sábado, 15 de noviembre de 2025

Pelegrina, el Maestro de Postas y la fábrica de peines (Huérmeces, 1827)


Josefa González Sáiz nació en Huérmeces el 5 de junio de 1813, siendo el único fruto del matrimonio formado por José González Pardo (Marmellar de Abajo) y Petra Sáiz González (Cayuela). Cuando nació Josefa, su madre Petra ya alcanzaba la respetable edad de 46 años.

Suponemos que José y Petra eran taberneros, y que se encontraban prestando sus servicios en Huérmeces cuando nació su única hija. 

[José González Pardo se había casado, en primeras nupcias, con Gerónima López; únicamente consta un hijo, Gregorio González López]

Tras el alumbramiento de Josefa, José y Petra continuaron residiendo en Huérmeces, falleciendo en nuestro pueblo, ya ancianos, en 1834 y 1846, respectivamente.

Poco podemos contar del corto lapso de tiempo (catorce años) que va desde el nacimiento de Josefa hasta su matrimonio. Imaginamos que Josefa pasó en poco tiempo de jugar con el resto de las niñas del pueblo a contraer matrimonio con un joven natural del mismo.


Partida nupcial de Antonio García y Josefa González (16 de junio de 1827)


Josefa contrajo matrimonio el 16 de junio de 1827, en Huérmeces, con Antonio García Díaz-Tudanca (1809). Los dos contrayentes eran muy jóvenes. El novio tenía una edad de 18 años y medio; la novia, 14 años recién cumplidos. La joven pareja se estableció en nuestro pueblo.

Antonio y Josefa tuvieron nueve hijos (siete hembras y dos varones), y todos ellos sobrevivieron a la infancia, algo poco habitual en aquellos tiempos. Todo parece indicar, pues, que la pareja se caracterizó por traer al mundo hijos sanos, aunque sobre todo mujeres, algo que no era lo más apreciado por la sociedad rural de aquellos tiempos, en la que gozaba de clara preferencia el varón sobre la hembra, al valorarse sobre todo los brazos fuertes que ayudaran en las labores del campo.

  1. Lucía (13 diciembre 1829)
  2. María Mercedes (24 septiembre 1831)
  3. Felisa (20 noviembre 1833)
  4. Casilda (2 mayo 1836)
  5. Josefa (1 noviembre 1838)
  6. Marcelino (26 abril 1841)
  7. Antonio (30 abril 1844)
  8. Petra (25 julio 1848)
  9. Juana (23 junio 1851)
La joven Josefa se pasó casi 22 años pariendo, con una cadencia de poco más de dos años y medio, desde su primer alumbramiento (a los dieciséis años y medio de edad) hasta el último (a los treinta y ocho).


DOS PECULIARES APELATIVOS
 
Reza la memoria familiar que Josefa González Sáiz portó durante gran parte de su vida el apelativo de "Pelegrina" (variante arcaica de "peregrina"). Ignoro si el mote hacía referencia a la variada procedencia geográfica de sus padres y abuelos (Marmellar de Abajo, Cayuela, Quintanadueñas, Páramo del Arroyo y Arcos), hecho que podría denotar cierta movilidad profesional, típica de oficios tales como pastores y taberneros.

Ya hemos comentado la posibilidad de que sus padres fueran una pareja de taberneros, que iban moviéndose de pueblo en pueblo, al compás de las posibles mejoras que les fueran ofreciendo (calidad de la cantina-vivienda, número de parroquianos más o menos elevado, buenas comunicaciones, etc), y que se establecieron definitivamente en Huérmeces tras el nacimiento de Josefa.

Su esposo, Antonio García Díaz-Tudanca, también acabó por portar un alias, ya que recibía el apelativo de "Maestro de Postas", aunque en este caso la justificación del mismo podría resultar más sencilla.

Durante gran parte del siglo XIX Huérmeces mantuvo una parada de postas, dentro de la ruta de Burgos a Reinosa, que transcurría por el viejo Camino Real.  Durante los años centrales del siglo XIX, Antonio García Tudanca fue el maestro de postas de la parada de Huérmeces.

El maestro de postas era el responsable de la parada, y su labor principal consistía en el mantenimiento de un número determinado de caballos (cuatro o cinco, según las épocas y categoría de la parada) que posibilitaran el continuo recambio de los mismos. También era el responsable de la asignación de postillones (guías) para los correos, viajeros o ganados que hacían -en este caso- la ruta de Burgos a Reinosa.

El puesto de maestro de postas era de provisión real, a propuesta de la Dirección General de Correos, ya que su función principal era hacer frente al servicio ordinario y extraordinario de correos.

El salario de un maestro de postas no sería elevado, pero constituiría un pequeño colchón de seguridad en la economía familiar de Antonio y Josefa. Además, proporcionaría cierto prestigio social al responsable de la parada, así como contactos de todo tipo para futuros tratos o negocios.

De todas formas, tampoco hay que obviar la posibilidad de que tanto Josefa como Antonio "heredaran" su respectivo mote, por lo que el origen del mismo pudo estar en la anterior generación o incluso más allá. Pudo ser, pues, Lázaro García Ornilla, el padre de Antonio, el que realmente resultara nombrado "maestro de postas"; y pudo ser que fuera Petra, la madre de Josefa, o Baltasara, su abuela materna, la que portara por primera vez el apelativo de "Pelegrina".

[Ejemplos del carácter hereditario de un mote tenemos en Huérmeces varios, entre los que cabe recordar dos casos:
  • Julián Arribas Tudanca, "Castilla" (1887): heredó el sobrenombre de su padre, Domingo Arribas Díez (1853), a pesar de no haber realizado el servicio militar, como sí lo hiciera su padre, precisamente en el Regimiento Castilla que dio origen a su apelativo
  • Dionisio Varona García, "Nisio el correo" (1894): heredó el mote de su suegro, Benito Varona Ubierna (1866), el que fuera cartero de Huérmeces entre 1921 y 1933; Dionisio jamás ejerció de cartero]

UNA PAREJA RELATIVAMENTE AFORTUNADA

Antonio García Díaz-Tudanca era el primogénito de los nueve hijos que trajo al mundo la pareja formada en 1808 por Lázaro García Ornilla (1787) y María Díaz-Tudanca Ornilla (1786).

Aparte de su posible oficio como maestro de postas, Antonio García Díaz-Tudanca acabó siendo un próspero labrador, ya que su nombre figura en los listados de mayores contribuyentes durante las décadas de 1850, 1860 y 1870.

En el año 1865, en concreto, Antonio García Tudanca aparece como el mayor contribuyente del pueblo, ya que abonaba anualmente una cuota por contribución de casi 91 escudos, importe muy superior al que abonaban los dos siguientes contribuyentes de la lista (Simón Ubierna Ornilla, 77 escudos, y Eusebio Villanueva Peña, 65 escudos).


Boletín Oficial de la Provincia de Burgos, 6 de octubre de 1865: listado de electores por Huérmeces



Antonio también fue alcalde de Huérmeces en la década de 1860. Y su nombre figura en los listados de adquirientes de bienes nacionales durante los procesos desamortizadores de aquellos tiempos.

Antonio falleció en 1884, a los 75 años de edad. Así tenemos que en el padrón de 1886 aparece Josefa, ya viuda, compartiendo el hogar familiar con dos hijas solteras: Petra (38 años) y Juana (35). Vivían en la casa nº 20 de la calle de la Plaza.

[1884 fue un año negro en la vida de Josefa "Pelegrina": en julio falleció su hijo Antonio, a los cuarenta años de edad, dejando viuda y siete hijos; en septiembre falleció su esposo Antonio "el maestro de postas"]

Diez años más tarde, en 1896, Josefa aparece como única moradora del antiguo hogar familiar; sus dos hijas menores habían abandonado finalmente su pueblo natal, al contraer matrimonio a una edad relativamente tardía (Petra, a los 41 años; Juana, a los 44).

En Huérmeces residían por entonces numerosos familiares de Josefa, comenzando por su hijo Marcelino, sus nueras Francisca Villanueva Varona y Basilisa Díaz-Villalvilla Güemes (viuda de Antonio) y ocho nietos: Agapito y Julián Díaz-Ubierna García; Dorotea e Íñigo García Villanueva; Antonio, María Mercedes, Constantina y Josefa García Díaz-Villalvilla.

A pesar de la precocidad de su matrimonio, del elevado número de hijos que trajo al mundo (a todos los cuales sacó adelante), del duro trabajo de una labradora de entonces, de sus quince años de viudez, Josefa gozó de una longevidad envidiable en aquellos tiempos. Falleció el 2 de junio de 1899, a tres días de celebrar su 86 cumpleaños, una edad a la que muy pocas personas llegaban por entonces. 

De esta manera Josefa, la niña que se casó a los catorce años, vio a lo largo de su dilatada existencia cómo fallecían padres, suegros, tíos, primos, sobrinos e hijos. Y es que cinco de sus nueve hijos fallecieron antes que ella: María Mercedes (antes de 1884), Felisa (1882, 49 años), Josefa (1856, 18 años), Antonio (1884, 40 años) y Petra (1899, 51 años). 



LOS DESCENDIENTES DE "PELEGRINA" Y EL "MAESTRO DE POSTAS"

De los ocho hijos de Josefa y Antonio que llegaron a la edad adulta, tres se establecieron en Huérmeces (Felisa, Marcelino y Antonio), combinándose y multiplicándose de tal manera que escasas serán las familias farolas del siglo XX que no cuenten en sus genes con trazas de "Pelegrina" y el "Maestro de Postas". De este bloggero, sin ir más lejos, Josefa y Antonio resultan ser trastatarabuelos por línea materna.

Cuatro hijas de Josefa y Antonio (Lucía, María Mercedes, Casilda y Petra) se establecieron definitivamente en la ciudad de Burgos (Petra, previo paso por Villafranca del Bierzo, dónde se casó con un sobrino), y sus descendientes se dedicaron a los negocios y a la medicina, entre otras muchas ocupaciones.

