sábado, 9 de agosto de 2025

Los apellidos Asturias y Oviedo en la provincia de Burgos (1946)


A mediados de los años cuarenta del siglo pasado, encontramos en los padrones y censos de población de la provincia de Burgos dos apellidos toponímicos de evidente origen: Asturias y Oviedo. 

Si tomamos en consideración el Censo Electoral de 1946, previo al gran éxodo rural de los años sesenta y setenta, comprobaremos que la distribución comarcal de ambos apellidos era muy diferente.

Teniendo en cuenta que el Censo Electoral de 1946 incluye a personas de ambos sexos, con edad igual o superior a 21 años, así como las más que posibles erratas de imprenta y errores de la herramienta de búsqueda, podemos suponer que el número real de personas portadoras de ambos apellidos era sensiblemente mayor en aquellos tiempos.




Aún así, los datos censales de 1946 nos sirven para constatar que el apellido Asturias se extendía, principalmente, por la comarca del Arlanza, mientras que el apellido Oviedo lo hacía por La Bureba.


EL APELLIDO ASTURIAS EN LA PROVINCIA DE BURGOS (1946)

En 1946 aparecen en la provincia de Burgos un total de 71 personas (mayores de 21 años) portadoras del apellido Asturias. En el 40% de los casos, Asturias figura como apellido paterno (29), y en el 60% lo hace como materno (42). No aparece ninguna persona con Asturias en ambos apellidos.

[En la primera columna numérica aparece el número de personas que portan el apellido como apellido paterno; en la segunda columna, el número de personas que lo portan como apellido materno; en la tercera, la suma de ambas] 




Resulta evidente el predominio de municipios pertenecientes a la comarca del Arlanza, hasta el punto de que el 68% de las 71 personas que portaban el apellido Asturias residían en municipios de aquella comarca.


Santa Inés


Destaca sobre todos Santa Inés, municipio situado a poco más de 6 km al este de Lerma, dónde residían el 22% de los Asturias burgaleses.

En el entorno de Huérmeces, en aquel año de 1946 residían varios Asturias en cuatro pueblos cercanos al nuestro (edad en 1945):

La Nuez de Arriba:

  • Vicenta Asturias López (64)
  • Benita Alonso Asturias (35)
  • Leonardo Alonso Asturias (33)
  • Víctor Alonso Asturias (40)
Ubierna:
  • Juliana Asturias Fernández (85)
  • Obdulia Asturias Fernández (60)
Nidáguila:
  • Luis Alonso Asturias (42)
Santibáñez Zarzaguda:
  • Valentina Alonso Asturias (26)

Los ancestros de estos Asturias asentados en la comarca Úrbel-Ubierna proceden de la comarca del Arlanza (Villahoz, Royuela de Río Franco, Santa Inés y Fontioso). Uno de aquellos ancestros, llamado León Asturias Valpuesta (Fontioso, 1819-La Horra, c.1885), portaba un nombre y apellidos que constituyen un auténtico compendio geográfico-histórico de la génesis de los antiguos reinos de León y Castilla.

En Fontioso nació Leandro Asturias Castro (1845), hijo de León, y que fuera uno de los varios camineros destinados en Masa (en la ruta de Burgos a Santander) durante una parte del último tercio del siglo XIX; Leandro falleció en Masa en 1897. En aquellos mismos años, un hermano de Leandro, Guillermo Asturias Castro (Fontioso, 1848) ejercía de zapatero en Fuentecén.

Vicenta Asturias López (Masa, 1881), hija de Leandro, se establecería definitivamente en La Nuez de Arriba, al contraer matrimonio con Nemesio Alonso Ibáñez (1874); Vicenta falleció en La Nuez de Arriba en 1957. Alguno de los hijos de Vicenta y Nemesio se establecieron en diversos pueblos de la comarca, como Nidáguila, La Nuez de Arriba y Santibáñez Zarzaguda.

En Ubierna nacieron los hermanos Sáiz Asturias, fruto del matrimonio entre Daniel Sáiz Aparicio (Ubierna, 1886) y Obdulia Asturias Fernández (Masa, 1886-Burgos, 1955):

  1. Julia (1909): maestra, una de las últimas docentes destinadas a la escuela de Lorilla de la Lora (1950-1957); Julia falleció en Burgos en 1997
  2. Fortunato (1912): salesiano, fallecido en Burgos en 1992
  3. Federico (1913): sin datos
  4. Leandro (1914): salesiano, fallecido en Barcelona en 1999
  5. Nemesia (1916): casada con el ferroviario Basílides Fernández Crespo (Ubierna, 1911), cuya hermana Mónica (Ubierna, 1914) contrajo matrimonio con José Alonso Fernández (Hces, 1916); Nemesia falleció en Burgos en 1958
  6. Obdulia (1925): vive en Burgos


EL APELLIDO OVIEDO EN LA PROVINCIA DE BURGOS (1946) 

En 1946 aparecen en la provincia de Burgos un total de 124 personas portadoras del apellido Oviedo. La mitad como apellido paterno (61) y la otra mitad como materno (63). Únicamente aparece una persona portando Oviedo en ambos apellidos.




El apellido Oviedo se encontraba claramente concentrado en la comarca de La Bureba. Si exceptuamos los Oviedo que aparecen en Burgos y Miranda, por claros motivos migratorios, el 95% de los Oviedo burgaleses residían en La Bureba.


Santa Olalla de Burreba


Destaca sobre todos, la localidad de Santa Olalla de Bureba, con el 24% de todos los Oviedo de la provincia de Burgos. Villanueva de Teba y Santa María Ribarredonda también concentran a una buena parte de los Oviedo burgaleses.

En los alrededores de Huérmeces no aparece persona alguna apellidada Oviedo.


LOS APELLIDOS ASTURIAS Y OVIEDO EN LA ESPAÑA DE HOY

Asturias: un apellido escaso y concentrado:

En la actualidad, el apellido Asturias es portado en España por 105 personas como apellido paterno y 101 personas como apellido materno. 

En cuanto a importancia relativa, el apellido Asturias presenta una evidente concentración en la provincia de Burgos, dónde aparecen 25 personas que lo portan como apellido paterno y 40 personas como materno.

Residen personas con el apellido Asturias en las provincias de Vizcaya, Gerona, Barcelona y Madrid, tres de ellas con abundante población emigrante de origen burgalés.

En América Latina también residen y residieron personas con apellido Asturias; cabe recordar al laureado escritor Miguel Ángel Asturias Rosales (Guatemala, 1899-Madrid, 1974).


Oviedo: un apellido más abundante y disperso:

En nuestros días, el apellido Oviedo es portado por 6694 personas como apellido paterno y 6690 personas como apellido materno. Portan Oviedo en ambos apellidos 78 personas.

El apellido Oviedo no se encuentra especialmente concentrado en ninguna provincia ni comunidad autónoma. El apellido se localiza en todas las provincias españolas aunque la mayor importancia relativa se alcanza en las de León, Cuenca, Ciudad Real, Cádiz, Sevilla, Ávila y Segovia.

Oviedo no es apellido especialmente abundante en la provincia de Burgos, dónde lo portan 58 personas como apellido paterno y 77 como materno, apenas el 1% del total nacional.

Oviedo aparece como apellido en casi todos los países de América Latina.


ANEXOS

I. LA PEQUEÑA HISTORIA DE LOS HERMANOS ORIVIZALGO ASTURIAS

En el Censo Electoral de 1946 aparecen dos personas cuyo apellido materno es Asturias. Nada de especial, salvo la singular rareza de sus apellidos paternos:

  • Pedro Arnigalego Asturias (43 años): religioso, residente en el monasterio de Santa María de Bugedo (Bujedo) [ya por entonces administrado por los Hermanos de La Salle]
  • Tomasa Oriviralgo Asturias (45 años): soltera, domiciliada en Carcedo de Burgos, sus labores 
El referido Censo Electoral está plagado de errores, y en este caso estamos ante uno de los más clamorosos. En realidad, Pedro y Tomasa eran hermanos y su apellido paterno era Orivizalgo, aunque en anteriores Censos Electorales (1930, 1936) aparece también consignado como Orivisalgo. Un curioso apellido, sin duda.

