Puede resultar sorprendente
la casi total ausencia de "Huérmeces" en cuanto a apellido toponímico. En
cualquier listado moderno, bien sea telefónico, postal, oficial, necrológico o
estadístico, no encontrarás persona alguna que porte dicho apellido.
La recurrida base
de datos del INE (Nombres y Apellidos) nos aclara que, en la actualidad, no
existen en España personas que se apelliden "Huérmeces",
ni como primero ni como segundo apellido.
Digo que esta ausencia resulta sorprendente porque no fue tal en tiempos pasados. En diversos documentos de los siglos
XIV al XVI encontraremos muchas personas que portaban el apellido "Huérmeces"
(en su forma arcaica: "Guermeces"), aunque es cierto que el concepto de apellido ha cambiado mucho
desde entonces.
Así, en el archivo
de la Catedral de Burgos, encontramos varios personajes con el apellido Guermeces; también sabemos que un abad de Cardeña lo portaba, tal y como figura en documentos varios:
-Juan de Guérmeces, abad de Cardeña (1370-1419)
-Pedro Fernández de Guérmeces, racionero (1398)
-Pedro González de Guérmeces, capellán del nómero
(1421)
-Juan González de Guérmeces, vecino de Burgos (1421)
-Martín González de Guérmeces, procurador (1421)
-Pedro Gutiérrez de Guérmeces, tundidor (1442)
-Fernando de Guérmeces, espadero (1470)
-Bernardino de Guérmeces, clérigo de Palencia (1491)
-Pedro Martínez de Guérmeces, beneficiado de San
Nicolás (1494)
-Juan de la Plaza de Guérmeces, vecino de Burgos
(1495)
-Fernando Sánchez de Guérmeces (1503)
-Rodrigo de Guérmeces, escritor apostólico (1503)
-Ruiz Sánchez de Guérmeces (1511)
-Francisco de Guérmeces, fiscal (1535)
A partir del último
tercio del siglo XVI, el apellido "Guermeces" se va haciendo más infrecuente, hasta llegar prácticamente a desaparecer en el XVIII.
Por eso, sorprende gratamente la repentina reaparición del apellido, ya en su grafía moderna ("Huérmeces"), durante la primera década del siglo XX.
Por eso, sorprende gratamente la repentina reaparición del apellido, ya en su grafía moderna ("Huérmeces"), durante la primera década del siglo XX.
Diario de Burgos, 19 de julio de 1906 |
El Diario de Burgos,
en su edición del 19 de julio de 1906, incluye la habitual reseña con la relación de nacimientos, matrimonios y defunciones inscritos en el Registro Civil el día anterior; entre los nacidos, un nombre llama nuestra atención: Federico Santa
María Huérmeces [en aquellos años el apellido Santamaría se consignaba
en su forma compuesta]
La historia se podría
haber quedado ahí, como una curiosidad más: la simple constatación de que
Huérmeces había rebrotado (mutando la "g" por la "h") como apellido toponímico a principios del siglo XX.
Diario de Burgos, 31 de marzo de 1930 |
Pero esta pequeña historia parece que tuvo una mayor continuidad.
En otra reseña del Diario, datada casi 24 años más tarde (DB, 31 de marzo de 1930),
encontramos el siguiente titular: "Desde Francia, un burgalés busca
a su madre". Creo que merece la pena la transcripción completa de
la misma:
Desde un pueblecito
de Francia, nos escribe un burgalés con objeto de ver, si con nuestra
mediación, consigue encontrar a su madre, a la que no ha conocido nunca.
Con mucho gusto
cumplimos el encargo, y celebraremos consiga sus justos deseos.
Se llama el individuo
Federico Santa María Huérmeces y, por lo que manifiesta, debió de ser entregado
en la Casa Provincial de Beneficencia de esta ciudad, el 18 de julio de 1905,
puesto que en esa fecha del corriente año dice cumplirá los veinticinco.
