sábado, 20 de noviembre de 2021

De San Pantaleón del Páramo a La Bagoya: una carretera para caminantes

A unos 4,5 km al norte de Huérmeces, una carretera vecinal comunica la carretera de Aguilar con las localidades de San Pantaleón del Páramo (2,6 km) y Quintanilla Pedro Abarca (3,5 km). Es la carretera que sirve para conectar a tres de los cuatro pueblos que componen el municipio de Huérmeces.

Una vez cruzado el puente de La Bagoya, el término de San Pantaleón del Páramo comienza poco después del arranque del camino de Valcavado. En poco más de dos kilómetros y medio, en suave pendiente ascendente, la carretera discurre pegada a la ladera meridional de la lora de Las Mesas, siguiendo un trazado paralelo al arroyo de San Pantaleón, afluente del Úrbel y auténtico hacedor de este bonito y amplio vallejo.


San Pantaleón del Páramo y el valle drenado por el arroyo homónimo, cuyo curso corre paralelo a la carretera


Esta carretera local, estrecha pero de muy escaso tráfico, siempre ha sido muy utilizada por los caminantes de Pantaleón y Quintanilla, así como por los ciclistas de Huérmeces y otros pueblos del entorno, ya que se encuentra dentro de la ruta que lleva a la ermita de Robledillo, al eólico pueblo de Acedillo, al portillo del Caracol y a las alturas de La Pinza.




 

Desde hace unos meses, este tramo de poco más de dos kilómetros y medio de carretera entre San Pantaleón y La Bagoya cuenta con un aliciente más: cuatro bancos incrustados en la cuneta izquierda del vial, convenientemente situados cada 400-600 metros de vial o, lo que es lo mismo, cada 10 minutos de relajado paseo.


AREA DE PICNIC DE SAN PANTALEÓN

Hace unos cinco años, a la salida del pueblo, en una pequeña parcela de titularidad vecinal, denominada La Jalinera (1400 m2), se levantó una agradable zona de esparcimiento, formada por un pequeño espacio cubierto, de 6x7 metros, provisto de un banco de picnic; también se instaló un pequeño vallado, otro banco y un cartel informativo; se completó la actuación con la plantación de diversos ejemplares arbóreos, que otorgarán sombra al lugar con el paso del tiempo. 



 

BANCO 1

Situado a unos 370 metros del área de picnic, este banco se eleva ligeramente sobre el firme de la carretera, y cuenta con la sombra matinal de un grupo de chopos de escasa altura; se encuentra al lado del acceso -en suave rampa- a una finca comunal.




BANCO 2

Situado a unos 540 metros del anterior, en este caso ha sido necesario excavar una pequeña caja en la cuneta, alejando de esta manera el banco de la carretera y consiguiendo cierta sombra matinal, otorgada por los robles circundantes.




BANCO 3

Este banco está situado a unos 620 metros del anterior, claramente elevado sobre la carretera y apartado de ella. De nuevo, se ha buscado un lugar sombreado y algo protegido del viento.




BANCO 4 

Justo antes del arranque del camino que se dirige al avellanoso vallejo de Valcabado, a unos 540 metros del anterior, se encuentra el último de los cuatro bancos; en este caso, no ha sido posible conseguir una situación sombreada.




Justo en este punto, poco más allá del banco, finaliza el término de San Pantaleón del Páramo y comienza el de Huérmeces. Allí arranca el camino de Valcabado (Los Avellanos), muy recomendable en cualquier época del año.




LA BAGOYA

A unos 490 metros desde el último banco, ya en el término de Huérmeces, este es el nombre que recibe el paraje en el que la carretera de acceso a Pantaleón y Quintanilla cruza el Úrbel por un puente de hormigón levantado -probablemente- a mediados de los años cuarenta del pasado siglo. 

 



A la altura del puente, en el lado sur, existe una poza en el río, antaño utilizada como lugar de baño por la chavalería de los tres pueblos cercanos; hoy en día se encuentra más invadida por la vegetación; en la poza, las aguas adquieren esos tonos oscuros que hacen honor al supuesto origen vasco del término Úrbel (Ur, agua; bel-beltza, negra). 




Nada es lo que hemos podido averiguar acerca de la etimología del término "La Bagoya". En este mismo paraje, existió -según viejos mapas- un lugar denominado "La Hoya"; puede que el término La Bagoya no sea sino una evolución del antiguo La Hoya.


Planimetría (1911): en la zona de la Bagoya, allí donde arranca el camino de la Veguilla que se dirige a Pantaleón y Quintanilla; "La Hoya", quizás término precursor de "La Bagoya"
 

Poza de La Bagoya, aguas abajo del puente


UNA INVERSIÓN MODESTA 

La financiación de la instalación de los cuatro bancos de madera y obras complementarias ha corrido a cargo de la entidad local menor de San Pantaleón del Páramo. Otro ejemplo de que no resulta imprescindible invertir grandes cantidades de dinero para ejecutar actuaciones que sean bien recibidas y ampliamente utilizadas por la mayor parte de la población.