Por su parte Juana, la hija menor de Josefa y Antonio, se estableció definitivamente en Ubierna, al casarse con el médico del pueblo, que había enviudado poco antes.

Siete de las ocho bodas protagonizadas por los ocho hermanos García González se celebraron en Huérmeces. La excepción fue la ceremonia nupcial de María Mercedes que, por no aparecer en los libros parroquiales de Huérmeces, supongo que se celebró en la ciudad de Burgos en fecha desconocida (aunque no muy alejada de 1854, año del nacimiento de su primogénito Marcelino).






Como cabría esperar, la relación de descendientes de los nueve (ocho) hermanos García González resulta ser muy amplia; en el listado que presentamos a continuación incluimos a todos los que se establecieron en Huérmeces; en relación a los descendientes que se establecieron lejos de nuestro pueblo, solo se ha incluido a aquellos sobre los cuales ha sido posible encontrar algún dato biográfico en la prensa de la época. La relación resulta, pues, incompleta. 


1. LUCÍA GARCÍA GONZÁLEZ (1829)

Contrajo matrimonio en Huérmeces en 1847 con Manuel de la Iglesia Ortega (Santibáñez Zarzaguda); probablemente, se establecieron en Burgos, y tuvieron varios hijos de la Iglesia García, de los que únicamente tenemos noticias de dos: Francisco (Santibáñez, 1849) y María (1861), que se casaron con sendos familiares directos. También se sabe que hubo un hermano llamado Juan, que aún vivía en 1917.

1.1 Francisco de la IGLESIA GARCÍA (Santibáñez, 1849)

Se casó en Huérmeces en 1889 con su tía Petra García González (Hces, 1848), cuando ambos frisaban la cuarentena. No consta descendencia. Francisco tuvo comercio abierto en Burgos durante las últimas décadas del siglo XIX y primeras del XX. Falleció en 1917, a los 68 años de edad, ya viudo, mientras se encontraba en el balneario de Alzola (Guipúzcoa).


1.2 María de la IGLESIA GARCÍA (Burgos, 1861)

Se casó con su primo hermano Marcelino Sadornil García (Burgos, 1854), hijo de sus tíos María Mercedes García y Félix Sadornil. Solo tenemos noticias de un hijo: Manuel (Cacabelos, 1889). María falleció en Burgos en 1953, a los 92 años de edad. Marcelino falleció en 1927, a los 73 años.

1.2.1 Manuel Sadornil de la Iglesia se casó en Burgos en 1916 con Caridad del Río Rodríguez; tuvieron cinco hijos: Mª Pilar (carmelita descalza), Gerardo, Félix, Fernando y José Ramón. Manuel fue el sucesor de su padre Marcelino al frente de la fábrica de peines de Barrio Gimeno nº 29. 


2. MARÍA MERCEDES GARCÍA GONZÁLEZ (1831)

Contrajo matrimonio hacia 1852, probablemente en Burgos, con Félix Sadornil.  Tuvieron al menos dos hijos Sadornil García: Marcelino (Burgos, 1954) y Julia (Burgos, 1861).

2.1 Marcelino SADORNIL GARCÍA (Burgos, 1854)

Se casó con su prima hermana María de la Iglesia García (Burgos, 1861), hija de Lucía y Manuel. Marcelino fue el propietario de una popular fábrica de peines situada en la calle Barrio Gimeno, que estuvo activa durante las cuatro primeras décadas del siglo XX. Marcelino y María tuvieron un hijo: Manuel Sadornil de la Iglesia (Cacabelos, 1889). 

2.1.1 Manuel Sadornil de la Iglesia: Ver epígrafe 1.2.1.


2.2 Julia SADORNIL GARCÍA (Burgos, 1861)

Se casó en Huérmeces en 1891 con Martín Cuezva Güemes (Villaverde Peñahorada, 1856) y en el pueblo de su esposo se establecieron. Eran las segundas nupcias de Martín. Tenemos noticias de dos hijos Cuezva Sadornil: 

2.2.1 Anunciación Cuezva Sadornil (Villaverde Peñahorada, 1896): fue maestra en Cidad de Ebro, Villafranca Montes de Oca, Villimar y Burgos. Contrajo matrimonio con Enrique Martín Gil, que llegó a capitán de la guardia civil. Anunciación falleció en Burgos en 1988, a los 92 años de edad.

2.2.2 David Cuezva Sadornil  (Villaverde Peñahorada, 1897): se estableció como labrador en su pueblo natal, casado con Maximina Arce Arce.


3. FELISA GARCÍA GONZÁLEZ (1833)

Se casó en 1855 con Antonio Díaz-Ubierna Varona (1830); se establecieron en Huérmeces; tuvieron siete hijos: Felipe (1856), Feliciano (1858), Agapito (1860), Julián (1863), Felisa (1865), Claudia (La Nuez de Arriba, 1868) y Fidela (1870). Solo dos de ellos se establecieron en Huérmeces, Agapito y Julián, aunque este último solo inicialmente. Felisa falleció en Huérmeces en 1882, a los 49 años. 

3.1 Feliciano DÍAZ-UBIERNA GARCÍA (1858)

Se casó con Emilia Gómez Palazuelos y se estableció en Santander, ciudad en la que falleció en 1936. Una hija: Mª Ángeles.


3.2 Agapito DÍAZ-UBIERNA GARCÍA (1860)

Se casó en Huérmeces en 1889 con Emeteria Díaz-Villalvilla Fernández (Hces, 1866); tuvieron cuatro hijos: Millán (1893), Antonio (1895), Julián (1897) y Jacinta (1899). Solo los dos primeros se establecieron en Huérmeces.

3.2.1 Millán Díaz-Ubierna Díaz-Villalvilla: no se casó, quizás debido a su minusvalía. No tuvo descendencia

3.2.2 Antonio Díaz-Ubierna Díaz-Villalvilla: se casó con Escolástica Ortega Ortega (Ros, 1899). Tuvieron un hijo: Ramiro (1923)

3.2.3 Julián Díaz-Ubierna Díaz-Villalvilla: se casó con Elvira Piñera y se establecieron en Santander. Tres hijos: Feliciano Julián, José Luis y María Dolores.

3.2.4 Jacinta Díaz-Ubierna Díaz-Villalvilla: se casó en Quintanilla Sobresierra con Alfonso González Fernández y allí se estableció la pareja. Tres de sus hijos se establecieron en Quintanilla Sobresierra: Mauro, Orencio y Rodrigo.


3.3 Julián DÍAZ-UBIERNA GARCÍA (1863)

Se casó en 1887 con María Carmen Ortega Pérez (Ros, 1861). No tuvieron descendencia. Julián fue alcalde de Huérmeces durante dieciocho años (1895-1912). En 1912 partieron hacia Bilbao, dónde fallecieron en fecha desconocida.


4. CASILDA GARCÍA GONZÁLEZ (1836)

Se casó en Huérmeces en 1856 con Tomás Rodríguez López (Medina de Pomar); tuvieron tres hijos Rodríguez García: Jesús, Carmen y Juana. Suponemos que se establecieron en Orduña o en algún otro lugar de Vizcaya, ya que en Orduña nació su hijo varón. Casilda falleció en Burgos en 1911, a los 75 años de edad.

4.1 Jesús RODRÍGUEZ GARCÍA (Orduña, 1875)

Médico en Burgos, se casó en Pamplona en 1906 con Crescencia López Revuelta (1877), regente de la Escuela Graduada de Maestras de Burgos; tuvieron tres hijos: Tomás, Benito y María Carmen. Jesús falleció en Burgos en 1929, a los 54 años de edad. Crescencia falleció en Burgos en 1965, a los 88 años de edad.

4.1.1 Tomás Rodríguez López (Burgos, 1908): médico en la ciudad de Burgos; casado con Casilda Porres López (1909); hijos: Mª Pilar, Ana Mª, Tomás, Jesús Luis y José Antonio; Tomás falleció en Torrepadierne en 1956, a los 48 años de edad, víctima de un accidente de caza.

4.1.2 Benito Rodríguez López (Burgos, 1913): médico, primero militar y luego civil, en la ciudad de Burgos; casado con Manuela Salazar Angulo (1917); hijos: Mª Jesús, Manuel, Isabel, Soledad, Benito y Antonio ; Benito falleció en Almería en 1968, a los 54 años de edad, víctima de repentina dolencia.


5. JOSEFA GARCÍA GONZÁLEZ (1838)

Josefa falleció en Ubierna el 29 de noviembre de 1856, recién cumplidos los 18 años de edad. Josefa, sin embargo, fue enterrada en Huérmeces, "previo pago de derechos parroquiales y licencia para la traslación del cadáver". En aquellos tiempos no era nada habitual el traslado de cadáveres, ni siquiera entre pueblos vecinos. 

Ignoro los motivos por los cuales la joven Josefa se encontraba en Ubierna. Quizás trabajaba en el servicio doméstico de alguna familia del pueblo. Quizás solo estaba de visita.


6. MARCELINO GARCÍA GONZÁLEZ (1841)

Contrajo matrimonio en 1866 con Francisca Villanueva Varona (1846); se establecieron en Huérmeces; tuvieron seis hijos: Dorotea (1867), Julián (1869), Íñigo (1872), Florencio (1875), Teresa (1877) y Juan Francisco (1882). Solo dos de ellos se establecieron en Huérmeces: Dorotea e Íñigo. Marcelino García González falleció hacia 1920, cercano ya a la edad octogenaria.


6.1 Dorotea GARCÍA VILLANUEVA (1867)

Se casó en Huérmeces en 1894 con Dionisio Alonso Alonso (1870); tuvieron cinco hijos: Francisca (1895), Justo (1897), Basilia (1899), Andrés (1902) y Jovita (1905). Solo uno de ellos (Basilia) se estableció en Huérmeces.