[obviamente, se trata
de un error de cálculo del periodista: Federico estaba por cumplir 24 años, ya que nació el 18 de julio
de 1906, tal y como recoge la antes mencionada reseña del DB de fecha 19 de julio de 1906]
A los dos meses se
hicieron cargo de la criatura Domingo Pérez y Leonarda Santa María, de San
Pantaleón del Páramo, los que le sirvieron de padres y a quienes muestra su
sincero agradecimiento, por haberle criado y educado honradamente. (3)
A los diez y seis
años salió del pueblo y, después de pasar muchas penalidades, sentó plaza y
sirvió en Regulares de Ceuta.
Al licenciarse marchó
a Francia, donde está de dependiente en un comercio, pero se acuerda de su
patria, a la que sin embargo ningún interés le liga, y encontrándose solo en el
mundo, echa de menos el cariño de una madre, a la que tiene vehementes deseos
de conocer.
Su dirección es la
siguiente: Épicerie-Mercerie Chausseres, Etienne Verniolle, Lavelanet (Arigo) [Ariège] Francia.
Hoy, ya nada podemos hacer por ayudar a Federico a encontrar a su madre. Lo que sí podemos es
agarrarnos a esta curiosa historia, y rebuscar un poco más en Google, porque nunca
se sabe qué pueden esconder los archivos digitales.
Y la red, una vez
más, no defrauda. En una web relativa al recuerdo de anarquistas que fueron víctimas de la
represión franquista, encontramos:
Se trata claramente de la misma persona, ya que, además de coincidir nombre y
apellidos, concuerdan totalmente los datos relativos a la edad: ya sabemos que Federico nació
un 18 de julio de 1906 (una premonitoria fecha para su triste final) por lo que, cuando
fue detenido, acababa de cumplir los 30 años de edad.
Todo parece indicar que, en algún momento durante el primer quinquenio de los años treinta, Federico decidió volver a Burgos desde la localidad francesa de Lavelanet; quizás porque alguien logró aportarle alguna información relativa a su madre biológica, quizás porque el advenimiento de la República le ilusionó sobremanera; quizás, simplemente, porque la morriña por su tierra pudo con él.
Al llegar a Burgos, Federico se buscó la vida trabajando como peón de albañil; contrajo matrimonio; tuvo un hijo; se afilió al sindicato anarquista, donde ocupó cargos directivos, y acabó pagando con su vida por este último hecho.
Al llegar a Burgos, Federico se buscó la vida trabajando como peón de albañil; contrajo matrimonio; tuvo un hijo; se afilió al sindicato anarquista, donde ocupó cargos directivos, y acabó pagando con su vida por este último hecho.
Federico fue detenido, en su casa (calle de San Esteban nº 1), el 25 de julio de 1936, apenas siete días después del golpe militar. En el penal de Burgos permaneció en situación de preso preventivo hasta el día 7 de octubre de 1936, fecha en la que se recibe una orden del gobernador civil indicando al director del penal que sea excarcelado.
La "saca" de este día afectó a un total de 25 presos "puestos en libertad". En realidad, fueron entregados al comandante de caballería José Íñigo, que los condujo en una camioneta, esposados, hasta un lugar del monte de Estépar, donde fueron vilmente ejecutados.
LA RAZÓN DE UNOS APELLIDOS:
Cuando un recién nacido era entregado a la beneficencia, suponemos que sería una de las monjas que allí trabajaba la que impondría nombre y apellidos al neonato. También pudiera ser que, a veces, fuera el funcionario del Registro Civil el que aportara su granito de arena, sobre todo ante una posible duda o vacilación de la citada monja. No resulta muy complicado realizar algunas conjeturas acerca de los porqués del nombre y apellidos de Federico Santa María Huérmeces.