PEQUEÑA HISTORIA DE LA CARRETERA DE PANTALEÓN Y QUINTANILLA

Durante mucho tiempo, la comunicación entre Huérmeces, Quintanilla y Pantaleón se realizó a través de dos viejos caminos: el del Alto la Cruz (que formaba parte del viejo camino real entre Burgos y Santander por Reinosa) y el de San Vicente (hoy denominado camino de Valdefrailes).


MTN50-H167 (1934): remarcados los dos caminos tradicionales entre Huérmeces, Quintanilla y Pantaleón


Para ir de Huérmeces a Quintanilla Pedro Abarca, una vez alcanzado el Alto la Cruz, el camino descendía para cruzar el vallejo de Valdaña y volvía a ascender a La Lastra, para continuar por Valdementero hasta alcanzar las primeras casas del pueblo.

Para ir a San Pantaleón del Páramo, sin embargo, se seguía el trazado del camino de San Vicente hasta el paraje denominado El Calero, a partir del cual se ascendía a La Lastra, para descender a continuación por Valdeaña hasta llegar al pueblo de destino. 

El uso habitual de toda esta maraña de viejos caminos locales, usualmente en muy mal estado de conservación, comenzó a cambiar cuando se inauguró la nueva carretera entre Burgos y Aguilar de Campoo. El tramo que nos afecta, entre Huérmeces y Montorio, se completó durante los primeros años de la década de 1910. 

Una vez que el desfiladero de Fuente la Hoz se vio atravesado por una moderna carretera, carecía de sentido ascender al Alto de la Cruz y a La Lastra para llegar a los dos pueblos vecinos.


Planimetría (1913): en amarillo, el viejo camino de la Veguilla, entre Pantaleón y La Bagoya


La que hoy conocemos como carretera de Pantaleón y Quintanilla era, en su origen, un secundario vial denominado "camino de la Veguilla". Tal y como su propio nombre indica, La Veguilla era una pequeña vega situada a la vera del tramo final del arroyo de San Pantaleón, por lo que sus tierras eran consideradas las mejores del término.


MTN50-Hoja 167 (1934): en amarillo, el viejo camino de la Veguilla


Una vez inaugurada la nueva carretera de Aguilar, el mal estado de conservación de este "camino de la Veguilla" no debía de permitir su uso como vía de comunicación más sencilla con Huérmeces y todos los demás pueblos del valle del Úrbel.


Minuta MTN50, hoja 167 (1928, actualizada por el SGE en 1955): en rojo, el nuevo camino vecinal


Es por ello que, ya antes de la guerra, en 1930, las juntas administrativas de Quintanilla y Pantaleón habían solicitado a la Diputación Provincial autorización para anticipar la construcción del camino vecinal que comunicara ambos pueblos con la nueva carretera de Burgos a Aguilar.

En el MOSA de Burgos se guarda un documento titulado "Proyecto de camino vecinal de Quintanilla Pedro Abarca por San Pantaleón del Páramo a la carretera de Burgos a Aguilar de Campoo" (1936-1945); el proyecto de la nueva carretera fue realizado por el ingeniero Eladio Martínez Mata, y la obra fue patrocinada por la Diputación Provincial.

Tras los lógicos avatares económicos e históricos, la carretera que comunica Quintanilla y Pantaleón con la Burgos-Aguilar no fue inaugurada hasta el año 1945, tras diez años de demora desde la confección del proyecto y con una guerra civil por medio.


Diario de Burgos, 26 de agosto de 1945


La inauguración del nuevo "camino vecinal" se produjo en agosto de 1945, tal y como recoge la prensa local de la época. Por supuesto, se trataba de una carretera sin asfaltar, aunque con buen firme y anchura suficiente para el tránsito de carros, automóviles y camiones. Era por entonces presidente de la Diputación el falangista Julio de la Puente Careaga, bajo cuyo mandato (1940-1946) se produjo el nacimiento de la Institución Fernán González (1946).


MTN50, hoja 167 (1960)


La llegada del asfalto tuvo que esperar unos cuantos años más, cuando el "camino vecinal" ya tenía la categoría de carretera vecinal (BU-V-6220). En 1973 se redactó el proyecto para el denominado "acondicionamiento de firme bituminoso" de la citada carretera.


Vuelo IRYDA (c. 1978): carretera entre Pantaleón y La Bagoya


Luego vendría un cambio en la nomenclatura de las carreteras provinciales, dependientes de Diputación, y la carretera de Quintanilla y Pantaleón pasaría a ser la BU-V-6273.


MTN25-Hoja 167-III (2009): en la esquina inferior derecha aparece "La Vagoya", cou uve

San Pantaleón del Páramo: hacia el oeste la carretera se dirige a Quintanilla Pedro Abarca, hacia el este, a La Bagoya 


Una carretera con poco tráfico, utilizada habitualmente por caminantes y ciclistas y, desde hace poco, dotada de cuatro bancos al servicio de vecinos y visitantes.

