 1918 y 1919, Simón aparece en las listas de jurados por la ciudad de Burgos, barrio de Huelgas. Simón falleció en Burgos en 1923, a los 40 años de edad.

Luisa Ubierna Crespo, hija del primer matrimonio de Simón, se estableció en la ciudad de Burgos, casada con Próspero Labín Hidalgo. Luisa trabajó en la SESA (Sociedad Española de Seda Artificial). Falleció en Burgos en 1976, a los 66 años de edad.

Los tres hermanos de Simón se establecieron en Huérmeces. 

[Juliana se casó en 1901 con Íñigo García Villanueva (1872) y tuvieron nueve hijos, de los que cuatro sobrevivieron a la infancia: Marcelino (1902, Felisa (1904, Mónica (1906) y Jaime (1908); Mónica se estableció en Madrid; los otros tres, en Huérmeces]

[Bernardo se casó en 1912 con Isabel Varona Recio (1891) y tuvieron 2 hijos: Clementina (1913) y Serafín (1916), ninguno de los cuales se estableció en Huérmeces; Bernardo falleció hacia 1920, a los 31 años de edad]

[Zacarías se casó en 1916 con Aurelia Varona Girón (1892) y tuvieron 6 hijos: Matilde (1917), Heliodora (1919), Eladio (1921), Apolinar (1923), Mª Amparo y Adrián. Zacarías regentó una cantina y tienda durante muchos años; su hija Matilde se estableció en Huérmeces y también regentó una cantina durante las décadas de 1940 a 1970]


6. Francisco Ubierna Ibáñez

Francisco era el cuarto de los ocho hijos que trajo al mundo la pareja formada en 1876 por Florentín Ubierna Díaz-Ubierna (1849) y Natalia Ibáñez Mata (Celadilla Sotobrín, 1856). 

Tras cumplir con sus obligaciones militares, Francisco contrajo matrimonio en 1908 con Sinforosa Pérez Pedrosa (Las Hormazas, 1885). La pareja de labradores se estableció en el pueblo de la novia y allí trajeron al mundo a ocho hijos: Teresa (1909), Eladio (1911), José (1912), Antonino (1914), Teonesto (1918), Piedad (1922), Asunción (1924) y Ángel (1926). 

En 1933 Francisco aparece como titular de familia numerosa, percibiendo el correspondiente subsidio. Con el paso de los años, Francisco se convirtió en uno de los mayores labradores y propietarios de Las Hormazas.

Francisco enviudó en 1939. Al jubilarse, se trasladó a Burgos, ciudad en la que falleció en 1963, a los 79 años de edad.

Cinco de los hermanos de Francisco sobrevivieron a la infancia: Eladio (1879), Mª Dolores (1881), Mónica (1890), Casilda (1893) y Antonino (1896). Únicamente este último se estableció en Huérmeces. Los otros cuatro, se desperdigaron por pueblos cercanos y alguno lejano.

[Eladio, presbítero, vivió en Méjico gran parte de su vida; retornó ya enfermo a Huérmeces, dónde falleció en 1928, a los 49 años de edad]

[María Dolores se casó en 1902 con Andrés Alonso Núñez (Ubierna, 1877) y en el pueblo vecino se establecieron; tuvieron una hija]

[Monica se casó en 1911 con Ángel Pedrosa Pesquera (Las Hormazas, 1890) y a la vera del Hormazuela se establecieron; cuatro hijos]

[Casilda estudió para maestra; pasó un tiempo en Méjico con su hermano Eladio, hasta que le acompañó en su retorno a España; falleció en Burgos en 1965, sin descendencia]

[Antonino se casó en 1920 con Carolina González Girón (1895); fue uno de los labradores con mayor número de propiedades en el Huérmeces de su época; seis hijos, de los cuales cuatro sobrevivieron a la infancia: Mª Visitación (1921), Orencio (1922), Daniel (1923) y Ricardo (1926)] 


7. Aniano Ortega Pérez

Aniano era el noveno de los diez hijos que trajo al mundo la pareja formada en Huérmeces en 1862 por Primitivo Ortega Valladolid (Las Hormazas, 1833) y Dominica Pérez Díez (1839). Primitivo fue herrero de Huérmeces durante unos cuarenta años (1862-1901). Primitivo se casó en segundas nupcias en 1890 con Dominica González Fernández (Santibáñez, 1847) y no tuvieron descendencia.

Aniano aparece como zapatero en Huérmeces en los Anuarios profesionales de 1902 a 1906 (con unas edades de 19 a 23 años). Desconocemos si finalmente tuvo que realizar el servicio militar, aunque todo parece indicar que no fue así.

Aniano ya no aparece en el padrón de Huérmeces de 1909, por lo que suponíamos que habría abandonado el pueblo un poco antes. Efectivamente, su nombre aparece en los censos electorales de Vizcaya de 1909 y 1910, domiciliado en Baracaldo. Curiosamente, Aniano figura con el apellido materno equivocado (figura con los dos apellidos paternos): Aniano Ortega Valladolid, de 27 años de edad, profesión jornalero. No he encontrado a Aniano en posteriores censos electorales de Vizcaya.

[Aniano era hermano de Hipólito Ortega Pérez (1875), que sustituyó a su padre como herrero de Huérmeces (1901-1915). Otra hermana, Isidora, se casó en 1884 con José González Pérez (Las Celadas, 1857), zapatero en Huérmeces durante catorce años (1884-1898)]


8. Julián Blanco Fernández

Julián había nacido en Mata, siendo uno de los hijos habidos en el matrimonio formado en Huérmeces en 1880 entre Benito Blanco Vicario (Burgos, 1832) y Eusebia Fernández Andrés (1845), una pareja de pastores que prestaron sus servicios en diversos pueblos de la comarca.

Tras librarse del servicio militar "por corto" (por no alcanzar la talla mínima exigida), Julián contrajo matrimonio hacia 1909 con Mariana Fernández Olmo (Ubierna, 1884), y se establecieron como pastores en Huérmeces, habitando una casa del barrio de Mercado. Aquí tuvieron cuatro hijos Blanco Fernández: Benito (1910), Francisco (1917), Adelaida (1919) y Remigio (1922).

Julián enviudó tras el nacimiento de su último hijo, y continuó prestando sus servicios como pastor en Huérmeces durante las décadas de 1920, 1930 y la primera mitad de la de 1940. En el padrón de 1945 Julián ya no aparece, por lo que suponemos que falleció entre 1941 y 1945, probablemente en otro pueblo del entorno.

Su hijo Benito continuó como pastor en el pueblo hasta finales de la década de los cuarenta. 

[Julián era tío de Jerónimo Blanco Mena (1906), el histórico pastor de Huérmeces, que ejerció su labor durante las décadas de 1920 a 1960; casado en 1934 con Irene Pérez González (Isar, 1913); en Huérmeces nacieron sus seis hijos: Jerónimo, Bernabé, María Mercedes, María Pilar, Florencio y María Teresa] 


9. José Díez Martínez

José fue el primogénito de los cinco hijos habidos en el matrimonio formado en 1880 por Valentín Díez Arribas (1856) y Mª Santos Martínez Alonso (1858): José (1881), Millán (1885), Saturia (1888), Mariano (1893) y Moisés (1898).

Se libró del servicio militar por su condición de religioso. 

Ingresó muy joven en el colegio que los jesuitas mantenían en la ciudad de Burgos. Una vez tomados los hábitos, José partió hacia las misiones jesuitas en China, dónde pasó gran parte de su existencia. Regresó a España ya anciano, falleciendo hacia el año 1960 en la residencia de los padres jesuitas en La Coruña.