Todo habría concluido aquí si no hubiéramos encontrado un singular (y triste) anuncio de la Alcaldía de Quintanapalla, publicado en el Boletín Oficial de la provincia de Burgos el 4 de diciembre de 1918:





"Hallándose en esta localidad abandonados tres hermanos, llamados Tomasa Orivizalgo, Pedro y Josefa, que residen hace un mes próximamente en este pueblo en compañía de su padre, llamado Epifanio Orivizalgo, de oficio zapatero, los cuales manifiestan que el día 18 del presente se ausentó del domicilio su padre, sin que hasta la fecha sepan su paradero, cuyas señas particulares son: estatura regular, color moreno, viste chaqueta de corte oscuro, un pantalón claro de lanilla y otro debajo viejo oscuro, camisa blanca con rayas moradas, botas de goma negras, calcetines encarnados y boina negra. En consecuencia, se ruega a la Autoridades que tengan noticia del paradero del referido individuo, lo pongan en conocimiento de esta Alcaldía para que se presente a recoger la familia que le reclama. Quintanapalla 26 de noviembre de 1918. El Alcalde, José Arnáiz Núñez."

Por posteriores noticias de prensa y anuncios oficiales, sabemos que los tres hermanos respondían a los nombres y naturalezas siguientes:
  • Tomasa Orivizalgo Asturias (Temiño, 1901) [17 años en 1918]
  • Pedro Orivizalgo Asturias (Temiño, 1903) [15 años en 1918]
  • Josefa Orivizalgo Asturias (Temiño, 1906) [12 años en 1918]

Dichas referencias periodísticas y oficiales nos sirven para esbozar unos leves trazos biográficos de cada uno de los tres hermanos Orivizalgo Asturias:
 
Tomasa no se casó, y trabajó en el servicio doméstico durante toda su vida, siempre en las sucesivas casas que ocupó Manuel Alonso Díez (1891), párroco que fue de Castrillo de Rucios, San Mamés de Burgos, Quintanilla Riopico y Carcedo de Burgos. Es por ello que en 1963 recibió un "premio a las domésticas con mayor antigüedad al servicio de una misma familia" (recibió 200 pesetas de premio; Tomasa llevaba por entonces 41 años sirviendo en la casa del citado párroco).

Pedro ingresó en los Hermanos de La Salle. Entre 1930 y 1946 aparece como religioso residente en el monasterio premostratense de Santa María de Bugedo. Ignoramos lo que de él fue en años posteriores, ya que no hemos encontrado más referencias.

Del tercero de los hermanos, Josefa, poco es lo que sabemos. Salvo que falleció en Burgos en 1963, a los 57 años de edad. Dice la nota necrológica que era natural de Temiño y vivía en la calle de San Isidro, en la capital burgalesa.

Dado que Orivizalgo aparece como apellido materno en diversas reseñas periodísticas de los años sesenta y setenta del siglo pasado (lo hace en dos personas, Claudio y Casilda, residentes en Burgos), suponemos que Josefa (o alguna otra hija que pudo tener Epifanio) contrajo matrimonio y tuvo descendencia.

En cuanto al padre, Epifanio Orivizalgo Peña, únicamente sabemos que nació en La Molina de Ubierna hacia el año 1871 (tenía pues 47 años cuando -supuestamente- abandonó a sus hijos) y que en 1897 continuaba residiendo en La Molina de Ubierna, trabajando como labrador. Un hermano suyo, Mariano Orivizalgo Peña, también nacido en La Molina, trabajó como zapatero en Cernégula durante más de cuarenta años (1894-1936).


II. LA CURIOSA MUTACIÓN BURGALESA DE UN APELLIDO VASCO

En los diferentes censos electorales (1890-1900, 1930-1936 y 1946), así como en el Boletín Oficial de la provincia de Burgos y en la prensa de la época, el apellido Orivizalgo aparece consignado bajo múltiples variantes tipográficas:

  • Oriberalbo
  • Oribesalvo
  • Oribezalbo
  • Oribezalvo
  • Oristizaldo
  • Oristizalgo
  • Orivesalgo
  • Orivezalgo
  • Orivezalvo
  • Oriviralgo
  • Orivisalgo
  • Orivizalgo

En realidad, la transcripción correcta de este apellido debería ser Uribezalgo / Uribesalgo, apelativo de origen vasco que llegó a esta parte de la provincia de Burgos a mediados del siglo XVIII.

En concreto, llegó a La Molina de Ubierna en 1754, y lo hizo en la persona de Cosme Damián de Uribezalgo (Marín, Escoriaza, Guipúzcoa, 1720), al contraer matrimonio, en segundas nupcias, con Manuela Medina Alonso (Arconada). Conviene aclarar que el nombre completo del contrayente era Cosme Damián de Uribe Lazcano y Aguirregaviria. 

[datos extraídos del blog genealogiarioubierna.blogspot.com: en la entrada titulada "El apellido Uribezalgo en La Molina de Ubierna" puede consultarse el árbol genealógico del apellido Uribezalgo en tierras del Ubierna]

Epifanio Orivizalgo Peña, el autor del supuesto abandono de sus tres hijos en Quintanapalla en 1918, era tataranieto de aquel Cosme Damián de Uribezalgo que llegó a estas tierras en 1754. La secuencia de ancestros sería la siguiente:

  1. Cosme Damián de Uribezalgo (Marín, Guipúzcoa, 1720) [tatarabuelo]
  2. Antonio de Uribezalgo Medina (La Molina de Ubierna, 1767) [bisabuelo]
  3. José de Uribezalgo Gradilla (La Molina, 1801) [abuelo]
  4. Celestino de Uribezalgo Melgosa (La Molina, 1830) [padre]
  5. Epifanio Orivizalgo Peña (La Molina, 1871) 

Suponemos que, hacia el año 1900, Epifanio abandonaría La Molina para contraer matrimonio con una mujer de apellido Asturias, estableciéndose en Temiño, el pueblo natal o de vecindad de la novia, y allí nacerían sus tres hijos, los mismos que aparecen en el triste anuncio del Boletín Oficial de la Provincia de 1918.

Durante el tiempo transcurrido entre aquel lejano 1754 y los primeros censos electorales publicados (1890) el apellido fue mutando en tierras burgalesas: en primer lugar, la U inicial se transformó en una O, y luego fueron bailaron las letras B/V, Z/S, G/B/V y E/I, manteniéndose en el tiempo varias de las combinaciones posibles.

La mutación de Uribezalgo a Orivizalgo se asentó de tal manera que, durante la segunda mitad del siglo XIX y todo el siglo XX, no vuelve a aparecer ningún residente burgalés con el apellido Uribezalgo/Uribesalgo.

[una excepción: en 1898 aparece publicado en el Boletín Oficial de la Provincia de Burgos el listado de soldados pertenecientes al reemplazo de 1897 para Aranda de Duero; entre ellos, un tal Ladislao Uribesalgo Arambarri, sin aparente relación con los Uribezalgo de La Molina de Ubierna]

En los tiempos actuales, el apellido Uribezalgo mantiene una presencia testimonial en Vizcaya (5 personas) mientras que la variante Uribesalgo presenta 286 personas que lo portan como apellido paterno y 183 que lo hacen como apellido materno, casi todas ellas residentes en Guipúzcoa, Vizcaya y Álava, con presencias testimoniales en Zaragoza y Barcelona.

