Si visitas el despoblado de Lorilla, te llamará la atención una pequeña construcción, en sorprendente buen estado de conservación, que se encuentra situada en el centro del pueblo, en la pequeña plazoleta que se abre allí dónde confluyen la calle de la Fuente y el hoy camino de Basconcillos (antiguo camino de Barrio Panizares).
Y es que, en ocasiones, las motivaciones sentimentales pueden más que las trabas o inacciones administrativas. Y ahí esta la escuela de Lorilla para confirmarlo.
Dicho lo dicho, pasemos a hablar de la historia de esta escuela, de los muchos docentes que por ella pasaron (o al menos fueron propuestos para la plaza) y, en especial, de las tres maestras que prestaron sus servicios allí durante muchos más años de lo que era habitual en aquellos tiempos: una pacense, una burgalesa y una zamorana.
LA ESCUELA DE LORILLA: UN DESTINO ESCASAMENTE ATRACTIVO PARA LOS MAESTROS Y MAESTRAS DE LA ÉPOCA
UNA ESCUELA REITERADAMENTE VACANTE
La escuela de Lorilla fue una más de las muchas que nacieron al calor de la Ley Moyano de 1857, la norma reguladora de la enseñanza que obligaba, entre otras muchas cuestiones, a la creación de escuelas en los pequeños pueblos de la España rural.
La escuela de Lorilla fue creada en el año 1867, con la categoría de "escuela incompleta, de niños".
[según la Ley Moyano de 1857, las escuelas "incompletas" son aquellas que no ofrecen la Educación Primaria en su totalidad, únicamente la elemental (niños entre 6 y 9 años]
Puede que la siempre exigua población de Lorilla no justificara la creación de una escuela, pero el contundente aislamiento de la población (a 7 km de Barrio Panizares; a 8 km de Basconcillos y Arcellares; a 9 km de Valdeajos; a 11 km de Sargentes) ocasionó que las autoridades educativas se inclinaran por la necesidad de una escuela para aquel apartado lugar.
La escuela estaba creada. Ahora restaba lo más difícil: cubrir la plaza con un maestro.
En junio de 1867, aparece publicado en el Boletín Oficial de la Provincia el listado de las escuelas públicas de instrucción primaria que se encuentran vacantes y deben proveerse por concurso.
BOPBU, 23 de junio de 1867 |
En el amplio listado, compuesto por un total de 87 localidades de pequeño tamaño, aparece la escuela de Lorilla, dotada con 50 escudos, casa y retribuciones pagadas con fondos municipales. En el listado, la dotación de las diferentes escuelas oscilaba entre un máximo de 200 escudos (Peral de Arlanza) y un mínimo de 40 escudos (Villalta).
Y ese fue el sino de la escuela de Lorilla desde su mismo nacimiento: la permanente condición de vacante.
En junio de 1888 aparece publicado el primer nombramiento interino para la escuela de Lorilla: el maestro Manuel Ramos Merino, que había ocupado la plaza de Villoviado veinte años antes (1866). No sabemos si don Manuel llegó a tomar posesión de la plaza loriega ya que, tres meses más tarde, aparece nombrado interino otro docente, Cándido Palma Oña. Probablemente, el primero renunció a la plaza antes de que comenzara el nuevo curso, al enterarse de las difíciles comunicaciones que presentaba Lorilla.
En mayo de 1889, el Ministerio de Fomento, a la vista del elevado número de escuelas "incompletas" que se declaraban permanentemente vacantes, emite una real orden por la que se elevaban a "permanentes" y se aumentaba el sueldo de sus docentes, estando sus retribuciones subvencionadas por el Estado, por lo que ya no dependían de los erráticos fondos municipales, limitándose la actuación del Ayuntamiento a proporcionar vivienda al docente.
BOPBU, 5 de mayo de 1889 |
BOPBU, 21 de julio de 1889 |
En el listado de escuelas que se encuentran en esa situación aparece la de Lorilla, a la que se dota con 400 pesetas anuales (el listado oscila entre escuelas de 250 y 500 pesetas de dotación).
No obstante aquellas mejoras económicas y catalogadoras, en julio de 1890 la escuela de Lorilla vuelve a aparecer vacante.
En agosto de 1890 aparece el nombre de la que sería primera maestra de Lorilla, Leona Marceliana Perdiguero, incluida en el listado de docentes de escuelas públicas "incompletas y de temporada" a los que se les ha subvencionado con un complemento de sueldo de 36,66 pesetas trimestrales.
Entre julio de 1893 y febrero de 1903, la escuela de Lorilla aparece reiteradamente en la relación de escuelas vacantes, con dotaciones que oscilaban entre las 250 y las 400 pesetas anuales.
En 1905 se publicó un proyecto nacional ("arreglo escolar") por el que se proponía la supresión de escuelas de pequeño tamaño, concentrando a la población escolar en aulas de mayor tamaño. Entre las escuelas a suprimir se encontraba la de Lorilla; se proponía que los niños de Lorilla acudieran a la escuela de Moradillo del Castillo, situada a "7,5 kilómetros" del pueblo, por expuestos caminos. En realidad, la distancia a Moradillo superaba los 13 km, por lo que supongo que se referiría a la escuela de Sargentes, aunque situada a 11 km por también expuestos caminos. Afortunadamente, el disparatado plan no llegó a ejecutarse.
UNA ESCUELA PARA MAESTRAS
En septiembre de 1907 Lorilla vuelve a aparecer en la relación de escuelas dotadas con menos de 825 pesetas y que se hallan vacantes, aunque ahora la escuela de Lorilla aparece como perteneciente a la categoría de "escuelas elementales incompletas de asistencia mixta, cuya provisión corresponde a maestra" y está dotada con 500 pesetas anuales y emolumentos legales.