6.1.1 Basilia Alonso García se casó en Huérmeces en 1925 con Nicolás Martínez Martínez (1898). No tuvieron descendencia.


6.2 Íñigo GARCÍA VILLANUEVA (1872)

Se casó en 1901 con Juliana Ubierna Fontúrbel (1882); tuvieron nueve hijos, de los que solo los cuatro primeros sobrevivieron a la infancia: Marcelino (1902), Felisa (1904), Mónica (1906), Jaime (1908), Abel (1910), Felipe (1911), Avelina (1914), María Cruz (1916) y Urbano (1918). Tres de ellos se establecieron en Huérmeces: Marcelino, Felisa y Jaime. Íñigo falleció en Huérmeces en 1949, a los 77 años.

6.2.1 Marcelino García Ubierna: se casó en Burgos en 1928 con Josefa Ubierna García (1903). Tuvieron siete hijos: Jaime, Ángel, Rogelio, Alfredo, Alfredo, María Concepción y Jose, de los que solo el primero y el tercero sobrevivieron a la infancia. Ninguno de ellos se estableció en Huérmeces.

6.2.2 Felisa García Ubierna: se casó en 1924 con Saturnino Ubierna García (1901). Tuvieron seis hijos: Santos, Isabel, Leandra, Avelina, Ángel y Saturnino. Solo el primero se estableció, inicialmente, en Huérmeces.

6.2.3 Mónica García Ubierna: se casó en Huérmeces en 1927 con Jesús Ubierna García (1899). Se establecieron en Madrid. Tuvieron dos hijos: Jesús y María del Carmen.

6.2.4 Jaime García Ubierna: se casó en 1933 con Petra Fernández Rodríguez (San Andrés de Montearados, 1911). Tuvieron tres hijos: Ángeles, Isidoro y Beatriz. Ninguno de ellos se estableció en Huérmeces.


7. ANTONIO GARCÍA GONZÁLEZ (1844)

Se casó en 1864 con Basilisa Díaz-Villalvilla Güemes (1847); se establecieron en Huérmeces; tuvieron trece hijos: Lorenza (1865), Lorenzo (1866), María Santos (1867), Inés (1870), Juliana (1872), Antonio (1874), Pablo (1876), Elvira (1877), Catalina (1878), María Mercedes (1879), Constantina (1881), José (1883) y Josefa (1884). De los siete que sobrevivieron a la infancia, Juliana, Mª Mercedes y Josefa ingresaron en una orden religiosa. Catalina se estableció en Villafranca del Bierzo (al igual que lo había hecho su tía Petra en 1889). Los tres restantes se establecieron en Huérmeces. Antonio García González falleció en Huérmeces en 1884, a los 40 años de edad.


7.1 María Santos GARCÍA DÍAZ-VILLALVILLA (1867)

Se casó en 1888 con Esteban Ubierna González (1864); tuvieron diez hijos, de los que cuatro sobrevivieron a la infancia: Jesús (1899), Saturnino (1901), Josefa (1903) y Santos (1907). Este último ingresó en la orden dominica, y ejerció su labor misionera en Vietnam. Jesús se estableció en Madrid. Saturnino y Josefa, lo hicieron en Huérmeces.

7.1.1 Jesús Ubierna García se casó en Huérmeces en 1927 con Mónica García Ubierna (1906). Ver epígrafe 6.2.3.

7.1.2 Saturnino Ubierna García se casó en Huérmeces en 1925 con Felisa García Ubierna (1904). Ver epígrafe 6.2.2.

7.1.3 Josefa Ubierna García se casó en Burgos en 1928 con Marcelino García Ubierna (1902). Ver epígrafe 6.2.1.

7.1.4 Santos Ubierna García ingresó en la Orden Dominica y llegó a ser obispo en Vietnam (1942-1955)  Santos Ubierna: un farol en Vietnam


7.2 Antonio GARCÍA DÍAZ-VILLALVILLA (1874)

Se casó en 1902 con Cecilia Villanueva Varona (1879); tuvieron trece hijos, de los que ocho sobrevivieron a la infancia: Lucio (1903), Félix (1904), Antonio (1911), Lucas (1913), Julio (1915), Mª Natividad (1917), Gloria (1919) y Francisco (1922). Cuatro de ellos ingresaron en la orden vincentina (Antonio, Lucas, Gloria y Francisco). Únicamente Lucio y Julio se establecieron en Huérmeces. Félix se estableció en La Rioja.

7.2.1 Lucio García Villanueva se casó en Huérmeces en 1930 con Fidela Varona Girón (1910); tuvieron once hijos, de los que seis sobrevivieron a la infancia: Alicia, Anunciación, Fidela, Aurelia, Antonio y Manuel. Únicamente Alicia se estableció en Huérmeces.

7.2.2 Félix García Villanueva se casó con Petra Carcedo Espiga; se establecieron en La Rioja; tuvieron familia numerosa; Félix llegó a capitán de la policía armada y de tráfico.

7.2.3 Antonio García Villanueva ingresó en la orden vicentina en 1929, ordenándose sacerdote en 1938. Falleció en accidente de tráfico, en Gamonal, en 1939, a los 28 años de edad. 

7.2.4 Lucas García Villanueva ingresó en los paúles en 1930 y se ordenó sacerdote en 1938. Misionero en Venezuela, dónde falleció en el año 2000. 

7.2.5 Julio García Villanueva se casó en Huérmeces en 1941 con Margarita Villanueva Varona (1913); tuvieron una hija (María Soledad), que se estableció en Huérmeces.

7.2.6 Mª Natividad García Villanueva se casó con Moisés Mata Ubierna (Celadilla Sotobrín, 1915); se establecieron en Madrid; Moisés fue miembro de la Guardia de Franco.

7.2.7 Gloria García Villanueva ingresó en la orden vicentina de las Hijas de la Caridad.

7.2.8 Francisco García Villanueva ingresó en los paúles en 1940 y se ordenó sacerdote en 1948. Desarrolló su labor en colegios y escuelas apostólicas de los paúles españoles. Falleció en Madrid en 2007.


7.3 Catalina GARCÍA DÍAZ-VILLALVILLA (1878)

Se casó en Villafranca del Bierzo con Silvano Sáiz Ubierna (que en 1896 era vecino de Pampliega). Tuvieron al menos siete hijos: Marina, Anunciación, Norberto, Consuelo, Alfonso, María y José María. Petra García González, tía de Catalina, se había establecido años antes en la villa berciana, en 1889, al contraer matrimonio con su sobrino (y primo hermano de Catalina) Francisco de la Iglesia García (Santibáñez, 1849), que por entonces era vecino del lugar.


7.4 Constantina GARCÍA DÍAZ-VILLALVILLA (1881)

Se casó en 1902 con Bernardo Varona Recio (1878); tuvieron diez hijos: Fermín (1904), Mª Dolores (1906), Abdón (1907), Ángel (1909), Narciso (1910), Bernardo (1912), Constantina (1915), Jesús (1918), José (1921) y Petra (1923). Cuatro de ellos se establecieron en Huérmeces (Narciso, Bernardo, Jesús y Petra). El resto lo hicieron en Barcelona, Navarra y Vizcaya.

7.4.1 Fermín Varona García: se casó en Villaverde Peñahorada en 1928 con Ángela Alonso Alonso; la pareja se estableció en Pamplona; tuvieron dos hijos: Ignacio y Ángel. Fermín fue policía nacional (entonces denominada policía armada).

7.4.2 Mª Dolores Varona García: se casó en Burgos en 1932 con Nicasio Marcos Díez (Burgos, 1906); la pareja se estableció en Bilbao; tuvieron un hijo: Enrique. Nicasio trabajó en el Ayuntamiento de Bilbao.

7.4.3 Abdón Varona García: se casó en Bilbao en 1934 con Ángela Ruiz Baranda (Bárcena de Pienza); la pareja se estableció en Bilbao; tuvieron dos hijos: Luis y Carlos.

7.4.4 Ángel Varona García: se casó en Bilbao en 1933 con Enriqueta García González (Baracaldo, 1911); establecidos en Bilbao hasta la guerra, luego en Barcelona; una hija: Olga. Ángel tuvo diversos negocios hosteleros en la ciudad condal. En los años inmediatamente anteriores a la guerra civil, Ángel militó en las Juventudes Socialistas de Bilbao, lo que le ocasionó pasar varios años en diversos penales y cárceles del norte de España (Pamplona, Valdenoceda, Burgos).

7.4.5 Narciso Varona García: se casó en Huérmeces en 1933 con Leonila Alonso Villalvilla (Hces, 1910); establecidos como labradores en Huérmeces; seis hijos: Constantina, Mª Begoña, Mª Carmen, Jesús, José y Elisa.

7.4.6 Bernardo Varona García: se casó en Huérmeces en 1939 con Ludivina Villalvilla Santiago (Hces, 1915); establecidos en Huérmeces; dos hijos: Abilio y Carlos. Bernardo perdió la vista durante su participación en la guerra civil.

7.4.7 Constantina Varona García: se casó en Huérmeces en 1941 con Epifanio Villanueva González (Hces, 1914); se establecieron en Pamplona; una hija: Raquel; Epifanio fue policía nacional.

7.4.8 Jesús Varona García: se casó en Huérmeces en 1945 con Eliecer Varona Ortega (Hces, 1925); se establecieron como labradores en Huérmes; tres hijos: Mª Gloria, Elena y Aurelio.

7.4.9 José Varona García: se casó en Huérmeces en 1945 con Fidela Villanueva González (Hces, 1923); se establecieron en Barcelona; dos hijos: José María y Fernando. José fue policía nacional.

