En tiempos pasados, cuando en la España rural se carecía de casi todo, las dos o tres festividades locales constituían las únicas ocasiones en las que era posible escuchar música fuera del ámbito religioso; música festiva, para bailar, emitida -sobre todo- por una dulzaina y un tamboril.
En el caso de Huérmeces, las tres festividades locales se repartían en el calendario de la forma por todos conocida:
- Santa Brígida: 1 de febrero, la fiesta de invierno
- San Juan: 24 de junio, la fiesta mayor
- San Lorenzo: 10 de agosto, la fiesta de verano
La fiesta de San Lorenzo tenía el inconveniente de encontrarse inserta en medio de las vitales labores de cosecha, por lo que su celebración nunca pudo ser muy pródiga en músicas. Misa-procesión, y gracias.
La de Santa Brígida, a pesar de celebrarse en pleno invierno castellano, era esperada con ganas por los jóvenes del pueblo, ya que lejos estaban en el calendario -tanto por detrás como por delante- las celebraciones de San Juan, la principal fiesta del pueblo,
En el mes de enero de 1892 se había producido un importante brote de varicela en el pueblo, que había ocasionado la muerte de un niño de un año de edad. Así figura escrito en una reseña del Diario de Burgos de 27 de enero de 1892.
[comprobamos que el día 26 de enero de 1892 falleció en Huérmeces, por "enfermedad variolosa", el párvulo Julián Díaz-Tudanca Espinosa, de once meses de edad, hijo de Juan Díaz-Tudanca Gómez (Burgos, 1843) y Casimira Espinosa Gallo (Sedano, 1846); Juan y Casimira se habían casado en Huérmeces en 1886 y eran por entonces los molineros de Rallastra]
Una vez aconsejado por el médico del pueblo, Gregorio Monzón García, el entonces alcalde del pueblo, Florentín Ubierna Díaz-Ubierna (Hces, 1849), había tomado toda clase de precauciones para evitar que se propagara el contagio. Básicamente, las medidas tomadas consistieron en el cierre temporal de las escuelas y en la suspensión de música y baile durante las próximas fiestas de Santa Brígida.
Y en esta última medida radica el origen del suceso que protagoniza el presente post. Apenas dos días después, el Diario de Burgos publicó una noticia relativa al apedreamiento de la casa del médico de Huérmeces por parte de algunos vecinos del pueblo, ya que consideraban que el galeno era el culpable de la suspensión de las inminentes fiestas de Santa Brígida (1 de febrero). Fiestas que iban a contar con el acompañamiento musical de alguno de los entonces célebres dulzaineros de la comarca y más allá.
A algunos vecinos del pueblo quizás no les importara en exceso el hecho de que los chavales se quedaran sin ir a la escuela unos días, pero que se suspendieran las fiestas de invierno ... eso eran palabras mayores.
[En aquellos años finales del siglo XIX, el médico residía en la casa número 23 de la calle Real, luego conocida como "casa de Víctor y Petra"]
No sabemos si influido por aquellos desagradables acontecimientos de enero de 1892, el médico Gregorio Monzón abandonó Huérmeces antes del verano de aquel mismo año, camino de su siguiente destino, Castrillo de Murcia. También pudiera ser que Gregorio ya hubiera solicitado una nueva plaza con anterioridad a aquellos sucesos.
Tampoco sabemos en qué quedó el asunto judicial, si los vecinos lapidadores de ventanas resultaron sancionados u obligados a reponer los cristales rotos, o si el expediente languideció guardado en un cajón del juzgado municipal y fue el Ayuntamiento el que tuvo que hacerse cargo de la factura del cristalero.
Lo que sí es seguro es que Huérmeces se quedó sin médico. La estancia de Gregorio Monzón en nuestro pueblo había durado seis años (1886-1892)
GREGORIO MONZÓN, UN MÉDICO RURAL QUE ACABÓ INSTALÁNDOSE EN LA CAPITAL PROVINCIAL
Gregorio Monzón García había nacido el 20 de marzo de 1843 en la localidad vallisoletana de Torrecilla de la Orden (Tierra del Vino, Medina del Campo). Era hijo de Bonifacio Monzón Teresa (San Juan del Monte) e Isabel García Berganza (Torrecilla de la Orden).
Gregorio realizó sus estudios de medicina en la Universidad de Valladolid entre 1868 y 1872, obteniendo la reválida del grado de facultativo de segunda clase en 1877, cuando contaba con una edad de 34 años.