No obstante esta mejora económica, entre 1916 y 1928, la escuela de Lorilla vuelve a aparecer reiteradamente en la relación de las escuelas para maestras declaradas desiertas en los sucesivos concursos, debiendo proveerse mediante interinidades.
Por fin, en 1928, llegó a Lorilla una maestra que otorgó estabilidad y alegría a la escuela, a sus alumnos y a las gentes del pueblo. Se mantuvo en Lorilla durante nada menos que 18 años, hasta 1946. Su nombre: Petra Hidalgo Iglesias, apellidos comunes en la zona, aunque Petra procediera de Badajoz.
Durante los cuatro años siguientes desfilaron por la escuela varias maestras y un maestro hasta que, en octubre de 1950, llegó la maestra burgalesa Julia Sáiz Asturias, que se mantuvo en la plaza hasta la finalización del curso 1956/1957.
Julia tuvo el honor de ser la primera maestra en impartir sus enseñanzas en la nueva escuela del pueblo.
LA NUEVA ESCUELA Y SU ESCASA VIDA DOCENTE (1950-1969)
Fue en enero de 1950 cuando se inauguró el edificio de las nuevas escuelas, sito en la ya citada plazoleta que se forma entre la calle de la Fuente y el camino de Basconcillos, justo enfrente de la antigua casa consistorial.
La nueva escuela fue inaugurada por el entonces ínclito gobernador civil de Burgos, Alejandro Rodríguez de Valcárcel.
Diario de Burgos, 29 de enero de 1950 |
En septiembre de 1959 llegó a Lorilla la que sería su última maestra: la docente zamorana Ángela Mangas González.
En agosto de 1963 aparece por última vez la escuela de Lorilla como plaza en activo, al publicarse la elevación de provisional a definitivo del nombramiento de Ángela Mangas como maestra de Lorilla, en virtud del concurso de méritos de 1957.
La nueva escuela cumplió con su función durante veinte cursos lectivos, ya que fue en junio de 1969, al finalizar el curso 1968/1969, cuando la escuela de Lorilla vio por última vez su aula única ocupada por una maestra y un puñado de alumnos.
La escuela de Lorilla ya no abrió al curso siguiente (1969/1970), cuando aún quedaban en el pueblo tres niños en edad escolar.
La denominada "unidad escolar de asistencia mixta de Lorilla" dejó de existir oficialmente por Orden ministerial de 28 de agosto de 1970, que incluía una amplísima relación de unidades escolares a suprimir.
Escuela Española, 25-09-1970, Orden de 28 de agosto; supresión de unidades escolares |
El cierre de la escuela de Lorilla estaba cantado desde comienzos de la década de los sesenta. Al compás del despoblamiento del lugar, el inexorable descenso del número de niños en edad escolar no ofrecía esperanza alguna:
- curso 1910/1911: 19 escolares
- curso 1920/1921: 9 escolares
- curso 1924/1925: 17 escolares
- curso 1930/1931: 20 escolares
- curso 1945/1946: 13 escolares
- curso 1955/1956: 22 escolares
- curso 1959/1960: 10 escolares (5 niños y 5 niñas)
- curso 1965/1966: 5 escolares (3 niños y 2 niñas)
- curso 1968/1969: 3 escolares (2 niños y 1 niña)
- Ayoluengo: 6 escolares (5 niños y 1 niña)
- Lorilla: 3 escolares (2 niños y 1 niña)
- Moradillo del Castillo: sin escolares
- San Andrés de Montearados: 8 escolares (5 niños y 3 niñas)
- Santa Coloma del Rudrón: 3 escolares (2 niños y 1 niña)
- Sargentes de la Lora: 23 escolares (10 niños y 13 niñas)
- Valdeajos: 11 escolares (3 niños y 8 niñas)
- Moradillo del Castillo: febrero 1968
- Santa Coloma del Rudrón: agosto 1969
- Lorilla: agosto 1970
- San Andrés de Montearados: noviembre 1971
- Ayoluengo: diciembre 1971
- Valdeajos: diciembre 1971
En un dramático escrito de la Inspección de Enseñanza de fecha 8 de noviembre de 1971 ya se aclaraba que se dejaría abierta la escuela de Sargentes de la Lora en consideración a su condición de cuna del insigne pedagogo Andrés Manjón. La escuela de Sargentes sería clausurada diez años más tarde (1981). La fiebre del oro negro había durado poco y negro también se presentaba el futuro demográfico de la comarca
LISTADO DE MAESTRAS (Y ALGÚN MAESTRO) DE LORILLA
Durante los ochenta años de destinos docentes publicados, la plaza de la escuela de Lorilla fue mayoritariamente cubierta por maestras (68%). Únicamente diecisiete maestros (32%) fueron nombrados, casi todos de manera interina, para la escuela de Lorilla, y alguno de ellos prefirió renunciar a la plaza. Y es que ya hemos comentado que, desde 1907, la escuela de Lorilla fue catalogada como una escuela "de maestras", con alguna excepción por motivos disciplinarios o personales (dos maestros interinos, uno en 1949, y otro en 1957).
La relación de docentes que fueron nombrados para la escuela de Lorilla durante el periodo 1889-1969 comprende 53 nombres de maestros y maestras (señalamos en rojo a las tres maestras cuya estancia en Lorilla resultó más prolongada), aunque seguramente resulte algo más amplia en la realidad, ya que hay que tener en cuenta las posibles erratas en la publicación de los nombramientos y los habituales errores sufridos por la herramienta de búsqueda.