 

sábado, 6 de noviembre de 2021

Cae el otoño sobre los hayedos de Valdelucio y Castrecías

El hayedo es el bosque por excelencia: ese prototipo ideal de masa forestal, perfecto para filmar una película de licántropos, para novelar la guarida de un grupo de forajidos, o para pintar la escondida cueva o mágica charca en la que moran seres mitológicos o doncellas prerrafaelitas.


Hayedo de Corralejo


Su limpio sotobosque, en el que pocas especies leñosas pueden desarrollarse, sin espinos ni zarzas que estorben el paso, con el suelo tapizado de un mullido manto de hojas, con la luz justa para ver y no ser visto, y con una metamorfosis otoñal que hace las delicias de instagramers, bloggeros y aficionados a la fotografía en general.


Hayedo de Corralejo: hiedra y hojas de roble melojo, arce, avellano y haya


En un hayedo se marca muy nítidamente el paso de las cuatro estaciones: en invierno, es un bosque desnudo, aparentemente sin vida, al que únicamente la ocasional presencia de nieve le otorga alguna novedad; en primavera, justo antes de que las hayas hagan brotar sus nuevas hojas y les priven de la luz necesaria, es cuando aprovechan a florecer las muchas especies herbáceas que moran en sus márgenes y claros; en verano se convierte en un lugar sombreado y fresco, refugio y despensa para animales silvestres, ganado doméstico y humanos; y, por fin, otoño, qué se puede decir del hayedo otoñal que no haya sido ya dicho.


Hayedo de Paúl: hojas de roble melojo, quejigo, serbal, majuelo y haya; bellotas de roble y hayucos



HAYEDOS BURGALESES

Parece ser que, actualmente, el haya es una especie en clara expansión en España. En la provincia de Burgos sucede de igual forma, habiéndose incrementado la superficie forestal, más que en forma de masas puras de haya, en la de bosques mixtos y otros en los que aparecen grupos aislados de hayas. La práctica desaparición de cortas para aprovechamiento maderero (su leña resulta de fácil troceo y combustión, y posee una alta potencia calorífica), fruto del despoblamiento rural, junto con la escasísima presión ganadera existente hoy en día, han ocasionado que -en los terrenos propicios para su expansión- se haya incrementado notablemente la regeneración y extensión de los hayedos.


Distribución de los hayedos burgaleses (García Abril et al., 2000); rotulación propia


La extensión actual de los bosques con hayas en la provincia de Burgos alcanza las 170.000 hectáreas, de las que únicamente 14.000 pueden considerarse hayedos puros, siendo el resto bien bosques mixtos de hayas con otras frondosas, bien grupos o pequeños bosquetes de haya intercalados en masas forestales con otras especies dominantes.


Hayedo de Corralejo


En la provincia de Burgos existen dos núcleos principales de hayedos (mejor hablar de bosques con presencia de hayas): uno situado en el tercio septentrional (100.000 ha) y otro en la Sierra de la Demanda (70.000 ha); aunque los hayedos del norte de la provincia supongan una mayor superficie total, hay que tener en cuenta que presentan menores extensiones por mancha y un mayor distanciamiento entre estas que los hayedos de la Demanda, mucho más concentrados.


HAYEDOS EN EL ENTORNO DE LA COMARCA

En el entorno septentrional de Huérmeces (comarca de Páramos) encontramos una serie de manchas forestales en las que la presencia del haya resulta más o menos importante.


Rotulación propia sobre el mapa de García Abril et al. (2000)


 

En orden creciente de distancia en línea recta a Huérmeces, estos son los nueve bosques con hayas más cercanos a nuestro pueblo:


  • Cañón del río San Antón y barranco de Unfrida: el hayedo más cercano lo encontramos a poco más de 17 km en dirección N-NW; a partir de Terradillos de Sedano, descendiendo por el cañón del San Antón (afluente del Rudrón), podemos observar pequeñas manchas de hayas en las orientaciones septentrionales del río; lo mismo sucede en el principal barranco tributario: el de Unfrida, que desagua por la orilla izquierda del San Antón.
  • Cañón del Rudrón: a unos 20-24 km al N-NW, entre las localidades de Santa Coloma, Bañuelos y Tablada del Rudrón, en las laderas orientadas al norte, encontraremos hayas más o menos dispersas; incluso existe algún hayedo puro.
  • Gredilla de Sedano: a unos 23-24 km al N-NW, en la carretera que asciende hacia Huidobro, Villaescusa del Butrón y Los Altos, en las laderas septentrionales del sector La Loma-Alto del Reloj, existen masas mixtas con hayas.
  • Hayedo del Tozo (Prádanos-Hoyos): a unos 24 km al NW, en la ladera norte de los montes CornitozoLa Cotorra y Encinal, drenados por el arroyo Buldedo (tributario del Rudrón), encontraremos masas mixtas en las que la presencia del haya resulta claramente visible.
  • Barranco Sargentano (Barranco  de Vallejo): a unos 27 km al N-NW, en el barranco de Vallejo, tributario del Sargentano, y éste del Rudrón, entre las localidades de Ayoluengo y San Felices del Rudrón, existe un estrecho hayedo que sobrevive pegado a los ricos del Duerna; cuando llega a la carretera San Felices-Sargentes, las hayas llegan a mezclarse con pinos de repoblación.
  • Valdelucio y Castrecías: a unos 30-40 km al NW de Huérmeces, encontraremos una serie de pequeños hayedos en las localidades de Solanas, Corralejo, Escuderos, Paúl y Castrecías, en orientaciones N y NE. 
  • Lorilla: a unos 33 km al N-NW, en el balcón de La Lora, podemos observar el gran hayedo que se extiende por la zona superior de la ladera norte de La Lora, ya en tierras del Valderredible cántabro. Todo un espectáculo.
  • Cañón del Ebro: a unos 35 km al N, entre las localidades de Orbaneja del Castillo y Quintanilla Escalada, encontraremos bosques mixtos con presencia de hayas. 
  • Un poco más lejos, ya fuera de la comarca de Páramos, en el extenso municipio de Los Altos, encontraremos varios hayedos interesantes: el de la Hoya de Huidobro es uno de los más espectaculares; el existente entre Ahedo del Butrón y Tudanca forma parte de una bonita ruta excursionista, que sigue el curso del arroyo Valdeahedo.


A la izquierda, pegado a la ladera: el hayedo de Paúl desde la Lora Grande; en el valle, Renedo de la Escalera y Paúl



De todas formas, y confirmando la mancha amarilla y el rótulo añadido que aparecen en el mapa de distribución provincial, las hayas más cercanas a Huérmeces las tenemos a escasos 8 km al oeste del pueblo: en Espinosilla de San Bartolomé, en terrenos más apropiados para el quejigo (Quercus faginea) y la encina (Quercus ilex) que para el haya.


Las hayas de Espinosilla de San Bartolomé



Lógicamente, no nos encontramos ante un hayedo espontáneo, sino plantado por el hombre. Se trata de dos pequeñas alineaciones de seis ejemplares cada una, que prosperan al lado de los estanques existentes en el lugar. Desconocemos cuándo fueron plantadas allí aunque, por su tamaño, podrían ser claramente centenarias, ya presentes en el lugar con anterioridad a la adquisición de la finca por parte de Eladio Escudero (1897).


Las hayas de Espinosilla de San Bartolomé



Desafortunadamente, aunque las tengamos muy cerca, no pueden visitarse, ya que se encuentran dentro de una propiedad privada.
 


Acceso sur al hayedo de Castrecías



LOS HAYEDOS DE VALDELUCIO Y CASTRECÍAS

Aunque no sean los más cercanos, ni los más conocidos, ni quizás los más espectaculares, estos humildes hayedos poseen una serie de características que les confieren cierto encanto, sobre todo ahora, en plena estación otoñal:

-fácil accesibilidad general: todos ellos están a tiro de piedra desde la N-627 (Burgos-Aguilar), pudiendo acceder desde Corralejo o desde Quintanas de Valdelucio y, por una cómoda y poco transitada carretera, visitar cualquiera de ellos; al estar orientados al N-NE, y si el día ha resultado soleado, es por la mañana cuando mejor se aprecia la policromía de sus bosques mixtos: robles rebollo y quejigo, hayas, fresnos, arces, serbales, avellanos, majuelos, álamos ... y las persistentes encinas asomándose por encima de las cornisas calizas...


Hayedo de Escuderos: predominio de hojas de arce sobre haya, majuelo y quejigo



-fácil observación externa: cuatro de ellos se pueden contemplar sin obstáculo alguno desde la misma carretera que recorre el valle del río Lucio; el de Corralejo, se observa desde el camino -en buen estado- que arranca a la derecha de la carretera de acceso al pueblo, justo antes de entrar en el caserío.

-continuidad espacial: casi todos se sitúan en la ladera norte-noreste de la gran lora de Valdelucio (desde Solanas a Paúl, 10 km de carretera paralela tanto a los cortados septentrionales de la lora como al río Lucio) y peñas desgajadas de ella (Peña Mesa, en Castrecías y Monte Cazón, en Corralejo)

-variabilidad forestal: encontraremos desde hayedos puros (Paúl y Corralejo) hasta pequeñas manchas de haya entre robledales predominantes (Castrecías y Solanas), pasando por bosques mixtos de frondosas (Escuderos)

-escasa presencia humana: puede que, en ciertas épocas del año, sean frecuentados por seteros, cazadores, botánicos o avezados excursionistas pero, en las tres visitas que he realizado en este otoño (sábado 23 de octubre, miércoles 27 de octubre y día de todos los Santos), no he visto un alma en ninguno de los cinco hayedos; y eso que el tiempo era excelente (soleado y sin viento) y el aspecto fotogénico que presentaban resultaba inmejorable.