De los cuatro hermanos de José, dos se establecieron en Huérmeces y otros dos partieron hacia destinos lejanos.

[Moisés se convirtió en presbítero y partió hacia las misiones en Iquique (Chile), dónde falleció en 1947, a los 48 años de edad, víctima de tuberculosis]

[Mariano estudió en los jesuitas, aunque nunca llegó a vestir sus hábitos; trabajó como funcionario de prisiones y tras su jubilación se estableció en Madrid, dónde continuó colaborando con los jesuitas]

[Saturia se casó en 1908 con Diego Girón del Cerro (1881) y trajeron catorce hijos al mundo, de los que siete sobrevivieron a la infancia: Mª Teresa (1913), Felicitas (1918), Mª Carmen (1924), Orencio (1927), Emilio (1929), Casilda (1930) y Mª Dolores (1934)]

[Millán se casó en 1910 con Claudia Varona García (1886) y tuvieron doce hijos, de los que solo tres sobrevivieron a la infancia: Moisés (1912), José (1915) y Obdulia (1918)] 


10. Benito Varona de la Fuente

Benito fue el primogénito de los dos hijos que tuvo la pareja formada hacia 1882 por Bonifacio Varona Díaz-Ubierna (1822) y María de la Fuente Ibáñez (La Nuez de Arriba, 1842). Cuando Bonifacio se casó con María ya tenía una edad avanzada (60 años), y María tampoco era una jovencita (40 años), por lo que sus dos hijos nacieron pronto y rápido: Benito (1883) y Elena (1885); ambos vinieron al mundo en Huérmeces. 

Sabemos que Bonifacio era vecino de Huérmeces en 1866, y que en nuestro pueblo seguía -al menos- entre 1883 y 1887.

Bonifacio Varona, era abogado y ejerció de registrador de la propiedad en Sedano tras abandonar Huérmeces en 1887, con su mujer y sus dos hijos. Falleció en Sedano hacia el año 1891.

Por lo tanto, cuando se elaboró el alistamiento correspondiente al reemplazo de 1903, Benito ya no residía en Huérmeces. Ignoramos dónde lo hacía, aunque creemos que pudiera ser en Sedano, lugar último de residencia de su padre.

No hemos encontrado posteriores referencias de Benito Varona de la Fuente, por lo que bien pudo trasladarse a residir a otra provincia, bien pudo fallecer en sus años mozos. Al ser el único hijo varón de una mujer viuda, supongo que Benito no se vio obligado a cumplir con la patria, aunque vaya usted a saber. 

[La única hermana de Benito, Elena Varona de la Fuente (Hces, 1885), estudió magisterio en Burgos y su primer y único destino profesional fue una escuela de párvulos en la ciudad de Palencia, dónde se mantuvo entre 1909 y 1955, completando 46 años de servicio ininterrumpido en el mismo centro educativo]

[a la maestra Elena Varona de la Fuente le dedicaremos un próximo post]


EPÍLOGO DEL ANTICUENTO DE NAVIDAD

Sirvan las tablas siguientes como resumen de la peripecia vital de los diez mozos de la quinta de 1903. Solo dos de ellos se establecieron en Huérmeces (Eleuterio y Julián); dos lo hicieron en la ciudad de Burgos (Aureliano y Simón); uno en el cercano pueblo de Las Hormazas (Francisco); otro en la lejana China (José); otros dos -probablemente- en Vizcaya (Juan y Aniano); y de otros dos apenas podemos cavilar dónde lo hicieron (Santos y Benito).







Cinco de aquellos quintos se emparejaron y tuvieron descendencia. Uno, el religioso, no hizo ni una cosa ni otra. Y de los cuatro restantes nada podemos aventurar, aunque nos inclinamos a pensar que tampoco.

Las campanas de boda sonaron en 1907 (Francisco), 1909 (Julián y Simón), 1910 (Eleuterio) y 1915 (Aureliano).

En unos tiempos en los que la esperanza de vida rondaba los 34 años para los varones (sobre todo debido a las altas tasas de mortalidad infantil), cuatro de aquellos jóvenes no alcanzaron aquella cifra. Uno, rondó la media (Simón). Dos, alcanzaron la cincuentena (Aureliano y Eleuterio). Uno, la sesentena (Julián). Y solo dos alcanzaron la edad septuagenaria (José y Francisco). 

Aún vive al menos un hijo de aquellos diez quintos faroles nacidos en 1883. Qué sepamos, Fidela, hija de Eleuterio, nacida en 1923. Por supuesto, damos por sentado que aún viven muchos nietos de aquellos diez mozos cuyos nombres y apellidos aparecieron impresos en la literatura oficial de 1903.

A todos ellos va dedicado este post, este anticuento de Navidad.


...Y la vida, como no podía ser de otra manera, fue más dura con unos que con otros. A Aniano, Benito, Juan y Santos apenas se les permitió soñar con un futuro mejor, y menos aún alcanzarlo. A Simón, Aureliano y Eleuterio, sin embargo, les dejó formar una familia, aunque no excesivos años para disfrutar de ella. Por último, a Julián, Francisco y José les regaló cierta longevidad, que aprovecharon para establecerse en nuestro pueblo, en otro del entorno o en la lejana China. La bolita del sorteo de quintos encaminó sus vidas hacia algunos derroteros y descartó otros posibles, y luego, ya cada uno, jugó sus cartas lo mejor que pudo.



ANEXO

LA CAUSA JUDICIAL (MILITAR) CONTRA EL SOLDADO SANTOS GARCÍA FONTÚRBEL 

El día 8 de noviembre de 1906 se publicó una requisitoria en el Boletín Oficial de la Provincia de Burgos. En ella, el comandante del Regimiento Infantería de América nº 14, con sede en Pamplona, actuando como juez instructor: cita, llama y emplaza al soldado Santos García Fontúrbel, acusado de delito de hurto y de falta grave de primera deserción.






Al día siguiente, el 9 de noviembre de 1906, se publicó la misma requisitoria (texto idéntico) en la Gaceta de Madrid (el BOE de la época), al objeto de que todas las autoridades civiles y militares del país conocieran los datos físicos y de filiación del soldado en busca y captura:

  • Santos García Fontúrbel
  • hijo de Julián y Teodora
  • natural de Huérmeces (Burgos)
  • 23 años de edad
  • soltero
  • labrador
  • estatura de 1,62 metros






Supongo que el anuncio también fue publicado en el Boletín Oficial de la Provincia de Navarra, aunque no he sido capaz de encontrarlo, ya que aún no han sido digitalizados los números antiguos de dicho boletín.

También supongo que, tras ser declarado soldado por el reemplazo de 1903, Santos García Fontúrbel partiría hacia el destino que el azar le tenía preparado, el citado Regimiento de Infantería de América, sito en la ciudad de Pamplona. Cabe añadir que, en aquellos tiempos, España no tenía aún abierto el frente marroquí, ya que la guerra de Melilla no comenzaría hasta 1909 y la del Rif no lo haría hasta 1911.

Aún así, a Santos, seguramente, no le agradó el duro régimen cuartelero y decidió abandonar el servicio, quizás camino de la relativamente cercana Francia, con vistas a establecerse allí o dar el salto a América, que era la práctica común entre los jóvenes desertores de la época. Aunque también pudo suceder que Santos fuera finalmente entregado a las autoridades militares y estas administraran su particular código de justicia: a los desertores, salvo causa de fuerza mayor, se les fusilaba. Me temo que nunca lo sabremos.

Para más inri, las autoridades militares le acusaron de hurto (quizás Santos huyó con alguna pertenencia militar: botas, mudas, alguna pieza no excesivamente llamativa del uniforme, un cuchillo, cualquier cosa que le resultara útil en su huida). Ladrón de bienes militares y desertor, mal tenía las cosas el pobre Santos.


