lunes, 6 de octubre de 2014

Tres fotos, cincuenta años


Una buena manera de comprobar la evolución paisajística de un lugar es comparar fotografías separadas por un lapso de tiempo suficientemente largo. Y tomadas desde -más o menos- el mismo lugar.

Partiendo de una vieja fotografía en color, realizada por un familiar en agosto de 1964, pensé en buscar, con la foto en la mano, la localización aproximada desde la que se realizó. Así lo hice, 25 años más tarde, en agosto de 1989.

He esperado otros 25 años para la tercera foto (ya digital) y estos son los resultados. Espero tener paciencia y salud para esperar otros 25 y comprobar las posibles sorpresas que nos pueda deparar esa futura cuarta foto.

¿Seguirá existiendo la fotografía digital? ¿Se habrá animado alguien a abrir -por fin- un negocio de turismo rural? ¿Seguirán operativos los molinos y los huertos solares? ¿Seguirá llevando agua el Urbel? ¿Seguirá pastando por los campos un rebaño de ovejas? ¿Seguirá teniendo Huérmeces ayuntamiento propio o formará parte de un hiper-municipio llamado, p.e., Vegas del Ubierna y del Urbel y Más Allá? ¿A cuantas decenas de parroquias tendrá que atender el cura de entonces? ¿Vivirá alguien en Huérmeces durante todo el año?


Huérmeces, agosto de 1964 (Fotografía: Jesús Varona)
 
Agosto 1964

Huérmeces tiene el aspecto de una población típicamente rural de mediados de los años sesenta. Preponderancia absoluta de tierras cultivadas. Hasta las poco productivas laderas del Páramo están labradas. Habrá que esperar aún quince años para que se ejecute la concentración parcelaria. En las eras se realiza el proceso de trillado y beldado.

Los chopos ribetean el Urbel, y se vislumbran pequeños árboles en arroyos y linderos de fincas, así como en los límites superiores del barrio de Mercado.

El caserío presenta un aspecto uniforme, en el que predomina totalmente la piedra y la teja. Las construcciones más modernas, realizadas en ladrillo, aparecen en el extremo izquierdo de la fotografía: la casa del médico, la casa de los de Madrid, un transformador, una cochera y alguna caseta en las eras.

 
Huérmeces, agosto de 1989

Agosto 1989

Veinticinco años después, una vez finalizado el proceso de “éxodo rural” de finales de los sesenta y setenta, el caserío de Huérmeces ya no ofrece una imagen tan uniforme. Aparecen dos grandes naves de nueva construcción: un almacén en parte del espacio que antes ocupaban las eras y una nave ganadera y almacén de paja en la ladera del camino de Castrillo. Se ha revocado y pintado la cochera antes de ladrillo.

En las eras han desaparecido alguna de las casetas en las que se guardaban los útiles de trillado y beldado. En ellas se ven modernos aperos y maquinaria, y siguen utilizándose como almacén provisional de grano. En el centro de la foto, el popular Land Rover de Valeriano.

Ya se ha realizado la concentración parcelaria (1977-79), y las tierras de la ladera alta del Páramo, que no se han visto afectadas por la misma, han sido abandonadas. En el conjunto de la campiña, abunda algo más el color verde, destacando dos grandes fincas en la parte baja.

Aparentemente, ha aumentado la densidad de chopos y sauces que bordean el Urbel, aunque a finales de los sesenta se realizaron trabajos de encauzamiento del río que acarrearon la correspondiente corta de árboles y arbustos de ribera.


Huérmeces, octubre de 2014


Octubre 2014

La revolución de las “energías limpias” ha llegado a Huérmeces. Aunque en el caserío no se observen cambios muy apreciables, en los alrededores han hecho su aparición tres huertos solares y cuatro parques eólicos. En la fotografía sólo se observan los molinos del Páramo y uno de los huertos.

En la ladera desde la que está tomada la foto, aparecen una nueva nave ganadera y varios invernaderos. Algunas de las tierras de la ladera superior del Páramo que aparecían abandonadas en la foto de 1989, han vuelto a la vida. Las subvenciones de la PAC obran estos milagros.

Parte del tejado y la linterna de la cúpula de la iglesia lucen espléndidos, recién arreglados gracias al maná eólico. En el caserío se aprecian tejados nuevos y nuevas construcciones, principalmente naves agrícolas y “chalets”, estos últimos en la parte alta del pueblo: el barrio de Mercado.

Los caminos que ascienden al Páramo también han sido arreglados, y su traza se distingue ahora con facilidad.

La vegetación ribereña del Urbel ha seguido en expansión.  


Bueno, eso es todo. Hasta 2039, pues.

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