sábado, 23 de mayo de 2020

Breves noticias de prensa relativas a Huérmeces: I (1891-1900)


Si tecleamos "Huérmeces" en el buscador de la hemeroteca digital del Diario de Burgos, obtendremos 955 registroslo que no está nada mal para un humilde lugar -tanto demográfica como económicamente hablando- como es el caso de nuestro pueblo. 

Teniendo en cuenta que cerca de un tercio de esas reseñas se refieren a anuncios varios, insertos por diferentes vecinos del pueblo y que, en algunos casos, se veía repetía su publicación durante varios días, podríamos  estimar que el número de reseñas "únicas" no supera la cifra de 850.

Dado que el periodo de tiempo que abarca la citada hemeroteca digital es de 94 años (1891-1984), tenemos una media de 9 reseñas al año. Como parece previsible, las reseñas aumentan considerablemente en los años setenta y ochenta (con un máximo de 43 reseñas en 1977) y disminuyen según retrocedemos en el calendario (con un mínimo de 1 reseña en los años 1900 y 1913; y 2 reseñas en los años 1902, 1907, 1908, 1918, 1935 y 1938).

Los años de la guerra civil también supusieron un cierto bajón en el número de reseñas publicadas, ya que Huérmeces quedaba muy lejos del frente y, además, se produjo un parón económico. En 1936 aparecen 8 reseñas, mientras que en 1937 aparecen 6, 1938 (2) y 1939 (7). En los primeros años de la posguerra continuó la tónica: 1940 (6), 1941 (8), 1942 (3) y 1943 (8).

En cuanto a las características de las reseñas publicadas, estas pueden agruparse siguiendo la siguiente tipología:

1. Anuncios particulares: suponen un tercio del total, y su temática principal puede agruparse, a su vez, en tres bloques principales:

-ventas y arriendos: molinos, casas, fincas, aperos, ganado, vehículos,... 
-búsqueda de objetos y animales perdidos, con y sin gratificación
-ofertas de trabajo para "criados", aprendices y oficiales

2. Anuncios oficiales y pseudo oficiales: suponen otro tercio del total, y aparecen en varias secciones habituales en la prensa local:

-anuncios oficiales insertos en el Boletín Oficial de la Provincia o el Boletín Oficial de Estado: normalmente se refieren a plazas vacantes o adjudicadas de médicos, maestros y secretarios; acuerdos de la Comisión Provincial; concursos para obras varias; dimisiones de alcaldes y concejales...
-anuncios eclesiásticos: nombramientos de diáconos y presbíteros, concursos de curatos, noticias acerca de misioneros y misiones, primeras misas, etc.
-movimientos demográficos: nacimientos, matrimonios y defunciones de personas relacionadas con Huérmeces de una u otra manera; datos facilitados por el Registro Civil de Burgos.
-visitas de alcaldes, concejales, secretarios y curas: al gobierno civil, a la diputación provincial o a la jefatura provincial del Movimiento,...
-suscripciones nacionales: para los soldados que luchan en Cuba o en África; para sufragar una lápida o una estatua en memoria de un santo o de un prócer; para las tropas del "glorioso ejército nacional",... 

3. Noticias propiamente dichas: supondrían, aproximadamente, el tercio restante. La temática genérica de estas noticias también puede agruparse:

-crónica de sucesos: muertes violentas (suicidios, ahogamientos en el río, accidentes de tráfico, atropellos), agresiones entre vecinos o con forasteros de por medio, robos, estafas, actuaciones "incívicas", etc.
-esquelas: cuando la popularidad o relevancia social del finado o de su familia así lo exigía
-inauguraciones varias: escuelas, puentes, carreteras, caminos, casas del médico,...
-visitas a la Casa de Socorro: por pequeños accidentes domésticos o por atropellos de bici o monturas
-crónica social y cultural: bodas, fiestas patronales, veladas literarias, sesiones teatrales, llegada de nuevos párrocos,...
-descubrimientos arqueológicos: necrópolis medievales, antiguas monedas, restos no datados,...
-reseñas históricas: escritas por los especialistas de la época: personas como Valentín Dávila Jalón, por ejemplo.
-crónicas cinegéticas, reseñas alimañeras, notas de pesca: hazañas cinegéticas, récord de cangrejadas extraídas del Úrbel; fieras abatidas; entrevistas a cazadores famosos, como el señor Heliodoro; sanciones por pesca ilegal,...

En muchas ocasiones, la mala calidad de la impresión original se traduce en una digitalización también de insuficiente calidad, por lo que la palabra clave de búsqueda ("Huérmeces") puede no ser reconocida por el buscador, escapándose de este listado de reseñas; en otras ocasiones, si la palabra clave aparece únicamente en el titular o en la entradilla de la reseña (normalmente impresos en negrita o en un tamaño mayor que los utilizados del cuerpo de la noticia) también puede pasar desapercibida para el buscador; por último, y para compensar las deficiencias anteriores, han aparecido noticias relacionadas con Huérmeces buscando información mediante cualquier otra palabra clave ("médicos", "puentes", "accidentes de tráfico", "muertes por rayo", "dulzaineros", etc.).

También hemos sido incapaces de encontrar determinadas noticias, de relativa importancia y claramente fechadas, por lo que suponemos que son de nuevo las limitaciones impuestas por la calidad de impresión las causantes de las dificultades del buscador. 

Cuando la importancia o el carácter peculiar de la reseña así lo aconseje, se ha considerado preferible dedicar una entrada monográfica a la misma, tal y como viene sucediendo en los contenidos recientes de este blog:

-el complot de Huérmeces (junio 1933)
-el señor Heliodoro (septiembre 1978)
-toros escapados del encierro previo a las corridas de San Pedro (julio 1897)
-crónica social de un corresponsal rural en Santibáñez Zarzaguda (marzo 1916)
-muerte de un sacerdote en Quintanilla Pedro Abarca (octubre 1916)
-Federico Santamaría Huérmeces o el ocaso de un apellido (1906-1936)
-Bienvenido, un bala perdida en el Burgos de hace noventa años (1926-1932)
-lobos, nieve y humanos: Huérmeces (enero 1953) y La Cabañuela (febrero 1956)
-la inauguración del puente Vega (diciembre 1953)
-hielo y fuego sobre Huérmeces (mayo y agosto 1945)
-velada literaria por las misiones (enero 1924)
-fiestas del Rosario en Castrillo de Rucios (octubre 1926)

Para que el tamaño de cada post no se vuelva inmanejable, las reseñas se van a ir publicando por décadas o quinquenios, de la siguiente manera:

I. Década 1891-1900 (29 reseñas)
II. Década 1901-1910 (33 reseñas)
III. Década 1911-1920 (31 reseñas)
IV. Quinquenio 1921-1925 (30 reseñas)
V. Quinquenio 1926-1930 (40 reseñas)

A partir del año 1921, y por cuestiones relacionadas no tanto con la ley de protección de datos como con el intento por mantener una mínima sensibilidad al respecto, se recogerán únicamente las reseñas que revistan especial interés general, filtrando las relacionadas con defunciones, matrimonios y muertes violentas.  