En orden cronológico, los docentes nombrados para ocupar la plaza de la escuela de Lorilla fueron los siguientes:
- Manuel Ramos Merino (1888), interino; en años posteriores aparece en Rebolledo Traspeña y San Pedro del Monte (Santander)
- Cándido Palma Oña (1888), interino; en 1893 aparece en La Vid de Bureba
- Leona Marceliana Perdiguero (1889-1890), segundo y tercer trimestre; en 1897 aparece como interina en Cabia; en 1903, en Cidad de Ebro
- Timoteo Maté Palacios (1890-1891), cuarto trimestre y primer trimestre; a Lorilla llegó desde Cardeñajjimeno; en 1896 renuncia a la escuela de Fuente Úrbel
- Bárbara Sanz Adrados (1890-1892), casi dos cursos completos; maestra propietaria; en 1903 aparece en San Juan del Monte
- Dámaso Quintana Sáiz (1892-1893), primero y segundo trimestre
- Feliciana Luis Luis (1892-1893), tercer trimestre; en 1894 estuvo en San Andrés de Montearados y en Bañuelos del Rudrón
- Mariano Pascual Pérez (1893-1894), cuarto trimestre y dos primeros
- Isabel Rubio Lozano (1893-1895), tercer y cuarto trimestre, dos primeros
- Mateo Martínez Porras (1894-1895), tercer trimestre
- Serafín Pérez Juez (1895-1896), por concurso; en abril de 1896, la escuela de Lorilla fue cerrada temporalmente por le epidemia de sarampión que sufría su población escolar
- Matilde Labrador Barrio (1897), interina; en 1910 aparece en Retuerta; en 1937 lo hace en Madrid, solicitando traslado a Villarcayo
- Tomás Andrés Gutiérrez (1898), interino; fue maestro de Ahedo de Linares entre 1900 y 1910
- Feliciano Porras Martín (1899), interino; en diciembre de 1899, el alcalde de Lorilla solicita maestro por haberse ausentado sin permiso el titular de la plaza, Feliciano Porras
- Joaquín Hidalgo Morales (1900), renunció al nombramiento
- Francisco Martínez Gutiérrez (1901-1902), interino; en septiembre de 1902 renunció a la plaza
- Úrsula Gutiérrez López (1902), interina
- Joaquín Vicent Pastor (1903-1904), maestro de cuarta clase
- Laureano Ruiz del Rallo (1904), no tomó posesión de la plaza, obteniendo la de Llanillo de Valdelucio
- Julia Olarte Bolao (1904), interina; de Lorilla partió, en enero de 1905, hacia destinos riojanos
- Úrsula Gutiérrez López (1905), interina, repite en el destino
- Eduvigis Simón García (1905-1907), interina
- Felipe Carnicero Martínez (1907), interino
- Anselmo Fernández Marquina (1907), interino; al finalizar el curso 1907/1908 partió hacia Santa Cruz del Valle; en 1923 era maestro e Cortiguera, futuro despoblado
- Petra García de Andoain (1907-1908), interina
- Amalia Seoane Penedo (1908-1909), interina; en 1909 solicitó licencia por enfermedad, que no le fue concedida
- Úrsula Gutiérrez López (1909-1910), interina; fue la única que repitió destino en varias ocasiones (ya estuvo en 1902 y 1905); también recorrió varias escuelas de la comarca: Valdeajos (1902), Fuente Úrbel (1903-1905), Barrio Panizares (1906), Ayoluengo (1907), Corralejo de Valdelucio (1908), Talamillo (1921); Úrsula era natural de Sargentes (1866) y su marido, Joaquín Hidalgo Arce, lo era de Lorilla (1853); vivían en la casa nº 4 de la calle de la Fuente; por entonces, la escuela de Lorilla tenía 19 niños en edad escolar; uno de ellos, Alipio (1898), era hijo de Úrsula y Joaquín. Úrsula falleció en 1922, a los 56 años de edad.