Hayedo de Solanas: solitaria hoja de serbal (Sorbus aria) sobre hojas de haya y alguna de quejigo



En cuanto al acceso al interior de cada uno de los cinco hayedos, cabe señalar que no existen entradas señalizadas, por lo que habrá que buscar un hueco entre la orla espinosa que, afortunadamente, tampoco es que tenga mucho espesor. En el hayedo de Paúl y en el de Corralejo aparecen pequeños "pórticos" flanqueados por avellanos y con un remedo de sendero al comienzo, pero en el resto habrá que buscar el acceso más sencillo por mera intuición. 

Dada la pronunciada e irregular pendiente, y aunque no exista apenas sotobosque, el paseo por el interior del hayedo hace imprescindible la utilización de calzado tipo bota de montaña y recomendable el uso de un buen bastón de mano. Sobre todo en otoños húmedos, por la frecuente presencia de musgos en las rocas y madera semi podrida en el suelo, los resbalones pueden resultar inevitables. Ah, y olvídate de tener cobertura de móvil en la mayor parte de estos bosques.


Robledal con hayas, fresnos, arces y serbales, en Solanas

 

Excepto en el hayedo de Corralejo, en el resto no va a resultar sencillo abandonar el bosque por la zona superior, ya que una elevada y a veces extraplomada visera rocosa nos va a cerrar el paso. 

Como podemos observar en el mapa, las cinco manchas se encuentran a una latitud similar, existiendo una diferencia de poco más de 3 km entre el más septentrional (Paúl) y el más meridional (Solanas). Tampoco es grande la diferencia longitudinal, que alcanza los 12 km entre el más occidental (Castrecías) y el más oriental (Corralejo).


Los cinco hayedos de Valdelucio y Castrecías

Estas cinco masas boscosas (junto con las de los cañones del río San Antón y del Rudrón) constituyen los hayedos más meridionales de este sector de la Cordillera Cantábrica. 

Los cinco hayedos se localizan en una clara orientación norte y nordeste, al abrigo de los cantiles calizos formados por la enorme lora de Valdelucio (Lora Grande y su continuación, La Lorilla) y otras peñas menores desgajadas de aquélla (Peña Mesa, en Castrecías y La Risca en el Monte Cazón de Corralejo). Los cinco bosques si sitúan a una altitud comprendida entre 1000 y 1100 metros.

En tiempos medievales, es posible que toda la ladera septentrional de la gran lora de Valdelucio estuviera ocupada por hayedos, así como muchas otras laderas orientadas al norte en este sector de Las Loras, tal y como parecen insinuar algunos topónimos -de origen medieval o incluso anterior- de pueblos y parajes cercanos (Trashaedo, Ayoluengo, Valdehayas, Haya Grande, Ahedo, Lado de Ahedo). 

En el denominado Catastro de Ensenada, realizado a mediados del siglo XVIII, únicamente se mencionan dos de estos cinco hayedos. En la respuesta 23, en la que se relacionan los bienes propios del Común, se declaran los hayedos de Paúl ("montte de aia") y Castrecías ("monte de haya"). 

Curiosamente, un siglo más tarde, en el Diccionario de Madoz, únicamente aparecen mencionados los mismos hayedos: Paúl ("y a corta distancia del pueblo se encuentra un monte poblado de hayas") y Castrecías ("hay un monte cubierto de robles, hayas y otros arbustos"). Quizás la clave se encuentre en el hecho de que, por entonces, solo estos dos hayedos fueran de titularidad comunal, siendo los otros tres de titularidad privada. O puede que, sencillamente, los hayedos de Solanas, Corralejo y Escuderos no existieran como masas boscosas, al haber sucumbido tras décadas de intenso aprovechamiento ganadero y maderero.


Los hayedos (o bosques con hayas) de Valdelucio y Castrecías pertenecen al tipo que los botánicos especialistas en fitosociología denominan "hayedos subrupícolas cantábricos", así llamados por localizarse principalmente sobre laderas calizas de fuertes pendientes, en la vertiente meridional de la cordillera Cantábrica, en zonas de importantes precipitaciones o -como en nuestro caso- con fuerte influencia de las nieblas; son bosques en los que los árboles no alcanzan gran tamaño debido a que los suelos presentan un desarrollo muy irregular.

En este tipo de bosque prosperan una serie de plantas representativas, tales como el conjunto de orquídeas que parecen mostrar preferencia por estos ambientes parcialmente rupícolas (un par de especies del género Cephalantera y otras dos del género Epipactis).

En las orlas forestales de estos hayedos encontraremos pudios (Rhamnus alpina), madreselvas (Lonicera), carrasquillas (Spirea), majuelos, guillomos, agracejos, aulagas, endrinos, etc.

