sábado, 23 de octubre de 2021

Una reciente mata de retama de olor en Las Peñuelas (Quintanilla Pedro Abarca)


A la derecha del pindio camino que une los pueblos de Quintanilla Pedro Abarca y Ruyales del Páramo, tras superar una dura rampa hormigonada, muy cerca ya del límite entre ambos términos, existe un paraje de descriptivo nombre: Las Peñuelas.



Nos encontramos en la orla mesozoica del interesante Diapiro de Quintanilla Pedro Abarca. En Las Peñuelas, no estamos sino ante un afloramiento de rocas calizas Coniacenses, que se extiende hacia el este a través de La Lastra y su parque eólico, llegando por Rallastra y San Vicente hasta el desfiladero de Fuente la Hoz, horadado por el río Úrbel en el término de Huérmeces.



 

Si, pasadas Las Peñuelas, continuáramos remontando el camino, nos toparíamos (ya en el término de Ruyales) con conglomerados del Mioceno, una diferenciación geológica que acarrea un drástico contraste paisajístico: penetraríamos en unas tierras de aspecto árido, con predominio de arenas y arcillas, cárcavas y parajes fuertemente erosionados.




En Las Peñuelas, aparte de su indudable encanto paisajista, encontraremos una pequeña curiosidad botánica. Si visitamos el lugar a principios de julio, observaremos en la misma base del modesto cantil calizo, una vistosa mancha amarillenta, correspondiente a la floración de un arbusto poco conocido -hasta hace pocos años- por estas tierras: la retama de olor (Spartium junceum).

Según nos vayamos acercando a la alargada mata, constataremos el porqué de su apellido, sobre todo en un día soleado: una intensa fragancia domina el paraje, convirtiendo a Las Peñuelas en un auténtico festín para la vista y el olfato. Quizás tengamos que esquivar a alguna que otra abeja, ya que las flores de la retama de olor están catalogadas como melíferas.

Este arbusto de aspecto retamoide, sin espinas, que alcanza fácilmente los 3 metros de altura, se encuentra en la actualidad ampliamente extendido (naturalizado) por todo el país, aunque su área originaria en la península se encuentre en las lejanas serranías béticas y su entorno. Hasta hace relativamente poco tiempo, su presencia en estas tierras norteñas era nula o muy rara.

No deja de resultar sorprendente su presencia en Las Peñuelas, ya que la retama de olor tiene fama de ser una planta poco resistente a las fuertes heladas. Y en estos lares, helar, helaba. Quizás sea una prueba más de la progresiva benignidad de los antaño duros inviernos castellanos. 

 



Hace cuarenta años, cuando Pablo Galán Cela realizó los trabajos de campo para la elaboración de su estudio florístico de La Lora y el Páramo de Masa, únicamente citó una localidad para esta especie: "Quintana del Pino, cuneta (23-VII-1983)", añadiendo que se trataba de una "población muy localizada que hace suponer su origen asilvestrado".




Muchas cosas han cambiado en la Comarca -y en el país- desde entonces, sobre todo en el capítulo de infraestructuras; y este cambio se ha traducido tanto en carreteras de nuevo cuño (como la N-627, Burgos-Aguilar de Campoo, y algún tramo de la A-73, autovía de Aguilar), como en la mejora del firme y trazado de otras muchas (BU-622, la vieja carretera Burgos-Aguilar de Campoo; BU-601, Masa-Villadiego; N-623, Burgos-Santander por El Escudo; CL-629, Burgos-Santoña). En el entorno de la comarca, las dos infraestructuras más destacadas han sido la autovía A-1 (Madrid-Burgos) y la A-67 (Cantabria-Meseta).




Estos constantes y contundentes trabajos de infraestructura conllevan una importante remoción y traslado de tierras, que ciertas plantas asociadas a los arcenes de los viales han aprovechado para su dispersión. Una de esas plantas ha sido la retama de olor, ampliamente utilizada en medianas, áreas de descanso y taludes de autopistas y autovías.




Sin embargo, Las Peñuelas se encuentran algo alejadas de cualquiera de estas infraestructuras aludidas, por lo que suponemos que su llegada a este paraje se ha debido a otro acontecimiento mucho más reciente: las últimas plantaciones de pinos, ejecutadas en esta zona hace unos quince años (2006). 




En el entorno de Las Peñuelas, junto a las plantaciones de pinos, prosperan un buen número de pequeñas matas de retama de olor que, si bien no alcanzan el tamaño y densidad de la existente en aquel paraje, si denotan un origen ligado a las plantaciones de pináceas. El papel de las aves frugívoras, en su condición de dispersoras de semillas, tampoco puede despreciarse. La tierra, recién removida por las plantaciones, supondría un lecho ideal para que las semillas de la retama de olor acabaran por germinar.




