sábado, 18 de julio de 2020

Relojes de campanario: un viaje en el tiempo por los pueblos de La Comarca


En el mundo rural, hasta bien avanzado el siglo XX, no era nada habitual la posesión de un reloj individual, bien de bolsillo, bien de pulsera.

Y no es porque el conocimiento exacto de la hora careciera de importancia para el agricultor o el ganadero, sino porque la economía rural tenía sus limitaciones y sus prioridades. Y el precio de un reloj de bolsillo o de pulsera sobrepasaba el alcance de la mayor parte de las familias.


Reloj neoclásico de la iglesia de Santibáñez: junto con el de Ros, uno de los más espectaculares de la Comarca; acompañado por unos interesantes relieves románicos

Con la experiencia acumulada durante siglos, el labrador sabía de sobra realizar un cálculo aproximado de la hora: a partir de la altura del sol, o de la sombra proyectada por un alargado chopo o una prominente peña.

Y si tenía la suerte de que la iglesia de su pueblo gozara del complemento de un reloj de campanario, le bastaba con aguzar la vista o escuchar atentamente los toques del campanil o campana de turno.


La Nuez de Arriba: uno de los dos relojes con que cuenta su iglesia, el orientado al este



De las 70 iglesias con que cuenta La Comarca, son aproximadamente la mitad (34) las que poseen reloj en su torre-campanario.

Excepto los 12 relojes de nueva implantación, pocos son los  que funcionan correctamente. Algunos estropeados, otros de difícil recuperación, otros sencillamente abandonados a su suerte. En muchos casos, funciona únicamente el dispositivo electrónico que interviene en el toque de campanil, permaneciendo las manillas inmóviles desde hace tiempo.


Ubierna: un reloj moderno en uno de los huecos del campanario

Sorprendentemente, el resucitado toque de campana o campanil, de horas y medias horas, ha resultado ser un asunto conflictivo en algunos pueblos, por las supuestas molestias que el sonido de campana pudiera ocasionar a los vecinos cercanos a la torre. Tal es así que, en varios lugares, ha habido que desconectar el sistema sonoro o, por lo menos, limitarlo a las horas diurnas. Un asunto un tanto incomprensible, pero sensibilidades variadas y variables hay por doquier. 


Reloj de la iglesia de Masa, situado en la parte trasera de la torre anexa a la espadaña

Aunque muchos relojes ya no cumplan con su cometido principal, es indudable su valor ornamental e, incluso, sentimental, por lo que merecería la pena realizar al menos un intento de clasificación, basado tanto en las características de la esfera como en las peculiaridades de su ubicación en la torre correspondiente.

En primer lugar, conviene destacar que varios relojes de La Comarca poseen el sistema de manilla única, que atraviesa casi completamente el diámetro de la esfera, y posee unos ornamentos muy característicos. Hasta el siglo XVIII, este sistema de una sola manilla o aguja era lo habitual en los relojes de campanario, por lo que su presencia da fe de la antigüedad del reloj. Eran tiempos en los que el conteo de minutos carecía de importancia, y era la hora la reina absoluta del tiempo.

Aún quedan en Europa muchos relojes de una sola manilla, tanto en edificios religiosos como civiles. En España, por citar dos ejemplos, uno de cada tipo: puerta del Reloj de la Catedral de Toledo y Torre del Reloj de Lastres (Asturias), ambos de mediados del siglo XVIII.

Diez son los relojes de La Comarca que conservan el sistema de manilla única: Castrillo de Rucios, Celada de la Torre, La Nuez de Arriba, Peñahorada, La Piedra, Ros, Santibáñez Zarzaguda, Susinos del Páramo, Los Tremellos y Villarmentero.


Según las características particulares de la esfera, podemos diferenciar ocho grupos principales de relojes de campanario:

1-Relojes con solera: se trata de ejemplares grabados en piedra, a veces con los números repintados; encontramos relojes de este tipo en las iglesias de Celada de la Torre, Huérmeces, Rioseras (San Saturnino), Ros, Santibáñez Zarzaguda y Tobar.

Los relojes de Ros y Santibáñez guardan un gran parecido, ya que que fueron tallados en años cercanos (1807 y 1796, respectivamente).