I. Breves noticias de prensa relativas a Huérmeces (1891-1900)


-Diario de Burgos, 15 de mayo de 1891



Al mediodía del pasado día 12, en Santibáñez Zarzaguda, once jóvenes de la localidad agredieron a Santiago Bárcena González, vecino de Huérmeces, produciéndole lesiones en cabeza y cara; la Guardia Civil intervino a uno de los agresores una navaja de muelles de regulares dimensiones.

 


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Santiago Bárcena González (Huérmeces, 1858), casado con Isabel García Girón (Huérmeces, 1866); tres hijos (Victoria, Francisco y Eulogio); su madre, Francisca González Álvarez, era natural de Santibáñez (1823). Un cuarto de siglo más tarde, Santiago sería alcalde de Huérmeces, entre 1916 y 1917.

No puedo resistirme a comentar, en el tono más jocoso posible, que tiene su gracia que la primera noticia relativa a Huérmeces publicada por el Diario de Burgos sea la de un farol "maltratado" por una cuadrilla de pellejeros. Sin alcanzar nunca a comprender los motivos, las relaciones con algunos vecinos suelen ser más complicadas que con otros. Aunque esta no deja de ser más que una historia del pasado; muy pasado, afortunadamente.


-Diario de Burgos, 30 de mayo de 1891

Anuncio: se encuentra vacante la plaza de médico-cirujano titular de Huérmeces, dotada de un sueldo anual de 50 pesetas, pagadas por el Ayuntamiento para la asistencia de tres familias pobres y transeúntes pobres enfermos; las solicitudes podrán presentarse en el Ayuntamiento hasta el próximo 12 de junio, con los documentos que acrediten títulos y servicios prestados.

La Ley de Sanidad del año 1855 estableció la obligación de todos los ayuntamientos de España de proporcionar asistencia sanitaria a las familias pobres residentes en sus municipios. La atención sanitaria a los vecinos "acomodados" (léase "el resto de los vecinos") se deberá realizar mediante la contratación directa entre los vecinos y el médico; eran las denominadas "igualas", que pervivieron en el medio rural hasta los años 70 del pasado siglo.


-Diario de Burgos, 18 de junio de 1891

Nombramiento de jueces municipales en pueblos del Partido de Burgos: para Huérmeces, Quiterio Hidalgo Díez.




Quiterio Hidalgo Díez (Huérmeces, 1852-1930), casado con Florentina Fernández Gómez (Robredo Sobresierra, 1856); cuatro hijos en 1899: Emilio, Aureliano, Filomena y Francisco; residentes en la calle Real nº 16.


-Diario de Burgos, 23 de junio de 1891

Nombramiento de fiscales municipales en pueblos del Partido de Burgos: para Huérmeces, Eusebio Girón.

Eusebio Girón Arribas (Huérmeces, 1843), casado con Cándida del Cerro Sagredo (Ubierna, 1851); tres hijos (Mariano, Diego y Pedro); residentes en la calle de Ondovilla nº 5.


-Diario de Burgos, 27 de enero de 1892

En el pueblo de Huérmeces se han presentado algunos casos de viruela, habiendo fallecido por dicha enfermedad un niño de un año; el alcalde ha asegurado al gobierno de la provincia haber tomado toda clase de precauciones para evitar el contagio y conseguir la completa extinción de la enfermedad.

La viruela era una grave enfermedad infecciosa, contagiosa y con un alto riesgo de muerte, causada por el "Variola virus". Los síntomas iniciales consistían en fiebre y vómitos, seguidos de llagas en la boca y erupciones cutáneas que acababan por dejar unas cicatrices características. La tasa de mortalidad rondaba el 30%, especialmente en bebés; a algunos supervivientes les ocasionaba ceguera y, a casi todos, cicatrices por todo el cuerpo. En 1980, la OMS la declaró erradicada en todo el planeta. Se estima que, solo en el siglo XX, la viruela mató a 300 millones de personas.

El alcalde era Lorenzo Ubierna Arribas (Huérmeces, 1841), casado con María González (Hces, 1844); en 1886 residían en la calle Real nº 26. María era hija de Manuel González Villalvilla (Hces, 1820), albéitar de Huérmeces durante mucho tiempo; Lorenzo y María eran los padres de Esteban Ubierna González (Hces, 1864), y abuelos de Leandra (1893), Isaac (1896), Jesús (1898), Saturnino (1901), Josefa (1903) y Santos (1907) Ubierna García; este último, futuro obispo de Thái-Binh (Vietnam).


-Diario de Burgos, 29 de enero de 1892


La casa del médico de Huérmeces, Gregorio Monzón, fue apedreada el pasado día 24, rompiéndose los cristales de varias ventanas. El motivo del vandálico acto pudo haber sido la solicitud que el médico hizo al alcalde en el sentido de que no permitiera la celebración con dulzaina de la festividad del próximo día 1º [Santa Brígida], ya que en el pueblo existían varios casos de enfermedad variolosa [viruela].


Diario de Burgos, 29 de enero de 1892

Diario de Burgos, 21 de diciembre de 1917 (léase Vega en lugar de Vefa)

El médico, Gregorio Monzón García, tras su paso por Huérmeces, desarrolló parte de su carrera en Villalmanzo y, a partir de 1917, en la ciudad de Burgos, dónde tuvo consulta hasta su fallecimiento (1923). Su paso por Huérmeces no debió de ser muy prolongado, y acontecimientos como el apedreamiento de sus ventanas no le animarían a dilatar mucho su estancia entre faroles. Una de las decisiones más impopulares (y arriesgadas) que podía tomar un alcalde en aquellos tiempos era la de suspender alguno de los festejos del pueblo. Y si la propuesta de suspensión partía del médico (generalmente, un forastero), hacia su persona (o sus ventanas) se encaminaría la ira de parte de los "jóvenes" del lugar. Una vez más, podemos comprobar que ciertas cosas no han cambiado mucho en el siglo y pico transcurrido desde entonces. 



-Diario de Burgos, 26 de febrero de 1892

Instrucción pública: en la escuela de niños del pueblo de Huérmeces se han practicado exámenes con resultado satisfactorio.

Aquel año, el maestro de Huérmeces sería, probablemente, Gregorio Rojas.
  