Nombre (Federico):
Quizás sea la suposición más obvia de todas: según el santoral cristiano, el día 18 de julio se celebra, entre otras, la onomástica de San Federico de Utrecht, y en aquellos tiempos se seguía la cristiana costumbre de otorgar como nombre de pila del recién nacido el de uno de los santos del día en cuestión.
Primer apellido (Santa María):
En las casas de beneficencia de aquellos años, era relativamente frecuente otorgar al neonato un apellido con el nombre de un santo, una santa o una virgen, en un pío intento por proteger o curar al niño de las numerosas enfermedades que le acecharían o atacarían; Santa María fue uno de los más socorridos, sobre todo en la ciudad de Burgos, ya que conviene recordar que la iglesia catedral a ella está consagrada.
Segundo apellido (Huérmeces):
En aquellos años (y hasta no hace muchos), lo normal hubiera sido otorgarle a Federico el término "Expósito" a modo de segundo apellido. La circunstancia de niños con los apellidos "Santa María Expósito" [Santa María, expósito] resultaba entonces bastante frecuente, apareciendo continuamente en reseñas de prensa y listados de todo tipo.
Pero alguien decidió que, en el caso de Federico, su segundo apellido fuera peculiar. Aquí ya debemos elevar el nivel de la conjetura, echándole incluso un poco de imaginación al asunto. Puede que una de las monjas que prestaban sus servicios en la beneficencia de la capital burgalesa fuera natural de nuestro pueblo; o que lo fuera alguna que otra apreciada hermana de su misma congregación. Recordemos que si hay algo que Huérmeces haya regalado al mundo, y con profusión, eso han sido frailes, monjas, misioneros y curas.
Si tu imaginación es algo más retorcidilla, puedes incluso elucubrar con la posibilidad de que la monja supiera o sospechara del origen cierto del neonato, y quisiera dejar una pista para que alguien, el día de mañana -quizás el propio protagonista, quizás un bloggero farol del siglo XXI- intentara seguir el hilo.
Como los hechos, a veces, obedecen a la más simple de las causas, tampoco descartemos la posibilidad de que la monja otorgara a Federico el apellido Huérmeces única y exclusivamente porque fuera lo primero que le vino a la cabeza aquella lejana -y seguramente calurosa- mañana del 18 de julio de 1906; apremiada por el funcionario del Registro Civil sobre cual iba a ser el segundo apellido de la criatura, nuestra monja soltó Huérmeces como podría haber soltado Castrillo, Úrbel, Ubierna o Montorio. O quizás fuera el funcionario del registro el que ayudara a la sor en su vacilación: "póngale Huérmeces, hermana, que es un bonito lugar". No pretendo trivializar el momento, sino únicamente proponer supuestas motivaciones.
Huérmeces era una localidad relativamente conocida en la comarca burgalesa, y no muy alejada ni mal comunicada con la capital. Varios eran los regidores y potentados de la capital ligados desde antiguo a nuestro pueblo; bien por ser o haber sido propietarios de tierras, molinos, casas, torres o palacios; bien por ser o haber sido destino habitual de sus jornadas de caza y pesca. No nos puede sorprender, pues, el hecho de que el término "Huérmeces" fuera relativamente popular en el Burgos de la época.
Si nos fijamos en la alta prevalencia del término "Huérmeces", en cuanto a su aparición en la prensa escrita de finales del siglo XIX y principios del XX, nos haremos una idea aproximada de la relativa importancia del pueblo dentro de un contexto comarcal o, incluso, provincial.
LA HISTORIA CONTINÚA:
Aunque los breves apuntes
biográficos que de Federico existen nos dicen que el
joven militante de CNT tenía una hijo cuando fue detenido, todo parecía indicar que el apellido Huérmeces se hubiese extinguido con su temprana muerte.
Diario de Burgos, 22 de julio de 1912 |
Pero, una vez más, la pequeña
historia del apellido Huérmeces continúa algo más allá. Pocos años después de
Federico, otro nacimiento fue consignado en el Registro Civil con los mismos apellidos: Julia Santa
María Huérmeces. El Diario de Burgos recoge el apunte en su edición de 22 de
julio de 1912.