- Narcisa Bello Yubero (1910), interina; posteriormente, aparece en destinos sorianos
- Josefa Morante Sáiz (1910), interina; de Lorilla partió hacia destinos cántabros
- Argimira Oliver Moya (1914), en propiedad; en 1916 aparece en La Loma (Guadalajara)
- María Jiménez Zurbano (1916), en propiedad; esta maestra gaditana partió, al finalizar el curso 1916/1917, hacia Priego (Córdoba)
- Primitiva García García (1917), interina; posteriormente, aparece en destinos burebanos y acaba por establecerse en Palencia
- Gloria Miguel Abascal (1917), interina; en 1918 aparece en las escuelas de patronato de la Riba de Valdelucio; en los años treinta aparece en destinos lucenses
- Carolina Rozas Cotorro (1917), interina; en 1931 aparece en el Valle de Mena; en 1937 lo hace en Cistierna (León); probablemente represaliada por las autoridades franquistas
- Felicidad González Solares (1918), interina; también estuvo en Quintanilla Pedro Abarca (1929); en los años treinta figura en destinos riojanos
- Paterna Valgañón Cuende (1918), en propiedad; en 1924 aparece en Las Merindades; posteriormente, en destinos vizcaínos
- Delfina Lucas Monge (1918), interina; acabó por establecerse en tierras sorianas
- Caridad Prieto de los Reyes (1919), interina; se estableció en Zamora
- María Modesta Martínez García (1919), en propiedad; de Lorilla partió hacia destinos palentinos
- Florentina Ortíz Villate (1919), en propiedad; posteriormente, aparece en destinos cántabros
- Francisca Alonso Orts (1920), interina; acabó por establecerse en Levante
- María Purificación Anaya Franco (1921): solicitó una excedencia; en 1925 aparece en tierras jienenses; la escuela de Lorilla tenía entonces 9 niños en edad escolar
- María Pilar Ubierna Rodríguez (1922-1924), interina; María nació en Santander (1891); de Lorilla partió hacia diferentes destinos en la provincia de Santander (Pañacastillo, Santa María de Cayón, Santander) y Barcelona; en 1924 la escuela de Lorilla tenía 17 niños en edad escolar
- Adelina Arce Arce (1925-1926), interina, solicitó 40 días de permiso por alumbramiento; a Lorilla llegó desde la escuela de Cabia y, tras Lorilla, sirvió en las de Sandoval de la Reina, Ubierna y Avellanosa del Páramo
- Oliva Hernández Martínez (1926-1927), interina, solicitó 40 días de permiso para dar a luz; y otro permiso por problemas de salud; de Lorilla partió hacia destinos palentinos
- Petra Hidalgo Iglesias (1928-1946): la maestra que más tiempo se mantuvo en la escuela de Lorilla (dieciocho años); en 1931 la escuela de Lorilla tenía 20 niños en edad escolar; en 1945, 13 niños
- Ángeles Uzquiano Gutiérrez (1946): se encontraba en expectativa de destino en Madrid, por lo que dudo mucho que aceptara la plaza de Lorilla
- Isidro Blanco Ortega (1947-1949), interino; de Lorilla partió hacia Villasuso de Cieza (Santander)
- Julia Sáiz Asturias (1950-1957): siete años como maestra en Lorilla; en 1950, la escuela de Lorilla tenía 13 escolares; en 1955, 14 escolares
- Fernando Gallo Díez (1957), interino
- Emérita Villanueva Landazuri (1958): interina; en años posteriores aparece en destinos sorianos
- Sofía Pérez Pérez (1959), interina; en años posteriores aparece en Cañizar de Argaño y Humada
- Ángela Mangas González (1959-1969): la última maestra de Lorilla; en 1960 la escuela de Lorilla tenía 10 escolares; en 1969, 3 escolares (2 niños y 1 niña)
"Otra maestra, la señorita Petra, que llegó a Lorilla procedente de Badajoz, alegró las vidas de los jóvenes de este pueblo. Con su papá, su mamá y una criada se trajo también un gramófono, con el que muchos días se hacía baile en su casa". [página 182]
Censo Electoral (1932); las mujeres votan por vez primera en España; la edad de Petra es errónea (44) |
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Lorilla desde el camino de Arcellares |
Ángela Mangas González estuvo en Lorilla diez años (1959-1969) y fue la encargada de cerrar la escuela del pueblo. Se fueron los pocos niños que quedaban y, en pocos años, el lugar quedó despoblado.
Ángela era natural de la localidad zamorana de El Cubo de Tierra del Vino, dónde nació en 1920. Estudió bachiller en el histórico Instituto Nacional Claudio Moyano, de Zamora.
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El Cubo de la Tierra del Vino |
Posteriormente, siguió los pasos de su hermano Fernando, y cursó estudios en la Escuela Normal de Magisterio de la capital provincial, finalizándolos en 1942.
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El Cubo de la Tierra del Vino |
En 1945 se encontraba opositando al Magisterio Nacional, al tiempo que cubría -en calidad de interina- diversos destinos en escuelas rurales de la provincia de Burgos, entre los que encontramos publicado el de Pinilla de los Moros.
En 1958 aparece destinada en las escuelas de Pedro Álvaro, pequeña localidad perteneciente al municipio de Villares e Yeltdes (Salamanca)
En marzo de 1959 se resuelve el concurso de méritos para destinos en escuelas rurales. La adjudicación provisional de plazas destina a Ángela Mangas a la escuela mixta de Mediadoro (Valdeprado del Río), en el Campoo cántabro.
En agosto de 1959, poco antes del comienzo del nuevo curso, alguien descubrió que se había producido un clamoroso error en la citada adjudicación provisional, ya que la plaza de Mediadoro se encontraba ocupada en propiedad por otro docente. En virtud de la oportuna corrección de errores, Ángela Mangas fue reasignada a la escuela de Lorilla (Burgos), desplazando a su vez de esta plaza loriega a Aquilina Arauzo Ortega, maestra a la que se le reasignada la escuela de Valdenegrillos (Sarnago) en la provincia de Soria.
Escuela Española, 20 de agosto de 1959 |
Puede afirmarse, pues, que Ángela Mangas llegó a Lorilla de rebote. Y quizás también pueda afirmarse que, cuando Ángela contemplo por vez primera a aquel pueblo encaramado sobre el balcón de La Lora, no pudo ni siquiera imaginar que allí iban a transcurrir sus próximos diez años de carrera profesional.
Ángela tomó posesión de la plaza de Lorilla el 15 de de septiembre de 1959. Quince días antes, se había dirigido por carta al Ayuntamiento de Sargentes para que le indicaran los medios de comunicación existentes para llegar a Lorilla. Desconozco si el Ayuntamiento respondió a la petición de Ángela.
Diario de Burgos, 26 de agosto de 1959 |
Durante los primeros años de su estancia en Lorilla, Ángela residió, de pupila, en la casa nº 16 de la calle de la Fuente, hogar de la familia Hidalgo López, formada por el padre, Jesús, su esposa, Valentina, y sus dos hijos, Alicia y Jesús.