-Diario de Burgos, 3 de marzo de 1892

El día 29 de febrero fue detenido por la Guardia Civil un vecino del pueblo de Huérmeces, como autor del robo de un carro de leña de chopo.

En la prensa de la época, y hasta muy avanzado el siglo XX, no solía ser habitual el omitir el nombre y apellidos de las personas implicadas en hechos delictivos, incluso en los de menor gravedad.


-Diario de Burgos, 6 de octubre de 1892

El pasado día 2 fue detenido por la Guardia Civil en Valdenoceda Francisco López Martínez, acusado de haber dado un navajazo en la parte superior de la pierna izquierda a Victoriano Varona Alonso, vecino de Huérmeces; la reyerta estuvo ocasionada por la disputa del lugar para las caballerías en la posada que Antonio Aguirre regenta en aquella localidad. El autor de la agresión y su navaja están a disposición del juez municipal.

Victoriano Varona Alonso (Huérmeces, 1828-1902); casado con María Ubierna; padres de Narciso Varona Ubierna (Huérmeces, 1848-1921), tatarabuelo de quien esto escribe.


-Diario de Burgos, 14 de febrero de 1893

Se encuentra vacante la plaza de médico-cirujano de Huérmeces y su anejo Ruyales del Páramo, distante un kilómetro [sic] de buen camino [sic]; dotada con un sueldo anual de 80 pesetas, pagados por el Ayuntamiento, por la asistencia a 6 familias pobres; el agraciado también podrá contratar libremente las igualas con los vecinos acomodados [sic], ganando unas 220-230 fanegas de trigo.











El médico anteriormente citado, Gregorio Monzón, ya había partido para su siguiente destino (Villalmanzo), dejando vacante la plaza de Huérmeces. En aquellos tiempos, debía de ser una práctica habitual edulcorar tanto la distancia como el estado del camino que comunica un pueblo con su anexo. Entre Huérmeces y Ruyales hay unos 4 km de camino que, en aquellos tiempos, por Las Torcas de Val, presentaría un estado lamentable. Pero no convenía asustar a los posibles candidatos.




-Diario de Burgos, 11 de diciembre de 1893



Sorteo de mozos del actual reemplazo: a Florentín Pérez, de Huérmeces, le ha correspondido el número 607.

Florentín Pérez: podría tratarse de un hijo de Bonifacio Pérez Díez (Hces, 1848), zapatero en Huérmeces durante el último cuarto del siglo XIX, y Francisca Pérez  Díez (Hces, 1850). En 1896 vivían en el nº 18 de la calle Real.



-Diario de Burgos, 20 de marzo de 1895



Se encuentra vacante la plaza de maestro en la escuela de ambos sexos de Huérmeces.




-Diario de Burgos, 31 de mayo de 1895



Ha sido atendida en la Casa de Socorro de Burgos una vecina de Huérmeces que, a consecuencia de una caída de la caballería que montaba, se había producido una fuerte contusión en el ojo derecho.



-Diario de Burgos, 4 de junio de 1895

Propuesta para la provisión en propiedad, por concurso único, de las escuelas vacantes en el distrito universitario de Valladolid: Santiago Benito García, a la de Huérmeces.

Santiago Benito García (Pradoluengo, 1863) fue maestro de Huérmeces durante, al menos, dieciséis años (1895-1911); en 1899 vivía, junto con su esposa, Sabina Güemes Rodríguez (Quintanarruz, 1866) y su hijo Agustín (Quintanarruz, 1890) en la calle Real nº 22 (en la hoy conocida como casa del maestro).


-Diario de Burgos, 30 de julio de 1895

En la noche del sábado, fue extraída del río, a la altura del pueblo de Huérmeces, una niña de corta edad, que falleció al poco tiempo. Se cree que la caída al río se produjo de forma accidental. El juzgado entiende del asunto.


-Diario de Burgos, 14 de agosto de 1896

Obras públicas en la provincia: Carretera de Burgos a La Pinza: se están realizando trabajos de campo en el tramo entre Huérmeces y el empalme con la carretera Saldaña-Masa; también está en marcha el expediente de expropiación en el tramo de Mansilla a Huérmeces, en concentro en el término municipal de aquel.

La denominada carretera de Burgos a La Pinza será la futura BU-622, entre Burgos y Aguilar de Campoo. Se fue realizando poco a poco, sometida a las limitaciones presupuestarias de la época.


-Diario de Burgos, 21 de noviembre de 1896

Ha salido, de Cádiz para Huérmeces, el soldado regresado de Cuba, Pablo Ortega Pérez, natural de dicho pueblo.





Probablemente, Pablo Ortega Pérez se trata de un hijo de Primitivo Ortega Valladolid (Las Hormazas, 1835), que fue herrero de Huérmeces durante muchos años. No puede extrañarnos, pues, que Pablo no aparezca en los padrones de 1896 y 1899, ya que se encontraría luchando en Cuba. Aparecen, por el contrario, varios hermanos y hermanas, ya casados, entre los que destacamos a Hipólito, que también acabaría siendo herrero de Huérmeces durante los años del cambio de siglo.


-Diario de Burgos, 12 de diciembre de 1896

El soldado regresado de Cuba, Pablo Ortega Pérez, ha sido destinado al Regimiento de La Lealtad.

Aunque el Regimiento de Infantería "Lealtad" nº 30 fue uno de los que participó en la Guerra de Cuba (1895-1898), suponemos que Pablo -repatriado por heridas o enfermedad- no tuvi que retornar al Caribe, pero vaya usted a saber.


-Diario de Burgos, 15 de febrero de 1897

El soldado regresado de Cuba, Gregorio Huidobro, de Huérmeces, ha sido socorrido con ropas y dinero por el diario "El Imparcial".


Probablemente, se trate del marido de Gaspara Sedano (Huérmeces, 1863), casada, con tres hijos de corta edad (Filomena, Angel y Carmen Huidobro Sedano), nacidos en Bilbao; en el padrón de 1896 aparece residiendo sola con sus tres hijos, con marido ausente.




"El Imparcial" fue un diario liberal editado en Madrid entre 1867 y 1933. Fundado por Eduardo Gasset y Artime, fue uno de los primeros diarios "de empresa", en contra de los hasta entonces tradicionales diarios "de partido". Llegó a una tirada de 130.000 ejemplares, en especial durante la Regencia de María Cristina (1885-1902), hasta la mayoría de edad de Alfonso XIII.

