En la edición de 22 de junio de 1933 del periódico carlista "El Siglo Futuro" (1) se habla, sobre todo, de informaciones relativas al procesamiento de los
militares implicados en el intento golpista del 10 de agosto de 1932 (la célebre
Sanjurjada); también se hace mención a la desaparición en
Méjico de los aviadores Barberán y Collar en el “Cuatro Vientos”, así como a la posible
retirada de la Alemania
nazi de la Conferencia
de Londres.
En la portada, en la sección Hojas
Sueltas, en la columna de la derecha, encontramos un curioso titular: “El complot de Huérmeces”, firmada por un tal Ciutti, y cuya transcripción literal es la siguiente:
Huérmeces es un pueblecito de la provincia de
Burgos, adonde, afortunadamente, no ha llegado todavía la cuestión social;
cuarenta o cincuenta vecinos que trabajan la tierra propia, de sol a sol, y
suspiran por la venta del trigo logrado a costa de mucho sudor: Un “burgo
podrido” de Castilla la Vieja ,
ignorante del favor oficial, que desconoce, que paga religiosamente las
contribuciones y envía a sus mozos al servicio militar.
La vida tranquila de Huérmeces se vio súbitamente
interrumpida hace unos días por la emoción de un “suceso”. Los pacíficos
vecinos se habían retirado ya a sus casas, entregándose al descanso diario, y
eran las dos de la madrugada cuando el ruido de varios motores señaló la
llegada de una compañía de guardias de asalto. Los guardias saltaron ágiles de
los camiones y, en pocos segundos, eran tomadas posiciones estratégicas,
rodeando en estrecho cerco el pequeño poblado.
No se hizo esperar –casi simultáneamente- la
llegada del gobernador civil de la provincia, acompañado del diputado
republicano conservador don Luis García Lozano. Poco después acudían a todo
galope varias parejas de la
Guardia civil de un puesto próximo. La movilización estaba
hecha. Las fuerzas apostadas esperaron los acontecimientos. Transcurrieron unos
minutos de silencio angustioso. Por fin, una puerta se abría dando paso a un
hombre, que rápidamente cayó en poder de los de asalto. ¡Era el primer
prisionero! que fue conducido ante el gobernador, que permanecía en su coche
resguardándose del frío del amanecer: El gobernador le preguntó: “¿Dónde va
usted?”
“A visitar a un enfermo que está agonizando”. Soy
el médico. Fue comprobada la verdad de la declaración.
Momentos después la calle fue cruzada por una
sombra, que cayó en poder de la autoridad celosa: “¿Por qué sale usted a estas
horas de casa llevando un farol?”, fue la pregunta. “Porque soy el sereno”,
contestó. Era también verdad la afirmación del detenido.
“Pero ¿no hay forasteros aquí?”, se le interrogó.
“No señor, aquí todos los que están durmiendo son
del pueblo”.
El gobernador parece ser que preguntó al diputado conservador:
“Pero ¿qué es esto?”. Y las fuerzas de la Guardia civil, en su fuero interno y para su
capote, como cumple a todo militar, se repetían la misma pregunta a la luz de
una luna espléndida, socarrona y rumbona, que palidecía de risa…
Volvió el médico de prestar sus servicios al
enfermo, y el ruido de su puerta al cerrarse fue el último que se oyó en toda
la noche. El sereno cantó una hora, con el ¡alabado sea Dios¡, característico
en Castilla. Y un poco más tarde, para evitar ser sorprendidos por el amanecer,
las fuerzas emprendían la retirada hacia la capital en sus potentes vehículos…
¿Qué había pasado? Sencillamente: un terrible
complot anarco-monárquico lanzado por la emisora de un humorista y captado por
una antena caritativa que lo puso en conocimiento del gobernador, quien, hombre
celoso y de buena fe, se dispuso a hacer méritos para un Gobierno de más
categoría, o una Dirección general.
¡Un terrible complot en Huérmeces! !Anarquistas y
monárquicos unidos!
Uno de Asalto, de los que formaban en la
expedición, conocedor del terreno, decía a la mañana siguiente: ¡Lástima que no
nos hayamos quedado allí un día!, ¡hubiéramos echado los reteles en el río, y vaya
cangrejada!
Inconvenientes de hacer las cosas con esa
precipitación…
La “noticia” destila amarillismo por sus cuatro
costados. Pero es que prensa sensacionalista ha existido siempre, y más aún en
tiempos revueltos como fueron en España los años treinta.
