Entre la ciudad de Burgos y el puerto de Santander, el camino más importante fue, durante mucho tiempo, el que discurría por Úrbel del Castillo y Reinosa. Era el denominado Camino Real de Santander.
Durante la Edad Media solo permitía su uso por caballerías, ya que no era sino un camino de herradura, utilizado principalmente por la arriería. Las carretas también podían usarlo, aunque en muchos tramos era necesario el trasvase de su carga a lomos de mulas.
A mediados del siglo XVIII se hizo necesario renovarlo y mejorarlo completamente, para permitir su uso continuado por la carretería.
Fue el camino más utilizado para el transporte del vino y del trigo, productos básicos de los que carecía Santander. También fue muy utilizado para el transporte de la lana que promovía el Consulado de Burgos. En sentido contrario, viajaron pastel, hierro y pescado.
El tramo de Camino Real entre Burgos y Úrbel del Castillo disponía, en su primera mitad, de dos ramales principales, originados al poco de que el trazado abandonara la ciudad por la puerta de San Martín, en la porción NW de la muralla:
- ramal izquierdo: por Quintanadueñas, Arroyal, Mansilla, Miñón, Ros, Venta de Valtrasero, Portillo del Caracol y Úrbel del Castillo.
- ramal derecho: por Villarmero, Sotragero, Villanueva de Río Ubierna, Huérmeces y Ruyales del Páramo, para unirse con el anterior a unos 2 km antes del Portillo del Caracol, entrando juntos en Úrbel del Castillo.
El mayor uso de un ramal sobre el otro dependía, sobre todo, del estado de los puentes que cruzaban el río Úrbel; principalmente, del puente que existía en las cercanías de Miñón y del denominado puente del barrio La Parte, en Huérmeces.
Ambos trazados presentaban importantes repechos, entre los que destacaban el que ascendía al páramo de Ros, y el que lo hacía al Alto la Cruz, en Huérmeces.
Precisamente han sido alguno de los tramos en cuesta los únicos restos que aún perduran del viejo Camino Real. El mejor conservado es, sin duda, el del Portillo del Caracol, entre Ruyales y Úrbel, aunque el del Alto la Cruz entre Huérmeces y Ruyales, tampoco le queda a la zaga.
Los tramos llanos, tanto en las parameras como en los valles, han desaparecido casi completamente, engullidos o cubiertos por los nuevos caminos de concentración y las nuevas fincas resultantes; también las nuevas carreteras, trazadas sobre todo durante la primera mitad del siglo XX, han enterrado algunos tramos del Camino Real.
A veces, sin embargo, algún tramo olvidado aparece nítidamente en una fotografía aérea. Esto es lo que sucede en la zona septentrional del páramo de Los Tremellos, muy cerca ya del término de Ruyales.
Sigpac (Agosto 2017) |
En una de las cuestas que descienden del páramo hacia el valle del recién nacido río Ruyales, llama la atención un tramo verde que, de algo menos de 200 metros de longitud, atraviesa diagonalmente la casi totalidad de la finca en la que se enclava.
No lleva mucho tiempo comprobar que se trata del viejo camino que unía Ros con Úrbel del Castillo, esto es, el ramal izquierdo del viejo Camino Real de Burgos a Santander.
Planimetrías para la zona de Los Tremellos (1917) |
Minutas de la hoja 167 del MTN50 (1928) |
En diversos mapas realizados a principios del siglo XX aparece nítidamente dibujado el citado camino, rotulado como "Camino de Úrbel del Castillo a Ros" o como "Camino Real del Páramo".
Después de descender la cuesta del páramo de Los Tremellos, el camino cruzaba al joven Ruyales y se dirigía a Valtrasero, allí donde una venta prestó sus servicios hasta finales del siglo XIX o principios del XX.
El tramo de camino superviviente, visto desde el páramo de Ruyales |
Todo lo anterior es sencillo de constatar en fotos aéreas y en viejos mapas, pero a nivel del terreno el asunto cambia completamente. Pocos vestigios quedan para interpretar que por allí pasó, durante varios siglos, todo un Camino Real.