Durante la Guerra de Cuba, en el periodo comprendido entre noviembre de 1896 y noviembre de 1897, el entonces director del periódico, Rafael Gasset y Chinchilla (hijo del fundador) organizó una suscripción nacional en favor de los soldados heridos y enfermos repatriados desde Cuba, apelando a "la caridad de los españoles"; en los tres principales puertos receptores de repatriados (Cádiz, La Coruña y Santander), se organizaron "Juntas de socorro" para atender a los soldados enfermos y famélicos que los barcos de la Transatlántica iban dejando en tierra; se proveía a los soldados de ropas, alimentos y medicinas, atendiéndolos hasta dejarlos en el tren que había de reintegrarlos a sus pueblos.

El Imparcial apenas sobrevivió dos años a la llegada de la Segunda República, aunque para entonces su difusión había caído en picado.


-Diario de Burgos, 16 de abril de 1897

Para el día 19 se citan, ante la Comisión Mixta al juicio de exenciones, a los mozos de los pueblos del Partido de Burgos, entre los que se encuentra Huérmeces.


-Diario de Burgos, 9 de junio de 1897


La Guardia Civil ha denunciado a dos vecinos, de Huérmeces y La Nuez de Arriba, por infracción de la Ley de Pesca, y recogido una pistola y un revólver a otro de Santa María del Campo, al practicar en su casa un reconocimiento en averiguación del autor del robo de tres patos cometido en el Molino de Escuderos.


-Diario de Burgos, 5 de julio de 1897


Suceso del día: Fuga de dos toros que iban a ser lidiados en la segunda corrida de las ferias de San Pedro. Los astados huyeron en dirección a Ubierna, pasando por Huérmeces y Quintanilla Sobresierra, llegando a alcanzar terrenos de Basconcillos y San Mamés de Abar, dónde fueron abatidos.





A este suceso ya se le dedicó una entrada en este mismo blog:

Dos toros escapados, un conde corneado, un cura cazador y un cabo de la guardia civil


-Diario de Burgos, 9 de febrero de 1898

Se encuentra vacante la plaza de médico titular de Huérmeces y pueblos anejos, con una dotación anual de 120 pesetas, 248 fanegas de trigo y una saca de paja por cada labrador; también se encuentra vacante la secretaría del Ayuntamiento de Santibáñez Zarzaguda, con 700 pesetas anuales.



En el periodo 1892-1896, la plaza había estado ocupada por Demetrio Ruiz Quecedo (Burgos, 1853-1912). En el padrón de 1896 figura domiciliado en la calle de la Plaza nº 14, acompañado por una hermana (María) y un sobrino (también llamado Demetrio).

La plaza vacante anunciada en 1898 sería ganada finalmente por Rogelio Pérez Domingo (Ibeas de Juarros, 1873), que ocupó la plaza un mínimo de 14 años (1897-1913), al principio con carácter interino. Fue un destacado miembro del movimiento esperantista burgalés, y asiduo colaborador, tanto en la prensa generalista como en publicaciones médicas de la época. Después de Huérmeces, estuvo en Rioseras y Sotresgudo. Su esposa, Micaela Alonso Fernández (Cidad de Ebro, 1868 - Burgos, 1936).  


-Diario de Burgos, 26 de septiembre de 1898


El jueves por la tarde descargó una imponente tormenta sobre Santibáñez Zarzaguda y Huérmeces, ocasionando la inundación del primero, por desbordamiento de ríos y arroyos. La noticia destaca la actuación del guardia civil Vidal, que salvó a dos niños, Santos Álvarez y Pablo Pérez Herrera, cuando eran arrastrados por las aguas del Río Mayor [sic] y del cauce del molino del Manzano.



Resulta curiosa la denominación que del río Úrbel se hace en la noticia: río Mayor, para distinguirlo de los demás cursos de agua, cauces y arroyos. El Manzano es un término de Santibáñez limítrofe con Huérmeces, en cuyas inmediaciones existe el hoy denominado molino Higón, y desde dónde parte un larguísimo cauce molinar que daba servicio a varios molinos de la villa pellejera.


-Diario de Burgos, 5 de octubre de 1898

Se ha desarrollado una epidemia variolosa en el ganado lanar de Huérmeces y La Revilla.

La Revilla es uno de los dos pequeños pueblos que conforman el municipio denominado La Revilla y Ahedo, situados en la vertiente septentrional de la Peña de Carazo, a medio camino entre Barbadillo del Mercado y Salas de los Infantes, en la carretera de Soria.


-Diario de Burgos, 8 de marzo de 1899

Instrucción pública: el maestro de Huérmeces, Santiago de Benito, solicita aumento de sueldo con arreglo al censo de población.




Santiago Benito García (como ya se comentó mas arriba) llegó a Huérmeces en 1895. Censos población de Huérmeces (población de hecho): Censo de 1887, 406 habitantes de hecho; Censo de 1897, 420 habitantes de hecho; Censo en 1890, 401 habitantes. Las cifras no acusan un excesivo crecimiento, más bien al contrario. Pero el que no llora, no mama.


-Diario de Burgos, 20 de abril de 1899

La Guardia Civil ha formulado denuncia contra los siguientes sujetos: Melitón Díez, vecino de Cuzcurrita de Juarros, y Benito Díaz, de Huérmeces, por infracción de la Ley de caza.

Probablemente, se trate de Benito Díaz Gallo (Huérmeces, 1848), jornalero, casado con Eulalia Hidalgo (Ruyales del Páramo, 1859), jornalera; según el padrón de 1899, residían -junto con sus cuatro hijos- en el nº 5 del barrio de Mercado.


-Diario de Burgos, 8 de junio de 1899

El Gobierno Civil ha emitido una circular anunciando que el ganado lanar de Huérmeces se halla curado de la enfermedad variolosa.


-Diario de Burgos, 17 de junio de 1899

Entre la relación de cuatro soldados burgaleses fallecidos en Cuba aparece Bartolomé Girón Alonso, natural de Gurieces [Huérmeces].




Bartolomé Girón Alonso (Huérmeces, c. 1870) era hijo de Felipe Girón Arribas (Hces, 1836) y María Alonso Fernández (Hces, 1836); en los padrones de 1896 y 1899, María figura como viuda, y reside en la calle Solana nº 1, junto con su hija Ricarda (Hces, 1868); Ricarda contraería matrimonio con José González Villalvilla (Hces, 1864), zapatero y labrador en Huérmeces, y padres de -entre otros- Rosenda (Hces, 1891) y Alejo González Girón (Hces, 1902).

Bartolomé falleció el día 26 de julio de 1897 en La Habana, por enfermedad o accidente sin especificar. Tenía unos 27 años de edad.