FUENTES

-Archivo Municipal de Huérmeces: Expediente de Reemplazo 1903

-Archivo Diocesano de Burgos: Libros parroquiales de Huérmeces: Bautizados VII (1877-1903), Bautizados VIII (1903-1914)

-Biblioteca Virtual de Castilla y León: Boletín Oficial de la Provincia de Burgos, Diario de Burgos

-Hemeroteca Digital de la Biblioteca Foral de Bizkaia: censos electorales de Vizcaya de los años 1903, 1904, 1905, 1906, 1907, 1908, 1909, 1910, 1911, 1912, 1913, 1915, 1916, 1917, 1918, 1919 y 1920.

-Hemeroteca Digital Vasca (Euskariana): El Noticiero Bilbaíno, Euzkadi

-Boletín Oficial del Estado: Gaceta de Madrid

-Genealogía Río Ubierna libro de bautizados de Ubierna VIII (1863-1881) y IX (1881-1906)

 

BANDA SONORA

En tan señaladas fechas no podía faltar el guadiánico apéndice musical de este Hces-blog. Y nada mejor que un encantador y archiconocido villancico para celebrar que ya llevamos doce años dando la murga virtual (o virtualmente dando la murga, como ustedes prefieran).

A mediados de los años ochenta del siglo pasado, una canción de descriptivo título, In the Army Now (1986), alcanzó un inusitado éxito en las listas musicales de multitud de países occidentales; desde el Reino Unido a Austria, desde Irlanda a España, pasando por Alemania y Suiza.





Lo que quizás no sea tan conocido es el hecho de que aquel contundente éxito de la banda británica Status Quo no era más que una versión de un tema original de un dúo neerlandés que pasó con pena y sin gloria por el panorama musical de aquellos años: Bolland & Bolland. Esta encantadora pareja de hermanitos guaperas (muy a lo David Cassidy) había escrito, tocado y cantado "In the Army Now" en 1981, pero el sencillo solo alcanzó éxito relativo en Noruega, quizás por insondables misterios que solo el Mar del Norte conoce.

La versión de los británicos no es que fuera muy diferente de la original neerlandesa, pero los duendes (ingleses) de la música funcionaron como tales, y lo que en 1981 pasó desapercibido en 1986 llenó estadios y vendió miles de sencillos.

Me atrevería a asegurar que la canción no ha envejecido mal y que, de vez en cuando, agrada recordar sus acordes y letras, aunque ya hayan pasado cuarenta años. Hay quien le otorga a "In the Army Now" un cierto cariz antibelicista aunque, más bien, se trata de una canción que cuenta la cruda realidad del servicio militar, la transformación de un civil en soldado, de un anónimo ciudadano a un aún más anónimo "héroe". 

Si tuviéramos que traducir fielmente al castellano el título de la canción, nada más apropiado que el castizo "Historias de la puta mili", popularizado por el historietista Ivà en la revista satírica "El Jueves".

La canción comienza con una visión casi idílica del servicio, una especie de "vacaciones en el extranjero", todo el día tirado en la cama, sin nada que hacer, para luego ir cantando las verdades del campo de entrenamiento, la indiferencia de los mandos, el peligro constante, la lucha interna entre el deber y la ética personal, y así hasta que -hacia la mitad de la canción- se escucha al sargento de turno gritar un marcial "Stand up and fight!" que despierta al soldado de sus ensoñaciones...

Conviene recordar que, en aquellos años, el Reino Unido se encontraba aún bajo los efectos de la resaca por la victoria en la guerra de las Malvinas, con sus evidentes claroscuros.







BONUS TRACK

El pasado día 22 falleció en Londres Chris Rea (Middlesbrough, 1951), uno de los cantantes que más apéndices musicales podría haber rellenado en este Hces-blog. Con su ronca y rota voz, Chris Rea cantó a la playa, al desengaño amoroso, al café azul (a la importancia de la experiencia), al peso del pasado, al deterioro medioambiental, a la emigración, a la galopante corrupción, al tráfico infernal, a sus dos hijas, al verano y a la vida, en general.






Además, y en el mismo año 1986 en el que los Status Quo cantaban a la mili, Chris Rea obtuvo un navideño hit, que acabó por convertirse en el villancico favorito de transportistas, viajantes y habituales de la carretera, que vuelven a casa por Navidad: Driving Home For Christmas (1986)

Y también de todos aquellos que, aunque no sean profesionales de la carretera, tienen que viajar lejos en Navidad para ver a la familia, sorteando heladas, nevadas, ventiscas, diluvios, granizadas, carreteras bacheadas, peajes, atascos y extinciones masivas de plazas de aparcamiento en las ciudades.

sábado, 13 de diciembre de 2025

"Vertidos" químicos en el Páramo de Masa: junio de 1977


A primeros de junio de 1977, mientras el país se encontraba inmerso en la ilusionante campaña electoral de las que serían primeras elecciones libres en España en cuarenta y un años, un suceso -aparentemente menor- saltó a los titulares de la prensa local.


Sábado Gráfico, 9 julio 1977: una balsa en mitad de la nada

El Diario de Burgos, en su edición del viernes 27 de mayo de 1977 incluía una escueta reseña relativa a los acuerdos adoptados por la Comisión Provincial de Urbanismo, en su sesión del 25 de mayo. Uno de aquellos acuerdos rezaba así: "otorgar la aprobación previa recabando documentación complementaria y someter a información pública la solicitud de autorización para la construcción en suelo no urbanizable de una planta para la elaboración de cloruro de hierro en La Cabañuela".

Como es por todos sabido, la literatura periodística y la oficial se editan con tiempos y velocidades bien diferentes, ágiles en la prensa, parsimoniosos en los boletines oficiales.  

De esta manera, casi tres meses antes, en el Boletín Oficial de la Provincia de 2 de marzo de 1977, se había publicado una solicitud de licencia municipal para la actividad industrial citada por el Diario en su reseña sobre los acuerdos de la referida Comisión Provincial de Urbanismo. El Ayuntamiento de Merindad de Río Ubierna insertaba un anuncio al respecto, a fin de que pudieran presentarse observaciones y reclamaciones por parte de aquellos que se sintieran afectados por la actividad que se pretendía establecer.


BOPBU-02-03-1977


La publicación en el Boletín Oficial de la Provincia de los acuerdos adoptados por la citada Comisión Provincial de Urbanismo (de 25 de mayo de 1977), tuvo que esperar un mes, hasta el 24 de junio de 1977, cuando ya había estallado el escándalo mediático.

 

BOPBU-24-06-1977


Una semana más tarde, tras aquella breve y aséptica reseña informativa del Diario, la primera noticia que avisaba de un "peligroso proyecto industrial" a desarrollar en "La Cabañuela" (Merindad de Río Ubierna), partió de la corresponsalía del Diario de Burgos en Sedano, y apareció publicada en el periódico en su edición del viernes 3 de junio de 1977. En la reseña se hablaba de residuos de ácido clorhídrico (luego se supo que se trataba, sobre todo, de cloruro ferroso) y del peligro de contaminación que supondrían para toda la zona.




Diario de Burgos, 3 de junio de 1977

No fue hasta dos días más tarde, en su edición dominical del 5 de junio de 1977, cuando el Diario de Burgos dedicó toda una página a los "extraños vertidos químicos" que se estaban produciendo en aquella zona concreta del Páramo de Masa.

