En pleno páramo, en el límite entre los términos de Masa y Moradillo de Sedano, en un apartado y escondido paraje, en la esquina de una parcela de pastizal casi completamente rodeada de pinar, existe una solitaria construcción hace tiempo arruinada.
Ortofoto Sigpac (Julio 2014) |
El acceso más sencillo lo constituye el camino de la Cuesta Colorada, que parte
de la curva que la carretera de Masa a Poza de la Sal dibuja en el paraje Peña Viruela, muy cerca del vértice geodésico allí levantado. Este
camino, de dirección predominante sur-norte, se dirige derecho a las densas y
extensas plantaciones de pino existentes en esta zona del Páramo de Masa.
Al llegar al pinar de Otorruyo, el camino vira ligeramente hacia el oeste, y allí, en un
lugar denominado Valdelamajada, tras
casi 3 km
de recorrido desde la carretera, se encuentra la arruinada construcción.
Ortofoto Bing Maps (2010) |
Al llegar al lugar y observar el singular emplazamiento de la caseta, lo primero que te viene a la mente es relacionarla con las importantes masas de pinar de repoblación que la rodean por tres de sus costados.
Las masivas plantaciones de pino realizadas en este
sector del Páramo de Masa a finales de los años 50 o primeros de los 60 del
siglo pasado, supusieron un considerable trasiego de
mano de obra, necesaria en una época en la que las plantaciones se realizaban a mano.
Los trabajos de plantación comenzaban a mediados de
otoño, y se alargaban durante el resto de esta estación y parte del invierno.
Todos conocemos las condiciones meteorológicas del páramo durante gran parte
del otoño-invierno: viento, lluvia y nieve, y más aún en aquellos años en los
que el cambio climático aún no había atemperado sus parámetros.
Masa, el pueblo más cercano a las zonas de
plantación, se encuentra a unos 5 kilómetros, por lo que sería lógico levantar
en el lugar algún tipo de construcción que sirviera de refugio temporal para
las cuadrillas de pineros, gentes en algunos casos venidas de
muy lejos.
Pero nada más lejos de la realidad. En el propio
pueblo de Masa nos sacan del error. La caseta es posterior a las plantaciones
de pinos, y no tiene nada que ver con lo forestal.
A mediados de los años 60, Santiago, un labrador
natural de Dobro que había acabado por radicarse en Masa, levantó esta construcción con
la idea de utilizarla como almacén de aperos de labranza.
Tras un par de décadas, el almacén dejó se servir
para su cometido principal, ya que un buen día Santiago decidió fijar su residencia en una localidad de Andalucía, dónde había sido contratado para trabajar en una explotación agrícola. La caseta quedó abandonada a su suerte, y el tiempo y el invierno
del Páramo de Masa hicieron el resto.
La construcción, de unas dimensiones considerables
(9 x 13 metros),
está levantada en muros de mampostería
en barro, de medio metro de espesor, con esquinas en fábrica de ladrillo
hueco doble. La cubierta, a base de vigas de madera, fue lo primero que se vino abajo. Los muros de piedra, a
pesar de la buena labor de mampostería realizada por el cantero, tienen los
días contados.
Pese a su efímera existencia como almacén, la Caseta de Santiago, al tratarse de la única construcción
de importancia en kilómetros a la redonda, acabó por convertirse en un hito cartográfico.
Incluso encontraremos caseta y rótulo en alguna edición de la denominada serie "provincial" (1:200.000); aunque desaparezca ya en las más modernas (6ª edición, 2015).
En la última edición de la serie 1.25.000 (Hoja 167-I), que data del año 2009, el hito permanece, quizás ya para siempre.
La cartografía -y su brazo armado, el IGN- como ente inmortalizador. ¿A quien no le gustaría ver, algún día, su nombre -o el de algún familiar querido- rotulado en negrita en un viejo mapa?