En las relaciones de soldados fallecidos en Cuba, publicadas tanto en el Diario Oficial del Ministerio de la Guerra (D.O.M.G.) como en la Gazeta de Madrid, eran muy frecuentes los errores en la consignación de nombres, apellidos y lugar de nacimiento de los soldados. El Diario de Burgos publicaba -dos días después de su aparición en los boletines oficiales- la relación de soldados burgaleses fallecidos, arrastrando los mismo errores de consignación. En algunas ocasiones, son los propios apellidos (Girón Alonso, en este caso) los que dan una pista segura sobre el pueblo de procedencia del fallecido. En la provincia de Burgos no existe, obviamente, ningún pueblo denominado Gurieces.

La denominada Guerra de Cuba (1895-1898) finalizó con la independencia de la isla caribeña frente al imperio español y causó la muerte de unos 62.000 soldados españoles, de los que 9.400 fallecieron por heridas de guerra y el resto (52.600) por enfermedades (principalmente fiebre amarilla) y accidentes varios.


-Diario de Burgos, 3 de marzo de 1900

Entre la relación de siete soldados burgaleses fallecidos en Cuba aparece Inocencio Díaz-Villalvilla, natural de Huérmeces, fallecido por vómito.




Pudiera tratarse de Inocencio Díaz-Villalvilla Varona (Huérmeces, c. 1870), hijo de Simón Villalvilla Güemes (Hces, 1839-1899) y Felisa Varona Alonso (Hces, 1840); sería hermano de Dionisio (Hces, 1864-1937), Jacinta (Hces, 1867-1947), María (Hces, 1872), Elisa (Hces, 1874-1957) y Gerardo (Hces, 1876-1950).

Inocencio falleció el día 18 de marzo de 1898 en La Habana, por fiebre amarilla. Tenía unos 27 años de edad.

El denominado vómito o vómito negro hace referencia a la enfermedad vírica "fiebre amarilla", inoculado por la picadura diurna del mosquito Aedes aegypti; era la causa de muerte de un tercio de los soldados españoles fallecidos en Cuba.




Reseñas del Diario de Burgos consultadas en la Biblioteca Digital de Castilla y León



sábado, 16 de mayo de 2020

Castrillo de Rucios: fiestas del Rosario (1925)


Un camino de cuatro kilómetros y medio separa a Huérmeces y Castrillo de Rucios. Mejor dicho, separaba, ya que desde que -a principios de los noventa- la nueva carretera N-627 (Burgos-Aguilar) cortó dicho camino en su tramo final, hay que dar un pequeño rodeo que supone añadir un kilómetro más al recorrido.


El camino de Castrillo arranca, con fuerte pendiente, en el barrio de Mercado, alcanzando el alto de Cotejón tras 1 km de trazado
En este mapa del año 1928 quedan reflejados los 4500 metros del camino entre Huérmeces y Castrillo, por Monte las Eras. La antigua cañada de merinas hace las veces de raya entre los dos términos; el arroyo de Rucios atraviesa el camino en su descenso final



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A pesar de la pindia cuesta que arranca del barrio de Mercado, puede considerarse que el camino de Castrillo supone un agradable paseo, fuera de los días más calurosos o más fríos del año, claro está. En tiempos pasados, el estado del camino en este primer tramo dejaba mucho que desear, sometido a las periódicas acometidas de la Torca, que lo bordea por su izquierda.

Castrillo de Rucios, al fondo, desde la bajada de Monte las Eras; el amplio valle arcilloso formado por el arroyo de Rucios


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El camino atraviesa en toda su extensión (1 km) el espeso monte de encinas conocido como Monte las Eras. Sombra en verano, abrigo de los vientos en invierno, la travesía del monte constituye uno de los paseos más gratificantes del término. Al llegar al extremo nororiental de Monte las Eras, una fuerte bajada nos adentra en un amplio valle, casi completamente cultivado, y que se extiende hasta las mismas casas de Castrillo.

Castrillo de Rucios, desde Monte las Eras



Este valle de altura (más de 950 m de altitud) es producto de la labor erosiva del arroyo de Rucios, que tiene su cabecera en los parajes de Fuentipedro, Navas, Valdevacas y El Soto.





Durante poco más de 4 km, en una dirección predominante NW-SE, el arroyo de Rucios discurre plácidamente, sin apenas desniveles que salvar. Este plácido discurrir dura hasta que el arroyo alcanza el paraje denominado La Hoz, preludio del largo desfiladero del Rucios que, en sus 2 km de vueltas y revueltas, forma uno de los paisajes más interesantes de La Comarca, antes de desembocar en el Ubierna a la altura de San Martín.

Una de las estampas más bellas de las Billetas: la iglesia de Castrillo, con su ábside mirando hacia el este, se encarama en la loma del Castro, ese afloramiento calizo parcialmente poblado de encinas que, con un poco de imaginación, se asemeja a la figura de un enorme lagarto de pobladas cejas, oteando hacia el norte; el cuerpo, las patas, la cola enroscada y las cejas son recientes, como puede comprobarse en las ortofotos inferiores; el Castro estuvo prácticamente deforestado hasta hace poco




El Castro-Vuelo interministerial (años 70)
El Castro-Sigpac (2009)

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Cuatro tipos de paisaje definen casi totalmente al término de Castrillo: montes de encina, bosquetes de quejigo, pinos de repoblación y tierras cultivables, principalmente arcillosas.

El monte de encina crece sobre terrenos rocosos calizos, propios del Cretácico Superior. En las zonas provistas de mayor profundidad de suelo, en laderas y vallejos, crecen bosquetes de quejigo. Y en terrenos algo más sueltos (Valle Sedón), pinos.


Abandonada explotación de áridos, situada al sur de Castrillo, en una pequeña mancha de arenas y gravas; al fondo, a la izquierda, afloramientos calizos de la zona de Ubierna, horadados por el arroyo de Rucios en forma de desfiladero, que arranca a la izquierda del pinar de Valdeperal


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Los terrenos cultivables son predominantemente arcillosos, por lo que en años de lluvias cicateras los rendimientos no son tan escasos como en otros lares, aunque en años muy lluviosos se vuelvan intratables. Se trata de arcillas rojas, pertenecientes a la denominada "Facies Bureba", dentro del Mioceno Inferior.

Muy cerca del pueblo, a unos 350 metros al sur, existió una explotación de áridos, que no hacía sino aprovechar la pequeña mancha de arenas y gravas de la "Facies Utrillas", las apreciadas arenas albienses, similares a las explotadas en los arenales de Montorio. La mancha arenosa ocupa ambos lados del último kilómetro de la carretera de acceso al pueblo.



Valdevacas, Monte las Eras, Navas y su pinar, vistos desde Castrillo de Rucios


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Como mera curiosidad, a escasos 400 m al NW del pueblo existe un pequeño afloramiento ofítico, en terrenos de arcillas yesíferas del Keuper. De manera dispersa, aparecen ejemplares de ofitas redondeadas, de predominante tono grisáceo, que apenas destacan sobre el entorno. Nos encontramos en plena falla Úrbel-Ubierna, por lo que no nos puede extrañar esta relativa variedad geológica.