[Resulta irónico comprobar cómo precisamente el 5 de junio se celebraba, desde el año 1974, el Día Mundial del Medio Ambiente, establecido por la ONU para conmemorar la Conferencia de Estocolmo, dónde se discutieron por vez primera los problemas ambientales a nivel global]

El Diario se explayaba con la noticia de los "vertidos químicos", explicando desde los antecedentes del caso hasta las posibles consecuencias del evento, pasando por una detallada visita al lugar de los hechos por parte de un redactor del Diario, Juan José Calleja López, y un compañero fotógrafo, Eliseo Villafranca Hernando, del que se incluían dos fotografías.

[Juan José Calleja López (Burgos, 1928-2006): periodista y escritor; entró a trabajar en el Diario de Burgos en 1946; fundador de "Quisicosas", que firmaba con el seudónimo de "Martinillos", y que acabó siendo una sección genérica del periódico; fue director de La Hoja del Lunes de Burgos (1978-1980) y corresponsal de Europa Press; escribió, entre otras muchas obras, una biografía aúlica titulada "Yagüe, un corazón al rojo" (1963); Eliseo Villafranca Hernando (Burgos, 1923-2008): fotógrafo y reportero; comenzó su labor profesional en Madrid (1937) con solo catorce años de edad; volvió a su ciudad y fundó un estudio (1947) que se convertiría en el origen de una saga de fotógrafos burgaleses; colaboró con Diario de Burgos, La Voz de Castilla, Hoja del Lunes y Europa Press (1974-1981); fue cámara de Televisión Española en Burgos; su Archivo Fotográfico fue adquirido en parte por el Archivo Municipal de Burgos]






La reseña contaba cómo el asunto había comenzado año y medio antes, a finales de 1975, cuando el entonces propietario de "La Cabañuela", Hijos de Nazario González, S.A., vendió la enorme finca (más de 2000 hectáreas, repartidas por los términos de Quintanajuar, Abajas y Hontomín) al vecino de Eibar Félix Ormaechea y al vecino de Burgos Ángel Contreras Arce. Estos, a su vez, vendieron una "pequeña" parcela (76 ha), situada en el extremo norte de la finca, al vecino de Bilbao José Esteban Azanza Berrueta.

En la reseña se hacía también una detallada descripción de lo observado por los periodistas del Diario de Burgos en su visita "para conocer sobre el propio terreno el lugar objeto de la presente atención e inquietud burgalesa". La crónica situaba sobre el mapa el emplazamiento de la finca, comentando el estado del acceso a la misma, la ausencia de valla protectora, la amenazadora presencia de la balsa (un cuadrado de 50 metros de lado) y unas cisternas conectadas a la misma mediante mangueras, el oscuro tono de los residuos químicos contenidos en aquélla (aún se hablaba de ácido clorhídrico) y la soledad del entorno.


DB, 5 junio 1977: la balsa y las mangueras (Foto: Villafranca)

DB, 5 junio 1977: cisternas conectadas con la balsa (Foto: Villafranca)


La finca en cuestión se encontraba situada en el límite entre los antiguos términos de Moradillo de Sedano, Quintanaloma, Cernégula y Quintanajuar, y hoy límite entre los términos municipales de Valle de Sedano y Merindad de Río Ubierna. Más concretamente, se situaba entre los kilómetros 6 y 7 de la carretera de Masa a Poza de la Sal, ocupando sobre todo la porción situada al norte de la misma.

Era un lugar relativamente bien comunicado con Vizcaya, y ubicado en medio de un auténtico desierto poblacional, con tres poblaciones de pequeño tamaño y suficientemente alejadas de una supuesta actividad "industrial": Quintanaloma (5 km), Masa (5,5 km) y Cernégula (6 km).

Ni que decir tiene que la crónica del Diario causó un fuerte impacto en toda la provincia de Burgos y más allá. De tal modo que, mientras los tiempos y plazos administrativos seguían su propia dinámica, la Delegación Provincial del Ministerio de Industria se vio obligada a emitir una nota informativa, publicada en el rotativo burgalés el 8 de junio de 1977, apenas tres días después del mencionado reportaje.


Diario de Burgos, 8 de junio de 1977


La nota informativa, firmada por el entonces presidente de la Comisión Delegada de Saneamiento (en su condición de Delegado Provincial de Industria), Jesús Gayoso Álvarez, puntualizaba lo siguiente:

  1. Que era cierto que se habían autorizado provisionalmente las instalaciones para una pequeña planta para tratar cloruro ferroso (sustancia procedente del decapado o desoxidado de metales férreos) y convertirlo en cloruro férrico (sustancia usada como coagulante en los tratamientos de depuración de aguas).
  2. Que las balsas previstas, una de las cuales ya estaba construida, tenían por objeto la concentración del cloruro ferroso, sometiéndolo a un simple proceso evaporación acuosa. Que en ningún caso se trata de un "vertedero" sino de una etapa del proceso de producción.
  3. Que la balsa construida se había impermeabilizado y acondicionado debidamente, mediante un material plástico utilizado en casos similares. Que para garantizar una impermeabilidad constante a lo largo del tiempo, esta Comisión Delegada de Saneamiento ha solicitado -como condición previa a la instalación definitiva de la planta- un estudio certificado por empresas u organismos oficiales que garantice la durabilidad de la capa impermeable, prohibiéndose mientras tanto toda descarga de cloruro ferroso, así como la realización de cualquier otra balsa o instalación.
  4. Que la instalación prevista no consumía agua; que el agua que eliminaba lo hacía por evaporación a través de las balsas previstas; y que las substancias manejadas no eran malolientes ni tóxicas
  5. Que por todo lo anterior debían paralizarse todas las actuaciones e instalaciones iniciadas, hasta que el promotor no aportara las certificaciones solicitadas. Así mismo, el Gobernador Civil había ordenado la evacuación de los líquidos contenidos en la balsa ya construida, de manera que desapareciera cualquier tipo de residuo en la zona.


Tras la contundencia de la nota gubernativa, cabría suponer un cierto apaciguamiento en la resonancia mediática del asunto, pero nada más lejos de lo sucedido en las semanas siguientes. Fue el propio "promotor industrial", el referido señor Azanza Berrueta, el que envió una carta de réplica al director del Diario de Burgos, y fue publicada por éste en su edición del 9 de junio de 1977, al día siguiente de aparecer la nota gubernativa.


Diario de Burgos, 9 de junio de 1977


El escrito de José Esteban Azanza Berrueta tenía por objeto principal replicar a ciertos contenidos del amplio reportaje publicado por el Diario de Burgos el 5 de junio que, a su juicio, no respondían a la verdad, ya que:

  1. la suya se trataba de una actividad industrial debidamente autorizada, tanto por la Comisión Provincial de Saneamiento como por el Ayuntamiento de Merindad de Río Ubierna, con los pertinentes anuncios de información pública publicados en el Boletín Oficial de la Provincia
  2. el objeto fundamental de las actividades industriales autorizadas era aprovechar el cloruro ferroso para su conversión en cloruro férrico, mediante evaporación y tratamiento en las instalaciones proyectadas; que este producto (cloruro férrico) resultaba de uso común en toda Europa y en España (Solvay, Fasa-Renault, Michelin)
  3. que no era cierto, como se había dicho en las informaciones periodísticas, que se estuviera vertiendo ácido clorhídrico en la balsa
  4. no podía hablarse de ninguna clase de vertidos, ya que el cloruro ferroso se almacena en balsas debidamente impermeabilizadas, con absoluta garantía, ya que están fabricadas con los mismos componentes que las que se vienen usando en otras empresas (Salinas de Torrevieja), por lo que no existe peligro de filtración
  5. los motivos por los que se eligió el emplazamiento del Páramo de Masa para esta iniciativa industrial radican en las favorables condiciones climatológicas para que se produzca una evaporación rápida del agua existente en el cloruro ferroso, así como la privilegiada situación geográfica y de comunicaciones a efectos de mercado
  6. la iniciativa industrial estaba animada del mejor propósito de contribuir al desarrollo económico y social de la hoy deprimida zona de Sedano, con la posibilidad de que en un futuro próximo se cree un importante número de puestos de trabajo
  7. se proponía la celebración de una reunión mixta con los alcaldes de los municipios interesados, las representaciones oficiales de la Delegación de Industria y del ICONA, así como los técnicos que ellos consideren oportuno, y con la presencia de los medios informativos.


