sábado, 19 de agosto de 2023

Julián Alonso, el criado farol que se fugó de la casa de su amo en Las Celadas (1861)


Nos encontramos en 1861, reinaba en España la oronda figura de Isabel II, y gobernaban el país los miembros de un partido político denominado Unión Liberal, bajo la presidencia del general O'Donell. Los militares jugando a políticos, algo habitual durante gran parte del siglo XIX y en tiempos mucho más cercanos. 

Aquel de 1861 resultó ser un año revuelto. En Andalucía, los campesinos andaban soliviantados y, el 28 de junio, protagonizaron la denominada Sublevación de Loja. Un numeroso grupo de jornaleros, encabezados por el veterinario Rafael Pérez del Álamo y al grito de "Viva la República y muera la Reina", asaltaron el cuartel de la Guardia Civil de Iznájar. La revuelta se extendió por diversas localidades granadinas y finalizó el 4 de julio. La represión sobre los  cabecillas de la revuelta se materializó en el fusilamiento de 116 personas.


La comida de los segadores (Millet, 1853). Museum of Fine Arts, Boston

El día 14 de julio de 1861, el Boletín Oficial de la provincia de Burgos publicó una circular (la nº 203) que no hace sino transcribir al pie de la letra la Orden emitida por el Ministro de la Gobernación del Reino (José Posada Herrera) con fecha de 10 de julio, haciendo referencia a los sucesos de Loja, y dictando una serie de instrucciones para evitar que se repitieran en el país sucesos de similar gravedad. La Orden ocupaba casi dos páginas completas de las cuatro de que constaba cada ejemplar del boletín provincial.

De todas formas, lo que ha llamado nuestra atención sobre ese ejemplar en concreto del boletín provincial ha sido otra circular (la nº 206) de mucha menor extensión (apenas 17 líneas) y nula relevancia a nivel nacional: 




Julián Alonso había nacido en Huérmeces en el año 1837, siendo el octavo de los nueve hijos del matrimonio formado por Mariano Alonso y María Fernández. Muchas bocas para tan poco terrazgo.

En aquellos tiempos, si resultabas ser un niño que destacaba en el colegio por sus cualidades intelectuales, podías ingresar en una institución religiosa para "seguir estudiando" y, de paso, consagrar tu vida a la causa de la congregación de turno.

Si no era el caso, tendrías que salir muy joven "a servir" fuera del pueblo. En el caso de las chicas, a una casa de la capital. En el de los chicos, a la de cualquier labrador pudiente del entorno inmediato.

Para una humilde familia de labradores, tener hijos "sirviendo" suponía ahorrarse los gastos de manutención (comida, ropa y calzado, principalmente) y gozar de los pequeños ingresos que aquellos enviaran a casa.

En una sociedad patriarcal, muchos de aquellos hijos sirvientes tendrían escasa capacidad de negociación con el amo, y serían sus padres los que estipularan las condiciones del acuerdo servicial. El salario sería en dinero y en especie, aunque una parte importante de aquel comprendería la manutención del joven criado.

Cuando un criado se fugaba de casa del amo, era como si un hijo menor de edad abandonara sin permiso el hogar paternal, por lo que el cabeza de familia denunciaba el caso como si  de aquello se tratara.

Julián, con 24 años de edad (y no 21, como se afirma en la circular), se encontraba sirviendo como criado en el cercano pueblo de Las Celadas. Seguramente, aún estaban recientes en su memoria los tres años de servicios a la patria. Desconocemos si, en aquel año de 1861, aún vivían sus padres (Mariano y María); caso de hacerlo, ambos tendrían una edad de 60 años.

Por motivos que desconocemos, Julián decidió dejar la casa de su "amo". Puede que se sintiera mal pagado, mal alimentado o mal tratado, o las tres cosas a la vez. Y en aquellos años, aunque fueras ya mayor de edad, se te declaraba "en fuga", como si de un común delincuente se tratara.

Desconocemos cómo finalizó el asunto, si Julián fue finalmente detenido y no tuvo más remedio que volver a casa del amo, o si retornó a Huérmeces, a la casa familiar, y el asunto de la fuga pudo arreglarse de alguna manera.

Lo que sí sabemos es que Julián, apenas tres años y medio después (febrero de 1865), se casó en Huérmeces con Gregoria Fernández Crespo (Hces, 1840).