Nadie recuerda en Huérmeces un suceso semejante.
¿Serenos en las calles de un pueblo de poco más de 200 habitantes? No se
aportan fechas exactas ni nombres, tan sólo el de un diputado republicano
conservador que acabaría siendo alcalde de Burgos (2) y el genérico del gobernador civil de turno (3). Todo suena muy
poco creíble. Había que escribir un panfletillo y se eligió Huérmeces como
telón de fondo como se podría haber elegido cualquier otro lugar de la Vieja Castilla. Cuanto más
desconocido fuera el pueblo más difícil sería el verificar la supuesta
“información”.
Unos
días más tarde, en la edición de 1 de julio de 1933, la "noticia" fue recogida también
en otro medio escrito de tirada nacional: la
ultramontana revista humorística semanal "Gracia y Justicia" (4).
En este caso, el titular es aún más sensacionalista: "El horrible complot monárquico-sindicalista de Huérmeces" y, en forma de breve, aparece en la página 8 del semanario, en la segunda columna. Su transcripción literal dice así:
Un
soplón meritorio de enchufes… ¡los del pacto de Aranda! Teléfono, idas y
venidas, autos, provisión de armamentos… Por fin, la salida de las “fuerzas
leales”.
Es noche
de caverna… Ruge el viento en salmodia de aguaceros.
Y la caravana
cruza vertiginosamente los “burgos podridos” de Quintanadueñas, Arroyal,
Mansilla, Miñón, Santibáñez… Veinte kilómetros con el alma en un hilo… Solo
faltan cinco para llegar al lugar de la ocurrencia…
El
corazón salta… Las pistolas se preparan… Precauciones estratégicas… Silencio de
sepulcro… ¡Una luz! ¡Al fin copados! ¡Abrid la puerta, la autoridad!
Palabras
entrecortadas; andares quedos… El postigo franqueado…
¿Qué
hace usted ahí?
El
galeno de Huérmeces asistía a una enferma en trance de pasar a mejor vida.
La del
alba sería cuando el preboste, un aficionado a fuertes emociones que pudo
llamarse García; un lozano sin cota ni espada; una sección de guardias de
Asalto… Regresaron a Burgos después de haber sofocado tan terrible complot.
Y a los
de Huérmeces, sus coterráneos les llaman “faroles”.
NOTAS:
(1) “El Siglo Futuro”, diario fundado por Ramón Nocedal,
aparece el 19 de marzo de 1875 con el subtítulo de “diario católico”, justo cuando
la tercera guerra carlista (1872-1876) está en un momento enconado; el diario,
que no aparecerá en los días festivos, tendrá una larga vida (61 años), será de
gran formato, que variará en el tiempo, así como las imprentas en las que será
estampado y pasará de ser compuesto de cuatro a cinco columnas.
Con
editoriales y artículos doctrinales, políticos y religiosos, y noticias
nacionales y extranjeras, muchas de ellas recogidas de otros periódicos, funcionaba
como una especie de revista de prensa. Desde su militancia ultracatólica, su
credo siguió siendo de un furibundo fundamentalismo antiliberal, el más
reaccionario, fanático e intransigente del neocatolicismo, siendo tildado de
“cavernícola”.
Con una
tirada escasa, en torno a los 5.000 ejemplares y una circulación por
suscripción, fue el clásico diario de los curas rurales mesetarios. Ya a partir
de los años veinte se había hecho evidente su obsesión apocalíptica de que los
males de España eran fruto de la alianza entre la masonería, el judaísmo y el
comunismo internacionales, así que aplaudirá la política antisemítica del
nazismo, aunque no estuviera de acuerdo con la teoría de la superioridad de la
raza aria en Europa.
Editó su
último número el 18 de julio de 1936 ya que, con la sublevación militar, sus
talleres fueron confiscados por la
CNT , de los que saldrá el periódico Castilla libre. En fin, un diario que a pesar de titularse “El
Siglo Futuro” no hacía otra cosa que mirar hacia atrás, muy atrás.
Florentín
Díaz-Ubierna Vivanco (Huérmeces
1815-1899), cura párroco de este pueblo durante casi medio siglo (1852-1899) fue
un fiel suscriptor de “El Siglo Futuro”.