Diario de Burgos, 19 de junio de 1977



El domingo 19 de junio de 1977 se publican dos reseñas al respecto en el Diario de Burgos, una de la cuales tuvo aún mayor repercusión por la popularidad de uno de los firmantes: Félix Rodríguez de la Fuente, en su condición de presidente de ADENA. El mediático naturalista acababa de efectuar una visita al lugar de los hechos, acompañado por ediles de Poza de la Sal y vecinos de Sedano, y firmó un resumen de lo visto y comprobado:

  1. que el lugar presentaba señales de contaminación y la instalación no había sido desmantelada, en contra de las promesas realizadas por el gobernador civil y el delegado de industria
  2. que el líquido que contenía la balsa tenía un fuerte carácter ácido, capaz de disolver o reaccionar con cualquier materia que se añadiera
  3. que ADENA se reservaba el derecho a denunciar lo que se consideraba un atentado a los valores ecológicos de la comarca
 

El 23 de junio de 1977 se reunió nuevamente la Comisión Delegada de Saneamiento y se hizo pública una nota oficial que aclaraba que, al no haber cumplido con las medidas correctoras señaladas en la autorización provisional en cuanto a garantizar la impermeabilidad de las balsas, así como por haber realizado obras que no se ajustaban al proyecto presentado y no haber solicitado la visita de inspección previa a la puesta en marcha de las mismas, se había procedido a ordenar la suspensión de todas las actividades por parte de la empresa de José Esteban Azanza Berrueta, así como la evacuación de los líquidos contenidos en la balsa ya construida.

Así recogía la nota oficial un titular del Diario de Burgos en su edición del día siguiente, 24 de junio de 1977:


Diario de Burgos, 24 de junio de 1977



La Hoja del Lunes de Burgos, en su edición del 27 de junio de 1977, publica una reseña enviada por ADENA, en la que se incluía un informe técnico, realizado sobre el producto químico vertido en la balsa del Páramo de Masa, y firmado por el ingeniero industrial José Ignacio Ansoleaga.

[José Ignacio Ansoleaga Deusto (Bilbao, 1940-Getxo, 2023): ingeniero industrial; juntero electo por Vizcaya en las primeras elecciones locales de la democracia (1979); candidato a la alcaldía de Bilbao (1983)]




El contenido del informe técnico remitido por ADENA puede resumirse en los siguientes puntos:

  1. identificación del compuesto: cloruro ferroso, ácido residual agotado, producto del ácido clorhídrico (diluido en agua al 50%) utilizado en el decapado de elementos metálicos ferrosos; cuando el ácido clorhídrico ha absorbido una cantidad determinada de hierro, se satura, perdiendo la capacidad decapante, siendo necesario en ese momento su sustitución por un ácido limpio
  2. elevada acidez del cloruro ferroso: pH 1
  3. composición química del cloruro ferroso como ácido residual agotado: ácido clorhídrico (40 gr/l); cloruro ferroso (316 gr/l); hierro (140 gr/l)
  4. debido a esta alta concentración en hierro y a su acidez libre, está prohibido el vertido directo de este producto a los cauces, por lo que es preciso someter al residuo a un proceso de depuración que consiste en una neutralización con un componente alcalino y una desecación del fango neutralizado
  5. en cuanto a la fabricación de cloruro férrico partiendo de los residuos mencionados a base de cloruro ferroso, es preciso indicar que solo sirve para ello un 5% (aproximadamente) de aquellos, por lo que no resulta rentable utilizar este ácido a tal efecto
  6. la utilización de balsas de almacenamiento del residuo para concentrarlo por mera evaporación precisaría de lechos de concentración de gran superficie y muy poca altura (10 cm como mucho), del estilo de las balsas empleadas en las salinas. Resultaba evidente que este no era el caso de la balsa construida en el Páramo de Masa, por lo que en principio cabría suponer que el negocio estaba orientado más hacia la retirada del residuo que a la fabricación del cloruro férrico

Desconocemos si el señor Azanza Berrueta replicó al contenido del referido informe técnico encargado por ADENA, ni si demandó al ingeniero firmante.

A lo que sí contestó el promotor industrial vizcaíno fue a los comentarios realizados por Rodríguez de la Fuente en su visita al lugar de los hechos. Así, el 29 de junio de 1977, el Diario de Burgos publicó una nueva carta que el señor Azanza Berrueta había dirigido al director del periódico.


Diario de Burgos, 29 de junio de 1977


El promotor industrial calificó aquellos comentarios del naturalista como "informaciones desafortunadas" y "bárbaras afirmaciones", en el contexto de una campaña de desprestigio contra su proyecto, en un intento por "presionar sobre las autoridades y conmover a la opinión pública, en busca de la adopción de medidas que van contra los derechos que tengo legítimamente concedidos por la ley".

El señor Azanza Berrueta amenazaba con plantear "las correspondientes querellas criminales contra los autores de la sistemática campaña de difamación promovida contra mí y mi industria, al efecto de que los Tribunales de Justicia decidan sobre el particular". Luego comprobaremos que, en algún caso concreto, el señor Azanza Berrueta cumplió su amenaza.

A estas alturas de los acontecimientos, la suerte del "proyecto industrial" del Páramo de Masa estaba más que echada. El contenido y tono de la última nota hecha pública por la Comisión Delegada de Saneamiento, tras su reunión del 23 de junio, resultaba lo suficientemente claro y rotundo.

El 24 de octubre de 1977 se publica en el Boletín Oficial de la Provincia de Burgos la denegación, por parte de la Comisión Provincial de Urbanismo, de la aprobación definitiva del proyecto industrial del señor Azanza Berrueta, por no poder incluirse en ninguna de las excepciones contempladas en la Ley del Suelo.


BOPBU, 24 de octubre de 1977


El promotor industrial afectado, Esteban Azanza Berrueta, presentó el correspondiente recurso de alzada contra la suspensión acordada por el gobierno civil de Burgos. Una reseña del Diario de Burgos del 19 de febrero de 1978 habla del dictamen que debería emitir al respecto el Instituto Geológico y Minero de España. 


Diario de Burgos, 19 de febrero de 1978


El citado dictamen del IGME no debió de resultar favorable para los intereses del promotor industrial Azanza Berrueta, ya que el 5 de octubre de 1979 se publicaba en el Boletín Oficial de la Provincia de Burgos un anuncio de la Comisión Provincial de Urbanismo, reunida el 7 de septiembre, por el que se daba por enterada de la desestimación, por parte del MOPU, del recurso de alzada presentado por Azanza Berrueta. 


BOPBU, 5 de octubre de 1979


Dos años y medio después de conseguidos los primeros permisos, la iniciativa químico-industrial del promotor Azanza Berrueta había terminado. El revuelo mediático alcanzado, en un momento de creciente concienciación ciudadana sobre asuntos medioambientales, junto con la intervención directa de algún personaje popular como Félix Rodríguez de la Fuente, y todo ello sin olvidar las sempiternas rencillas bilbaíno-burgalesas, consiguieron que el proyecto no llegara a ejecutarse.