En cuanto a la última variante burgalesa del apellido, el antes aludido Orivizalgo, solo he encontrado referencias periodísticas hasta mediados de los años setenta del pasado siglo. Si el apellido sigue hoy vivo en la provincia, algo que ignoro, lo hará en un número muy limitado de personas (inferior en todo caso a 5, por lo que no aparece en la base de datos del INE).


FUENTES

Censo Electoral de la provincia de Burgos (1946) Boletín Oficial de la provincia de Burgos, número extraordinario de 5 de julio de 1946

Genealogía Río Ubierna, blog administrado por Héctor Hernando Arce: El apellido Uribezalgo en La Molina de Ubierna

INE: Base de Datos Nombres y Apellidos: apellidos Asturias y Oviedo 

Biblioteca Digital de CYL: personas con apellidos Asturias y Orivizalgo

Biblioteca Virtual de Prensa Histórica: personas con apellidos Asturias y Orivizalgo


AGRADECIMIENTOS

A Diego Santa Marina Alonso, por proporcionarme datos relativos a los ancestros de algunos Asturias de la comarca Úrbel-Ubierna

sábado, 26 de julio de 2025

La historia de amor entre el teniente José Ramón Bustillo y la joven Florentina Rodríguez-Ubierna (Huérmeces, 1795)


El 9 de mayo de 1795 contrajeron matrimonio, en la iglesia parroquial de San Juan Bautista de Huérmeces, una joven natural del pueblo y un joven oficial del ejército, que ya lucía galones de teniente del Regimiento Provincial de Burgos. La novia tenía una edad de 18 años; el novio, poco más de 20 años. 

  • José Ramón Bustillo y Horna (Sedano, 1775)
  • Florentina Rodríguez de Ubierna Varona (Huérmeces, 1777)

Por el contenido del apunte nupcial estaríamos, en principio, ante una boda más, entre personas ciertamente notables en el contexto rural castellano de finales del siglo XVIII, pero sin ningún elemento merecedor de especial atención.

Normalmente, las partidas nupciales de aquellos tiempos pecaban de parquedad en cuanto a citar ocupaciones y circunstancias de los contrayentes. En ocasiones, afortunadamente, aparecen en otros archivos documentos complementarios que descubren hechos sorprendentes, permitiendo pergeñar una pequeña historia sobre uno de los contrayentes o sobre ambos.

En el caso que nos ocupa, descubrimos que el joven teniente José Ramón Bustillo se casó apenas medio año después de perder la vista en sus dos ojos. Más bien, de perder los dos ojos mismos. El desgraciado evento, suficientemente documentado, sucedió durante el desarrollo de la denominada Guerra del Rosellón (1793-1795), mantenida contra la Francia Revolucionaria.


Batalla de la Montaña Negra (17-20 noviembre 1794). Muerte del general Dugommier


Según dejó escrito el propio protagonista, fue el 22 de noviembre de 1794 cuando el joven teniente recibió el impacto de una bala de fusil "entrándome por la mejilla derecha, atravesando la sien a salir por la izquierda, echándome ambos ojos fuera y quedando ciego de golpe".

[la Guerra del Rosellón, también llamada de Los Pirineos o de la Convención (1793-1795) enfrentó a los reinos de España y Portugal contra la Francia Revolucionaria, en lo que fue la primera coalición configurada contra la joven República Francesa. Inicialmente los ejércitos ibéricos penetraron en territorio francés, aunque finalmente fueron derrotados con claridad. La herida ocular sufrida por el teniente José Ramón Bustillo Horna el 22 de noviembre de 1794 pudo producirse en los escarceos posteriores a la Batalla de la Montaña Negra, acontecida entre el 17 y el 20 de noviembre de 1794, en las proximidades de San Lorenzo de la Muga (Alto Ampurdán), derrota ibérica que desembocó en la caída de Figueras (28 de noviembre)]

De tal manera que, a los 19 años de edad, el joven teniente se quedó imposibilitado para el servicio, pasando a la situación de "disperso" (figura similar a la de "retirado", y que se refería al militar que no se encontraba agregado a ningún cuerpo del ejército y podía residir en cualquier lugar de su elección); eso sí, según él mismo manifestó, le quedó una pensión de 600 reales mensuales. 

La historia de la boda entre el joven teniente y la joven farola podría haberse quedado en ese punto: que José Ramón Bustillo acudió al altar en su condición de ciego por heridas de guerra. Sin embargo, parece ser que también lo hizo ciego de amor.


ENTRE LOS DOCUMENTOS HISTÓRICOS Y LAS BRUMAS DE LA LEYENDA HACE SU APARICIÓN UN ROMÁNTICO RELATO   

Tal y como cuenta en 1927 el historiador Luciano Huidobro Serna, amigo de la familia Gallo (heredera del palacio-torre de Sedano), en el ámbito familiar de los Arce-Bustillo circulaba una versión ciertamente romántica de la pérdida de la vista por parte del joven teniente y de las circunstancias anteriores y posteriores al suceso.

Cuenta Luciano Huidobro que, cuando el teniente José Ramón Bustillo Horna perdió la vista, ya se encontraba comprometido con la que sería su primera esposa, la referida Florentina Rodríguez-Ubierna Varona, natural y vecina de Huérmeces.

Añade el relato familiar que Florentina era una mujer extraordinariamente hermosa que, estando ya comprometida con el teniente José Ramón Bustillo, sufrió una fuerte infección de viruelas que le deformó el rostro, hasta el punto de que la joven se vio en la obligación de plantearle a su prometido la posibilidad de anular su compromiso.

El militar contestó a su joven prometida afirmando que la aceptaba tal y como se encontraba, ya que su amor se elevaba por encima de tales circunstancias.

Meses más tarde, ocurrió el desafortunado episodio bélico de la guerra del Rosellón, y entonces fue el propio José Ramón Bustillo el que tuvo que plantear a su prometida la posibilidad de que no se celebrara el proyectado matrimonio, ya que su condición de ciego podía ser motivo más que suficiente para que la joven Florentina se echara para atrás. Ella le contestó tal y como él lo había hecho poco tiempo antes: que lo aceptaba tal y como se encontraba, ya que su amor también estaba por encima de todo.

La joven pareja se casó en Huérmeces medio año después, y se estableció en nuestro pueblo por el simple hecho de que Florentina poseía aquí suficientes bienes y mayorazgos como para poder mantenerse holgadamente de ellos.

Esta tierna y romántica historia podría haber acabado así, con el amor triunfando sobre la guerra y las enfermedades: el novio ciego y la novia de rostro desfigurado que se casaron por amor, se multiplicaron con profusión y fueron felices por el resto de su existencia.

Pero la realidad fue otra. José Ramón y Florentina no tuvieron descendencia. Florentina falleció en 1818, a los 41 años de edad. José Ramón se casó en segundas nupcias en 1830, a la ya madura edad de 55 años, con una joven trasmerana de 32 años de edad (Rita de la Pezuela y Ocina), pudiendo por fin obtener la tan ansiada descendencia, en forma de una única hija, Casimira Bustillo de la Pezuela.

[el relato familiar contado por Luciano Huidobro dice que José Ramón Bustillo participó en la guerra de la Independencia, cuando en realidad lo hizo en la del Rosellón, trece años antes; también afirma que José Ramón Bustillo quedó viudo a los dos años de la boda cuando, en realidad, lo hizo veintitrés años después, en el referido 1818; y es que las leyendas familiares no resultan inmunes a las mutaciones en fechas y fechos]

Cuando, el 20 de mayo de 1857, José Ramón Bustillo Horna, en compañía de su entonces esposa, la referida Rita de la Pezuela y Ocina, formalizó testamento en la villa de Sedano ante el escribano público (y yerno suyo) Saturio Gallo Real- Varona, no se olvidó de incluir una claúsula relativa a la salvación del alma (y de los bienes) de su difunta primera esposa, Florentina Rodríguez-Ubierna Varona, la que fue joven novia farola de rostro desfigurado:

"También mando y es mi voluntad que por los señores curas que son o fuesen de Huérmeces se celebre un oficio de difuntos por el alma de Doña Florentina Rodríguez Ubierna, mi difunta primera mujer, hija legítima única y de legítima matrimonio de Don Higinio Rodríguez Ubierna, natural de la ciudad de Burgos, y de Doña Isabel María Varona, de Villadiego, y vecinos de dicho Huérmeces, la cual falleció sin dejar sucesión el año de 1818, instituyéndome heredero en unión de su difunta madre, la referida Doña Isabel María, de todos sus bienes libres, derechos y acciones."