Junto a la mata de retama de olor, aparece otro arbusto, en este caso un habitual de los canchales originados al pie de los cantiles calizos de la comarca: el pudio o aliso bastardo (Rhamnus alpinus), cuyo follaje verde oscuro sirve de contrapunto a la espléndida floración de la retama. Este arbusto es natural de la zona, por lo que su presencia en Las Peñuelas es completamente independiente de las últimas plantaciones de pinos. 




Si comparamos la foto aérea de finales de los años setenta del pasado siglo (IRYDA) con las ortofotos del SIGPAC de los años 2005, 2009 y 2020, constataremos varias diferencias:

  • en la foto del IRYDA (c. 1978) se observa escasa cobertura vegetal arbustiva, encontrándose completamente "pelado" casi la totalidad del terreno; estamos en unos años en los que campos, riberas y montes aún no manifestaban suficientemente la regeneración originada por la drástica reducción en los aprovechamientos ganadero y antrópico, iniciada a principios de los años sesenta, cuando más fuerte se hizo el éxodo rural; no se aprecia la existencia de mata arbustiva alguna al pie de Las Peñuelas, únicamente pequeños afloramientos rocosos; tampoco en la pequeña meseta rocosa superior se observa mata alguna de encina.



  • en la ortofoto del SIGPAC 2005 ya se observan (flechas amarillas) varias matas de pudio (Rhamnus alpina) y un buen ejemplar de majuelo (Crataegus monogyna) al pie de los cantiles calizos de Las Peñuelas; también aparece un molino del parque eólico de La Lastra, recientemente levantado (2003); y en la meseta superior de Las Peñuelas, también se vislumbra alguna pequeña mata de encina



  • en la ortofoto del SIGPAC 2009 se observan los alineamientos provocados por las últimas plantaciones de pinos, realizadas apenas tres años antes (2006); aparte de varias matas de pudio y el ejemplar de majuelo, también aparece (flecha verde) una incipiente mata de retama de olor (Spartium junceum)



  • en la ortofoto del SIGPAC 2020 ya se aprecia claramente (flechas verdes) la alargada mata de retama de olor, además de las de pudio, majuelo y otras matas arbustivas (escaramujo), con un mayor desarrollo general de la vegetación herbácea; también se aprecian ya los pinos plantados catorce años antes
 



LA RETAMA DE OLOR, UNA ESPECIE VEGETAL EN CONTINUA EXPANSIÓN

El área natural de la retama de olor (Spartium junceum) se extiende por el sur de Europa, norte de África, Turquía, Oriente Próximo y Macaronesia; en la Península Ibérica, se supone que es nativa de las cordilleras béticas, habiéndose naturalizado en la práctica totalidad del territorio nacional.




Debido a su amplio uso como planta ornamental, y a su alta capacidad de naturalización, se ha extendido por todo el mundo, sobre todo en zonas con un clima similar al mediterráneo. Hasta el punto de que, en alguno de ellos (Bolivia, Perú, Argentina, Australia...) se ha convertido en una especie invasora. Lo mismo sucede en Canarias, estando completamente prohibida su introducción.



En su área de origen, prospera en barrancos húmedos y márgenes de ríos y arroyos, sobre suelos básicos; en el resto del territorio, lo hace en márgenes de carreteras y cerca de lugares habitados.

Esta planta vive sobre todo tipo de suelos, calizos, pedregosos, arenosos, áridos y pobres. Requiere algo de humedad edáfica en verano. Siempre en orientaciones soleadas. Es considerada planta venenosa, por la presencia del alcaloide citisina, tanto en flores como en semillas.

Florece de junio a agosto. Durante la floración resulta una planta muy vistosa por sus largos racimos de flores amarillas de agradable aroma, por lo que se utiliza como especie ornamental en muchos parques y jardines. Se esencia se utiliza en aromaterapia.



NOMBRE CIENTÍFICO

Spartium: deriva del griego spartion, voz que designa a varias plantas productoras de fibras textiles y empleadas para hacer ataduras

junceum: voz latina que significa "como un junco", en referencia al aspecto que presentan los tallos de la planta 



NOMBRES COMUNES 

Castellano: retama de olor, genista, retama, gayomba, gayombo, gayumba, retama de flor, retama macho, retama de los jardines, genista de España, hiniestra, canarios

Catalán: ginesta, ginestera

Euskera: Erratz, gai-on-bat, espartzu, gamuka, sarga

Portugués: Giesteira

Italiano: Ginestra di Spagna

Inglés: Spanish Broom (a veces, también recibe este nombre el piorno, Cytisus purgans, que crece en las montañas del Sistema Central, Ibérico, Pirineos y Picos de Europa)

Francés: Genêt d'Espagne, Joncier

Alemán: Wohlriechender Edelginster   

Según Dioscórides, el fruto y la flor de esta planta "purgan por arriba con gran vehemencia", y el fruto relaja el vientre.