Hacia el año 1876 habría contraído matrimonio con Ricarda Fernández Báscones (Sasamón, 1851). La pareja trajo al mundo -que sepamos- a cuatro hijos Monzón Fernández: Alberto (1877), Joaquín (1878), Mercedes Isabel (1879) y Bernarda (1884), nacidos en Valladolid los dos primeros y en Santa Eufemia del Arroyo los dos últimos.
Tras prestar sus servicios médicos en la ciudad de Valladolid (1877-1878) y en el pueblo de Santa Eufemia del Arroyo (1879-1884), Gregorio y su esposa decidieron solicitar destinos en la provincia de Burgos, ya que Ricarda era natural de Sasamón y en Olmos de la Picaza residían dos hermanos: Domingo (dependiente) y Braulio Fernández Báscones (párroco de Olmos)
Suponemos que Huérmeces fue su primer destino burgalés, ya que sabemos que en 1886 se encontraba prestando sus servicios en nuestro pueblo. A Huérmeces llegó para sustituir al médico anterior, Cipriano Andrés, que aquí había estado destinado durante unos seis años (1879-1885).
En Huérmeces, Gregorio estuvo destinado durante unos seis años (1886-1892). Desde nuestro pueblo partió hacia Castrillo de Murcia, localidad en la que prestó sus servicios durante otros seis años (1892-1898). Allí entabló un contencioso -por impagos- con el Ayuntamiento, que acabó con su destitución como médico del pueblo.
No encontramos nuevas referencias de Gregorio Monzón hasta 1911, cuando aparece destinado en Poza de la Sal, localidad en la que vuelve a aparecer en otra reseña de 1913.
En 1917 aparece como médico de Villalmanzo y, ese mismo año, en noviembre, se anuncia su llegada a la ciudad de Burgos, con la intención de abrir una consulta particular en la capital provincial. Gregorio contaba ya con una edad de 75 años, por lo que suponemos que dejó de prestar sus servicios como médico de la sanidad "pública" para pasarse a la más lucrativa -y cómoda- sanidad "privada"
El anuncio aparece publicado varias veces entre el 17 de diciembre de 1917 y el 2 de enero de 1918. Ignoramos si la consulta no funcionó como se esperaba o si, simplemente, la ya avanzada edad de Gregorio no hizo posible la continuidad de la misma.
Gregorio Monzón falleció en Burgos en 1923, a los 81 años de edad. Su viuda, Ricarda Fernández Báscones, que era nueve años más joven, falleció en la capital burgalesa cuatro años después, en 1927, a los 76 años de edad.
ANEXOS
I. MÉDICOS DE HUÉRMECES EN LAS ÚLTIMAS DÉCADAS DEL SIGLO XIX Y PRIMERAS DEL XX
Tal y como sucedía con curas y maestros, varios fueron los médicos que pasaron por nuestro pueblo en aquellos tiempos de entre siglos. Unos duraron más (hasta 20 años en el cargo), otros lo hicieron menos (apenas 3 años), junto con otros que ni siquiera aparecen en la literatura oficial, ya que su paso por el pueblo resultó efímero.
Era habitual que, tanto en el Boletín Oficial de la provincia como en la prensa local, aparecieran anuncios insertados por el Ayuntamiento de turno, proclamando las bondades de la plaza de médico vacante en el pueblo: dotación económica supuestamente alta, saneada casa, buenas comunicaciones con otros pueblos del mismo distrito médico, abundancia de vecinos pudientes, pagos en especie (fanegas de trigo, sacas de paja, leña), etc.
Sirvan como ejemplo seis anuncios de vacantes para la plaza de médico de Huérmeces (1883, 1885, 1891, 1893, 1898 y 1919):
| BOPBU, 15 noviembre 1885 (alcalde: Mariano Hidalgo) |
| BOPBU, 28 mayo 1891 |
| Diario de Burgos, 25 marzo 1919 (alcalde: Ángel Hidalgo) |
Los médicos destinados en Huérmeces durante aquellas décadas finales del siglo XIX y primeras del XX fueron los siguientes:
- Cipriano Andrés Díez (1819-Burgos, 1897): médico de Villafruela (1865-1868), Huérmeces (1879-1885) y Palacios de la Sierra (1890-1896)
- Gregorio Monzón García (Torrecilla de la Orden, 1842-Burgos, 1923): médico de Valladolid (1877-1878), Santa Eufemia del Arroyo (1879-1884), Huérmeces (1886-1892), Castrillo de Murcia (1892-1898), Poza de la Sal (1911-1913), Villalmanzo (1917) y Burgos (1917)
- Demetrio Ruíz Quecedo (Burgos, 1852-1912): médico de Villalmanzo (1879), Cebrecos (1887), Zael (1891-1892), Prádanos de Bureba (1892-1894), Huérmeces (1895-1897), Padilla de Arriba (1898), Tordueles (1902-1903) y Villegas (1908-1909)
- Rogelio Pérez Domingo (Ibeas de Juarros, 1873-Pineda de la Sierra, 1952): médico de Huérmeces (1897-1916), Rioseras (1916-1924) y Sotresgudo (1924-1947)
- Zacarías Conde García (Burgos, 1893-1970), médico de Huérmeces (1916-1919) y Burgos (1919-1967)
- Adrián López Daza (Toro, 1882-Burgos, 1975): médico de Santa Cruz de Juarros, Huérmeces (1919-1925) y Revilla del Campo.