Firma de José Ramón Bustillo Horna en el Pleito de 1797 


José Ramón Bustillo Horna falleció en Sedano en 1857, a la avanzada edad de 82 años. A su sepelio asitieron más de treinta sacerdotes y su féretro fue adornado con múltiples insignias militares, incluida la de teniente coronel retirado. El militar que perdió sus dos ojos en las cercanías de los Pirineos, luchando contra la Francia Revolucionaria, descansaba definitivamente en la tierra castellana que le vio nacer. 


Casa-torre de los Arce-Bustillo en Sedano (foto: destinoburgos.com)


Su única hija, la citada Casimira Bustillo de la Pezuela, heredó la casa torre familiar de Sedano, con sus huertas, tenadas y una serie de terrenos circundantes, la capilla familiar de San Miguel en la iglesia parroquial de Sedano, una era de trillar, dos molinos en funcionamiento, otro arruinado en parte, así como diversas tierras y heredades en el término de Sedano. También heredó una casa torre en Santa Olalla de Valdivielso, con sus bodegas, una casa pajar, una huerta de viñedos y frutales, y varias tierras y heredades. Por herencia de otros familiares también pasó a ser propietaria de diversos bienes en Cubillo del Butrón, Burgos, El Almiñé, Horna y Puente Arenas. Todo ello valorado en 35.148 reales.

Casimira se había casado en 1849 con Saturio Gallo Real-Varona, personaje también perteneciente a un ilustre linaje hidalgo del norte de Burgos. El matrimonio no tuvo descendencia. Los bienes del histórico mayorazgo de los Arce-Bustillo fueron heredados por Manuel Gallo Cuadrao, bisnieto de una hermana de José Ramón Bustillo Horna y sobrino paterno de Saturio Gallo Real-Varona.    


ANEXOS

I. PLEITO DE HIDALGUÍA DE JOSÉ RAMÓN BUSTILLO HORNA

En el Archivo de la Real Chancillería de Valladolid aparece el pleito de hidalguía entablado en 1797 por José Ramón Bustillo, a los dos años de haberse casado en Huérmeces con Florentina Rodríguez-Ubierna Varona, y haberse avencindado en nuestro pueblo.

Como era habitual en aquellos tiempos, cuando un hidalgo forastero contraía matrimonio con una mujer natural del pueblo y la pareja se establecía en el mismo, solía hacerse necesaria la justificación de hidalguía por parte del recién llegado, por lo que a este no le quedaba otra opción que pleitear con el concejo y vecinos del lugar.

[a Ignacio Varona Ubierna y Ángel Varona Ubierna, naturales de Ruyales del Páramo, también les tocó pleitear por su hidalguía al poco de casarse y establecerse en Huérmeces; lo mismo le sucedió a Pedro Crisólogo Gallo Lucio, natural de Covanera] 

José Ramón Bustillo Horna inició el Pleito de Hidalguía ante la Real Chancillería de Valladolid en septiembre de 1797:

"Sépase como yo, Don José Ramón de Bustillo y Orna, capitán de infantería, marido y conjunta persona de Doña Florentina Rodríguez de Ubierna, vecinos de este lugar de Huérmeces, y natural de la villa y Honor de Sedano, hijo legítimo y de legítimo matrimonio de Don José Ramón de Bustillo y Arce, caballero profeso del Hábito de Calatrava, teniente coronel de infantería, y de Doña María Micaela de Orna y Rubalcaba, difunta, vecino aquel de la de Villarcayo, nieto con la propia legitimidad de Don Antonio de Bustillo Merino, y Doña María Antonia de Arce y Arroyo, vecino que fue y la referida que es en ella, digo: que los enunciados mis padres, abuelos y demás ascendientes por línea recta de varón, han estado y están respectivamente en los nominados pueblos, y yo el otorgante, en la dicha de Villarcayo, empadronados como hijos dalgo notorios de sangre y de casa solar conocida, guardándoseles todas las honras, preeminencias, exenciones y prerrogativas tocantes a los demás hijosdalgo de estos Reinos, a consecuencia de la inalterable posesión que hubieron, y tengo sin pechar ni contribuir con carga alguna aneja y conveniente al estado llano, obteniendo por lo mismo los oficios honoríficos de la república; y sin embargo de constar la certeza de este relato, a la justicia, concejo y vecinos de este mencionado lugar, se deniegan a distinguirme por tal Hijo dalgo, y a guardarme las especificadas exenciones, por lo cual, en la mejor forma y vía que puedo y ha lugar, otorgo mi poder cumplido, el que de derecho se requiere y el necesario ..."




Tras el consiguiente desfile de testigos y recopilación de documentos justificativos, José Ramón Bustillo consiguió por fin la anhelada Real Provisión que reconocía su hidalguía con fecha 18 de diciembre de 1798.


Firma del alcalde mayor de Haza de Siero, José Montero


En aquellas fechas del Pleito, era alcalde mayor de la jurisdicción de Haza de Siero el vecino de Huérmeces José Montero Rodríguez-Ubierna (Palencia), casado con Teresa Pérez de Aguilar Guilarte (Burgos). Tuvieron ocho hijos nacidos en Huérmeces (1777-1795), y alguno más nacido en Burgos.




En aquellos tiempos (1782-1805), era escribano de la Haza de Siero, y vecino de Huérmeces, José Fontúrbel Güemes (Hces, 1757). Su firma aparece en varios de los documentos que conforman el referido Pleito de hidalguía de 1797.

En diversos documentos del Pleito aparecen mentados (y firmados) varios vecinos de Huérmeces, bien en función de su cargo, bien como meros testigos:

  • Nicolás de la Ornilla Díaz-Villalvilla (1728): alcalde pedáneo
  • Lorenzo de la Calle Fuentes (1768): alcalde pedáneo 
  • Julián de Espinosa González-Mata (1737): alcalde de la Santa Hermandad
  • Lorenzo Díez Díaz-Ubierna (1764): regidor por el estado de los hijosdalgo
  • Manuel de Valderrama González-Mata (1754): regidor por el estado de los hijosdalgo
  • Ignacio Varona Ubierna (Ruyales del Páramo, 1739): procurador síndico general de Huérmeces
  • Mateo Díez: testigo número uno
  • Tomás Díaz-Ubierna Sarmiento (1748): testigo número dos
  • Lesmes Díaz-Tudanca Bárcena (1759): testigo número tres
Vecinos por el estado general de hombres buenos:
  • Fernando Arroyo Álvaro (Fuente Úrbel): fue nombrado comisario informante en la villa natural del pretendiente (Sedano), estando esta situada dentro del "distrito de las cinco leguas" 
  • Tomás García Vicario (1759)
  • Gregorio González López (Burgos)
  • Manuel Fernández Ubierna (1752)
  • Francisco Fernández Calle (1740)
  • Miguel Fernández Díez (1763)
  • Juan Fernández Agustín (1750)
  • Domingo Fernández Agustín (1746)
  • Andrés Fernández Agustín (1743)
  • Tomás Fernández Revilla (Los Tremellos)

Pleito de 1797: firma de los vecinos reunidos en sesión extraordinaria del día 24 de octubre