7.4.10 Petra Varona García: se casó en Huérmeces en 1944 con Víctor Villanueva González (Hces, 1920); se establecieron como labradores en Huérmeces; cuatro hijos: Isidro, Marina, Silvano y Bernardo


8. PETRA GARCÍA GONZÁLEZ (1848)

En el padrón de 1886, cuando contaba con 38 años de edad, residía en el hogar familiar, junto a su madre viuda y a su hermana Juana. Sabemos que tres años más tarde, en 1889, a la edad de 41 años, contrajo matrimonio en Huérmeces con su sobrino Francisco de la Iglesia García (Santibáñez, 1849), hijo de su hermana Lucía. Francisco era vecino de Villafranca del Bierzo, aunque la pareja acabó por establecerse en Burgos. Desconozco si tuvieron descendencia. Petra falleció en Burgos en 1899, a los 51 años de edad. Francisco lo hizo en 1917, a los 68 años.


9. JUANA GARCÍA GONZÁLEZ (1851)

En el padrón de 1886, cuando contaba con 35 años de edad, residía en el hogar familiar, junto a su madre viuda y su hermana Petra. En 1895, cuando ya contaba con 45 años de edad, contrajo matrimonio en Huérmeces con Pedro Benito León (Sotresgudo, 1849), médico de Ubierna entre 1884 y 1927. Eran las segundas nupcias del médico, ya que previamente estuvo casado con Beatriz Robles Nestar, con la que tuvo varios hijos, dos de ellos relacionados con Huérmeces: Maura (futura esposa del médico de Huérmeces, Rogelio Pérez Domingo) y Crisógono (futuro médico en Basconcillos del Tozo, y futuro padre de Alberto Benito Bravo, médico de Huérmeces entre 1976 y 2001). Juana y Pedro no tuvieron descendencia. Desconocemos la fecha del fallecimiento de Juana, aunque sabemos que Pedro, ya viudo, residía en 1936 en Basconcillos del Tozo.




ANEXOS

I. LA FÁBRICA DE PEINES DE SADORNIL, EN LA CALLE BARRIO GIMENO

En tiempos pasados, antes de la aparición del plástico como material universal, los peines se fabricaban en madera de boj, de una manera artesanal al principio y mecanizada más tarde. Sin embargo, a partir de principios del siglo XX, llegan nuevos materiales que compiten con la madera como materia prima para la fabricación de peines, principalmente el celuloide (termoplástico de nitrato de celulosa, usado como sustituto de marfil, concha y coral) y la galalita (termoplástico a base de caseína y formol).

Los subproductos de dicha fabricación (serrín y desechos de madera de boj) se comercializaban también, empleándose para limpieza de pisos y como combustible de estufas, chimeneas y cocinas económicas. También hemos encontrado anuncios que demandaban madera de peral y aliso para alguna de las fábricas de peines de la época.

Durante la última década del siglo XIX y las cuatro primeras del XX existieron en la ciudad de Burgos varias fábricas de peines. En la prensa de la época aparecen varios anuncios relativos a ofertas de trabajo en dichas fábricas. Así mismo, alguna de ellas aparece en los "anuarios" comerciales de aquellos tiempos.

  • 1894: Fábrica de Peines de Manuel Balans. Fernán González nº 82
  • 1907: Fábrica de Peines de boj. José Miguel Oliván. Calle de los Cubos
  • 1923: Fabrica de Dominós y Peines de M. Arroyo. Calle de Santa Cruz nº 28 
  • 1937-1938: Fábrica de Peines de Moliner. Calle Vitoria nº 100


La Acción (Madrid), 7 de septiembre de 1923


No obstante, resulta ser la fábrica de peines de los Sadornil, ubicada en la casa nº 29 de la calle Barrio Gimeno, la más extensamente publicitada en la prensa local de la época.


La Acción (Madrid), 7 de septiembre de 1923



Por las fechas en las que aparecen el primer y último anuncio, suponemos que la fábrica funcionó durante buena parte de la primera mitad del siglo XX, en concreto durante el periodo 1904-1946. 

Creemos que el fundador de la empresa fue Marcelino Sadornil García, hijo de Félix Sadornil y Mª Mercedes García González (Hces, 1831), la segunda de los nueve hijos que tuvo la pareja farola formada por Josefa "Pelegrina" y Antonio el "Maestro de Postas".

[poco sabemos de Félix Sadornil, el patriarca de la saga; entre 1846 y 1858 aparece en la lista de electores por la ciudad de Burgos, por lo que suponemos que regentaba algún tipo de negocio en la capital provincial; aparece domiciliado en la calle de la Calera nº 3; entre 1850 y 1852 aparece como concejal (regidor) del Ayuntamiento de Burgos, siendo entonces alcaldes Luis Castrillo y Timoteo Arnáiz]

Supongo que Marcelino nació en Burgos (1854) aunque, curiosamente, durante sus años jóvenes residió un tiempo en Huérmeces, quizás en casa de alguno de sus tres tíos (los hermanos de su madre Mercedes, y sus cónyuges) que vivían en el pueblo. En 1874 Marcelino aparece incluido en el reemplazo militar por Huérmeces; en 1880 figura como alumno (26 años de edad) en la Academia Provincial de Dibujo (Escuela de Dibujo del Real Consulado de Burgos); en 1888 lo hace en la relación de bajas registradas en el censo electoral de Huérmeces, por traslado de domicilio.

Seguramente, hacia aquel año de 1888 contrajo matrimonio (quizás en Burgos) con su prima hermana, María de la Iglesia García, que era hija de sus tíos Lucía García González (Hces, 1829; también hija de "Pelegrina" y el "Maestro de Postas") y Manuel de la Iglesia Ortega (Santibáñez).

La primera reseña relativa a la fábrica de peines de Marcelino Sadornil aparece en 1904, cuando el Diario de Burgos publica un permiso municipal para instalar un motor de gas para la fabricación de peines en Barrio Gimeno nº 29.


Diario de Burgos, 14 de noviembre de 1904


Desconozco si la fábrica había comenzado su actividad en años anteriores, por lo que la adquisición del motor podría ser una simple mejora en el proceso productivo. El caso es que a partir de esta fecha comienza a ser habitual la aparición de reseñas (permisos municipales y anuncios publicitarios) en la prensa local (Diario de Burgos y El Castellano).


Diario de Burgos, 29 de mayo de 1909



Solo sabemos que su primer y único hijo, Manuel Sadornil de la Iglesia, nació en la localidad berciana de Cacabelos en 1889. En Villafranca del Bierzo residía desde hacía algún tiempo Francisco de la Iglesia García (Santibáñez, 1849), hermano de su futura mujer y que, para acabar por enrevesar aún más el árbol genealógico de esta rama familiar, contraería matrimonio aquel mismo año de 1889 con su tía Petra García González (Hces, 1848), la octava de los nueve hijos de "Pelegrina" y el "Maestro de Postas".

[observamos con cierta sorpresa cómo tres hijas de "Pelegrina" y el "Maestro de Postas", Mª Mercedes, Lucía y Petra, acabaron por estar relacionadas de una manera más o menos directa con los Sadornil de Burgos; Mª Mercedes, al casarse con el patriarca Félix Sadornil; Lucía, al traer al mundo a una hija -María- que acabaría por casarse con Marcelino Sadornil, hijo de Félix; y Petra, al instalarse en el Bierzo con un natural de Santibáñez, determinando que su sobrino, Manuel Sadornil, allí naciera. Curiosos tiempos aquéllos] 

Marcelino falleció en Burgos en 1927, a los 73 años, aunque ya llevaba un tiempo apartado de la fábrica de peines, debido a algún problema de salud. Desde 1918, la fábrica era regentada por su hijo Manuel, que se había casado dos años antes con Caridad del Río Rodríguez.

Manuel y Caridad tuvieron varios hijos, de los que cinco sobrevivieron a la infancia y primera juventud: Mª Pilar (1917), Gerardo (1920), Félix (1921), Fernando (1924) y José Ramón. María Pilar acabó ingresando en las Carmelitas Descalzas en 1945, llegando a ser priora del convento burgalés.

[otro hijo de Manuel y Caridad, José Manuel Sadornil del Río, falleció en noviembre de 1936, a los 18 años de edad, en el frente norte de la provincia, durante la toma de Soncillo]

Manuel continuó al pie del negocio hasta 1945, siendo sustituido por su hijo Gerardo Sadornil del Río, que entonces tenía 25 años de edad. Puede que Manuel se dedicara a otros negocios, dejando la fábrica en manos de su hijo mayor.

En noviembre de 1945 aparecen numerosos anuncios y reseñas relativos a la fábrica de peines, ahora denominada "Hijo de M. Sodornil" (el referido Gerardo Sadornil). Desconocemos si la fábrica dejó de funcionar en aquellas fechas o si, únicamente, dejó de publicitarse en la prensa local. El último anuncio de la fábrica de peines Sadornil lo encontramos en La Vanguardia, con fecha 4 de mayo de 1946.

Durante los años de la guerra civil, encontramos un curioso anuncio en el Diario de Burgos, que nos habla de la continuada relación entre Huérmeces y los Sadornil de Burgos. Manuel Sadornil aparece como propietario del molino de Cigatón, y lo publicita a efectos de su arriendo. 


Diario de Burgos, 26 de agosto de 1937


La relación entre Huérmeces y los Sadornil no finalizó en aquellos años. Otro de los hijos de Manuel Sadornil, Félix Sadornil del Río, acabó por instalarse en Barcelona en los años cincuenta, dónde mantuvo cierta amistad con una familia natural de Huérmeces que también se había instalado en la ciudad condal: la familia Miguel Pérez.


II. LA PARADA DE POSTAS DE HUÉRMECES

Durante gran parte del siglo XIX Huérmeces mantuvo una parada de postas, dentro de la ruta de Burgos a Reinosa, que transcurría por el viejo Camino Real. Dicha parada debía mantener siempre listos a un total de cinco caballos para hacer frente al servicio ordinario y extraordinario de correos.