Tampoco ayudaron las prisas, muchas prisas, por parte del promotor. Se inició el llenado de la balsa cuando aún no se habían efectuado las necesarias medidas de cercado que evitaran el acceso accidental (o no) de personas y animales (ni siquiera un cartel de peligro o prohibición de acceso), ni se habían previsto actuaciones para el caso de lluvias repentinas y abundantes que pudieran originar desbordamientos en la balsa... 

Fueron muchos los riesgos asumidos, y nada claras las supuestas ventajas para los pueblos del entorno, por muy poco poblados que estuvieran.

[la primavera de 1977 había resultado ser especialmente lluviosa por estos lares; en la estación pluviométrica de Huérmeces, por ejemplo, se habían recogido 90 litros por metro cuadrado durante el mes de mayo y 115 litros durante junio, lo que suponía una precipitación de 205 litros entre ambos meses, esto es, había llovido un 58% más de lo habitual (media de mayo-junio: 130 litros). Parecidos resultados se obtuvieron durante mayo y junio de 1977 en las estaciones pluviométricas de Burgos (220 litros) y Medina de Pomar (240 litros)]

[en Bilbao, durante los meses de mayo y junio se registra una precipitación media de 150 litros por metro cuadrado; en mayo y junio de 1977 se registraron nada menos que 540 litros por metro cuadrado, una precipitación histórica]



REPERCUSIÓN MEDIÁTICA A NIVEL NACIONAL

Teniendo en cuenta el casi monotemático contexto en el que se desarrollaron los hechos del Páramo de Masa, en plena campaña electoral, con las elecciones celebradas el 15 de junio y el consiguiente análisis de los resultados y sus consecuencias, cabe considerar que la repercusión mediática del asunto, a nivel nacional, también resultó destacable. 

[si tuviéramos que licuar un concentrado de la banda sonora de aquellos politizados meses, comenzaríamos en octubre de 1976, con la campaña publicitaria del lanzamiento de un nuevo periódico, Diario-16, cuyo tema promocional, "Libertad sin ira" de Jarcha, se convirtió en un auténtico himno popular; y continuaríamos en diciembre de 1976, con la campaña institucional del referéndum sobre la Reforma Política, amenizada por el "Habla, pueblo, habla" de Vino Tinto]

He seleccionado cuatro reseñas a modo de ejemplo. La primera, que apareció en un joven periódico (El País, fundado en mayo de 1976) que acabaría por convertirse en la primera cabecera nacional; la segunda, que se publicó en un diario nacido durante el Franquismo y que se encontraba en plena decadencia, cercana ya su propia desaparición (Pueblo, 1940-1984); la tercera, insertada en un semanario que gozó de cierto éxito popular, sobre todo entre los estertores del franquismo y los albores de la Transición (Sábado Gráfico, 1956-1983); y la cuarta, publicada por un diario vespertino alavés de corta vida (Norte-Exprés, 1967-1983) y hoy digitalizado en la Hemeroteca Vasca (Euskariana).





1. El País, 23 de junio de 1977

Vertidos químicos ilegales en el Páramo de Masa (Burgos).

En la reseña se hace referencia a la denuncia efectuada por varios vecinos del Páramo de Masa, al observar cómo, a primeros del presente mes, se realizaban "vertidos químicos de alta toxicidad" en aquel territorio. De la denuncia fueron informados los dirigentes de ADENA, y estos se dirigieron al gobernador civil y al delegado de Industria de Burgos, con el fin de que paralizaran dichos vertidos y desmantelaran las instalaciones existentes.

A pesar de diversas gestiones y promesas oficiales, el día 18 se pudo comprobar cómo dicha instalación continuaba en las mismas condiciones. La visita del día 18 resultó providencial para el futuro desarrollo de los acontecimientos, ya que entre los visitantes se encontraba el entonces popularísimo doctor Rodríguez de la Fuente, auténtica estrella televisiva. 

Los visitantes pudieron comprobar la altísima acidez de los vertidos acumulados en la balsa (pH 1), así como su alta toxicidad, ya que descomponía cualquier roca calcárea a él arrojada. Por último, criticaban -ácidamente- la actitud de la primera autoridad de Burgos y del delegado de Industria, al no haber cumplido su promesa de retirar los vertidos de la balsa, con el peligro consiguiente para la integridad de las fuentes de agua potable de la zona.

La reseña de El País motivó una carta al director, enviada por el Delegado Provincial del Ministerio de Industria de Burgos (el ya referido Jesús Gayoso Álvarez) que, seguramente, se había sentido aludido por el contenido de aquélla. La carta se publicó en la edición del 17 de julio de 1977 y se resume en lo ya sabido:

-que no se trataba de vertidos incontrolados sino de un proyecto industrial
-que se había procedido a su autorización provisional condicionada a la efectividad de una serie de garantías medio ambientales
-que el llenado de la primera balsa se había efectuado sin que el industrial titular hubiera cumplido con los condicionamientos del Reglamento de Actividades Molestas, Insalubres, Nocivas y Peligrosas
-que por lo anterior, la autoridad provincial había ordenado la paralización de las obras y la evacuación del líquido contenido en la balsa, para lo que se le había otorgado un plazo de siete días 
-que no se había habido, en absoluto, desinterés por parte de las autoridades provinciales de Burgos, sino que se había producido una reacción inmediata, desapasionada y objetiva, sin que pudiera acusarse a aquellas de incumplir promesa alguna
-que en el día de hoy se había comprobado que se estaba realizando la evacuación de la balsa y que en las próximas horas estaría totalmente vaciada

[Jesús Gayoso Álvarez (Barcelona, 1943): ingeniero industrial; delegado provincial de Industria en Burgos (1974-1979), dónde le tocó bregar con el ácido asunto de los vertidos del Páramo de Masa; delegado provincial de Industria en Pontevedra (1979), primero para el Estado y, años después, para la Xunta de Galicia, dónde completó su carrera funcionarial]





2. Pueblo, 27 de junio de 1977

Las industrias pueden arruinar la zona. Urge un planteamiento para el Páramo de Masa.

En esta reseña se afirmaba que la empresa Acideka, de Bilbao (aquí no se hacía referencia, como hasta entonces, al promotor industrial Azanza Berrueta, sino a la empresa que dirigía o representaba), había evacuado ya la totalidad de los líquidos que hacía más de un mes habían sido embalsados en un paraje del Páramo de Masa, y que sus actividades habían sido suspendidas hasta que no se cumplieran ciertas garantías de impermeabilidad de las balsas.

[José Esteban Azanza Berrueta había fundado Acideka en 1967, con una actividad principal basada en la distribución de ácido clorhídrico; en 1979 se inauguró su primera instalación de almacenaje, con ampliación del catálogo de productos; en 1982 se construyó la primera planta de producción, centrada en la elaboración de cloruro férrico; en 1979 se inauguraron sus instalaciones en el Puerto de Bilbao; en 2025 el Grupo Acideka constituye una "empresa familiar líder en la fabricación, almacenamiento, distribución y venta de productos químicos de la industria y de los sectores del ciclo integral del agua, papel, alimentos y bebidas, detergentes y agroquímicos"; tiene oficinas en Bilbao, Madrid, Lisboa y París; y plantas productoras en Lantarón (Álava), Sagunto (Valencia), Castellbisbal (Barcelona) y Navalmanzano (Segovia); dentro del Grupo Acideka existe la denominada Fundación Azanza Berrueta-Acideka (2003), "una fundación apasionada por la química y comprometida con el desarrollo sostenible". José Esteban Azanza Berrueta falleció en Abando en 2009]

A diferencia de otros medios, aquí se recordaba que, a escasos kilómetros de la zona de los "vertidos", se estaba construyendo un gran complejo industrial, la fábrica de explosivos Río Tinto, proyecto que no había obtenido autorización para su establecimiento en el vecino País Vasco, y que en Burgos no había sufrido apenas oposición popular o ecologista, a pesar de la enorme extensión de terreno acotado y la evidente peligrosidad de sus objetivos industriales.