Cada uno de los médicos del listado tuvo que hacer frente a alguno de los episodios epidémicos más virulentos de aquellos años, tales como la difteria de 1893 (14 niños fallecidos entre febrero y marzo), la gripe de 1890 (15 fallecidos entre febrero y mayo) y la gripe "española" de 1918 (6 fallecidos en octubre).
Algunos también tuvieron que afrontar impagos por parte de las autoridades locales, con los consiguientes pleitos. Y otros, finalmente, tuvieron que hacer frente a intentos de agresión por parte de algún vecino airado (y quizás no muy aireado).
Por todo ello, puede considerarse que el colectivo de médico rural era, junto con el de maestro de escuela, uno de los más azarosos de aquellos años, por lo que supongo que sus peripecias continuarán llenando páginas y páginas de este blog.
II. LA EN OCASIONES ARRIESGADA PROFESIÓN DE MÉDICO RURAL
Además del referido evento del apedreamiento de las ventanas de la casa del médico de Huérmeces (enero de 1892), hemos encontrado otro suceso similar en el entorno de nuestro pueblo.
El Diario de Burgos publicó en su edición del día 27 de febrero de 1929 una reseña informativa que, dentro de la crónica enviada por el corresponsal en Santibáñez Zarzaguda, llevaba por título "Una salvajada". Su texto íntegro decía así:
"en la noche del día 24 fue llamado urgentemente el médico titular de esta villa don Lázaro García, para prestar asistencia facultativa a una enferma en el inmediato pueblo de Huérmeces; al regreso de este pueblo, encontró en la carretera un poste de conducción eléctrica colocado trasversalmente y tal vez con el fin criminal de que volcase el automóvil del facultativo que, afortunadamente, y por haber sido visto por el conductor del vehículo, solo ocasionó una trepidación del carruaje al pasar con escasa velocidad por el obstáculo interpuesto."
Nada se añadió a esta reseña en días siguientes, por lo que nos quedamos sin conocer a los posibles autores, motivaciones y circunstancias del suceso.
[Lázaro García González (Santibáñez Zarzaguda 1883-1976) fue médico de la villa durante cincuenta y tres años (1907-1960); también fue alcalde de Santibáñez durante -al menos- tres periodos diferentes: 1930-1931, 1936-1938 y 1949-1952; además de Santibáñez, los pueblos incluidos en su distrito médico eran Avellanosa del Páramo, Ros, Las Celadas, Las Rebolledas y La Nuez de Abajo]
[en aquellos años se celebraban unas afamadas ferias de ganado en Santibáñez Zarzaguda, coincidiendo con la festividad del Santo Ángel de la Guarda (1 de marzo); quizás en este dato se encuentre el origen del "atentado" contra el médico del pueblo, aunque no hemos encontrado epidemias humanas ni epizootias en aquellas fechas, que pudieran justificar la suspensión de algún acto lúdico programado durante las citadas ferias]
FUENTES
-Archivo Diocesano de Burgos: libros parroquiales de Huérmeces: Libro de Finados VII (1881-1915)
-Archivo Municipal de Huérmeces: padrón de cédulas personales 1886, 1907 y 1914; padrones de población 1896, 1899 y 1924
-Biblioteca Digital de Castilla y León: Boletín Oficial de la provincia de Burgos, Diario de Burgos
-Biblioteca Virtual de Prensa Histórica: El Castellano, El Papa-Moscas, Boletín Oficial de la provincia de Valladolid
-Páginas especializadas en genealogía: familysearch, geneanet
AGRADECIMIENTOS
A Héctor Hernando Arce, por proporcionarme el expediente académico de Gregorio Monzón García


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