En consonancia con su nombre, la comarca de Los Páramos es rica en zonas altas y llanas, totalmente desprovistas de vegetación arbórea y de población humana. Un lugar ideal para que visitantes de otros planetas realizaran incursiones exploratorias. O quizás para que poderosas fuerzas armadas extranjeras ensayaran sus artilugios de última generación.
El caso es que, durante la década de los setenta del siglo pasado, se registraron numerosos avistamientos de objetos extraños -anormalmente luminosos y de meteórica movilidad- en las altas parameras de La Comarca y en muchos otros lugares del país.
De entre todos, los dos más cercanos y que destacan tanto por su proyección informativa como por la fiabilidad de los testigos oculares, son:
- Avistamiento de Quintanaortuño, el 1 de enero de 1975
- Avistamiento del Páramo de Masa (Montorio), en septiembre de 1977
Ambos ocuparon amplio espacio en la prensa escrita local y nacional, e incluso hasta la televisión de la época ("Más allá", el recordado programa de Jiménez del Oso) se interesó por ellos.
El avistamiento de Quintanaortuño (del que hace poco se ha celebrado su 40 aniversario) reviste el interés añadido de que sus testigos eran personas que se encontraban realizando la mili, por lo que las autoridades militares tuvieron pronto y directo conocimiento de los hechos.
Poco después de las seis de la madrugada del primer día de 1975, cuatro jóvenes que realizaban el viaje de Torrelavega a Burgos por la carretera del Escudo para reincorporarse a la Academia de Ingenieros, en la que estaban cumpliendo el servicio militar, observaron un cuerpo incandescente con forma troncocónica, flotando muy cerca de la intersección entre la carretera nacional por la que circulaban y la antigua comarcal entre Burgos y Bilbao por Villarcayo.
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Al llegar al cuartel, muy impactados por el avistamiento, informaron del hecho a sus superiores. Aquella misma tarde, un comandante del ejército, en compañía de los cuatro soldados y agricultores de la zona, visitaron el lugar exacto del suceso. Había unos 300 metros cuadrados de terreno calcinado y ahoyado, que resultaron visibles durante los cinco meses siguientes.
Al día siguiente, dos periodistas (uno de ellos, el entonces joven y desconocido Pedro J. Ramírez) acudieron al lugar y comprobaron que suelo y subsuelo estaban calcinados. El reportaje sobre el evento, con fotografías del terreno quemado, fue publicado en la revista La actualidad española. Hasta Capitanía General tuvo que emitir una nota informativa a los pocos días.
Los cuatro soldados fueron sometidos a interrogatorios por separado en los días siguientes, llegando incluso a utilizarse detectores de mentiras. El Estado Mayor Central del ejército, quince días después del suceso, emitió un informe oficial (22 folios, incluyendo los interrogatorios) que hoy ya está desclasificado, por lo que se ha podido acceder a su contenido.
Lo cierto es que hoy -más de cuarenta años después- no ha podido aún aventurarse ninguna explicación seria acerca del origen del suceso.
Menos conocido resulte, quizás, el avistamiento del Páramo de Masa, realizado por parte de cinco miembros de la misma familia (Serna), vecinos de la localidad de Montorio, en Septiembre de 1977.
A eso de las dos de aquella madrugada otoñal, cuando los Serna se encontraban -a bordo de su Land Rover- realizando una batida contra jabalíes que estaban dañando una finca, divisaron un objeto circular muy luminoso, al que en un principio confundieron con la Luna (llena aquella noche).
Pronto se dieron cuenta de que no se trataba de nuestro satélite, ya que el disco luminoso realizó un descenso vertiginoso hacia ellos, hasta iluminar poderosamente una amplia zona del páramo. Su tamaño era de grandes dimensiones y los cinco observadores quedaron anodadados durante unos breves instantes. Acto seguido, el objeto se alejó a la misma vertiginosa velocidad, en dirección Oeste.
Aunque en principio, prudentemente, decidieron no contar a nadie el suceso, cambiaron de opinión al día siguiente, al aparecer en la prensa la noticia de que se había realizado un avistamiento en Portugal, a una hora similar a la que se produjo el suyo.
Por el descomunal tamaño del objeto descrito, algún ufólogo aventuró que pudiera tratarse de un avistamiento de nave nodriza o portadora.(!¡)
Poco después de las seis de la madrugada del primer día de 1975, cuatro jóvenes que realizaban el viaje de Torrelavega a Burgos por la carretera del Escudo para reincorporarse a la Academia de Ingenieros, en la que estaban cumpliendo el servicio militar, observaron un cuerpo incandescente con forma troncocónica, flotando muy cerca de la intersección entre la carretera nacional por la que circulaban y la antigua comarcal entre Burgos y Bilbao por Villarcayo.
Los Andrinales, lugar aproximado en el que se produjo el avistamiento de Quintanaortuño (1de enero de 1975) |
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Al llegar al cuartel, muy impactados por el avistamiento, informaron del hecho a sus superiores. Aquella misma tarde, un comandante del ejército, en compañía de los cuatro soldados y agricultores de la zona, visitaron el lugar exacto del suceso. Había unos 300 metros cuadrados de terreno calcinado y ahoyado, que resultaron visibles durante los cinco meses siguientes.