Si no conociéramos la
historia de Federico y el supuesto origen de sus apellidos, podríamos suponer que se trataba de una hermana, nacida
seis años más tarde que él. No sabemos si se trata de otra criatura entregada a la beneficencia en el momento de nacer, aunque eso es lo que parecen indicar sus apellidos.
No volvemos a encontrar referencias sobre Julia, por lo que cabe suponer que su nombre aparecía erróneamente consignado en la reseña del diario, ya que en años posteriores (1919, 1943 y 1954) aparecen nuevas reseñas, aunque únicamente referidas a
Julio Santamaría Huérmeces. La de marzo de 1919, en concreto, hace referencia a un niño llamado "Julio Huérmeces [sic], de seis años de edad", coincidiendo claramente con la edad que tendría la criatura nacida hacia el 22 de julio de 1912.
Curiosamente, Julio Santamaría Huérmeces también aparece en el mismo listado de represaliados burgaleses que Federico ("saca" del 1 de octubre de 1936), aunque aquel tuvo más fortuna que este, ya que salió con vida del evento.
Por último, en la edición del 20 de noviembre de 1959, el Diario de Burgos recoge la noticia de la imposición del distintivo de plata a tres miembros del Orfeón Burgalés, uno de los cuales resulta ser Julio Santamaría Huérmeces.
Por último, en la edición del 20 de noviembre de 1959, el Diario de Burgos recoge la noticia de la imposición del distintivo de plata a tres miembros del Orfeón Burgalés, uno de los cuales resulta ser Julio Santamaría Huérmeces.
Y a partir de esa fecha, de nuevo, el silencio administrativo más absoluto. No he sido capaz de encontrar nuevas referencias al apellido Huérmeces, y mira que lo he intentado.
EL DEFINITIVO OCASO DE UN APELLIDO:
Sabemos que Federico tenía un hijo en el momento de su ejecución; desconocemos si Julio tuvo descendencia. En todo caso, el apellido Huérmeces habría
quedado relegado a un tercer lugar, por lo que ya no figuraría en registros comerciales, civiles
ni eclesiásticos y será imposible constatar su pervivencia en nuestros días.
Será el ocaso definitivo de un
apellido que, aparentemente, mantuvo cierta pujanza allá por los siglos XV y XVI, quizás al
compás de la propia pujanza del pueblo. No podemos negar que tiene su poesía el hecho de su fugaz y sorpresivo renacimiento, ya en los albores del siglo XX; sobre todo si dicho renacer se hubiera debido a la mera ocurrencia de una monja de la beneficencia o de un funcionario del Registro Civil.
De un abad de Cardeña a un
militante anarquista, pasando por un miembro del Orfeón Burgalés. Quizás algún
día podamos añadir algo más a esta tan interesante como, a veces triste, historia.
NOTAS:
(1) Por lo que aparece en viejos documentos, pudiera pensarse que, en tiempos pasados existió una frecuente tendencia a utilizar el toponímico "Huérmeces" en su supuesta forma abreviada: "Güemes".
(1) Por lo que aparece en viejos documentos, pudiera pensarse que, en tiempos pasados existió una frecuente tendencia a utilizar el toponímico "Huérmeces" en su supuesta forma abreviada: "Güemes".
Recordemos que "Guermeces" era la forma arcaica del actual toponímico "Huérmeces" y que, por lo tanto, la forma abreviada bien pudiera haber sido "Güemes".
Por otra parte, tampoco debemos olvidar el hecho de que en Cantabria existe una pequeña localidad denominada "Güemes" (municipio de Bareyo, a unos 12 km al este de Santander), algo que puede contribuir a generar confusiones y errores de consignación entre el Güemes cántabro y la forma abreviada del Guermeces burgalés.