Mapa Itinerario Militar de España (1865): -o- indica parada de postas (Hces, Ubierna, Basconcillos, Tubilla, Hontomín)


En la ruta entre Burgos y Reinosa encontramos tres paradas de postas (aparte de las situadas en las citadas localidades de origen y destino): 
  1. Huérmeces: a unos 22 km de Burgos y 87 km de Reinosa
  2. Basconcillos del Tozo: a unos 31 km de Huérmeces, 53 km de Burgos y 56 de Reinosa
  3. Canduela: a unos 30 km de Basconcillos, 83 km de Burgos y 26 km de Reinosa; a partir de la inauguración del ferrocarril Palencia-Santander (1866), la parada de postas pasó a Quintanilla de las Torres
El maestro de postas, como responsable de la parada que era, se encargaba también de la asignación de postillones (guías) para los correos, viajeros o ganados. El postillón iba a caballo delante de las postas, ganado o viajeros a modo de guía, llevando consigo una trompeta que hacía sonar para avisar de su paso (motivo por el cual dicha trompeta continúa apareciendo en el moderno logo de Correos).





El puesto de maestro de postas era de provisión real, a propuesta de la Dirección General de Correos. En principio, no era un cargo que pudiera ocupar cualquier vecino del pueblo, ya que se requerían ciertos niveles socio-económicos. Más tarde, al sacarse a subasta las diferentes paradas, primaba más la capacidad económica del adjudicatario, que pasaba a ejercer las funciones propias del maestro de postas.



Emblema de la Casa de Postas (Colección filatélica Ramón Marull)



En el caso de Huérmeces, la parada de postas adquirió especial relevancia durante la primera carlistada (1833-1840), por lo que fue necesario establecer un destacamento militar en el pueblo, debido a los frecuentes robos e interceptaciones de correo sufridas a manos de la facción.


Boletín Oficial de Burgos, 14 de febrero de 1837
 


Boletín Oficial de Burgos, 7 de junio de 1836


Un anuncio de junio de 1836 saca a pública subasta las paradas de postas de Huérmeces, Canduela, Basconcillos y Reinosa, exigiendo el mantenimiento de cinco caballos en cada una. La duración de las respetivas contratas será de tres años (1836-1839). 


Diario Oficial de Burgos, 11 de noviembre de 1836

Meses más tarde, en noviembre de 1836, se saca a pública subasta (remate) la parada de postas de Burgos, establecida en el arranque del camino real de Burgos a Reinosa, por Huérmeces. En esta parada se exige el mantenimiento de cuatro caballos.

En Huérmeces, contigua a la calle Real, existe una plazuela denominada La Parada. El origen del nombre podría hacer referencia tanto a la antigua Parada de Postas como a la posterior Parada de Sementales.

[en dicha plazuela de "La Parada" se enclava la que fuera casa de Lorenzo Güemes Pérez (Úrbel, 1886), zapatero de Huérmeces durante cuarenta y cuatro años (1916-1960); Lorenzo se casó en Burgos en 1913 con Lucila Infante García (Los Valcárceres, 1889) y se establecieron en nuestro pueblo. Lucila fue modista durante buena parte de aquellos años. Lorenzo y Lucila tuvieron dos hijos: Vidal (Los Valcárceres, 1913) y María Pilar (Hces, 1922). Vidal se estableció como labrador en Trashaedo del Tozo; María Pilar se estableció en Burgos a la muerte de sus padres. La casa de "La Parada" fue propiedad de Quiterio Hidalgo, a cuya muerte en 1930 pasó a manos de su hija Amancia que, en 1941, procedió a vendérsela a Lorenzo el zapatero, que ya la ocupaba en régimen de alquiler]  

En el entorno de Huérmeces, existían paradas de postas en Ubierna y Tubilla del Agua, en la ruta de Santander; Hontomín y Pesadas, en la ruta de Santoña; Monasterio de Rodilla, en la ruta de Francia.


FUENTES

-Archivo Diocesano de Burgos: libros sacramentales de la parroquia de San Juan Bautista de Huérmeces: Bautizados IV (1781-1825); Bautizados V (1825-1851); Bautizados VI (1852-1876), Bautizados VII (1877-1903); Casados IV (1785-1826); Casados V (1826-1851); Finados V (1826-1851), Finados VI (1852-1880), Finados VII (1881-1915)

-Apuntes genealógicos familiares, realizados durante la década de 1980 por José Varona García (Hces, 1921-Barcelona, 2008), tío-abuelo de este bloggero; en dichos apuntes es dónde encontré por primera y única vez el apelativo "Pelegrina" aplicado a Josefa González Sáiz, la coprotagonista de este post; en ellos también encontré la única referencia relativa a "Marcelino, el de la fábrica de los peines", que me animó a tirar de este hilo hasta "descubrir" a los descendientes de las hermanas Lucía y María Mercedes García González y su relación con la familia Sadornil y su fábrica de peines de la calle Barrio Gimeno de Burgos.

-Los datos biográficos relativos a los descendientes de las hermanas García González que no se establecieron en Huérmeces (Lucía, Mª Mercedes, Casilda, Petra y Juana) han sido extraídos de diversas reseñas (bodas, nacimientos, esquelas) publicadas en el Diario de Burgos entre 1906 y 1988, así como de varios anuncios publicados en el Boletín Oficial de la Provincia durante las mismas fechas.

sábado, 1 de noviembre de 2025

Victoriano Ubierna Guilarte, un burebano ajusticiado a garrote vil: Barcelona, 1875


Quizás influenciado por el inevitable "efecto halloween", que todo lo invade e impregna durante estos últimos días de octubre, hoy presentamos una truculenta historia, poco conocida por estos lares, que tiene por protagonistas activos a un joven soldado de origen burgalés y a una "malvada viuda" levantina, y por protagonista pasivo a un ya anciano y desafortunado comerciante barcelonés.

Esta historia contiene todos los ingredientes necesarios para atraer la atención de los lectores de prensa de ayer y hoy: amores insanos, avaricia rompesacos, maldad sin límites en forma de viuda desalmada, estrangulamiento y posterior descuartizamiento de un anciano, crónica policial, largo proceso judicial, solicitudes de clemencia, verdugo con nombre de mártir y, como desenlace, una doble ejecución a garrote vil. 

La historia trascurre entre los años 1872 y 1875, en plena tercera guerra carlista, en un contexto poco adecuado para cometer un crimen de raíz codicioso-pasional.

Para abrir boca, comencemos por el final de la historia.

El miércoles 9 de junio de 1875 se produjo en Barcelona la ejecución, por garrote vil, de dos personas: un hombre joven, "alto y bien parecido" y una mujer, ya no tan joven.

Casi dos años antes, el 13 de octubre de 1872, ambos habían participado en el estrangulamiento y descuartizamiento de Pedro Batllori, un esterero de la calle del Conde del Asalto, en el barrio de Hostafrancs de la Ciudad Condal. 

Al ser detenidos, pocos días después del crimen, sus nombres y circunstancias aparecieron con profusión en la prensa de la época:

  • Victoriano Ubierna Guilarte, soltero, soldado desertor, natural de "San Julián de Gureba" (Burgos), de 31 años de edad 
  • Gregoria Foix i Rambla, viuda, criada, natural de Benicarló (Castellón), de 42 años de edad
A partir de estos escuetos datos, ha sido posible pergeñar una pequeña reseña biográfica de cada uno de los dos protagonistas activos. La de Victoriano ha sido posible gracias a la mera serendipia ya que, buscando Ubiernas faroles, localicé sus apellidos en un padrón electoral de 1896, lo que me permitió suponer cual podría haber sido el lugar preciso de su nacimiento.


Censo electoral de 1896


La peripecia vital de Gregoria fue mucho más sencilla de realizar, gracias al gran despliegue mediático que originó la noticia en la prensa de hace ya ciento cincuenta años. En su condición de "malvada viuda", los datos biográficos de Gregoria circularon por las rotativas de la época, y hoy se encuentran afortunadamente digitalizados en las múltiples bibliotecas virtuales de este siglo.


VICTORIANO UBIERNA GUILARTE

Victoriano Ubierna Guilarte había nacido en 1842 en la localidad burgalesa de Santa Olalla de Bureba, siendo el segundo de los seis hijos que trajo al mundo una humilde pareja de jornaleros, también naturales de aquel pueblo burebano.

[Ignoramos los motivos por los que, en la prensa de la época, aparece reiteradamente "San Julián de Gureba" (o incluso "San Julián de Guseva") como su localidad natal, ya que no existe pueblo alguno con dicho nombre; lo de Gureba (por Bureba) puede tratarse de un comprensible error tipográfico, pero lo de San Julián resulta más difícil de entender, ya que ni siquiera la iglesia del lugar presenta dicha advocación; quizás fue el propio Victoriano el que proporcionó el falso dato, en un intento por evitar que sus familiares acabaran por enterarse de su trágico sino]

En 1862 componían el hogar familiar de los Ubierna Guilarte (casa nº de la calle de Burgos, en Santa Olalla de Bureba) los padres, Pablo y Mª Jesús, y tres hijos: Victoriano (20 años), Francisco (10 años) y Baltasara (1 año). 

En 1863, Victoriano ya no aparece en el hogar familiar, por lo que damos por sentado que tuvo que salir del pueblo para prestar sus servicios a la patria al cumplir los 21 años, tal y como era preceptivo en aquellos tiempos. Seguramente, ya no regresó nunca a su pueblo natal, acabando por ingresar en el ejército, una salida muy común para los jóvenes de humilde familia.

Sabemos que en 1872 se encontraba adscrito al Primer Regimiento de Ingenieros, destinado en la ciudad de Barcelona. Dicen las crónicas que Victoriano era un apreciado soldado en su batallón. 

[conviene recordar que, en abril de 1872, había estallado la tercera guerra carlista, conflicto bélico que resultaría especialmente activo en las Provincias Vascongadas, Navarra, el Maestrazgo y Cataluña; los movimientos de tropas serían, pues, una constante en la época]


GREGORIA FOIX i RAMBLA

Gregoria Foix había nacido en Benicarló en 1831. En Valencia había regentado una pequeña tienda, trasladándose posteriormente a Barcelona, dónde falleció su marido durante la epidemia de fiebre amarilla de 1870, convirtiéndose en viuda a los 39 años de edad. Las crónicas nos hablan de que aquel matrimonio no tuvo descendencia alguna, por lo que Gregoria afrontó sola la viudez, sin cargas familiares, buscándose la vida como buenamente pudo.

