sábado, 4 de julio de 2020

Pequeños parques recreativos en la Comarca casi vacía


Desde la segunda mitad de los años noventa, la Diputación Provincial de Burgos viene convocando anualmente una línea de subvenciones, dirigidas a las entidades locales, para la construcción de pequeños parques infantiles. En los últimos años, dentro de la misma línea de ayudas, también se ha generalizado la construcción de parques recreativos dirigidos a la llamada tercera edad. 

La dotación presupuestaria de las últimas ediciones rondaba los 300.000 euros, suficiente para auxiliar a unos 50 pequeños parques en cada convocatoria. Para poblaciones con una población de derecho comprendida entre 101 y 300 habitantes, la subvención máxima alcanza los 5400 euros. El resto de la inversión, si existiera, debía de ser cubierto por las arcas de la entidad local correspondiente.


Vivar: al fondo, a la izquierda, su paisano más famoso

Entre la documentación exigida en la convocatoria, debía figurar una memoria técnica en la que se justificara la población de derecho y estacional en cuanto a los dos colectivos a los que van dirigidos los parques recreativos: población infantil y población con edad superior a los 65 años.


Quintanilla Pedro Abarca (2003)

Después de más de 25 años durante los cuales ha funcionado esta línea de ayudas, escasos son los pequeños pueblos de esta parte de Castilla que no cuentan con uno de estos parques recreativos infantiles. Es más, en varios pueblos (Lodoso, Nidáguila, Pedrosa de Río Úrbel, Quintanaortuño, Las Rebolledas, Ros, Villarmero) existen dos parques. Y en algún otro (Montorio), incluso tres. Esta proliferación de columpios, balancines y toboganes ha generado opiniones contrapuestas.


Úrbel del Castillo (2010): parque infantil a los pies de todo un castillo medieval, ¿hay quien dé más?

Algunos claman contra este supuesto despilfarro de recursos en una tierra dónde, si algo escasea, eso es población infantil. Y es cierto que durante buena parte del año la soledad más absoluta acompaña a estos pequeños parques, aunque durante el verano y los fines de semana de buen tiempo la situación varíe sensiblemente. 

Cabe añadir que la inversión necesaria para cada parque suele ser poco importante, y que el disfrute estacional de los mismos justifica de sobra su existencia. Si queremos atraer población hacia el mundo rural, aunque solo sea familiar y de visita, debemos proporcionar los elementos básicos: internet para los jóvenes, columpios para los niños y bares para el resto de la población. Así de simples -o de complicadas- son las cosas.


Huérmeces, Vega (2019)

A lo anterior habría que añadir la más reciente popularización de espacios con aparatos gimnásticos para la gente mayor, cada día más demandados en un medio rural claramente envejecido. Varios son los pueblos que han incluido aparatos de este tipo en parques ya existentes, o que han creado un parque ex profeso (Avellanosa del Páramo, Celada de la Torre, Coculina, Huérmeces, Quintanaortuño, Quintanilla Pedro Abarca, Quintanilla Sobresierra).



Celada de la Torre (2010)

Aunque la inversión en cada parque no sea elevada, uno de los aspectos que más deberían cuidarse y planificarse es el correcto mantenimiento de las instalaciones. Tanto columpios como aparatos gimnásticos necesitan repintados periódicos, así como labores de limpieza y engrase; los espacios en los que se enclavan necesitan desbroces y limpieza general; las barandillas de madera, pintura; los suelos acolchados, renovación... Si la visión de un parque infantil solitario ya es triste de por sí, más aún lo es la de un parque abandonado a su suerte. Y casos, desgraciadamente, haylos.

Quintanarrío

En algunos lugares, da la impresión -quizás errónea-de que ha sido la iniciativa privada, en forma de algún vecino hacendoso y con nietos en edad infantil, la que ha levantado un sencillo parque con banco y dos columpios: quizás sea el caso de Quintanarrío, en una cuidada parcela a la vera del joven Ubierna, junto al camino que se dirige a Quintanilla Sobresierra ("Sendero del Ubierna", PRC BU 208, 12 km).

Entre los escasos pueblos de La Comarca que carecen de parque recreativo alguno, citaremos los casos de Brullés, Las Celadas, Hormazuela, Manciles, Mansilla, Mata, Miñón, Quintana del Pino y Villalvilla Sobresierra.

Las Rebolledas (2003)

Después de recorridos (de manera presencial o virtual) más de 60 parques de diversas localidades de La Comarca, cabe realizar un intento de clasificación según las características de las pequeñas o grandes parcelas (de titularidad pública) elegidas para la ubicación de aquellos:

-parcelas situadas, bien dentro de la plaza mayor, bien en la plaza del ayuntamiento o junto al local social, o en sus inmediaciones: La Piedra, Montorio, Quintanilla Vivar, Las Rebolledas, Robredo Sobresierra, San Pedro Samuel, Sotopalacios, Susinos del Páramo, Úrbel del Castillo, Villanueva Río Ubierna.