Entre las citas de "Güemes" claramente relativas a Huérmeces, anotamos tres ejemplos:
-en algún apunte biográfico relativo al obispo Pedro Fernández Zorrilla, aparece "Güemes, en el arzobispado de Burgos" como su localidad natal.
-en un pleito del año 1555, guardado en la Chancillería de Valladolid, aparece el personaje "Sancho Ruiz de Güemes, vecino de Guermeces", mientras que en otros documentos de la misma época aparece un tal "Sancho Ruiz de Guermeces", que pudiera tratarse de la misma persona.
-en algún que otro libro de historia ("Historia General de Francia"), al hablar de un episodio concreto de la "Guerra de la Independencia", aparece el término "Huermez" en clara referencia a Huérmeces.
Parece pues, muy socorrida la tentación de consignar Guermeces/Huérmeces en su forma abreviada: Güemes/Huermez. Yo mismo firmo las fotos de este blog con la abreviatura "Hces", con la única intención de ahorrar tiempo y espacio.
(2) Buscamos en la base de datos del INE (Nombres y Apellidos) otros apellidos toponímicos referidos a pueblos del entorno de Huérmeces; en muchos casos, la base de datos registra personas que los portan como apellido primero, segundo o ambos; así tenemos:
Abajas (109, 56, 0); Arroyal (137, 126, 0); Avellanosa (35, 11, 0); Boada (2857, 2648, 26); Brullés (41, 43, 0); Bustillo (2587, 2617, 17); Castrillo (4231, 3984, 68); Celada (1828, 1837, 33); Celadilla (116, 141, 5); Fontúrbel (59, 71, 0); Fuenteúrbel (0, 11, 0); Hormaza (226, 192, 0); Icedo (22, 21, 0); Lodoso (92, 77, 0); Masa (2222, 2121, 39); Mata (20240, 19936, 161); Manciles (21, 14, 0); Mansilla (6023, 6307, 99); Melgosa (848, 810, 5); Miñon (436, 460, 11); Montorio (212, 183); Mozuelos (54, 48, 0); Nidáguila (38, 29, 0); Nuez (2345, 2332, 24); Olmos (9742, 9235, 119); Páramo (1899, 1960, 11); Pantaleón (316, 334, 0); Pedrosa (7977, 8273, 76); Quintana (29185, 29735, 405); Quintanilla (4907, 4677, 36); Rad (45, 61, 0); Rioseras (78, 77, 0); Robredo (769, 763, 8); Talamillo (45, 61, 0); Valcárcer (6, 0, 0), Valcárcel (5407, 5358, 38); Villatoro (1420, 1462, 12); Villaverde (7941, 7599, 69); Zumel (300, 264, 0)
Para otros muchos toponímicos relativos a pueblos del entorno no existen registros como apellido (o lo hacen en un número inferior a 5 personas por provincia o a nivel nacional): Acedillo, Borcos, Castromorca, Cernégula, Espinosilla, Fuencivil, Fuente Úrbel, Hontomín, Hormazuela, Hormicedo, Huérmeces, La Parte, Marmellar, Peñahorada, Quintanadueñas, Quintanajuar, Quintanarruz, Rebolledas, Sotragero, Trashaedo, Tremello/Tremellos, Úrbel, Villagonzalo, Villalonquéjar, Villarmero, Villaute, Villayerno.