Sirvió durante un tiempo en una casa del barrio de la Barceloneta y acabó por entrar a servir en la de Pedro Batllorí, un acomodado comerciante que se había divorciado de su esposa, Josefa Mas, hacía muchos años, sin que tuvieran descendencia alguna. Batllorí era esterero (o espartero) esto es, fabricante y vendedor de esteras de esparto, tan utilizadas por entonces para cubrir todo tipo de suelos en viviendas. Su local se encontraba en la calle Conde del Asalto.

Parece ser que Batllorí se mostraba tan satisfecho por los servicios y cuidados prestados por Gregoria que el viejo la había nombrado heredera única de sus bienes, formalizando el testamente correspondiente.

No obstante, Gregoria temía que el viejo cambiara de opinión en el último momento, haciendo las paces con su exmujer y cambiando el contenido del testamento.


VICTORIANO CONOCE A LA "INFERNAL MUJER QUE LE ARRASTRÓ AL CAMINO DE SU PERDICIÓN"

Durante aquellos años, Gregoria conoció al apuesto soldado Victoriano Ubierna Guilarte, cuya unidad militar (Primer Regimiento de Ingenieros) se encontraba destinada en Barcelona. Victoriano era mucho más joven que Gregoria, pero eso no fue obstáculo para que el burebano se enamorara perdidamente de la viuda levantina. Gregoria y Victoriano mantuvieron su relación a escondidas, guardando las apariencias, tan importantes en las costumbres sociales de la época.

Tal era la obsesión amorosa de Victoriano por Gregoria que, en septiembre de 1872, al marchar hacia Madrid su unidad militar, el soldado decidió desertar y quedarse en Barcelona con su amante. Tras la deserción, Gregoria le buscó alojamiento en una casa de huéspedes en la ciudad, pagándole todos los gastos de manutención y alojamiento. Victoriano, carente de documentación, se hizo pasar por hermano de Gregoria, bajo el nombre ficticio de Juan.

A estas alturas de los acontecimientos, Gregoria ya había concebido el proyecto de matar a su amo, y no tardó mucho en hacer partícipe del mismo a su amante. Le propuso acabar con Batllori, asegurándole que después se casarían, pondrían una tienda y vivirían felices para siempre.

Victoriano, abducido por la viuda, cedió a sus criminales propósitos y, a instancias de Gregoria, se ocultó durante una noche en la esterería, aunque no encontró fuerzas suficientes para llevar a cabo tan horrible plan, por lo que abandonó la casa al día siguiente sin ser visto por el pobre Batllori.


EL CRIMEN DEL ESTERERO DE LA CALLE CONDE DE ASALTO 

El sábado 12 de octubre de 1872, ocho días después de aquel primer intento fallido, Gregoria fue a buscar a Victoriano a la casa de huéspedes dónde lo tenía alojado, y lo llevó de vuelta a la casa del esterero, ocultándolo ahora en un cuartito inmediato al suyo.

Llegada la noche, profundamente dormido el esterero Batllori, gracias a cierta cantidad de opio que Gregoria le había administrado, Victoriano se atrevió finalmente a echarse sobre la víctima, apretándole el cuello con todas sus fuerzas, hasta que el pobre hombre dejó de respirar.

Consumado el asesinato, la pareja subió al cuarto de Gregoria y se dispusieron ambos a dormir o a lo que fuera menester. A la mañana siguiente, Gregoria abrió la puerta de la tienda, a la hora habitual.

Y comenzó la carrera de errores de la inductora del crimen. Para proceder al imprescindible descuartizamiento del cadáver del esterero, solicitó la ayuda de un viejo conocido, y en dichas labores invirtieron los tres todo el domingo día 13 de octubre.

El lunes también fue un día ajetreado en la tienda de la calle del Conde del Asalto, ya que a primera hora de la mañana un carretón paró en la puerta de la esterería, dónde ya se encontraban esperando a su transporte tres bultos liados y cosidos en esteras. Uno contenía el tronco; otro los brazos, los pies y manos; el tercero, los dos muslos. La cabeza fue llevada por la propia Foix a las huertas de San Beltrán (Montjuïc), mientras que Victoriano y el incauto carretero se dirigían a Sants, en dónde el soldado desertor pagó al transportista tres pesetas por su trabajo y le despidió.

Aquella misma tarde, una joven que recogía berenjenas en las hueras de San Beltrán, encontró el bulto que contenía la cabeza del infortunado Batllori. Las autoridades judiciales dispusieron que la cabeza encontrada fuera expuesta al público en el hospital de Santa Cruz, al objeto de que alguien pudiera identificar a la persona a quien había pertenecido. Al mismo tiempo, se encontraron en Sants los tres bultos escondidos por Victoriano.

No obstante, en el descubrimiento de los autores del asesinato jugó un papel fundamental un barbero llamado Cayetano Florensa, que acudió al juzgado a declarar que aquel mismo día había realizado una sangría a un enfermo que resultó ser Victoriano Ubierna, al que no habían sentado nada bien las fechorías realizadas en las horas anteriores. Gregoria, al ver el lastimoso estado de su amado, no tuvo mejor idea que ir a buscar al barbero para que sangrase a su Victoriano. El Barbero observó actitudes sospechosas en la pareja y, cuando se enteró de la desaparición del esterero, ató cabos y largó.

La pareja fue detenida el 17 de octubre de 1872 y entregada a las autoridades judiciales, que decretaron su inmediato ingreso en prisión.


EL JUICIO Y LA SENTENCIA DEFINITIVA    

Tras el correspondiente proceso judicial, la Sala de lo Criminal de la Audiencia de Barcelona impuso la pena capital para los dos autores del asesinato, con agravantes de todo tipo y ningún atenuante posible: abuso de confianza, premeditación completa, alevosía infame, nocturnidad, en la propia habitación de la malhadada víctima, etc.

Los recursos planteados por los abogados ante el Tribunal Supremo no tuvieron éxito alguno y, de esta manera, dos años y tres meses después de los hechos, el 8 de enero de 1875, se notificó la sentencia definitiva a los procesados, "imponiéndose pena de muerte a Gregoria Foix, la criada con quien habitaba la víctima, y a Victoriano Ubierna, artillero con quien aquella tenía relaciones amorosas".

[aunque el romance popular afirma que el 29 de marzo de 1875 se insertó en la Gaceta de Madrid el fallo definitivo del Tribunal Supremo, no he sido capaz de encontrar dicha reseña, ni en el ejemplar de ese día ni en los inmediatamente anteriores y posteriores] 

En mayo de ese mismo año de 1875, en un intento a la desesperada, algún personaje notable solicitó al recién coronado Rey Alfonso XII el indulto de la pareja, aunque la iniciativa tampoco tuvo éxito. 


El Constitucional, 27 mayo 1875


Aunque los indultos reales eran práctica habitual en aquellos tiempos, las macabras peculiaridades del crimen cometido por los reos, así como la repercusión social alcanzada por el mismo, aconsejaron no acceder a la petición de indulto.  

[Primo Bosch i Labrús (Barcelona, c.1833-1887) era por entonces vocal de la Casa de la Caridad de Barcelona]

[hay que tener en cuenta que en febrero de 1873, apenas a los cuatro meses de cometerse el crimen del esterero, se proclamó la Primera República en España, por lo que Victoriano y Gregoria podían albergar la esperanza de ser amnistiados por las nuevas autoridades, tal y como sucedió en otros casos; la aventura republicana finalizó en diciembre de 1874 con la llegada del nuevo Rey, Alfonso XII; de todas formas, Victoriano y Gregoria lo tenían muy complicado] 

Parece ser que el entonces alcalde de Barcelona, Ramón de Sentmenat i Despujol (VIII marqués de Ciutadilla) elevó a S.M. una súplica telegráfica en demanda del indulto de la pareja, a pocas horas de la fecha fijada para la ejecución. No obtuvo respuesta.


LA EJECUCIÓN, A GARROTE VIL, DE GREGORIA Y VICTORIANO 

Dicen las crónicas que Gregoria, estando ya en capilla, alegó que se encontraba embarazada, lo que supondría la suspensión inmediata de la ejecución. Sin embargo, el oportuno reconocimiento médico descartó tal estado.

El día y hora designados finalmente para la ejecución de la doble sentencia de muerte resultó ser el 9 de junio de 1875, a las nueve de la mañana. Una hora antes, los reos abandonaron la capilla sostenidos por los Hermanos de la Paz y Caridad, la cofradía encargada de estos menesteres.

Dicen las crónicas que primero fue ejecutada Gregoria, quizás por su condición de mujer, para evitarle los sufrimientos de ver morir a su amante. También dicen que los dos afrontaron la muerte con cristiana resignación, con un Victoriano emocionado al reconocer a sus antiguos compañeros del Regimiento de Ingenieros.  


Ejecución a garrote vil de Victoriano Ubierna y Gregoria Foix, los asesinos de Pedro Batllori (1875) 


El lugar designado para el establecimiento del cadalso fue un solar existente enfrente del Portal de Sant Antoni, una de las principales puertas de acceso a la Barcelona medieval. Desde 1882, en dicho solar se levanta el conocido Mercat de Sant Antoni.

La ejecución de Victoriano y Gregoria fue una de las más multitudinarias que ha visto la ciudad de Barcelona. Parece ser que, entre la muchedumbre asistente, pudieron verse algunos niños, acompañados de sus padres; quizás se trataba de un tétrico intento ejemplificador: "mira hijo, cómo puedes acabar, si eres malo".


El Constitucional, 15 junio 1875


Los cadáveres de Victoriano y Gregoria se mantuvieron en el patíbulo, su cabeza cubierta con un paño, hasta una hora antes de la puesta de sol, cuando los Hermanos de la Sangre los retiraron "con respeto religioso".