El de Huérmeces perdió -desgraciadamente- su maquinaria original. El estado de conservación del reloj de San Saturnino de Rioseras está en consonancia con el estado general del edificio de la iglesia. Alguno de estos relojes grabados en piedra se encuentra, sin duda, entre los más bellos de La Comarca y más allá.


Celada de la Torre (manilla única)

Huérmeces

Ros (manilla única)

Tobar
Santibáñez Zarzaguda (manilla única)
Rioseras (San Saturnino): la manilla de las horas se encuentra partida; los números apenas resultan visibles


2-Relojes mixtos (2): una parte de la esfera está directamente grabada en los sillares de piedra de la torre, mientras que otra parte se encuentra pintada o añadida. En el reloj de Castrillo de Rucios, son los números los que están grabados en la piedra, y pintado el borde de la esfera. Por su parte, en el reloj de Las Quintanillas, es la esfera la que está realizada en piedra, mientras que los números (en un inusual tono dorado) han sido recientemente adheridos a la misma.

Castrillo de Rucios (manilla única)
Las Quintanillas (primer cuerpo de la torre)

En Las Quintanillas, además, se da la circunstancia de que, hasta hace muy poco tiempo, era un reloj situado en el último cuerpo de la torre el que funcionaba, encontrándose desmontado (sin manillas ni números dorados) el ubicado en el primer cuerpo, que es el que ahora funciona.

Las Quintanillas (reloj desmontado en el cuerpo tercero de la torre)

3-Relojes blandos (4): en general, estos dalinianos relojes están fabricados en chapa, que hoy se presenta arrugada, ondulada, cuarteada y partida por la acción de los elementos; relojes de este tipo encontramos en Montorio, La Nuez de Arriba (2) y Peñahorada.

El de La Nuez de Arriba tiene la peculiaridad de ser doble, ocupando las orientaciones este y oeste de la caseta del reloj, para que la hora pudiera ser vista desde todo el caserío del pueblo, alineado precisamente en esa dirección.


Montorio
La Nuez de Arriba, orientación este (manilla única)

La Nuez de Arriba, orientación oeste (manilla única)
Peñahorada (manilla única)


El reloj del antiguo colegio-seminario de Quintanilla Escalada no pertenece a La Comarca, pero la belleza de sus arrugas le hace acreedor a un puesto dentro de la categoría de relojes invitados.


Quintanilla-Escalada



4-Relojes en porciones (1): el único representante de este grupo, el reloj de la iglesia de Masa, ha perdido dos porciones de chapa segmentada: la VI y la VII. ¿A dónde habrán ido a parar esas horas perdidas? Quizás algún vecino las guarde como oro en paño, por si algún día necesita recuperar el tiempo perdido. Quizás yazcan a algún centímetro bajo tierra, cubiertas por décadas de sedimentos antrópicos. Quizás algún turista de paso las guarde como simple souvenir rural.

A pesar de su pésimo estado de conservación, este reloj de Masa es uno de los más bellos de la zona, y merecería mejor suerte, ahora que las finanzas eólicas permiten ciertas alegrías. 

Masa

5-Relojes tatuados (5): esferas pintadas directamente sobre la piedra o utilizando cemento como lienzo; integran este grupo los relojes de Arroyal, Hontomín, Susinos del Páramo, Los Tremellos y Villorejo.

La pequeña joya de este grupo de relojes la constituye, sin duda, el de Hontomín. Aparte del indudable encanto naif de su esfera pintada sobre la piedra, este tricentenario reloj conserva la maquinaria original de tiempos barrocos; además, cuenta con un pequeño ventanuco, dispuesto justo debajo del XII, que hacía las veces de oteadero y tragaluz.

También conserva la maquinaria original el reloj de Los Tremellos, de manilla única.

No sucede lo mismo con el reloj de Villorejo, que perdió la maquinaria original en la última remodelación realizada; sus manillas no funcionan, únicamente el sonido campanil.

En el reloj de Susinos tampoco funcionan las manillas, por falta de una pieza fundamental y de difícil localización.