En 1962 Ángela contrajo matrimonio con Agustín Román, natural de San Vicente de la Cabeza (Zamora) y la pareja se estableció en Lorilla. En su condición de docente casada, Ángela solicitó vivienda para ella y su esposo. Únicamente sabemos que en 1965 residían en la casa nº 5 de la calle de la Fuente, propiedad de Sinesio López Hidalgo, que ya había abandonado el pueblo.
[De las siete escuelas que se encontraban abiertas en el municipio de Sargentes de la Lora (Ayoluengo, Lorilla, Moradillo, San Andrés de Montearados, Santa Coloma del Rudrón, Sargentes y Valdeajos), la de Lorilla era la única que no disponía de vivienda para los maestros]
En agosto de 1963 se habían elevado a definitivos los nombramientos provisionales de 1959. Ángela Mangas ya era propietaria de la plaza de Lorilla. Y allí permaneció destinada hasta la clausura de la escuela, acumulando puntos para un ineludible traslado.
Diario de Burgos, 7 de agosto de 1963 |
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Lorilla, desde el camino de Berzosilla, acceso por el oeste |
ANEXOS
I. LOS ÚLTIMOS HABITANTES DE LORILLA
A mediados de los años cuarenta, una vez suturadas las heridas de la guerra civil, Lorilla presentaba una población de unos 51 habitantes. No parecía, pues, un lugar al borde de la despoblación. Ignoraba, como otras muchas localidades del entorno, que se encontraba a apenas quince años de su práctica desaparición como lugar habitado.
Censo Electoral de Sargentes de la Lora (1946) |
El censo electoral de 1946 nos habla de la presencia en Lorilla de 28 personas con edades iguales o superiores a los 21 años. Sabemos que, en 1945, la población total de Lorilla alcanzaba los 58 habitantes.
Censo electoral de Lorilla (1946) |
Posibles errores aparte, podemos considerar que la pirámide poblacional de Lorilla no era muy diferente de la de otros lugares del entorno:
- personas con edades inferiores a 15 años: 20 (35%)
- personas con edades entre 15-20 años: 10 (17%)
- personas con edades entre 21-30 años: 10 (17%)
- personas con edades 31-40 años: 10 (17%)
- personas con edades 41-50 años: 2 (3%)
- personas con edades 51-60 años: 3 (5%)
- personas con edades superiores a 60 años: 3 (5%)
Las tres últimas familias que residieron en Lorilla fueron las Bárcena Barriuso, Gómez Izquierdo e Hidalgo López. Cinco de sus hijos fueron los últimos alumnos de la escuela de Lorilla.
Diario de Burgos, 26 de marzo de 1972 |
En 1976, cuatro años después de su total despoblamiento, finalizaron los trabajos de concentración parcelaria de la zona de Lorilla. La superficie afectada fue de unas 124 hectáreas, aportadas por 45 propietarios. Las 630 parcelas existentes se redujeron a 95 fincas de reemplazo.
BOPBU-27-01-1976 |
Dos años más tarde, en abril de 1978, se constituyó un coto privado de caza en el término de Lorilla.
BOPBU-05-04-1978 |
II. DOS PROYECTOS MALOGRADOS
La historia de Lorilla pudo haber sido algo más larga si se hubieran completado dos proyectos fracasados, civil el uno, religioso el otro.
En 1933, se dieron los primeros pasos para la construcción de un monumento al Sagrado Corazón, que estaría situado en el trifinio entre las provincias de Burgos, Palencia y Santander, en el extremo occidental del término de Lorilla de la Lora. Parece ser que una de las personas más implicadas en aquel sorprendente proyecto fue el entonces párroco de Olleros de Paredes Rubias, don Alejandro.
En junio de 1935 llegó a colocarse la primera piedra del faraónico proyecto aunque, el conflicto bélico primero, y las estrecheces presupuestarias después, malograron la culminación del mismo, por mucho que en julio de 1938 la prensa local hablara de la urgencia (más que nada propagandística) de su construcción.
Ya hablamos de este asunto en un anterior post:
Un faro imposible en la orilla de La Lora (1935)
El Castellano, 6 de julio de 1938 |
El otro proyecto, más reciente, hablaba de la esperada electrificación de Lorilla, y había sido elaborado dentro del plan bienal 1962/63. Por causas que desconocemos, la Junta Vecinal de Lorilla renunció a la subvención concedida para tal fin, solicitando que se permitiera su uso para la construcción de un camino entre el pueblo y la carretera de Valderredible a Sargentes de la Lora, entonces en obras de mejora. No resultó ser un buen trueque.
BOPBU-12-01-1966-Diputación Provincial, sesión 17-11-1965 |
El caso es que Lorilla afrontó los años finales de la década de los sesenta sin luz, sin sacro monumento y con pésimas comunicaciones. Tenía todos los números para acabar como acabó: sola y abandonada en la cornisa del páramo, sin más compañía que las hayas que retrepan por la ladera de Valderredible. Un lugar con excelentes vistas, pero sin ojos humanos que las disfrutaran.
Vuelo IRYDA (noviembre 1977): Lorilla, a los cinco años de su completa despoblación, aún techada |
Vuelo SIGPAC (julio 2023): Lorilla, casi completamente destechada |
La entidad local menor de Lorilla fue suprimida por un decreto del Ministerio de la Gobernación de mayo de 1974.
BOPBU-24-06-1974 |
III. LORILLA, UN PUEBLO SIEMPRE PEQUEÑO, DEPENDIENTE DE OTROS Y MAL COMUNICADO
La escasa demografía de Lorilla venía condicionada -sobre todo- por su peculiar situación, a 1060 m de altitud, en la cornisa de un páramo batido por los cuatro vientos.