En los bosques mixtos, acompañando al haya, encontraremos roble quejigo (Quercus faginea), roble melojo (Quercus pyrenaica), arce (Acer campestre), serbal (Sorbus aria), álamos (Populus), avellano (Corylus avellana), etc.

Lo que no encontraremos en estos bosques es boj (Buxus sempervirens), arbusto característico de los hayedos situados algo más al este (Tesla, Oña, Obarenes, Pancorbo, etc.), denominados "hayedos submediterráneos", propios de enclaves más térmicos, con mayor presencia de arbustos en su sotobosque.


De oeste a este, estas son las cinco masas boscosas de Valdelucio y Castrecías en las que -en mayor o menor densidad- prosperan hayas (aparecen denominadas por la localidad más cercana al bosque en cuestión):



1-HAYEDO DE 
CASTRECÍAS 

Con una extensión aproximada de 26 hectáreas, nos encontramos con pequeños grupos de hayas insertas dentro del robledal dominante, sobre en la zona superior del mismo, lindando con los riscos.


Campo Rosillo, a la izquierda del paso; Riveros, a la derecha; arriba, la mole de Peña Mesa



La mayor parte de este monte, denominado Campo Rosillo, es de titularidad pública (Junta Vecinal de Castrecías); existe una pequeña zona, denominada Riveros, que se encuentra al lado opuesto del paso entre las rocas, y que es de titularidad particular.


Campo Rosillo, desde la vertiente meridional del paso


El monte se extiende a unos 600 metros al sur del pueblo, y puede contemplarse desde la carretera que se dirige hacia Pozancos, pueblo ya situado en la provincia de Palencia.


Acceso sur al hayedo: Peña Mesa domina el paisaje; en el centro, borde superior de Campo Rosillo


También puede accederse por el sur, desde la carretera que comunica Castrecías con Rebolledo de la Torre. Desde el mismo portillo que separa ambos términos parte un camino ganadero (no apto para vehículos) que, en poco más de kilómetro y medio, y por un espectacular paisaje, nos lleva al pequeño paso entre rocas que ha horadado el arroyo de la Reguera.


Zona superior de Campo Rosillo: al fondo, Castrecías

Pequeño grupo de jóvenes hayas, justo al lado del casi infranqueable cantil calizo


Una vez alcancemos la vertiente norte, tendremos que ascender pegados a la pared rocosa, hasta alcanzar a ver las primeras hayas, en la zona alta del escarpe. Es una zona de difícil tránsito, con mucha pendiente y abundante vegetación leñosa en su sotobosque. No resulta recomendable introducirse en el bosque a partir del paso del arroyo si no se va provisto de buen calzado y solo si se tiene algo de experiencia en caminar por lugares complicados. Eso sí, la excursión de aproximación al hayedo (unos 1,7 km desde el portillo hasta el cortado) merece la pena.


2-HAYEDO DE PAÚL

Con sus 50 hectáreas, este monte es uno de los más extensos del valle, aunque uno de los más puros de los cinco, ya que más de la mitad de los árboles son hayas.






La mayor parte de su extensión (37 ha) es de titularidad particular; el resto (13 ha) pertenece a la Junta Vecinal de Paúl. El bosque se extiende justo al suroeste del pueblo y es fácilmente contemplable desde la carretera de Quintanas a Castrecías.






Desde Paúl arranca un camino por el que puede accederse a la zona superior de la lora de Valdelucio (Lora Grande); es el camino que atraviesa un pedazo de hayedo y constituye su más fácil acceso. Hay dos puertas que hay que abrir y cerrar, para que no escape el ganado que pasta en la zona.


Camino de acceso al hayedo

Uno de los accesos más evidentes desde el camino; en el pórtico: avellanos y hayas

El camino, una vez atravesado el hayedo, y ya en la zona culminal, continúa por todo el valle colgado (Vallejo) que recorre toda la lora, pudiendo realizarse una recomendable excursión pedestre o ciclista hasta La Riba, en el otro extremo.


Hayedo de Paúl, hacia el este

Hayedo de Paúl, hacia el oeste


Desde la cornisa rocosa se puede observar el hayedo desde arriba. Las vistas sobre todo el valle de Valdelucio son espectaculares, bien con la Montaña Palentina al fondo (hacia el oeste), bien con el valle de Valdelucio y las parameras de La Lora a lo lejos (hacia el este).


3-HAYEDO DE ESCUDEROS

Con una extensión de 33 hectáreas, se trata de un monte mixto de haya con otras especies frondosas: arces, quejigos, rebollos, majuelos, avellanos, etc; la mayor parte de su superficie es de titularidad particular.


Hayedo de Escuderos desde Monte Cazón 


El hayedo se localiza justo al sur del pueblo de Escuderos, y es fácilmente observable desde la carretera que comunica La Riba con Quintanas de Valdelucio. El acceso más sencillo se encuentra en la zona superior del camino que conduce al depósito de aguas del pueblo.