Arroyal


Hontomín

Los Tremellos (manilla única)


Susinos del Páramo (manilla única)

Villorejo


6-Relojes de cristal: solo hemos encontrado el ejemplar existente en la iglesia de Santa Cruz del Tozo. Si no es cristal, se le parece bastante. En todo caso, este metafórico reloj parece querer recordarnos que el tiempo es frágil, incluso a sus doce metros y pico de altura. Un reloj único, este del Tozo.


Santa Cruz del Tozo

7-Relojes minimalistas: la esfera, realizada en cemento o grabada sobre la piedra, carece de números o rayas, probablemente borrados por la acción del tiempo; disponemos en La Comarca de tres ejemplares de este tipo: La Piedra, Quintanilla Sobresierra y Villarmentero. Los dos primeros, en cemento; el último, en piedra; el primero y el último, con manilla única, el minimalismo llevado a su cota máxima.

La Piedra (manilla única)


Quintanilla Sobresierra
Villarmentero (manilla única)

8-Relojes nuevos: instalados en las dos o tres últimas décadas, generalmente de esfera metálica, colocados (atornillados) a una zona prominente de la torre; a veces en el mismo lugar que ocupaba el viejo reloj (San Pedro Samuel); encontramos este tipo de relojes "modernos" (con la marca comercial y fecha correspondientes, cuando las hubiere) en las iglesias de:

-Avellanosa del Páramo
-Celadilla Sotobrín (A. Cano Burgos 1997)
-Cernégula
-La Parte (Las Hormazas)
-Lodoso (V. Tajadura Burgos 1979)
-Quintanaortuño (1995)
-Quintanilla Pedro Abarca (Latorre)
-Las Rebolledas (A. Cano Burgos)
-San Pedro Samuel
-Terradillos de Sedano (A. Cano Burgos)
-Ubierna (A. Cano Burgos)
-Villanueva Río Ubierna (A. Cano Burgos)


Avellanosa del Páramo

Celadilla Sotobrín
Cernégula

Quintanilla Pedro Abarca

Quintanaortuño


Las Rebolledas

San Pedro Samuel




Terradillos de Sedano
Ubierna


Villanueva Río Ubierna

Los relojes de LodosoLa Parte tienen la particularidad de estar formados por cuatro y dos piezas de chapa, respectivamente, que se corresponden con los cuatro cuadrantes circulares o los dos semicírculos; ambos están fijados directamente sobre la piedra.

La Parte (Las Hormazas)

Lodoso

Cinco de estos nuevos relojes (Celadilla, Las Rebolledas, Terradillos, Ubierna y Villanueva Río Ubierna) han sido fabricados e instalados por el conocido relojero canario-burgalés Antonio Cano.


Hay que destacar una reciente baja en el catálogo de relojes de La Comarca: el de Sotragero, que se encontraba enclavado en una pequeña construcción en piedra (la caseta del reloj), anexa a la espadaña. El anexo y su reloj, en pésimo estado de conservación, fueron suprimidos en la última rehabilitación de la iglesia. Aparentemente, su esfera estaba confeccionada en chapa.


Sotragero (antes)

Sotragero (hoy)

También es posible realizar una clasificación basada en la situación del reloj en la torre o espadaña correspondiente:

1-Relojes sobre torre: 20 relojes (el 59% del  total) se ubican en torres cuadrangulares o rectangulares; según la posición frontal o lateral que ocupan en la torre, tenemos la subdivisión siguiente:


-en posición frontal (15): Avellanosa, Celadilla Sotobrín, Hontomín, Huérmeces, La Parte (Las Hormazas), La Piedra, Quintanilla Pedro Abarca, Las Quintanillas, Quintanaortuño, Ros, Santibáñez, Susinos, Tobar, Ubierna y Villorejo.

-en posición lateral (5): Lodoso, Montorio, Quintanilla Sobresierra, Las Rebolledas y Villanueva Río Ubierna.






2-Relojes sobre espadaña: 6 relojes (18%) se ubican en la fachada frontal de espadañas; según la posición que ocupen en aquellas, tenemos:

-en remate o posición culminante (3): Celada de la Torre, Terradillos de Sedano y Los Tremellos.

-en cuerpo intermedio (3): Peñahorada, San Pedro Samuel y Villarmentero.