Tampoco ayudaba su escaso término (250 ha; 2'5 km2), y el hecho de que gran parte de sus cuyos terrenos poseyeran una limitada calidad agronómica, haciéndolos aptos -sobre todo- para el pastoreo.
Mapa de Tomás López (1784) |
Alejada de cualquier ruta importante, los condicionantes históricos, señoriales y administrativos de Lorilla tampoco ayudarían a su desarrollo demográfico.
La primera referencia documental aparece en un documento del Monasterio de las Huelgas, datado en 1245, en el que se hace referencia a cuatro testigos de Lorilla.
Casi un siglo después, en un documento de 1333, aparece "Loriella" como objeto de donación por parte de su entonces dueño al comendador del Hospital del Rey de Burgos, perteneciente al Monasterio de las Huelgas.
Lorilla no aparece en el Libro Becerro de las Behetrías (1352), quizás por encontrarse despoblado, quizás por su condición de aldea agregada a Sargentes de la Lora, dentro de la Merindad de Burgos con Ubierna.
En aquellos tiempos, cuando pertenecía al alfoz de Moradillo, a Lorilla le acompañaban otros tres pequeños asentamientos humanos, situados en los parajes hoy conocidos como:
- Cerrada: situado a unos 1,2 km al W-SW, en las inmediaciones del trifinio entre las provincias de Burgos, Palencia y Cantabria; recordado por la tradición oral
- Pasaje: a unos 1,1 km al S-SW, a la vera del camino de la Guirriada; recordado por la tradición oral
- Tablada: a unos 0,9 km al S, a la vera del camino de Barrio Panizares, cuyos restos aún se reconocían hace no muchos años.
Seguramente, fue su primera condición de lugar de abadengo (pertenecía al Monasterio de Las Huelgas) y, posteriormente, desde mediados del siglo XIX, de lugar agregado a Sargentes de la Lora, la que también condicionó su posible desarrollo demográfico.
Mapa de Coello (1868) |
Cabe recordar que a la caída del Antiguo Régimen y reorganización administrativa del Estado (1833), Lorilla tuvo durante unos años la consideración de municipio, con su ayuntamiento correspondiente, hasta que en 1845 pasó a integrarse en el ayuntamiento de Sargentes de la Lora.
Lorilla conservó el título de villa hasta 1873, cuando dejó de pertenecer a la abadesa de las Huelgas. Dice la tradición oral que en el pueblo existió un monasterio de monjas, del que aún se conservaban restos en los tiempos anteriores a su despoblación.
El Vecindario de 1759, realizado a la sombra del Catastro de Ensenada, nos habla de una Lorilla habitada por 32 vecinos (128 almas) y un eclesiástico. Quizás este fue el pico demográfico de la localidad.
En los tiempos del Catastro de Ensenada en Lorilla existía, sorprendentemente, un molino harinero, situado a la vera del arroyo del Prado (o del Molino), en el extremo meridional del término. Apenas se usaba, por el escaso e intermitente caudal del arroyo.
También tenía un cura (Alonso Calderón), una taberna-mesón, una panadería y un arriero-trajinero (Francisco López). Los apellidos más comunes eran Peña, Gutiérrez, de la Fuente y Bercedo. De los 32 vecinos, 23 eran labradores, 3 jornaleros, 2 pastores, 5 viudas, un arriero.
En las respuestas generales de la pesquisa se hace una curiosa mención al hoy frondoso hayedo existente en la porción septentrional del término, en la ladera que cae hacia Valderredible:
"un montezito de aias pequeñas que en territorio comprehenden como diez fanegas de tierra de sembradura, que no produce cosa alguna por ser tan nuevo que ahora se va criando, y se tiene el sitio donde se halla para pasto de los ganados del comun."
Relaciones geográficas enviadas a Tomás López (1784): Lorilla |
Si realizamos un compendio de sus datos demográficos, parece evidente que la población de Lorilla nunca superó (finales del siglo XVIII y principios del XIX) las 140-150 almas. Así, tenemos que:
- Vecindario de Ensenada (1759): 32 vecinos y 1 cura (unas 128 almas)
- Censo de Floridablanca (1787): 89 habitantes
- Censo de Godoy (1797): 13 vecinos (unas 52 almas); cifra poco creíble
- Diccionario de Miñano (1826): 36 vecinos (146 habitantes)
- Censo de 1836 (realizado con fines de reclutamiento militar en el contexto de la guerra carlista): 8 vecinos (unas 32 almas); cifra poco fiable
- Diccionario de Madoz (1850): 7 vecinos (28 almas); cifra nada fiable
- Censo de 1860: 27 vecinos (108 habitantes)
- Diccionario de Riera (1884): 110 habitantes
- Indicador de la Industria y Comercio de Burgos (1894): 53 habitantes
- Censo electoral de 1900: los 20 electores de Lorilla (hombres mayores de 25 años) podrían traducirse en unos 80 habitantes
- Padrón de población de 1910: 72 habitantes de derecho
- Padrón de población de 1920: 83 habitantes
- Padrón de población de 1930: 73 habitantes
- Censo electoral de 1936: los 25 electores de Lorilla (hombres y mujeres mayores de 21 años) podrían traducirse en 58 habitantes
- Padrón de población de 1945: 58 habitantes.
- Padrón de población de 1955: 59 habitantes
- Padrón de población de 1965: 32 habitantes
Lorilla afrontó las décadas finales del siglo XIX y primeras del XX con una población que oscilaba entre los 50 y los 70 habitantes. Un lugar pequeño, aunque con escuela y con cuartel de la guardia civil. Lo que no tenía era cura, ya que era el párroco de Barrio Panizares el encargado de cubrir las necesidades espirituales de los vecinos de Lorilla.