Este hayedo es, con diferencia, el más "musgoso" y "rocoso" de todos; quizás sea la abundancia de grandes bloques de roca caliza, desprendidos desde el cantil superior, la que ha ocasionado la abundancia de musgo, ya que aquéllos se encuentran casi completamente recubiertos de musgo; o quizás la clave resida en el hecho de que el hayedo de Escuderos sea el que mayores niveles de humedad soporte, aunque su orientación sea la más nororiental de los cinco bosques.





Cantil extraplomado que limita el hayedo de Escuderos por su zona superior



Por la zona superior de la Lora Grande discurre el ya aludido camino del Vallejo, desde el que es posible asomarse a los cortados y tener otra perspectiva del hayedo.





Desde el borde inferior del hayedo se disfruta también de una buena vista sobre el propio pueblo de Escuderos, con la peculiar disposición de su caserío.


4-HAYEDO DE CORRALEJO

A pesar de su denominación, por encontrarse a apenas 200 al suroeste del caserío de Corralejo, este monte (Monte Cazón) pertenece al término vecino de La Riba, siendo titular del mismo la Junta Administrativa de La Riba de Valdelucio.


Camino de acceso al hayedo, desde Corralejo en dirección al paso de Collarillos (al fondo)



Con una superficie de 52 hectáreas, es el de mayor extensión de los cinco, y contiene tanto zonas de hayedo puro como otras de bosque mixto.





Puede contemplarse desde el buen camino que, desde Corralejo, se dirige hacia la gran balsa de riego del Berrón y el estrecho paso de Collarillos; desde este último punto parte otro camino que, en apenas un kilómetro de agradable paseo, se dirige hasta el arranque inferior del bosque, siendo este el acceso más sencillo.




El bosque se desarrolla en una zona de fuerte pendiente, llegando hasta los mismos riscos rocosos que delimitan el bosque en su zona superior.


Las hayas llegan hasta la base de los riscos (accesibles en este caso) que delimitan el Monte Cazón

Uno de los escasos ejemplares de buen tamaño que prosperan en el hayedo de Corralejo


Personalmente, me parece el hayedo más espectacular de los cinco, y la visita otoñal constituye un auténtico lujo. De todas formas, y a pesar de que su sotobosque esté limpio de zarzas y arbustos, su fuerte pendiente y suelo irregular hacen recomendable la visita con calzado apropiado y ciertas precauciones, sobre todo en la zona superior, ya en contacto con los riscos.


El hayedo de Corralejo desde las peñas cercanas al paso de Collarillos; Corralejo, al fondo a la izda.

Barrio Lucio, el molino y La Riba desde la cresta culminal del hayedo de Corralejo

Vistas hacia el oeste: balsa del Berrón, paso de Collarillos, balsa y pinar de Llanillo


Espectaculares también resultan las vistas desde los riscos finales, con La Riba y el Barrio a un lado, el valle entre Llanillo y Pedrosa al otro, y al fondo Escuderos y su hayedo. Es el único de los cinco hayedos que presenta una salida fácil por su extremo superior. 


5-HAYEDO DE SOLANAS

Aunque es el hayedo de tamaño más reducido de los cinco (10 hectáreas), se ubica en un paraje singular, con una curvilínea visera caliza asomando por encima del bosque mixto, y con tierras de cultivo en regadío (de aptitud patatera) en su arranque inferior. 





Este hayedo, de titularidad privada, está situado a 1,5 km al NW de Solanas, y se puede contemplar fácilmente desde la carretera que comunica Solanas con Barrio Lucio y la Riba.






El hayedo ocupa casi toda la ladera septentrional (N-NE) del monte, dentro de un bosque mixto con gran profusión de especies leñosas.





Para acceder a su interior, hay que salvar una especie de cauce seco que bordea su perímetro inferior; por ello, quizás resulte más cómodo utilizar el acceso occidental, remontando el curso de dicho cauce hasta que se haga visible una especie de paso, situado en el recodo superior de una tierra de labor. Desconozco si por el costado oriental existe también un acceso sencillo.

 


EVOLUCIÓN DE LOS HAYEDOS DE VALDELUCIO Y CASTRECÍAS EN LOS ÚLTIMOS CUARENTA AÑOS

Como en ocasiones anteriores, la mejor forma de estudiar la evolución de una masa forestal es comparando fotografías aéreas separadas por un lapso importante de tiempo: las fotos del vuelo interministerial de finales de los años 70 (en esta zona de la provincia, el vuelo data de 1978) con la última disponible del SIGPAC (agosto 2020).

  • El hayedo de Paúl presenta un considerable incremento general en su densidad forestal, así como una clara expansión en sus límites inferior y occidental, al otro lado del camino de acceso a la Lora Grande.
 




  • En el hayedo de Corralejo, sin embargo, lo que destaca es el aumento considerable en la densidad arbórea del bosque, conservando los mismos límites en su perímetro inferior, oriental y occidental. 