3-Relojes sobre espadaña-torre: 3 relojes (9%); Arroyal, Masa y Santa Cruz del Tozo.


4-Relojes en un anexo a la espadaña: 3 relojes (9%); Castrillo de Rucios, La Nuez de Arriba y Sotragero (desaparecido).

5-Relojes en un anexo a la torre: San Saturnino de Rioseras, situado en el cuerpo exterior de la escalera de la torre.

6-Relojes en un anexo civil: tal y como sucede en el edificio anexo a la iglesia de Cernégula.



En cuanto a la posición relativa del reloj con respecto a las campanas principales, encontraremos los siguientes  casos:

-relojes situados sobre las campanas: Avellanosa, Celada de la Torre, Lodoso, Masa, Quintanilla Pedro Abarca, Quintanilla Sobresierra, Quintanaortuño, San Pedro Samuel, Santa Cruz del Tozo, Terradillos de Sedano, Villarmentero, Villorejo.

-relojes debajo de las campanas: Hontomín, Huérmeces, La Parte, La Piedra, Las Quintanillas, Peñahorada, Rioseras, Ros, Santibáñez, Susinos, Tobar, Villanueva Río Ubierna.

-relojes a la misma altura que las campanas: Los Tremellos, Montorio y Sotragero.

-relojes que aprovechan el hueco de alguna campana: Celadilla Sotobrín, Las Rebolledas y Ubierna.

-relojes rematados por un campanil: Arroyal, La Nuez de Arriba y Terradillos de Sedano; además, muchas de las torres y espadañas que cuentan con reloj se encuentran rematadas por un campanil, más o menos decorado, al que se supone conectado el mecanismo percutor de aquel. 

A modo de resumen final, añado una pequeña tabla con las características generales de los 34 relojes de La Comarca (incluido el extinto de Sotragero), consignando estado de conservación, orientación, tipo de manilla, tipo de esfera y situación de cada reloj en la torre o espadaña de la iglesia correspondiente; en amarillo, los relojes de esfera antigua; en verde, los de esfera nueva:









Como cabría esperar, la orientación más común es la sur (38%), seguida por la oeste (29%) y la este (24%); la más rara, como también cabría suponer, la norte (9%).

Por último, reiterar que la ubicación más común de los relojes es la de los últimos cuerpos de torres y espadañas, allí donde su visibilidad -desde el caserío del pueblo- sea mayor; la situación frontal o lateral del reloj en la torre vendrá determinada por la situación del caserío; a veces, si la iglesia se encuentra en el centro del pueblo, y el caserío de este es alargado, puede ser necesaria la presencia doble de reloj (La Nuez de Arriba).


sábado, 4 de julio de 2020

Pequeños parques recreativos en la Comarca casi vacía


Desde la segunda mitad de los años noventa, la Diputación Provincial de Burgos viene convocando anualmente una línea de subvenciones, dirigidas a las entidades locales, para la construcción de pequeños parques infantiles. En los últimos años, dentro de la misma línea de ayudas, también se ha generalizado la construcción de parques recreativos dirigidos a la llamada tercera edad. 

La dotación presupuestaria de las últimas ediciones rondaba los 300.000 euros, suficiente para auxiliar a unos 50 pequeños parques en cada convocatoria. Para poblaciones con una población de derecho comprendida entre 101 y 300 habitantes, la subvención máxima alcanza los 5400 euros. El resto de la inversión, si existiera, debía de ser cubierto por las arcas de la entidad local correspondiente.


Vivar: al fondo, a la izquierda, su paisano más famoso

Entre la documentación exigida en la convocatoria, debía figurar una memoria técnica en la que se justificara la población de derecho y estacional en cuanto a los dos colectivos a los que van dirigidos los parques recreativos: población infantil y población con edad superior a los 65 años.


Quintanilla Pedro Abarca (2003)

Después de más de 25 años durante los cuales ha funcionado esta línea de ayudas, escasos son los pequeños pueblos de esta parte de Castilla que no cuentan con uno de estos parques recreativos infantiles. Es más, en varios pueblos (Lodoso, Nidáguila, Pedrosa de Río Úrbel, Quintanaortuño, Las Rebolledas, Ros, Villarmero) existen dos parques. Y en algún otro (Montorio), incluso tres. Esta proliferación de columpios, balancines y toboganes ha generado opiniones contrapuestas.