Catastrones, hoja 134 (Polientes), 1936: sector de Lorilla |
Durante la década de 1920 y hasta la guerra civil, Lorilla dispuso de energía eléctrica, procedente de una pequeña central instalada en Villamoñico (Valderredible). Durante la guerra, el suministro fue cortado por los republicanos que dominaban el valle y ya nunca se restableció el servicio.
Durante los últimos años de vida demográfica de Lorilla, dos vecinos poseían generadores eléctricos que les servían para cubrir las necesidades principales. También existían dos vehículos a motor, que contribuyeron a romper parcialmente la sensación de aislamiento.
La llegada del cultivo de patata de siembra pudo haber cambiado la suerte del lugar, ya que los terrenos de Lorilla son óptimos para dicho cultivo, debido a la elevada altitud del término, que limita el desarrollo de los insectos vectores de la temida virosis de la patata. También existe agua suficiente para el cultivo en regadío.
Pero no fue así. Parte de sus tierras se dedicaron -y se dedican- a la patata de siembra, pero las cultivaron -y cultivan- personas que ya no vivían en Lorilla.
Pudo más el aislamieno del lugar, los nevadones que caían en invierno y la sensación generalizada de que el futuro se encontraba en otro lugar.
IV. LEJOS DOBLAN LAS CAMPANAS DE LORILLA
En la wikipedia se hace mención al destino final de las campanas de la hoy arruinada iglesia de San Pedro Apóstol de Lorilla. Se afirma que cuelgan en el campanario de la moderna iglesia de El Salvador, en el barrio de Capiscol de la capital provincial.
La iglesia de Lorilla, de aparente origen gótico, era un edificio de una sola nave, con una capilla lateral y una sacristía, orientadas al sur. Su ábside era rectangular, cubierto con bóveda de cañón. Su portada, abierta al norte, constaba de un arco de medio punto, hoy desaparecido. La torre, rectangular y de escasa altura, disponía de escalera de caracol y tres vanos campaneros. El cementerio se encontraba al este, sin llegar a tocar la cabecera.
Al despoblarse el lugar, en 1972, la rapiña generalizada aconsejó la retirada de las dos campanas existentes en la torre. Las autoridades eclesiásticas parece ser que decidieron su tralado a la entonces casi recién inaugurada iglesia del Salvador, en Capiscol.
La iglesia de Capiscol se había construido en 1964, aunque la parroquia no se constituyó hasta 1969. Actualmente, existen dos campanas en la iglesia (campanerosdeburgos.com):
- campanillo: colgado en el vano occidental del campanario; 55 cm; 96 kg; fundido en 1969 por Manuel Quintana, de Saldaña (Palencia)
- esquilín: hacia el año 2000 fue descolgado -ya roto- de su antigua ubicación en la espadaña de la cabecera; 45 cm; 53 kg; fundido en fecha indeterminada por Fernando Villanueva Sáenz, de Villanueva de la Serena (Badajoz); campana de hierro, sin asas, acoplada al yugo mediante espárragos
Por la fecha de su fundición (1969), el campanillo no puede tratarse de una de las campanas procedentes de la iglesia de Lorilla; en aquella fecha, el pueblo estaba al borde del abandono y no tendría sentido alguno el encargo de una nueva campana; suponemos que esta campana se trata de una refundición de un ejemplar original de alguno de los muchos despoblados acaecidos durante la primera mitad de los años sesenta (Ceniceros, por ejemplo).
En cuanto al esquilín, aquí sí cabe suponer que pudiera tratarse de una de las dos campanas que colgaban de la torre de la iglesia de Lorilla a principios de la década de los setenta, al producirse su despoblamiento.
No hay que olvidar que Lorilla sufrió durante un largo año (julio 1936-agosto 1937) los embates típicos de un activo frente bélico, entre los que cabría suponer algún daño sobre el edificio de la iglesia y sus campanas. Al finalizar la guerra, y dentro de una coyuntura económica autárquica, es posible que se encargara la fundición de una nueva campana, barata, a alguno de los fundidores de la época.
Boletín del Obispado de Orihuela (1939-1942) |
Las campanas de Francisco Villanueva Sáenz, fundidor radicado en Villanueva de la Serena (Badajoz) cumplirían con aquella premisa económica. Las campanas de este fabricante se realizaban en hierro, sin asas, siendo acopladas al yugo mediante espárragos, por lo que los costes de fabricación resultaban mucho más bajos.
Este fundidor satisfizo encargos para muchas iglesias españolas durante las décadas de 1940 y 1950, en un contexto de abundantes iglesias demandantes de campanas, debido al elevado número de bajas sufridas por los bronces consagrados durante los años de guerra. Francisco Villanueva trabajó, sobre todo, para iglesias de Aragón, Cataluña, Levante, Canarias y Galicia.
Que sepamos, en la provincia de Burgos existen unas pocas campanas fundidas por Fernando Villanueva Sáenz: Monasterio de San Pedro de Cardeña (La Petra y María Bernarda, 1953); Campolara (Inmaculada y Santa Catalina, 1957), Nuestra Señora de las Nieves, en la ciudad de Burgos (Nª Sª de las Nieves, 1964) y esta de Capiscol.
Puestos a elucubrar, queremos pensar que quizás fuera la entonces maestra de Lorilla, Petra Hidalgo, la que al volver a su plaza tras la guerra civil y comprobar los destrozos sufridos por el caserío y la iglesia, le comentara a las autoridades locales (civiles y eclesiásticas) la existencia de un fundidor de campanas en su tierra que, además, era barato y eficiente.