[en el Pleito únicamente aparece el apellido paterno de cada vecino; cuando no se indique lo contrario, Huérmeces resulta ser el lugar de nacimiento de cada vecino; el año de nacimiento de cada uno se ha consultado en el libro de bautizados de la parroquia] 


II. APUNTES GENEALÓGICOS

Los Arce-Bustillo

Los primeros miembros del linaje Bustillo de los que se tiene constancia eran originarios de Tubilla del Agua, siendo Domingo de Bustillo el primer miembro conocido del linaje, que vino al mundo a mediados del siglo XVI. La línea genealógica continuó de la siguiente manera, hasta llegar al teniente José Ramón Bustillo Horna:

  1. Domingo de Bustillo (Tubilla del Agua); casado con Casilda de Bustillo
  2. Domingo de Bustillo y de Bustillo (Tubilla del Agua, 1582), casado con Elena de Parra
  3. Antonio de Bustillo y de Parra (Tubilla del Agua); casado con María de Arce y Fernández (Sedano)
  4. Íñigo de Bustillo y Arce (Sedano, 1632); casado en 1656 con Ana María de Brizuela y Arce (Población de Arreba); parece ser que el matrimonio habitó en la casa familiar de los Arce en Sedano
  5. Antonio de Bustillo y Brizuela (Sedano, 1663); en 1686 casó con Josefa Díaz de Ortega (Sotopalacios)
  6. José de Bustillo y Díaz de Ortega (Sedano, 1687); en 1704 casó con Sebastiana Merino y Gallo de Alcántara
  7. Antonio de Bustillo y Merino (Sedano, 1710); casó en 1741 con María Antonia de Arce Arroyo y Vélez de Valdivielso (Villarcayo)
  8. José Ramón de Bustillo y Arce (Villarcayo, 1742); casó en 1769, en primeras nupcias, con María Micaela de Horna y Gómez de Bustamante (Suesa)
  9. José Ramón de Bustillo y Horna (Sedano, 1775); casó en Huérmeces en 1795, en primeras nupcias, con Florentina Rodríguez-Ubierna Varona (Hces, 1777); no tuvieron descendencia. José Ramón casó en 1830, en segundas nupcias, con Rita de la Pezuela y Ocina (Entrambasaguas, 1798); tuvieron una hija, Casimira de Bustillo y de la Pezuela, la última de los Bustillo en heredar el mayorazgo 

[datos extraídos del libro de David Huidobro Sanz que figura en la bibliografía]

Este apellido  toponímico proviene de la raíz "busta", con el significado de lugar de descanso del ganado.

Algunos autores sitúan el origen del apellido Bustillo en los valles cántabros de Carriedo y Toranzo. En concreto, afirman que dicho origen se encuentra en el pueblo (barrio) denominado Bustillo, perteneciente a Villafufre de Carriedo.

Otros autores defienden un origen francés, con posterior asentamiento en el valle de Carranza (Vizcaya) y montañas de Burgos. Otros sitúan su origen en el lugar de Bustillo (Villarcayo) y otros, en Aguilar de Campoo.


Los Rodríguez-Ubierna Varona

Mucho menos es lo que podemos comentar acerca de esta familia. Únicamente que el apellido Rodríguez-Ubierna no era del todo extraño en Huérmeces, ya que aparece puntualmente en los primeros apuntes del libro de bautizados (principios del siglo XVII). 

Los padres de Florentina Rodríguez de Ubierna Varona, Higinio e Isabel María, se casaron en Villadiego hacia el año 1760 y -por razones que desconocemos- se establecieron en Huérmeces.

  • Higinio Rodríguez de Ubierna Ruiz-Quintana (Burgos)
  • Isabel María Varona Carrero (Villadiego)

Higinio e Isabel María trajeron al mundo a seis hijos, todos ellos nacidos en Huérmeces, de los que únicamente el último (Florentina, la coprotagonista de este post) sobrevivió a la infancia:

  1. Justo (1762)
  2. Vicente (1764)
  3. María Bruna (1768)
  4. Catalina (1771)
  5. Manuel Eugenio (1773)
  6. Florentina (1777)

Ya hemos comentado que Florentina no tuvo descendencia en su emparejamiento con José Ramón Bustillo Horna, por lo que el apellido Rodríguez-Ubierna desapareció de los libros parroquiales y padrones de población de Huérmeces.

[en un documento del Archivo de la Catedral de Burgos, fechado el 31 de octubre de 1768, aparece Higinio Rodríguez como mayordomo secular de Huérmeces]




NOTA

El hecho de que el teniente José Ramón Bustillo Horna perdiera sus ojos en el Alto Ampurdán, en el contexto de la Batalla de la Montaña Negra (noviembre de 1794), es una mera conjetura de este bloggero, ya que no se ha encontrado referencia alguna en cuanto al lugar concreto en el que sucedió el desgraciado suceso. Por la fecha del mismo (22 de noviembre de 1794), proporcionada por el propio teniente, bien pudiera tratarse de aquel evento bélico, aunque también de cualquier otra escaramuza menor de las muchas que se desarrollaron en las proximidades de la frontera franco-española, tanto en el sector catalán como en el sector vasco-navarro.

 

FUENTES

Archivo Diocesano de Burgos. Libros sacramentales de la parroquia de San Juan Bautista de Huérmeces. Libro de Bautizados III (1730-1781); Libro de Casados IV (1785-1826); Libro de Finados IV (1789-1825)

Archivo de la Real Chancillería de Valladolid: Pleitos de Hidalguía: Sala de Hijosdalgo, caja 1015,12 (1797): José Ramón Bustillo y Horna, capitán de infantería, vecino de Huérmeces, natural de Sedano

La casa solariega de los Arce-Bustillos en Sedano. Luciano Huidobro Serna. Boletín de la Comisión Provincial de Monumentos Históricos y Artísticos de Burgos, nº 18 (1927)

Blasones y linajes de la provincia de Burgos. Partidos Judiciales de Belorado y Sedano. Francisco Oñate Gómez. Diputación Provincial de Burgos (2001) [páginas 308-309, 365-367]

Un linaje Hidalgo del norte de Burgos. Los Arce-Bustillo-Gallo, de la Edad Media a la Contemporánea. David Huidobro Sanz. Editorial Sanz y Torres. Madrid (2024) [páginas 131-137]

Diccionario de apellidos y escudos de Cantabria. María del Carmen González Echegaray, Conrado García de la Pedrosa. Ediciones de Librería Estvdio. Santander (2001)


sábado, 12 de julio de 2025

Candeleda: en la otra esquina de Castilla


Cuando llegué a Candeleda, a mediados de julio de 1984, en lo que sería mi primer trabajo remunerado, pude hacerme una idea clara de lo lejos que me encontraba de las tierras norteñas situadas al otro lado de Gredos. A las pocas semanas de llegar conocí a un docente burgalés que había sido "desterrado" a Candeleda por las autoridades educativas regionales de la época. Para elegir el destino más alejado de Burgos, los prebostes del MEC solo tuvieron que coger una regla y posarla sobre el mapa físico-político de Castilla y León.




Y es que si tuviéramos que elegir la localidad más alejada de Burgos, por carretera, situada dentro del territorio de Castilla y León, Candeleda estaría entre las más firmes candidatas. 

Candeleda se encuentra separada de Burgos por 385 km de carreteras de variado pelaje. Distancia solo superada por las localidades salmantinas de Navasfrías (403 km), Aldea del Obispo (390) y La Alberguería de Argañán (387), aunque con el matiz de que para llegar a Candeleda hay que atravesar los contundentes relieves de la sierra de Gredos, puerto del Pico mediante.




Candeleda está más alejada de Burgos que localidades castellano-leonesas tan conocidas como Fuentes de Oñoro (378 km), La Fregeneda (373), Lumbrales (360), Ciudad Rodrigo (352), Béjar (345), Puebla de Sanabria (310), Fermoselle (310) o Villafranca del Bierzo (306).