(2) Luis García y García-Lozano (Burgos,
1897) abogado; diputado a Cortes por Burgos en las Cortes Republicanas ( 1931-1933), como republicano conservador; presidente de la
Comisión Gestora de la Diputación Provincial en 1932; alcalde de Burgos entre febrero de 1936 y enero de 1937. Durante la rebelión
militar de julio de 1936 se mostró ambiguo pues, aunque republicano,
era opuesto al Frente Popular. Presentó su dimisión, pero fue confirmado en su
cargo por el General Dávila. Encarcelado y juzgado por rebelión, salió absuelto en marzo de 1937. En 1935 había formado parte de la Comisión Burgalesa de Iniciativas Ferroviarias, fomentando la terminación del ferrocarril Madrid-Burgos, "el directo".
(3) Rafael Bosque Albiac
(Caspe, 1883 - Tudela, 1936): político de tempranas inclinaciones republicanas, ya desde 1915, cuando comenzó su carrera política en su Caspe natal. Fue gobernador civil de Burgos entre el 19 de marzo y el 14 de
septiembre de 1933; entonces militaba en el Partido Republicano Radical Socialista (PRRS). Fue también gobernador civil de Almería (1931-1933), Soria (1933), Huesca (1936) y Oviedo (1936). Fue detenido, torturado y asesinado, por tiro en la nuca en una cuneta cercana a Tudela, el 21 de julio de 1936.
Hoy puede resultarnos sorprendente que, durante los años de la Segunda República, desfilaran por Burgos
un total de 13 gobernadores civiles, todos ellos con una longevidad en el cargo inferior a los 12 meses.
(4)
“Gracia
y Justicia” fue una revista de humor político, de aparición semanal,
publicada en Madrid entre 1931 y 1936, durante la Segunda República. Vinculada
a la Editorial Católica y al diario monárquico “La Nación”, figuraron en ella
excelentes dibujantes y caricaturistas como
Areuger (seudónimo de Gerardo Fernández de la Reguera y Aguilera), K-Hito (seudónimo
de Ricardo García López) y Kin (seudónimo de Joaquín de Alba), entre otros.
Llegó a tener tiradas medias por encima de 200.000 ejemplares, alcanzando picos (comienzos
de 1933) de hasta 250.000, cifra muy superior a la de los principales
periódicos de la época.
Subtitulado
desde sus comienzos como “Órgano extremista del humorismo nacional”, la
revista suponía la mejor expresión del humor burdo y grosero de que fueron
capaces las derechas a partir de la llegada de la república, el mejor exponente
de la prensa demagógica de su época. Aun así, la
dureza de sus críticas
fue menor —y con un tono más socarrón— que la habitual de publicaciones mucho
más agresivas, como “El Siglo Futuro”. Usaba
el recurso satírico de tachar
sistemáticamente de masones a todos los políticos republicanos, agrupándolos
en la llamada conspiración judeo-masónica-comunista-internacional. Su objetivo general
siempre fue el de combatir a la República,
destacando especialmente los ataques contra Manuel Azaña, la gran obsesión de “Gracia y Justicia”.
Aunque
se afirma que pudo estar financiada por la CEDA, esta también fue blanco de sus
críticas, así como su líder, José María Gil Robles.
La revolución de Asturias de 1934 fue interpretada en clave de obra de cine, en
la que la masonería habría sido “la directora” y las fuerzas socialistas y comunistas
“actores” de aquella.
De
formato tabloide (380 x 300 mm) y a cuatro columnas, constaba de dieciséis
páginas en blanco y negro. La portada y la contraportada reproducían una única
caricatura a toda página y a dos tintas, roja y negra, lo que constituía una
novedad en la prensa española de la época. La portada de la publicación se
reservó normalmente para una ilustración de Areuger (Gerardo Fernández de la
Reguera y Aguilera).
“Gracia
y Justicia” fue
suspendida durante cuatro meses, entre agosto y diciembre de 1932, por el
gobierno de Azaña, en aplicación de la “Ley para la defensa de la República”, a
causa de la intentona militar de agosto de 1932, la llamada “Sanjurjada”, si
bien fue sustituida por “Bromas y Veras”, que se publicó entre el 20 de
octubre de 1932 y el 3 de marzo de 1933.
Su
último número apareció el 15 de febrero de 1936, y en su contraportada
reproducía una caricatura de Kin (Joaquín de Alba) que señalaba la
trascendencia del resultado en las elecciones del día siguiente, 16 de febrero.
La clausura de Gracia y Justicia se produciría, efectivamente, pocos
días después, por orden del nuevo Gobierno del Frente Popular.
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