Paraje de Las Monjas, en el que aparecen algunas ofitas dispersas, en terrenos del Keuper
Ofita (Las Monjas)


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A pesar de esta cercanía geográfica y paisajística, ambos pueblos pertenecen a subcuencas hidrológicas diferentes (Huérmeces a la del Úrbel, Castrillo a la del Ubierna), lo que quizás esté en el origen de una clara diferenciación histórica entre ambos pueblos.


Archivo Photo-Club, Diput. Prov. de Burgos (1931)

La primera referencia documental de Castrillo data del año 1055 (Castriello qui est in Overnia) y, aunque de Huérmeces existe alguna referencia anterior, puede suponerse que la época de fundación de ambos pueblos no sería muy dispar: los primeros tiempos de la repoblación en la zona (finales del siglo IX o principios del X). Castrillo es de significado obvio (pequeño castro o fortificación) y Rucios se refiere a los asnos, algo que siglos más tarde se concretaría en la importancia económica que el ganado mular adquiriría en la zona.

Cuando estas tierras comenzaron a organizarse en alfoces, Castrillo quedó incluido en el alfoz de Ubierna, mientras que Huérmeces lo hizo en el de Mansilla. Esto originó que también acabaran por pertenecer a merindades diferentes: Castrillo a la merindad de Burgos con Ubierna, Huérmeces a la de Castrojeriz


Archivo Photo-Club, Diputación Provincial de Burgos

En el famoso libro Becerro de las Behetrías (1352), Castrillo (Castriel de Ruçios) pertenece al Hospital del Rey, de Burgos, mientras que Huérmeces (Guermezes) es un lugar de behetría de Lope Díaz de Rojas, como muchos de los pueblos del valle medio del Úrbel.

En lo que coinciden ambos pueblos es en el predominio absoluto de vecinos hidalgos sobre los pecheros. En el "Vecindario de Ensenada" (1759), 13 de los 14 vecinos de Castrillo son hidalgos; e hidalgos son 56 de los 73 vecinos de Huérmeces (Huermezes). En el entorno inmediato, solo Robredo y Villalvilla superan a Castrillo en porcentaje de hidalgos (100%), mientras que Ruyales, Ubierna y Hontomín presentan niveles parecidos a Huérmeces (75%). En el extremo opuesto, Gredilla la Polera, Mata, Montorio, Quintanilla Pedro Abarca y Quintanilla Sobresierra presentaban escasos niveles de "hidalguía" en aquellos tiempos. Pura tontería, pero fastidiaba. Afortunadamente, todo aquello acabó ya hace mucho tiempo.


La pequeña laguna de Valdevacas, en terrenos limítrofes entre Huérmeces y Castrillo, constituye un frecuentado bebedero para ganados y fauna silvestre; suele secarse al final del estío

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Durante casi medio siglo, entre los años 1785 y 1833, Castrillo pertenecía a la Jurisdicción de Río Ubierna, dentro del Partido de Burgos, y Huérmeces era la "capital" de la Jurisdicción de Haza de Siero, dentro del Partido de Castrojeriz.

El haber pertenecido históricamente a entes administrativas distintos ha originado que, ya en tiempos más modernos, Castrillo y Huérmeces se hayan visto definitivamente encuadrados en municipios diferentes.




Durante el periodo 1834-1857, Castrillo conformó municipio independiente; posteriormente, se vio incluido en el municipio de Gredilla la Polera (Gredilla, Robredo, Villalbilla, Mata y Castrillo). Estos cinco pueblos, junto con Quintanarrío (perteneciente entonces al municipio de Quintanilla Sobresierra) componían la mini comarca conocida por el nombre de Las Billetas (o Las Villetas), con clara relevancia de sus tratantes de ganado y de los muchos billetes que manejaban.


Camino del alto de Casares, limítrofe entre los términos de Castrillo y Huérmeces, y resto de la antigua Cañada de Merinas

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Tras la reorganización provincial de Javier de Burgos (1833), y en cuanto a entidades supra municipales, tanto Huérmeces como Castrillo pertenecían al antiguo Partido Judicial de Burgos, mientras que los pueblos vecinos de Quintanilla Sobresierra y Montorio lo hacían a los de Sedano y Villadiego, respectivamente.

Más recientemente, Castrillo fue encuadrado en el municipio de Merindad de Río Ubierna, y Huérmeces conservó su municipio, aunque con el añadido del vecino Quintanilla Pedro Abarca.


Castrillo: acumulación estacional de agua en Las Hazas


En cuanto a la calidad, cantidad y tipología de los terrenos agrícolas, Castrillo pertenece a la comarca agraria del Arlanzón, mientras que Huérmeces lo hace a la de Los Páramos.

Hoy en día, a todos los efectos supra municipales, tanto Castrillo como Huérmeces pertenecen a la comarca y partido judicial de Burgos.

Por último, conviene recordar que varios vecinos de Castrillo utilizaban los servicios de alguno de los muchos molinos con que contaba Huérmeces, aunque se encontraran a similar distancia los dos molinos de Robredo Sobresierra, sobre el Ubierna. 




A pesar de todas las diferencias históricas y administrativas referidas, antaño siempre existió una frecuente relación entre las gentes de Huérmeces y Castrillo. Sus vecinos amojonaron juntos, molieron juntos, trataron sobre compra-ventas de ganado, negociaron sobre arriendos de tierras,  se desplazaron a celebrar las fiestas patronales de cada pueblo, 
quizás también se enemistaron en ocasiones y, por supuesto, también se mezclaron.

Varias son las familias de Huérmeces que cuentan con ancestros nacidos en Castrillo de Rucios. (1) En Huérmeces, estas familias reciben el sobrenombre de "castrillanos", en recuerdo al origen de alguno de sus progenitores. (2) El gen "castrillano" es relativamente frecuente en Huérmeces, de manera que buena parte de los portadores de apellidos como "Díez" o "Crespo" de allí provienen.


Castrillo: parque recreativo y pista deportiva (2010), a la derecha del camino de Huérmeces


Como ejemplo anecdótico de aquellas fluidas relaciones entre ambos pueblos, puede servir la crónica aparecida en el Diario de Burgos de fecha 14 de octubre de 1925, relativa a las fiestas otoñales del Rosario, celebradas en Castrillo en unas fechas en las que todo el verano ya se encontraba bien guardado en trojeros y pajares. Su transcripción íntegra dice así:


Se han celebrado con inusitado esplendor y gran afluencia de forasteros, las solemnes fiestas del Rosario, que este año han sido amenizadas por los afamados dulzaineros de Melgar de Fernamental.