3. Sábado Gráfico, 9 de julio de 1977

En el Páramo de Masa (Burgos). Hasta las piedras se deshacen. Vertidos residuales provocaron alarma en toda la merindad de Río Ubierna.

Reportaje, a doble página y "a todo color", con dos fotografías suficientemente explícitas y un mapa de situación de la zona de los "vertidos". En una de las fotografías se aprecia la descomposición y efervescencia de una piedra caliza arrojada a la balsa, al reaccionar con los ácidos contenidos en la misma. En la otra, una vista general de la balsa de los "vertidos", en un Páramo de Masa esplendorosamente verde, como correspondía a una primavera que había resultado muy lluviosa por estos lares. 




El texto del reportaje, básicamente, contiene un resumen de la información ya aportada por el Diario de Burgos en sus ediciones de los días 5 y 27 de junio. No contiene información nueva, pero sí unas frases en negrita que sin duda resultaron del agrado o interés de buena parte de los lectores (y del desagrado del promotor industrial y de alguna de las autoridades implicadas).

En el reportaje se incide en lo recogido días atrás por el informe técnico realizado para ADENA por un ingeniero industrial bilbaíno, tanto en cuanto a los parámetros químicos (alta acidez del líquido vertido, pH 1) como en cuanto a la conclusión final: que la iniciativa industrial del Páramo de Masa parecía estar más orientada a la retirada de residuos que a la fabricación de cloruro férrico.

La reportera recogía la inquietud e indignación de algunos vecinos de la zona, que se preguntaban ¿Por qué no se guardan los residuos los de Bilbao, en lugar de traerlos aquí?. En otro párrafo del reportaje se afirma que "La idea de utilizar el Páramo de Masa como depósito de residuos de industrias de Bilbao parece un hecho incontrovertible".

El reportaje finaliza con una frase genérica ya muy en boga en aquellos primeros años de la Transición: "Un atentado más contra la riqueza natural de un país, amenazado constantemente por el escaso control que se ejerce sobre las posibles derivaciones de su desarrollo industrial". 

No obstante lo poco novedoso del contenido del reportaje (quizás redactado en un tono algo más agresivo), este trabajo les costó una querella tanto al director de la revista, Eugenio Suárez Gómez, como a la reportera que se desplazó al Páramo de Masa y firmó el reportaje, Raquel Actis Dato. La querella fue interpuesta (marzo 1978) por el promotor industrial, el tantas veces mentado José Esteban Azanza Berrueta, que se sintió perjudicado por el contenido de lo publicado. No hemos conseguido averiguar nada acerca del recorrido judicial de la querella y sus posibles consecuencias. Lo que sí sabemos es que ambos periodistas recurrieron contra el auto de procesamiento ante el juzgado nº 3 de Madrid.

[Eugenio Suárez Gómez (Daimiel, 1919-Avilés, 2014) fue un empresario y periodista, fundador de dos semanarios de éxito popular: "El Caso" (1952) y "Sábado Gráfico" (1956); también fue editor del semanario satírico-impertinente "El Cocodrilo" (1984-1986); fue galardonado con diversos premios periodísticos; Raquel Actis-Dato Martínez: periodista y escritora argentina (Leones, Córdoba), nacionalizada española en 1983; llegó a España en abril de 1972 y durante el verano de ese año colaboró (en prácticas) con "La Voz de Castilla" de Burgos, convirtiéndose en la primera mujer que trabajó profesionalmente en la prensa burgalesa; luego pasó al diario "Mediterráneo" de Castellón (1973-1976); semanario "Sábado Gráfico" (1976-1978); semanario satírico "El Cocodrilo"; varias revistas especializadas en el mundo del motor y del consumo; en 2003 publicó el libro "Fernando Alonso: Príncipe de la Fórmula 1"]

Supongo que el señor Azanza Berrueta se querelló contra el semanario "Sábado Gráfico" y, sin embargo, no lo hizo contra el diario burgalés, debido a la tirada nacional de aquel (en 1970 tenía una tirada de 110.000 ejemplares) y más aún en unos años en los que el semanario gozaba de cierta popularidad.




4. Norte-Exprés24 de junio de 1977

Repulsa de "ADENA" por los vertidos químicos en el Páramo de Masa (Burgos). Con indiferencia de las autoridades.

La reseña se limita a recoger lo ya aparecido en otros rotativos de tirada local y nacional: la alta toxicidad de los vertidos, la denuncia de ADENA y Rodríguez de la Fuente, la supuesta pasividad de las autoridades civiles de Burgos, etc. 




Hay que puntualizar que el vespertino alavés era un diario de corte conservador, provincialista y antinacionalista, muy beligerante con la línea oficial del Gobierno Vasco y el PNV. En la actualidad existe una cabecera digital con el mismo nombre (nortexpres.com).

No hemos podido contrastar el eco que pudo tener la noticia en los diarios vizcaínos, bien por no encontrarse digitalizados para esas fechas, bien por no ser de libre acceso la consulta de los mismos.


ANEXOS

I. OTRO INTENTO ANTERIOR, POR PARTE DEL MISMO PROMOTOR INDUSTRIAL, A 85 KM AL NORDESTE DEL PÁRAMO DE MASA

Curiosamente, el señor Azanza Berrueta había realizado, poco menos de un año antes, un intento similar por establecer una pequeña industria con la finalidad de producir cloruro férrico en disolución. En aquella ocasión, el lugar elegido fueron las antiguas minas de Setares, en la localidad cántabra (entonces santanderina) de Castro Urdiales.

Así, en el Boletín Oficial de la Provincia de Santander de fecha 6 de agosto de 1976, aparece un anuncio del Ayuntamiento de Castro Urdiales por el que se hace pública la iniciativa industrial referida, al objeto de que en el plazo de diez días pudieran formularse las observaciones pertinentes.


BOPS-06-08-1976


No he encontrado posteriores referencias sobre este proyecto, ni en la prensa local ni en la oficial. Quizás al señor Azanza Berrueta le pareció más factible el proyecto presentado -un año después- para el Páramo de Masa, o vaya usted a saber los motivos por los que éste de Castro Urdiales no salió adelante.

Las antiguas minas de hierro de Setares, cuya explotación se había abandonado en 1965, se encuentran muy cerca del límite entre Cantabria y Vizcaya, por lo que su ubicación podría resultar muy interesante para los supuestos intereses industriales del señor Azanza Berrueta. Aunque, claro, en Castro Urdiales llovía mucho más que en el Páramo de Masa, por lo que la evaporación de los líquidos vertidos podría resultar más problemática.


II. LA FINCA DE LOS VERTIDOS: UN ANTIGUO COTO COMUNERO

Si consultamos un antiguo mapa (planimetría del término municipal de Cernégula, 1911) comprobaremos la peculiar condición que mantuvo la finca de la discordia química. Aparece rotulada como "Coto San Pedro de Cardeña", formando parte del término de Quintanajuar.


Planimetría del T.M. de Cernégula (1911): en la zona izquierda aparece el Coto San Pedro de Cardeña


El "Coto San Pedro de Cardeña" (o "La Vega") no era otra cosa que un antiguo término comunero de Quintanaloma, Cernégula y Quintanajuar, y cuyo usufructo ocasionó algún que otro pleito en siglos pasados (en 1691 pleitearon Quintanaloma y el Monasterio de Santa María de Rioseco, propietario de Quintanajuar y sus granjas). 

