sábado, 24 de noviembre de 2018

El Hoyo de Montorio


Una vez visitados tres de los roturos más peculiares de La Comarca: uno por su enorme extensión (Las Arroturas, en Los Tremellos), otro por su curiosa ubicación (El Arroturo, en Montorio), y un último por su intrincado dibujo (La Parte, en Ros), pensé que por fin había encontrado el roturo perfectoEl Hoyo de Montorio.
A pesar del nombre del predio, este no se encuentra en el término de Montorio, sino en el vecino de Quintanilla Sobresierra. Y, a pesar de mis suposiciones, no se trata de un roturo, sino de una finca particular.
 
Situado a poco menos de 2 km al SW de Quintanilla Sobresierra, al lado del camino de Becerril, este no-roturo llama la atención por varios motivos:

- su casi perfecto diseño rectangular, de 400 x 120 metros de lado
- su tamaño: casi 5 hectáreas
- su disposición en suave pendiente NW-SE
- la diferente coloración de sus suelos, con varias manchas blanquecinas de buen tamaño que destacan sobre un fondo general de color ocre
- la existencia de una solitaria mata de roble (Quercus pyrenaica), incrustada en la zona superior de la finca
- la pervivencia de una pequeña isleta pedregosa sin cultivar, de unos 300 metros cuadrados, también en su parte alta
- por encontrarse completamente rodeada de terreno forestal: monte de roble en su zona superior, modernas plantaciones de pino en la inferior, con alguna mata aislada de encina en el entorno.

Al tratarse de una finca de gran tamaño, las características edáficas del terreno son lo suficientemente heterogéneas como para que se aprecien diferentes tonalidades en su superficie, claramente visibles cuando aquella se encuentra en barbecho o recién arada.
Algunas  son consecuencia -también- de la herencia recibida por la antigua parcelación minifundista: hasta hace menos de cuarenta años, el paraje se encontraba ocupado por una docena de pequeñas parcelas, con la consiguiente abundancia de linderos, sotos, senderos, arroyos y caminos.



El Hoyo de Montorio (Vuelo americano, 25 de julio de 1956)





El Hoyo de Montorio (Vuelo finales de los años 70)





Ortofoto Sigpac (Julio 2005)

En la zona de Quintanilla Sobresierra, la concentración parcelaria se ejecutó a principios de los años 80 del siglo pasado. Si comparamos las fotografías aéreas anteriores a la concentración (vuelo americano de 1956 y vuelo nacional de finales de los años 70), con las posteriores (Sigpac 2005, por ejemplo), observaremos que la concentración fusionó en una sola finca aquella docena de parcelas cultivadas.

Como suele ser habitual, la concentración arrasó linderos, matas, pequeños árboles y setos. Aunque, a pesar del tiempo transcurrido, aún pueden apreciarse parte de los antiguos contornos.


Al sur del Hoyo, el paraje de Becerril ofrece una fuente con abrevadero, un majuelo centenario, un vértice geodésico y una buena colección de túmulos milenarios.



Por sus inmediaciones, también discurre el sendero balizado PRC-BU-178 “Ruta de las Ermitas” que, en unos 13 km de trazado circular, y partiendo de Quintanilla Sobresierra, recorre parajes tan atractivos como el mirador del Nido del Buitre, Fuentemaján, las ermitas de Las Mercedes (Montorio) y Las Nieves (Quintanilla), el refugio “Casa de la Cultura” y el anteriormente mencionado Becerril.

OTRAS ENTRADAS RELACIONADAS:
El Arroturo de Montorio
Las Arroturas, en La Frontera de Los Tremellos
Un laberinto de secano en Ros



sábado, 10 de noviembre de 2018

Sorteo de montes lejanos (1879)


En una entrada anterior Sorteo de montes cercanos (1879), comentábamos el resultado del sorteo correspondiente a los montes más cercanos al pueblo: Monte las Eras, Valdevacas, Valdecofrades, Carboneros, Corral de Matacubillas, Alto el Cuerno, Mazorra, Buentudanca, Matacarros y Lagunilla. Comentábamos también que resultaba curioso que en el listado de adjudicaciones aparecieran únicamente una parte de los vecinos del pueblo.