NICOMEDES, EL VERDUGO 

Nicomedes Méndez López (Haro, 1842-Barcelona, 1912) fue el verdugo oficial de la Audiencia de Barcelona durante las tres últimas décadas del siglo XIX y la primera del XX. También ejerció de verdugo sustituto en las Audiencias de Valencia y Zaragoza.

[Aunque Nicomedes nació en Haro, sus padres, Santiago Méndez y Paula López, eran burgaleses de nacimiento]

Por sus experimentadas manos pasaron muchos reos ajusticiados a garrote vil. Desde su primera ejecución para la Audiencia de Barcelona, la referida de Victoriano Ubierna y Gregoria Foix (1875), hasta la siguiente, la de Isidro Mompart en 1892, transcurrieron diecisiete años sin que girara en Barcelona el tornillo del garrote, aunque luego acaecieron cuatro en cinco años.

Entre los reos agarrotados por Nicomedes destacan los siguientes:

  • Victoriano Ubierna y Gregoria Foix (Barcelona, junio 1875)
  • Isidro Mompart i Prat (Barcelona, enero 1892)
  • Aniceto Peinador (Barcelona, junio 1892)
  • Santiago Salvador Franch (Barcelona, noviembre 1894)
  • Rosa Boix Freginals (Mataró, julio 1896)
  • Silvestre Lluis (Barcelona, junio 1897) [última ejecución pública en Barcelona]
  • Juan Rull Queraltó (Barcelona, agosto 1908) 

Nicomedes falleció en Barcelona en 1912, a los 70 de edad, apenas cuatro años después de la última ejecución por él administrada. Tenía fama de diestro en el manejo del tornillo, evitando sufrimientos innecesarios a los condenados. Él siempre se consideró un honesto y eficiente funcionario.

Como algún que otro famoso verdugo, Nicomedes era criador de canarios, aves a las que profesaba ciega admiración. A pesar de ser una persona apreciada en su barrio, Nicomedes tuvo una vida desgraciada. Enviudó pronto, al fallecer su esposa, Alejandra Barriuso Amo, natural de Valdeajos, que era 18 años mayor que él. Tuvo dos hijos, ambos con trágico final: su hijo Juan murió joven, en el Asilo de Pobres, inmovilizado por una camisa de fuerza, durante uno de sus agitados delirios; su hija, Paula, se suicidó porque su novio la dejó al enterarse de la macabra profesión de su padre.

Los años últimos de Nicomedes fueron tristes y solitarios, acompañado únicamente por el alcohol y las personas que aún estaban dispuestas a escuchar los relatos acerca de sus más de treinta años de experiencia como verdugo oficial de Barcelona.

Dice la leyenda popular que a los verdugos les espera un destino trágico, ya que las almas de los ejecutados suelen vengarse de su ejecutor. Palabrería popular que, sin embargo, permitía llenar horas de charla en mercados, cafés y tranvías de la Barcelona finisecular. 


"El garrote vil". Ramón Casas (1894). Centro de Arte Reina Sofía (Madrid)


En un conocido cuadro de Ramón Casas, pintado en 1894 y hoy colgado en el Centro de Arte Reina Sofía, aparece -a la izquierda, en la lejanía- la pequeña figura del verdugo Nicomedes, con sus manos apoyadas en el siniestro tornillo, a punto de hacerlo girar. 


"El garrote vil", Ramón Casas (1894) Detalle



En la pintura destaca la muchedumbre expectante, así como la presencia de los Cofrades de la Sangre, con sus tétricos capirotes. Parece ser que la pintura ilustra la ejecución del joven Aniceto Peinador, de 19 años de edad, acaecida en Barcelona en junio de 1892.  


ANEXOS

I. APUNTES GENEALÓGICOS DE VICTORIANO UBIERNA GUILARTE

Victoriano había nacido en 1842 en la localidad de Santa Olalla de Bureba. Era el segundo de los seis hijos que había traído al mundo la humilde pareja de jornaleros formada en 1839 por Pablo Ubierna Arce y Mª Jesús Guilarte Munguía, ambos naturales y vecinos de aquel pueblo burebano.

Los abuelos y bisabuelos de Victoriano procedían de Santa Olalla y diversos pueblos del entorno: Rioseras, Celada de la Torre, Santa María de Invierno y Prádanos de Bureba.






De los seis hijos que tuvieron Pablo Ubierna y Mª Jesús Guilarte, dos murieron al nacer (Félix e Ignacia), otro al poco de cumplir dos años (Baltasara), otro antes de alcanzar la madurez (Antonia) y solo dos alcanzaron la edad adulta: Victoriano y Francisco

Solo Francisco se estableció en el pueblo, y allí domiciliado aparece en los censos electorales de 1890-1900.

La madre, Mª Jesús Guilarte, falleció en 1874, a los 56 años de edad. Un año antes de que su hijo fuera ejecutado a garrote vil. Ella, por lo menos, se libró de conocer el trágico final de su hijo.

El padre, Pablo Ubierna, falleció en 1879, a los 62 años de edad. Cuatro años después del ajusticiamiento de su hijo Victoriano. Mucho me temo que él si que llegó a conocer la muerte de su hijo, ya que en su partida funeraria se afirma que al morir "dejó un solo hijo, llamado Francisco".

Tanto Pablo como Mª Jesús recibieron entierro de pobre, en su condición de "pobres de solemnidad". La vida no fue nada generosa con los Ubierna Guilarte.

Los apellidos Ubierna, Guilarte, Munguía y Arce eran relativamente comunes en los pueblos del hoy municipio de Valle de las Navas, así como en los pueblos burebanos situados en la zona limítrofe con aquel. El apellido Goyo, portado por una de las bisabuelas de Victoriano (Marina Goyo Munguía, natural de Santa Olalla, c.1760), constituye hoy en día una auténtica rareza (apenas 150 personas llevan en España este apellido: 60 lo hacen como apellido paterno, 90 como materno).



II. EL ASESINATO DEL ESTERERO BATLLORI EN LA LITERATURA DE PATÍBULO EN ESPAÑA

En España y otros países europeos, existía un popular subgénero editorial que recibe el nombre de "literatura de patíbulo", que gozó de gran predicamento en los siglos del XVII al XIX.

Se trataba de impresos, de pocas páginas aunque con llamativas ilustraciones, que ofrecían "relatos relativos al reo que iba a ser ejecutado, sobre los crímenes que le habían conducido al suplicio, sobre su confesión, sobre la sentencia condenatoria, o sobre sus últimas palabras ante el verdugo"

En estos escritos se trataba de dar noticia de una ejecución aunque, sobre todo, tenían una intención claramente aleccionadora y propagandística, por lo que se convirtieron en una eficaz instrumento en manos del Estado, bien para enaltecer su poder, bien para mostrar su capacidad de mantener el orden público y hacer justicia, disuadiendo a los súbditos de seguir la senda criminal que había llevado al reo al cadalso. Tampoco hay que desdeñar la componente religiosa de aquellos escritos, en unos tiempos que Estado e Iglesia trabajaban en estrecha colaboración.

Muchos de estos escritos tenían una composición musical, en verso, más del gusto popular que la realizada en prosa. Así sucede con el pliego suelto que narra el caso que nos ocupa, y que firmado por Imprenta de Llorens (Barcelona) lleva por largo título:


"Sentencia y ejecución en garrote vil de Victoriano Ubierna natural de S. Julián de Gureba (Provincia de Burgos), soltero, de 33 años de edad, soldado distinguido del primer regimiento de ingenieros, y de Gregoria Foix i Rambla natural de Benicarló de edad 44 años viuda, autores del horroroso asesinato de Pedro Batllori, esterero, llevado a cabo en su misma casa de la calle del Conde de Asalto de la ciudad de Barcelona en la noche del 13 de octubre de 1872" 


Este pliego suelto mantiene un esquema narrativo similar al de otros escritos del subgénero de literatura de patíbulo:

  • presentación de los protagonistas y sus circunstancias
  • descripción detallada del horroroso crimen cometido
  • ocultación de pruebas y cadáver
  • delación por parte de cívicas personas
  • implacable actuación de la justicia
  • ejemplar castigo de los asesinos
  • arrepentimiento final, en el propio cadalso, abrazando la fe católica 
  • moraleja

 



El que podríamos denominar "Romance de Gregoria y Victoriano" consta de 78 estrofas de cuatro versos de arte mayor, con una rima asonante o consonante, más o menos lograda, a veces incluso ignorada. Valgan como ejemplo las estrofas siguientes:


Relaciones amorosas
contrarias al matrimonio,
pueden conducir al crimen
lo que sigue es testimonio.
...

Al esterero Gregoria
de tal manera mimaba,
que al hablar de la sirvienta
se le caía la baba.
...

Y la falsa, relaciones
tenía con un soldado,
desertor de Ingenieros,
llamado Victoriano.

Y era Victoriano Ubierna
lo que se dice un buen mozo,
y la Foix le idolatraba,
cual la niña de sus ojos.

Más el la correspondía
con tal amor y cariño,
que tan sumiso la estaba
cual si fuera un débil niño.
...

Vacilaba el asesino,
y ella valor le infundía;
que la Foix no era mujer,
sino una salvaje arpía.
...

Por disminuir el bulto
la cabeza le cortaron,
y de los brazos y piernas
al cadáver mutilaron.
...

Diz que al cadáver cortóle
ella las partes secretas;
a que se atreviera solo
una mujer sin vergüenza.
...

Y aunque el pueblo culpar suele
a la justicia de calma,
por descubrir la verdad
la justicia no se cansa.

A los tres o cuatro días
Gregoria y Victoriano
en la cárcel ya dormían,
puestos incomunicados.
...

El primer fallo que dióse
fue de pena capital;
confirmándolo la Sala
dicha de lo criminal.
...