Mención especial merece el parque de Úrbel, que goza de la mágica condición que le confiere el estar situado a los pies de todo un auténtico castillo medieval: el sueño de cualquier niño, supongo. Ni Disney World y su cartón piedra pueden superarlo. Entrada libre y sin límite horario. Fuente de agua fresca, de libre acceso, al lado del parque.


Sotopalacios: al fondo, semioculto por los árboles, el edificio del ayuntamiento de la Merindad de Río Ubierna

-parcelas que aprovechan el espacio público existente alrededor o en las inmediaciones de algunas iglesias: Avellanosa (mayores), Celada de la Torre, Celadilla Sotobrín, Coculina (mayores), Fuente Úrbel, La Parte (Las Hormazas), Lodoso, Melgosa de Villadiego, Moradillo del Castillo, Peñahorada, Las Rebolledas, San Pedro Samuel, Santa Cruz del Tozo, Terradillos de Sedano, Villaute, Zumel.


Celadilla Sotobrín (2003)

Melgosa de Villadiego
Villaute (2009)

Zumel (2005)
Avellanosa (mayores)
La Parte (Las Hormazas)

-parcelas que aprovechan el espacio público existente alrededor de las antiguas escuelas: Borcos (Las Hormazas), Coculina (infantil), Marmellar de Abajo, Ros, Ruyales del Páramo, San Pantaleón del Páramo, Tobar.


Ros

Ruyales del Páramo (2005)

Tobar (2002)

-aprovechando un solar existente: en Acedillo, en dónde se ha conservado el arco de piedra que formaba la puerta original de la casa del cura; en Pedrosa de Río Úrbel, dónde se ha aprovechado el solar de la desaparecida ermita de San Bartolomé.


Acedillo, en el solar de la antigua casa del cura

Pedrosa de Río Úrbel (2003), en el espacio que ocupaba la desaparecida ermita de San Bartolomé


-en el terreno inmediato a un molino del concejo: Avellanosa del Páramo (infantil), en las inmediaciones del Molino de la Villa.



Avellanosa del Páramo (2004)


- en la periferia de los pueblos: Castrillo de Rucios (al lado del camino de Huérmeces, junto a la pista polideportiva), Solano (Las Hormazas), Huérmeces (Barrio de Mercado, Bolera del Puente Vega), La Piedra (El Barrio), La Nuez de Arriba (camino de Quintanilla Pedro Abarca), Quintanarrío (camino de Quintanilla Sobresierra).


Huérmeces, barrio de Mercado (2002)



-junto a la pista o al pabellón polideportivo: Castrillo, Montorio, Quintanaortuño, Quintanilla Pedro Abarca, San Pedro Samuel, Sotopalacios, Terradillos de Sedano, Los Tremellos.

Montorio
Quintanilla Pedro Abarca (2019)


-formando parte de una amplia zona de esparcimiento, usualmente a orillas del río, y a veces con barbacoas, merendero y zonas deportivas: Castrillo de Rucios, Masa, Montorio, Bustillo del Páramo, Quintanaortuño, Quintanilla Sobresierra, Los Tremellos.  

Quintanilla Sobresierra (2010)

Quintanaortuño (2004)

-en alguna de las nuevas zonas urbanizadas:  tal y como sucede en diversas localidades cercanas a la capital: Sotragero, Ubierna, Villarmero y Vivar del Cid.

Ubierna (2003)

Vivar del Cid (2003)

En algunos casos, es reseñable todo el conjunto ajardinado, del que el parque recreativo es solo una pequeña parte.

Esto sucede en Coculina, en todo el espacio comprendido (3000 m2) entre la iglesia de San Millán y las antiguas escuelas, habiéndose logrado un conjunto de indudable belleza.


Coculina (2010)
Algo parecido hay que destacar en Masa, con el amplio espacio ajardinado (3000 m2) existente entre la iglesia de La Asunción y la bonita fuente con pilón, bien cuidado y mantenido, con una buena muestra de pequeños detalles vegetales y decorativos.

Masa 
En Montorio existe también un amplio parque (1000 m2) a la vera del camino que se dirige a la ermita de las Mercedes, al lado del centenario quejigo (La Roblencina).

Montorio, parque al lado del camino de la ermita de las Mercedes

De ejecución más reciente, también es reseñable el conjunto ajardinado (6000 m2) existente en Castrillo de Rucios, a la vera del camino de Huérmeces, y próximo al viejo lavadero, con una pista polideportiva y mesas de pic-nic (alguna con pequeños problemas de estabilidad).