Huérmeces y sus montes "lejanos": en el centro, al fondo, monte Rallastra; a la derecha, montes entre Fuente la Hoz e Isilla 

  
En la misma signatura del archivo municipal aparecen otros dos documentos, titulados:

  • "Sorteo de los montes de Isilla, Itero y San Vicente entre los 87 socios que hay inscritos en la compra."
  • "Memorial que contiene los otros comprendidos en las compras de los dos montes de Rallastra y Valcavado, pertenecientes a los propios de este Ayuntamiento, y ha solventado para dicho pago a 23 reales."
 

Montes de Isilla; al fondo, montes de El Calero y Valdefrailes; más al fondo, El Perul.



Si bien ambos documentos carecen de fecha, resulta razonable suponer que -por las idénticas caligrafía y estructura del listado- son coetáneos del anterior, esto es, correspondientes a ese mismo año 1879.



PNOA (2014): en amarillo, los montes "lejanos"; en azul, los montes "muy lejanos" 

PNOA (2017): en azul los montes "muy lejanos": desde Valdetope a Navatillo



SORTEO DE MONTES LEJANOS

En el primero de los dos documentos, se registra el resultado del sorteo que afecta a los montes "lejanos", aquellos situados justo al norte del pueblo, que crecen sobre los terrenos calizos tanto de la orilla izquierda del Úrbel (Isilla, Cuevagatos, Fuente la Hoz, Valdegoba, Itero y Carromaribáñez) como de  la derecha (Peña Berlanga, La Pedraja, Valdefrailes, El Calero, San Vicente y Valdetope).

Sorteo de montes "lejanos" (1879)

No ha sido posible ubicar con exactitud el paraje denominado "Cantiles Cañón" o "Cutil de Cañón", aunque por el nombre suponemos que se trata de los cantiles más difíciles del desfiladero de Fuente la Hoz. Tampoco conocemos la ubicación de "Las Gargantillas", aunque por la numeración de los lotes suponemos que se encontraba en Valdegabas o alrededores. Por último, el monte denominado "Los Avellanos" no parece tener ninguna relación con el segundo topónimo por el que hoy en día se conoce al vallejo de Valcavado, situado mucho más alejado que los anteriores.

El resultado del sorteo se transcribe en el cuadro siguiente. Únicamente se han actualizado grafías y corregido posibles erratas.





SORTEO DE MONTES MUY LEJANOS




En el segundo de los documentos, se registra el resultado del sorteo que afecta a los montes más alejados del pueblo: también situados al norte de aquel, pero en terrenos ya limítrofes con los términos de San Pantaleón del Páramo y Montorio: montes Rallastra, Valcavado, Navatillo, Cotorros, Rogarcía, Revilla, Veguilla y Valdetope.


Sorteo de montes "muy lejanos"  (1879)


Se trata de los montes con más difícil o alejado acceso, aunque también los más densos y desarrollados del término. Valcavado y Los Cotorros eran los montes más alejados del pueblo, aunque su acceso no era excesivamente complicado, gracias a la existencia del camino de La Veguilla (hoy carretera de Pantaleón y Quintanilla); justo lo contrario que sucedía con el monte Rallastra que, aunque algo más cercano que los anteriores, su antiguo acceso (por Escaladilla, Valdefrailes y San Vicente) constituía casi una odisea. Algo parecido sucedía con Valdetope, ya que el camino que remontaba el vallejo en su totalidad siempre presentó unas condiciones lamentables, empezando por el a veces difícil cruce del Úrbel a la altura del vado de Valdegoba.

Al igual que en el caso anterior, se transcribe el resultado del sorteo con la actualización de grafías y corrección de posibles erratas; dado el estado de conservación del documento, no ha sido posible determinar el nombre de todos los parajes y números de lote.

 


Sorprende que en este segundo listado también se incluya al paraje de Valdetope, que ya aparecía en el primero. La explicación radica en que, al tratarse de un vallejo relativamente extenso y que se desarrolla entre los montes de Rallastra y San Vicente, se hizo necesaria su partición, de manera que en este sorteo se incluyeran los lotes situados en las laderas de Rallastra, y en el anterior lo hicieran los lotes situados en las laderas de San Vicente.