También sabemos que en aquellos años se dedicaba al oficio de carretero-carpintero, prestando sus servicios en el cercano pueblo de Los Tremellos. Allí nacieron sus dos primeros hijos: María (1866) y Ceferino (1868). Poco tiempo después, se estableció en Huérmeces, dónde nacieron otros dos hijos: Eugenio (1873) y Mariano (1878).

En los padrones de población de Huérmeces correspondientes a los años 1896 y 1899 Julián (que ya tendría 59 y 62 años de edad) figura como labrador, por lo que suponemos que o bien había abandonado el oficio de carretero o bien lo ejercía a tiempo parcial. En aquellos años, el carretero "oficial" del pueblo era Domingo Arribas Serna (Hces, 1872), y así consta en los citados padrones. 

Julián Alonso enviudó hacia el año 1910 y falleció en 1915, a la entonces avanzada edad de 78 años. Casi toda su vida (excepto los años pasados en Las Celadas y en Los Tremellos) residió en la casa número 20 de la calle de la Plaza, luego conocida como "casa de José y Mónica". José era su nieto. Hoy en día, la casa sigue en manos de la familia Alonso Fernández.

Julián Alonso, el criado que se fugó de la casa de su amo, era mi tatarabuelo por línea materna.


APUNTES GENEALÓGICOS

Julián Alonso Fernández (Hces, 1837-1915)

Padres:

  • Mariano Alonso Espinosa (Hces, 1801)
  • María Fernández Espinosa (Hces, 1801)
Abuelos paternos:
  • Facundo Alonso Arce (Ruyales del Páramo, 1780)
  • Gertrudis Espinosa Fontúrbel (Hces, 1780)
Abuelos maternos:
  • Manuel Fernández Tudanca (Hces, 1780)
  • Vicenta Espinosa Fontúrbel (Hces, 1778)
Hermanos:
  • Dominica Alonso Fernández (Hces, 1822)
  • Manuel Alonso Fernández (Hces, 1824)
  • Aquilina Alonso Fernández (Hces, 1826)
  • Ramón Alonso Fernández (Hces, 1828)
  • María Alonso Fernández (Hces, 1830)
  • Teresa Alonso Fernández (Hces, 1833)
  • Luisa Alonso Fernández (Hces, 1835)
  • Bonifacia Alonso Fernández (Hces, 1839)
Esposa:
  • Gregoria Fernández Crespo (Hces, 1840); boda en 1865, en Huérmeces
Hijos:
  • María Alonso Fernández (Los Tremellos, 1866)
  • Ceferino Alonso Fernández (Los Tremellos, 1868)
  • Eugenio Alonso Fernández (Hces, 1873-1940)
  • Mariano Alonso Fernández (Hces, 1878-1889)

APÉNDICES

LAS AUTORIDADES

Francisco de Otazu, gobernador civil de Burgos durante casi cinco años (1858-1863), en una época en la que lo normal era durar apenas medio año en ese cargo; alavés de nacimiento, perteneciente a una noble y acomodada familia, ocupó diversos cargos en los gobiernos civiles de Cuenca (1835), Guipúzcoa (1844), Barcelona, Málaga, Granada y Cádiz; Gobernador civil de Guadalajara (1857-1858) y Vizcaya (1858), antes de recalar en Burgos.

José Posada Herrera, (Llanes, 1814-1885): jurista y político que fue miembro de las más altas instituciones del país durante los años sesenta y setenta del siglo XIX. Fue miembro del Consejo Real, embajador de España ante la Santa Sede (1868), presidente del Congreso de Diputados (1876), presidente del Consejo de Ministros (1883-1884), senador (1884-1885) y, sobre todo, ministro de la gobernación durante varios de los gobiernos de la Unión Liberal del general Leopoldo O'Donell, entre los años 1858 y 1866. Mientras ocupaba este último cargo fue denominado "el gran elector", dadas su falta de escrúpulos y la gran habilidad mostrada para que en las elecciones se mantuviera el tan denostado control gubernamental sobre el resultado de aquellas. 


CRIADOS FUGADOS DE CASA DE SUS AMOS: UN HECHO RELATIVAMENTE HABITUAL EN AQUELLOS TIEMPOS

Por lo observado en el Boletín Oficial de la provincia de Burgos de aquellos años (tercer cuarto del siglo XIX), era relativamente común la inserción de "Circulares", emitidas por el Gobierno de la Provincia, en las que se reclamaba la detención y puesta a disposición de los alcaldes de aquellos "criados" que se hubieran "fugado" de casa de sus "amos".