Fue una de las muchas plantas utilizadas en la antigüedad para obtener fibras  para cuerdas y labores de espartería.


BANDA SONORA

La retama de olor, la genista, aparece en una conocida canción, compuesta por un no menos conocido cantautor mediterráneo; así reza en el último de sus archi famosos párrafos:


En la ladera de un monte
Más alto que el horizonte
Quiero tener buena vista
Mi cuerpo será camino
Le daré verde a los pinos
Y amarillo a la genista


Qué más puede pedírsele a una canción utilizada como banda sonora de este botánico post: no solo mienta a la planta protagonista del mismo, sino que también lo hace con la que -presuntamente- posibilitó su aterrizaje en Las Peñuelas: el pino. Y aunque, hoy por hoy, no puede decirse que estos lares posean un clima mediterráneo, todo llegará. Puede que algún día, no muy lejano, nuestras achaparradas y pinchudas aulagas (Genista scorpius) sucumban ante el arrollador avance de esta especie oportunista e invasora, de talla nórdica, aunque de indudable buen aroma (y carente de espinas).


Mata de encina en la zona superior de Las Peñuelas; al fondo, jóvenes pinos en la ladera de La Lastra



FUENTES

-Catálogo de especies vegetales a utilizar en plantaciones de carreteras. MOPU. Dirección General de Carreteras. Madrid (1990) [página 365]

-Flora Ibérica. Plantas vasculares de la Península Ibérica e Islas Baleares. Santiago Castroviejo y otros (eds.) Real Jardín Botánico, CSIC. Volumen VII(I), Madrid (1999) [pp. 206-208]    http://www.floraiberica.es/

-Contribución al estudio florístico de las comarcas de La Lora y Páramo de Masa (Burgos). Pablo Galán Cela. Fontqueria, XXX. Madrid (1990) [página 81]

-Árboles y arbustos de Europa. Oleg Polunin. Ediciones Omega. Barcelona (1978) [páginas 110 y 212]

-Plantas medicinales. El Dioscórides renovado. Pío Font Quer. Editorial Labor. Barcelona (1983) [páginas 355-356]

-Inventario español de los conocimientos tradicionales relativos a la Biodiversidad, CSIC: Spartium junceum



ACTUALIDAD CULTURAL



En el barrio sevillano de Triana puede admirarse, hasta el próximo día 30 del actual, una exposición de pintura con obras de Ana Morales López. La exposición lleva por título "Los colores del agua y otros paisajes".

Entre las obras expuestas, encontraremos una que llamará sobremanera la atención de cualquier farol que resida en Sevilla o que por allí se acerque en condición de turista.

El paraje sombreado por el "chopo inclinado del puente Miguel" constituye, sin duda, uno de los rincones más fotogénicos de Huérmeces. Bien en su facies otoñal, con las amarillentas hojas recién caídas flotando sobre las oscuras aguas del Úrbel; bien en su facies temprano estival, con las flores de los nenúfares asomando por entre sus anfibios "platos".

Un buen día, Fernando, hijo de faroles, residente en Barcelona, y artista polifacético, realizó una fotografía del lugar. Por avatares diversos, la fotografía acabó en manos de la pintora madrileña Ana Morales, que debió de apreciar el valor estético del lugar, decidiéndose a realizar una interpretación pictórica de la imagen captada por la fotografía.

La autora ha titulado la obra "Río Úrbel, Huérmeces". En la tabla, se observa algún añadido botánico extra comarcal, como la mancha rosácea que se aprecia al fondo, en la ribera izquierda del río; también ha incrementado la intensidad lumínica que llega al agua, adquiriendo el paraje un toque "sureño", más cálido, incluso "monetiano". Una bonita composición, sin duda.

El puente fue levantado por canteros cántabros allá por el siglo XVII, como parte de la ruta seguida por el entonces importante Camino Real de Burgos a Reinosa y Santander. 

Que yo sepa, escasa es la colonia farola de Sevilla; aún así, supongo que alguno de sus miembros no dejará pasar la ocasión de disfrutar de esta visión personal del viejo chopo torcido del Puente Miguel, o puente del barrio de La Parte o Puente Canterillo, que por cualquiera de los tres nombres es conocido el no menos viejo puente de piedra que cruza el Úrbel.





Un miembro de la exigua colonia farola en Sevilla, José Enrique Alonso (Hces, 1961), ha visitado la exposición esta mañana de sábado, y nos envía unas fotos en las que, aparte del chopo inclinado del Puente Miguel, aparecen dos pinturas más, ambas con nenúfares y ninfeas como motivo principal.

  








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