Monte Rallastra (encina) y, debajo de él, montes de Los Cotorros (roble quejigo); en el fondo del valle, carretera de Pantaleón y Quintanilla, atravesando La Veguilla a la altura del acceso a Valcavado; al fondo, la base de San Vicente


Por otra parte, cabe destacar que en este paraje de Valdetope coexisten matas de encina con rodales de roble quejigo: aquellas en la ladera sur de Rallastra, estos en la ladera norte de San Vicente. Hoy en día, las manchas de quejigo no son muy extensas, y nos es imposible siquiera aventurar la importancia que tendrían hace 140 años.

Al necesitar de suelos más desarrollados y exposiciones algo más frescas, el roble quejigo (Quercus faginea) era la masa forestal predominante en el paraje de Los Cotorros, ya en el límite con el término de San Pantaleón del Páramo. Hay que tener en cuenta que la leña del quejigo (o roble-encina, como se le denomina también) era más apreciada que la de encina para su uso en hogueras que necesitaran de un fuego más vivo, tal y como sucedía en el caso de la elaboración de lejía, realización de coladas y cocción de productos de la matanza. Para los anteriores quehaceres, la leña de quejigo solía mezclarse con la de chopo.  

En cuanto a los apellidos de los vecinos de Huérmeces de hace 140 años, encontramos unos cuantos de los habituales hoy en día: Alonso, Arribas, Bárcena, Crespo, Díaz, Díaz-Ubierna, Díez, Fernández, Fontúrbel, García, Girón, González, Hidalgo, Martínez, Montero, Ortega, Pérez, Ubierna, Varona, Villalvilla y Villanueva. Y otros tantos que hoy resultan poco habituales: Agustín, Arce, Calle, Espinosa, Gallo, Güemes, Mata, Ornilla, Puente, Terradillos, Tudanca, Valderrama y Zumel.



EVOLUCIÓN DE LAS MASAS FORESTALES DE ISILLA, ITERO, SAN VICENTE, RALLASTRA Y COTORROS DURANTE LOS ÚLTIMOS CUARENTA AÑOS:


Isilla, Itero, San Vicente y sur de Rallastra (Vuelo IRYDA 1977)
Isilla, Itero, San Vicente y sur de Rallastra (PNOA 2014)







Rallastra y Cotorros (Vuelo IRYDA 1977)
Rallastra y Cotorros (PNOA 2017)


Se aprecia una cierta expansión de la masa forestal y un aumento en la densidad de las matas en casi todos los montes incluidos en estos dos sorteos (con excepción de los terrenos ocupados por la base militar, claro está). Incluso se aprecia la aparición de alguna mata nueva en San Vicente, El Calero, Cuevagatos, Isilla, Itero y -sobre todos- Rallastra. En Cotorros se aprecia una mayor densidad en los montes de roble allí existentes. Aparecen, también, dos choperas nuevas: Valdefrailes y Valdegoba, ambas plantadas a principios de los años sesenta. Y la vegetación leñosa de ribera (chopos, sauces, salgueras, majuelos...) también ha experimentado un importante desarrollo en ambas orillas del Úrbel.

Los factores que han propiciado esta relativa expansión forestal del monte de encina son claros:

  • éxodo rural: a menor población, menor consumo general de leña
  • descenso importante en el número de cabezas de ovino y caprino que pastan por los montes, lo que facilita su regeneración natural
  • abandono de las tierras menos productivas, aquellas situadas en suelos pobres y de fuerte pendiente, sobre todo en las porciones laterales de los vallejos, lo que también ha originado cierta regeneración en esas zonas
  • total abandono de la leña como combustible para la cocción de alimentos, sustituida por los combustibles fósiles y la electricidad

Hoy en día, la leña de encina se usa -puntualmente- para alimentar glorias y estufas de viviendas de labradores y -sobre todo- de segundas residencias, pero en una cantidad total sensiblemente inferior a la utilizada antaño para necesidades de cocina.