La hermosa iglesia de este pueblo, engalanada con profusión de luces y flores, hase visto llena, cual nunca, de fieles.

En todas las ceremonias del culto ha habido gran número de sacerdotes, constituyendo la nota más simpática y emocionante de ellas la presencia de cuatro sacerdotes, hijos del pueblo: don Gregorio, don Fidel, don Manuel y don Antonio Díez, párrocos de Celadilla Sotobrín, Sandoval de la Reina, Villalonquéjar y Ruyales del Páramo, respectivamente, en la solemne misa del último día en acción de gracias por la abundante cosecha recogida este año.

Los sermones durante los tres días, han estado a cargo del joven y virtuoso presbítero don Gerardo Martínez, cura ecónomo de la parroquia, que estuvo muy inspirado en el desarrollo de los temas, cautivando poderosamente la atención de sus numerosos oyentes.

Solo faltaba para completar, las fiestas de la tarde, pero estas han correspondido con exceso, pues dada la gran afluencia de jóvenes de ambos sexos de los inmediatos pueblos de Santibáñez, Huérmeces, Ubierna, Montorio, Quintanilla Sobresierra y de toda la región de las Villetas, la animación ha sido extraordinaria, sin que hubiera que lamentar ningún desorden, merced al celo de la autoridad de este pueblo que así como sabe recibir con gran generosidad, así también sabe imponerse y hacerse respetar con dignidad.

El corresponsal


En la pequeña crónica destaca, como era habitual en tiempos pasados, el protagonismo casi absoluto de la iglesia en cuanto a ente organizador de gran parte de los actos festivos. Se destaca la presencia en el pueblo de hijos suyos que emprendieron la carrera eclesiástica, que era casi la única manera que tenían las gentes humildes para dedicar a alguno de sus hijos a cometidos no agrarios, más intelectuales que manuales. En este caso, cuatro eran los sacerdotes que, hijos del pueblo, retornaban al mismo en fechas festivas. Sacerdotes que ejercían en lugares no muy alejados de Castrillo (Celadilla-Sotobrín, Ruyales del Páramo, Villalonquéjar y Sandoval de la Reina que, ya en la comarca de Villadiego, era el más distante de los cuatro).

El párroco de Castrillo en aquel 1925 era un joven "farol" de apenas 25 años, Gerardo Martínez González (Huérmeces, 1900), recién ordenado sacerdote, y para el que Castrillo constituía su primer destino como cura (en calidad de ecónomo o sustituto).

A la hora de destacar la presencia de forasteros en las fiestas, anota el cronista que abundan los jóvenes de los cinco pueblos más cercanos (Huérmeces y Quintanilla Sobresierra, a unos 4,5 km de Castrillo; Ubierna y Montorio, a unos 7 km; Santibáñez, a algo más de 9 km) y los cinco pueblos de "la región de las Villetas" (Quintanarrío, Mata, Robredo, Villalbilla y Gredilla), todos ellos situados a menos de 6 km de distancia (los más cercanos son Quintanarrío y Mata, a poco más de 3 km cada uno).

Las fiestas de Castrillo, Ruyales y Santibáñez representaban una de las escasas posibilidades de "socializar" que tenían los jóvenes faroles de entonces, ya que la cercanía entre estos pueblos permitía que el recorrido se hiciera caminando, sin depender de medio de transporte alguno, con todas las pegas paternas que esto supondría. Mozos y mozas acudían pues, caminando monte a través, a las fiestas de agosto (la Asunción) y octubre (el Rosario), y en ellas se gestarían futuros emparejamientos entre castrillanos y faroles. 


Por último, cabe añadir la importancia que tenía, en aquellas fiestas patronales, la presencia de los llamados dulzaineros. En unos tiempos en los que no existían grupos y orquestas que, armados con muchos watios y decibelios, recorrieran en sus minibuses los pueblos en fiestas, la música y el jolgorio solo podía ser aportada por pequeños grupos de dulzaineros y redoblantes. A los dulzaineros, el ayuntamiento de turno les tenía que proporcionar, además del salario, cama y comida. En los pueblos pequeños, normalmente era algún vecino el que alojaba en su casa a los músicos, pagándole más tarde el ayuntamiento los gastos generados. En otros casos, eran las familias de los quintos del año los que tenían que alojar a los músicos.

En la provincia de Burgos existía una gran variedad de dulzaineros, radicados en diversos pueblos (Los Balbases, Covarrubias, Sotillo de la Ribera, Villalmanzo, Pampliega, La Aguilera, Castrojeriz, Tinieblas de la Sierra, Arcos de la Llana, ...). A las fiestas patronales de los pueblos burgaleses acudían también dulzaineros de las provincias limítrofes, en especial las de Valladolid y Palencia (Baltanás, Cevico de la Torre, Peñafiel...).

La imprevista ausencia de los dulzaineros en unas fiestas patronales, usualmente originada por motivos sanitarios (brotes de viruela u otras enfermedades infecto-contagiosas) podía llegar a ocasionar auténticos episodios de desórdenes públicos (apedreamiento de la casa del alcalde o médico de turno, generalmente). Lógicamente, la gente no se conformaba con la componente religiosa de las fiestas (misas, procesiones, sermones y bendiciones de campos y campesinos), y esperaba con ansiedad la parte más lúdica y profana. (3)



NOTAS:

(1) Algunos vecinos de Huérmeces, nacidos en Castrillo de Rucios: 

-Esteban Crespo Crespo (Castrillo, 1887), casado en 1910 con Victoria Díaz-Ubierna Villalvilla (Huérmeces, 1892); labradores; nueve hijos (Máximo, Cristóbal, Andrés, Lucía, Olegario, Emilio, Maximiliano, Jacinta y Rosa). Su casa, situada en el antiguo nº 26 de la calle Real, sigue perteneciendo a sus descendientes. La mayor parte de éstos residen en la actualidad en la ciudad de Madrid; también en Burgos.

-Juana Díez Díez (Castrillo, 1889), casada en 1910 con Manuel Alonso Melgosa (Huérmeces, 1883); labradores; siete hijos (Carmen, Ildefonso, Fidel, Natividad, Emeterio, Emiliano y Ángel). Su casa, situada en el antiguo nº 4 de la calle Real, sigue perteneciendo a sus descendientes. La mayor parte de éstos residen en la actualidad en Vizcaya; también en las provincias de Burgos, Huesca y Palencia.

