Una buena manera de comprobar la
evolución paisajística de un lugar es comparar fotografías separadas por un
lapso de tiempo suficientemente largo. Y tomadas desde -más o menos- el mismo
lugar.
Partiendo de una vieja fotografía en
color, realizada por un familiar en agosto de 1964, pensé en buscar, con la
foto en la mano, la localización aproximada desde la que se realizó. Así lo
hice, 25 años más tarde, en agosto de 1989.
He esperado otros 25 años para la
tercera foto (ya digital) y estos son los resultados. Espero tener paciencia y salud para
esperar otros 25 y comprobar las posibles sorpresas que nos pueda deparar esa futura cuarta foto.
¿Seguirá existiendo la fotografía digital? ¿Se habrá animado alguien a abrir -por fin- un negocio de turismo rural? ¿Seguirán operativos los molinos y los huertos solares? ¿Seguirá llevando agua el Urbel? ¿Seguirá pastando por los campos un rebaño de ovejas? ¿Seguirá teniendo Huérmeces ayuntamiento propio o formará parte de un hiper-municipio llamado, p.e., Vegas del Ubierna y del Urbel y Más Allá? ¿A cuantas decenas de parroquias tendrá que atender el cura de entonces? ¿Vivirá alguien en Huérmeces durante todo el año?
¿Seguirá existiendo la fotografía digital? ¿Se habrá animado alguien a abrir -por fin- un negocio de turismo rural? ¿Seguirán operativos los molinos y los huertos solares? ¿Seguirá llevando agua el Urbel? ¿Seguirá pastando por los campos un rebaño de ovejas? ¿Seguirá teniendo Huérmeces ayuntamiento propio o formará parte de un hiper-municipio llamado, p.e., Vegas del Ubierna y del Urbel y Más Allá? ¿A cuantas decenas de parroquias tendrá que atender el cura de entonces? ¿Vivirá alguien en Huérmeces durante todo el año?
Huérmeces, agosto de 1964 (Fotografía: Jesús Varona) |
Agosto 1964
Huérmeces tiene el aspecto de una
población típicamente rural de mediados de los años sesenta. Preponderancia
absoluta de tierras cultivadas. Hasta las poco productivas laderas del Páramo
están labradas. Habrá que esperar aún quince años para que se ejecute la
concentración parcelaria. En las eras se realiza el proceso de trillado y beldado.
Los chopos ribetean el Urbel, y se
vislumbran pequeños árboles en arroyos y linderos de fincas, así como en los
límites superiores del barrio de Mercado.
El caserío presenta un aspecto
uniforme, en el que predomina totalmente la piedra y la teja. Las
construcciones más modernas, realizadas en ladrillo, aparecen en el extremo
izquierdo de la fotografía: la casa del médico, la casa de los de Madrid, un
transformador, una cochera y alguna caseta en las eras.
Agosto 1989
Veinticinco años después, una vez
finalizado el proceso de “éxodo rural” de finales de los sesenta y setenta, el
caserío de Huérmeces ya no ofrece una imagen tan uniforme. Aparecen dos grandes
naves de nueva construcción: un almacén en parte del espacio que antes ocupaban
las eras y una nave ganadera y almacén de paja en la ladera del camino de
Castrillo. Se ha revocado y pintado la cochera antes de ladrillo.
En las eras han desaparecido alguna
de las casetas en las que se guardaban los útiles de trillado y beldado. En
ellas se ven modernos aperos y maquinaria, y siguen utilizándose como almacén
provisional de grano. En el centro de la foto, el popular Land Rover de
Valeriano.
Ya se ha realizado la concentración
parcelaria (1977-79), y las tierras de la ladera alta del Páramo, que no se han
visto afectadas por la misma, han sido abandonadas. En el conjunto de la
campiña, abunda algo más el color verde, destacando dos grandes fincas en la
parte baja.
Aparentemente, ha aumentado la
densidad de chopos y sauces que bordean el Urbel, aunque a finales de los
sesenta se realizaron trabajos de encauzamiento del río que acarrearon la
correspondiente corta de árboles y arbustos de ribera.
Huérmeces, octubre de 2014 |
Octubre 2014
La revolución de las “energías
limpias” ha llegado a Huérmeces. Aunque en el caserío no se observen cambios
muy apreciables, en los alrededores han hecho su aparición tres huertos solares
y cuatro parques eólicos. En la fotografía sólo se observan los molinos del Páramo
y uno de los huertos.
En la ladera desde la que está tomada la foto, aparecen una nueva nave ganadera y varios invernaderos. Algunas de las tierras de la ladera
superior del Páramo que aparecían abandonadas en la foto de 1989, han vuelto a
la vida. Las subvenciones de la
PAC obran estos milagros.
Parte del tejado y la linterna de la
cúpula de la iglesia lucen espléndidos, recién arreglados gracias al maná eólico.
En el caserío se aprecian tejados nuevos y nuevas construcciones, principalmente naves agrícolas
y “chalets”, estos últimos en la parte alta del pueblo: el barrio de Mercado.
Los caminos que ascienden al Páramo también
han sido arreglados, y su traza se distingue ahora con facilidad.
La vegetación ribereña del Urbel ha seguido en
expansión.
Bueno, eso es todo. Hasta 2039, pues.
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