Pantano de Rosarito (Candeleda)


Dicen los atlas de geografía que Candeleda es la localidad con latitud más sureña de Castilla y León, claramente más meridional que las localidades salmantinas asentadas en la cara norte de la sierra de Gata. De hecho, todo el Valle del Tiétar abulense, del que forma parte Candeleda, se encuentra ubicado al sur de Gredos, drenando sus aguas a la cuenca del Tajo.


La Lagunilla (Candeleda), en el arranque de la carretera del Rosarito


Que nadie espere encontrar aquí extensos campos de cereal u oleaginosas. En esta zona, similar en todo a la Vera extremeña, las condiciones de suelo, agua, clima y propiedad de la tierra posibilitan que -desde hace mucho tiempo- se cultiven productos agrícolas de forma mucho más intensiva. A mediados de los años ochenta, los cultivos más importantes eran el tabaco, el pimentón, las plantas de fresa y otros cultivos hortícolas en régimen de regadío.


Majalvenero (Candeleda). Al fondo, el Rosarito


En aquellos años, la economía del sector primario de Candeleda se basaba en el cultivo de tabaco y pimentón, así como en la existencia de una importante cabaña caprina. Por otra parte, el sector de la construcción también alcanzaba cierta importancia y se encontraba en auge un incipiente sector servicios. 


Santuario de Chilla (Candeleda)


EL TABACO

A diferencia del paisano docente, este bloggero no llegó a Candeleda en calidad de burgalés desterrado, ya que por entonces residía en Madrid. Aterricé en Candeleda a consecuencia de una de las muchas reconversiones ejecutadas por el gobierno durante la primera mitad de los años ochenta del siglo pasado.

En este caso, se trataba de una reconversión agrícola, que respondía al descriptivo nombre de Plan de Reordenación de la Producción Tabaquera Nacional, aprobado por un Real Decreto de mayo de 1984.





Los objetivos del plan eran adecuar los tipos de tabaco cultivado a los nuevos gustos de los consumidores que, en los últimos años, parecían decantarse por el consumo de cigarrillos "rubios" en detrimento del tabaco "negro". Para ello, se contemplaba la reconversión de 29.000 toneladas de tabacos negros a tabacos rubios, en cinco campañas, desde la 1985/86 hasta la 1989/90.


Carmen. Centro de Tabacos de Candeleda


En aquellos años, el tabaco era un producto sometido a régimen de monopolio estatal, por lo que los agricultores productores de tabaco tenían la condición de "concesionarios" y como tales, sometidos a ciertas obligaciones contractuales. Por lo tanto, el Plan de Reordenación, aparentemente voluntario, era en la práctica de obligado cumplimiento si es que querías seguir cultivando tabaco.


Coral, Daniel y Lorenza. Centro de Tabacos de Candeleda


El Servicio Nacional del Cultivo y Fermentación del Tabaco (SNCFT) era el organismo autónomo del Ministerio de Agricultura, creado en 1921 y encargado de la gestión del cultivo (en régimen de concesión administrativa) y del procesado de la cosecha (principalmente la fermentación). En 1987, tras el ingreso de España en la CEE y la liberalización del sector tabaquero, el Servicio fue sustituido por la Agencia Nacional del Tabaco, ya con otras competencias. 


Centro de tabacos del SNCFT en Candeleda


Para ejecutar aquel Plan de Reordenación, el Ministerio de Agricultura contrató a un buen número de técnicos, que fueron distribuidos por los principales centros productores de tabaco, que se encontraban por entonces en las provincias de Ávila (Candeleda), Badajoz (Don Benito, Coria), Cáceres (Jaraiz, Jarandilla, Navalmoral de la Mata, Talayuela), Granada, Navarra y Toledo (Talavera de la Reina).

Además de estas zonas principales, en 1984 también se producía tabaco en determinadas zonas de Galicia, Asturias, Álava, La Rioja, León, Lérida, Ciudad Real, Valencia, Córdoba, Cádiz y Canarias. Por el tipo de tabaco que cultivaban y por sus escasas producciones, estas zonas se encontraban fuera de los objetivos del Plan de Reordenación.


El Llano (Candeleda)


En Candeleda, localidad con una población de 5300 habitantes, el tabaco constituía por entonces una parte importante de las rentas familiares. El tamaño medio de la explotación tabaquera era pequeño, de apenas una hectárea, pero con una rentabilidad muy superior a la obtenida por otros cultivos, no digamos ya si la comparamos con la rentabilidad de una hectárea de cereal en secano.


Viejo secadero de tabaco. El Llano. Candeleda


En los años previos al Plan de Reordenación, en el Centro de Tabacos de Candeleda prestaban sus servicios un jefe provincial, tres técnicos y una administrativa, así como un buen número de trabajadores en la nave de almacenamiento y fermentación (hasta 90 personas en temporada de recepción de tabacos).


Prueba de cultivo en San Bernardo (Candeleda)


Para el desarrollo del Plan de Reordenación en la zona de Candeleda, el Ministerio de Agricultura contrató a ocho técnicos y dos administrativos aunque, desde hacía algún tiempo, ya se encontraba prestando sus servicios un asesor técnico extranjero, proporcionado por alguna de las multinacionales tabaqueras de la época.


Un Renault 4L, la principal herramienta de trabajo de los técnicos del SNCFT de Candeleda

Y precisamente ahí se encuentra el origen de la denominación popular que recibimos los bisoños técnicos en nuestras primeras salidas al campo: "los pitufos"; por nuestra natural predisposición a desfilar, en fila india, tras la estela del asesor foráneo y su inmensa sapiencia tabaquera.


El logo del Servicio, de efímera existencia


En 1984, eran nada menos que 800 los pequeños productores que cultivaban tabaco en la zona de Candeleda; se plantaba tabaco en unas 590 hectáreas y se producían alrededor de 1.100 toneladas de tabaco. Cuarenta años después, apenas queda una docena de tabaqueros, que cultivan tabaco en unas 30 hectáreas y producen alrededor de 80 toneladas de tabaco.


Entregas de tabaco en el Centro de Fermentación de Candeleda


A mediados de los años ochenta, además de en Candeleda y en su anexo de El Raso, se cultivaba tabaco en otras poblaciones cercanas, como Poyales del Hoyo, Lanzahíta y Ramacastaña.

A cada técnico se le asignó una zona tabaquera concreta, dentro del amplio territorio dependiente del Centro de Fermentación del SNCFT en Candeleda. 



La Lagunilla (Candeleda), desde la carretera del pantano de Rosarito



Me tocó en suerte una zona situada al sudoeste del término municipal de Candeleda. Resulta imposible de olvidar alguno de los nombres de parajes por entonces muy tabaqueros: El BorbollónCandeledilla, El Carrascal, Cerro Crespo, El Llano, El Lomo, Palancar, Posto Loboso, Robledillo, San Bernardo, Tabladilla, Vado los Fresnos, ...





Tampoco he olvidado el nombre de alguno de los tabaqueros con los que acabamos por mantener una cordial relación: Catalino Jara, Leandro, Manolo Pintado, Serapio, los hermanos Farracache, los Torroba, Castor Pérez Serrano,...



Labores preparatorias en Posto Loboso (Candeleda)


Y, por supuesto, el nombre de los técnicos y administrativos, con los que tantas horas y experiencias compartimos: Álvaro, Felipe, Félix, Horst, Ignacio, Inocencio, Jesús, José, José Antonio, José Eduardo, José María, Mari Carmen, María Jesús, Miguel Ángel y Teresa.