(3) Para rizar el rizo aún más acerca de la historia de Federico, cabe añadir que sus padres adoptivos, Domingo Pérez y Leonarda Santamaría, junto con otros dos hijos, trabajaron como pastores en Huérmeces entre los años 1925 y 1950. En los padrones de 1940 y 1950 aparecen domiciliados en Mercado y Ondovilla, respectivamente:
(3) Para rizar el rizo aún más acerca de la historia de Federico, cabe añadir que sus padres adoptivos, Domingo Pérez y Leonarda Santamaría, junto con otros dos hijos, trabajaron como pastores en Huérmeces entre los años 1925 y 1950. En los padrones de 1940 y 1950 aparecen domiciliados en Mercado y Ondovilla, respectivamente:
-Domingo Pérez Díez (Montorio, 1882)
-Leonarda Santamaría (San Pantaleón del Páramo, 1881)
-Marceliano Pérez Santamaría (San Pantaleón del Páramo, 1918)
-Margarita Pérez Santamaría (San Pantaleón del Páramo, 1924)
El padre, Domingo, falleció entre 1940 y 1950, sustituyéndole como pastor su hijo Marceliano.
Dado que el propio Federico afirmó, en su emocionada carta al Diario de Burgos, que abandonó Pantaleón a la edad de dieciséis años (1922), parece seguro que nuestro protagonista nunca llegó a residir en el pueblo cuyo toponímico portaba como segundo apellido.
(4) Nuevas reseñas encontradas: el Diario de Burgos, en su edición de 12 de marzo de 1934, recoge los nacimientos comunicados por el Registro Civil de la capital: entre ellos, el de Victoria Villana Huérmeces. No he podido encontrar posteriores referencias sobre esta persona. En los censos electorales de la provincia de Burgos de 1936 y 1946 aparecen: Julio Santamaría Huérmeces (23 y 33 años; zapatero y jornalero), Anselmo Huérmeces Villalaín (66, empleado), Anacleto Sebastiano Huérmeces (25, sastre)
(5) EPÍLOGO (MARZO DE 2023): como ya hemos comprobado en otras ocasiones, el paso del tiempo puede traer nuevas sorprendentes, que contradicen a parte de lo supuesto hasta ahora: puede que Federico Santamaría Huérmeces no fuera ejecutado en una de las tristes "sacas" de los primeros días de la guerra; puede que saliera de la cárcel y pusiera tierra de por medio con el Burgos de aquellos tiempos; puede que, al finalizar la guerra, se estableciera en Vizcaya, que tuviera dos hijos más y que llegara a viejo, falleciendo a mediados de los años setenta del pasado siglo. Quizás algún día podamos dar más detalles de este inesperado giro de los acontecimientos. Y sirva también este ejemplo para no tomarse nunca al pie de la letra lo postulado por algunos libros, por muy sesudos que sus autores sean.
FUENTES CONSULTADAS:
- Diario de Burgos, 19 de julio de 1906: nacimientos consignados en el Registro Civil el día anterior: Federico Santa María Huérmeces
- Diario de Burgos, 22 de julio de 1912: nacimientos consignados el día anterior en el Registro Civil: Julia [sic] Santa María Huérmeces.
- Diario de Burgos, 31 de marzo de 1919: personas atendidas el día anterior en la Casa de Socorro: Julio Huérmeces [sic], de 6 años.
- Diario de Burgos, 31 de marzo de 1930: Desde Francia, un burgalés busca a su madre. Federico Santa María Huérmeces, Lavelanet (Ariège), Francia.
- Diario de Burgos, 21 de julio de 1943: matrimonios consignados en el Registro Civil el día anterior: Julio Santamaría Huérmeces con Irene González Ballesteros.
- Diario de Burgos, 20 de noviembre de 1959: entrega de los distintivos de plata a miembros del Orfeón Burgalés: Julio Santa María Huérmeces.
- Archivo del MOSA (Diputación Provincial de Burgos): Documentación de Julio Santamaría Huérmeces, relativa a la participación en las pruebas de acceso a la plaza de maestro zapatero. Convocatoria de 1954 (2326-38).
- Diario de Burgos, 12 de marzo de 1934: Registro Civil-Nacimientos: Victoria Villana Huérmeces.