Al día siguiente, dos periodistas (uno de ellos, el entonces joven y desconocido Pedro J. Ramírez) acudieron al lugar y comprobaron que suelo y subsuelo estaban calcinados. El reportaje sobre el evento, con fotografías del terreno quemado, fue publicado en la revista La actualidad española. Hasta Capitanía General tuvo que emitir una nota informativa a los pocos días.
Los cuatro soldados fueron sometidos a interrogatorios por separado en los días siguientes, llegando incluso a utilizarse detectores de mentiras. El Estado Mayor Central del ejército, quince días después del suceso, emitió un informe oficial (22 folios, incluyendo los interrogatorios) que hoy ya está desclasificado, por lo que se ha podido acceder a su contenido.
Lo cierto es que hoy -más de cuarenta años después- no ha podido aún aventurarse ninguna explicación seria acerca del origen del suceso.
Menos conocido resulte, quizás, el avistamiento del Páramo de Masa, realizado por parte de cinco miembros de la misma familia (Serna), vecinos de la localidad de Montorio, en Septiembre de 1977.
A eso de las dos de aquella madrugada otoñal, cuando los Serna se encontraban -a bordo de su Land Rover- realizando una batida contra jabalíes que estaban dañando una finca, divisaron un objeto circular muy luminoso, al que en un principio confundieron con la Luna (llena aquella noche).
Pronto se dieron cuenta de que no se trataba de nuestro satélite, ya que el disco luminoso realizó un descenso vertiginoso hacia ellos, hasta iluminar poderosamente una amplia zona del páramo. Su tamaño era de grandes dimensiones y los cinco observadores quedaron anodadados durante unos breves instantes. Acto seguido, el objeto se alejó a la misma vertiginosa velocidad, en dirección Oeste.
Aunque en principio, prudentemente, decidieron no contar a nadie el suceso, cambiaron de opinión al día siguiente, al aparecer en la prensa la noticia de que se había realizado un avistamiento en Portugal, a una hora similar a la que se produjo el suyo.
Por el descomunal tamaño del objeto descrito, algún ufólogo aventuró que pudiera tratarse de un avistamiento de nave nodriza o portadora.(!¡)
Y después de aquella febril actividad extraterrestre de los años setenta, el fenómeno fue decayendo progresivamente hasta nuestros días, en los que prácticamente ha desaparecido.
Es sencillo especular en cuanto a los posibles motivos por los que los avistamientos de ovnis han desaparecido de la actualidad informativa. Los tres más evidentes podrían ser:
- En los años setenta, el avistamiento de ovnis constituía una novedad, y pronto se puso de moda, por lo que las noticias de este tipo vendían, y mucho. Y el público era ávido de estos temas, totalmente entregado a la causa.
- En plena Guerra Fría, proliferaban los artilugios espía utilizados por las fuerzas armadas; y más en un país, como España, utilizado como base militar por uno de los bandos.
- El hecho de que se haya encontrado explicación racional para muchos de estos supuestos avistamientos, ha ocasionado que la gente se haya vuelto más escéptica, y tienda a quitarle importancia a este tipo de fenómenos.
Todo lo anterior está muy bien, pero no dejan de ser meras especulaciones. Probablemente, el motivo fundamental por el que naves procedentes de otros mundos han dejado de visitar La Comarca es mucho más evidente: la proliferación de parques eólicos.
Los marcianos, quijotes ellos, han tomado los molinos
por poderosas armas defensivas (una especie de barreras tritura-ovnis) y han
preferido encaminar sus innatas tendencias invasoras hacia otros planetas menos
desarrollados tecnológicamente que el nuestro.
!Ah, cuán en deuda está La Comarca con el mundo eólico!...
Páramo de Los Tremellos: un calvero en forma de círculo perfecto, en mitad de un gran campo de cereal. ¿Señales? ¿Evidencia de un aterrizaje? No; exceso de nitrógeno. O de herbicida. |
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Referencias informativas:
Avistamiento de Quintanaortuño: 40 aniversario:
burgosconecta.es, 31/12/2014, el misterio del ovni aún sin esclarecer
Avistamiento del Páramo de Masa (Montorio):
BANDA SONORA
No resulta nada complicado encontrar una canción acorde con el tono pretendidamente desenfadado de este post. En el año 1996 se estrenó Mars Attacks!, una película que, dirigida por Tim Burton, obtuvo disparidad de critica y éxito relativo de público, para acabar por convertirse en una especie de peli de culto.
Dentro de su banda sonora destaca un tema que no fue compuesto expresamente para la película. Se trata de It's Not Unusual, un viejo éxito (1965) del no menos veterano cantante galés Tom Jones (1940), también conocido como "El Tigre de Gales", un irreductible don Juan que se jactaba de perfumarse con dinamita. En la película no solo aparece su famosa canción, sino que él mismo interpreta un papelito: el de Tom Jones. No tiene desperdicio la escena final de la peli, con el cantante -trajeado en riguroso azul marino- emergiendo de una cueva, justo a tiempo de que le rinda pleitesía un amplio despliegue faunístico. El renacido galán de Gales contonea levemente sus caderas, reconvertido en una especie de Noé de secano, con un halcón en el brazo, haciendo las veces de paloma. Impagable.
Excelente artículo! Además de informativo y ameno, tiene un remate simpático que me hizo reír. Gracias y reciba mi saludo fraterno desde California.
ResponderEliminarque ha sido de aquellos militares yo les conoci en el cir 11 de vitoria
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