EL PECULIAR CULTIVO DEL TABACO

Aunque la planta de tabaco apenas se cultiva en el terreno definitivo durante unos 5-6 meses, el ciclo total de su cultivo y curado alcanza la práctica totalidad del año:

  1. semillero (2 meses: marzo y abril): las semillas de tabaco se siembran en pequeñas eras de semillado, protegidas por plásticos moviles para paliar los efectos las bajas temperaturas nocturnas, hasta que la plántula alcance el tamaño suficiente (10 cm) para su trasplante al terreno definitivo
  2. trasplante (mayo): en perfectas alineaciones, para facilitar las posteriores labores de cultivo, tratamientos fitosanitarios, despunte y recolección
  3. cultivo (5-6 meses: mayo-septiembre-octubre): los tabacos tipo "Burley" se mantienen unos 5 meses sobre el terreno; los tipo "Virginia", un mes más.
  4. despunte (mediados de julio-mediados de agosto): cuando la planta de tabaco alcanza su máximo desarrollo (2 metros) y ha emitido su inflorescencia terminal, resulta imprescindible el corte de aquélla para que el rendimiento y calidad de la cosecha sean óptimos
  5. recolección (septiembre-octubre): las plantas de tabacos tipo "Burley" se recolectan enteras; las de tipo "Virginia" se recolectan hoja a hoja, por pisos foliares, comenzando por las bajeras, según vaya produciéndose su secado 
  6. secado: en los tabacos tipo "Burley" se cuelga la planta entera en secaderos de ventilación controlada, y dura entre dos meses y dos meses y medio; en los tipo "Virginia" las hojas se secan en secaderos de aire caliente
  7. entrega del tabaco en los centros de fermentación y procesado: según lo húmedo o seco que resulte el otoño, el proceso de secado "natural" en los secaderos durará más o menos tiempo. En un año normal, diciembre resulta ser el mes en el que comienzan a entregarse los tabacos tipo "Burley". La fase de clasificación, con un amplio catálogo de calidades y precios, determina el valor de la cosecha.

Sin duda, el cultivo del tabaco resulta ser muy diferente al seguido para el cereal en secano, mayoritario al otro lado de Gredos. El cultivo del tabaco requiere importantes aportaciones de mano de obra, por lo que durante muchos años fue considerado un "cultivo social" en las principales zonas tabaqueras de Extremadura y Andalucía.


Secadero de tabaco "Burley" en el paraje de Candeledilla (Candeleda)




EL CENTRO DE FERMENTACIÓN DE TABACOS DE CANDELEDA

A las afueras de Candeleda, en una parcela situada a la vera de la carretera de Oropesa, destaca un peculiar edificio. Se trata de una gran nave que responde al curioso nombre de Centro de Fermentación de Tabacos.

En Candeleda y alrededores se venía cultivando tabaco, de manera experimental, desde el año 1915. A partir del año 1923, comenzó a cultivarse de manera regulada. En aquellos años, la producción se enviaba a Madrid y, desde allí, a Málaga, dónde se realizaba el proceso de fermentación.

Años más tarde, los tabacos candeledanos comenzaron a entregarse en los Centros de Fermentación de Talavera de la Reina y Navalmoral de la Mata, localidades situadas a unos 60 km de Candeleda.

A finales de los años cincuenta, dada la importancia que había adquirido el cultivo de tabaco en toda la zona del Valle del Tiétar, comenzaron a realizarse gestiones para la construcción de un centro de fermentación en Candeleda. Las gestiones se materializaron en 1960, al autorizar su construcción el Ministerio de Agricultura.

En septiembre de 1960 se formalizó la cesión de terrenos de titularidad municipal para la construcción del anhelado centro de tabacos. 

El proyecto final contó con un presupuesto de 8 millones de pesetas. El diseño de la nave y zonas complementarias fue realizado por el arquitecto Ramón Canosa de los Cuetos y el ingeniero agrónomo José Benítez Vélez.

En octubre de 1961, las obras fueron adjudicadas, mediante subasta, a la empresa "Sociedad Anónima Construcciones Echegaraya", por un importe de 5 millones y medio de pesetas.

Las obras finalizaron en el otoño de 1964, por lo que en diciembre de ese mismo año comenzaron a recepcionarse tabacos de manera provisional, y solo para tabacos cultivados en Candeleda, en la recién inaugurada nave de fermentación. 


Diario de Ávila, 19 de enero de 1965



Al año siguiente, en el centro de Candeleda se recepcionaron tabacos de todo el Valle del Tiétar y de las zonas cercanas de la Vera caceceña. Su capacidad de almacenaje y fermentación alcanzaba las 2.000 toneladas de tabaco.


Diario de Ávila, 10 de noviembre de 1965



Esta interesante construcción, diáfana y esbelta, de cierta belleza estructural, está realizada con arcos rebajados en forma de costillas, ejecutados en hormigón, que sustentan una cubierta armada, ondulada y alabeada, completada mediante piezas de cerámica de un solo tipo, siguiendo en parte el denominado "sistema Sánchez del Río". 




Durante la segunda mitad de los años ochenta del pasado siglo, se realizaron importantes obras de ampliación del centro de tabacos de Candeleda, en el marco del Plan de Reordenación.

En el año 2000, y tras treinta y cinco años de servicio, la vistosa nave dejó de utilizarse para su función tabaquera original. En 2005, Patrimonio cedió las instalaciones al Ayuntamiento de Candeleda, que las viene utilizando como espacio para la celebración de eventos culturales y comerciales, así como para almacén municipal. Desde entonces, el tabaco producido en Candeleda se recoge y procesa en la localidad cacereña de Talayuela, situada a unos 47 km por carretera.


EL CLIMA Y EL AGUA

La escasa altitud a la que se ubica Candeleda (entre 400 y 450 metros), junto con la cercana presencia del Macizo Central de Gredos (entre 2000 y 2600 m), originan dos extremos meteorológicos:

  • que los temporales de otoño/invierno, de procedencia atlántica, descarguen sobre la zona con toda su potencia pluviométrica; ente octubre y febrero se recogen 700 litros
  • que las temperaturas estivales se disparen, al encontrarse fuera de la influencia de los vientos del norte; las temperaturas medias de los meses de junio a septiembre oscilan entre los 23 y los 26 grados.

Esta peculiar situación a la falda sur de Gredos ocasiona también una abundancia de aguas, procedentes del deshielo de las altas cumbres del Macizo Central.

Siguiendo un nítido curso norte-sur, son tres las principales gargantas que descienden desde las cumbres de Gredos hacia el río Tiétar: Alardos-Tejea, Chilla y Santa María-Blanca. Esta última es la que discurre por la límite occidental del casco urbano de Candeleda; la primera, la que sirve de raya con la Vera extremeña.

Además de su continuo aporte de agua para riego y consumo humano, las gargantas poseen indudables valores paisajísticos y turísticos. De estos últimos dan fe los numerosos charcos, naturales o forzados, que se forman en el curso de las gargantas: Carreras, Cueva del Oso, Palomas, Alardos, Los Riveros,... 

Para completar este rico panorama hidrológico, en el extremo occidental del término municipal, muy cerca de dónde se encuentra el trifinio entre las provincias de Cáceres, Toledo y Ávila, se levanta desde 1958 la presa del embalse de Rosarito, que remansa las aguas del Tiétar.



ANEXOS

I. EL INEXORABLE DECLIVE DEL CULTIVO TABAQUERO EN ESPAÑA

En los cuarenta años transcurridos desde la puesta en marcha del Plan de Reordenación de la Producción Tabaquera Nacional (1984) se constata una evidente disminución de los parámetros de superficie y producción.