Úrbel del Castillo (2010): parque infantil a los pies de todo un castillo medieval, ¿hay quien dé más?

Algunos claman contra este supuesto despilfarro de recursos en una tierra dónde, si algo escasea, eso es población infantil. Y es cierto que durante buena parte del año la soledad más absoluta acompaña a estos pequeños parques, aunque durante el verano y los fines de semana de buen tiempo la situación varíe sensiblemente. 

Cabe añadir que la inversión necesaria para cada parque suele ser poco importante, y que el disfrute estacional de los mismos justifica de sobra su existencia. Si queremos atraer población hacia el mundo rural, aunque solo sea familiar y de visita, debemos proporcionar los elementos básicos: internet para los jóvenes, columpios para los niños y bares para el resto de la población. Así de simples -o de complicadas- son las cosas.


Huérmeces, Vega (2019)

A lo anterior habría que añadir la más reciente popularización de espacios con aparatos gimnásticos para la gente mayor, cada día más demandados en un medio rural claramente envejecido. Varios son los pueblos que han incluido aparatos de este tipo en parques ya existentes, o que han creado un parque ex profeso (Avellanosa del Páramo, Celada de la Torre, Coculina, Huérmeces, Quintanaortuño, Quintanilla Pedro Abarca, Quintanilla Sobresierra).



Celada de la Torre (2010)

Aunque la inversión en cada parque no sea elevada, uno de los aspectos que más deberían cuidarse y planificarse es el correcto mantenimiento de las instalaciones. Tanto columpios como aparatos gimnásticos necesitan repintados periódicos, así como labores de limpieza y engrase; los espacios en los que se enclavan necesitan desbroces y limpieza general; las barandillas de madera, pintura; los suelos acolchados, renovación... Si la visión de un parque infantil solitario ya es triste de por sí, más aún lo es la de un parque abandonado a su suerte. Y casos, desgraciadamente, haylos.

Quintanarrío

En algunos lugares, da la impresión -quizás errónea-de que ha sido la iniciativa privada, en forma de algún vecino hacendoso y con nietos en edad infantil, la que ha levantado un sencillo parque con banco y dos columpios: quizás sea el caso de Quintanarrío, en una cuidada parcela a la vera del joven Ubierna, junto al camino que se dirige a Quintanilla Sobresierra ("Sendero del Ubierna", PRC BU 208, 12 km).

Entre los escasos pueblos de La Comarca que carecen de parque recreativo alguno, citaremos los casos de Brullés, Las Celadas, Hormazuela, Manciles, Mansilla, Mata, Miñón, Quintana del Pino y Villalvilla Sobresierra.

Las Rebolledas (2003)

Después de recorridos (de manera presencial o virtual) más de 60 parques de diversas localidades de La Comarca, cabe realizar un intento de clasificación según las características de las pequeñas o grandes parcelas (de titularidad pública) elegidas para la ubicación de aquellos:

-parcelas situadas, bien dentro de la plaza mayor, bien en la plaza del ayuntamiento o junto al local social, o en sus inmediaciones: La Piedra, Montorio, Quintanilla Vivar, Las Rebolledas, Robredo Sobresierra, San Pedro Samuel, Sotopalacios, Susinos del Páramo, Úrbel del Castillo, Villanueva Río Ubierna.

Mención especial merece el parque de Úrbel, que goza de la mágica condición que le confiere el estar situado a los pies de todo un auténtico castillo medieval: el sueño de cualquier niño, supongo. Ni Disney World y su cartón piedra pueden superarlo. Entrada libre y sin límite horario. Fuente de agua fresca, de libre acceso, al lado del parque.


Sotopalacios: al fondo, semioculto por los árboles, el edificio del ayuntamiento de la Merindad de Río Ubierna

-parcelas que aprovechan el espacio público existente alrededor o en las inmediaciones de algunas iglesias: Avellanosa (mayores), Celada de la Torre, Celadilla Sotobrín, Coculina (mayores), Fuente Úrbel, La Parte (Las Hormazas), Lodoso, Melgosa de Villadiego, Moradillo del Castillo, Peñahorada, Las Rebolledas, San Pedro Samuel, Santa Cruz del Tozo, Terradillos de Sedano, Villaute, Zumel.