- La Guerra Civil en Burgos. Fusilados, detenidos y represaliados en 1936. Fernando Cardero Azofra y Fernando Cardero Elso. Olivares-Libros Antiguos. Burgos (2009) [páginas 132-134]
- Guerra Civil y violencia política en Burgos (1936-1943). Isaac Rilova Pérez. Editorial Dossoles. Burgos (2001) [página 192]
PÁGINAS WEB
CONSULTADAS:
LAVELANET: localidad
y comuna francesa, sita en el departamento de Ariège, distrito de Foix, región
Midi-Pyrénées; en la actualidad, la localidad cuenta con una población de unos
6000 habitantes; en los años treinta, cuando Federico Santa María Huérmeces trabajaba
de dependiente en la Épicerie-Mercerie Chausseres, rondaba los 5000. Lavelanet se
encuentra muy cerca de la zona de los castillos cátaros, y le separan de Burgos
unos 600 km, hoy de recorrido casi íntegro por autovías y autopistas de peaje;
en los años 30, sin embargo, un viaje muy largo y penoso. Como curiosidad adicional, cabe citar la relación
existente entre Lavelanet y la actriz y cantante francesa Marie Laforêt (Maïtena Marie Brigitte
Douménach, 1939-2019), cuyo abuelo por vía paterna (Louis Douménach) descendía de la zona y tenía
un negocio en el mismo Lavelanet. Sería demasiada casualidad que el negocio hubiera sido una épicerie-mercerie.
BANDA SONORA:
Puede que el post de hoy case bien con alguna que otra canción de cierto tono melancólico, y qué mejor ocasión para escuchar un viejo tema de Marie Laforêt, cantante que, por cierto, falleció en noviembre del año pasado.
Este hit de 1973 se trata, en realidad, de una versión del tema
"Rain, Rain, Rain" (1973), interpretado en inglés por el cantante, compositor y productor musical de origen alemán Bernd Simon, que pasó a la historia con el operístico nombre de Simon Butterfly.
La letra de "Viens, Viens" nos habla del desesperado llamamiento que un hijo (o hija) hace a su padre, en un intento por convencerlo de que vuelva al hogar, con su familia, dejando atrás la loca aventura amorosa que le ha trastornado. La vieja historia de la canita al aire, que tanto juego ha dado al mundo de la música, de la literatura y de la vida en general.
Otros hits de Marie Laforêt fueron "La Plage" o "Les Vendanges de l'amour", grandes éxitos de 1965 y 1963, respectivamente. Esta última canción tiene su correspondiente versión en castellano, interpretada por la propia Laforêt; a algunos quizás les suene el estribillo: olvidemos nuestro enfado, olvidemos nuestro enfado y volvamos al amor; porque si no es a tu lado, porque si no es a tu lado, dónde voy a estar mejor...
NOTA FINAL: Mientras dure el confinamiento, Hces-blog retomará su antigua periodicidad semanal; por dos principales motivos: el primero, suponer que los posibles seguidores de este blog disponen de más tiempo libre para leer sus contenidos; el segundo, que quien esto escribe también dispone de más tiempo libre, y mucho se teme que a la carpeta titulada "futuros posts" le revienten las costuras. Todos los sábados, pues, una nueva entrada aquí, en Hces-blog.
La letra de "Viens, Viens" nos habla del desesperado llamamiento que un hijo (o hija) hace a su padre, en un intento por convencerlo de que vuelva al hogar, con su familia, dejando atrás la loca aventura amorosa que le ha trastornado. La vieja historia de la canita al aire, que tanto juego ha dado al mundo de la música, de la literatura y de la vida en general.
Otros hits de Marie Laforêt fueron "La Plage" o "Les Vendanges de l'amour", grandes éxitos de 1965 y 1963, respectivamente. Esta última canción tiene su correspondiente versión en castellano, interpretada por la propia Laforêt; a algunos quizás les suene el estribillo: olvidemos nuestro enfado, olvidemos nuestro enfado y volvamos al amor; porque si no es a tu lado, porque si no es a tu lado, dónde voy a estar mejor...