El declive se manifiesta, sobre todo, en la superficie dedicada al cultivo de tabaco:

  • en 1984 se cultivaban 22.152 ha
  • en 2022 se cultivaron 6.017 ha
  • hoy se cultiva solo el 27% de la superficie cultivada en 1984 




En cuanto a la producción de tabaco, la disminución registrada no ha sido tan fuerte, ya que han aumentado los rendimientos por hectárea, al mejorarse las técnicas de cultivo y secado:

  • en 1984 se produjeron 43.281 toneladas de tabaco
  • en 2022 se produjeron 19.937 toneladas de tabaco
  • hoy se produce el 46% de lo que se producía en 1984

En cuanto a las zonas tabaqueras, han desaparecido del mapa tabaquero las zonas gallegas, asturianas, alavesas, riojanas, leonesas, zamoranas, ilerdenses, cordobesas, sevillanas y onubenses; por su parte, se encuentran en trance de desaparición las zonas de Valencia, Granada, Navarra, Toledo y Ávila.



Diario de Ávila, 27 de enero de 2020



El futuro tabaquero de España, si es que existe, quedará reducido a las comarcas cacereñas de La Vera y el Campo Arañuelo.

[de la cosecha del año 2023 se han publicado únicamente los datos agregados: se cultivaron en España 5.790 hectáreas y se produjeron 12.284 toneladas de tabaco, con un rendimiento muy bajo debido a la sequía; en la cosecha del año 2024 se recuperaron los rendimientos habituales]


II. CANDELEDA Y HUÉRMECES, DOS CASTILLAS MUY DIFERENTES

Ya ha quedado suficientemente claro que Candeleda y Huérmeces, situados en esquinas opuestas del mapa de Castilla y León, se encuentran muy alejadas no solo en lo geográfico, que también en lo histórico, biológico, climatológico, económico y sociológico.

Candeleda es hoy un lugar realtivamente dinámico, con una economía cada día más focalizada en el sector servicios y una demografía más o menos estabilizada en torno a los 5000 habitantes, todo ello gracias a sus valores biológicos y paisajísticos y, sobre todo, gracias a la relativa cercanía a la ciudad de Madrid (184 km, algo menos de dos horas de viaje).

Huérmeces, por el contrario, es un municipio en continua regresión demográfica, que llega al primer cuarto del siglo XXI con apenas 150 personas empadronadas, y una economía basada en la agricultura de secano, con una presencia casi testimonial de alojamientos rurales y unas cuentas municipales saneadas gracias a la existencia de tres parques eólicos en el territorio municipal.





En cuanto a los orígenes prehistóricos de cada población, es necesario que nos remontemos a la Edad del Hierro. Muy diferentes fueron los pueblos prerromanos que habitaron una y otra zona.

En Candeleda y alrededores vivía un pueblo de cultura celta, los vetones, de carácter guerrero, ecuestre y pastoril. El castro de El Raso, en el anejo de Candeleda, puede sersultar representativo de este pueblo. Los vetones eran vecinos de los lusitanos y carpetanos.

En Huérmeces, por su parte, vivían los turmogos, también de cultura celta, también guerreros, aunque su economía se basaba en el pastoreo en las alturas y en el cultivo de cereales en las zonas bajas. El castro de Páramo Ciudad (probable Bravum) en La Nuez de abajo, puede ser un castro representativo de este pueblo, al igual que el cercano de San Vicente (Huérmeces). Los turmogos eran vecinos de los cántabros.

A partir de aquellos tiempos, los devenires históricos de Candeleda y Huérmeces resultaron bien diferentes. Después de su completa romanización y posterior encuadre en la cultura visigoda, resultaron diferentes los niveles de "islamización" alcanzados en una y otra zona, así como los tiempos de despoblación y "reconquista" sufridos por cada una.

Así, la primera referencia documental de Candeleda data del último tercio del siglo XII (año 1170), mientras que el nombre de Huérmeces (Guermecis) aparece ya en algún documento de finales del siglo IX (año 860).

A raiz de la derrota de los castellanos en Alarcos (1195), los musulmanes arrasaron la ciudad de Plasencia y recuperaron Talavera, lo que convirtió en tierra insegura toda la zona del valle del Tiétar. Candeleda, en concreto, no figura en la lista de parroquias abulenses del año 1250, por lo que se supone que se convirtió en un lugar despoblado. Candeleda fue repoblada hacia el año 1271.

Huérmeces, por su parte, al encontrarse mucho más alejado de las fronteras con los musulmanes, pudo mantener continuidad poblacional en sus tierras, aunque siempre dentro de unos bajos niveles de poblamiento.






Durante el siglo XVI Candeleda perteneció a la tierra de Navamorcuende. En el siglo XVIII Candeleda perteneció al denominado Estado de Miranda (por su señor, el conde de Miranda de Castañar), y estaba conformado por cinco localidades (dos despoblados) de la actual provincia de Cáceres, dos de Toledo y una a Ávila.

[Estado de Miranda: Berrocalejo, Bohonal de Ibor, El Gordo, Puebla de Naciados, Talavera la Vieja, Torrico, Valeverdeja y Candeleda]




Respuestas Generales del Catastro de Ensenada: Candeleda (18 octubre 1751)

Respuestas Generales del Catastro de Ensenada: Huérmeces (13 mayo 1752)



En 1805 Candeleda pasó a pertenecer eventualmente a la provincia de Toledo (Partido de Talavera) hasta que, en 1834, entró en vigor la actual división provincial diseñada por Javier de Burgos durante el inicio del reinado de Isabel II, pasando a formar parte -de nuevo- de la provincia de Ávila. 

Huérmeces, al estar situado cerca de la capital burgalesa (apenas 25 km al noroeste), se mantuvo siempre dentro de los límites de la provincia de Burgos. Entre los siglos XIV y XIX perteneció a la Merindad (luego Partido) de Castrojeriz. A partir de la referida división provincial de 1834, pasó a pertenecer al partido judicial de Burgos.

Según el Diccionario Riera, en su edición de 1887, las diferencias demográficas, económicas y sociales entre ambos pueblos se resumen en los siguientes datos:

Candeleda: 2641 habitantes; 1259 edificaciones; puesto de la guardia civil (5 guardias y un cabo); iglesia de Santa María (con la máxima categoría: de término); dos escuelas de primeras letras para niños y otras dos para niñas, con 240 alumnos en total; sus tierras producen pimiento, aceite, cereales, legumbres, frutas y lino; ganados de toda especie qprovechan sus "envidiados pastos"; caza mayor y menor; pesca abundante; presupuestos municipal: 30.899 pesetas

Huérmeces: 381 habitantes; 117 edificios; iglesia de San Juan Bautista (categoría: de ascenso); una escuela para niños y niñas, con 60 alumnos; sus tierras producen trigo, maiz (!), cebada, avena, yeros, garbanzos, arvejas y lentejas; ganados de toda especie; caza menor; presupuesto municipal: 4.018 pesetas

Candeleda puede presumir de contar, desde 1989, con la puntual visita veraniega de todo un sir inglés, John Major, el que fuera primer ministro del Reino Unido durante buena parte de la década de los noventa del pasado siglo. 





En 2013 el Ayuntamiento decidió poner su nombre (Avenida de John Major) a un tramo de una de las calles más importantes de Candeleda, la antes denominada Carrera de Oropesa, a cuya vera se localiza, precisamente, el antes referido Centro de Fermentación de Tabacos.


APELLIDOS CANDELEDANOS Y APELLIDOS FAROLES

Apellidos más comunes en Candeleda (siglo XX):

Acosta, Alcojor, Blázquez, Carrasco, Carreras, Chozas, Córdoba, Delgado, Fraile, Garbín, Garro, Gómez, Guzmán, Jara, Lancho, Lorente, Mesa, Monforte, Montesino, Morcuende, Plaza, Pozanco, Rivas, Suárez, Vaquero

Apellidos más comunes en Huérmeces (siglo XX):

Alonso, Arribas, Bárcena, Crespo, Díaz-Ubierna, García, Girón, Güemes, Hidalgo, Ortega, Pérez, Santamaría, Serna, Ubierna, Varona, Villalvilla, Villanueva