Celadilla Sotobrín (2003)

Melgosa de Villadiego
Villaute (2009)

Zumel (2005)
Avellanosa (mayores)
La Parte (Las Hormazas)

-parcelas que aprovechan el espacio público existente alrededor de las antiguas escuelas: Borcos (Las Hormazas), Coculina (infantil), Marmellar de Abajo, Ros, Ruyales del Páramo, San Pantaleón del Páramo, Tobar.


Ros

Ruyales del Páramo (2005)

Tobar (2002)

-aprovechando un solar existente: en Acedillo, en dónde se ha conservado el arco de piedra que formaba la puerta original de la casa del cura; en Pedrosa de Río Úrbel, dónde se ha aprovechado el solar de la desaparecida ermita de San Bartolomé.


Acedillo, en el solar de la antigua casa del cura

Pedrosa de Río Úrbel (2003), en el espacio que ocupaba la desaparecida ermita de San Bartolomé


-en el terreno inmediato a un molino del concejo: Avellanosa del Páramo (infantil), en las inmediaciones del Molino de la Villa.



Avellanosa del Páramo (2004)


- en la periferia de los pueblos: Castrillo de Rucios (al lado del camino de Huérmeces, junto a la pista polideportiva), Solano (Las Hormazas), Huérmeces (Barrio de Mercado, Bolera del Puente Vega), La Piedra (El Barrio), La Nuez de Arriba (camino de Quintanilla Pedro Abarca), Quintanarrío (camino de Quintanilla Sobresierra).


Huérmeces, barrio de Mercado (2002)



-junto a la pista o al pabellón polideportivo: Castrillo, Montorio, Quintanaortuño, Quintanilla Pedro Abarca, San Pedro Samuel, Sotopalacios, Terradillos de Sedano, Los Tremellos.

Montorio
Quintanilla Pedro Abarca (2019)


-formando parte de una amplia zona de esparcimiento, usualmente a orillas del río, y a veces con barbacoas, merendero y zonas deportivas: Castrillo de Rucios, Masa, Montorio, Bustillo del Páramo, Quintanaortuño, Quintanilla Sobresierra, Los Tremellos.  

Quintanilla Sobresierra (2010)

Quintanaortuño (2004)

-en alguna de las nuevas zonas urbanizadas:  tal y como sucede en diversas localidades cercanas a la capital: Sotragero, Ubierna, Villarmero y Vivar del Cid.

Ubierna (2003)

Vivar del Cid (2003)

En algunos casos, es reseñable todo el conjunto ajardinado, del que el parque recreativo es solo una pequeña parte.

Esto sucede en Coculina, en todo el espacio comprendido (3000 m2) entre la iglesia de San Millán y las antiguas escuelas, habiéndose logrado un conjunto de indudable belleza.


Coculina (2010)
Algo parecido hay que destacar en Masa, con el amplio espacio ajardinado (3000 m2) existente entre la iglesia de La Asunción y la bonita fuente con pilón, bien cuidado y mantenido, con una buena muestra de pequeños detalles vegetales y decorativos.

Masa 
En Montorio existe también un amplio parque (1000 m2) a la vera del camino que se dirige a la ermita de las Mercedes, al lado del centenario quejigo (La Roblencina).

Montorio, parque al lado del camino de la ermita de las Mercedes

De ejecución más reciente, también es reseñable el conjunto ajardinado (6000 m2) existente en Castrillo de Rucios, a la vera del camino de Huérmeces, y próximo al viejo lavadero, con una pista polideportiva y mesas de pic-nic (alguna con pequeños problemas de estabilidad).


Castrillo de Rucios (2010)

De aún mayor extensión (1 ha) es la zona recreativa de Quintanaortuño, también a la vera del Ubierna, situada en el camino que pasa por el molino y se dirige al viejo puente de piedra de San Juan de Ortega.