En 1925, Quintanajuar dejó de pertenecer al municipio de Cernégula, pasando a formar parte del Ayuntamiento de Masa, en su calidad de anejo. Suponemos que fue entonces cuando el coto comunero de San Pedro de Cardeña perdió su condición y pasó a pertenecer al ayuntamiento de Masa. Aunque, en un mapa de 1960, el antiguo coto parece estar incluido en el entonces término municipal Cernégula. Seguramente, un error cartográfico.


MTN50, H167 (1960): TT.MM. de Masa y Cernégula; en rojo, el Coto San Pedro de Cardeña


Los vertidos químicos de junio de 1977 se produjeron en una balsa excavada en el término modernamente denominado "Tistierna"- La balsa se encontraba situada prácticamente en el centro del antiguo "Coto San Pedro de Cardeña". En una fotografía aérea de noviembre de 1977 (Vuelo IRYDA) puede observarse claramente la ubicación de la balsa, así como el camino de acceso a la misma.


Vuelo Iryda (noviembre 1977): balsa de "vertidos" químicos excavada en la primavera de 1977


En el denominado "Vuelo Nacional" de abril de 1985, también puede observarse claramente la balsa excavada por el emprendedor vizcaíno casi diez años antes. La balsa aparece rellenada por las lluvias estacionales del Páramo de Masa. 


Vuelo Nacional (30-04-1985): la balsa, rellena con agua de lluvia

En la hoja correspondiente del Mapa Topográfico Nacional, a escala 1:25.000, puede observarse, todavía en las ediciones de 1996 y 2009, el símbolo de una balsa en el exacto lugar de los hechos, al noreste del paraje "Tistierna". Y es que la balsa -ya sin revestimiento plástico alguno- persistió al menos treinta años en el páramo, como símbolo de lo que pudo ser y nunca debió haber sido.


MTN25-H167-II (1996)

MTN25-H167-II (2009)


En 2005 todavía se apreciaba en fotografía aérea la balsa excavada en el Páramo, tal y como puede observarse en el vuelo de PNOA de aquel año. En 2009, sin embargo, la zona ha sido totalmente roturada para su cultivo, por lo que de la balsa solo quedan las características "marcas de cultivo", que desaparecerían completamente en la década siguiente.

[hay que tener en cuenta que existe un cierto desfase entre las fechas de edición de los mapas topográficos nacionales y las ortofotos del PNOA de manera que, el MTN25 editado en 2009 se basaría en las fotografías aéreas de, al menos, dos años antes]


PNOA (2005): la balsa de los vertidos, claramente visible en medio de un campo de labor

PNOA (2009): las "marcas de cultivo" de la balsa apenas resultan visibles

PNOA (2023) y cartografía catastral; ni rastro de la balsa


Catastralmente, la finca heredera del antiguo "Coto San Pedro de Cardeña" ocupa todo un polígono (15) del término de Masa, y conserva la denominación de "San Pedro de Cardeña". La finca-polígono está conformada por tres parcelas diferentes (5001, 5002 y 5003), delimitadas por la carretera Masa-Poza y por el antiguo camino de Quintanilla Sobresierra a Quintanaloma y Villalta. Su extensión total alcanza las 73 hectáreas.

Hoy en día, sobre el terreno, nada hace suponer que allí acaeció un mediático vertido químico hace ya más de cuarenta y ocho años. Nos encontramos con un paisaje más o menos apagado, sobre todo en invierno, aunque no exento de belleza: matas sueltas de encina aquí y allá, pequeños afloramientos calizos, un denso pinar al fondo, un escueto vallado cinegético, una carretera recién remozada, una incipiente dolina y una finca de labor con tierras de tonos marrón vivo, denotando cierta presencia de hierro, tal y como sucede en el resto de las tierras arables de esta parte del Páramo de Masa. 

[la balsa se encontraba a una altitud de 1010 metros, en la cabecera del arroyo del Pardo, afluente del río Moradillo-Sedanillo y éste, tributario del Rudrón; nos encontramos, pues, en la cuenca hidrográfica del Ebro, aunque muy cerca de la del Duero, ya que una de las cabecera del Ubierna, Pozorruyo, se encuentra a apenas 3 km al suroeste de la balsa]

 

Google Street View (marzo 2025): en amarillo, la desaparecida ubicación de la balsa


Puede que, en aquel lejano junio de 1977, a las cercanas brujas de Cernégula no les pareciera mala idea la creación de una nueva charca en sus dominios. Sin duda alguna, las damas de la escoba voladora apreciarían el singular tono tenebroso de las "aguas" de aquella nueva charca, así como la no menos singular transformación que -por arte de magia- se iría produciendo en su coloración, según fuera evaporándose su acuoso contenido.

[la laguna de Cernégula, la "laguna de las Brujas", se encuentra situada a unos 4 km al sureste de la balsa de los vertidos de 1977; la laguna de "Venta la Perra", a kilometro y medio al este; la laguna estacional de "Pila Vieja", a 2 km al noreste; por último, las dos charcas artificiales de Quintanajuar, de aprovechamiento agro-ganadero, se encuentran situadas a 2 y 3 km al sur]

Afortunadamente, los tiempos han cambiado, y este tipo de actuaciones "industriales" están completamente proscritas fuera del estricto ámbito de acotados complejos químicos, tal y como sucede en la cercana fábrica de explosivos de Quintanilla Sobresierra, que entró en servicio poco más de dos años después de aquellos "vertidos" de "La Cabañuela".

Con la inauguración de la referida fábrica de explosivos (1979), el Páramo de Masa y la química industrial unirían sus destinos durante las próximas décadas o siglos. Y la kárstica del páramo, con sus ricos y enrevesados acuíferos, se pondría a temblar, desde las fuentes del Ubierna y del Homino hasta el Pozo Azul de Covanera y más allá.


FUENTES

-Biblioteca Virtual de Castilla y León: Diario de Burgos (27-05-1977; 03-06-1977; 05-06-1977; 08-06-1977; 09-06-1977; 24-06-1977; 27-06-1977; 29-06-1977; 07-07-1977; 04-10-1977; 19-02-1978; 08-03-1978; 30-09-1979); Boletín Oficial de la Provincia de Burgos (02-03-1977; 24-06-1977; 24-10-1977; 05-10-1979)

-Biblioteca Digital de Prensa Histórica: Hoja del Lunes de Burgos (27-06-1977); Boletín Oficial de la Provincia de Santander (06-08-1976); Pueblo (27-06-1977)

-Biblioteca Digital Vasca: Norte-Exprés (24-06-1977)

-Hemeroteca de "El País": 23-06-1977; 17-07-1977; 08-03-1978

-todocolección.net: Sábado Gráfico nº 1049 (09-07-1977)

-fototeca.cnig.es: vuelo IRYDA (noviembre 1977); vuelo Nacional (1985); vuelos PNOA (2005, 2009 y 2023)

-centrodedescargas.cnig.es: planimetrías del término municipal de Cernégula (1911); MTN50-H167 (1960); MTN25-H167-II (1996); MTN25-H167-II (2009)

-Google Maps: Street View (marzo 2025)

-Los despoblados medievales de la Honor de Sedano (Burgos). Jacinto Campillo Cueva. KOBIE nº 24. Diputación Foral de Vizcaya. Bilbao (1997) [pp 125-168]

-El franquismo en Burgos a través de la prensa. Mar Chinarro y Miguel Ángel Moreno Gallo (coords.). Editorial Fragua. Madrid (2023)

-Acideka.com