Y así, durante aquellos años de posguerra, en la orilla de la Lora, quizás confluyeran las musicales notas de un gramófono pacense, traído por la maestra del pueblo, con el puntual toque campanero, también de origen pacense, marcando las horas y llamando a misa.
V. LORILLA: UN PUEBLO CON ESCUELA AUNQUE SIN CURA PÁRROCO
Durante todo el siglo XX, hasta la despoblación del lugar, Lorilla no tuvo cura párroco. Los servicios religiosos (bautizos, bodas, funerales, misas patronales) eran proporcionados por el cura de Barrio Panizares, pueblo situado a unos 7 km, por penosos caminos.
No deja de tener su rareza el hecho de que Lorilla contara con escuela abierta y, sin embargo, no lo hiciera con plaza de cura párroco. En muchos otros pueblos de la comarca sucedía justo lo contrario.
Quizás el origen de esta asusencia se deba a la particular condición de Lorilla como lugar de abadengo, perteneciente al Monasterio de Las Huelgas. Lorilla no estaba sujeto a la jurisdicción eclesiástica ordinaria, tal y como sucedía en la inmensa mayoría de los pueblos de la Diócesis de Burgos.
[seis eran los pueblos de la actual provincia de Burgos que gozaban de esta peculiar jurisdicción eclesiástica: Barrio de San Felices, Herrera de la Sonsierra, El Rebollar, Quintanilla de las Carretas y San Pantaleón de Losa, que pertenecían a las Órdenes de Calatrava y San Juan de Jerusalén; Lorilla y el Hospital del Rey, que pertenecían al Monasterio de las Huelgas]
El cura de Lorilla era nombrado, pues, por la abadesa de Las Huelgas. Sabemos que entre los tiempos del Catastro de Ensenada (1752) y el Madoz (1852) sí que existía cura párroco en el pueblo.
En marzo de 1839, una reseña de prensa habla del brutal forzamiento de la criada del cura de Lorilla por parte de nueve facciosos de la partida de Ventura, muy activa en el Valderrebible de la primera guerra carlista.
También sabemos que, en 1863, el cura beneficiado de Lorilla era Eusebio Nozal, aunque este residia en la ciudad de Burgos, realizando las funciones de párroco el ecónomo Antonino Núñez Sáez. No tenemos constancia de que el cura ecónomo residiera en Lorilla todo el año.
En 1872, la situación seguía igual en cuanto al cura beneficiado, siendo ahora el ecónomo Mariano Rodríguez Rodríguez, que se mantuvo en el puesto hasta, al menos, 1877.
La condición de abadengo para Lorilla fue abolida en fecha tan tardía como 1873, cuando la iglesia del pueblo pasó a la jurisdicción eclesiástica ordinaria, realizándose los nombramientos de curas ecónomos o sirvientes desde el Arzobispado.
Desconozco el año exacto en el que las autoridades eclesiásticas de la diócesis de Burgos decidieron que fuera el titular de la parroquia de Barrio Panizares el que realizara las funciones de cura sirviente de Lorilla. El caso es que desde, al menos, 1941, tenemos constancia de dicha situación. Tres han sido los curas nombrados para dicho cargo:
- Bernabé Fernández Castañeda: párroco de Barrio Panizares y su unida de Hoyos del Tozo entre 1941 y 1952. Desde Barrio partió hacia Cilleruelo de Bezana, dónde continuaba ejerciendo de párroco en 1989. Falleció en Burgos en 2005, a los 97 años de edad.
- Marciano Albillos Gutiérrez (Buniel, 1928): párroco de Barrio Panizares y Hoyos del Tozo y sirviente de Lorilla entre 1952 y 1971, cuando partió hacia Burgos, al ser nombrado capellán del Asilo de las Hermanitas de Ancianos Desamparados. Falleció en 2020, a los 92 años de edad
- Jesús Puente del Val: nombrado en diciembre de 1971 ecónomo de Barrio Panizares y sirviente de Hoyos del Tozo y Lorilla. Quizás fue el último cura en oficiar una misa en la iglesia de Lorilla. Poco duró en su nuevo destino, ya que en noviembre de 1972 partió hacia Riocerezo.
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La calle de la Fuente, la principal y única vía de Lorilla (en tiempos lejanos también hubo un Callejón) |
Todos los datos biográficos y profesionales de Petra Hidalgo Iglesias, Ángela Mangas González, Julia Sáiz Asturias y del resto de docentes citados en este post han sido extraídos de la prensa local y publicaciones oficiales y sectoriales de la época:
- Diario de Burgos
- El Castellano (Burgos)
- El Papa-moscas (Burgos)
- La Voz de Castilla (Burgos)
- Correo de la Mañana (Badajoz)
- El Magisterio Español
- Escuela Española
- Heraldo de Zamora
- Imperio (Diario de Zamora de FE de las JONS)
- Boletín Oficial de la Provincia de Burgos
- Boletín Oficial de la provincia de Santander
- Boletín Oficial del Estado
Los datos relativos a los censos electorales de Lorilla de 1946 han sido extraídos del número extraordinario del Boletín Oficial de la Provincia de Burgos de fecha 5 de julio de 1946, ejemplar que se encuentra digitalizado en la Biblioteca Virtual de Castilla y León.
Los datos relacionados con los censos escolares de Lorilla y otros pueblos de la zona han sido consultados en el Archivo Municipal de Sargentes de la Lora, en las signaturas clasificadas como "correspondencia de enseñanza".
AGRADECIMIENTOS
A Jesús Hidalgo López, uno de los cinco últimos alumnos de la escuela de Lorilla