Quintanaortuño: parque infantil, parque para mayores, pista polideportiva y área de pic-nic

De dimensiones más modestas (1000 m2), pero igualmente destacable, resulta la zona recreativa creada a ambos lados de la calle principal de la pequeña localidad de Bustillo del Páramo, con zona arbolada a base de plátanos de sombra, un viejo álamo y varias coníferas, y con una curiosa fuente de piedra. La zona del parque infantil se encuentra actualmente en remodelación.



Bustillo del Páramo: fuente de piedra y parque infantil

Muy logrado resulta también el pequeño espacio recreativo (200 m2)  conseguido en Borcos (Las Hormazas), al ajardinar una parcela existente al lado de las viejas escuelas (hoy local social), en la calle principal de la localidad, por la que discurre el arroyo homónimo, de cristalinas aguas.


Borcos (Las Hormazas): espacio ajardinado al lado de las antiguas escuelas

Lo mismo puede decirse de la zona recreativa (800 m2) de San Pantaleón del Páramo, también al lado de las viejas escuelas. Un adecuado ajardinamiento ha conseguido un espacio fresco y con sombra suficiente para que su uso resulte atractivo tanto a la población infantil como a la adulta, tanto a la residente como a la visitante.


San Pantaleón del Páramo (2003): al lado de las viejas escuelas

Por último, y aunque no se incluyan fotografías, también merecen destacarse los pequeños parques insertados en espacios ajardinados establecidos alrededor de las iglesias de Fuente Úrbel y Santa Cruz del Tozo.

Quizás el asunto del frescor y la sombra no haya sido suficientemente valorado a la hora de decidir la ubicación de estos pequeños parques recreativos (tanto los infantiles como los dirigidos a personas mayores), pero no cabría planificar un espacio de estas características en una parcela que no dispusiera de sombra (preferentemente vegetal), fuentes de agua y pequeña zona de pradera natural. Podría afirmarse, sin ánimo de ofender a nadie, que un parque sin ninguno de esos tres componentes básicos, ni es parque ni es ná.


BANDA SONORA


Si existe una canción que nos venga como anillo al dedo para esta entrada ... esa es, sin duda, El parque, editada en el año 1975, en formato sencillo, por un dúo hoy en día muy olvidado: Víctor y Diego.

Víctor Manuel Marín y Jesús de Diego eran madrileños de pura cepa, de los alrededores del Rastro, nada menos. Se conocieron estudiando en el Instituto San Isidro. Por entonces quizás ni soñaron que algún día serían calificados, un tanto exageradamente, como los Simon y Garfunkel españoles. Víctor se encargaba de la música; Diego de la letra; y ambos ponían su voz al servicio de la canción resultante. Hay que reconocer que este reparto de labores resultaba mucho más equitativo que en el caso del dúo norteamericano, dónde Garfunkel solo contribuía con su -portentosa- voz.

En 1974, cuando los cantautores eran un valor seguro (Serrat, Aute, Solera...), el dúo consiguió grabar su primer LP: doce temas en solo dos días, en los estudios EMI de Barcelona, con un equipo técnico venido de Londres y bajo la producción de Ramón Arcusa, en un estilo que luego sería definido como "melódico con toques poperos". El álbum se titularía "Semblanzas" y contendría algunas de las mejores canciones de V&D: "Historia de un historiador", "El afilador" o "La mujer de cristal". 


Parece claro que, en "El Parque", Víctor y Diego se refieren a uno genuinamente urbano; pero no vamos a ponernos muy exigentes con un tema que no ha sido tratado en exceso por la música popular de las últimas décadas. Y además ... un parque hoy urbano puede ser mañana lo más parecido a un parque rural, al compás del envejecimiento de su vecindario. Y lo mismo puede decirse de un parque rural, que puede reconvertirse al ser engullido por nuevas urbanizaciones, tal y como sucede en diversos pueblos del Alfoz.

Víctor y Diego fueron arrasados, como otros muchos cantautores, por la enorme ola de la muy sobrevalorada Movida Madrileña. En los ochenta publicaron un único LP, premonitoriamente titulado "Colorín colorao" y luego ... muchos años de silencio, hasta que en 2003 publicaron un nuevo álbum, titulado "Claroscuro", también de premonitorio título.

Otros grandes éxitos de V&D:

Tiempo de amor

Mujer de cristal