  • En el caso del bosque con hayas de Castrecías, resultan mucho más evidentes ambas progresiones, tanto la extensión superficial como la densidad arbórea.





  • En el hayedo de Solanas también se aprecia el aumento de densidad arbórea, aunque la calidad de la foto del IRYDA sea baja, debido al sombreado que ejercen las peñas sobre gran parte del bosque (la foto fue realizada por la tarde); lo que no parece que haya cambiado es la superficie ocupada por el bosque. En la cara sur de las peñas (fuera del hayedo, pues) sí que se observa claramente un aumento de masa forestal




  • No ha sido posible comparar las fotografías en el caso del hayedo de Escuderos, ya que aparece completamente sombreado por la alta visera rocosa que le cierra por arriba.

Todo parece indicar que los bosques con hayas de Valdelucio y Castrecías gozan de buena salud y que -desde hace unos 40 años- se encuentran en una clara fase expansionista. Esperemos que durante las próximas décadas continúe dicho proceso y que se logre divulgar y proteger a estas humildes pero valiosísimas masas forestales.


EL ÁRBOL PROTAGONISTA: EL HAYA O LA HAYA


Nombre científico: Fagus sylvatica 

(fagus: palabra latina que originalmente significaba "tipo de roble"; sylvatica: palabra latina con el significado de "que crece en los bosques")

Familia botánica: fagáceas

Familia de plantas propia del hemisferio norte, que reúne a 670 especies de árboles y arbustos, entre los que se encuentran diferentes especies de robles, encinas, castaños y hayas

Distribución europea: casi toda Europa Occidental, Balcanes, sur de Gran Bretaña, sur de los países Bálticos; el hayedo más meridional de Europa se encuentra en la ladera del Etna (Sicilia); los mayores hayedos se encuentran en la Selva Negra alemana, Soignes y Sart-Tilman (Bélgica), algunos hayedos franceses y la Selva de Irati (Navarra).

Distribución en la península ibérica: además de las cordilleras cantábrica y pirenaica, existen hayedos en el Moncayo, Sierra de la Demanda, Peneda-Gerês (Portugal), Sierra de Ayllón (Montejo, Puerto de la Quesera, Tejera Negra), y los más meridionales de España, los hayedos de los Puertos de Tortosa y Beceite, entre Tarragona y Castellón. En Herguijuela de la Sierra (Sierra de Francia, Salamanca) existe un solitario ejemplar de haya, ya algo mayor y achacoso. 

Nombres comunes:

-castellano: haya
-catalán: faig
-vasco: pago
-portugués: faia
-francés: hêtre
-italiano: faggio
-inglés: beech
-alemán: buche



FUENTES

-Diagnóstico de los hayedos burgaleses e identificación de tipologías estructurales para la asignación de tratamientos selvícolas. Álvaro Sánchez de Medina Garrido. Tesis doctoral. E.T.S.I. de Montes. Universidad Politécnica de Madrid (2005) [mapa de distribución de la página 4-35]
-Estado actual y expansión de los hayedos burgaleses. J.M. García López et al. Comunicación en el marco del trabajo "Asistencia técnica para el estudio de directrices básicas y alternativas de manejo de los hayedos burgaleses". García Abril et al. E.T.S.I. Montes y Servicio Territorial de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de Burgos (2000)
-Los bosques ibéricos. Emilio Blanco Castro et al. Editorial Planeta, Barcelona (1997) [páginas 59-102]
-Caminando por las Loras. Heliodoro Pablo Salazar Celis et al. Burgos (2008) 


BANDA SONORA

En Hces-blog ya hemos recurrido a George Winston en alguna que otra ocasión, ya que de los dedos de este pianista han salido alguna de las composiciones más curiosas de las últimas décadas.

George Winston (Michigan, 1949) es un virtuoso del piano, reconocido porque en muchas de sus obras logra evocar la esencia de las estaciones, así como recrear la salvaje belleza de ciertos parajes naturales. Considerado como un compositor de música neo-clásica, a Winston le gusta definirse como "pianista rural folk"; no está de acuerdo con que se incluya a su música dentro del movimiento "New Age", ya que afirma no tener nada que ver con las claras connotaciones espirituales de aquel. Winston no solo domina el piano, que también lo hace con la armónica y la guitarra.

Para la otoñal entrada de hoy, nada más apropiado que su segundo álbum como solista de piano: Autumn (1980). El LP entero es una pequeña joya, y así lo reconocieron crítica y público, pero puestos a elegir un solo tema ... nos decantamos por su segundo corte, apropiadamente titulado Woods. En el texto que acompaña al disco, Winston afirma que fueron los bosques de Miles City (en el extremo oriental del estado de Montana, al lado del río Yellowstone) los que le sirvieron de inspiración a la hora de componer este tema. Era el año 1974, y Winston era un prometedor pianista de 25 años de edad.