-Valeriano Díez Díez (Castrillo, 1917), casado en 1943 con Rosario Gutiérrez Varona (Villalibado, 1920); dos hijas (Ana María y María Isabel). Su casa, situada en el antiguo nº 14 de la calle Ondovilla, sigue perteneciendo a sus descendientes. Entre los años 50 y 70 regentaron una de las tres tabernas del pueblo, también locutorio telefónico. Valeriano fue un transportista muy conocido en la comarca. Sus descendientes viven en la actualidad en Burgos y Madrid.

También hubo trasiego de genes en el sentido contrario: faroles que contrajeron matrimonio con naturales de Castrillo, y allí se establecieron. Un ejemplo:

-María Villanueva González (Huérmeces, 1912), casada con Ángel Pérez Díez (Castrillo de Rucios, c. 1910); tuvieron tres hijos: Urbano, Mª Ángeles y Gonzalo. Sus descendientes viven en la actualidad en las provincias de Burgos y Valladolid.

Seguramente hubo más casos, pero la memoria de mis informadores también tiene sus límites. Serán bienvenidas nuevas aportaciones al respecto.

(2) En Huérmeces, para referirse a los vecinos procedentes o descendientes de Castrillo, se usan -indistintamente- los términos castrillano o castrellano.


(3) Dulzaineros y redoblantes en la provincia de Burgos. Alfredo Banco del Val. Revista de Folklore, nº 449 (julio 2019). Fundación Joaquín Díaz. [pp. 44-64]

Los dulzaineros de Melgar de Fernamental no son de los más frecuentes en cuanto a su aparición en la prensa local de la primera mitad del siglo XX. En concreto, además de esta presencia en las fiestas del Rosario de Castrillo, de octubre de 1925, solo se constata su asistencia a las fiestas de Villatoro en septiembre de 1914 (DB-22-09-1914).

La lectura de numerosas reseñas periodísticas en la prensa local de aquellos tiempos sirve para: "...darnos cuenta de la importancia que han tenido estos instrumentos e instrumentistas en la vida cotidiana de los burgaleses, sobre todo en la celebración de sus fiestas patronales, tanto en toques religiosos como en la celebración de sus bailes profanos, así como también en otros acontecimientos sociales como bodas, concursos o incluso inauguraciones. Tuvieron tal importancia en la vida cotidiana que les llevó a tocar por los diferentes puntos geográficos de la provincia y a figurar en las publicaciones de prensa locales siendo anunciados como "afamados", "exitosos", virtuosos", "reconocidos" o "magníficos". 



CASTRILLOS DE BURGOS





OTRAS ENTRADAS, EN ESTE MISMO BLOG, RELATIVAS A CASTRILLO Y LAS BILLETAS:

Sobresierra: Las Billetas

El río Ubierna: de Pozorruyo a Villalonquéjar

Amojonamiento con Castrillo de Rucios


RECORTES DE PRENSA



Diario de Burgos, 14 de octubre de 1925


CASTRILLO: CARTOGRAFÍA Y ORTOFOTOGRAFÍA


Hoja 167-III, MTN25 (2009)

Planimetrías (1911)


Hoja 167 MTN50 (1934)

Hoja 167 Minuta MTN50 (1928)

Hoja 167-III, MTN25 (2009)

Vuelo Interministerial (años setenta)

Sigpac (2009)

Bing Maps (2014)
Sigpac (2017)

Vuelo americano, fotograma 12057 (8 de octubre de 1956): el Castro, completamente deforestado; las eras, visibles
Hoja 167 del MTN50 (1934): en verde, límites del término de Castrillo de Rucios, entonces englobado en el TM de Gredilla



BANDA SONORA


Agapito Marazuela (Valverde del Majano, 1891 - Segovia, 1983) fue un folclorista y músico, principalmente concertista de guitarra y dulzaina. Dedicó gran parte de su vida a la recuperación del folclore musical castellano. Como virtuoso de la dulzaina, elevó este instrumento a las cotas más altas de expresión musical y a la categoría de símbolo de una tierra.

A los catorce años ya se ganaba la vida como dulzainero, y esta fue su profesión durante más de veinte años. En 1920 se trasladó a Madrid, iniciando su actividad como guitarrista, y llegando a dar conciertos incluso en París. En 1932 concluyó su monumental "Cancionero de Castilla la Vieja".


Al terminar la guerra civil fue depurado por el franquismo, pasando varios años en diversas cárceles. Al llegar la democracia, fundó la Cátedra del Folklore y la Escuela de Dulzaina en Segovia. Finalmente, Agapito vio reconocida toda una vida dedicada a la preservación del patrimonio cultural inmaterial castellano. Su famoso "Cancionero" no fue publicado hasta el año 1964, bajo el título (sugerido por el jefe provincial del Movimiento) de "Cancionero Segoviano". En 1981, la entonces Diputación de Madrid volvió a editar la obra, ahora bajo el título de "Cancionero de Castilla". Esta obra magna de Agapito Marazuela recoge unas 330 canciones, recopiladas hace casi 90 años, en numerosos pueblos de las provincias de Valladolid, Ávila y, principalmente, Segovia. El propio Agapito decía al respecto: "...hay danzas y canciones, y tonadillas de boca y dulzaina de Castilla, de ritmo y de estilo variadísimos y de una originalidad perfecta. No lo digo por decir, están ahí, en mi cancionero. Yo mismo las he escuchado en los pueblos y aldeas castellanas, y las he ido transcribiendo. Alguna ya las conocía, porque yo he sido palurdo, auténticamente palurdo, y no me avergüenzo de ello, ni mucho menos." Este cancionero de Marazuela ha servido como base a multitud de trabajos musicales realizados posteriormente, por muchos músicos y grupos.


La Musgaña: Entradilla (1997)
Una de las piezas más conocidas, de las muchas recopiladas y cifradas por Agapito, lleva por título "Entradilla" (también "Entradilla castellana" o "Entradilla segoviana"), y fue descrita por él mismo con las siguientes palabras: "simboliza el valor de la música castellana, tanto por su melodía, como por su ritmo y por su danza". Es la pieza que suena en el famoso mesón segoviano de Cándido, cada vez que un cochinillo asado entra en el comedor. La "Entradilla" iba acompañada de la danza correspondiente, que solía escenificarse en procesiones, bodas, galas o recibimientos.

De entre las numerosas interpretaciones y versiones que de la famosa "Entradilla" han realizado diversos instrumentistas y grupos musicales, elegimos la de "La Musgaña", grupo madrileño de música folk, fundado en 1986 y aún en activo. Está incluida en su álbum "En concierto" (1997). "La Musgaña" basa sus composiciones en la tradición instrumental de Castilla y León, enriqueciéndola con influencias atlánticas y mediterráneas, y con arreglos y ritmos actualizados.