Zona explanada, correspondiente a la antigua "caja" del camino real |
Apéndice inferior del camino |
Vista lateral del tramo inferior del camino superviviente |
Al patear el terreno, sobre todo en la parte superior del recorrido, parece adivinarse la presencia de la antigua "caja" del camino, hoy completamente invadida de vegetación (roble quejigo, sobre todo) y piedras.
Otra porción en la que se conserva la "caja" y parte del empedrado |
De todas formas, resulta milagrosa la supervivencia de este tramo de camino, tras la concentración parcelaria que sufrió el término de Los Tremellos en los primeros años ochenta del pasado siglo. Desconocemos los motivos por los que alguien decidió "salvar" este pedazo de camino.
Quizás la "caja" del mismo había creado un excesivo desnivel entre la zona superior y la inferior, haciendo muy costosa la explanación. Quizás la acumulación de piedras y vegetación era tan grande que imposibilitó su retirada, incluso con la potente maquinaria ya existente por entonces.
O quizás, queremos pensar, pura ficción, algún ingeniero del IRYDA, sensible a planteamientos conservacionistas, decidió que lo más correcto era indultar a este pedazo de histórico camino y al pequeño ecosistema que se había comenzado a originar a su vera.
El resto de la antigua vaguada, visto desde la zona culminar del páramo, se dirige hacia el antiguo camino, al que cruzaba |
En la zona superior del recorrido, después de describir una cerrada curva a derechas, el camino enfilaba hacia el sur, en dirección a Ros, atravesando longitudinalmente la totalidad del páramo existente entre aquel pueblo y Los Tremellos.
Justo en la curva, un pequeño arroyo cruzaba por debajo del camino; el arroyo había ocasionado una amplia vaguada que se extendía en dirección este, hasta la zona culminar del páramo.
Tanto el Camino Real como la vaguada han sido engullidos por la citada concentración parcelaria de los años ochenta. Aun así, de la vaguada se conserva un pequeño remedo, observable tanto en fotografía aérea como sobre el terreno.
Este año, las dos grandes fincas (unas 13,5 hectáreas) que ocupan este sector del páramo de Los Tremellos, no se han sembrado de cereal, por lo que es notable el contraste paisajístico que se observa al ascender por el viejo camino desde el valle del Ruyales.
Del verde primaveral de trigos y cebadas, pasando por la frondosidad de los robles, aulagas, fresnos y majuelos, que han colonizado la "caja" del viejo camino, al aspecto cuasi desértico de esta zona culminal del páramo.
FUENTES (ACERCA DEL CAMINO REAL DE BURGOS A SANTANDER):
Caminos burgaleses. Los caminos del Norte (siglos XV y XVI). Salvador Domingo Mena. Tesis doctoral. Universidad de Burgos (2015)
Justo en la curva, un pequeño arroyo cruzaba por debajo del camino; el arroyo había ocasionado una amplia vaguada que se extendía en dirección este, hasta la zona culminar del páramo.
Tanto el Camino Real como la vaguada han sido engullidos por la citada concentración parcelaria de los años ochenta. Aun así, de la vaguada se conserva un pequeño remedo, observable tanto en fotografía aérea como sobre el terreno.
Este año, las dos grandes fincas (unas 13,5 hectáreas) que ocupan este sector del páramo de Los Tremellos, no se han sembrado de cereal, por lo que es notable el contraste paisajístico que se observa al ascender por el viejo camino desde el valle del Ruyales.
Del verde primaveral de trigos y cebadas, pasando por la frondosidad de los robles, aulagas, fresnos y majuelos, que han colonizado la "caja" del viejo camino, al aspecto cuasi desértico de esta zona culminal del páramo.
FUENTES (ACERCA DEL CAMINO REAL DE BURGOS A SANTANDER):
Caminos burgaleses. Los caminos del Norte (siglos XV y XVI). Salvador Domingo Mena. Tesis doctoral. Universidad de Burgos (2015)
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