En la mayoría de los casos, se trataba de personas menores de edad (en aquellos años, la mayoría de edad se alcanzaba a los 21 años), aunque también había jóvenes mayores de edad. Estas "circulares" compartían espacio con otras que ya adquirían -en algunos casos- categoría judicial, al ser reclamadas personas fugadas de cárceles y penales, menores de edad fugados de la casa paterna, quintos reclamados por las cajas de recluta, personas con deficiencias físicas o psíquicas, pastores que abandonaron su rebaño...

En algunos casos, al criado fugado se le acusaba de haberlo hecho en compañía de enseres y efectos pertenecientes a su amo, por lo que el caso también adquiría caracteres penales.

A título de ejemplo, incluimos una tabla conteniendo alguno de los numerosos casos de "criados fugados de la casa de sus amos" que figuran en diversas circulares emitidas por el Gobierno de Burgos entre los años 1851 y 1874, y publicadas en el Boletín Oficial de Burgos (a partir de 1857 denominado Boletín Oficial de la Provincia de Burgos).




En cada circular aparece un apartado titulado "señas" en el que se describen los principales caracteres físicos y la vestimenta de la persona buscada. Se pueden leer cosas tales como: 

  • estatura: corta, regular, alta, medida en pies y pulgadas ...
  • cara: redonda, regular ...
  • nariz: roma, corta, regular, grande, grande y ancha ...
  • color de pelo: moreno, castaño ...
  • color y tamaño de los ojos: castaños, rojos, grandes, "garzos" ...
  • labios: abultados ...
  • color de piel: "bueno", trigueño, moreno, "bazo-enfermizo", ...
  • otros detalles: bien parecido, barba nada, ...
  • vestimenta: borceguíes blancos, pantalón y chaqueta de paño rojo, paño pardo, chaleco de mahón, gorra de piel, sombrero negro bajo, gorra de pellejo, vestía "al uso del país", calzado de mujer
En el caso de que el "criado fugado" se hubiera llevado efectos personales y bienes propiedad del "amo", también se procedía a su descripción: un macho, una mula cargada de aceite y jabón, una badana, dos camisas, gorro a cuadros que sirve de pasamontañas ...


Herguijuela de Ciudad Rodrigo (salamancartvaldia.es)



OTRO CRIADO FAROL FUGADO DE LA CASA DE SU AMO (SASAMÓN, 1851)

En el cuadro anterior aparece otro joven criado natural de Huérmeces, Lorenzo Santa María Ornilla, nacido en 1823, y que tendría una edad de 27-28 años en aquel 1851.

Lorenzo tuvo la fortuna o la desdicha de ser criado de un cura (Eugenio Herrera, uno de los cuatro curas que soportaba la parroquia de Sasamón en aquellos años); Lorenzo, además de fugarse de casa del cura, se llevó consigo unos cuantos efectos personales del sacerdote, por lo que se solicitaba su captura y puesta a disposición del entonces gobernador de Burgos (Manuel Martínez González, gobernador interino).

Así lo recoge una circular del Gobierno de Burgos, publicada en el Boletín de fecha 22 de julio de 1851:






En la circular se afirma que Lorenzo era huérfano de padres, y que su curador (tutor) era Luis González, vecino de Huérmeces; suponemos que se trata de Luis González Bárcena (Hces, 1797) que, en aquel año de 1851, tendría una edad de 53-54 años.

También se dice que Lorenzo habría servido con anterioridad en una casa de Puente Arce (provincia de Santander), y que allí seguramente se encontraría el criado buscado.

En la circular se dice que "los alcaldes de esta provincia, destacamentos de Guardia Civil y empleados del ramo de P. y S.P. procederán a la captura de Lorenzo Santa María"; en aquellos tiempos, por empleados de protección y seguridad pública se entendía a los miembros de lo que luego serían denominadas como policías (municipal, local, nacional, armada...), diferenciadas de la Guardia Civil, de carácter militar.


FUENTES

Boletín Oficial de Burgos (1833-1856)

Boletín Oficial de la provincia de Burgos (1857-1874)

"Sirvientes y criados en el mundo rural de la España interior, 1700-1860. Desigualdad social y dependencia". Francisco García González. Mundo Agrario vol. 18, nº 39. Universidad Nacional de La Plata (Argentina, 2017)

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