Y el año setenta y cinco
expían su falta enorme,
delante de todo un pueblo,
en muerte de vil garrote.
...

Al ver a los Ingenieros,
sus antiguos camaradas,
rodaron por las mejillas
de Ubierna algunas lágrimas.
...

Fue primero ejecutada
la atribulada Gregoria;
lo fue luego Victoriano!
¡Que Dios los tenga en su gloria!
...

Procuremos no desviarnos
de la virtuosa senda,
ya que escarmentar podemos
todos en cabeza ajena.


[sobre el asesinato del esterero Batllori existe otra hoja suelta, titulada "Verídica relación del terrible asesinato de la calle del Conde del Asalto", y publicada por la Imprenta barcelonesa de Narciso Ramírez. Su contenido es similar, aunque el autor comienza el romance implorando fuerza a los poderes celestiales, en este caso a la Santísima Virgen, para poder narrar los terribles acontecimientos. Una vez más, se cargan las tintas contra la inductora del crimen, Gregoria Foix: "este reptil carnicero / cuya astucia refinada / y diabólico talento / fingiendo mucho cariño / y buen corazón fingiendo / supo ganar poco a poco / el agradecido pecho / del pobre Pedro Batllori / de toda maldad ajeno..." ]






III. LA PENA DE MUERTE EN ESPAÑA

Entre 1812 y 1975, al menos 1203 personas fueron ejecutadas "legalmente" en España. El 78% de aquellas ejecuciones (735) acaecieron durante el siglo XIX y el 22% (268) durante el XX.

Las cifras de ejecuciones realizadas durante el siglo XIX pueden considerarse similares a las de otros países del entorno. Sin embargo, la gran diferencia se observa durante los años posteriores al periodo bélico europeo 1939-1945, cuando en la España de Franco continuaron las ejecuciones, mientras que en el resto de Europa desaparecieron o disminuyeron claramente.

El garrote fue el método habitual de ejecución en la España durante los siglos XIX y XX, aunque están documentados casos puntuales de ahorcamiento. El fusilamiento fue el método habitual para sentencias de muerte emitidas por tribunales militares (generalmente, por delito de traición o asesinato de un superior).

Durante el siglo XX, la mayor parte de los condenados a muerte lo fueron por delitos de asesinato, terrorismo o bandolerismo.

Durante el Franquismo posterior a la guerra civil (1940-1975), se ejecutó a un total de 142 personas, la mayor parte de ellas a garrote vil (incluidas tres mujeres).




Especialmente patibularios resultaron los años 1812 (39), 1824 (39), 1825 (34), 1877 (32), 1876 (31), 1884 (26), 1897 (25), 1874 (24), 1880 (24), 1833 (23) y 1882 (21).

En 1875, el año en el que fueron ejecutados Victoriano Ubierna y Gregoria Foix, se produjeron en España otras 16 ejecuciones de reos. Cinco de aquellas penas de muerte habían sido impuestas por un tribunal militar, por lo que las ejecuciones fueron por fusilamiento. El resto, por garrote vil. La localización de los patíbulos se encontraba dispersa por todo el país: Barcelona, Burriana (Castellón), Calamocha (Teruel), Cañete (Cuenca), Lérida, Llerena (Badajoz), Logroño, Peralta (Navarra), Quintanar de la Orden (Toledo) y Reus (Tarragona).  

Durante el Franquismo, fueron los años 1943 (17), 1948 (10), 1952 (10) y 1953 (12) los más sanguinarios. Alguno de los hitos principales de aquellos años de abundantes penas de muerte fueron:

  • En 1959 fue ejecutado en Madrid, a garrote vil, el famoso José María Jarabo, asesino de cuatro personas
  • En ese mismo año de 1959 fue ejecutada en Valencia, también a garrote vil, la última pena de muerte impuesta a una mujer, Pilar Prada Expósito, condenada por envenenar a su señora
  • En 1974 se ajustició a garrote por última vez en España, en la persona de Salvador Puig Antich, ejecutado en Barcelona por el delito de asesinato de un policía, pena impuesta por un tribunal militar 
  • El día 27 de septiembre de 1975 se produjeron las últimas cinco ejecuciones acaecidas en nuestro país (tres en Madrid, una en Barcelona y otra en Burgos) en las personas de tres miembros del FRAP y dos de ETA, acusados de asesinar a tres policías y un guardia civil

IV. EL PUEBLO NATAL DE VICTORIANO: SANTA OLALLA DE BUREBA

El topónimo actual hace alusión a Santa Eulalia, y así aparece escrito en la primera referencia documental conocida: "Sancta Eulalia" (Cartulario de Oña, 1011). En aquellos tiempos, Santa Olalla formaba parte del alfoz de Monasterio, junto a Ahedo, Caborredondo, Galbarros, Monasterio de Rodilla, Quintanavides, Revillagodos, San Pedro de la Hoz y Temiño.

En la baja Edad Media formaba parte de la merindad de Bureba que, desafortunadamente, no aparece en el famoso Libro Becerro de las Behetrías de Castilla (1352).

En los tiempos del Catastro de Ensenada (1752) era un lugar de realengo con 34 vecinos, 2 viudas, 2 habitantes y 2 eclesiásticos, que suponían un total de 146 almas. Casi todos sus vecinos eran nobles. El caserío estaba formado por 28 casas habitables, 7 inhabitables y 6 arruinadas.

Por ocupaciones, moraban en el pueblo 28 labradores y 6 jornaleros: Juan Ruiz Puerta, Gregorio Goyo, Juan Ubierna, Domingo Ruiz, Manuel Ruiz, José Goyo, Francisco Ubierna García, Lucas Oviedo, Matías Sáiz, Francisco Munguía, Joaquín García, José Ruiz, José Iñiguez, José Iñiguez Ortiz, Francisco Ubierna, Francisco Segura, José Iñiguez Oviedo, Manuel Munguía, Juan Segura, Pedro Guilarte, Pedro Oviedo, Alonso Segura mayor, José Guilarte, Lorenzo Ruiz, Alonso Segura Rojas, Lorenzo Colina, Alonso Segura Sáiz, Juan Antonio Rojas, José Guilarte, Juan Bautista Munguía, Juan Antonio Segura, Manuel Munguía, Andrés Ubierna y Miguel Ortiz.

El pueblo disponía de un carretero (José Guilarte), un escribano (Juan Ubierna) y una tabernera (María Munguía). También moraban dos pobres de solemnidad (Carlos Guilarte y Alonso Segura) y dos presbíteros (Francisco Ruiz y Juan Antonio Gómez). El pueblo contaba con un molino harinero sobre el río de Santa María de Invierno, y pertenecía a veinte vecinos y forasteros; se encontraba arrendado a Lorenzo Ruiz, vecino del pueblo. 

En el nomenclátor de Floridablanca (1789) Santa Olalla de Bureba forma parte de la Cuadrilla de Prádano[s], dentro del Partido de Bureba. La cuadrilla estaba formada por los mismos pueblos que el alfoz de Monasterio, con la excepción de éste y el añadido de Bañuelos, Quintanilleja (despoblado de Bañuelos) y Reinoso. 

Entre mediados del siglo XIX y mediados del XX, Santa Olalla se mantuvo siempre con una población que oscilaba entre los 210 y los 260 habitantes. Entre 1960 (156 hab) y 1970 (116 hab) sufrió idéntica sangría demográfica que el resto de la España rural. Al finalizar el siglo pasado la población empadronada alcanzaba los 40 habitantes, cifra que se ha mantenido durante el primer cuarto del siglo XXI.

Hoy en día, Santa Olalla se mantiene como municipio independiente, a pesar de sus escasas población y superficie (11 km2).

En los censos electorales de los periodos 1890-1900 y 1930-1946 puede comprobarse fácilmente cuáles eran los apellidos más comunes en Santa Olalla: Barriocanal, Colina, Guilarte, Mena, Munguía, Oviedo, Rojas, Ruiz, Segura, Ubierna y Urtueta. En aquellos años, Santa Olalla era -con diferencia- el pueblo con más Oviedos de toda la provincia de Burgos.




FUENTES

-Biblioteca Virtual de Prensa Histórica: El Constitucional (15 junio 1875), El Menorquín (16 noviembre 1872), El Constitucional (27 mayo 1875)

-Biblioteca Digital de Castilla y León: escrito suelto titulado "Sentencia y ejecución en garrote vil de Victoriano Ubierna y Gregoria Foix..." (Imprenta de Llorens, Barcelona, sin fecha), Censos Electorales de Santa Olalla de Bureba 1890-1900 y 1930-1946

-Hemeroteca digital del Arxiu Históric de la ciutat de Barcelona: Diario de Barcelona (15 enero 1892), El Noticiero Universal (30 octubre 1912) 

-"Los rostros del criminal: una aproximación a la literatura de patíbulo en España". Juan Gomis. Cuadernos de Ilustración y Romanticismo. Revista Digital del Grupo de Estudios del siglo XVIII. Universidad de Cádiz (2016)

-"El llibre de les desgràcies. Històries criminals explicades per la premsa del sigle dinou i pel baró de Maldà el segle divuit". Francesc Costa Oller. Mataró (2016) [pp. 188-193]

-"Del periódico a las hojas sueltas: el terrible asesinato en la calle del Conde del Asalto (1872-1875) y su eco mediático". Ricarda Musser. Cuerpos: miradas poéticas, significaciones políticas. Collection Universitas, Vol. LXVIII. Éditions Orbis Tertius (2023) [pp. 669-681]

-"Nicomedes Méndez, el verdugo de Barcelona". Salvador García Jiménez. Editorial Alrevés, Barcelona (2024)

-Archivo Diocesano de Burgos: libros sacramentales de la parroquia de Santa Eulalia de Santa Olalla de Bureba: Bautizados II (1781-1858), Bautizados III (1858-1892), Casados II (1832-1858), Finados III (1858-1888), Matrícula (1859-1866)

-Tabla resumen de las Ejecuciones en España (1812-1975)