Castrillo de Rucios (2010)

De aún mayor extensión (1 ha) es la zona recreativa de Quintanaortuño, también a la vera del Ubierna, situada en el camino que pasa por el molino y se dirige al viejo puente de piedra de San Juan de Ortega.


Quintanaortuño: parque infantil, parque para mayores, pista polideportiva y área de pic-nic

De dimensiones más modestas (1000 m2), pero igualmente destacable, resulta la zona recreativa creada a ambos lados de la calle principal de la pequeña localidad de Bustillo del Páramo, con zona arbolada a base de plátanos de sombra, un viejo álamo y varias coníferas, y con una curiosa fuente de piedra. La zona del parque infantil se encuentra actualmente en remodelación.



Bustillo del Páramo: fuente de piedra y parque infantil

Muy logrado resulta también el pequeño espacio recreativo (200 m2)  conseguido en Borcos (Las Hormazas), al ajardinar una parcela existente al lado de las viejas escuelas (hoy local social), en la calle principal de la localidad, por la que discurre el arroyo homónimo, de cristalinas aguas.


Borcos (Las Hormazas): espacio ajardinado al lado de las antiguas escuelas

Lo mismo puede decirse de la zona recreativa (800 m2) de San Pantaleón del Páramo, también al lado de las viejas escuelas. Un adecuado ajardinamiento ha conseguido un espacio fresco y con sombra suficiente para que su uso resulte atractivo tanto a la población infantil como a la adulta, tanto a la residente como a la visitante.


San Pantaleón del Páramo (2003): al lado de las viejas escuelas

Por último, y aunque no se incluyan fotografías, también merecen destacarse los pequeños parques insertados en espacios ajardinados establecidos alrededor de las iglesias de Fuente Úrbel y Santa Cruz del Tozo.

Quizás el asunto del frescor y la sombra no haya sido suficientemente valorado a la hora de decidir la ubicación de estos pequeños parques recreativos (tanto los infantiles como los dirigidos a personas mayores), pero no cabría planificar un espacio de estas características en una parcela que no dispusiera de sombra (preferentemente vegetal), fuentes de agua y pequeña zona de pradera natural. Podría afirmarse, sin ánimo de ofender a nadie, que un parque sin ninguno de esos tres componentes básicos, ni es parque ni es ná.


BANDA SONORA


Si existe una canción que nos venga como anillo al dedo para esta entrada ... esa es, sin duda, El parque, editada en el año 1975, en formato sencillo, por un dúo hoy en día muy olvidado: Víctor y Diego.

Víctor Manuel Marín y Jesús de Diego eran madrileños de pura cepa, de los alrededores del Rastro, nada menos. Se conocieron estudiando en el Instituto San Isidro. Por entonces quizás ni soñaron que algún día serían calificados, un tanto exageradamente, como los Simon y Garfunkel españoles. Víctor se encargaba de la música; Diego de la letra; y ambos ponían su voz al servicio de la canción resultante. Hay que reconocer que este reparto de labores resultaba mucho más equitativo que en el caso del dúo norteamericano, dónde Garfunkel solo contribuía con su -portentosa- voz.

En 1974, cuando los cantautores eran un valor seguro (Serrat, Aute, Solera...), el dúo consiguió grabar su primer LP: doce temas en solo dos días, en los estudios EMI de Barcelona, con un equipo técnico venido de Londres y bajo la producción de Ramón Arcusa, en un estilo que luego sería definido como "melódico con toques poperos". El álbum se titularía "Semblanzas" y contendría algunas de las mejores canciones de V&D: "Historia de un historiador", "El afilador" o "La mujer de cristal". 


Parece claro que, en "El Parque", Víctor y Diego se refieren a uno genuinamente urbano; pero no vamos a ponernos muy exigentes con un tema que no ha sido tratado en exceso por la música popular de las últimas décadas. Y además ... un parque hoy urbano puede ser mañana lo más parecido a un parque rural, al compás del envejecimiento de su vecindario. Y lo mismo puede decirse de un parque rural, que puede reconvertirse al ser engullido por nuevas urbanizaciones, tal y como sucede en diversos pueblos del Alfoz.

Víctor y Diego fueron arrasados, como otros muchos cantautores, por la enorme ola de la muy sobrevalorada Movida Madrileña. En los ochenta publicaron un único LP, premonitoriamente titulado "Colorín colorao" y luego ... muchos años de silencio, hasta que en 2003 publicaron un nuevo álbum, titulado "Claroscuro", también de premonitorio título.

Otros grandes éxitos de V&D:

Tiempo de amor

Mujer de cristal



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