APÉNDICE:
Se puede incluir a la Caseta de Santiago dentro del trazado de una bonita excursión de unos 24 o 25 kilómetros de recorrido circular:
Serie Provincial del IGN (1:200.000) |
En muchos de los mapas
editados en las tres últimas décadas por el Instituto Geográfico Nacional (IGN) al símbolo clásico de construcción (pequeño cuadrado en rojo) le acompaña -rotulado en negrita- su nombre: Caseta de Santiago.
Así sucede en la primera edición de la serie 1:25.000 (hoja 167-I), que data de 1996. Lo mismo sucede con la segunda edición de la serie 1:50.000 (hoja 167), que data del año 2007 (la primera edición de esta serie se remonta al año 1941 y, lógicamente, en ella no aparece caseta alguna).
La caseta también aparece -en esta ocasión con símbolo pero sin rotulo- en la serie 1.50.000 del Servicio Geográfico del Ejército (1983).
Así sucede en la primera edición de la serie 1:25.000 (hoja 167-I), que data de 1996. Lo mismo sucede con la segunda edición de la serie 1:50.000 (hoja 167), que data del año 2007 (la primera edición de esta serie se remonta al año 1941 y, lógicamente, en ella no aparece caseta alguna).
La caseta también aparece -en esta ocasión con símbolo pero sin rotulo- en la serie 1.50.000 del Servicio Geográfico del Ejército (1983).
Hoja 167-I del MTN 1:25.000 (IGN, 2009) |
Incluso encontraremos caseta y rótulo en alguna edición de la denominada serie "provincial" (1:200.000); aunque desaparezca ya en las más modernas (6ª edición, 2015).
En la última edición de la serie 1.25.000 (Hoja 167-I), que data del año 2009, el hito permanece, quizás ya para siempre.
Hoja 167-I del MTN 1:25.000 (IGN, 1996) |
Hoja 167 del MTN 1:50.000 (2007) |
Hoja 19-9 del Servicio Geográfico del Ejército (1983) |
La cartografía -y su brazo armado, el IGN- como ente inmortalizador. ¿A quien no le gustaría ver, algún día, su nombre -o el de algún familiar querido- rotulado en negrita en un viejo mapa?
APÉNDICE:
Se puede incluir a la Caseta de Santiago dentro del trazado de una bonita excursión de unos 24 o 25 kilómetros de recorrido circular:
- partiendo del pueblo de Masa, por el camino que trascurre paralelo a la carretera de Poza, por su izquierda, en unos 2 km se llega al arranque del camino de la Cuesta Colorada; en otros 3 km se alcanza la Caseta de Santiago
- a la izquierda del pinar que rodea la construcción por su parte trasera, parte un camino que, en una leve ascensión, culmina el páramo y continúa por el arranque del barranco de La Tenada, dónde existe una pequeña balsa de agua y unos viejos corrales (1,5 km)
- después de medio kilómetro, el camino se introduce por fín en el vallejo formado por el arroyo del Pardo para, en unos 2,5 km de descenso, llegar al cruce con el arroyo de Ruyuela, que desciende desde Quintanaloma.
- aquí tenemos la posibilidad de acercarnos al pueblo de Moradillo de Sedano (0,8 km) para admirar la espectacular portada románica de la iglesia de San Esteban
- de vuelta al cruce de caminos, en unos 1,8 km de suave ascensión por un sombreado camino (que discurre paralelo a la nada sombreada carretera) alcanzamos Quintanaloma, un pueblo que sorprende por lo cuidado de su caserío
- antes de entrar en el pueblo, podemos refrescarnos en el lavadero y el caño de agua que viene de la Fuente Vieja
- para volver a Masa tenemos dos opciones (ambas de unos 12 km): en bicicleta: por la carretera local que en 5 km se encuentra con la Masa-Poza, y en otros 7 km de carretera comarcal llegaremos a nuestro destino
- andando: primero 4 km por la carretera local de Quintanaloma, de escaso tráfico, y luego por el camino que bordea los pinares de La Mayuela y Las Mochas, siempre en dirección SW, para alcanzar el pinar de Otorruyo y regresar a Masa por el mismo camino de la Cuesta Colarada que trajimos en la ida.
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