NOTA FINAL: Mientras dure el confinamiento, Hces-blog retomará su antigua periodicidad semanal; por dos principales motivos: el primero, suponer que los posibles seguidores de este blog disponen de más tiempo libre para leer sus contenidos; el segundo, que quien esto escribe también dispone de más tiempo libre, y mucho se teme que a la carpeta titulada "futuros posts" le revienten las costuras. Todos los sábados, pues, una nueva entrada aquí, en Hces-blog.
Como las anteriores entradas MUY INTERESANTE. Esperamos la siguiente.
ResponderEliminarMuy bien escrito, muy interesante y muy agradable.
ResponderEliminarMarie Laforêt, además de cantante fué actriz, muy hermosa e inteligente
Mucho mejor. En lugar de 15 días sera semanal.
Nos tienes enganchados cada 15 días al blog. Un gran trabajo
ResponderEliminarCuriosa la historia de Federico, y más que le adoptasen una familia de San Pantaleón, lo que puede apoyar más que haya cierta relación entre la monja y el pueblo, y de ahí que buscase una familia de acogida de la zona.
Un gran trabajo, una referencia documental el que haces, al recoger la cosas de nuestro entorno del Valle del Urbel
Muchas gracias por vuestros comentarios. Ya sabéis que son el combustible necesario para seguir escribiendo.
ResponderEliminarEstimado José Luis Díez. Soy un vecino de La Piedra y sigo con asiduidad tu blog. Me parece que tus trabajos son un ejemplo de rigor y estilo y un estímulo para poner al día la historia y la vida de los pueblos del valle del Úrbel. Me pongo en contacto contigo para comunicarte que en el curso de mis investigaciones sobre La Piedra ha aparecido algunas veces el pueblo de Huérmeces (actas del concejo, libros del catastro del Marqués de la ensenada...) No es una relación muy estrecha la que existió entre los dos pueblos pero algún vínculo ha habido. Te remito a la página web https://sites.google.com/site/illampetramlapiedra/(con poner illampetram en el buscador valdrá) donde aparecen los enlaces a los documentos de los que hablo, sólo en parte trasladados a documentos digitales.
ResponderEliminarTu blog se encuentra entre los enlaces de interés de la página merecidamente pues me ha servido de orientación a la hora de elaborarla.
Un saludo afectuoso. Joaquín Vicario
Muchas gracias por tus comentarios, Joaquín. Ya conocía la página web relativa a La Piedra y debo confesar que, cuando comencé con el blog de Huérmeces, me sirvió de gran ayuda y me dio pistas sobre los sitios web en los que podría encontrar información relativa a Huérmeces, sobre todo en temas de cartografía. Le echaré un vistazo a los enlaces de documentos que mencionas, seguro que encuentro algo interesante. Es cierto que, a pesar de pertenecer al mismo valle y estar relativamente cercanos, Huérmeces y La Piedra no han tenido una relación muy estrecha que digamos. Y también es cierto que tenéis sitios como Valdehayas, que merecen más de una visita. Suelo pasar todos los años por ahí, casi siempre en compañía de otros "faroles" y espero seguir haciéndolo muchos años más, si es que salimos de esta.
ResponderEliminarUn cordial saludo,
José Luis
Hola. Interesante blog. Gracias. Mi bisabuela era de Treviana, un pueblo de la Rioja al lado del mío, Cerezo de Río Tirón en Burgos. Se apellidaba Güemes y siempre pensé que sus antepasados serían de Güemes en Cantabria. Haciendo el árbol genealógico he encontrado diferentes formas del apellido: Huermedes, Guermedes, Hermes, y por supuesto Güemes/z. Casi he llegado al origen, y me he encontrado que provenían de Rubiales del Páramo, que parece era una manera antigua de escribir Ruyales, pedanía de Huermeces. Así que eran burgaleses y no cántabros.
ResponderEliminarSu información me lo acaba de confirmar. Gracias.